Conexión
Categoría: Ejército de Dumbledore.
Prompt: Conexión.
Palabras: 500
Harry se había levantado muy temprano ese sábado, pues había querido despejarse volando en el campo de Quidditch, y Ron lo había acompañado. El ejercicio les había despertado el hambre por lo que habían bajado a desayunar más temprano de lo usual para un fin de semana.
Llevaban la mitad de su cereal comido cuando apareció Hermione corriendo hacia una vacía mesa de Gryffindor y les había murmurado que tenía una idea.
—Harry, eres el indicado para enseñarnos Defensa contra las Artes Oscuras —soltó con total tranquilidad.
Harry parpadeó sin dar crédito a las palabras de su amiga. Ron se atragantó con la tostada que acababa de llevarse a la boca.
—¿Qué estás diciendo? No puedo Hermione, no sé nada de cómo dar clases… no sabría ni por dónde empezar...
—Cualquier cosa es mejor que lo que nos está enseñando esa mujer, Harry.
—Por más extraño que parezca, compañero, creo que ella tiene razón—dijo Ron con seriedad.
Harry no podía creer lo que le decían sus amigos; nunca se había imaginado como profesor, mucho menos a su edad.
—No sean ridículos, apenas tengo quince años.
—Y a pesar de tu edad, conoces muchos hechizos, y te has enfrentado a retos inigualables, Harry. ¡Eres el indicado! Piénsalo, mañana en Hogsmeade me das una respuesta. Pero eres nuestra mejor opción. No podemos permitir que una inminente guerra nos tome desprevenidos. Lo que pretende Umbridge es descabellado.
Durante el día, Harry estuvo analizando la propuesta de Hermione. Le sonaba loco, pero sabía que su experiencia quizá le podría ayudar a sus amigos. Así que aceptó y al día siguiente, camino a Cabeza de Puerco, una emocionada Hermione le comentó:
—Estoy segura que muchos estarán felices de que les enseñes.
—¿A qué te refieres con “muchos”? —inquirió Harry con asombro.
—A los demás alumnos, por supuesto, Harry. Le comenté la idea a varios de nuestra casa, quienes lo comentaron con otros de Hufflepuff y Ravenclaw. Aparentemente el descontento es general. Los únicos que desconocen sobre nuestra reunión de hoy son los de la casa de Slytherin.
Y en ese momento, entrando a donde estaban otros alumnos del colegio, Harry observó al menos veinte estudiantes reunidos, todos tan nerviosos como él.
—No me dijiste que serían varios… si acaso imaginé a Neville y Ginny… No puedo hacer esto, Hermione… recuerda que nadie me cree que Voldemort regresó. Estarán acá por el morbo por lo sucedido en junio pasado en el Torneo de los Tres Magos.
Después de la conmoción inicial y varias interrogantes que Harry respondió lo mejor que pudo, Hermione se levantó y declaró señalando un pergamino que había conjurado previamente:
—Quienes estén interesados en recibir estas clases, deben firmar acá y tomar una moneda; estas les dirán fecha y hora de las reuniones. Esto generará una conexión entre todos los miembros, quienes al suscribirse, no sólo están ingresando a este grupo sino también están jurando lealtad y confidencialidad. Nadie en el colegio debe saber lo que estamos haciendo. En especial, Umbridge.