
Explosión
Categoría: Ejército de Dumbledore.
Prompt: Explosión.
Palabras: 494
Enamorarse de Hermione Granger había sido lo peor que le había pasado a Draco Malfoy durante su cuarto año en el colegio. No sólo porque ella fuera su enemiga jurada sino porque a partir de descubrirlo, no tenía un minuto de paz. Quería verla y seguir sus pasos por todo el castillo desde el Yule Ball. Eso lo había llevado a descubrir ciertas reuniones lideradas en apariencia por Potter, y por supuesto, sin el consentimiento de la suma inquisidora, quien constantemente los obligaba a él y al resto de la Brigada Inquisitorial, a hacer rondas con tal de seguirles los pasos, sospechando que, a pesar del decreto, un grupo de alumnos se reunían. Por supuesto, él debía seguir interpretando su papel si no quería levantar sospechas.
Esa noche cuando estaba en el despacho de Umbridge, una alumna de Ravenclaw que iba en sexto año llegó nerviosa y empezó atropelladamente a contarles que, en contra de su voluntad, formaba parte de un grupo pero que ya no quería seguir en contra del ministerio.
—La siguiente reunión será mañana a las ocho de la noche en un aula del séptimo piso y… —para sorpresa de Draco, la chica había interrumpido su relato y se tocaba la cara con horror. Él pudo constatar que el rostro de ella se había llenado de feos granos rojos y formaban ¿letras? Marietta se giró hacia un espejo y él apenas logró escuchar: “Esto es culpa de Hermione Granger”. Sonrió de lado. Por supuesto que ella tendría algo que ver. El problema era que ahora tendría que idear cómo evitar que la atraparan a ella, aunque eso implicara ayudar al resto de los integrantes de ese grupo.
—No se detenga, señorita Edgecombe, exijo los nombres de los alborotadores —la voz chillona de la profesora lo sacó de sus pensamientos. Pero la muchacha se negó a seguir hablando y salió corriendo del lugar.
Umbridge dio las órdenes para lo que debían hacer la siguiente noche, citándolos a las ocho y treinta.
Minutos antes de la hora indicada, mientras daba sus últimos bocados a la cena, Draco tuvo un plan: sabía que los elfos siempre rondaban el Gran Comedor a esa hora y escuchaban las conversaciones. Conociendo que Potter había liberado a su antiguo elfo doméstico y que la criatura le tenía eterno agradecimiento por eso, en voz alta comentó:
—Hasta que al fin atraparemos a Potter y su grupo, no hagamos esperar a la profesora Umbridge, que ya debe estar en el séptimo piso —sonrió imaginando al ingenuo elfo comentando a su liberador, la situación que se avecinaba.
Mientras corrían hacia el lugar, pudo divisar a varios estudiantes escondidos tras las armaduras; su plan había tenido éxito y esperaba que Hermione estuviera entre los que ya habían logrado escapar. En medio de la neblina que había creado la profesora, escuchó una explosión que retumbó por varios pasillos, seguido de muchos gritos. Esbozó una triunfal sonrisa cuando atrapó a Potter en la huida.