
Chapter 22
Es demasiado pronto cuando Vi y Caitlyn se encuentran en la parte superior del árbol de los Firelights, en una de las habitaciones que usan como sala de reuniones. Uno de los Firelights las había mandado ahí después de salir de la habitación, para poder hablar bien de la situación.
Vi se sienta con los codos apoyados en la mesa, con los ojos pesados. No ha podido dormir muy bien, esta demasiado preocupada por todo lo que podría pasar. Nunca ha lidiado muy bien con la presión.
Caitlyn esta sentada en la silla a su lado, solo su presencia hace que Vi pueda respirar un poco mejor, pero aún es confuso.
Suelta un pequeño gemido bajo cuando Caitlyn pasa la mano por su cabello, acariciándola con suavidad. Es relajante, y ayuda un poco a que el cerebro de Vi se calme por unos instantes.
—Es demasiado pronto —murmura Caitlyn, todavía jugando con su cabello—. Deberías haber dormido más.
Vi niega con la cabeza, lentamente para que Caitlyn no retire su toque.
—No podía dormir —responde Vi, con pesadez—. Tú tampoco estabas durmiendo.
—Lo sé —dice Caitlyn, con un tono algo triste—. Todo es demasiado.
Se hace un segundo de silencio entre ellas, mientras Caitlyn ahora le pasa las uñas por el cuero cabelludo, en un masaje relajante.
Las sillas son duras e incómodas, por lo que Vi no puede relajarse del todo. Pero esta bien, por eso están ahí. No quiere relajarse, quiere buscar un plan para poder quedarse más tranquila.
Pero su cerebro no parece estar en la misma sintonía. No puede pensar nada que pueda ayudarles ahora contra Ambessa, contra el poder que tiene ahora en Piltover.
Ya no solo por Vander, Ambessa ha acabado aterrorizando a Zaun. Las detenciones sin motivo, los castigos públicos... No sabe hasta donde puede llegar si no hay nadie más que la detenga.
La puerta se abre con un crujido, y ambas giran su cabeza para ver a Ekko entrando. Se ve más cansado que ayer, algo en su cuerpo lo indica. No es de extrañar, parece que nadie puede hacerlo ahora.
—Buenos días —susurra Ekko, bostezando un poco y sentándose frente a Vi.
—Buenos días, hombrecito —susurra Vi, mirándolo aún con los codos apoyados en la mesa.
Caitlyn retira su toque de la cabeza de Vi, y la mujer quiere protestar por ello, pero sabe que no es el momento. Tienen que discutir de cuáles van a ser sus planes ahora.
—Buenos días —dice también Caitlyn, ahora mirando a Ekko.
—Supongo que tampoco habéis dormido bien —murmura Ekko, mirando entre las dos.
Vi asiente, sabiendo que no hay forma de negarlo. Su apariencia desaliñada debe ser resultado de ello, ni siquiera se ha visto en un espejo en bastante tiempo, y no está segura de que quiera hacerlo.
—Tenemos que pensar en algo —empieza Caitlyn, con un suspiro pesado—. Ambessa no va a detenerse.
Ekko asiente, mientras da pequeños golpes con los dedos a la mesa, pensando en algo. Es difícil pensar tan pronto para Vi, pero parece que Ekko esta en total funcionamiento de todos modos.
—No podemos seguir huyendo para siempre —añade Vi, sintiéndose más tensa ahora que habla de lo que cree—. Ya no es solo por Vander, esta haciendo sufrir a todo Zaun...
—Tienes razón —dice Ekko, sonando cansado—. Y no solo Ambessa, Heimerdinger me ha contado sobre el problema con Viktor...
—Sí, ahora parece una especie de dios curando a gente o lo que sea —dice Vi, frustrada—. Gente a la que después puede controlar como si fueran marionetas.
Ekko frunce el ceño, mientras mira a Vi con algo de pánico por un momento.
—¿Puede controlar a Vander? —pregunta, haciendo que algo en Vi se tense de nuevo.
