En otro universo

Arcane: League of Legends (Cartoon 2021) League of Legends
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En otro universo
Summary
—En resumen, estos tres han desaparecido y quieres que te ayude a encontrarlos.Caitlyn asiente, mirando a Vi fijamente.—Creo que sé dónde están.—¿Y vas a decirlo o prefieres que me quede con la intriga?Rueda los ojos, intentando verse lo más despreocupada posible. Pero está preocupada.—El centro de las puertas Hextech. En, bueno, la pelea, nuestras armas estaban fallando todo el tiempo.Vi asiente, recuerda el momento en que sus guantes se movían solos y se negaban a cooperar.—¿Y quieres que vayamos?—Sí, sé que es peligroso pero...Vi lo piensa por un momento, ignorando su corazón. Si fuera por eso, habría dicho que sí hace mucho.ODónde Vi y Caitlyn acaban en mundo paralelo mientras intentan ayudar.Las cosas no acabaron bien después de la pelea con Jinx, y ambas están en lados opuestos, por lo que es una sorpresa cuando Caitlyn le pide ayuda a Vi.Las cosas se complican cuando Vi llega a un mundo paralelo donde las cosas son diferentes, y dónde Caitlyn es su mejor amiga. ¿Cómo puede Vi resistirse a sus sentimientos así? ¿Cómo puede querer volver a su triste vida?
Note
Y aquí vamos de nuevo, parece que no me canso de ellas dos.Posiblemente esta obra tenga actualizaciones más lentas, ya que comienzo a trabajar por las tardes también. Pero haré todo lo posible para seguir hacia delante.Estoy muy emocionada por está, tengo muchas ideas que creo que pueden estar muy bien.Espero que lo disfruteis tanto como yo lo hago escribiendo.
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Chapter 1

Vi se siente entumecida, todo su cuerpo duele y no sabe cómo pararlo. Los golpes que recibe son cada vez más fuerte, y sus sentidos no le permiten esquivarlos. Casi siente que se está moviendo en cámara lenta, por la forma en que todos los golpes conectan con su cuerpo por mucho que intente esquivarlos

Piensa un momento en cómo fueron las cosas cuando llegó al foso, ganando todas las luchas. Esos días se quedaron atrás pronto. El cansancio acumulado y el alcohol la afectan más de lo que Vi quiere admitir. Tampoco puede parar.

Tose un poco cuando un golpe conecta con fuerza contra sus costillas, dejándola sin respiración por unos segundos.

Su cabeza da vueltas, mientras cae al suelo por el dolor. Ni siquiera tiene a nadie a quien culpar por su situación, ella misma ha acabado ahí sola.

Todo esto es patético, ella misma se siente patética. Inútil. Alguien que nadie puede querer.

—Parece que nuestra luchadora está pasando por una etapa de mala suerte, ¡esperemos que no hayan apostado mucho por ella! —dice el presentador de la pelea, con ese tono insoportable que llena a Vi de ira.

Pero la ira no está ayudando en nada, ni siquiera le da fuerzas ahora.

Está cansada, todo su cuerpo duele. Su vista no se enfoca en nada, es como si todo estuviera dando vueltas. Por no hablar de sus movimientos, que se sienten lentos y torpes, no le ha dado ni un solo golpe a su oponente esta vez.

Debe enfocarse, pero siente que ya está todo perdido. No se siente como la luchadora que ha sido un tiempo atrás. e queda en ese momento es una Vi rota, alguien que no sabe cómo seguir hacia delante.

Le gusta culpar al alcohol que toma de todos sus problemas. Si pierde una pelea, culpa a todo el alcohol que se ha bebido durante el día. Y, en cierto modo, tiene razón. Pero es algo mucho más profundo de eso, algo en lo que prefiere no pensar.

Cuando recibe un golpe más fuerte en el estómago, ya tirada en el suelo, no puede evitar levantar la mano, haciendo ese símbolo que significa que se rinde.

Es débil, mucho más débil de lo que ha sido nunca. Es casi una suerte que no pueda odiarse aún más a sí misma.

Sale del foso cojeando un poco, con una mano presionando su estómago. Tiene que colocarse vendas nuevas al llegar a su casa. Bueno, no puede considerar eso como una casa exactamente, pero es todo lo que tiene.

Pasa por la barra antes de irse, pidiendo un trago doble de alcohol, el más fuerte que pueden encontrar. Al menos, así no pensará tanto en lo vacía que se siente.

Se lo bebe de un solo sorbo, y sale de allí después de darle uno de sus billetes al chico del bar. Ni siquiera tiene energía para charlar con alguien, o algo más. No sirve de nada.

