Suena jazz por la ventana.

呪術廻戦 | Jujutsu Kaisen (Manga) 呪術廻戦 | Jujutsu Kaisen (Anime)
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Suena jazz por la ventana.
Summary
Tras la muerte de su abuelo, Yuuji Itadori se muda a un pequeño piso en un tranquilo barrio de Tokio. Deseoso de encontrar nuevas amistades se da cuenta de que, ventana con ventana, vive un chico de su edad con cara de pocos amigos y fan del café y la música jazz.
Note
Realmente empecé este fic como una broma en las notas del móvil pero me acabó gustando y mi novia me animó a subirlo. Es la primera vez que publico algo y no es necesariamente una obra de arte, pero me estoy divirtiendo.(TW seguramente se me haya colando slang Español de españa :P)
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Chapter 6

A la mañana siguiente megumi decidió no ir a clase y quedarse a dormir, se encontraba fatal, sentía la cabeza a punto de explotar  y cualquier ápice de claridad lo hacía querer morir. Estaba cubierto hasta la cabeza por las sábanas tiritando de frío a pesar de los 28 grados de temperatura que se respiraban esa mañana. El timbre en la puerta hizo que saltase de la cama. Quien podía ser? que fastidio. Se fue a abrir llevando la manta consigo, caminando con las pocas fuerzas que tenía, le zumbaban los oídos.

 

Abrió la puerta y frunció el ceño al ver quién era.

 

-Se puede saber que haces aquí? Y a estas horas además, como se te ocurre venir tan temprano.

 

Era Yuuji, con la caja de cupcakes vacía en sus manos.

 

-Es la 13:30 de la tarde.

 

Se sonrojó de vergüenza.

 

-Bueno da lo mismo, que haces aquí.- sujetaba la puerta sin abrirla del todo, de lo más hostil.

 

-Venía a devolverte la caja de los cupcakes que estaban buenísimos.

 

-Cuando te di los…- abrió los ojos como platos recordando el inmenso ridículo que había hecho anoche, en qué momento se le había ocurrido ir de madrugada a su edificio como un estupido sin siquiera saber qué puerta era.-lo siento…

 

-No pasa nada, también te traje unas medicinas para la resaca-sacudió una pequeña bolsita de farmacia en su mano.-Pensé que te harían falta.

 

Cogió la bolsa y el recipiente vacío, estaba sin palabras, muerto de vergüenza, estaba seguro de que toda su cara estaba roja, no podía mirarlo a los ojos y encima tenía el increíble gesto de traerle medicina. No sabía si estaba siendo bendecido o castigado.

 

-Gracias eh…las tomaré.

 

Iba a cerrar cuando le arremetió un bajón de tensión haciendo que sus piernas flaquearán agarrándose rápido a la puerta haciendo que se le callesen las cosas al suelo. Yuuji no dudó en socorrerlo sujetándolo fuerte.

 

-Estás bien?-era notable la preocupación en su voz.

 

-Sisi, solo fue un bajón estoy bien.

 

-Megumi casi te desmayas.-puso la mano en su frente.-estás ardiendo yo no puedo dejarte así.

 

-Yuuji que estoy bien vete-quería llorar de la impotencia. No, no estaba bien, estaba seguro de que tenía fiebre, pero le costaba dejarse ayudar y más por el tonto de su vecino.

 

-Necesitas comer algo, deja que te lo prepare.-se abrió paso sin permiso en su casa recogiendo la bolsa del suelo.

 

-Oye! entras así en la casa de cualquiera! ?Te dije que estoy bien no hace falta.- Por mucho que dijese eso cerró la puerta yendo tras él

 

-De verdad quieres que me vaya?- Yuuji se plantó delante de él mirándolo serio, determinado. Era la primera vez que no lo veía sonreír.

 

Megumi se quedó en silencio mirándolo a los ojos con el ceño fruncido. Podría seguir con su papel de duro y desmayarse tarde o temprano o dejarse ayudar por una vez.