Piensa en ello, en las palabras de Ambessa. Aún no podía controlar a Vander, por lo que ella sabe. Ya lo hubieran usado si pudiera hacerlo, incluso cuando escapaban, Vander no le hizo ningún tipo de caso a Viktor.
Tal vez por eso tuvo que curarlo al principio. Puede que estuviera tan mal que ni siquiera el control de Viktor pudo con él. Pero si ahora está curado... ¿O tal vez no acabo curándolo él?
Vander se volvió protector con Jinx, recuperando la consciencia, por como le contó Jinx lo ocurrido en Stillwater. Suena algo extraño, pero tal vez la familia es lo que le curó. Al menos tiene algo de sentido.
—No lo creo —menciona Vi, algo confusa—. Todos los demás se quedaron quietos, pero Vander no. Tampoco tiene esas cicatrices brillantes.
—Bueno, al menos una cosa menos de la que preocuparse.
—Ambessa y Viktor... —susurra Caitlyn, cerrando los ojos con fuerza—. Es demasiado peligroso intentar acercarse a ninguno. Y Jayce...
—¿Tal vez Jayce consiguió hablar con Viktor? —pregunta Vi, esperando una respuesta de Caitlyn.
No sabe mucho sobre la historia de ellos dos, pero por lo que sabe son muy unidos. Jayce no se veía muy amigable, por los recuerdos rápidos que tiene de la escena, pero puede que haya conseguido algo de Viktor.
—No lo creo —dice Ekko, suspirando—. La gente sigue apareciendo a todas horas, y el árbol... El Hextech sigue activo.
—¿Ese es el problema? —cuestiona Vi, sin saber de qué está hablando Ekko.
Sabe que el Hextech es peligroso, e impredecible. Lo vivieron de primera mano cuando acabaron en otra dimensión por acercarse. Pero de ahí a ser la raíz de todo el problema...
Ahora que lo piensa, sí en la otra dimensión no se inventó Hextech y todo parecía ir bien... Tal vez ese sea realmente el problema.
—No sé como debemos hacerlo —responde Ekko, con los hombros cada vez más tensos—. Incluso si ganamos contra Ambessa, el Hextech seguirá ahí. Y solo Jayce sabe cómo destruirlo desde el núcleo.
—No sabemos dónde está ahora, o que ha hecho Viktor con él —dice Caitlyn, con algo de dolor en su voz.
Estuvo buscando a Jayce durante mucho tiempo y, ahora que lo pudo ver, fueron solo unos segundos antes de dejarlo con Viktor, quien parece ser mucho más peligroso de lo que parecía en un principio.
—Deberíamos centrarnos en Ambessa hasta que sepamos algo de Jayce —sugiere Vi.
Por mucho que el Hextech sea problemática, no podrán hacer nada si la mujer sigue ahí, dirigiendo todo Piltover.
Ekko asiento lentamente, moviéndose en la silla cómo si estuviera incómodo.
—Si vamos a pelear contra Ambessa, necesitamos saber exactamente qué tiene. Su ejército, su poder, sus recursos...
Dice eso mientras observa a Caitlyn, sabiendo que ella puede tener toda esa información. Sabe que estuvo pasando un mal momento, pero espera que al menos sepa más sobre Ambessa. Necesitan todo lo que sepa si quieren intentar derrotarla.
La expresión de Caitlyn se vuelve más seria, mientras parece hacer un esfuerzo por recordar todo lo que puede de la mujer. Parece tan concentrada como cuando solían trabajar juntas, contra Silco.
—Tiene control sobre la mayoría de Piltover —explica Caitlyn, con tono serio—. Su influencia ha crecido tanto que nadie la desafía, ni siquiera los ejecutores. La escuchan por encima de mí, desde el principio. Tiene algunas armas de Hextech que consiguió de Jayce, pero también tiene otras cosas. Ayer vimos como si tuviera una especie de escudo a las balas de mi rifle.
