
Chapter 15
Vi esta bastante segura de que el tiempo está en su contra ahora mismo. Cuánto más quiere que el tiempo se quede estático, más rápido avanza. Ni siquiera recuerda cuántos días han pasado desde que hablaron con el consejero Heimerdinger. Es casi como si todo fuera a toda velocidad.
No puede evitar pensar que cada minuto que avanza, es un minuto menos que tiene en este lugar. Y ella aún no está lista para irse, pero sabe que nunca lo estará.
Quiere más tiempo con Vander, con Powder, con Caitlyn. Quiere seguir despertado con Caitlyn a su lado, y después pasar todo el día sin preocupaciones en el bar, cerca de su familia. Quiere reírse de los chistes tontos de Mylo, escuchar las historias de Claggor y ver todos esos inventos locos de Ekko. Quiere seguir en esta vida idílica dónde no tiene que preocuparse por si el día de mañana estará sola de nuevo.
Y esta versión de Zaun, llena de vida, llena de luz y color. Toda esa oscuridad característica de Zaun quedó muy atrás en esta dimensión, y Zaun es más increíble de lo que nunca pudo llegar a fantasear. Un lugar que es incluso apropiado para niños, un lugar donde son cuidados. Tan diferente...
Pero ya no quedan excusas para quedarse. La investigación avanza rápido, por lo que ha oído de Powder y Ekko, por lo que no tardará mucho en estar todo listo.
Piensa en Jinx cuando esos pensamientos aparecen, y todo duele cuando piensa en ella, cuando piensa en todo lo que hizo mal. Tiene que ayudarla, es el momento para que pueda cambiar su relación con Jinx. Es el momento de recuperar a su hermana.
Aun así, volver a su dimensión la asusta. Volver a un lugar donde todo es más frío, dónde todo sale mal. Un lugar donde no tiene a nadie, no realmente.
Vi apoya los codos en la barra, mirando el vaso vacío frente a ella como si fuera lo más interesante del mundo, perdida en sus pensamientos. Sus dedos juegan distraídamente con el borde del vaso, mientras los pensamientos se repiten en su cabeza.
¿Por qué todo tiene que ser siempre tan difícil?
Siente que nunca ha tenido un momento de paz durante su vida. Un momento para respirar y no tener que preocuparse por nada. Apenas tuvo tiempo de vivir su adolescencia fuera de Stillwater y después ahí dentro...
Siempre ha estado todo manchado por decisiones difíciles y buscar la forma de sobrevivir, apenas sabe como vivir como una persona normal. Y ahora, cuando encuentra un lugar donde puede sentí paz, no es suyo para quedarse.
—¿Todo bien, pequeña? —dice a Vander, llamando su atención.
Vi parpadea cuando lo escucha, levantando la mirada del vaso vacío para enfocarla en su padre.
Vander esta frente a ella, al otro lado de la barra. La observa con esa mirada cálida y llena de amor, que la hace sentir como si nada malo pudiera ocurrir mientras él esté cerca. Y Vi sabe que es solo una ilusión, han pasado cosas malas incluso con Vander ahí, pero en esta dimensión... Vander está vivo, y sigue siendo su padre.
Y ella va a tener que dejarlo atrás pronto.
Quiere grabarse en la mente cada pequeño detalle de Vander. Quiere recordar cómo son sus sonrisas, como la trata con tanto amor, cómo las cuida.
Aprieta los dientes mientras se esfuerza por sonreír, como si toda su vida no estuviera cayendo a pedazos en ese mismo momento.
—Sí, todo está genial —es lo que consigue decir, con tono forzado.
Vander ladea la cabeza, cruzando los brazos sobre su enorme pecho. Por supuesto que Vander no cree ni una palabra de lo que dice Vi. Puede verlo en sus ojos, no la cree.
Cuándo era más joven, siempre tuvo problemas con ello. Vander siempre parecía ser capaz de saber cuándo Vi estaba mintiendo, incluso cuando hizo esfuerzo extra en pensar todos los detalles de su mentira.
Se alegra de que las cosas no hayan cambiado tanto.