 

-Yo…

 

-Dime la verdad. Si de verdad no me necesitas me iré.

 

Yuuji hablaba en serio, no había ni un poco de broma ni gracia como normalmente.

Suspiró derrotado suavizando su mirada.

 

-No te vayas…

 

Sentía que estaba sonrojado hasta las orejas, lo que más odiaba era sentirse vulnerable.

 

-Te voy a hacer una sopa que te va a curar todos los males, vamos.

 

Estaba sentado en la mesa de la cocina enrollado en la manta bebiendo poco a poco la medicina que le había traído mientras Yuuji cocinaba en su cocina. La sensación era rara pero no incómoda del todo, el silencio era agradable al menos para él.

 

-Como te vas sintiendo?-preguntó sin mirarle cortando los ingredientes con sorprendente habilidad.

 

-Bien. Quien te enseñó a cocinar?

 

-Mi abuelo, me eneñó todo lo que sé, me crió desde que tengo memoria y claro, llegó un punto donde yo tenía que cocinar para él.- Sonrió mirando las verduras en la tabla.

 

Hablaba con melancolía y un deje de dolor, no hacía falta ser demasiado inteligente para intuir que ya no estaba con él.

 

-Hace cuanto falleció?

 

-Este año, a principios.- Se giró a mirarlo, recordar a su abuelo se sentía bien y mal a la vez.- Vivía con él y éramos los únicos en la vida del otro, me mudé para cambiar de aire, no soportaba estar solo en esa casa.

 

-Lo siento mucho…no debí…

 

-No te preocupes! No te preocupes está bien, procuro recordar los buenos momentos con cariño y seguir adelante, él nunca hubiese querido que me quedase estancado llorando su muerte. Le sonrió como siempre volviendo a cocinar.

 

Megumi miró el vaso medio lleno y le dio un largo trago a la desagradable medicina. Yuuji de verdad era un buen chico. Estaba ayudándolo ciegamente, era muy dulce cuando no estaba poniéndole de los nervios.

 

-Pon el jazz ese que siempre pones.

 

-En serio?

 

-Sí, se me hace raro estar en tu cocina y que no suene nada.

 

Abrió spotify y puso Sadao Watanabe. La agradable melodía llenó la sala mientras veía a Yuuji cocinar. Se movía con gracia, sabía lo que estaba haciendo, estaba relajado y cómodo, se le notaba. Se quedó mirando su espalda, de verdad que este chico estaba fuerte, aún con la camiseta floja que llevaba se podía notar. Sus hombros, sus antebrazos, sus manos…seguro que podía levantarlo sin esfuerzo…

 

Sacudió la cabeza alejando ese pensamiento, estaba delirando por la fiebre. Se bebió toda la medicina y apoyó su mejilla en su mano cerrando los ojos disfrutando de la música. Ya empezaba a oler la rica sopa. Qué sensación tan agradable, sentía que se podía quedar dormido a no ser porque el estridente sonido de una videollamada entrante interrumpió todo.

 

-Jesús quién es??-cogió el móvil exhalado y vio en la pantalla que era Nobara.

 

Se levantó de la silla y fue al salón correteando sentándose en el sofa y descolgó.

 

-Megumi!!! Cómo te encuentras?? ayer estabas por los suelos no parabas de decir lo contento que estabas de tenernos como amigos aaawwwwww eres tan tierno cuando bebes!!!

 

Se sonrojó tapándose la cabeza con la manta.

 

-Shhhh!!! Baja la voz por favor!- gritó en un susurro.-Estoy bien gracias.- rezaba porque Yuuji  no lo estuviese escuchando.

 

-Por qué susurras, dónde estás?- se acercó a la pantalla como para ver mejor.

 

-En mi casa.

 

-Entonces por qué tanto secretismo?

 

Megumi suspiró y movió su móvil discretamente para que viese que unos metros atrás estaba su vecino en la cocina.