Siempre está pensando en ese cabello y esos ojos azules que la persiguen en todo momento, mientras intentaba buscarlos sin éxito en otras personas. Sólo hace que se sienta peor al día siguiente. Es estúpido, pero cada vez se sentía como si estuviera traicionando a la mujer.

Ni siquiera pudo llegar más allá de unos besos apasionados con alguien. Siempre terminaba imaginando a Caitlyn en su mente, y después de eso todo iba cuesta abajo. Recuerda la vez que una mujer le dio una bofetada, cuando gimió por error el nombre de Caitlyn en medio del beso. Fue patético.

Sólo se besaron una vez, ¿cómo puede estar tan obsesionada sólo con un beso? Pero Vi sabe que fue mucho más que un simple beso, fueron todas las veces donde sentía que la otra mujer estaba con ella, cuando pensó que la entendía...

Sacude la cabeza, intentando caminar recta por las calles, pero es casi una misión imposible.

Antes, cuando Loris aún estaba con ella, era más fácil llegar hasta casa. Pero él también la había acabado dejando. Nadie se quedaba demasiado tiempo con Vi. Se pregunta a sí misma, no por primera vez, que hay tan mal en ella que nadie quiere quedarse.

Loris se fue con ella cuando todo empezó a cambiar ahí arriba, pero le dijo algo sobre que no quería verla tan destructiva y que tenía que hablar con Caitlyn, y bla bla bla. No podía entender cómo se sentía, nadie lo hacía nunca. Vi siempre tenía que preocuparse de cuidar a todo el mundo, de intentar hacer lo mejor para todos, pero nadie estaba ahí cuando Vi lo necesitaba. Nunca.

Necesita más alcohol, no puede pensar en esas cosas cuando estaba borracha. Con suerte, puede encontrar alguna botella medio vacía en el pequeño apartamento.

Casi suelta un suspiro de alivio cuando ve las escaleras que llevan a su casa, lo único que quiere ahora es tumbarse en su duro colchón, aunque sea por unos segundos.

Subirlas es todo un reto, no puede contar las veces que ha acabado cayéndose, sobre todo los días que iba aún más borracha.

Sus ojos se desvían de nuevo a las banderas azules que hay colgado, pero aparta la mirada antes de que su cabeza pueda empezar a jugarle trucos. No sería la primera vez que vería alucinaciones.

Hubo unas veces, al principio, dónde se quedó más tiempo del que debía mirando, esperando que fuera más que una alucinación. Que de verdad hubiera ido por ella, que la quisiera de vuelta.

Es estúpido, Vi no debería de querer algo así de alguien que la dejo tirada después de golpearla. Las palabras de la mujer aún resuenan en su cabeza cuando intenta dormir muchas veces, no puede cambiar su sangre.

El golpe sólo sirvió para recordarle a Vi lo sola que estaba. Ya no tenía familia, había intentado matar a su propia hermana, aún que se había arrepentido en el último momento. Y, tontamente, pensó que la otra mujer la querría. Nadie puede quererla, especialmente no una piltie.

La puerta de Vi se abre rápido cuando mete la llave, que ha conseguido no perder en la lucha. De todos modos, podría abrirla de un empujón, no es que sea muy resistente, pero es barato.

Su habitación es un desastre, es muy consciente de ello. Hay botellas tiradas por todos lados, al igual que vendas antiguas. Su cama, bueno una especie de colchón duro, está llena de restos de pañuelos llenos de maquillaje.

Moviéndose con dificultad, Vi cierra la puerta y se acerca al espejo. No le gusta lo que ve, nunca lo hace. Su maquillaje se ha esparcido por su cara con todos los golpes, tiene restos de sangre en la boca, y parece un desastre total.

Tampoco es que se pueda ver bien, el espejo está roto por más de un lado. Vi no puede controlarse a sí misma muchas veces. Supone que tendrá que pagarle a la casera por el espejo en algún momento, cuando se vaya. Pero no tienen ningún sitio donde ir ahora, así que se quedará con el espejo roto por sus puños.

Abre el agua, pasando las manos por debajo. Incluso sus manos están sucias, llenas de restos de sangre y maquillaje negro. Vi siente que toda su vida se ha vuelto un caos.

Es casi peor que cuando estaba en Stillwater. En ese entonces, aún podía fantasear con que su hermana estaba bien, siendo cuidada en algún bonito lugar. Pero ahora sabe la verdad, y no puede huir de ella lo suficientemente rápido. Además, entonces no había tenido que lidiar con un corazón roto.

Se pasa una mano por el cabello, su tinte negro también está empezando a volverse más rosa de nuevo. Tiene que teñirse pronto, no quiere ver ningún recuerdo de la antigua Vi.

No se quita el maquillaje, aunque sea un desastre. De todos modos, volverá a ponérselo pronto, y seguirá siendo un desastre. Al menos parecerá que lo ha hecho a propósito.