—Estoy aquí si necesitas hablar de algo, pequeña —añade Vander, dándole una sonrisa suave—. Me alegro de que estos días te hayas visto mejor, pero si pasa algo, estoy aquí...
Vi asiente, sintiendo un nudo en su garganta. Las emociones la abruman.
No sabe cómo responder a eso, no cree que pueda hacerlo ahora, con su respiración inestable y su corazón latiendo con fuerza.
No puede parar de pensar en que no estará mucho tiempo para Vi, no realmente. Una vez vuelva a su dimensión, no tendrá a su padre para guardarle la espalda de nuevo. Estará sola de nuevo.
Cómo si pudiera intuir que algo está mal, Vander no espera la respuesta por más tiempo antes de moverse. En dos grandes pasos, sale de la barra y envuelve a Vi en un fuerte abrazo, levantándola del pequeño taburete de la barra.
Eso es todo lo que Vi necesita para acabar de perder el poco control que tenía de sus emociones. A pesar del esfuerzo que hace para mantenerse tranquila, puede sentir el momento en el que una lágrima caliente resbala por su mejilla.
Aprieta los puños en la espalda de Vander y esconde su rostro en el pecho del hombre, esperando que no haya visto sus lágrimas.
Quiere grabarse este momento en la mente más que nada. Quiere poder recordar la sensación de su padre abrazándola con claridad. A penas podía recordarlo antes de acabar en esta dimensión, sus recuerdos se habían vuelto confusos, y se acabaron perdiendo.
Nunca pensó que volvería a sentir esto.
Tarda varios segundos más de lo que le gustaría en recomponerse.
Realmente agradece que el cuerpo de su padre sea tan grande como para poder ocultarse en él. No quiere que los clientes la vean en ese estado tan vulnerable, no está acostumbrada a estar así. Tuvo que ser una mujer dura y sin sentimientos por mucho tiempo, para evitar algo peor...
Se aparta con cuidado, sin realmente querer hacerlo, mientras da una risa nerviosa. Se limpia las lágrimas con la manga de su suéter tan pronto como puede, esperando que Vander no lo vea. Espera que todo eso calme el nivel de tensión que ella siente.
Tarda varios segundos en recomponerse. Cuando lo hace, se aparta con una risa temblorosa y se limpia rápidamente.
—Solo un día emocional… —dice, intentando sonar ligera, aún que su tono aún es tembloroso e inestable.
Vander no responde de inmediato. La observa por unos segundos, con esa mirada cálida fija en ella, cómo si intentará ver a través de ella. Cuando no parece encontrar nada, acaba asintiendo.
—Seguro...
Aun así, no parece para nada convencido. Pero Vi sabe que no va a presionar más.
Vander siempre ha preferido que no se sintieran presionada para nada. Incluso cuando eran niñas, Vander esperaba calmado hasta que Vi decidía contarle algo que le preocupaba. Nunca la presionó para hablar de algo, solo espero hasta que Vi estuvo lo suficiente lista como para decírselo.
Vi asiente, sin saber que más decir. Tiene suerte cuando dos clientes llaman la atención de Vander, antes de que Vi acabe rompiéndose del todo y le cuente todo lo que quiere decirle a Vander.
Ella misma se apresura a centrarse en los clientes que comienzan a llegar. Ya se acabó el momento de tranquilidad en el bar, pero Vi esta agradecida por ello. Al menos le impide que se quede pegada a sus pensamientos por más tiempo.
Atiende a los clientes con normalidad, riéndose de algunos chistes tontos y haciendo las bromas que debe hacer. Es casi cómo si estuviera en modo automático, intentando apagar su cerebro por un tiempo.
Pero no es efectivo, aún puede sentir las miradas pesadas de Vander sobre ella, como si estuviera tratando de adivinar que está pasando por su mente. Vi se reiría si no fuera por la situación en la que esta, Vander no podría adivinar nunca lo que está ocurriendo con Vi. Sería una locura incluso mencionarlo.
También siente las miradas de Caitlyn sobre ella, también las notó mientras hablaba con Vander. Agradece que la mujer esté cerca, hay algo en saber que Caitlyn esta pendiente de ella que la tranquiliza.