Es verdad, Vi casi lo había olvidado. Las balas rebotaron contra el escudo de Ambessa, pero la red si logró mantenerla inmóvil por un tiempo.
—Cierto, tenía una especie de símbolos grabados —explica Vi, intentando recordar como eran—. Creo que cualquier cosa poderosa y con Hextech no funcionará contra ella ahora.
Ekko asiente, pensando en ello. Hay muchas cosas que analizar para buscar una forma de que pueda salir bien, no pueden correr riesgos esta vez. Si sale mal y mueren... Zaun no tardará mucho en ir detrás.
La puerta de la habitación se abre con un ruido seco, dejando ver a Jinx. Los mira con los brazos cruzados, sus ojos pasando sobre todos ellos.
—¡No puedo creer que hayáis hecho una reunión sin mí! —dice Jinx, indignada.
—No fue planeado —responde Vi, encogiéndose de hombros—. ¿Dónde está Isha?
—Se quedó con Vander —explica Jinx, ahora yendo a sentarse al lado de Ekko—. ¿Qué habéis pensado? Tengo algunas ideas geniales.
—No vamos a entrar ahí poniendo bombas por todos lados —dice Vi, viendo como Jinx comienza a protestar—. Tampoco vamos a usar esos robots que tienes como bombas. Ambessa parece inmune a ellas de todos modos.
Jinx suelta un bufido, recostándose en la silla más cómodamente. No parece muy contenta de que pueda esquivar sus bombas. Por mucho que tenga armas que disparan, incluso Powder tenía preferencia por las bombas... No es que eso acabara muy bien de todos modos.
Ekko casi extraño mientras la observa, sin decir ni una palabra. Vi tiene mucha curiosidad por saber que es lo que ha pasado con él, cómo ha cambiado de opinión tan rápido sobre Jinx. Parecía que nunca iba a hacerlo.
—¿Cómo es inmune?
—Tiene un escudo protector —dice Caitlyn, suavemente—. No sabemos cuanto daño cubre, pero aún puede ser retenida.
—Y golpeada —añade Vi, recordando el golpe que logró darle.
Al menos es algo, pero eso complica mucho las cosas.
Si no puede atacarla con Hextech, ni con nada que tenga tanto poder. ¿Qué se supone que deben hacer?
Vi sabe que es buena en el combate cuerpo a cuerpo, pero no está segura de si puede derribarla. Especialmente no cuando todo su cuerpo protesta ante la simple idea de moverse. Debe acostumbrarse a su dolor primero, o esta muy segura de que no podrá con ella. Y ni siquiera con eso estará segura.
—Um, interesante —dice Jinx, sus ojos casi brillando por la emoción—. ¿Cómo creó un escudo de ese tipo?
—No lo sé, era una especie de símbolo y...
—Mel también tenía un escudo —habla Caitlyn, ahora haciendo que la atención de todos ellos se centre en ella—. Cuando... El escudo la protegió, también a Jayce. Por eso salieron sin estar heridos.
Vi asiente, pensando en ello. Sabía algo de eso, por lo que le había dicho Caitlyn en su momento, pero nunca le dio gran importancia.
—¿Lo tiene puesto, o también es un símbolo?
—Mel no estaba segura —añade Caitlyn, mirando a Jinx ahora.
—Sería interesante poder verlo —dice Jinx, con tono pensativo—. Podría intentar replicarlo. Entonces ella tampoco podría atacarnos con el Hextech que tienen.
Ekko desvía su mirada a Jinx de nuevo, mirándola cómo si la viera de una forma distinta. Le recuerda a un poco a Caitlyn, cómo su perspectiva de ella ha cambiado con lo ocurrido en la otra dimensión.
—Dejémoslo por un rato —dice Ekko, levantándose de la silla—. Ha tenido que ser muy estresante para vosotras, podéis tomaros un día libre... Vander está aquí, y sé que queréis pasar tiempo con él. Estamos seguros aquí por ahora.
