En otro universo

Arcane: League of Legends (Cartoon 2021) League of Legends
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En otro universo
Summary
—En resumen, estos tres han desaparecido y quieres que te ayude a encontrarlos.Caitlyn asiente, mirando a Vi fijamente.—Creo que sé dónde están.—¿Y vas a decirlo o prefieres que me quede con la intriga?Rueda los ojos, intentando verse lo más despreocupada posible. Pero está preocupada.—El centro de las puertas Hextech. En, bueno, la pelea, nuestras armas estaban fallando todo el tiempo.Vi asiente, recuerda el momento en que sus guantes se movían solos y se negaban a cooperar.—¿Y quieres que vayamos?—Sí, sé que es peligroso pero...Vi lo piensa por un momento, ignorando su corazón. Si fuera por eso, habría dicho que sí hace mucho.ODónde Vi y Caitlyn acaban en mundo paralelo mientras intentan ayudar.Las cosas no acabaron bien después de la pelea con Jinx, y ambas están en lados opuestos, por lo que es una sorpresa cuando Caitlyn le pide ayuda a Vi.Las cosas se complican cuando Vi llega a un mundo paralelo donde las cosas son diferentes, y dónde Caitlyn es su mejor amiga. ¿Cómo puede Vi resistirse a sus sentimientos así? ¿Cómo puede querer volver a su triste vida?
Note
Y aquí vamos de nuevo, parece que no me canso de ellas dos.Posiblemente esta obra tenga actualizaciones más lentas, ya que comienzo a trabajar por las tardes también. Pero haré todo lo posible para seguir hacia delante.Estoy muy emocionada por está, tengo muchas ideas que creo que pueden estar muy bien.Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hago escribiendo.
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Chapter 18

Cuando Caitlyn comienza a abrir los ojos, lo primero que nota es el dolor en todo su cuerpo. Se siente extraño, y tarda unos segundos en poder respirar bien, esperando que el dolor desaparezca.

Poco a poco, el dolor comienza a disminuir. Y su mente comienza a aclararse, recordando todo.

Parpadea un par de veces, mientras su cerebro protesta por todos los recuerdos golpeándola con fuerza.

Su mirada se enfoca en el techo, suspirando cuando reconoce esa pintura y las decoraciones superiores de su cama. Al menos, ha despertado en un lugar familiar está vez.

Se incorpora en la cama con un poco de dificultad, escaneando la habitación con la mirada. Está exactamente cómo la dejó la última vez que estuvo ahí. Pero ahora, su rifle está también apoyado en una esquina, en lugar de en su lugar habitual en su soporte. Sigue teniendo una pila de papeles apilada en el suelo, con pistas para encontrar a Jinx. Es casi como si nunca se hubiera ido en primer lugar.

Caitlyn se pasa la mano por la cabeza, confusa. No tarda en notar la diferencia de nuevo. Su pelo vuelve a ser más largo, muy diferente al corte que llevaba en la otra dimensión.

Realmente ha vuelto a casa, lo lograron.

Entonces su cerebro se activa, buscando a Vi. No está ahí, no hay ni rastro de ella. No quiere asustarse, puede que haya aparecido antes que Caitlyn o que haya sido en algún otro lado. Para empezar, Vi ya apareció antes en la otra dimensión. No sería algo nuevo.

No quiere dejar que el pánico la domine ahora, pero realmente necesita ver a Vi para sentirse tranquila. Solo el pensamiento de que le haya ocurrido algo...

Se da cuenta tarde de que ha aparecido en su habitación en lugar de las puertas de Hextech, dónde pensó que aparecería en un primer momento. Su mente se calma con eso, Vi debió aparecer en su casa también.

El apartamento de Vi... Recuerda lo poco que pudo ver de ese sitio, todas las botellas vacías tiradas por el suelo, la suciedad, en lo más bajo de Zaun... Vi no debería estar en un lugar como ese, se merece algo mucho mejor. Y, esta vez, Caitlyn quiere dárselo todo.

Se pone de pie, tambaleándose por un momento mientras su cuerpo se acostumbra de nuevo a estar de nuevo allí. Por suerte, la otra Caitlyn se mantenía muy igual a ella.

Pasa por el espejo primero, suspirando cuando se ve a sí misma. Todavía lleva el mismo uniforme de comandante, el que ha comenzado a odiar ahora. No se reconoce a sí misma así vestida, todas las cosas que ha hecho...