Pero no es suficiente para hacer que toda la ansiedad desaparezca de su cuerpo. Quiere poder parar todo eso y disfrutar del tiempo que aún tiene ahí, pero siente que se le está semana acabando demasiado pronto. No sabe cuánto más van a poder vivir en esa fantasía.
Cuando hay un momento de calma en el bar, dónde ya ha servido a los clientes, y Vi aprovecha para sentarse en su mismo hueco de siempre en la barra.
Aparece un vaso de bebida delante de ella en segundos, como siempre lo hace. No puede evitar reír cuando ve la misma bebida sin alcohol de nuevo, Vander sigue tratando a Vi como si fuera una niña pequeña. Pero hay algo calmante en eso.
—Vi... —dice Caitlyn por detrás de ella, acercándose también a la barra.
Se gira en el taburete, con la bebida en la mano, para poder ver bien a Caitlyn.
Siempre se ve muy bien, este estilo más calmado que tiene en este mundo la favorece muchísimo. Incluso su cabello, en esta coleta floja, se ve mucho más increíble en esta dimensión. Sigue siendo su rostro, claro que sí, pero se ve mucho más libre y relajada en esta versión. Ojalá pudiera seguir viéndose así de feliz y calmada en su mundo, pero ya sabe que no es así.
Da un trago a su zumo sin alcohol mientras Caitlyn se sienta en el taburete a su lado, mirando a Vi con esos ojos azules tan brillantes. Vi ha tenido la imagen de esos ojos en su cabeza por mucho tiempo.
—Estoy bien —dice Vi, esperando que si lo dice las veces suficiente, se acabe haciendo realidad en algún momento.
Mentir es mucho más fácil que explicarle a Caitlyn todo lo que está pasando por su cabeza. El pánico que tiene a perderlo todo de nuevo.
Su única motivación siempre han sido sus seres queridos. En Stillwater, pensaba en Powder cuando todo iba mal, en la necesidad de volver a ella. Después de eso, fue su necesidad de ayudar a Jinx lo que la motivo. Y luego estaba Caitlyn, la mujer que se había hecho un espacio en su corazón sin advertencias.
Después de la pelea con Jinx, después de perder a Caitlyn, solo quedó un cascarón vacío de lo que Vi fue. Toda su vida se centró en las peleas en el foso y en el alcohol, no tenía nada más por lo que preocuparse. Nadie a quien cuidar y por lo que motivarse. No quiere volver a esa vida nunca más.
Se pasa una mano por el cabello, suspirando. Su cabeza duele cada vez más, cuanto más rápido pasa el tiempo.
Oye como Vander le dice algo a Caitlyn, seguro que también está pasándole alguna de sus bebidas. Poco después, oye cómo Caitlyn toma un trago, y segundos después apoya una mano con suavidad en el hombro de Vi.
Todo el cuerpo de Vi se relaja un poco con su toque, como siempre lo hace. Es un poco estúpido lo muy afectada que está por la piltie, pero nunca tuvo ni la más mínima oportunidad de evitarlo. Caitlyn es todo lo que Vi no sabía que necesitaba, pero que lo necesitaba. Pero sabe que ella no es suficiente para Caitlyn, por mucho que quiera negarlo y vivir cómo si nada.
—No tienes que fingir conmigo —susurra Caitlyn, su voz es tan baja que Vi apenas logra escucharla—. Sé que esto es más difícil para ti que para mí.
Vi cierra los ojos por un momento, dejando que esas palabras se filtren en su mente.
Porque no sabe si tiene razón.
No es que no sea difícil para Caitlyn, en cierta forma, pero no es lo mismo. Caitlyn no parece tan afectada por Cassandra como Vi pensó que estaría. Puede verla algunas veces riéndose con el teléfono, enviándole mensajes a su madre, pero nunca hablar de ello.
—Sé que extrañaras a tu madre también —dice Vi, queriendo que Caitlyn entienda que también sabe de su dolor.
—Lo haré —responde Caitlyn, su toque aún en el hombro de Vi—. Pero no es nuestra vida.
—Lo sé —dice Vi, y realmente lo entiende—. Sé que no podemos quedarnos, no es nuestro.
