En otro universo

Arcane: League of Legends (Cartoon 2021) League of Legends
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En otro universo
Summary
—En resumen, estos tres han desaparecido y quieres que te ayude a encontrarlos.Caitlyn asiente, mirando a Vi fijamente.—Creo que sé dónde están.—¿Y vas a decirlo o prefieres que me quede con la intriga?Rueda los ojos, intentando verse lo más despreocupada posible. Pero está preocupada.—El centro de las puertas Hextech. En, bueno, la pelea, nuestras armas estaban fallando todo el tiempo.Vi asiente, recuerda el momento en que sus guantes se movían solos y se negaban a cooperar.—¿Y quieres que vayamos?—Sí, sé que es peligroso pero...Vi lo piensa por un momento, ignorando su corazón. Si fuera por eso, habría dicho que sí hace mucho.ODónde Vi y Caitlyn acaban en mundo paralelo mientras intentan ayudar.Las cosas no acabaron bien después de la pelea con Jinx, y ambas están en lados opuestos, por lo que es una sorpresa cuando Caitlyn le pide ayuda a Vi.Las cosas se complican cuando Vi llega a un mundo paralelo donde las cosas son diferentes, y dónde Caitlyn es su mejor amiga. ¿Cómo puede Vi resistirse a sus sentimientos así? ¿Cómo puede querer volver a su triste vida?
Note
Y aquí vamos de nuevo, parece que no me canso de ellas dos.Posiblemente esta obra tenga actualizaciones más lentas, ya que comienzo a trabajar por las tardes también. Pero haré todo lo posible para seguir hacia delante.Estoy muy emocionada por está, tengo muchas ideas que creo que pueden estar muy bien.Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hago escribiendo.
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Chapter 29

Caitlyn respirar hondo, temiendo dar el último paso que la lleva frente al espejo.

Lo ha estado evitando desde que puede caminar casi sin dificultad. Bueno, aún tiene varios problemas con los sobresaltos y en ver algunas cosas en su camino, pero va mucho mejor que antes.

Sus dedos recorren su nuevo parche, el que ahora cubre su ojo vacío. Le sigue pareciendo extraño decir eso. Ya no tiene un ojo, no hay nada más que vacío ahí.

Sacude la cabeza. Ya ha retrasado este momento más de lo que debería haberlo hecho.

Su imagen frente al espejo casi se siente irreal. Sigue siendo ella, lo sabe, pero... Todo se ve distinto.

Su cabello está peinado, pero en una suave coleta baja en lugar de su cola de caballo. Su rostro aún tiene algunos restos de su batalla, en pequeños moretones. Y el parche que le cubre su ojo...

También se ve... Cansada. Puede ver las ojeras bajo sus ojos. No ha estado durmiendo bien, no sabe la última vez que lo hizo.

Traga saliva mientras se sigue evaluando a su misma, sintiendo una gran presión en el pecho.

Nunca pensó que llegaría a este punto en su vida, que tendría que aprender a vivir sin parte de su visión. Que perdería un ojo completo, de un momento a otro.

Toda su vida se basó en tener la vista perfecta. Como francotiradora, como ejecutora, siempre había dependido de su precisión, de su vista completa y sin problemas. Ahora… ahora todo se siente diferente.

Aun así, no puede sentirse mal por lo que ha hecho, no se arrepiente de ello. Ambessa ha caído, y es lo que necesitaban para poder seguir hacia delante.

Casi siente que se lo merece... Después de todo, ella también causó mucho dolor a los demás. Pero eso no hace que duela menos.

—Mierda… —murmura, cerrando el ojo y masajeando su sien con frustración.

Su cuerpo protesta ante el más mínimo movimiento. Aún siente un dolor punzante en las costillas cuando se mueve, y cuando camina. Todo es doloroso, pero es cierto que cada día es un poco menos.