Vi siente que se le forma un nudo en la garganta. Ha evitado pensar en ello, ha sido más fácil centrarse en todas las cosas que les quedan por hacer.
Pasar todo un día con Vander en esta dimensión, aún no suena como algo real, y Vi no sabe cómo hacer para que todo se sienta normal. Le costará un tiempo.
—Está bien —susurra, sintiéndose aliviada cuando Caitlyn le dedica una sonrisa suave.
Puede tomarse un día libre, Ambessa no los encontrará aquí. Y tiene que formar un plan mejor antes de hacer nada, por lo que no es exactamente un descanso sin sentido.
Está bien, todo estará bien.
— —
El ambiente en el refugio de los Firelights es muy diferente a lo que se está viviendo fuera de ahí. Casi parece que está en otra dimensión de nuevo, pero sabe que está vez no es así.
Hay niños corriendo por todos lados, muchos más de los que había en ese momento, y todos parecen calmados.
Sabe que no es exactamente así, deben estar igual de preocupados por el exterior que ellas. Pero, aquí dentro, pueden tener su burbuja de felicidad sin preocupaciones extra.
Vi se sienta contra una pared, con la vista fija en Isha, Jinx y Vander hablando en el centro. Isha, aunque parece contenta de que haya otros niños, aún no se aparta de Jinx.
Parece irreal, pero mucho mejor que cualquier otra cosa. Ha estado ahí antes, hablando con ellos, pero sintiendo que su mente estaba muy lejos.
Aun cuando está con ellos, no sabe qué decir. Las cosas son muy diferentes a cómo eran antes, demasiado.
Caitlyn está a su lado, volviendo a ser ese apoyo que Vi necesita.
En algún momento, pensó que Caitlyn era todo lo que necesitaba para sentirse mejor consigo misma. Caitlyn y su familia. Pero también siente que está sintiéndose cada vez mejor consigo misma. Sobre todo ahora que puede culpar a la creación del Hextech y el Shimmer.
—Es impresionante lo que Ekko ha construido aquí —comenta Caitlyn, observando a la gente.
Vi asiente, mirando el árbol que da vida al refugio, y a todos sus habitantes. Incluso hay algunos con esos patinetes volando alrededor del árbol, sintiéndose seguros y en paz.
—Sí. Es el único lugar en Zaun que parece... Seguro. Como un hogar.
O tal vez es solo que aún puede ver a Jinx, Isha y Vander, y eso se siente como el hogar para ella.
De cualquier forma, se siente segura ahí abajo, tan segura como puede sentirse con todo lo que está ocurriendo.
Caitlyn se mueve a su lado, alargando la mano para entrelazar sus dedos con los de Vi. Parece necesitar el contacto físico ahora mucho más que antes, siempre está buscando la forma de que estén conectadas de algún modo.
Realmente cree que la extrañó tanto como lo hizo Vi, y no es que pueda quejarse por tener la mano de una chica linda en la suya todo el tiempo. Es tranquilizador y hace que todos los pensamientos en su cabeza se calmen por un momento.
—¿Te gustaría quedarte después de todo esto? —pregunta Caitlyn, con esa voz suave y calmada.
Vi se queda congelada por un momento, pensando en ello.
Realmente no ha pensado en dónde van a quedarse o que van a hacer. Tener a Vander ya es más de lo que esperaba. Pensar en un futuro... Nunca ha sido para ella, pero ahora que tiene a su familia de vuelta, a Caitlyn a su lado...
—Tal vez —admite Vi, puede verse en un sitio como este, tal vez no tan rodeada de gente en realidad—. Pero quiero que sea seguro primero. No puedo quedarme aquí sabiendo que Ambessa podría destruirlo todo.
Caitlyn asiente, entendiendo lo que quiere decir Vi.
Nadie aquí estará seguro hasta que Ambessa y Viktor estén fuera del camino. Podrían encontrar el refugio en cualquier momento, si uno de ellos se conecta a Viktor... No sabe que tanto puede saber de eso por su enlace extraño. Aún no entiende bien la conexión que tiene Viktor con los que cura.
