En otro universo

Arcane: League of Legends (Cartoon 2021) League of Legends
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En otro universo
Summary
—En resumen, estos tres han desaparecido y quieres que te ayude a encontrarlos.Caitlyn asiente, mirando a Vi fijamente.—Creo que sé dónde están.—¿Y vas a decirlo o prefieres que me quede con la intriga?Rueda los ojos, intentando verse lo más despreocupada posible. Pero está preocupada.—El centro de las puertas Hextech. En, bueno, la pelea, nuestras armas estaban fallando todo el tiempo.Vi asiente, recuerda el momento en que sus guantes se movían solos y se negaban a cooperar.—¿Y quieres que vayamos?—Sí, sé que es peligroso pero...Vi lo piensa por un momento, ignorando su corazón. Si fuera por eso, habría dicho que sí hace mucho.ODónde Vi y Caitlyn acaban en mundo paralelo mientras intentan ayudar.Las cosas no acabaron bien después de la pelea con Jinx, y ambas están en lados opuestos, por lo que es una sorpresa cuando Caitlyn le pide ayuda a Vi.Las cosas se complican cuando Vi llega a un mundo paralelo donde las cosas son diferentes, y dónde Caitlyn es su mejor amiga. ¿Cómo puede Vi resistirse a sus sentimientos así? ¿Cómo puede querer volver a su triste vida?
Note
Y aquí vamos de nuevo, parece que no me canso de ellas dos.Posiblemente esta obra tenga actualizaciones más lentas, ya que comienzo a trabajar por las tardes también. Pero haré todo lo posible para seguir hacia delante.Estoy muy emocionada por está, tengo muchas ideas que creo que pueden estar muy bien.Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hago escribiendo.
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Chapter 2

Vi se detiene frente a la puerta de su apartamento por un segundo, respirando con fuerza antes de abrir la puerta.

Todo sigue igual de mal que antes, incluso peor, después de un ataque de ira que tuvo cuando Caitlyn se fue. Por eso quería evitar que Caitlyn viniera, ya es suficiente con que la haya visto en un mal momento, no necesita que vea el estado de su pequeño apartamento ahora.

Los guantes siguen en la esquina tal y como los dejo el primer día que llevo ahí, ahora medio enterrados entre vendas sucias y restos de botellas. Dios, ahora que está sobria este lugar se ve mucho peor.

Ella misma se avergüenza de haber llegado hasta ese punto, pero era lo único que había sentido que podía hacer.

Cuando los agarra, le llueven algunos recuerdos por la mente. La primera vez que los vio, cuando estaba llena de esperanza y emoción, o todas esas veces que Caitlyn la había ayudado a practicar con ellos cuando se unió a los ejecutores. O, la más dolorosa de todas, cuando los dejó caer para besar a Caitlyn con más pasión.

Vi sacude la cabeza con fuerza, diciéndose a si misma que no tiene tiempo para pensar en toda esa mierda. Los recuerdos solo sirven para hacerle daño, nada de eso significó nada, tiene que tenerlo claro.

Cuando vuelve al lugar donde dejó a Caitlyn, la mujer sigue exactamente en el mismo lugar, pero su postura ha cambiado. Ahora parece más tensa, con los brazos cruzados y la mirada perdida en algún punto del callejón. Casi parece derrotada, como si no pudiera estar segura de si Vi va a volver o no.

Aprovecha ese tiempo para observarla de nuevo, sorprendiendose por todos los cambios que nota. Las ojeras bajo sus ojos son aún más profundas de lo que había visto, y la palidez de su piel la hacen ver casi frágil. Nunca ha pensado en Caitlyn como frágil antes.

—¿Lista? —pregunta Vi, intentando sonar indiferente, para llamar la atención de Caitlyn.

—Sí, vamos —dice la mujer, mirándola con esos ojos brillantes de nuevo—. Iremos a mi casa primero, no estas lista para...

—Estoy bien —responde Vi, de forma mecánica.

No quiere ver la preocupación de la otra mujer por ella, solo logrará confundirla más. No significó nada.