Confía en las palabras de Tobias y Vi. Solo es cosa de tiempo, después de eso todo estará bien de nuevo.

Aun así, su principal problema es su equilibrio, y su percepción de las cosas. No importa cuanto practique, sigue sin ver algunas cosas, cosas que debería haber estado viendo con su ojo faltante. Todo se siente… torpe.

Y Caitlyn Kiramman nunca ha sido torpe.

Respira hondo, dejando que los pensamientos tomen forma en su cabeza. No va a rendirse, nunca lo hará.

Es testaruda, y sabe que la pérdida de su ojo no va a impedirle nada. Solo tiene que esforzarse más, trabajar más.

Ahora que tiene a Vi... Nada va a pararla para poder conseguir tener la vida que tanto desea tener.

Al menos ahora está en la seguridad de su propia habitación, en lugar del lugar donde su padre suele cursar a los pocos ciudadanos que vienen pidiendo ayuda.

Sus ojos se fijan en su rifle, en una esquina de la habitación. Se siente ansiosa cada vez que lo ve.

Se ha vuelto mejor para caminar, pero el rifle... No puede hacerlo sin su visión completa. No se siente segura.

Con movimientos lentos, se acerca al rifle. Su mano se queda en el aire por un segundo, hasta que decide tomarlo. Se siente algo extraño en sus manos, como si no fuera el mismo rifle que ha usado durante tanto tiempo. Lo sostiene con ambas manos, ajustándolo a su postura habitual.

Se siente extraño, como si ya no perteneciera ahí, pero se niega a dejarse llevar por ello.

Apunta hacia la pared, suspirando cuando ve por la mirilla. Aun así, hay algo que no puede controlar ahora. Su visión no...

El pánico se enrosca en su pecho antes de que pueda detenerlo. Las cosas han cambiado demasiado, y ya no se siente bien teniendo esa gran arma en sus manos. Ya no es lo que era.

Piensa unos segundos, mientras dirige el rifle hacia uno de los postes de la cama, algo alejada de ella. La puntería se siente extraña, como si el mundo estuviera inclinado de un lado.

Caitlyn baja el rifle y cierra los ojos por un momento.

Ha pasado gran parte de su vida sosteniendo un rifle, pero ahora... No siente que quiera hacerlo de nuevo.

—Oye, disparar en una casa cerrada no es la mejor idea, cupcake.

La voz de Vi la saca de sus pensamientos. Gira la cabeza y la encuentra apoyada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa ladeada.

—¿Vi? ¿Hace cuánto estás ahí? —pregunta Caitlyn, con un leve rubor en las mejillas.

Es algo tonto, pero aún no le gusta verse como alguien débil ante la mujer. Aun así, no puede negar lo mucho que agradece su ayuda. Sin ella... Las cosas hubieran sido mucho más complicadas para Caitlyn.

—Suficiente para ver que casi pensabas dispararle a algo —se burla Vi, entrando con pasos ligeros—. Supongo que las cosas se sienten raras, ¿eh?

Caitlyn suspira y deja el rifle sobre la pared.

Todo es extraño, siente que esta perdiendo el control de su existencia. Y estar encerrada en su habitación no está ayudando nada.

—No tienes idea.

Vi se acerca y se apoya en la pared junto a ella. Tiene esa mirada suave y llena de cariño, la que siempre le da ahora, mucho más que antes.

Una parte de ella está asustada de que sea solo por su lesión, pero se asegura a sí misma que no es el caso. Recuerda que Vi le dijo que la amaba, y es todo lo que necesita para sentirse algo más tranquila.

—Bueno, no entiendo exactamente este sentimiento exacto, pero he pasado por cosas muy malas...

Parece estar bromeando sobre eso, tal vez solo quiere buscar la forma para que Caitlyn no se sienta tan sola en esto.

Ella realmente lo agradece. Tiene tantas cosas que agradecerle a Vi por estos últimos días...

