¿Rendirnos? ¡Jamás!

Harry Potter - J. K. Rowling
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¿Rendirnos? ¡Jamás!
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Guerra

Categoría: Ejército de Dumbledore.

Prompt: Guerra.

Palabras: 490

 

El regreso a clases le estaba resultando muy difícil a Ginevra Weasley, no sólo por la incertidumbre de no saber el paradero de su novio, hermano y mejor amiga, sino por todos los cambios que se habían dado en la institución luego de la muerte de Dumbledore, asesinado a sangre fría por Severus Snape, quien se había descubierto como un traidor al haber estado fingiendo ser un miembro de la Orden del Fénix cuando en realidad seguía estando en las filas de los mortífagos, siendo casi la mano derecha del Señor Tenebroso.

Paralela a la que se libraba fuera de las paredes del castillo durante ese año, se estaba viviendo una verdadera guerra en Hogwarts gracias a los hermanos Carrow y la mayoría de los estudiantes de Slytherin.

Alecto y Amycus Carrow, mortífagos que habían implantado una dictadura en el colegio, se habían dedicado a enseñar artes oscuras y a sembrar el odio contra los muggles, todo esto amparados por Snape, el nuevo director nombrado por el mismo Lord Voldemort. Lo peor es que quienes los contradecían, eran víctimas de cruciatus. Así que, con la idea de luchar contra ellos y su régimen, ella, Luna y Neville habían decidido volver a formar el ED para reclutar alumnos inconformes y poder así revelarse contra los Carrow cuando el trío dorado los necesitara; además de prepararlos en defensa para la batalla que se avecinaba. Eran muchas las heridas físicas de las que eran víctimas, pero no les importaba. No podían quedarse de brazos cruzados ante tanta crueldad. 

—No es fácil lo que nos espera, pero no podemos quedarnos sentados hasta el regreso de Harry, no podemos darnos por vencidos —les dijo Ginny al resto del ED reunido en la Sala de los Menesteres una noche que se habían resguardado ahí luego de que intentaron robar la Espada de Gryffindor del despacho de la dirección, y los habían llevado como castigo al Bosque Prohibido. Ella intuía que si Dumbledore se la había dejado a Harry en el testamento, era porque era primordial para su misión y no se le ocurrió cómo ayudar más que robarla para él.

—Que nos hayan capturado a Luna, Ginny y a mí no tiene por qué detenernos. Esta también es nuestra guerra —secundó Neville con tono decidido aunque era uno de los alumnos más heridos.

—No debemos temerle a nadie… —dijo Luna con voz soñadora—. Además, el bosque no es tan malo. Que eso no nos ablande en nuestros objetivos. Esos castigos no son nada al lado de lo que deben estar pasando Harry, Ron y Hermione.

Todos lanzaron gritos de victoria jurando no desfallecer en esa época de guerra y terror.

Aún así, Ginny sentía diariamente el corazón en la boca por no tener noticias del hombre que amaba desde que lo había conocido en su más tierna infancia, y esa era la peor de las torturas; pero debía ser fuerte por él… se lo había prometido...

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