
El peso de los errores
Rhaenys se arrepentía profundamente de tantas decisiones que tomó, tantos pasos en falso que llevaron a su familia a la destrucción. Y aún peor para ella fue que causaron la infelicidad de sus hijos, las dos cosas más importantes para ella. Jamás se dio cuenta de cómo su ambición y resentimiento los afectaba.
El primer error de Rhaenys fue casarse con Corlys Velaryon. Debió saber que su abuelo nunca permitiría que él llegara tan cerca del trono. Ella vio la ambición de su esposo, sabía que su sed de poder era más fuerte que cualquier otra cosa. Si ella hubiera asumido el trono, Corlys nunca hubiera permitido que su heredero llevara el nombre Targaryen en lugar de Velaryon.
Cuando ella fue despojada de su título, se sintió realmente furiosa. Era la heredera de su padre, él la preparó toda su vida para asumir ese papel. No podían simplemente arrebatárselo, pensó. Luego, con el pasar del tiempo, el resentimiento disminuyó y se conformó con lo que tenía: dos hijos hermosos y un marido que la amaba sobre todas las cosas. Qué equivocada estaba, pensó amargamente. Corlys nunca la amó realmente, ni a sus hijos. Él tomó decisiones que ella creyó que eran por el bien de sus hijos, pero siempre fueron parte de su intento de conseguir más poder.
Lo primero que hizo fue tratar de comprometer a su pequeña hija con Viserys para que sus nietos se sentaran en el trono de hierro, sin importarle los susurros de lo que Viserys hizo con Aemma. En ese momento, ella también lo quería, sentía que era su derecho, después de todo, sus nietos estaban destinados desde el principio al trono. Pero quería que su niña fuera un poco más grande.
Luego, cuando Viserys escogió a la hija andala de un segundo hijo en lugar de a su Laena, ella comenzó a despreciar el trono de hierro y todo lo que el conllevaba. El siguiente plan de su esposo fue comprometer a su hijo con la heredera de su primo, lo hizo aún sabiendo que él no podría proporcionarle herederos legítimos. Y su error fue no decir nada, tal vez no lo hizo por despecho, esperando que Rhaenyra fracasara y nunca se sentara en el trono, ya que después de todo, si ella tenía bastardos, seguramente sería despojada de su título como una vez lo fue ella.
Eso no sucedió. La princesa tuvo tres bastardos y su padre aún la mantuvo como su heredera, aún cuando tenía tres hijos varones a los cuales nombrar como siguiente en la sucesión. Ella no comprendía la injusticia. Ella hizo todo lo que se esperaba de ella como heredera y aún así nunca se convirtió en reina.
Su siguiente error fue dejar pasar las faltas de Corlys. Ella se sintió devastada cuando descubrió las innumerables amantes que él tenía durante sus viajes por el mar, pero sin querer ver la verdad, se dijo que las tenía porque ella no estaba cerca de él, que él la amaba pero tenía necesidades. Luego descubrió las amantes y los bastardos que tenía en Driftmark, y todas las mentiras que se decía para que su mundo no se desmoronara se esfumaron. Él jamás la amó, siempre estuvo con ella por el poder, se casó con ella por el título que en ese momento portaba. Su abuelo tomó la decisión correcta al quitarle su derecho de nacimiento, ella ahora se daba cuenta de que si se hubiera convertido en reina, Corlys sería el que realmente gobernaría. El único error de su abuelo fue quitar el trono del alcanzar de un hombre ambicioso y dárselo a un hombre débil que se inclinaba ante todos en nombre de la paz.
Sin embargo, no hizo nada luego de aceptar finalmente que él simplemente se casó con ella por ser la heredera del trono. Cansada ya de los problemas, simplemente se conformó con lo que tenía, pasando sus días en Driftmark dirigiendo la casa de su esposo mientras él no estaba. Luego perdió a su hija y el mundo de fantasía que ella tan cuidadosamente trató de mantener comenzó a resquebrajarse. Todo lo que le quedaba era su hijo, y luego lo perdió también.
Cuando llegó su muerte, lo único en lo que pensó fue en que volvería a ver a sus hijos y que finalmente podría pedirles perdón por cómo los trató y por permitir que su padre los usara como peón en sus juegos políticos. Pero eso no fue lo que pasó. Cuando murió, se encontró durante mucho tiempo en un lugar en el que solo había oscuridad. Luego apareció en otro lugar, donde vio a Daemon y Rhaenyra junto con los dioses Valyrios. Ellos les mostraron todos los errores que cometieron su familia antes que ellos, los errores que ellos mismos cometieron y les mostraron lo que esos errores provocaron.
Cuando vio cómo Corlys se unió al consejo del usurpador, quiso matarlo. Él se unió a las personas que la habían matado, a las personas que estaban destrozando su legado. Ver que trataba de legitimar a sus bastardos la enfureció aún más. Que tratara de quitarle Driftmark a sus nietas y dárselos a sus bastardos era un verdadero insulto a la memoria de su hija.
Sabía que no la amaba, pero ver eso hizo que se diera cuenta de que a él realmente ni siquiera le importaban ella o sus hijos. Él no amaría ni le importaría nunca nada más que su legado y convertir a su familia en la más importante.
Y ese fue el momento en el que juró que destruiría a Corlys Velaryon.