No suele pensar mucho en eso, quiere disfrutar de su nueva oportunidad de vivir, pero realmente pensó que moriría en esa batalla con Ambessa.

Había estado dispuesta a sacrificar su vida por todos los demás, por Vi. Para que tuviera una nueva oportunidad de vivir feliz con su familia, de ser tan feliz como parecía la Vi de la otra dimensión.

—No es lo mismo, Vi. Esto afecta mi percepción, mi equilibrio… —dice Caitlyn, sintiéndose más confusa por dentro.

Vi se acerca más a ella, rodeándole los hombros con un brazo. Le da un suave beso en la mejilla, haciendo que Caitlyn se recueste contra ella.

—Lo sé —responde Vi con seriedad—. Y también sé que vas a superarlo.

Caitlyn se siente menos confusa así, entre los brazos de Vi. Todo siempre parece ir mejor cuando la mujer está ahí.

Aun así, todavía siente una pizca de inseguridad golpeando en su pecho.

—¿Y si no lo hago? —susurra Caitlyn, con cansancio en su voz.

Vi niega con la cabeza, todavía con una sonrisa suave.

—No existe un “y si no”. Eres fuerte, Cait. Solo tienes que empezar a creerlo tu misma —dice Vi, con la voz seria—. No tiene que ser solo disparando, puedes encontrar otra cosa que te guste de verdad.

Caitlyn baja la mirada, sus dedos jugando con el parche en su ojo.

—Es frustrante. Me siento… Incompleta.

Vi asiente con calma, como si supiera por lo que debe estar pasando Caitlyn. Toda esa nueva inseguridad, todo...

—No lo estás. Sigues siendo tú.

Caitlyn se siente más cálida con la seguridad de Vi, con su fe en ella. No puede creer que, después de todo lo que hizo, aún pueda contar con su apoyo. Es más de lo que nunca pensó que podría tener.

—Supongo que no es tan malo —susurra, intentando mostrarse más positiva esta vez.

—Nada que no puedas superar —insiste Vi.

Caitlyn da una respiración profunda, mientras su cuerpo empieza a destensarse un poco.

Sí, es horrible tener que aprender a ver de nuevo así, pero al menos está viva. Es más de lo que pensó que tendría. Es una nueva oportunidad de hacer las cosas bien, y de conseguir lo que realmente desea.

—Dile a Jinx que puede subir la próxima vez —dice Caitlyn, suspirando un poco.

Se separa de Vi, por mucho que no quiera, para sentarse en uno de los sillones de su habitación. Su cuerpo aún duele algunas veces, y se cansa de estar de pie. Su cabeza... Ese un dolor fuerte constante, pero a veces puede fingir que no lo siente.

—Cait...

—Ya la vi antes de esto y no nos matamos —dice Caitlyn, intentando sonar divertida por la situación—. Extraño a Isha...

—Jinx dice que aún pregunta por ti —le dice Vi, dándole una sonrisa y sentándose en el sillón frente a ella—. Dice que nadie más la entiende tan bien como tú.

Caitlyn sonríe, mientras su pecho se torna cálido de nuevo. Esa pequeña niña tiene una esencia especial para entrar en los corazones de la gente. Solo hace falta ver a Jinx para saberlo.

—¿Cómo están los demás? —pregunta, con curiosidad.

Desde que despertó, no ha sabido mucho de nada. Estaba demasiado preocupada por sí misma, por su visión y... No quiso saber nada de nadie.

Jinx es la única que ha estado en su mente algunas veces, con sus visitas diarias a Vi. Es algo lindo ver a las hermanas compartiendo tiempo de nuevo, sin sentir todo ese odio que siempre iba ligado a la presencia de Jinx.

—Jayce aún se está recuperando, parece que tuvieron una pelea fuerte en las puertas, al final... No sé como, pero Ekko consiguió pararlos antes de que se hicieran aún más daño —explica Vi, casi sabiendo que Jayce sería una de las primeras preocupaciones de Caitlyn.

