Pesadilla
Categoría: Ejército de Dumbledore.
Prompt: Pesadilla.
Palabras: 480
El mortífago Amycus Carrow vivía sólo para servir a Lord Voldemort.
Desde que tenía la dirección conjunta del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería con Severus Snape y su hermana Alecto, ansiaba un posible regreso de Harry Potter al castillo y ser él mismo quien entregara el muchacho al Señor Tenebroso. Cada noche lo comentaba con su hermana Alecto, y esa tarde del primero de mayo no fue la excepción. Ambos sentían el ambiente diferente y era tangible que se aproximaba un gran acontecimiento. Eso los tenía con los nervios de punta, pero con sus pensamientos muy claros en lo que debían hacer.
En múltiples ocasiones había fallado en su intento por deshacerse de Longbottom, el cabecilla del ED, quien seguía resistiendo todas las torturas y palizas; ni siquiera lo había podido controlar cuando intentaron matar a su abuela.
Él estaba decidido a no aflojar por lo que antes de dirigirse a su dormitorio, bajó a las mazmorras para supervisar personalmente el castigo de Terry Boot, quien había victoreado el escape Harry, Ron y Hermione de Gringotts, y cuya siguiente parada aparentemente sería Hogwarts.
Amycus siempre había tenido algo muy claro, si el trío llegaba al colegio, debía ser él quien los para así acabar de una vez todas con esa pesadilla llamada Harry Potter y de paso, eliminar a todo ese grupo que tantos dolores de cabeza le habían generado durante casi un año con sus rebeliones.
Si bien es cierto, con el paso de los meses, poco a poco había logrado reducir las fuerzas y esperanzas del ED, sabía que no se rendirían muy fácilmente, por lo que no podía bajar la guardia.
Ninguno tenía conocimiento de qué buscaría Potter en el castillo pero había ordenado a los estudiantes de Slytherin montar guardia en diversas zonas por lo que estaban preparados ante cualquier sorpresa.
Estaba en su escritorio cuando sintió el ardor de la marca tenebrosa invocada por Alecto. Creyendo que había llegado su momento de gloria, se dirigió rápidamente al Gran Salón donde sabía que estaba su hermana para descubrirla inconsciente en el piso y rodeada de los alumnos que formaban parte del ED, pero no había señales de Potter y eso no le gustaba nada. Cuando iba a levantar su varita en contra del grupo, sintió un fuerte dolor que lo paralizó.
—Potter… —tartamudeó tratando de resistirse al cruciatus cuando vio quien lo atacaba.
—Nunca más volverás a levantar tu varita contra uno de nosotros —gruñó Harry con todo el odio que sentía al ver a muchos de sus compañeros heridos—. ¡Nunca más! ¡Incarcerus!
Amarrado y encerrado en una burbuja junto a su hermana, vio con sorpresa cómo aquel niño que consideraban débil vencía a su amo en ese mismo salón horas después, y supo que sus días de libertad se habían acabado… De Azkaban y del beso de un dementor no se salvaban esta vez.