Gira la cabeza para poder mirar a Caitlyn, ver esos ojos azules de nuevo en ella. Esperando que todo vaya mejor ahora que la tiene cerca.
—Tendremos los recuerdos —susurra Caitlyn, dándole una sonrisa suave—. Y una oportunidad de cambiar las cosas a mejor. Si aquí hemos podido hacerlo, estoy segura de que también podremos hacerlo allí.
—Sí, podemos hacerlo —murmura Vi, esperando que todo eso sea cierto.
—Lo haremos juntas.
—Juntas —dice Vi, saboreando la palabra en su boca—. No vas a librarte de mí en mucho tiempo, si es lo que quieres.
—Es lo que quiero. Te extrañé mucho, no volvamos a eso.
—Yo también te extrañé.
Caitlyn asiente, y el momento se vuelve tan tenso que Vi tiene que obligarse a apartar la mirada.
No quiere hablar de cosas serias entre ellas ahora, no aún. Si van a irse pronto, quiere esperar para tener esa conversación allí, cuando sus sentimientos no estén empañados por una versión mejor de su vida.
Le encantaría poder atraer a Caitlyn en un beso ardiente y olvidarse de todo. Ha fantaseado mucho con eso durante los últimos días, rememorando los dos besos que han compartido. Pero sabe que un beso no sería suficiente para calmar su ansia, y si todo acaba mal... Otro beso solo sería aún peor.
Sus ojos se mueven por el bar, observando como los clientes beben y se ríen como si no tuvieran ninguna preocupación. Hay algunas parejas disfrutando de la tarde con tranquilidad, incluso familias enteras. Todos se ven tranquilos y sin preocupaciones.
Al fondo del bar, Vi puede ver a Powder, Ekko y Heimerdinger. Sus ojos se cruzan con los de Powder, que ya estaba mirándola. Se queda atrapada en la conexión por unos segundos, hasta que se vuelve demasiado intensa también.
Se fija en Ekko y Heimerdinger, que están charlando de forma animada. Es casi gracioso lo expresivo que es Ekko cuando está explicando algo que le emociona, moviéndose de un lado a otro, mientras Heimerdinger lo escucha con calma.
Sabe que su proyecto está casi terminado, por lo que le han ido comentando mientras los días pasaban. Aún siente un poco de aprensión cada vez que hablan del Hextech, con ese recuerdo mental de que Viktor desapareció, pero parece que nada va mal.
—Deberías hablar con ella —dice Caitlyn, llamando su atención.
Gira su rostro hacia Caitlyn, notando la pequeña sonrisa suave en su rostro, como si quisiera darle un apoyo a Vi con eso.
—No sabría que decirle —admite Vi, con un peso en el corazón.
No podría ser capaz de explicarle como es Jinx en su dimensión. Todo lo que ha ido mal. Cada pequeña cosa en la que Vi ha fallado para ella. No, no sabría como empezar.
Tampoco quiere que eso cambie de alguna forma la relación actual entre Powder y la Vi de su dimensión. Sabe que una información así puede ser muy chocante, y no quiere ser un problema de nuevo.
—No tienes que explicarle todo —susurra Caitlyn, y Vi piensa unos segundos más en ello.
Está demasiado asustada de explicarle a Powder la existencia de Jinx, pero tal vez no debería decirle todo y ya estaría. ¿No?
Pero también sabe que Powder es curiosa, y una respuesta vaga no haría mucho para saciar su curiosidad. Pero hablarle sobre Jinx no está en sus planes.
No quiere explicarle todas esas cosas malas que hizo, que parece que Powder en este mundo sería incapaz de hacer.
—¿Cómo...? —empieza a preguntar Vi, pero deja de hablar con un suspiro.
Caitlyn le dedica otra sonrisa suave, mirándola con esos ojos llenos de cariño. Solo por eso Vi se siente un poco menos agobiada, pero su cabeza aún da vueltas con su preocupación original.
Tiene que encontrar una forma de responder a las preguntas de Powder de la forma más vaga posible, pero que sirvan para que Powder se quede tranquila con las respuestas. Por Janna, ¿por qué su hermana tiene que ser tan difícil?