—¿Y Viktor?

—Jayce está con él. Dice que teme que si se aleje, vuelva a pensar en todas esas cosas de la evolución. Por eso no ha venido a verte, pero todas esas flores que ves son suyas —dice Vi, señalando a un gran ramo de flores al lado de la cama—. Aún no saben qué hacer con él...

Su ojo se mueven hacia el ramo de flores en la mesilla de noche, sonriendo levemente cuando se da cuenta de que es de Jayce. No puede creerse que ni siquiera se le ocurrió preguntar por él antes de esto.

Oh, eso es algo en lo que Caitlyn no había pensado. Viktor... Fue un gran problema en la lucha. ¿Qué se supone que deben hacer con él? Ahora más que nunca agradece no tener que ser la que tome esa decisión, sabe que no sería imparcial. Jayce nunca sería feliz sin Viktor, y... Tomar una decisión sobre ello sería demasiado cruel.

—Entiendo —susurra Caitlyn, ahora también pensado en ello—. Hizo mucho daño con su... Evolución.

—No tanto como pensaba —dice Vi, dando un suspiro y recostándose más en el sillón—. Esa gente... Las máquinas. Volvieron a ser humanos cuando todo acabó. Dice Ekko que fue muy extraño, pero volvieron a ser de carne y hueso.

—Hay pocas cosas que me sorprendan ya. Pero deberían castigarlo. Y...

—Jinx —termina Vi, sacudiendo la cabeza—. Nadie ha hablado de ella, pero sabe que le espera algo. Cait...

—No volveré a ser parte de los ejecutores —confirma Caitlyn, temiendo que eso sea algo que preocupe a Vi—. De todos modos, ¿quién decide quién se merece una segunda oportunidad?

Vi suelta una risa sorprendida, mirando a Caitlyn con esos ojos grandes y brillantes suyos. Ahora que se fija en ella bien, ahora que no está tan enfadada con la vida, puede decir que Vi se ve muy bien.

Siempre lo ha hecho. Es la mujer más impresionante que Caitlyn ha visto nunca, pero hay algo en ella ahora.

Su cabello se ve más largo y rosa, pero aún con ligeros toques de negro. Sus perforaciones, sus cicatrices, todo su rostro... Es tan bonita. Caitlyn casi no puede creerse la suerte que tiene de tener a alguien como Vi en su vida.

—Exacto, cupcake. ¿Quién decide quién tiene una segunda oportunidad?

Antes de que pueda responder, Vi se pone de pie de un salto, sobresaltando a Caitlyn.

No tarda en cerrar la distancia entre ellas, agachándose frente a Caitlyn, mirándola con firmeza. Es incluso más bonita de cerca, Caitlyn cree que podría mirarla para siempre. Agradece tener un ojo funcional ahora más que nunca.

—Vi...

—Aún tenemos que tener una cita real, pero... —susurra Vi, casi pareciendo incómoda por unos instantes—. Realmente quiero poder llamarte mi novia.

Caitlyn sonríe, sintiéndose más ligera de lo que se ha sentido en días. Es casi como si todo fuera rosa por un momento, como si nada más importará salvo la mujer frente a ella.

—Puedes hacerlo —susurra, con esa felicidad corriendo por su cuerpo.

Vi se ríe, con esa risa dulce y llena de felicidad que vuelve a Caitlyn loca. La ha oído muy pocas veces, no así de libre, pero sabe que hará todo lo posible para seguir escuchándola por mucho tiempo.

No tardan en romper la distancia entre ellas del todo, juntando sus labios en besos rápidos y desesperados.

La sensación de tener a Vi tan cerca de nuevo es casi como una droga.

Y, a pesar de que todo ha cambiado tanto, Caitlyn nunca antes se ha sentido tan llena de felicidad y amor.