—Iremos a mi casa —contesta Caitlyn, ahora con la voz totalmente seria y demandante, pareciendose un poco más a la ejecutora que conocía—. Tiene que verte un médico primero, no sabemos que hay en las puertas.

—Sí estas tan segura... —dice Vi, intentando mostrarse indiferente.

Es estúpida, Vi no puede evitar decirse eso a si misma una y otra vez, mientras camina al lado de Caitlyn, de vuelta a Piltover. Se ha emocionado sólo por la preocupación de Caitlyn por sus heridas, por la forma en que le ha exigido que vean a un médico primero. Joder, no debería caer en eso tan rápido.

Es demasiado débil, siempre lo ha sido. Su corazón traidor aún quiere estar cerca de la mujer, no es cómo si Vi quisiera sentirse así de forma voluntaria. Preferiría tener sentimientos por cualquier otra persona ahora, pero...

Aún recuerda lo buena que fue Caitlyn con ella al principio. La sacó de su jaula, la ayudó y la cuidó durante días. ¿Para qué?

Los guantes le molestan mientras camina, sin estar acostumbrada a llevarlos por tanto tiempo. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Deben haber pasado al menos un mes desde que pasó todo, o tal vez fue más.

—¿Qué sabes de las puertas? —pregunta Caitlyn, rompiendo el silencio.

Casi se plantea no responder, pero quiere hacerlo.

—No mucho —dice, encogiendose de hombros—. Sé para que se usan, pero nada sobre cómo se crearon o algo así.

Caitlyn asiente, y Vi aparta la mirada para volver a enfocarse en el camino que tienen delante de ellas. Van por el camino aburrido, nada de saltos por los tejados ni nada así, pero Vi supone que es lo normal. Ya no tienen la confianza suficiente como para que Vi le enseñe el camino más rápido.

—Es el proyecto de Hextech más grande que han hecho —murmura Caitlyn, en voz baja—. Todos los problemas del Hextech tuvieron que crearse ahí.

—¿Por qué irían allí? —pregunta Vi, interesada.

—Jayce estaba intentando salvar a Viktor, pensé que pudo ir allí para revisar el núcleo. Según los protectores de las puertas, fue con Heimerdinger y con un chico con una descripción exacta de Ekko.

Vi asiente, procesando la información. No entiende como esos tres acabaron juntos intentando arreglar algo que tampoco entiende, pero esta bien. Pero espera...

—¿Los protectores no han ido a buscarlos? —pregunta Vi, confusa.

—El núcleo es muy delicado —responde Caitlyn, pareciendo incómoda—. Dejaron claro que nadie debía bajar ahí salvo en caso de emergencia, y tampoco saben llegar a él.

—¿Es un laberinto o algo así? —bromea Vi, pero gira la cabeza para mirar a Caitlyn cuando la mujer no responde.

Levanta una ceja, mirándola con curiosidad.

—Bueno, técnicamente es algo parecido. Pero sé como pasarlo, Jayce me lo explicó.

—Genial.

El resto del camino lo pasan en silencio.

El corazón de Vi sigue doliendo, por la forma en que tiene a Caitlyn tan cerca, pero a la vez tan lejos. Casi parece que todo está bien, mientras caminan en silencio. Casi parece que todo vuelve a ser como antes.

Pero no lo es, nada lo es ya.

— —

Vi se tensa mientras la mansión Kiramman aparece en su vista. Tiene buenos recuerdos ahí dentro, pero todos han sido manchados con el tiempo.

Especialmente, el recuerdo del padre de Caitlyn mirándola como si no fuera nada más que una molestia. Lo entiende, al final no es más que la hermana de Jinx, la asesina de tres consejeros.

—Nadie va a decirte nada —dice Caitlyn, cuando nota que los pasos de Vi se vuelven más lentos.

No es como si pudiera contradecir a la mujer, nadie había hecho ni el más mínimo comentario mientras andaba con ella por la ciudad.

—¿Ambessa sabe sobre esto? —pregunta Vi, recordando a la mujer.

Por los rumores que ha oído, parece que ha acogido a Caitlyn bajo su sombra. Vi no va a ser la que se lo diga, pero esta bastante segura de que Ambessa solo la esta usando para algo malo. Esa mujer nunca le gustó, incluso cuando se encontraron esa única vez, hizo que toda la piel de Vi se pusiera de punta.