—Ya sabe algo —murmura Caitlyn, levantando una mano con cuidado y poniéndola en el brazo de Vi—. Sabes que es muy inteligente, y se da cuenta de todo lo que pasa.
—¿Qué te dijo? —pregunta, ahora con algo de curiosidad.
Todas las interacciones entre Powder y Caitlyn le siguen pareciendo de lo más curioso del mundo. Es algo que nunca pensó que pudiera llegar a ver.
Y, aún con esos recuerdos, sabe que es algo que no verá en su propia dimensión. No, claro que no. Ese puente se quemó hace mucho tiempo.
—No mucho —admite Caitlyn, con un suspiro—. Pero a veces la miramos más de lo que debíamos, no es una sorpresa dado que es...
—Totalmente distinta aquí —acaba Vi, asintiendo mientras lo dice.
—Sí, muy distinta —dice Caitlyn, y su voz suena algo vacía por unos segundos.
Vi ha querido preguntarle muchas veces como se siente con Powder cerca, después de todo lo ocurrido con su madre, pero no se ha sentido lo suficiente valiente para ello. No quiere saber si Caitlyn se ha vuelto mejor en ocultar su odio y es por eso que Vi la nota mejor.
—Cait...
—No hace falta que le expliques todo sobre Jinx —añade Caitlyn, sacudiendo la cabeza—. Tampoco creo que sea bueno para Powder saber todo, ella está bien aquí.
—Sí, no quiero molestar con eso y...
—No la estás molestando contándole tu historia, Vi —dice Caitlyn, ahora sonando totalmente sería mientras la mira—. Te ama, Vi. Incluso si no eres su Vi, sigue siendo su hermana. Y quiere lo mejor para ti. Todos lo hacemos.
Su garganta se seca mientras procesa las palabras de Caitlyn. Se siente abrumada por un momento. Sabe que en este mundo es amada, aunque no está muy acostumbrada a ello.
No puede evitar pensar en la implicación de Caitlyn con su última frase, pero no quiere decepcionarse de nuevo después. Tal vez esté mirando las cosas más cerca de lo que debería.
No podrá estar segura de toda su situación con Caitlyn hasta que estén de vuelta en su mundo. Puede resistirse la tentación de atraerla a ella en un beso largo y decirle lo mucho que la afecta en tan poco tiempo. Lo mucho que dolió perderla y cómo no quiere pasar por ello de nuevo.
Pero no dice nada, aún no es el momento.
Se gira de nuevo para mirar a Powder, que ahora está hablando con Heimerdinger, haciendo grandes gestos con las manos.
Se compromete a hablar con ella pronto, para dejar todo solucionado antes de irse. Sabe que Powder se volverá loca si se queda sin respuestas para cuando se vayan.
No será una conversación fácil, pero la vida nunca ha sido fácil para Vi de todos modos.
— —
Unas horas más tarde, Vi no sabe exactamente como llegó a este punto.
Están en el almacén del bar, en los sofás que siempre han estado ahí. Vi siente que es el mejor sitio para hablar de ello, en un lugar donde se siente cómoda y con esa sensación de hogar que tiene.
Powder está sentada frente a ella, con esos ojos fijos en los de Vi, esperando que la mujer diga algo.
Vi no está muy preparada para esta conversación, no es que nunca vaya a estarlo de todos modos, solo siguió el impulso de llamar a Powder para hablar y poder dejar las cosas claras lo antes posible.
—Yo, em... —empieza Vi, dando un fuerte suspiro cuando no encuentra las palabras adecuadas.
¿Por dónde debería empezar sin que la historia se vuelva demasiado pesada?
—Vi, ¿puedo preguntarte algo? —dice Powder primero, con un tono suave y casi nervioso.
—Claro, Pow.
Supone que es una buena forma de empezar. Espera que Powder le pregunte lo que más le interesa primero, y espera que nada de eso sea sobre como es ella en concreto en su universo. Traer a Jinx a esta conversación está totalmente prohibido para Vi.
—¿Cómo somos allí? ¿Cómo es nuestro mundo? —pregunta, sonando insegura.
