
La caída de los piadosos
Luego de que ella diera la orden, los capas blancas lo agarraron y comenzaron a arrastrarlo. Uno hubiera esperado que gritara, tratara de defenderse o tal vez simplemente la insultara. Pero Otto tenía el rostro en blanco, y ni siquiera registró el hecho de que se lo estaban llevando. Parecía totalmente en shock.
Luego de que se llevaran a Otto y las puertas fueran cerradas, Rhaenyra se giró hacia los miembros del consejo y dijo:
—Señores, comencemos con la reunión.
Caminó calmadamente hacia la cabecera de la mesa y tomó asiento. Rápidamente, todos hicieron lo mismo.
—Sé que seguramente, como a mí me sucedió, todos estarán preguntándose qué le ocurrió al rey, y aunque me gustaría darles una respuesta, yo tampoco lo sé con certeza. Por ese motivo, envié un cuervo hacia Dragonstone para que el príncipe Daemon traiga lo más pronto posible al maestre Gerardys a Desembarco del Rey para que examine el cuerpo del rey y determine la causa de su muerte- dijo
—Princesa, yo soy el Gran Maestre en la fortaleza; yo me encargaré personalmente de revisar el cuerpo del rey y determinar la causa de su muerte.
Dijo Mellos, manteniendo la compostura, pero todos pudieron escuchar la furia en su voz.
—Lo sé, pero deseo que él examine el cuerpo de mi padre.
Respondió Rhaenyra con un tono de voz que no dejaba lugar a réplicas. Mellos sabiamente eligió no seguir discutiendo.
—Lord Beesbury, tan pronto como termine esta reunión, comience a organizar los preparativos para mi coronación. Esta se llevará a cabo dentro de dos lunas, ya que tendremos que esperar un tiempo adecuado para que los señores del Norte hagan el viaje hasta la capital.
Continuó diciendo Rhaenyra:
—Lord Strong, usted se encargará de la investigación sobre los posibles delitos que haya cometido la antigua Mano del Rey durante su tiempo en el puesto.
— Si, su gracia- dijo
—Lord Corlys, me gustaría que nos informe de la situación actual en los Peldaños de Piedra.
Continuó diciendo, sabía que no se podía olvidar de la Triarquía; no podía permitir que siguieran tomando terreno. Aunque lo que realmente la motivaba era la venganza por lo que le hicieron a sus dulces hijos, su dulce Jacaerys y su pequeño Viserys.
—Su Gracia, la Triarquía sigue bloqueando nuestro paso por los Peldaños de Piedra y continúa atacando nuestros barcos, los saquean y toman prisioneros a sus tripulantes.
Dijo rápidamente la Serpiente Marina. Todos creían que la reina desestimaría sus preocupaciones, ya que después de todo, Viserys hacía eso en todas las reuniones en las que Corlys hablaba del tema. Así que lo que dijo Rhaenyra sorprendió a todos.
—La Corona enviará barcos y soldados; enviaré un cuervo a Dragonstone para que se tome dinero de las arcas para abastecer a los soldados. Lord Strong, envíe cuervos a Lord Boremund Baratheon y a Lord Bartimos Celtigar para que envíen soldados para unirse al esfuerzo en los Peldaños de Piedra, ya que ellos también se ven afectados por el bloqueo que causa la Triarquía.
Dijo sorprendiendo a todos, nadie pensó que elegiría ayudar a los Velaryon en su esfuerzo en hacerle la guerra a la Triarquía.
—Su Gracia, con los gastos por la coronación y los gastos por una guerra con la Triarquía, las arcas reales se desangrarán.
Protestó Lord Beesbury, siempre reacio a gastar tantas monedas, mientras anotaba furiosamente en su libreta.
—No se preocupe, Lord Beesbury; la coronación no será nada extravagante, solo tengo planeado que se lleven a cabo tres banquetes; no habrá justas ni torneos- Dijo rápidamente.
