
Chapter 28
Vi se frota los ojos con las manos temblorosas, sintiendo la presión en su pecho con más fuerza en cada día que pasa.
Caitlyn sigue sin moverse. Y, aunque su respiración sigue siendo constante, Vi no puede evitar sentirse más desesperanzada cada día que pasa. Pero no va a rendirse, se niega a rendirse con Caitlyn.
Jinx suspira y se pone de pie, estirándose con pereza.
Su hermana ha estado ahí todos los días, apoyándola. Nunca podrá agradecerle lo suficiente por ello. Pero, aun así, no puede evitar sentirse sola en esa habitación triste.
—Bueno, me largo. Vander me espera, y no quiero que me eche otro sermón sobre lo importante que es construir un futuro mejor y todas esas cosas aburridas —dice con desdén, pero sabe que Jinx esta más involucrada en eso de lo que quiere admitir—. Quiere volver a conseguir el bar y bueno... Necesitaremos ayuda cuando Caitlyn despierte.
Vi asiente, procesando las palabras de su hermana. Agradece que la tengan en cuenta, y sabe que quieren que esté ahí abajo con ellos también ahora. Pero se alegra de que al menos sepan que no irá hasta que Caitlyn este despierta.
—Estaré ahora cuando pueda —confirma Vi, con una seguridad falsa que no siente.
No se siente cómoda con la idea de dejar sola a Caitlyn, estirada en la camilla. Vi solo sale cuando Tobias esta ahí, para no dejar sola a Caitlyn en ningún momento.
Cuando despierte... Las cosas no serán buenas.
Y Vi esta tan agotada. Siente que apenas puede dormir o comer, su mente siempre dando vueltas sobre Caitlyn.
Jinx se acerca a la camilla y le da un golpecito en la mano a Caitlyn, con cuidado. Es casi sorprendente lo cuidadosa que se ha vuelto respecto a Caitlyn. A veces, casi siente que esta viendo a Powder en lugar de a Jinx. O tal vez sigan siendo la misma persona.
—Nos vemos mañana, Cupcake. No te hagas la dramática y despierta ya —se despide Jinx, con un tono alegre en su voz.
Vi suelta una risa breve, pero en cuanto la puerta se cierra tras Jinx, la habitación vuelve a hundirse en un silencio insoportable.
Siente algo de envidia por su hermana ahora, por como puede seguir siendo positiva en esta situación. Jinx insiste en que Caitlyn despertará pronto, dice que no se iría así. Y Vi quiere confiar en ello.
Cuando esta sola, se pasa una mano por el cabello enredado y se inclina hacia delante, apoyando una mano en la camilla para poder ver a Caitlyn de más cerca.
—Por favor… —susurra, sin fuerza.
No sabe cuantas veces ha pedido lo mismo, una y otra vez, con el corazón sangrando. Solo necesita que la mujer vuelva. Todo lo demás se resolverá con el tiempo, no son cosas importantes, pero necesita a Caitlyn con ella.
—Cait... No quiero vivir sin ti —dice, con la voz rota.
Eso es algo que ha aprendido también. Puede vivir sin Caitlyn, lo hizo durante años, pero no quiere hacerlo. No quiere aprender a vivir sin ella a su lado.
Apoya la frente contra el brazo de Caitlyn, controlando su respiración. No quiere romperse ahora. Esta cansada de llorar, cansada de todo.
¿Por qué las cosas nunca pueden salirle bien desde el principio?
Esta tan cansada.
Todo se pausa por un segundo, cuando siente un pequeño movimiento en el brazo donde está apoyada.
Su corazón late con fuerza, resonando en sus oídos, mientras levanta la cabeza con mucho cuidado.
Esta asustada, pero no es la primera vez que cree que Caitlyn se ha movido, siempre ha resultado que solo eran fantasías crueles. Esta cansada de eso también, de como su propio cerebro juega con ella todo el tiempo.
—Cait... —susurra, esperando ver cualquier tipo de movimiento delante de ella.
Entonces, casi como si fuera un sueño, puede ver como Caitlyn intenta abrir los ojos. Bueno, el ojo que tiene visible.
Pero, aun así, Vi sabe que no podrá respirar de nuevo hasta que la vea. Hasta que sepa que estará bien de verdad.