Tiene que hablar con Ambessa también, decirle que ya no puede seguir con esto. Se niega a seguir lastimando a la gente de Zaun.

Después de ver como viven en la otra dimensión, se ha sentido aún más culpable de lo que ya se sentía. Ha estado colaborando en lastimar aún más a gente inocente en su mayoría, cuyo único fallo fue crecer en una zona no privilegiada. Todo al contrario de Caitlyn.

Ahora más que nunca nota lo tonta que ha sido. Los condeno a todos por el fallo de unos pocos.

Si bien su intención nunca fue usar la violencia contra Zaun, tampoco luchó demasiado contra ello cuando Ambessa lo hizo. No luchó contra nada de lo que dijo Ambessa, siguiéndola como si no pudiera pensar por sí misma.

Suspira, mientras se sigue mirando. Las cosas tienen que cambiar mucho, y Caitlyn está dispuesta a ayudar.

Tiene que disculparse con los habitantes de Zaun, con todos ellos. Y Jinx... Aún es un tema complicado.

No quiere dejarla libre, todo en ella se opone a esa idea, pero ahora sabe más sobre ella. Al menos sobre otra versión de ella. Y entiende que no fue solo culpa suya.

Y piensa en Vi. No puede quitarle a su hermana de nuevo, no podría hacerle eso.

Ha hecho las cosas mal con Vi desde ese momento, pero espera que aún puedan arreglar las cosas en esta dimensión. Sus recuerdos con ella son lo más preciado que tiene.

Después de la pelea con Jinx, se arrepintió al momento de dejar a Vi atrás, pero no pudo recuperarla. Y, cuanto más tiempo pasaba lejos de ella, más notaba la importancia que Vi había tenido en su vida. El color violeta es algo que ve en todos lados ahora, no puede negarlo.

Espera poder decirle lo que siente esta vez, fue difícil para Caitlyn contenerse, pero entendía el motivo por el cual Vi no quería oírlo aún. Esta lista para no decepcionarla esta vez. Esta lista para hacer las cosas mejor para ella, para poder merecerla.

Vi tiene una visión de sí misma muy baja, pero Caitlyn sabe que la mujer vale muchísimo. Tiene un corazón de oro, siempre poniendo a los demás por encima de ella. Y, esta vez, Caitlyn quiere ponerla por encima de cualquier otra persona.

Se da una última mirada en el espejo, antes de caminar hacia la puerta y salir de la habitación.

La casa está silenciosa mientras baja por las escaleras, no hay ni rastro del personal que siempre estaba rondando por todos lados.

Casi espera ver a su madre en la sala, tal y como lo había hecho en la otra dimensión, pero sabe que no va a pasar. Ella ya no está aquí, y Caitlyn debe aprender a vivir con ello de una forma más saludable. Hablar con ella en la otra dimensión ha curado algo en ella, en realidad, se siente más ligera cuando piensa en su madre. Ya no se lleva de ira sin control.

Aun así, su ausencia se siente cómo un golpe directo en el pecho.

Su padre está en el salón, sentado en el sofá mientras mira hacia delante con la mirada perdida. No se gira cuando ella entra, ni siquiera parece consciente del sonido de sus pasos.

Caitlyn se detiene cuando está en el lado del sofá, mientras lo observa, sintiéndose cada vez más preocupada cuando lo ve quedarse ahí, sin nada que hacer.

—Papá…

Puede ver como el cuerpo de su padre se pone tenso cuando dice eso, pero aún no se mueve. Parece estar registrando el sonido por unos segundos, parpadeando un par de veces con fuerza.

Tarda unos segundos más en girarse, casi como si tuviera miedo de hacerlo. Caitlyn no entiende que está pasando.

Cuando sus ojos se encuentran con los de ella, la expresión de su padre casi es cómo si estuviera viendo a un fantasma frente a él, en lugar de Caitlyn.

—Caitlyn... —dice, con la voz pesada y tensa.

Su padre se levanta al segundo, quedando frente a Caitlyn con expresión tensa.

—¿Qué está pasando? —pregunta ella, sintiendo que algo no encaja.

Antes de que pueda decir nada más, su padre avanza hacia ella y la rodea con los brazos en un fuerte abrazo. Caitlyn ni siquiera recuerda la última vez que abrazó a su padre, mucho antes de la muerte de su madre.

La está sujetando con fuerza, cómo si no pudiera creer que Caitlyn de verdad esté ahí.