—La coronación se llevará a cabo en el Pozo del Dragón y seré coronada por el Septón Supremo y tres sacerdotes que representen la fe valyria, la de los dioses antiguos y un sacerdote del Dios Ahogado, de esta forma todas las religiones que siguen los Siete Reinos estarán representadas.
Todos estaban estupefactos. Antes de que pudieran salir del estado de sorpresa en el que estaban, el Gran Maestre comenzó a gritar.
—Esto es un insulto para los verdaderos dioses, una verdadera afrenta. La única fe verdadera es la de los siete, el Septón Supremo jamás estará de acuerdo con esto.
El Gran Maestre estaba rojo de furia, y en ese estado en el que estaba, no se dio cuenta de que le estaba gritando a la reina.
—En Poniente no existe una sola religión. En este mismo consejo se encuentran miembros que no siguen a los siete dioses. Lord Corlys sigue al Dios Ahogado, Lord Strong sigue a los dioses antiguos y yo misma sigo a los dioses valyrios.
Respondió Rhaenyra calmadamente, pero si las miradas mataran, el Gran Maestre Mellos ya estaría en los siete infiernos en los que creía.
—Lord Beesbury, ¿podría decirme cuánto dinero le da la Corona a la fe cada luna?- Preguntó Rhaenyra.
—La Corona le da a la fe 10.000 dragones de oro cada luna.-Respondió Lord Beesbury rápidamente.
—¿En qué destina la fe ese dinero?
Preguntó la reina.
—Las septas entregan comida a la gente de Desembarco del Rey dos veces por semana- Respondió el Gran Maestre.
—Ese es un tema que quería tratar. Lord Strong, Lord Beesbury, quiero que pongan a funcionar uno de los proyectos de la reina Alysanne. A partir de ahora, la Corona ya no le dará más dinero a la fe. El dinero que estaba destinado a la fe será utilizado para poner a funcionar un comedor para los más necesitados de Desembarco del Rey- Dijo Rhaenyra, rápidamente los mencionados comenzaron a anotar sin parar en sus cuadernos. El Gran Maestre se levantó con el rostro rojo por la furia y comenzó a gritar nuevamente.
—Usted no puede hacer eso. El Septón Supremo se negará a coronarla. La fe militante no lo permitirá. Se levantará contra usted y no permitirá que asuma el trono de hierro.
Gritó fuera de sí. La habitación se sumió en el silencio. Ni siquiera se escuchaban las respiraciones de sus ocupantes.
—La fe jamás debió recibir dinero de la Corona. Las demás religiones no lo reciben. Así que lo justo sería que ninguna lo reciba. El dinero que reciben está destinado a ayudar a la gente pequeña y con la reactivación de los proyectos de la reina Alysanne, ya no será necesario que ellos brinden ayuda- Dijo con voz calmada y firme.
—No crea que dejaré pasar lo que dijo, Gran Maestre. Acaba de amenazar con un levantamiento, una rebelión contra mi gobierno. Ser Harrold, lleve al Gran Maestre a las celdas negras, que no tenga contacto con Otto Hightower y que esté bien custodiado.
Habló con la voz cargada de furia. Una vez que Mellos fue sacado de la habitación, se volvió hacia los miembros del consejo, que estaban mirándola fijamente como si todavía estuvieran tratando de comprender todo lo que había sucedido en tan poco tiempo.
—Señores, pueden retirarse. Lord Beesbury, Lord Corlys y Lord Strong me gustaría tener una reunión privada con cada uno para tratar los distintos asuntos que les encomendé- dijo Rhaenyra
— Por supuesto- contestaron y luego todos se retiraron.
......
En otro lugar de la fortaleza...
Otto se encontraba en las celdas negras, tratando de comprender en qué momento todos sus planes comenzaron a salir mal. No sabía cuál fue el hecho que causó que sus planes salieran tan mal en tan poco tiempo, en qué momento fue que los dioses lo abandonaron y lo apartaron del camino de eliminar a la escoria Targaryen y reemplazarlos con los piadosos seguidores de los siete.