—Pero cuándo estemos seguros... No es un mal sitio —susurra Caitlyn, en voz aún más baja.
Vi sonríe, contenta por ello. Cualquier sitio le parecerá bien, pero aún más si Caitlyn también esta ahí con ella.
—Sí, está bien.
—Deberías estar con ellos ahora —susurra Caitlyn, apretando su mano con algo más de fuerza.
No necesita ver hacia donde está mirando Caitlyn para saber que se refiere a su familia. Y quiere hacerlo pero...
—No sé qué decirles...
—Cualquier cosa estará bien. Sé que quieres hacerlo. No te preocupes por qué decir, lo arreglarás.
Gira la cabeza para fijar sus ojos en Caitlyn, suspirando cuando esos ojos azules brillantes se cruzan con los suyos.
Ahora que han aclarado tantas cosas entre ellas, se permite ser más suave. Se permite desear más.
Con un movimiento rápido, rompe la distancia entre ellas y le da un beso rápido a Caitlyn. No es mucho, pero aún hace que se le dibuje una sonrisa tonta en los labios y que si corazón bombee con fuerza.
Oye la risa de Caitlyn antes de que sus labios vuelvan a presionarse juntos. Se siente como una adolescente enamorada cuando está con ella, y es increíble. Especialmente cuando nunca tuvo la oportunidad de vivirlo en su adolescencia. Pero también cree que hay algo más fuerte entre ellas que un simple enamoramiento, algo que puede ser... Casi de lo más importante para Vi.
—Venga, ves con ellos —dice Caitlyn, aún riendo cuando se separan finalmente—. Quiero preguntarle algo a Ekko.
—No es tu mayor fan ahora —responde Vi, mirándola con algo de preocupación.
Nadie aquí lo es, y dejar sola a Caitlyn con tanta gente que sabe que la odia... No se siente muy bien.
—Estaré bien, lo prometo.
Se quedan mirando unos segundos más, hasta que finalmente puede decir que Caitlyn estará bien por su cuenta. De todos modos, ella estuvo muy bien cuando Vi no estuvo, haciéndose comandante y todo. Puede lidiar con los Firelights sin problemas.
Vi se levanta con un suspiro fuerte, aún más cuando Caitlyn no la sigue. Pero sabe que tiene que hacer ahora.
Sus pasos se sienten pesados mientras camina por el refugio, su corazón ahora latiendo con los nervios. Al menos se siente más tranquila en este lugar, ahora que ha podido pensar en lo ocurrido durante la noche.
Jinx está sentada en el suelo con Isha en su regazo, mientras Vander, enorme y con su nuevo cuerpo, intenta manejar una pequeña taza de metal con torpeza.
—¿No es un poco pequeña para ti? —se burla Jinx, observando cómo sus enormes dedos intentan sostener el objeto sin romperlo.
Vi se ríe mientras se acerca, sentándose al lado de su hermana. No siente que la situación se vuelva incómoda con su llegada, ni que nada cambie.
Se siente... Normal. Cómo si estuvieran destinados a estar ahí, todos juntos.
Vander gruñe, pero hay una sonrisa en su rostro mientras mira a Jinx, todavía jugueteando con la taza.
—Me las arreglaré.
Isha, inocente, le ofrece a Vander una taza un poco más grande, pero aún de un tamaño ridículo para alguien del tamaño de Vander, especialmente con esas garras enormes como manos.
Jinx ríe y le revuelve el cabello, parece contenta por la sugerencia, incluso cuando no es útil.
—Buena idea, pequeñaja. Quizás deberíamos hacerle un juego de té gigante. Esa taza aún no le sirve.
Vander resopla cómo si estuviera ofendido, pero consigue beber de la pequeña taza esta vez, haciendo que las dos hermanas se rían.