Tarda unos minutos en recomponerse, separándose de Caitlyn y colocándole una mano en la mejilla, cómo si quisiera seguir comprobando que realmente está ahí.

—Has estado desaparecida durante dos semanas, Caitlyn. La ciudad te creía muerta. Yo te creía muerta —dice su padre, con la voz rota—. Después de lo de Cassandra...

Dos semanas, es mucho menos tiempo del que Caitlyn realmente estuvo en la otra dimensión. Parece que el tiempo no funciona igual aquí, pero está agradecida por eso. Si solo dos semanas hizo que su padre actuará así, no quiere saber cómo habría sido más tiempo.

Pensó que sus otras versiones aparecerían aquí, pero parece que no fue lo ocurrido. No hubo nadie más de ella aquí, y todos la dieron por muerta en solo dos semanas.

No puede evitar preguntarse si Ambessa tenía algo que ver con ese rumor, ahora que sabe que también intentó controlarla a través de Maddie, no le parece algo imposible. Tiene que tener cuidado con ella.

—Yo... —empieza Caitlyn, pero no sabe qué decir.

No puede explicarle lo que ha pasado realmente, nunca podría creer en ella. Incluso toda la historia suena demasiado irreal en su cabeza.

Él la observa con intensidad, esperando que diga algo más. Pero no sabe qué decir.

—¿Dónde has estado?

Caitlyn tarda un momento en responder, pensando bien en sus palabras. No quiere que su padre se moleste, pero la situación es muy complicada.

Tal vez es la vez que más despierto ha visto a su padre después de la muerte de su madre. Se metió en sí mismo y ni siquiera parecía notar a Caitlyn cuando estaba a su alrededor. Se sintió como si hubiera perdido a sus dos padres al mismo tiempo, y no sabía como recuperarlo.

—No puedo decirlo —acaba diciendo, con la voz algo temblorosa.

Su padre se aleja con un suspiro largo, parece pensar un momento antes de responder. Aun cuando parece no entenderla, parece aliviado de volver a verla. Y mucho más vivo que antes. Es todo un avance.

—Eso es lo que temía —murmura su padre, pero sacude su cabeza segundos después—. Pero no importa, lo que importa es que estés bien. No vuelvas a hacer eso, ¿vale? Ya hemos tenido suficientes pérdidas.

Caitlyn asiente, escuchando hablar a su padre. Le pregunta sobre las últimas semanas, oyendo con atención cuando menciona que Ambessa estuvo yendo a preguntar por ella un par de veces.

No la sorprende, pero no sabe que puede estar planeando.

Antes de dejar todo eso, antes de volver a Vi, tiene que detener lo que sea que esté planeando Ambessa. Ninguno de ellos estará a salvo mientras ella esté ahí. Caitlyn puede verlo ahora, solo son una herramienta para Ambessa, lo único es que no conoce aún su objetivo final.

Pasa el tiempo con su padre, escuchándolo hablar mucho más que antes. Casi parece que todo esté bien entre ellos, como si no hubieran pasado meses sin dirigirse la palabra cuando Caitlyn aún estaba aquí, contando solo con el apoyo falso de Ambessa.

Pero considera que no quiere perder más tiempo pensando en el pasado.

Tiene mucho tiempo por delante para mejorar sus errores y aprender a vivir con ellos. Culparse por esas cosas solo empeorará su concentración, y necesita concentrarse ahora.

Una vez consiga entender lo que quiere Ambessa, podrá quitársela de encima.

Y entonces es cuando se considerará digna de Vi. Digna de su amor y de su tiempo. Aún quiere demostrarle que se arrepiente de lo que hizo, sabe que Vi es una persona más de acciones que de palabras, y no la creerá completamente hasta que se lo demuestre.

Vi tiene un corazón demasiado bueno, Caitlyn siempre lo supo. Solo fue una tonta que no supo cuidarlo, pero eso va a cambiar ahora.

— —

El camino hacia la base es largo y abrumador, durante más de una vez tiene la tentación de desviarse del camino e ir al apartamento de Vi primero, para asegurarse, pero se obliga a sí misma a no hacerlo.

Tiene que acabar con todo primero, antes de poder continuar.

Según su padre, y algunos ejecutores que se ha encontrado, toda la base se ha movido a la zona baja de Zaun, donde una especie de heraldo está ayudando a la gente. Los ejecutores no habían podido darle mucha información, estaban demasiado sorprendidos con verla de nuevo.