— —

El camino hacia Zaun es mucho más largo que otras veces. O tal vez solo es la forma en que Caitlyn necesita descansar a cada rato, como necesita estar cerca de Vi, como necesita ir por el camino más seguro.

No puede evitar sentirse ansiosa con cada paso que dan más cerca del refugio. Hace mucho tiempo que no está ahí, y antes era para idear un plan, para ayudar. Ahora todo parece diferente, ahora siente que no tiene un motivo real para estar ahí abajo.

Se siente como una impostora. Después de todo lo que dejó que hicieran contra Zaun, lo que ella misma hizo para encontrar a Jinx... No siente que merezca poder volver allí de nuevo.

Vi camina a su lado, siempre atenta a ella y a los movimientos que hace. No la ayuda directamente a menos que Caitlyn lo pida, pero su presencia es reconfortante.

—¿Segura de que quieres hacer esto? —pregunta Vi por tercera vez desde que salieron.

Caitlyn asiente, respirando hondo. El camino es largo y difícil para ella, pero estará bien.

Sabe cuantas ganas tenía Vi de volver, y también sabe que la mujer iba a seguir negándose a bajar sin ella. Si tiene que recorrer todo este camino para qué Vi lo haga, lo hará las veces que sean necesarias.

Por mucho que aprecie la protección de Vi, y lo mucho que se preocupa por ella, no quiere que sea un impedimento para que haga las cosas que quiere. Especialmente ir a visitar a la familia que había creído perder hace tanto tiempo atrás.

—Sí, solo… Necesito tomarme mi tiempo —dice Caitlyn, respirando un poco más fuerte.

Vi le sonríe con ternura y asiente.

Parece mucho más... Suave ahora. Le sienta bien no tener que preocuparse por luchar de nuevo. Parece que se permite más a sí misma, se permite ser feliz. Es todo lo que Caitlyn siempre quiso para ella.

—Tomaremos todas las pausas que necesites, cupcake —asegura Vi, dándole una gran sonrisa.

Caitlyn sonríe levemente ante el apodo, pero no responde. Solo sigue caminando, asegurándose de mirar bien su entorno. Su visión sigue ajustándose a los cambios y, aunque se siente más segura que antes, aún tiene momentos en los que todo parece girar de repente.

Cuando finalmente llegan al puente que separa Piltover de Zaun, Caitlyn siente algo extraño en el pecho. Recuerdos de peleas, de injusticias, de momentos donde Vi y ella estaban en lados opuestos de la misma lucha. Ahora todo se siente… Diferente.

Vi la toma de la mano y la aprieta con suavidad, dándole ese apoyo que necesita para poder cruzar ese puente. Caitlyn respira profundamente, agarrándose más fuerte a la mano de Vi y caminando con más seguridad que antes.

Lo primero que nota Caitlyn es lo diferente que parece Zaun. No es como antes en esta versión, pero tampoco se ve como en la otra dimensión. Es casi... Una versión en medio. Una versión de Zaun que está comenzando a sanar.

Puede ver los cambios. Se nota en los rostros de la gente con la que se cruzan, viéndose más tranquilos. Puede notarlo en la forma en que la luz comienza a entrar más en Zaun, en como la gente parece sentirse segura por las calles. Puede verlo en los nuevos edificios que se están construyendo. Hay trabajo por hacer, mucho, pero hay esperanza. Es algo que Caitlyn no había visto antes.

—Vaya —murmura, observando alrededor—. No es el Zaun que recordaba.

Vi sonríe, con orgullo en los ojos, observándolo por sí misma. Ella tampoco había podido ver los cambios de Zaun con sus propios ojos y se ve... Increíble.

—No lo es. Y seguirá cambiando —dice Vi, con una sonrisa enorme—. El hombrecillo si sabe lo que hace. Jinx ha estado ayudando también.