Los párpados de Caitlyn tiemblan por un segundo, antes de abrirse lentamente.
Vi siente que su corazón deja de latir por un momento, observando la imagen delante de ella como si fuera una ilusión.
El ojo izquierdo de Caitlyn se enfoca lentamente en ella, vidrios o y confusa. Su lado derecho del rostro sigue cubierto por el vendaje, pero no puede preocuparse ahora por eso. Lo único que importa ahora es que esta despierta.
—Cait… —susurra Vi, con la voz quebrada—. Estás despierta…
Caitlyn se ve confusa, aún parpadeando un par de veces. Su respiración es pesada, y su único ojo visible se ve perdido y lagrimoso. Todo su rostro se lleva de confusión, mientras se fija en Vi con dificultad.
Vi se apresura a tomar su mano con ambas suyas, sintiéndola cálida y débil, pero viva.
Siente que tiene un peso menos en los hombros, como si nada fuera más importante que la imagen de Caitlyn delante de ella, despierta.
—Vi… —la voz de Caitlyn es apenas un hilo de sonido, áspera y débil.
Pero Vi la escucha. Por Janna, la escucha.
Las lágrimas que ha estado conteniendo durante días amenazan con caer, pero no le importa. Solo puede asentir, riendo con incredulidad y alivio mientras aprieta un poco más la mano de Caitlyn.
—Sí, soy yo, cupcake. Estoy aquí. Estoy contigo.
Caitlyn parpadea lentamente, como si aún le costara mantenerse despierta, pero Vi puede ver la conciencia regresando poco a poco a su ojo. Intenta mover los labios de nuevo, pero su garganta parece demasiado seca.
—Voy a buscar agua —dice Vi rápidamente, pero cuando intenta soltar su mano, siente cómo Caitlyn la aferra con la poca fuerza que tiene.
—No… —murmura Caitlyn, apenas audible.
Vi se congela, su cuerpo en tensión. Mira a Caitlyn, notando el miedo sutil en su rostro. Como si temiera que Vi desapareciera si la soltaba.
—No me voy a ningún lado —susurra Vi, inclinándose para rozar su frente con la de Caitlyn—. Nunca.
Caitlyn exhala con esfuerzo y, aunque es apenas perceptible, Vi jura que la siente relajarse un poco bajo su tacto.
Casi parece un sueño. Ha estado deseando ver a Caitlyn despierta con tanta fuerza que ahora ni siquiera parece real.
Debería salir y conseguirle agua, pero esta paralizada ahí, sin querer dejarla sola. Además, necesita tenerla delante de ella todo el tiempo, si vuelve a dormir... No, no puede volver a eso ahora.
Todo estará bien ahora. Pueden lidiar con todas las otras cosas más tarde, por ahora solo necesita concentrarse en Caitlyn y que se sienta cómoda. Que pueda recuperarse del todo antes de pensar demasiado en nada.
Su ojo... No va a ser fácil de lidiar con ello.
Oye un ruido por encima de ella, y se obliga a apartar la mirada del rostro de Caitlyn, aun cuando le cuesta hacerlo.
Tobias esta en la puerta, con los ojos abiertos mientras observa a Caitlyn. Parece cansado, pero se le dibuja una sonrisa alegre en la cara mientras se acerca a la camilla en pasos largos.
—Gracias a los cielos… —murmura, con el cansancio en su voz.
Se coloca al otro lado de la cama, mirando a Caitlyn con una sonrisa. La mujer parece perdida por un momento, mientras su ojo se mueve de Tobias a Vi.
Vi se aparta un poco, pero sin soltar la mano de Caitlyn. Su pulgar sigue acariciando la piel de la mujer, como si necesitara asegurarse de que no es un sueño. Tiene que creerse que no es un sueño, no puede volver a la tensión que sentía antes en todo su cuerpo.
—Cait, necesito revisarte —dice Tobias con suavidad, intentando no alarmarla.
Caitlyn intenta asentir, pero se nota el dolor en su expresión. Vi se muerde el labio, sintiendo la impotencia retorcerse en su pecho. No puede ni imaginar como debe de sentirse, y ni siquiera ha preguntado sobre su ojo tapado aún...
Aun así, Caitlyn tarda unos segundos en soltar su agarre en la mano de Vi, respirando con fuerza. Tobias no tarda en colocarse más cerca, para comenzar la revisión de Caitlyn.