Las calles de Zaun están casi vacías mientras avanza, y no puede evitar preguntarse que más ha estado haciendo Ambessa ahí mientras ella no estaba. Nada bueno, por como se ve la situación.

Suspira cuando el campamento se empieza a hacer visible. Hay gente caminando por las afueras, y se ven... Un poco extraños, si es sincera.

Se queda mirando a un hombre que camina hacia ella, con cicatrices brillantes en su rostro, y vestido con una especie de túnica blanca. Tiene un aura extraña que no acaba de gustar a Caitlyn.

—Bienvenida, joven —habla el hombre, con un tono alegre—. ¿También vienes por una curación de Viktor?

¿Viktor? ¿Él es el hombre que ha estado curando a todos? ¿La razón por la que Ambessa está ahí?

Ni siquiera había pensado en que Viktor pudiera estar ahí. Supo sobre cómo Jayce había intentado salvarlo, metiéndolo en Hextech. Eso tuvo que hacerle algo... Ya han visto cuánto poder podía tener el Hextech, y dentro de una persona...

—No, ¿esta Ambessa ahí dentro? Solo quiero hablar con ella, soy...

—Caitlyn Kiramman —dice el hombre, con un tono sorprendido—. Todos pensábamos que... No se preocupe, en seguida la llevaré hasta allí.

—¿Cuánto lleva esto aquí? —pregunta Caitlyn, sus ojos ampliándose cuando se acerca a la entrada.

Casi parece un sitio de ensueño. Está todo lleno de vegetación, muy diferente al Zaun que hay aquí, y luz. Pero, de alguna manera, no se acaba de sentir bien. No se siente como lo hizo en la otra dimensión. Algo ahí está mal, pero Caitlyn no sabe que es.

Hay más personas con esas cicatrices caminando, recibiendo a las personas que van llegando. Y son mucha gente, parece que se está ampliando a cada segundo.

No entiende como un lugar como ese puede estar tan abajo en Zaun, no tiene ningún sentido. Pero nada lo está haciendo últimamente de todos modos.

El hombre se gira para avanzar, antes de frenar repentinamente, casi haciendo que Caitlyn se choque con él.

—Unas tres semanas o más —dice el hombre, dándole una sonrisa amable—. Me temo que no aceptamos armas aquí dentro.

El hombre se queda quieto mientras Caitlyn agarra su rifle con más fuerza. No hay forma de que lo deje atrás. Además, es un recuerdo de Jayce que tiene con ella, ya que su padre le confirmó que nadie lo había vuelto a ver.

Su rifle es parte de ella en esta dimensión, y es su única forma de defensa. Sin él, no puede defenderse de Ambessa si llega el momento de ser necesario.

—No voy a dejarlo —dice Caitlyn, totalmente segura.

—No puedo dejarte pasar con el arma —vuelve a decir el hombre, poniéndose delante de ella.

Hay un momento tenso entre los dos, mientras el agarre de Caitlyn se hace más fuerte en el rifle.

Un lugar sin armas, casi parece irónico que Ambessa haya decidido instalarse ahí. Tiene que haber un motivo mayor para que eso pudiera ocurrir, no hay forma en que estén ahí por la bondad de sus corazones para salvar a la gente.

—¡Comandante Kiramman, que sorpresa verla! —grita una voz por delante de ellos, saliendo de la comuna.

No lo recuerda, pero debe ser uno de los guerreros de Noxus, por su vestimenta. No tarda en acercarse a ellos, poniendo una mano sobre el hombro del hombre con el que estaba hablando Caitlyn, casi haciéndolo retroceder.

—Le estaba diciendo que no...

—Viktor nos permitió entrar con las armas, siempre que no las usemos. Y la comandante no las usará —dice el guerrero, dándole una mirada seria al hombre.

—Cierto... —contesta el otro, con inseguridad, dando un paso hacia atrás.

Caitlyn observa el intercambio sin decir ni una palabra, demasiado extrañada por lo que está sucediendo.

Sea lo que sea que pasa, parece que tienen algún tipo de acuerdo extraño con Viktor. Todo se complica con cada segundo que pasa, y Caitlyn no sabe como actuar.

Pensó que sería tan fácil como encontrar a Ambessa y hablar con ella, pero no parece que pueda ser así. Hay algo más grande que Caitlyn aún no sabe, pero que planea descubrir pronto.