Vi aparta la mirada de Powder por un momento. Se siente atrapada en el momento, mientras piensa en una respuesta que no duela tanto como todas lo hacen.
—No es como aquí —responde finalmente, con un tono más frío del que quería.
Intenta ignorar los sentimientos que le suben por la garganta mientras piensa en ello. Nada es cómo aquí, en este mundo ideal. Sí, aún tienen sus problemas, como esa parte baja de Zaun, pero está segura de que la Caitlyn de este universo encontrará la forma de arreglarlo.
Sí todo pudiera ser como aquí, Vi estaría mucho más feliz y tranquila. No temiendo de la verdad.
Sus ojos vuelven a Powder para verla ladeando la cabeza hacia un lado, mirando a Vi con curiosidad.
—Eso no me dice mucho —habla Powder, sin mucha emoción en su voz ahora.
Vi se pasa una mano por el cabello, su cerebro se siente abrumado y no encuentra las palabras correctas. Nunca lo hace de todos modos.
—Porque nada salió bien, Pow. Nada.
Y eso es lo más cierto que ha dicho en mucho tiempo. Todo lo que pudo ir mal, fue mal. Cada pequeña decisión de Vi acabó en un error enorme.
Puede ver como la expresión de Powder se endurece, mirándola con una intensidad que casi puede creer que ve a través de ella.
—Estás evitando mis preguntas.
Vi se queda callada por unos segundos, sin poder negarlo.
No está evitando exactamente, solo buscando la forma de responder de la forma que sea menos dolorosa para ambas. Se niega a hablarle de Jinx, de toda esa versión suya dónde ha hecho cosas malas, cosas que Vi culpa a la situación y no personalmente a Jinx pero...
—No quieres oír las respuestas.
Powder se mueve en el sofá, ahora viéndose decidida. Se inclina hacia delante, sus ojos fijos en Vi.
—Eso déjamelo decidir a mí.
Vi cierra los ojos por un segundo, esperando que eso pueda ayudar a calmar su cabeza por un momento. No quiere hablar sobre Jinx con Powder, ni cómo toda su relación se ha hecho trizas allí.
Powder, aunque no sea Jinx, sigue siendo su hermana, y solo quiere protegerla de esa verdad que no va a ayudarla en nada. Solo va a hacer que todo duela más.
—Es demasiado doloroso para mí, Pow —susurra al final, sin poder mirarla a los ojos—. No es bonito. Nada allí lo es.
Su voz es ronca y más inestable, casi cómo si tuviera dificultades en decir las palabras.
Powder la observa durante un momento, hasta que su expresión se vuelve más suave. Parece que entiende lo doloroso que debe ser pensar en ello para Vi, por lo que espera que no insista en la pregunta que tanto teme.
—No nos llevamos bien, ¿verdad? —pregunta Powder, su tono es bajo y casi suena preocupada.
Eso es lo que Vi quería evitar. No quiere que Powder sienta alguna inseguridad por cómo son en otra dimensión. Ellas tienen algo increíble aquí, algo por lo que Vi está celosa, y no quiere que eso cambie.
Siente como se le forma un nudo en la garganta más grande que antes, sin saber cómo explicar su relación extraña.
—Pow…
—Lo noto en la forma en que me miras —insiste Powder—. Como si no pudieras creer que soy real.
Vi no puede notar asentir un poco, por supuesto que Powder lo ha notado. No es que esté enfadada por eso, sabe que su hermana es muy inteligente.
Aun así, por mucho que quiera negarlo, no puede hacerlo, no exactamente. Es más complicado que un simple llevarse bien o mal. La vida de Vi nunca ha sido tan fácil cómo eso.
—No es eso. Siempre te he amado, siempre lo haré. Pero en nuestro mundo… terminamos en caminos distintos.
Powder frunce el ceño, como si esa explicación pudiera ser aún más confusa que todas las anteriores.
—¿Por qué?
Y esa es una pregunta que es aún más dolorosa de responder.
Todo fue por los errores de Vi, uno detrás de otro. Su propia imprudencia fue lo que las llevo a estar tan lejos la una de la otra.