—No tiene que saberlo todo —responde Caitlyn, avanzando más rápido hacia la casa.

Parece que Vi ha tocado una vena sensible ahí, pero lo dejará pasar por ahora. Quiere culpar a Ambessa de todo el cambio de Caitlyn, es mucho más fácil que aceptar que la persona que ama ha cambiado tanto que ya no la reconoce.

Camina siguiendo el ritmo de Caitlyn, sintiéndose insegura.

La mujer tiene razón, nadie le pregunta nada, no recibe nada más que miradas curiosas cuando entra a la casa. El padre de Caitlyn no está a la vista, por lo que Vi se siente más aliviada.

Observa como Caitlyn habla con el personal, sintiéndose extraña. Sus modos de vida son muy distintos, no puede evitar compararlo cuando ve la enorme casa de Caitlyn. Ellas dos no tienen nada que ver, nunca lo han tenido.

—Vayamos a mi habitación —dice Caitlyn, caminando por delante de Vi—. El médico estará aquí pronto.

Vi la sigue, casi riéndose por la situación. Sabe de sobra el camino hacia la habitación de Caitlyn, lo usó mucho en el tiempo que estuvo viviendo ahí.

Supuestamente, se quedaba a dormir en la habitación de invitados, pero nunca fue así. Siempre acababa durmiendo en la enorme cama de Caitlyn, sin tocarse, todo de forma muy inocente. Aún que los pensamientos de Vi no eran inocentes en absoluto en aquel momento.

La habitación de Caitlyn sigue exactamente igual, casi parece que no ha pasado el tiempo. Los recuerdos vuelven a golpearla, mientras mira el espacio.

Hay un recuerdo que atormenta a Vi más que ningún otro, ese día antes de la reunión del consejo. Dónde habló con Caitlyn de Powder, de lo que sentía, nunca antes se había abierto así con nadie. Recuerda el brillo en los ojos de Caitlyn mientras la miraba, lo bien que se sintió tener su mano entre las suyas. Lo unidas que se sintieron...

Ojalá pudiera volver a ese momento. Ha estado alucinando con esa Caitlyn más de lo que le gustaría admitir, es casi como si siempre la tuviera ligada a sus pensamientos.

—Puedes tumbarte —dice Caitlyn, sonando algo incómoda.

Vi niega con la cabeza, los recuerdos serán mucho peores si se acerca a ese sitio. Con cuidado, se sienta en uno de los sillones que tiene Caitlyn en su habitación.

No puede evitar volver a compararlo con su apartamento. Esta habitación es casi el triple de grande, incluso más.

—Estoy bien —responde Vi, cuando siente la mirada de Caitlyn fija en ella—. Deberíamos estar las puertas, no aquí.

No sabe lo que pretende la mujer trayendola de nuevo aquí, donde puede revivir sus recuerdos.

Tiene que recordarse que Caitlyn la dejo tirada sin mirar atrás, que no le importó que Vi estuviera golpeada y sola ahí abajo. No estuvo para ella cuando la necesitó.

—No te golpearon hoy —empieza a decir Caitlyn, permaneciendo de pie frente a Vi—. Pero lo hicieron el otro día, y estoy segura de que no te estás dando tiempo para descansar. Te pones demasiado cabezona cuando quieres.

—Estoy bien —murmura Vi, sin saber que más decir.

La preocupación de Caitlyn por ella le calienta el corazón, pero debe ser más fuerte que eso. Pero es tan difícil.

Lo único que quiere Vi es amar y ser amada, ¿por qué todo es tan complicado? Sólo quiere estar ahí para la gente que quiere, pero nada sale bien.

El tiempo pasa lento, mientras ambas intentan evitar mirarse. Bueno, no sabe si Caitlyn esta haciendo eso, pero Vi esta haciendo todo lo posible para no mirarla. Sabe que será débil si lo hace, que no podrá detener a su corazón está vez.

Joder, además de sus problemas sentimentales, ¿por qué tiene que ser tan guapa? Es tan difícil resistirse a ella.