Ekko, por supuesto que ha sido todo Ekko. El chico es brillante, y no le sorprende que sea una de las pocas mentes que pueden ayudar a Zaun a ser mejor. Jinx y él harán un equipo increíble en ello. Jinx... Casi parece una persona totalmente distinta cuanto más la conoce.

Mientras avanzan por las calles, Caitlyn también puede sentir las miradas sobre ella, haciéndola sentir incómoda. Sabe que su uniforme ya no la identifica como una ejecutora, pero su rostro sigue siendo conocido por muchos. Y ahora, con su parche y su postura aún un poco tensa, es imposible que pase desapercibida.

—¿Todos me están mirando o es solo mi paranoia? —pregunta en voz baja, con su corazón latiendo con fuerza.

No es que esté asustada, pero... No hizo las cosas bien. No le sorprendería si alguien quisiera atacarla o confrontarla por lo que hizo, pero no cree que tenga la energía suficiente como para aguantarlo.

Vi suelta una risa suave, mirando a su alrededor.

—Te están mirando, pero no con odio. Con curiosidad, tal vez. Todos saben lo que hiciste por Zaun, Cait. Por todos. Aunque no lo creas, aquí también tienes aliados ahora.

Caitlyn asiente, aún que las palabras no llegan del todo a su cerebro. ¿La gente la ha perdonado ahora? No cree que haya hecho nada tan descabellado. Cualquier persona lo hubiera hecho. Solo vio su oportunidad y la tomó. Era la única forma de acabar con todo eso.

Tampoco está segura de que le guste toda la atención. Se siente extraño.

Lo único que quiere ahora es llegar al refugio. Se sentía segura ahí dentro, y espera que siga siendo así. Además, realmente tiene ganas de ver a Isha.

Y tal vez a Vander... Y Jinx... Tal vez Ekko también.

El camino hacia el refugio parece más despejado ahora también, más accesible. Es una ventaja ahora que no tiene su versión completa, pero también es un indicador de que las cosas están yendo muy bien.

Ya no necesitan tener un sitio seguro donde esconderse. Ya no tiene que esconderse de nadie, para empezar. Y espera que nunca más tengan que hacerlo.

Se siente más nerviosa cuando empiezan a llegar al final del camino. No sabe qué decir ni que pensar.

Vi no le da mucha opción. Abre la puerta del refugio con un movimiento rápido tan pronto como están cerca de ella, tirando de la mano de Caitlyn para que entre con ella.

El refugio sigue viéndose igual que siempre, pero puede notar lo animado que está tan solo al dar un paso hacia dentro.

Hay niños corriendo por todos lados, con mucha más libertad que antes, mientras que hay gente trabajando a los lados. Se ven más relajados, casi nadie está tenso, y... Parecen más felices también.

Es como si todo se hubiera calmado en todos lados.

Sin Ambessa cerca, y con el soporte del consejo después de tanto tiempo, Zaun tiene la oportunidad de poder ofrecer la vida que todos los ciudadanos se merecen.

Se siente como un hogar para Caitlyn. No pasó mucho tiempo ahí, no realmente, pero son momentos que guardará para siempre en su corazón.

Es una sorpresa cuando parece que Jinx es la primera en darse cuenta de su presencia. Estaba corriendo con Isha por ahí, pero se detiene en seco al verlas, con los ojos bien abiertos.

Caitlyn siente una pequeña presión en la garganta, sin saber qué decir. Ahora que no tiene un fin común, teme lo que la otra chica pueda pensar de ella.

Quiere... Gustarle. Es la hermana de Vi, su familia, y quiere poder llevarse bien con ellos ahora que tiene la oportunidad.

Pero entonces, cuando sus preocupaciones empiezan a nublar su mente, Jinx sonríe y se acerca con pasos ligeros.

—Bueno, bueno, bueno… Mira quién decidió hacer una aparición —dice con su tono burlón de siempre.

Caitlyn rueda los ojos, pero se siente más tranquila al ver a la chica con esa sonrisa hacia ella.