No puede evitar hacer una mueca suave cuando el pinchazo de culpa se hace más fuerte en su pecho.
—Me obligaron a alejarme de ti poco después del accidente. Y tú… tú creciste sin mí. Todo fue distinto cuando nos encontramos de nuevo.
Los ojos de Powder se agrandan, cómo si no hubiera sido consciente de que algo así pudiera pasar. Cómo si no pudiera creerse que estuvo creciendo sin ella, pero lo hizo.
Vi puede verla pensar con fuerza, intentando procesar la información y pensar en otra respuesta.
—¿Cuánto tiempo estuvimos separadas?
Vi duda unos segundos antes de responder, sintiendo el dolor volver a ella.
Estuvieron tanto tiempo separadas... Pero Vi no dejó de pensar en su hermana, fue su única motivación para seguir con vida dentro de prisión. Pero no es cómo si quisiera contarle dónde estaba para no poder ir a ella.
—Siete años.
Powder parpadea, como si intentara procesar la cifra. Está segura de que Powder no podría imaginarse pasar por eso, pero Jinx lo había vivido y... La distancia para ella fue mucho peor.
—Eso es… mucho tiempo.
Vi asiente, sin saber que más decir sobre eso. Fue mucho tiempo, demasiado tiempo.
Pasa un minuto largo mientras Powder parece seguir pensando en todo, casi cómo si por primera vez no supiera cómo afrontar la situación en la que esta. Cómo si su cerebro pudiera ir tan lento cómo el de Vi en ese momento.
—¿Y cuándo nos volvimos a encontrar…?
Vi traga saliva, sintiendo su pecho oprimirse de nuevo.
Piensa en todas las cosas que fueron mal cuando se encontraron de nuevo... Son demasiadas cosas, todo fue de mal en peor. Cada cosa que intentaba hacer Vi, solo servía para alejar aún más a Jinx.
—Fue… difícil. No éramos las mismas.
Powder asiente, y ahora parece más nerviosa que antes. Su rostro está serio, y casi podría decir que un poco triste, mientras hace una pausa antes de hablar de nuevo.
—¿Me odiaste?
Vi levanta la mirada de inmediato, con una intensidad feroz.
—Nunca. Nunca podría odiarte, Pow.
Pensó que lo hacía por un momento, pero nunca fue así. Claro que no. Nunca sería capaz de odiar a Jinx. Se odiaba a sí misma por todos los fallos que cometió, por crear a Jinx. Pero nunca odio a ella.
No cree que haya ningún mundo dónde realmente pueda odiar a Jinx, claro que no. Entiende por lo que su hermana tuvo que pasar, incluso si puede admitir que las cosas que hizo no estuvieron bien.
—Pero algo salió mal —susurra Powder, con un tono triste.
Vi asiente, con ese rastro de dolor en su pecho de nuevo. Todo salió mal, hasta cada pequeña cosa que podría haber ido mal.
Y la última pelea que tuvieron... Vi agradece que ninguna de las dos acabará muerta ahí, no habría podido vivir consigo misma si lo hubiera hecho.
—No éramos nosotras. El mundo nos cambió. La gente nos cambió. Y yo… fallé.
Powder asiente, sus dedos se mueven nervioso en su regazo, pareciendo aún más nerviosa cuando hace una pregunta más.
—Y tú... ¿Crees que puedes cambiar las cosas de nuevo?
Vi asiente de nuevo, con lentitud. Sabe lo que Powder quiere preguntar de verdad, si hay alguna posibilidad de que lo que sea que las esté haciendo tan diferentes pueda cambiar.
No está segura aún de cómo, pero cambiará las cosas para ella. Estará ahí cuando Jinx la necesite esta vez.
—Sí —dice al final, su voz apenas un susurro—. Sin duda.
Parece más aliviada en el momento que esas palabras salen de la boca de Vi, dando un fuerte suspiro. Sus dedos se calman y todo su cuerpo se relaja de una forma visible.
Vi puede sentir que ella misma se relaja también, parece que Powder no va a insistir más en los pequeños detalles de los que no quiere hablar.