Por suerte, el doctor llega pronto. Parece profesional, mientras habla con Caitlyn demasiado rápido como para que Vi pueda captar todo lo que dicen. Pero no sé niega cuando el doctor comienza a revisarla.

Nunca le han gustado mucho los médicos, pero es cierto que lleva mucho tiempo sintiendo dolor. Incluso antes de empezar a luchar en el foso, como si sus articulaciones dolieran cada vez que las mueve. Las vendas es lo único que ayudó a aliviar ese dolor.

Quiere protestar cuando el doctor le pide que se quite las vendas, pero no lo hace. Suspira y se las quita sin decir nada. Puede quejarse y poner de los nervios a Caitlyn, pero no lo hará delante de una persona que solo está haciendo su trabajo.

Caitlyn, siempre atenta, le pasa una de sus viejas camisetas, notando que la venda es todo lo que cubre a Vi. Casi puede jurar que se sonrojo un poco cuando Vi comenzó a desatarla ahí delante.

También aprecia que se gire mientras se cambia, incluso hace que el doctor se gire con ella. Que tonta, a Vi no le importa si mira, es un doctor al final, pero le gusta que quiera proteger su intimidad o lo que sea.

Ya puede sentir que sus barreras caen de nuevo, y se regaña a sí misma. Quiere ser más dura, pero es complicado cuando empieza a hacer cosas por ella de nuevo.

—Hay muchas cicatrices antiguas —dice el dolor, mientras mira la espalda de Vi—. El tatuaje pasa por muchas, pero hay nuevas encima. ¿Está bien si te tocó?

—Seguro —murmura Vi, sintiendo como su cuerpo se tensa.

Ya sabe de las cicatrices, no habría podido salir de Stillwater sin ellas. Y las nuevas... Bueno, las cosas no han sido fáciles solo por estar fuera de prisión. Casi podría decir que han sido peores.

—No están bien curados —dice el doctor, presionando en algunos puntos en la espalda de Vi que casi hacen que gima de dolor—. Hay que recolocarte algunos huesos.

¿Qué demonios significa eso? Gira la cabeza hacia Caitlyn, que ya tiene los ojos fijos en ella.

—No duele mucho —dice Caitlyn, casi parece notar la preocupación de Vi—. Tu espalda estará mucho mejor después de eso.

—No todo el dolor desaparecerá —dice el hombre, ahora pasando a los hombros de Vi.

Vi asiente, esta segura de que algunas heridas se han vuelto dolores crónicos, nunca ha podido curarse con el tiempo suficiente. Ni en Stillwater ni fuera de allí, y las últimas semanas llenas de golpes... No han servido mucho para mejorar la situación.

El doctor no dice mucho más, aplica una pomada en algunas zonas de su cuerpo, lo que está más dañado, y presiona sus huesos de formas incómodas. Pero tenía razón, se siente mejor cuando ha recolocado los huesos de la manera correcta.

Después de eso, le deja un bote de la pomada, y se aleja con Caitlyn para decirle algo más.

Se siente extraño estar ahí de vuelta, ahora que Vi esta procesado más toda esa información. Esta de vuelta en un sitio donde se sintió segura, pero ahora ya no se siente igual.

Caitlyn se acerca a ella de nuevo, mientras que el doctor se va de la habitación después de despedirse. Ha sido rápido, aún se sorprende de lo todo lo que tiene a su alcance la gente de la superficie, especialmente de alguien que viene de una familia tan rica como Caitlyn. Ahí abajo, no hay médicos que venora que sea a tu casa a revisarte. Bueno, no es como si hubiera una consulta médica de todos modos.

—Puedes dormir aquí —susurra Caitlyn, casi viéndose tímida—. Descansa para que la pomada pueda hacer efecto.

—Tenemos que ir a...

—No tenemos prisa —dice Caitlyn, interrumpiendo a Vi—. Espera.

Pero sabe que si la tienen, no tienen ni idea de como pueden estar los otros tres. Y, por muy cómoda que esté ahí fingiendo que todo está bien, solo ha subido ahí con la intención de ayudar.