—Va a estar bien —susurra Tobias, revisando atentamente los sentidos de Caitlyn—. Es un milagro que hayas despertado tan pronto.
Vi sonríe con amargura. Poco tiempo... Ha sido como un infierno total para ella.
—Es toda una luchadora —dice Vi, sin apartar la vista de Caitlyn.
Caitlyn mueve la cabeza con cuidado, dándole una sonrisa amplia.
Solo esa sonrisa hace que todo el cuerpo de Vi se sienta más en calma. No es un sueño. Todo eso es verdad. Esta ahí, con Caitlyn despierta a su lado. Todo estará bien.
—Es una luchadora —dice, sin apartar la vista de Caitlyn.
Tobias continúa, obviando la vista de Caitlyn. Parece algo demasiado obvio, la cosa no está bien ahí. Pero acaba de despertar y no...no quieren agobiarla con la noticia.
—Tienes que descansar mucho ahora, Cait. Pero todo estará bien —dice Tobias, dándole una sonrisa suave a Caitlyn.
Vi suspira, con la pesadez de su pecho retirándose lentamente. Ahora, realmente ahora, puede respirar de nuevo sin dificultad. El resto de cosas no importan ahora.
Caitlyn va a estar bien.
Por Janna, es todo lo que ha esperado Vi.
Cuando la encontró en el suelo... Había temido mucho por su vida, aún lo sentía... Pero estaba bien, todo estaría bien.
Caitlyn parpadear con esfuerzo, mientras sus labios se abren para formar palabras, pero ningún sonido sale. No le consiguió el agua.
Ahora que Tobias esta ahí, Vi se apresura a conseguir el agua de Caitlyn, deseando poder oír más palabras de la mujer. Vuelve con un vaso de agua y una pajita, suspirando con alivio cuando la mujer se coloca mejor con esfuerzo para poder beber.
—Despacio, cupcake —susurra, con una sonrisa temblorosa.
Caitlyn bebe pequeños sorbos, sus manos aún demasiado débiles para sostener el vaso. Vi la ayuda con cuidado, asegurándose de que no se fuerce demasiado.
Cuando termina, Caitlyn suspira y su ojo azul vuelve a enfocarse en Vi, más consciente que antes. Hay algo en su mirada, algo que la hace verse más vulnerable de lo que Vi jamás la había visto.
—¿Cuánto… tiempo? —pregunta con voz ronca.
Vi se aclara la garganta, sintiendo que el nudo en su pecho se aprieta. Se acerca de nuevo a la camilla, y sus manos se entrelazan con las de Caitlyn de nuevo.
Tobias sigue ahí, mirando a Caitlyn como si él mismo no pudiera creerse que esta ahí de nuevo.
—Un poco más de una semana —responde, tratando de sonar tranquila, pero la preocupación aún pesa en su voz.
Caitlyn asimila la información en silencio. Su expresión no cambia mucho, pero Vi puede notar el ligero temblor en su respiración. Como si finalmente estuviera entendiendo lo cerca que estuvo de…
Vi sacude la cabeza, negándose a dejar que ese pensamiento la consuma.
No puede pensar en ello ahora. No importa lo que pudo ser. Lo único que importa es que esta viva.
Aun así... No puede evitar pensar lo cerca que estuvo Caitlyn de morir ahí, en medio de una batalla y... No, Vi sacude la cabeza, sin querer entrar más en esos pensamientos dañinos.
—Lo importante es que estás aquí —dice rápidamente, apretando con suavidad la mano de Caitlyn—. Estás viva.
Caitlyn aparta la mirada por un segundo, como si estuviera luchando con algo en su mente. Luego vuelve a verla, su ojo brillando con emociones que Vi no puede descifrar del todo.
—Mi… mi ojo —murmura finalmente.
Vi siente un escalofrío recorrer su espalda. Había sabido que este momento llegaría, pero no estaba preparada.
—Cait… —empieza, sin saber exactamente qué decir.
—Hija... —susurra Tobias, con el dolor pesando en sus palabras.
—No puedo… —Caitlyn traga saliva, su mano temblando ligeramente—. No puedo ver por ese lado.
Vi aprieta los labios y asiente lentamente. Ya saben que no podría verlo. Ya no hay nada ahí.