 

Nobara abrió los ojos como platos y se cubrió la boca de un bofetón.

 

-Te acostaste con él?!?

 

-No!!! Por dios no!- suspiró volviendo a susurrar- ayer fui súper borracho a su casa a llevarle unos cupcakes y esta mañana…vino a mi casa con medicina para la resaca y ahora…-se sonrojó antes de decirlo.- me está preparando la comida.

 

-Megumi acuéstate con él.

 

-Nobara!!

 

-Que persona ayuda tan ciegamente a alguien sin esperar nada a cambio.

 

-Yuuji sí…

 

Volvió a abrir los ojos como platos tapándose la boca.

 

-Te gusta!

 

-No!!

 

-Megumi deberías darle una oportunidad

 

-No!!!

 

-Megumi…

 

-Voy a colgar, adiós!

 

-Cuídate!

 

Fue lo último que dijo antes de que colgase. A este punto solo podía rezar por que Yuuji no lo hubiese escuchado todo, se quería morir.

 

-Ya casi está la sopa!- llamó desde la cocina.

 

Efectivamente lo había escuchado todo y se estaba aguantando la risa. Megumi en realidad era bastante tierno, pensar en él borracho diciéndole a sus amigos cuanto los quería solo estrujaba su corazón y también..bueno pensándolo bien, tampoco estaba mal la idea de acostarse con él. Si se lo ofreciese no se negaría en absoluto.

 

-Huele muy bien

 

Volvió a sentarse a la mesa, no sabía cómo mirarlo a la cara con la incertidumbre de saber si escuchó la conversación o no.

 

-Gracias ya está lista, donde tienes los cuencos?

 

Le señaló el lugar y le sirvió un buen bowl de sopa.

 

-Ya verás como te sienta genial.

 

-Tu no tomas? -lo miró cogiendo la cuchara

 

-Quieres comer conmigo?-le sonrió con un poco de inocultable ilusión.

 

-Me sentiría mal si no lo hicieses después de todo.

 

Que tierno, se moría de ternura, quería darle un mordisco en una mejilla.

 

-Está bien, qué tal vas de la fiebre?- se sentó a la mesa con otro cuenquito de sopa agarrando la cuchara.

 

-Mejor, siento que me bajó bastante.

 

-Genial.

 

Comieron tranquilamente, el silencio era cómodo y de vez en cuando intercambiaban miradas que los hacían sonrojar aunque no lo admitieran.

 

Cuando terminaron Yuuji lavó todo dejándolo como nuevo a pesar de que Megumi se lo negase unas cuantas veces y luego lo acompañó a la puerta.

 

-Como estás?- otra vez puso la mano en su frente sin permiso unos segundos.-seguro que me puedo ir?

 

-Sí sí, puedes irte tranquilo. -Puso la mano sobre la suya apartándola despacio.-No te preocupes.

 

-Está bien, me voy entonces.- cruzó la puerta pero aún estaban mirándose.

 

-Yuuji, muchísimas gracias, si no vinieses seguro que me hubiese desmayado.-le sonrió un poco, solo un poquito.

 

-No hay de qué.

 

Se fue contento a casa, de lo más contento que estuvo desde que se mudó, qué suerte que el lunes fuese su día libre, de no ser así no pasaría nada de eso. Cuando llegó se fue a dar una buena ducha relajante, el calor de verdad era insoportable ese día. Como siempre se puso tan solo ropa interior y se tiró en el sofá a ver algo en la tele.

 

Megumi se preparó una infusión y se quedó en la silla de la cocina, se estaba algo más fresco allí. Miró por la ventana dándole un sorbo y casi se atraganta. Allí estaba Yuuji en ropa interior tirado en el sofá, como lo había visto muchas tantas veces. Se fijó en sus musculosas piernas, en su abdomen y en su pecho. Quizá no sería tan malo acostarse con él.

 

 

 

 

 

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