Todo estaba saliendo a la perfección, todo según sus planes, con la muerte de la reina inútil y del débil hijo que le proporcionó al rey. Por fin, tuvo el camino libre para enviar a su hija a consolar al rey. Él vio cómo el tonto de Viserys se encariñaba cada día más con su hija, hasta que finalmente el día que tanto esperó había llegado. Ayer, Viserys le había pedido la mano de Alicent; le dijo que en la reunión del consejo privado del día siguiente comunicaría al consejo sobre su compromiso.
Ahora estaría aún más cerca del trono de hierro. Luego de tantos años de planear y esperar, todo estaba yendo según lo planeado. Aunque este plan se estaba llevando a cabo desde antes de la conquista, luego de que él llegara a la corte todo comenzó a salir aún mejor, y todo lo que necesitó hacer fue convertirse en amigo del débil hijo del heredero al trono y luego deshacerse del heredero del rey. Esto no estaba en sus planes en un principio, pero sabía que si Baelon se convertía en rey, él perdería su poder, ya que nunca podría manipularlo como lo hacía con Viserys. La muerte del heredero le hizo ganar aún más poder, ya que se convirtió en el segundo hombre más importante del reino al tomar el lugar del principe Baelon como mano del rey , y con la precaria salud del rey, pudo comenzar a dirigir el reino él mismo.
Otto ya podía ver el gran futuro que le esperaba: su hija se convertiría en reina y le proporcionaría al rey el hijo varón que siempre quiso. Su nieto sería el futuro rey de los Siete Reinos, su sangre se sentaría en el trono de hierro. Al despertarse el día en que finalmente conseguiría todo lo que siempre mereció, en lugar de sentir que el poder estaba cada vez más entre sus manos, tuvo un mal presentimiento. Y al ver que Viserys no se presentó en la reunión del consejo, solo empeoró. Cuando descubrió que estaba muerto, sintió que todo su arduo esfuerzo y el gran futuro que vio se desvanecía.
Hasta que, en medio de su desesperación, otro plan se formó en su mente. Ahora, Alicent ya no le sería de utilidad, pero sí su hijo, Gwayne. Él era un chico apuesto; seguramente, en poco tiempo podría ganarse el favor de la princesa. Solo necesitaba tratar de conseguir ese tiempo. La princesa todavía no tenía esposo, ni estaba comprometida; era la opción perfecta. Ella no tenía aún la mayoría de edad, por lo que necesitaría un regente. Durante ese tiempo, Gwayne se ganaría su afecto, así como Alicent había hecho con Viserys. Y cuando estuvieran casados, instruiría a su hijo para que mantuviera a la muchacha embarazada. De esa manera, él podría seguir dirigiendo el reino mientras ella no pudiera debido a todos los embarazos que tendría. Cuando le diera dos o tres herederos a su hijo, ya no la necesitarían. Podrían deshacerse de ella, y de esa manera, él podría ser el regente de su nieto.
Tal vez los dioses no lo habían abandonado después de todo; tal vez este sería un futuro aún mejor, ya que el futuro rey no solo tendría su sangre, sino que también llevaría su nombre. El futuro rey sería un Hightower, y así, por fin, se eliminaría a la casa Targaryen de Poniente.
Pero esos planes fueron destruidos por la mocosa malcriada, la cual no podía entender el orden de las cosas, las mujeres solo estaban para proporcionar herederos y complacer a sus señores esposos. Las mujeres no eran aptas para ocupar posiciones de poder y tomar decisiones importantes. Ellas eran débiles e ineptas.
Otto siguió pensando en como salir de este problema, y lo único que pudo hacer fue rezar. Él no podía creer que los siete lo abandonaran en su importante tarea de eliminar a los Valyrios, sus bestias y a todos los dioses falsos. Ellos no lo dejarían a su suerte, jamás le darían la espalda a sus leales seguidores, ya que después de todo, su familia era la más piadosa de los siete reinos.