—Lo sé —responde con suavidad, con su voz temblando un poco mientras lo dice.
—No pudimos salvarlo —dice Tobias, dándole una mirada suave—. El daño de esa daga... Fue demasiado.
Caitlyn cierra los ojos por un momento, procesando las palabras. Sus facciones visibles se tensan en un momento, pero sigue sin decir nada. Parece tan... Perdida.
Vi tampoco dice nada, sabe que Caitlyn necesita un largo momento para entenderlo. Perder un ojo así...
Cuando vuelve a abrir su ojo, su expresión es más firme, aunque aún hay algo de vulnerabilidad en ella.
—Voy a necesitar… un nuevo rifle —murmura, con una pequeña y débil sonrisa.
Vi parpadea sorprendida antes de soltar una risa quebrada, aliviada y orgullosa al mismo tiempo.
—Oh, sí —dice, inclinándose un poco hacia ella—. Te conseguiremos el mejor rifle que Piltover haya visto.
Caitlyn deja escapar un suspiro y cierra su ojo de nuevo, con algo de tensión aún en ella.
Vi sigue sosteniendo su mano, sintiendo cómo se relaja un poco más.
—Gracias… Por estar aquí —susurra Caitlyn, con voz baja y dulce.
Vi aprieta su mano una última vez y apoya la frente contra la de ella.
—Siempre, cupcake. Siempre.
—Deberías dormir un poco más —susurra Tobias, dándoles una sonrisa amable a ambas—. Sé que ya has dormido mucho, pero...
—Estoy cansada —confirma Caitlyn, con su rostro lleno de pesadez—. Muy cansada.
Sus ojos se van directos al de Caitlyn, sintiéndose un poco tensa. Siente un ligero pánico al pensar en la idea de ver a Caitlyn dormida de nuevo, pero sabe que debe ser así.
Sus heridas... Su ojo no fue lo único que salió dañado en la pelea. Y esas cosas necesitaban mucho tiempo y cuidado para recuperarse totalmente.
Tobias le explicó que después de eso debería acostumbrarse de nuevo a hacer las cosas cotidianas. La vista cambia mucho de tener sus dos ojos activos a solo tener uno, su percepción de las cosas... Es un gran trabajo.
Y debe dejar de lado sus preocupaciones por un momento. La recuperación de Caitlyn es lo más importante ahora.
—Duerme un poco —dice Vi, sintiendo la tensión creciendo en su pecho al decir esas palabras—. Estaré aquí cuando te despiertes de nuevo.
Caitlyn asiente, y Vi puede ver la incomodidad que le crea ese gesto. Su rostro se llena de dolor por segundos, y todo se siente... Doloroso.
—Te... Te amo —susurra Caitlyn, su voz aun rasposa.
Pero es el mejor sonido que ha oído nunca Vi. Mejor que ninguna otra cosa que pudiera haber dicho.
Siente como su corazón se llena de alivio y felicidad. Se siente tranquila y en paz por unos segundos, mientras las palabras de Caitlyn calan en su pecho. Es todo lo que necesitaba oír.
Por un momento, cuando Caitlyn aún no despertaba, temía que la mujer ya no la quisiera después de todo. Es algo tonto, incluso cuando Caitlyn ya le había dicho que la amaba. Pero no podía dejar de pensar en no ser suficiente para ella.
Aun así, aún la quiere. Y eso es todo lo que necesita Vi ahora.
Se siente más feliz que nunca, mientras mira ese ojo azul y brillante. Vi siempre ha estado un poco obsesionada con sus ojos, y eso no va a cambiar ahora. Nunca lo hará.
—Te amo —susurra Vi, dándole un pequeño beso en la frente a Caitlyn.
Se queda a su lado, incluso cuando duerme, ahora con un peso menos en los hombros.
Será un proceso complicado para adaptarse a todos los cambios, y también los que están ocurriendo en Zaun, peor lo harán.
Vi ahora tiene gran parte de las cosas que siempre quiso. Una familia y un Zaun mejorando. Cosas que nunca pensó que podría tener, que nunca pensó que podría merecerse.
Pero, sea como sea, las tiene ahora. Y no va a dejarlas ir de ninguna forma.
— —
Los siguientes días son duros.