—Ojalá hubiera sido diferente para ti —dice en voz baja Powder, mirándola con esos grandes ojos.
—No podemos cambiar nada ya —responde Vi, sintiendo el eco del color golpear su cuerpo por el recordatorio.
—No sé qué pasó allá, pero... No te rindas conmigo —pide Powder, con un susurro—. Siempre te necesitaré, sis.
Vi la observa, sintiendo las emociones casi dejándola sin respiración.
No sabe cuánto necesitaba oír esas palabras, saber que siempre será importante para su hermana. Incluso si no son palabras de Jinx directas hacia ella es lo suficiente cercano cómo para qué Vi se sienta aliviada.
Aún puede mejorar las cosas entre ellas, aún hay esperanza.
—Eso significa más de lo que crees —murmura como puede, respirando casi con dificultad.
Powder fuerza una pequeña sonrisa, cómo si pudiera entender más de lo que debería.
—Lo sé.
Se encuentran en un silencio cómodo mientras ambas procesan la información por su cuenta.
Vi siente que se ha quitado un peso de encima, casi pudiendo sentir la esperanza flotando alrededor de ella. Tan solo si pudiera conseguir a Caitlyn también... Sería una vida perfecta.
—Ojalá nunca tuviera que irme —susurra, confiando en que Powder pueda entender ese sentimiento.
Powder la mira con una pequeña sonrisa, sus ojos llenos de cariño. Aun así, parece tener fe en Vi, esperanzas en que todo vaya bien.
—Tienes que volver, lo entiendo —dice Powder, con esa sonrisa aún—. Todo estará bien. Y siempre tendrás a Cait también.
Vi da un suspiro, internado asentir, pero sin sentir esa confirmación.
Quiere creer que seguirá teniendo a Caitlyn cuando salga de esta dimensión, que todo lo que han vivido aquí realmente ha servido para ayudar a su relación. Pero no está segura de ello, nunca lo estará.
—Cait... También es algo complicado.
Powder asiente, parece entender la situación. Sé pregunta si habló con Caitlyn sobre algo de eso.
—No quiero meterme, ¿sabes? Nunca lo hice con esta Vi, siempre respeté sus sentimientos por Cait. Pero, igual que lo hacía esa otra Cait, ella te ama. Dale un poco de confianza esta vez.
Nunca pensó, ni por un momento, que su hermana sería la persona que estuviera pidiéndole confiar en Caitlyn.
Prefiere ignorar el resto de cosas que ha dicho, aunque su corazón golpea con fuerza solo por haberlo oído. Espera que sea cierto, espera que pueda seguir teniendo a Caitlyn cuando salgan de ahí.
Pero tener a Jinx y Caitlyn a la vez... Vi no cree que tenga tanta suerte como para que eso ocurra, y necesita priorizar a Jinx esta vez.
Solo de pensar en alejarse de Caitlyn... Siente como si el corazón se le rompiera de nuevo. No, tiene que haber una forma de poder tenerlo todo está vez. De poder superar sus sentimientos juntas.
—Lo intentaré —murmura Vi, sintiendo un peso en la garganta.
Powder parece dudar unos segundos antes de moverse en el sofá, ahora parece insegura de nuevo. El tiempo de silencio se hace más largo, mientras Powder aún parece dudar.
—Heimerdinger dice que estará listo mañana para abrir el portal —susurra Powder, mirando a Vi con suavidad—. Aún no tenéis que...
—Tenemos que irnos —interrumpe Vi, sabiendo que la tentación de querer quedarse es demasiado grande.
Después de hablar de todo esto con Powder, siente que tiene la confianza suficiente como para que todo pueda salir mejor en su dimensión. Tiene que creer en ello.
No quiere oír como puede quedarse un poco más, no puede. Si se queda un par de días más, luego querrá más y... No, ya se ha hecho a la idea de que necesita irse de ahí. Necesita recuperar a su hermana, a Jinx, y esperar que puedan hacerlo mejor esta vez.
Tiene que confiar en que pueda hacerlo mejor.
Solo quiere disfrutar de su último día y volver a casa con su familia. Esperando que pueda llamar a Jinx y a Caitlyn familia algún día.
En algún momento...