Asiente hacia el guerrero, siguiéndolo hacia dentro de la comuna.

Se ve aún más llena desde dentro, pero también parece pacífica. Hay mucha gente con esas cicatrices brillantes, lo que supone que eran antiguas heridas reales que Viktor ha curado. Es impactante.

Una parte de ella espera poder creer que eso es algo bueno, que Viktor está haciendo algo de calidad ahí. Pero no puede ser tan fácil. Nunca nada lo es.

En la parte más interior de la comuna, hay varias carpas de color rojo, y Caitlyn sabe de quién son nada más verlas.

El guerrero la lleva hasta la más grande de ellas, dónde supone que está Ambessa. Tiene muchas cosas que preguntarle, pero decide que seguir siendo una Caitlyn apagada y siguiendo órdenes será la mejor forma de acercarse a ella primero.

El interior de la carpa es sencillo. Ambessa esta sentada en una mesa provisional, mientras que su segundo al mando está a unas sillas de distancia de ella. Parecen estar hablando de algo importante, pero ambos se callan tan pronto como Caitlyn se acerca.

La mirada de Ambessa es dura mientras se fija en ella, cómo si no hubiera esperado volver a verla ahí. No parece exactamente decepcionada cómo se esperó Caitlyn, solo parece sorprendida.

Ambessa se pone de pie en el instante que la ve, y sus botas resuenan con fuerza mientras se acerca a ella. Siempre ha tenido esa aura fuerte que asustó un poco a Caitlyn cuando la conoció. Parece muy segura de sí misma, sabe lo que quiere y no le da miedo ir a por ello con todo. Caitlyn estuvo celosa de eso por un tiempo, hasta que se dio cuenta de que no servía nada si al final no tenía a ninguna persona con la que disfrutar sus logros.

—Vaya, pero si la comandante ha vuelto de entre los muertos —dice, con su voz baja y arrastrada, con un matiz de burla.

Caitlyn no responde al momento. Se toma un tiempo para observarla bien, para ver su reacción, intentar entenderla. Igual que Ambessa hace ahora con ella, con esa mirada que parece que la atraviesa.

Pero esta vez es diferente. Caitlyn ya no es la mujer destrozada y llena de odio por la muerte de su madre. Todo ha cambiado, sus prioridades han cambiado, y Ambessa ya no tiene el mismo efecto que tenía sobre ella. Ya no le importa lo que la mujer le diga, ya no necesita su falsa aprobación.

Sabe que Ambessa se aprovechó de su dolor, e intento ser como una figura materna en su vida. Alguien que le daba soporte y la guiaba. Solo que la guiaba para su propio beneficio, ignorando lo que realmente quería. Y Caitlyn la dejó hacerlo como si nada.

—No recordaba haberte muerto —responde finalmente, con la frialdad entrenada que ahora le sale natural.

—No recuerdo haber muerto —responde finalmente, con un tono frío y duro, igual que solía tener antes.

No puede mostrar que hay algo muy diferente ahora, no exactamente, pero puede mostrar su descontento con la situación, tal y como siempre ha hecho antes.

—No teníamos mucho más que pensar —contesta, avanzando un paso más—. Cuando la comandante de Piltóver desaparece sin dejar rastro, no hay muchas opciones viables.

Caitlyn está tensa, procesando las palabras. Solo han sido dos semanas, y parece que Ambessa ya ha tomado el control sobre los ejecutores también. Tiene que ir con cuidado si quiere recuperar a su gente.

Se siente incómoda, pero no le dará el placer a Ambessa de notarlo. Por lo que sigue poniendo el rostro serio, intentando que todo lo que diga sea frío y distante, como si su corazón no estuviera en ello.

—Parece que lo habéis hecho bastante bien sin mí —susurra Caitlyn, con el tono apagado, mirando fijamente a Ambessa.

La mujer suelta una breve risa, como si Caitlyn acabará de decir algo lindo, como si no fuera más que una broma para ella.

Sabe que ha tomado el control de los ejecutores, y no parece que le importe que Caitlyn sea consciente de ello ahora. Su plan tiene que ser muy grande, o tal vez ni siquiera ha llegado a considerar nunca a Caitlyn como una amenaza para ella.

Se siente irritada por ese pensamiento. Por cómo se redujo tanto a la muerte de su madre que se perdió a sí misma, en cómo se convirtió en una representación de lo que siempre odio, de cómo fue una marioneta para Ambessa.