Aún así, realmente necesita una noche de descanso.

En unos segundos, Caitlyn remueve los cajones de la cómoda, sacando un pijama que Vi conoce muy bien. ¿Por qué guardaría eso? Lo deja en la cama, y Vi no puede evitar mirarlo fijamente.

—Iremos mañana —acaba diciendola otra mujer con seriedad, impidiendo que proteste.

—Está bien —dice, dándole una mirada suave de nuevo—. Estaré en la habitación de enfrente por si necesitas cualquier cosa.

Casi parece dudar mientras se queda delante de Vi, como si esperará que dijera algo. Pero no lo hace, y la mujer acaba marchandose sin decir nada más.

Cuando está sola, se mueve para agarrar el viejo pijama. Algo de calidez se extiende en su pecho al ver que Caitlyn lo ha guardado, tan cerca de su cama. Es tonto, pero hasta algo así le da alegría ahora.

Se lo pone rápidamente y sube a la cama que conoce tan bien. Sigue siendo tan grande y cómoda como siempre, incluso puede notar algún viejo rastro de olor de Caitlyn. No es tan fuerte como debería serlo, si Caitlyn ha estado durmiendo ahí, pero no va a decir nada.

Se siente bien ahí, cuidada. Sabe que es una tontería, Caitlyn solo hace esas cosas porque la necesita para algo más grande, pero Vi no puede evitar que le guste.

Esta cansada, su mente ha estado demasiado activa hoy, por no hablar de la pelea. Quiere seguir despierta, pensar en qué debe decir mañana y como debe llevar toda la situación, pero esta tan cómoda...

Ha extrañado esa cama, sería aún más cómoda con Caitlyn ahí, pero ya no está esa opción. Tampoco puede acostumbrarse a esa cama, tendrá que volver a su colchón frío cuando acaben. Pero, por un día, puede fingir que todo está bien.

Puede fingir que tiene derecho a estar en esa cama, y que su relación con Caitlyn no está llena de dolor.

— —

La mañana siguiente es algo incómoda, Vi no puede negarlo. Sus sentimientos están todos confusos, y no ayuda que Caitlyn siga mirándola con esos ojos suaves, casi como si estuviera preocupada por ella.

No, no debería hacerle esto después de lo que pasó. Si se hubiera preocupado por ella, la hubiera buscado antes, y no sólo para ayudarla con algo.

Está en uno de los comedores de los Kiramman, ni siquiera recuerda este en concreto. Le parece estúpido tener tantas habitaciones para lo mismo, pero supone que así es como va la gente con dinero. Caitlyn murmuró algo una vez sobre usar la sala donde de la luz del sol, y Vi no puede sentirse irritada aún por el comentario. En Zaun ni siquiera tenían luz solar directa.

Lleva la ropa que el día anterior, incluso esa camiseta que le prestó el doctor y espera. No dice nada hasta que Caitlyn le tiende una de las magdalenas sobre la mesa. Le parece irónico que ese sea su desayuno, pero no va a decir nada.

Esta tregua, esta especie de paz entre ellas, es solo momentánea. Después de esto, cada una seguirá por su lado, no vale la pena fingir lo contrario, por mucho que quiera hacerlo.

—Vayamonos ya —dice Vi, sin aguantar más.

Además, espera poder evitar al señor Kiramman todo el tiempo que esté ahí. Y para eso tienen que irse lo antes posible.

Caitlyn asiente con la cabeza, levantándose de la mesa. No parece haber comido nada, pero Vi no está ahí para preocuparse por ella como lo hacía antes. Todo eso quedó atrás.

Se preparan para irse. Bueno, Caitlyn se prepara mientras Vi solo la observa. No tiene nada más que agarrar, es solo ella y sus grandes guantes. Y los guantes ni siquiera son suyos realmente, pero no piensa devolverlos ahora, se los quedará por todo el mal rato que la han hecho pasar los pilties.

El camino hasta las puertas es bastante rápido, logran pasar todos los controles solo con una mirada de Caitlyn. La comandante Kiramman, tiene que recordarse ahora, cuando escucha cómo la llama el resto de gente.