Caitlyn está despierta, pero aún no se ve bien. Parece perdida la gran parte del tiempo, confusa, mientras mira a Vi y hablan como si nada hubiera pasado. Ni siquiera tuvo una reacción cuando Jinx pasó a visitarlas, como si no pudiera creerlo.
Vi, por supuesto, se queda a su lado todo el tiempo. Quiere que Caitlyn esté lo mejor posible, pero algunas veces es difícil.
La mujer se niega a aceptar ayuda la mayoría de veces, totalmente convencida de que puede hacerlo todo como antes sin problemas. Pero no puede... Vi se esfuerza en no intervenir, pero a veces su necesidad de ayudarla es superior a eso.
Su mayor problema es su ojo. O la falta de él, más exactamente.
Al principio, Caitlyn no volvió a mencionar nada sobre ello. Solo asimiló la información en silencio aquella vez, bromeando, y después de eso... No una palabra más. Pero Vi puede notar como le cuesta eso. Puede ver como su mano se mueve algunas veces hasta donde solía estar su ojo, tocando el vendaje como si aún estuviera ahí debajo. Puede ver como sus movimientos se han vuelto más torpes y descoordinados. Puede ver como evita hablar de ello, aún que sufre en silencio.
Vi no quiere ser la primera que hablé respecto a eso, por lo que se queda en silencio. Respeta la decisión de Caitlyn, pero cada vez se hace más difícil.
Quiere consolar a Caitlyn, hablar de ello y buscar soluciones a esos problemas. Pero Caitlyn, de nuevo, parece encerrada en sí misma, sin compartir lo que piensa con Vi. Es desesperante.
El momento de hablar de ello, llega una mañana tranquila.
Vi vuelve a la habitación, después de asearse rápidamente en el lavabo de la mansión, y lo que se encuentra la deja sin palabras.
Tobias ha insistido en que le den unos días a Caitlyn para asimilar su situación antes de ponerse de pie, para que aprenda a usar su nueva visión reducida. Vi había pensado que no era necesario, pero sabía que Tobias solo tenía miedo de la reacción de Caitlyn. Como ella lo tiene.
Por eso, ver a Caitlyn intentando levantarse de la cama sin ningún tipo de ayuda... Por Janna, ni siquiera había alguien en la habitación con ella.
Vi camina con rapidez hacía Caitlyn, colocándose a su lado sin tocarla. Sabe que Caitlyn quiere hacer esto sola, sabe que lo necesita, pero aún no controla como medir las distancias ahora.
—Cait, espera... —pide Vi, colocándose para poder sostener a Caitlyn en caso de que algo no vaya bien.
Caitlyn ni siquiera la mira, moviéndose cada vez más al filo de la cama. Vi puede ver esa expresión en su rostro, llena de confianza y decisión.
—Puedo hacerlo —insiste Caitlyn, con esa testarudez suya que Vi conocía bien.
Poco a poco, logra ponerse de pie, mientras Vi la mira llena de nervios. Es un proceso lento y cada segundo hace que se sienta más preocupada.
Ponerse de pie no es lo más complicado. Es solo cuando va a dar un segundo paso cuando todo el cuerpo de Caitlyn se tambalea. Vi reacciona al instante, sujetándola por la cintura antes de que pueda caer. No es extraño, Tobias ya le dijo que podía pasar.
—¡Mierda! —exclama Caitlyn, sujetándose a Vi, y ella puede oír el tono frustrado en su voz.
Sabe que es difícil para ella. Caitlyn siempre ha sido una persona muy independiente, y verse ahora reducida a tener que estar en una cama, sin poder caminar aún... No es fácil, lo sabe. Aun así ella también se siente frustrada.
—Está bien —susurra Vi, con voz dulce.
Con cuidado, ayuda a Caitlyn a sentarse de nuevo en la cama.
Es obvio que Caitlyn esta molesta consigo misma, por la forma en que sigue murmurando algo entre dientes que no llega a oír, y por su respiración pesada e irregular.
—Solo... Necesito acostumbrarme —murmura Caitlyn, con la voz llena de dolor.
—También te apuñalaron, Cait —le recuerda Vi, recordando toda la sangre que había también en el cuerpo de Caitlyn—. Las medicinas de Piltover están avanzadas, pero no son milagrosas.
—Pero... —murmura Caitlyn, aún pareciendo dolida y tan... Pequeña.