—Tú no eres quien para reírte, sis. Tus guantes de Hextech son casi peores que Vander. No puedo creer que esté en una familia con gente de manos gordas —dice en tono burlón, dándole un suave empujón a Vi.
—Oh, vamos. No todos podemos ser unos inventores geniales —se queja Vi, riéndose.
Jinx pone los ojos en blanco, ahora con una sonrisa amistosa. Es tan diferente a como eran las cosas entre ellas, que parece que todo sea un sueño.
—¿Dónde está Cait? Podría acabar gustándome y todo —dice Jinx, ahora con una sonrisa más insegura.
—Solo hablando con Ekko, vendrá luego —contesta Vi, sintiendo como otro peso se quita de sus hombros.
Por un momento, no hay nadie intentando atraparlos, no hay años perdidos entre ellos, ni resentimiento. Solo son una familia pequeña intentando encontrar su camino en el mundo, juntos está vez.
Por un momento, no hay guerra, ni Ambessa, ni miedo. Solo un padre, su hija adoptiva y una niña perdida que está encontrando su camino de vuelta a casa.
— —
Las noches en el refugio de los Firelights son tranquilas, tan tranquilas como pueden ser en un lugar lleno de gente. A veces oyen el murmullo de voces lejanas, o de risas infantiles. Nada de lo que podrían encontrar en otro lugar de Zaun. Es el ambiente más pacífico que Vi ha podido ver nunca allí.
Aun así, hay miles de pensamientos en su mente. Algunos más duros que otros, más difíciles de procesar.
Llevan dos días en el refugio, y cada vez siente que tienen menos tiempo para pensar en un plan, pero no tienen más ideas. Es un peso demasiado grande. Cada día están más cerca de tener que salir a enfrentarse a todo lo que hay más allá de la seguridad del refugio. Enfrentarse a Ambessa y Viktor.
Vi camina al lado de Caitlyn por el centro del refugio, con una idea clara. Hay algo más que ha estado en la cabeza de Vi durante días, algo que no puede dejar de ver cuando observa a Ekko mirando a Jinx. En como esa mirada ha cambiado, cómo parece tan...Melancólico y triste la mayor parte del tiempo.
Y por eso están aquí.
Lo encuentran al pie del árbol, sentado en una de las ramas bajas. Está mirando hacia el refugio, observando cómo los niños juegan y cómo los Firelights terminan sus actividades del día. Es un líder, pero en este momento parece solo un chico atrapado en algo mucho más grande de lo que jamás imaginó.
Vi se aclara la garganta, sin querer molestar su paz mental de golpe con su presencia.
—Ekko.
Él no se sorprende al verlas, como si ya supiera que iban a buscarlo en algún momento. Exhala despacio y se cruza de brazos, moviéndose un poco para poder quedarse mirándolas ahora.
—Sabía que vendríais.
Vi intercambia una mirada con Caitlyn antes de apoyarse contra el tronco del árbol, cruzando los brazos sobre su pecho.
Ha pensado muchas veces en como quería empezar la conversación, pero sabe que las cosas son más fáciles cuando pueden hablar claramente. Y Vi tiene muy claro lo que cree que está pasando con él.
—Tú también estuviste en otra dimensión, ¿verdad? —pregunta, lo más directa que puede.
—¿Tú también? —pregunta Ekko, mirándola ahora con la expresión llena de sorpresa—. ¿Cómo es posible? El núcleo está...
—Fuimos a buscarte —dice Caitlyn, con voz baja—. Jayce, Heimerdinger y tú. Desaparecisteis sin dejar rastro, y alguien mencionó que habíais bajado para ver el núcleo.
Ekko baja la cabeza por un segundo, pensativo. Vi puede notar como su mandíbula está tensa, como si no estuviera seguro de que empezar a decirles.
Finalmente, da un suspiro y levanta de nuevo la cabeza, mirando a ambas por un segundo.