Lo complicado comienza cuando están en el ascensor, camino a la última planta del edificio.

—Según lo que me dijo Jayce, no es exactamente un laberinto —murmura Caitlyn, que parece casi más tensa que el día anterior—. Dice que hicieron muchos pasillos por otros planes que tenían, pero que nunca los usaron.

—Supongo que te dijo entonces el pasillo correcto.

Vi evita mirarla, pero puede sentir la mirada intensa de Caitlyn en su cabeza. Casi quiere decir algo al respecto, pero prefiere callarse por ahora.

—Sí, esperemos que sea fácil.

El ascensor frena con un ruido fuerte, y Vi siente que se queda sin palabras cuando ve los largos pasillos que se extienden ante ella. No es un laberinto, pero casi podría ser peor. No están muy iluminados, y la idea de pasarse mucho tiempo ahí dentro sólo hace que la cabeza de Vi duela aún más.

—Genial —murmura Vi, quedándose quieta.

Le da una mirada a Caitlyn, esperando que la mujer sepa más sobre el tema que ella. Y lo parece. Se ve aturdida por un segundo, mirando todos esos pasillos, pero sus ojos se vuelven más serios cuando parece detectar algo que Vi no ve.

—Tenemos que seguir las luces azules —dice la mujer, apuntando a una especie de lámpara azul pequeña que solo está en uno de los pasillos.

Vi asiente, siguiéndola mientras siguen buscando las demás. No le gusta estar ahí, es demasiado extraño.

No quiere ser negativa, pero no tiene la sensación de que haya nadie más allí. Pero, sino están allí, ¿dónde demonios están?

Caitlyn se para en seco cuando llega a una gran puerta, que está medio abierta. No hay que ser un genio para darse cuenta de que eso no debería estar así, no dejarían el centro de las puertas sin protección. Al menos ahora saben que sí estuvieron ahí.

La habitación es demasiado brillante, Vi no puede evitar cerrar los ojos nada más cruza la puerta. Después del laberinto tan oscuro, no pensó que tendrían la habitación llena de alguna especie de fotos.

Tiene que parpadear varias veces hasta que se acostumbra a la luz potente. Entonces es cuando puede ver bien la habitación.

Es algo muy de Piltover, no puede evitar pensar, viendo todo el brillo y los pequeños detalles de la sala. Y es cuando ve esa gran forma extraña flotando en medio de la sala, todo en ella se tensa. Vi no está segura de como debería ser el núcleo, pero eso se ve peligroso.

Es una especie de bola gigante, que se mueve de forma irregular, con muchos colores en su interior. Esa cosa parece viva. Esta encima de una especie de cúpula dorada, casi parece que ha salido de ahí dentro.

—¿Qué coño es eso? —pregunta Vi, su tono de voz se llena de asombro y horror a partes iguales.

No hay nadie más en la sala, y Vi espera que eso signifique que se han ido a otro lado para seguir con la investigación. Si no es así, esta claro que esa cosa extraña ha tenido algo que ver con la desaparición.

No puede apartar la mirada de esa cosa, con el cuerpo tenso. Todo en ella le pide que se aleje de ese sitio lo antes posible. Es peligroso.

Casi se estremece cuando ve a Caitlyn acercándose más a esa cosa. Puede que no estén en su mejor momento, pero no quiere que le pase cualquier cosa a la mujer. Sigue queriendo que este segura y bien.

—Nunca había visto algo así —dice Caitlyn, casi parece emocionada por esa cosa.

—No te acerques demasiado —habla Vi, mantiendose tan lejos como puede de esa cosa—. No es seguro.

Se siente más incómoda con cada paso que da Caitlyn, más cerca de eso, pero no sabe como hacer que la mujer deje de avanzar. Ni siquiera parece que la esté escuchando hablar.

Esa cosa parece reaccionar con más fuerza con cada paso que se acerca Caitlyn, con esos movimientos volviéndose más amplios. Cuando casi toca a Caitlyn, Vi siente que va a volverse loca ahí.

Sin seguir su instinto de supervivencia, la única cosa que parece irle bastante bien, salta hacia delante y agarra el brazo de Caitlyn, tirando de ella hacia atrás. Su cuerpo sigue tenso, nada de esto le esta dando confianza.