Vi agarra sus manos y entrelaza sus dedos, acariciándola con suavidad.
Han pasado por mucho, y sabe que esto no será nunca suficiente para parar a Caitlyn. Aún hay muchas cosas que puede hacer, y es solo cuestión de tiempo hasta que vuelva a estar activa y yendo por todos lados.
Solo necesitan tiempo.
—Te acostumbrarás —dijo con seguridad—. Pero no tienes que hacerlo sola.
Caitlyn suspira, subiendo la mirada para unir su único ojo a los de Vi.
El vendaje sigue en su sitio, pero sabe que Tobias planea retirarlo pronto. Quitarlo tan vez sea bueno, incluso sin ojo ahí, tal vez ayude a que Caitlyn no se sienta tan presionada.
Pase lo que pase, solo deben encontrar su nueva normalidad juntas.
Han derrotado a Ambessa. Pueden hacer cualquier cosa ahora. Pueden tener una nueva vida ahora, dejar todos sus errores atrás y... Solo ser ellas por un tiempo.
Vi espera un momento antes de hablar. Sabe que Caitlyn necesita unos segundos más para pensar por sí misma, para dejar de estar tan tensa y rígida.
—Sé que es frustrante —dice en voz baja—. Sé que eres fuerte y que quieres hacer todo por ti misma, pero... Déjame ayudarte, ¿sí?
Caitlyn tarda unos segundos, pero acaba asintiendo hacia Vi, con un destello de dolor en sus ojos. Por mucho que quiera hacer las cosas pro sí misma ahora, necesita una ayuda.
—Está bien... Pero solo un poco —acaba diciendo Caitlyn, sonando algo insegura.
Vi sonríe, sintiéndose un poco más aliviada.
Al menos Caitlyn ha aceptado su ayuda. Pueden trabajar juntas y solo es cosa de tiempo antes de que Caitlyn vuelva a estar tan buen como siempre.
—Me conformo con eso... Por ahora —bromea Vi, intentando suavizar la situación.
Caitlyn rueda los ojos, pero su expresión se vuelve más suave por el momento.
Es un primer paso, un pequeño avance. Es todo lo que Vi quería para sentirse más cómoda y segura.
—Vamos, ahora ponte de pie de nuevo —dice Vi, riendo cuando Caitlyn parece quedarse sin palabras—. Tienes que practicar. No será muy difícil, es normal di te tambaleas al principio.
—¿Ahora eres una experta en pérdida de ojos? —bromea Caitlyn, agarrándose a la camilla mientras intenta deslizarse hacia delante de nuevo.
—Bueno, he pasado mucho tiempo con Tobias —dice Vi, riéndose suavemente.
Tarda unos segundos en darse cuenta de que Caitlyn no se mueve de la camilla, mientras la observa con intensidad.
—Lo llamaste Tobias —dice Caitlyn, ladeando la cabeza.
—Um, ¿es su nombre? —pregunta Vi, sintiéndose también confusa por unos segundos.
—Sí, solo... Pensé que no querría, ya sabes... —dice Caitlyn, evitando mirar a Vi a los ojos ahora.
Oh, a eso se refiere...
—Hemos tenido mucho tiempo para hablar mientras estábamos aquí —susurra Vi, tirando suavemente de Caitlyn para que se ponga finalmente de pie—. Podemos decir que nos llevamos bien ahora.
—¿De tanto se pierde una al estar dormida? —dice Caitlyn, con una sonrisa enorme—. Me alegro de que estéis bien ahora.
Vi asiente, reconociendo también lo aliviada que se siente por ello.
Pensó que Tobias la echaría en el mismo momento que dejara a Caitlyn allí, pero no fue el caso. Siempre estará agradecida por ello. Y, en el tiempo muerto al lado de la canilla de Caitlyn, han encontrado una forma de entenderse.
Se ha sentido bien no está sola ahí, sin nadie más.
Jinx sigue viniendo, y le habla sobre lo mucho que la extraña Vander, o cosas que sigue haciendo Ekko ahí abajo, pero no es lo mismo...
No quería alejarse de Caitlyn, y ahora... Tardará un tiempo en poder bajar ahí abajo con ella.
—Vamos, da otro paso —murmura Vi, viendo como Caitlyn comienza a avanzar lentamente.