—Esa otra dimensión... Ha estado jugando con mi cabeza más de lo que debería —admite Ekko en voz baja, viéndose mal incluso por hablar de ese sitio—. Y ahora... Es más difícil de seguir como antes.
Así que tenían razón, Ekko estuvo en otro lugar, al igual que ellas. Se sorprende un poco de saber que no fue el mismo, o no cree que lo haya sido. Eso significa que hay muchos más universos de los que no tienen ninguna idea al respecto.
—Te entiendo —dice Caitlyn, dando un suspiro—. Todo lo que creías saber desaparece, con esos recuerdos tan cercanos.
—¿Cómo fue? —pregunta Vi, con un tono más suave—. El universo donde estuviste.
Ekko deja escapar un suspiro profundo, sacudiendo la cabeza, cómo si solo de pensar en ello se sintiera más triste.
Vi puede sentirse identificada por ello, por eso ahora evita pensar en como fueron las cosas allí. Se quiere centrar en lo que tiene aquí, en lo que es real y cercano a ella.
—Extraño. Confuso. Vi un Zaun diferente. Un Piltover diferente. Algunas cosas eran mejores... otras, peores.
Vi frunce el ceño ante las palabras de Ekko, sin saber exactamente si eso debería ser algo bueno o no. Hay algo en su tono que no puede acabar de identificar aún.
—¿Qué viste?
Ekko se pasa una mano por el cabello, como si no estuviera seguro de por dónde empezar.
—Vi un Zaun donde Jinx nunca existió —dice en voz baja—. Un lugar donde nunca perdió la cabeza, donde nunca tuvo que volverse lo que es aquí. Venzo estando vivo, Mylo y Claggor también... Pero no todo era bueno.
Vi traga saliva, sin saber como tomarse esa respuesta.
—¿Cómo era?
—Diferente —responde Ekko, con un susurro pensativo—. No se parecía en nada a la Jinx de aquí. Era... tranquila. No se veía perdida.
Vi asiente, sintiendo un peso en el corazón. Esa versión tan diferente de ella... Ahora no puede evitar estar comparándola con Jinx ahora, no de una forma mala, sino de una forma de ver las cosas de una forma más positiva para ella.
—Powder en lugar de Jinx...—murmura, con ese dolor en su pecho al recordar como era en la otra dimensión—. También fue así para nosotras.
Escuchar que Ekko también la vio de esa forma, que hay un mundo donde Powder nunca se convirtió en Jinx... Le hace tener aún más confianza en Jinx. Hay más de un universo dónde es mejor, pueden lograrlo también en este.
—El Hextech tampoco existía ahí —continúa Ekko, su voz ahora más dura—. Debemos deshacernos de todo ello.
Caitlyn asiente, manteniendo la mirada fija en Ekko. En el universo donde estuvieron tampoco existía el Hextech, y por eso salió todo mucho mejor de lo esperado.
Si acabar con el Hextech soluciona algo, están dispuestas a probarlo.
—No será fácil —dice Caitlyn, sacudiendo la cabeza—. Tenemos que tener paciencia y pensar bien en ello.
—Podemos tener lo que ellos tenían —dice Vi, con tono bajo—. Lo que esas dimensiones consiguieron...
Ekko levanta la cabeza y las observa por un momento, con esa mirada intensa que siempre ha tenido cuando analiza algo importante.
—Creo que el futuro no está escrito —dice finalmente—. No importa cuántos mundos haya, no importa qué versiones de nosotros existan ahí fuera. Lo único que importa es lo que decidimos hacer con lo que tenemos aquí.
Vi se cruza de brazos y asiente lentamente, procesando sus palabras.
Solo tienen una opción para conseguir lo que quiere, la única opción que puede ver viable.
—Entonces decidimos luchar por nuestro futuro.
Ekko le sostiene la mirada por un largo segundo antes de soltar un suspiro y asentir.
—Sí. Lucharemos esta vez.
Por primera vez en mucho tiempo, Vi siente que están en la misma página.