—Joder —no puede evitar decir, cuando va a quitarse las vendas que le presionan el estómago.

Duele mucho más de lo que había esperado. Con un gruñido de dolor, se gira por la pequeña habitación, buscando algo de alcohol que pueda beber.

Por suerte, hay una botella, que no recuerda de que es, cerca de la cama. Será suficiente para poder pasar el día, hasta que pueda conseguir más.

Se bebe todo el contenido de un solo trago, suspirando cuando comienza a notar el efecto de ese alcohol mezclado con lo que ha tomado antes en el foso. Al menos el dolor de estómago pasa a un segundo plano.

Busca las vendas nuevas, que han acabado bajo la cama. Tienen una protección de plástico, por lo que Vi no está demasiado preocupada por la suciedad.

Debería estarlo. Todos estarían decepcionados de ella si vieran en las condiciones en las que vive. Pero pensando bien, ¿qué más da? Los decepcionó de todos modos.

Mientras está poniéndose las vendas nuevas, alguien golpea con fuerza su puerta. Intenta hacer unos cálculos rápidos, pero la casera no debería volver hasta dentro de unos días. ¿O era ya? Los días parecen todos iguales.

—¡Un momento! —grita, sabiendo perfectamente que se escuchara en el otro lado, las paredes son tan finas que casi parecen cartón.

Se fija las vendas con fuerza, aliviando el dolor que siente. Siempre se ha sentido menos doloroso con vendas apretando fuerte su cuerpo, no quiere pensar que solo está ocultando el dolor.

Busca algunos billetes. Tiene que tener algo de las peleas, ¿no? Pero no encuentra nada.

Su cuerpo se tensa mientras piensa en ello. Ha gastado mucho más en alcohol de lo que debía, y ahora que ya no está ganando... No tiene dinero para eso.

Joder, ni siquiera tiene dinero para pagar por este sitio ahora. No sabe que hacer, los problemas se le acumulan demasiado, y los golpes siguen sonando en la puerta.

Espera que la casera pueda dejarlo pasar por esta vez, Vi se ha retrasado algunas veces antes y no le ha dicho nada. Seguro que puede dejarla un día más. Ganará mañana, ganará más dinero y todo estará bien.

Sólo tiene que entrenar más, golpear más a ese saco de boxeo que tiene colgado en la pequeña habitación.

Intentando enderezarse y no parecer tan inestable, se apoya en la puerta, con un suspiro fuerte antes de abrir.

—Mira, no tengo dinero esta vez pero...

Su voz muere en el momento en el que mira hacia delante, encontrándose con ese rostro que solo ha visto es sus alucinaciones.

Sacude la cabeza, tiene que estar alucinando de nuevo. No tiene tiempo para esto, no ahora. Cierra los ojos con fuerza, mientras presiona su nariz por unos segundos.

Cuando abre los ojos de nuevo, ese rostro sigue ahí, mirándola con seriedad. ¿Qué coño está pasando? Las alucinaciones siempre se han ido rápido, incluso cuando Vi quería que se quedaran un poco más.

Su corazón golpea rápido en su pecho, mientras siente cómo sus manos comienzan a temblar. No puede ser real, la mujer no puede estar ahí ahora delante de ella. Es imposible.

Pero la imagen no se va, sigue frente a ella. Vi casi considera pellizcarse, pero se sentiría ridícula haciéndolo.

Está atrapada en su mirada, en esos ojos azules que ve por todos lados. Por Janna, la mujer sigue siendo tan bonita como siempre, haciendo que todo dentro de Vi se tambalee. Tiene que recordarse lo que le hizo, para no caer en la tentación de sentir cosas que no debería. Pero no es como si pudiera evitarlo.

—¿Qué te ha pasado en el pelo? —dice la mujer, y esa voz es inconfundible.

Vi tiene que parpadear un par de veces antes de responder, sin entender qué está pasando. Caitlyn no puede estar ahí, viéndola en su peor momento.

Se siente avergonzada, por lo que se tira hacia delante, bloqueando la vista hasta su habitación. Está segura de que ya lo ha visto, pero no puede soportarlo más.

Cuanto más la mira, más se aclara su vista. Ella está ahí, realmente lo está.

Pero no es nada como Vi se lo hubiera imaginado. La está mirando con decepción, tal y como Vi sabía que haría, casi con disgusto. Quiere reírse en ese momento, ¿cómo se atreve a ir a su casa y mirarla así?

Está llena de rabia mientras mira a la mujer frente a ella, incluso su corazón duele. ¿Cómo se atreve a ir a buscarla ahora? No pareció importarle como estaba cuando la golpeó con su rifle ahí abajo, dejándola sola y herida atrás.