Sus movimientos aún son inseguros e inestables, pero es mucho mejor que antes, y no se tambalea hasta el punto donde pueda caerse.
Es admirable de ver. Como se esfuerza al máximo en cada paso que da, en cada pequeña cosa que tiene que hacer. Aun así, parece que sigue teniendo algunos problemas menores. Nada a lo que no se pueda acostumbrar.
—Lo estás haciendo genial —la elogia Vi, viendo como da otro paso más hacia delante.
Caitlyn sigue avanzando, con pasos lentos pero seguros, controlando su espacio con su único ojo viable. Vi camina a su lado, lista para saltar en su ayuda si necesita hacerlo.
La concentración en el rostro de Caitlyn es evidente, casi parece molesta por necesitar concentrarse en algo que daba por hecho. En que algo tan sencillo como respirar, sea ahora todo un reto.
—Bien, ahora intenta girar y volver —dice Vi con suavidad, cuando parece que Caitlyn ha dominado el andar en línea recta, al menos por el momento.
Caitlyn asiente y sigue sus indicaciones, pero el movimiento es demasiado brusco. Puede ver el momento en que su cuerpo se desestabiliza por un segundo, pero logra volver a recuperar el equilibrio por sí misma.
—Mierda... —murmura Caitlyn, apretando los dientes.
—Lo estás haciendo genial —repite Vi, con una sonrisa—. No espero menos de una de la mejor tiradora de Piltover.
Caitlyn suelta un resoplido, pero Vi nota la ligera curvatura en sus labios. Parece que no quiere reírse. Sabe que debe querer centrarse totalmente en su camino.
—La mejor tiradora de Piltover —la corrige Caitlyn, como siempre lo hace.
Vi se ríe suavemente, acompañando a la mujer mientras sigue dando pequeños pasos por la habitación.
—Sí bueno, podríamos decirlo así, cupcake —dice, aún riendo—. Tienes suerte de que Jinx sea de Zaun.
Vi le guiña un ojo, y Caitlyn la mira con incredulidad fingida.
—¿Soy la segunda mejor para ti? —dice Caitlyn, ahora parece olvidar su concentración en el caminar, con una sonrisa burlona en los labios—. Bueno, podría decir que Jayce golpea a más enemigos que tú con ese martillo...
—¡Eh! No es mi culpa que tenga un martillo que saca rayos —responde Vi, sintiéndose más relajada que antes—. Siempre puedes dejarme e irte con él...
—No vas a librarte de mí —dice Caitlyn, con un tono un poco más serio—. Aún tengo un ojo para controlarte.
—Claro que si, cupcake. Controla todo lo que quieras —dice Vi, guiñándole un ojo, divertida por la situación—. Tampoco vas a librarte de mí.
Puede ver como Caitlyn se ríe suavemente, dando otro paso hacia delante. Vi siente una calidez extraña en su pecho. Es la primera vez en días que Caitlyn parece… Ella misma.
Pero entonces, cuando Caitlyn da un paso más hacia delante, se escucha un sonido lejano en la casa. Es un ruido fuerte, que hace que Caitlyn gire la cabeza y camine hacia el sonido, sin darse cuenta de la silla en su camino.
Tropieza con ella, y Vi esta a su lado al momento, atrapándola antes de que pudiera caer al suelo.
—¡Cait!
Caitlyn se agarra a Vi con fuerza, su respiración agitada. Tarda unos segundos en estabilizarse antes de soltar un susurro tenso.
—No lo vi venir…
Vi traga saliva.
Sabe lo que realmente quiere decir Caitlyn.
No vio venir el peligro porque su percepción ha cambiado. Porque su visión ya no es la misma. Porque ya no tiene un ojo.
—Cait… —empieza Vi, con cuidado.
Pero Caitlyn ya se ha soltado, con la mandíbula apretada.
—Estoy bien. Otra vez —dice, decidida.
Vi la observa, siguiendo a Caitlyn para evitar que tropiece de nuevo.
Tarda un poco más esta vez, pero Caitlyn va perdiendo la incomodidad paso a paso, bromeando con Vi de cosas tontas que las hacen reír a las dos.
Poco a poco, Vi sabe que las cosas irán a mejor. Caitlyn es demasiado testaruda como para dejar que eso la supere.
Solo necesitan tiempo, y entonces podrán pensar en su futuro juntas.