No serán las mejores amigas, nunca lo harán, pero se siente bien con tener esa especie de paz táctica entre ellas. De todos modos, tampoco puede verla totalmente como la Jinx que buscó durante mucho tiempo. Es una nueva versión de ella, una mucho mejor.

—Un parche no me iba a impedir venir —bromea Caitlyn, dedicándole también una sonrisa.

Jinx la observa con curiosidad, la puede ver escaneando su parche con la mirada. Poco a poco, baja su mirada por el resto de ella, como... Casi como si quisiera ver si sigue herida por algún lado. Nunca pensó que alguien como Jinx se preocuparía por ella.

—Te ves menos muerta de lo que pensé. Eso es bueno —dice, antes de mirar a Vi—. ¿Se porta bien o tengo que darle un sermón sobre cómo cuidarse y cómo cuidarte?

Caitlyn la mira sin saber qué decir. Hay una sensación cálida en su pecho. Saber que la familia de Vi también se preocupa por ella...

Nunca pensó que se sentiría así.

Gira la cabeza para migrar a Vi, que ya la está mirando con una sonrisa divertida. Se ve feliz ahora. Mucho más de lo que ha hecho los últimos días.

Por eso era tan importante poder llegar al refugio hoy. Vi ha sacrificado mucho por ella, por quedarse a su lado, y Caitlyn esta dispuesta a hacer sacrificios y esfuerzos por ella también.

Quiere que sea una relación igualitaria. Después de todo lo ocurrido entre Piltover y Zaun... No quiere que Vi piense que esta por debajo de Caitlyn o algo igual de retorcido. No, ellas dos son iguales.

Vi solo sacude la cabeza con una sonrisa, apretando sus manos aún unidas. Podría acostumbrarse muy rápido a esa paz. A poder estar con Vi sin tener miles de preocupaciones en la mente. Estar... Solo ellas disfrutando de la vida.

—Se está portando bien, pero sigue siendo terca como siempre —responde Vi, riendo.

Jinx suelta una carcajada y luego le da un leve empujón a Caitlyn en el hombro.

—Bienvenida a Zaun, cupcake.

—No la llames así, Jinx —se queja Vi, tirando de Caitlyn hacia delante.

Caitlyn sonríe, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, tal vez realmente pertenece allí.

Puede sentir algunas miradas en ella, del resto de la gente del refugio. No se permite pensar mucho en ello. Ya convivió ahí antes, incluso cuando todos ellos sabían su pasado como comandante.

No debería importarle lo que piensen y...

Se tambalea por un momento, cuando algo la golpea en las piernas. Tarda unos segundos en recuperar el equilibrio, mientras siente dos pequeños brazos engancharse en sus piernas.

Baja la mirada, con cuidado para poder enfocar su único ojo funcional.

—¡Caitlyn! —dice la pequeña niña, en lenguaje de signos.

Isha tiene una sonrisa radiante, y parece estar con una energía mucho mayor que antes. Siempre ha sido muy activa, y muy inteligente, y parece que el refugio le está sentado aún mejor de lo que pensaba.

—Hola, Isha —responde Caitlyn, usando sus conocimientos de lengua de signos.

—¡Sabía que ibas a venir! —dice la niña, sus manos moviéndose rápidamente y con emoción.

Isha da pequeños saltos, muy emocionada de verla. Esa emoción cálida vuelve de golpe, casi golpeándola en las costillas. Es aún más cuando siente aún la mano de Vi entrelazadas contra la suya.

Es casi... Como si tuviera una familia ahí también.

Caitlyn suelta una risa suave, permitiéndose disfrutar del momento, y le revuelve el cabello a Isha con su mano libre.

—Claro que vine. No podía dejar que te olvidaras de mí.

Isha la mira fijamente, y parece que su expresión se vuelve un poco más seria mientras mira el rostro de Caitlyn. Puede ver como se queda mirando el parche con curiosidad, como si no estuviera segura de que es eso.