—Sabes cómo funciona el mundo, niña. Nadie en tu posición desaparece durante semanas y vuelve como si nada. Los vacíos de poder siempre se llenan. Y, querida Caitlyn, el tuyo ya ha sido ocupado.

Caitlyn intenta mantener su rostro vacío de emociones, pero su corazón se retuerce con esas palabras. Por supuesto que ella ha estado ahí para llenar el vacío, en solo dos semanas.

—Sigo siendo la comandante —dice, todavía sonando fría.

Da igual todo lo que sienta por dentro, debe mostrarse fuerte ante Ambessa. Debe creer que aún está de su lado, que puede manipularla de nuevo.

—Por ahora —corrige Ambessa, que sigue pareciendo divertida por la situación—. Piltóver esta en un estado frágil, y has dejado un hueco importante. Los lobos no pierden el tiempo.

Caitlyn sabe eso, siempre ha sabido que podía ser reemplazada por ella con facilidad. Pero ahora necesita que no lo haga, que la tenga bajo su mando y le explique todo lo que planea. Necesita derrotarla desde dentro.

Sus pensamientos se desvían a Vi por un momento, pensando en cuanto le gustaría tener a la mujer ahí, apoyándola. Pero le sirve de motivación, tiene que acabar con Ambessa y hacer que se vaya de ahí antes que nada.

—Pensé que me apoyabas, tú me hiciste comandante —señala Caitlyn, aún con todo frío.

Espera que eso le sirva para recordar el motivo por el que la eligió, incluso si es humillante pensar en ello ahora.

—Tienes razón —murmura Ambessa, demasiado cerca de ella—. Aún puedes ser útil, comandante.

Caitlyn asiente, con el rostro impasible pero la mente llena de ideas.

—Puedes confiar en mí —dice, aun cuando las palabras saben mal en su boca—. Cómo has hecho antes. No voy a retroceder.

Ambessa ladea su cabeza por un momento, observándola con curiosidad. Parece intentar ver que ha pasado con Caitlyn en su ausencia, pero no pregunta por ello. Está segura de que no le interesa ni lo más mínimo lo que ha estado haciendo, solo que haya sido lejos.

—No me interesa que retrocedas —dice, con calma—. Me interesa que sobrevivas.

Caitlyn la observa sin decir nada, pensando en sus opciones. Sigue sin saber muy bien el motivo por el cual Ambessa la escogió, pero parece que aún sirve de algo.

—Puedo ayudar.

—Confío en ti, comandante. No me decepciones de nuevo —dice Ambessa, en tono serio mientras pone una mano en el hombro de Caitlyn con más fuerza de la necesaria.

Caitlyn tiene que evitar estremecerse con las palabras, se siente como una amenaza muy directa. Ambessa parece no estar muy alegre con el hecho de que desapareció sin dejar rastro, no es que fuera su culpa de todos modos.

Además, la mujer sigue hablando con ese tono de seguridad absoluta, tan segura de sí misma que es molesto.

—No lo haré, general —contesta, su tono vacío—. Ya lo sabes.

Ambessa la observa en silencio. Su expresión no cambia, pero algo en su mirada brilla con cierta aprobación.

—Bien. Me gusta una comandante que no se quiebra a la primera presión.

Caitlyn no está segura de que a que se quiere referir con eso, pero asiente ante las palabras de Ambessa.

—No lo haré.

Ambessa parece satisfecha con esas palabras, por la forma que da un paso atrás y se dibuja una sonrisa complacida en sus labios.

No puede creerse que realmente confío en ella en algún momento, se siente como una tonta por haberlo hecho. Pero se siente como una tonta por tantas otras cosas más que no es una gran novedad.

—Ven, te enseñaré en lo que estamos trabando —dice Ambessa, caminando hacia la puerta de la tienda—. Deja el rifle aquí, no sé toman bien que andemos con armas.

Caitlyn asiente, dejando el rifle a regañadientes contra una pared. Lo último que quiere es quedarse con Ambessa estando desarmada, pero no tiene más opciones.

La sigue en silencio por la comuna, notando como todos los que se cruzan con ellas se ponen tensos al ver a Ambessa.

—¿Cómo descubriste este sitio? —pregunta Caitlyn, sonando desinteresada.

—Todo el mundo hablaba sobre la bendición de la curación de Zaun, teníamos curiosidad por saber hasta que punto llegaba la curación. Y si podía hacer otras cosas.