— —
Por la mañana, todo parece tranquilo y seguro. Pero incluso en la calma, su mente sigue inquieta. Demasiadas preguntas sin respuesta, demasiados problemas sin solución.
Hablar con Ekko le ha dado más tranquilidad y más esperanzas para su futuro, pero aún tiene demasiadas cosas en la mente.
Se mueve con cuidado en la estrecha cama compartida, sintiendo el calor familiar de Caitlyn a su lado. Sigue dándole esa paz inmediata, igual que lo hizo en la otra dimensión, e igual que lo hizo al principio de su relación, cuando la dejó quedarse en su casa.
Vi se queda observándola por un tiempo, disfrutando de su expresión relajada. Las respiraciones de Caitlyn son suaves y calmadas, casi parece una princesa durmiendo.
Vi sonríe con cariño y levanta una mano, apartando con suavidad un mechón de cabello oscuro de su rostro. No puede evitar la calidez que le inunda el pecho.
Caitlyn murmura algo entre sueños, moviéndose ligeramente hasta apoyarse más contra ella.
No puede evitarlo. Se inclina y deja un beso en su frente, con un gesto lleno de cariño.
Caitlyn parpadea un par de veces antes de abrir los ojos, confusa por un momento. Vi siente un ligero rubor al ser atrapada en el acto, pero no se aparta.
—¿Qué estás haciendo? —murmura Caitlyn con voz soñolienta.
—Nada —dice Vi, sonriendo con suavidad—. Solo mirándote.
Caitlyn la observa con esos ojos azules tan intensos que siempre logran dejarla sin respiración. Luego, con un suspiro, se estira y se acomoda mejor contra ella, enredando sus piernas con las de Vi antes de deslizar una mano perezosa por su brazo.
—Si sigues mirándome así, tendrás que besarme bien, no solo en la frente —dice, su tono aún adormilado, pero con una leve diversión en su voz.
Vi deja escapar una risa baja, sintiendo su pecho calentarse aún más.
—¿Sí? ¿Y qué pasa si no lo hago?
Caitlyn entrecierra los ojos, fingiendo pensarlo.
—Tendré que tomar la iniciativa —responde, con una sonrisa perezosa.
Vi no necesita más invitación. Se inclina y roza sus labios con los de Caitlyn en un beso suave, lento y lleno de la tranquilidad que solo pueden permitirse en ese instante. No hay prisa, no hay miedo. Solo ellas dos, por un momento, en su propio mundo.
Cuando se separan, Caitlyn deja caer la cabeza sobre el pecho de Vi con un suspiro satisfecho.
—Podríamos quedarnos aquí todo el día —murmura.
Vi suelta una risa baja y le acaricia el cabello.
—Tentador, pero tenemos cosas que hacer.
Caitlyn suspira, pero no protesta cuando Vi se mueve lentamente para levantarse. Se estira y le ofrece una mano para ayudarla a incorporarse.
—Vamos, Cupcake. Ekko nos espera.
Caitlyn toma su mano, entrelazando sus dedos con los de Vi antes de levantarse.
—Siempre tan romántica, Vi.
Vi se ríe y le da un leve empujón con el hombro antes de levantarse para cambiarse y seguir planeando lo que tienen que hacer.
En esos momentos, cuando están ellas dos, Vi se permite dejar las preocupaciones a un lado y estar pendiente de la mujer. No puede esperar al día que finalmente tengan una vida tranquila y pueda hacer todas las cosas que quiere con Caitlyn.
Quiere llevarla a conocer Zaun mejor, algo que no es tan bueno como en la otra dimensión, pero no tan malo como aquí. También quiere viajar en algún momento, conocer algo más, vivir sin preocupaciones... Y quiere hacerlo con Caitlyn.
También necesita encontrar algo a lo que dedicarse, algún trabajo. No sabe hacer muchas cosas, más allá de pegar, pero espera poder ser útil para algo.
Solo quiere tener una vida normal y tranquila. Es todo lo que siempre ha querido.