Mantiene a Caitlyn agarrada del brazo incluso cuando se aleja del núcleo, sin querer alejarse de ella. Siente que esa cosa puede hacerle algo malo, y no está lista para ver a otra persona que quiere herida. Tienen que salir de ahí ya.

—¿Qué pasa? —pregunta Caitlyn, mirando a Vi por primera vez en lo que se siente como demasiado tiempo.

Vi no se había dado cuenta de lo cerca que ha atraído a Caitlyn con su agarre. Sus ojos azules parecen aún más bonitos ahora, y Vi no puede evitar sentir que puede respirar después de mucho tiempo, estando tan cerca la una de la otra.

Por mucho que quiera negarlo, quiere a la otra mujer. Cree que siempre lo hará, que le ha robado una parte de su corazón y que nunca será capaz de recuperarlo. O tal vez solo son sus pensamientos estando tan cerca de algo que la asusta de verdad, sí, prefiero que sea solo eso.

—No están aquí —dice Vi, cuando recupera la voz—. No deberíamos acercarnos a eso. Puede ser peligroso.

Caitlyn asiente un poco, sus ojos aún fijos en Vi, como si estuviera viéndola bien. Casi puede sentir algo del deseo de Caitlyn saliendo de ella, por la forma en que su mirada se desvia a los labios de Vi.

La mente de Vi se desvia al único beso que tuvo con Caitlyn, en ese momento dónde pensó que podían ser felices juntas. Le había pedido a Caitlyn que no cambiará, pero sabía que eso había sido imposible desde el momento que lo dijo. Todo siempre cambiaba, y ninguna tenía un control real sobre ello. Pero quería todo lo que pudiera tomar de la otra mujer, solo deseaba que las cosas pudieran ser diferentes.

Dios, se siente patética aún, pero quiere tomar todo lo que pueda. Incluso las migas de amor de Caitlyn la harán feliz en este momento.

—Vi, yo... —comienza a decir Caitlyn, dando un paso hacia ella.

La mira con esa mirada dulce tan característica de Caitlyn, que casi hace que el corazón de Vi se salga de su pecho en ese mismo momento. Aún tienen que arreglar las cosas, pero en este momento se siente más cerca de Caitlyn que en mucho tiempo, casi como si el tiempo que han pasado separadas no hubiera sido nada.

Siente un tirón en el brazo, que la hace apartar la mirada de Caitlyn, aunque odie hacerlo. Es fuerte, casi como si algo estuviera tirado de ella hacia el núcleo.

Intenta resistirse con todas sus fuerzas, pero siente como sus zapatos resbalan por el suelo, acercandola al núcleo. Su agarre sobre Caitlyn se desvanece, cuando la mujer también es empujada hacia delante.

—¡Caitlyn! —grita Vi, con el pánico llenando su pecho.

Sabía que esto era una mala idea, sabía que tenían que haberse ido mucho antes. Pero ya no puede haber nada.

Sus ojos se fijan en los de Caitlyn, mientras cada vez el núcleo la absorbe más. Al menos, piensa Vi, si pasa algo ella será la primera en irse. No cree que pueda soportar ver a Caitlyn llena de dolor.

—¡Vi, tengo que decirte que...! —empieza a decir Caitlyn, pero su voz es borrada de golpe cuando Vi deja de ver nada.

Todo se vuelve negro delante de ella, su cabeza da vueltas y casi siente que va a vomitar. El tirón sigue sujetandola, elevandola sobre lo que parece la total oscuridad. No puede ver nada, sólo espera que Caitlyn siga bien.

Parecía que la mujer quería decirle algo, espera que no haya sido nada importante. No está segura de si la volverá a ver para preguntarle.

Joder, nunca pensó que su patética vida acabaría en uno de los inventos extraños de Piltover. Es casi irónico, ha sobrevivido a tanto... Y ahora caerá solo por una cosa donde ni siquiera tuvo que haberse metido.

De repente, hay un resplandor blanco contra sus ojos, y Vi cae sobre el suelo cuando el tirón la suelta, inconsciente.

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