Caitlyn se siente incómoda por esas palabras, pero no acaba de entender que está sucediendo.

Tampoco entiende como alguien como Viktor ha podido acabar trabajando con Ambessa, nunca pensó que podían llevarse bien. Está claro que Ambessa esta tramando algo malo para todos ellos, y todo lo que siempre quiso Viktor fue ayudar.

—¿Qué significa eso?

Ambessa se toma su tiempo antes de responder, disfrutando de su ligera ventaja.

—Ahora lo entenderás —murmura Ambessa, con otra sonrisa complacida—. Es algo que va mucho más allá de ti, querida.

—Sigo siendo la comandante —repite, con más dureza.

—Sí —concede Ambessa—. Pero el poder no se trata solo de títulos.

Pronto, llega a otra tienda, esta vez más grande.

Deja un jadeo involuntario cuando entra, notando a una especie de lobo gigante atado a una camilla enorme. Tiene cables saliendo por todos lados, y parece un monstruo totalmente.

No sabe que espera de eso, pero si Ambessa esta tan cerca de ello, no debe ser algo bueno.

—¿Qué es? —pregunta Caitlyn, dando un paso más cerca.

El lobo sigue sin notar nada, parece que todos esos tubos lo mantienen inconsciente. Sea lo que sea, parece peligroso.

—Es nuestra ventaja —dice Ambessa, acercándose sin miedo al monstruo—. Viktor dice que puede tener el control de la bestia, y de muchos más...

—¿Para qué queremos algo así?

Ambessa parece divertida mientras observa a Caitlyn, como si estuviera viendo algo tierno.

—La guerra acecha en todos lados. Unos guerreros así pueden ser muy preciados. Está cosa puede aguantar mucho dolor, y mata en segundos.

—No lo necesito —susurra Caitlyn, sin poder evitar sentirse mal por el tema.

Una bestia enorme capaz de derrotar a gran parte de un ejército en segundos.

Parece que Noxus esta en una batalla contra alguien que aún no puede vencer, por eso Ambessa debe estar ahí. Ahora las piezas en su mente comienzan a encajar poco a poco.

Está buscando un ejército. Algo grande y letal, por lo que sus enemigos deben ser temibles.

—La guerra nunca espera —murmura, girándose hacia la puerta—. Piénsalo, comandante.

—Podemos ganar con nuestras armas —dice Caitlyn, refiriéndose al Hextech.

—No sin nadie que las fabrique —contesta Ambessa, dando un suspiro—. No lo entenderías, niña. Pero no hace falta que lo hagas, limítate a controlar a tu escuadrón.

—Aún podríamos ganar sin esto —añade Caitlyn, demasiado disgustada mientras mira al monstruo en la camilla.

—Bien. Entonces asegúrate de estar viva para celebrar cualquier victoria por ti misma, pero el resto de nosotros no nos negamos a recibir una ayuda —dice Ambessa, mirándola duramente.

Caitlyn tendría que aprender a quedarse callada, no quiere que Ambessa note algo extraño en ella aún. Pero parece que es tarde para eso.

—Entiendo...

—Sé que debes estar confundida, comandante. No te preocupes, deja que yo me encargue de esto. Vigila las puertas para que no entre nadie extraño, nadie que pueda ser peligroso. Aún no tenemos a Jinx, céntrate en eso.

Tal y como hizo tantas veces antes, tapo sus intenciones con el odio de Caitlyn hacia Jinx, haciendo que eso tapara todo lo demás que estaba haciendo.

Caitlyn asiente, saliendo detrás de Ambessa. Sin decir nada más, camina hacia una de las puertas, con el corazón acelerado.

¿Cómo va a poder luchar con Ambessa si tiene el control sobre esa criatura?

Ojalá pudiera hablar con Vi, pero no tiene ni idea de dónde puede estar. Solo espera que sus sentimientos no hayan cambiado.

Lo que más la motiva a hacer todo esto, seguir estando detrás de Ambessa y buscando el momento perfecto para atacar, es saber que tiene una oportunidad de redimirse con Vi. También quiere redimirse con todo Zaun, pero nadie es más importante que Vi para ella ahora.

Solo un poco más. Tiene que aguantar un poco más como comandante hasta que sea el momento de dejarlo, hasta que pueda acabar con Ambessa.

Y después será libre para buscar a Vi.

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