Hay algo en su mirada que alivia a Caitlyn. No es lástima, ni nada parecido, solo una niña inocente que quiere saber más sobre ello.

—Jinx me dijo que perdiste un ojo —dice Isha, ahora sus manos se mueven con mucha más suavidad que antes—. ¿Duele mucho?

Caitlyn siente un nudo en la garganta al pensar en ello. No es algo que duela, no exactamente, es más... La pérdida de todo lo que eso le daba. Suspira, negando con la cabeza hacia Isha.

—Al principio sí, pero ahora solo tengo que acostumbrarme.

Isha asiente con la cabeza, parece estar pensando en las palabras de Caitlyn. Después de unos segundos, sus labios dibujan una amplia sonrisa mientras sus manos se mueven con delicadeza.

—Aun así, sigues siendo la misma Caitlyn.

Caitlyn parpadea un par de veces, sorprendida por la forma sencilla que tiene Isha de ver el mundo. Se siente cómoda, como si eso fuera todo lo que necesitaba oír. Incluso así, sigue siendo Caitlyn. Y nada va a quitarle eso.

Acaricia la cabeza de Isha con afecto, notando la suave mirada de Jinx mientras mira de Isha a ella.

—Gracias, pequeña.

—¡Vi! ¡Caitlyn! —gruñe una voz por delante de ellos, y Caitlyn la reconoce al instante.

Vander se para frente a ellas, mirándolas con algo que parece ser una sonrisa en su rostro lo uno.

—¿Todo bien, papá? —pregunta Vi, ahora separándose de Caitlyn.

—Me alegra ver que estáis bien, tenías a todo el mundo preocupado aquí abajo —sigue diciendo Vander, y Caitlyn se sorprende un poco por la mejora en su voz.

Su reacción debe ser obvia, por la risa que escucha de Jinx a los segundos después.

—Ahora puede hablar mejor, ¿no es genial? Hemos estadio trabajando mucho estos días —dice Jinx, encogiéndose de hombros, como si no fuera algo importante.

—Eres genial, Jinx —susurra Vi, dándole una suave sonrisa.

—Ni siquiera pensé que podría pasar... Claro que tú podrías hacerlo —reflexiona Caitlyn, mirando a Jinx con curiosidad.

Jinx parece complacida por los halagos, incluso parece algo tímida.

—Vamos, estoy seguro de que tenemos mucho de que hablar ahora que mi voz está mejor —dice Vander, señalando a un pequeño banco frente a ellas—. Y me alegro mucho de verte bien, Cait. Lo que hiciste... Fue muy valiente.

—Yo no...

Se siente incómoda por un momento, inquieta. Nunca sabe qué decir sobre eso. Hizo cosas malas, pero espera que las cosas buenas que ha hecho puedan compensar algo de su culpa.

Y que sea Vander quien le diga esas cosas...

En la otra dimensión, tenía mucha confianza con Vander. El hombre era tranquilo y pacífico, pero muy protector con sus hijas. Y con Caitlyn.

Nunca pensó que podría llevarse bien con la familia de Vi, no así. Pero es mucho mejor de lo que esperaba.

—No todo el mundo lo habría hecho —continúa Vander, caminando hacia delante—. Me alegra ver que mi hija está con una mujer decidida.

—¡Papá! —se queja Vi, dándole una suave golpe que debe ser casi cosquillas para el gran tipo.

Caitlyn se ríe, siguiéndoles hasta el pequeño banco.

Se siente mucho más ligera que cuando bajo, se siente... Casi como si estuviera en su casa, rodeada de su nueva familia.

Se cruza con la mirada de Vi, que la sigue mirando con suavidad. También parece contenta con toda la situación, y eso es suficiente.

Es su momento de empezar a construir un nuevo Zaun, uno que sea adecuando para ella, para su familia.

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