Cuanto más lo piensa, más se enfada. Pero su enfado no dura mucho cuando la mira, ha extrañado verla.

Pero, por mucho que quiera negarlo, hay una pequeña parte de ella que agradece tenerla delante. Ha soñado mucho con Caitlyn en los días que ha pasado ahí abajo.

Ahora sabe que solo eran tonterías, sueños estúpidos que no van a llegar a ningún lado. En otro momento, hubiera pensado que podrían tener un futuro, que su relación podría llevarlas a algún lado... Pero ahora sabe más que eso.

—Vi —dice Caitlyn, con su tono serio

—¿Qué coño haces aquí? —pregunta Vi, sintiéndose defensiva.

Aún así, no puede evitar que su corazón se acelere con fuerza mientras sigue mirando a ese rostro. Piensa en otro momento, cuando pensó que tenían una oportunidad. Que podría significar algo importante para la otra mujer. Todo resultó ser mentira.

—No respondiste mi pregunta —responde la mujer, y parece que sus rasgos se relajan por un momento—. Pareces una mancha de petróleo enfadada.

—No lo endulces, cupcake —se burla Vi, aunque su comentario duele más de lo que le gustaría.

Siempre se ha sentido inferior a la mujer, pero es aún peor ahora.

Sigue fijando sus ojos en los de la otra mujer, intentando parecer más fuerte de lo que se siente. Puede ver el momento en el que los de la otra mujer se vuelven más brillantes, cuando escucha ese mote estúpido que le puso cuándo pensó que Caitlyn era demasiado dulce para Zaun.

Se equivocó, al menos puede admitirlo. Pero todavía siente un tirón en el corazón cuando la mira, cuando ve esos ojos.

Aún la quiere.

Es tonto y no debería hacerlo, por supuesto que no. Pero Vi no puede hacer nada.

Hubo una vez dónde la trató bien, dónde le dio esperanza de una vida mejor. Recuerdos que aún guarda con cariño en su corazón, pero que ahora sabe que solo fueron ilusiones inútiles.

—Tengo algo importante que decir —dice Caitlyn, dando una mirada rápida a la puerta detrás de Vi.

Si piensa que va a invitarla a pasar, tiene que estar loca.

—No tenemos nada de lo que hablar —responde Vi, con un tono vacío.

No quiere darle la satisfacción de notar lo rota que la dejó, lo mucho que la afectó todo. No, prefiere que piense que es un desastre, pero que está bien sin ella.

—Vi...

¿Cómo puede afectarle tanto solo el oírla decir su nombre?

—Vuelve a tu gran casa en la superficie —responde Vi, sonando dura—. O sigue encarcelado a todos aquí abajo, a nadie le importa, ¿no? Solo somos gente pobre, no nos necesitas aquí.

No, tiene que parar. Está demostrando demasiadas emociones ahora.

Pero le molesta tanto. Caitlyn nunca fue así de cruel, ¿qué le está pasando? Antes, al menos por lo que Vi sabía, se preocupaba por la gente de Zaun, quería mejorar las cosas. De ahí a encarcelar a cualquier persona sospechosa, era un paso más grande. Incluso usando violencia contra personas inocentes. Esa no era la Caitlyn que conocía. O tal vez no la había conocido nunca. Ya no sabe nada.

—Yo no... —susurra Caitlyn, y casi parece afectada por las palabras de Vi—. Es complicado.

—Seguro. Ahora puedes irte.

Vi abre un poco la puerta, lista para volver dentro y repetir toda la interacción en su cabeza una y otra vez.

Pero Caitlyn no la deja, dando un paso hacia delante más. Está demasiado cerca, pero Vi no quiere alejarse. Es una tonta, puede decírselo a sí misma.

—Necesito ayuda y...

—No soy la mejor persona para ayudar en nada —dice Vi, sincera.

Cada vez que intentó ayudar, cada vez que intentó hacer algo bien, todo fue para mucho peor. Está claro que no sirve para eso, sólo daña las cosas más de lo que ya están.

—Es importante —sigue diciendo Caitlyn, mirándola con tanta emoción que Vi no quiere pensar en ello—. No puedo encontrar a Jayce por ningún lado y...

—No es cosa mía si el chico guapo ha desaparecido, cupcake. Discútelo con tus empleados —dice Vi, sintiendo un dolor en su pecho.

Por supuesto que Caitlyn vendría aquí para pedirle ayuda para encontrar a otra persona. No es como si Caitlyn la quisiera cerca, ya lo ha dejado muy claro. Pero aún escuece, ese dolor que está en su pecho no es fácil de ignorar.

—Vi...

Antes de que la otra mujer pueda decir más, Vi da un paso atrás tan rápido como puede. Cierra la puerta al momento, dejando a la mujer al otro lado.

Su corazón late tan fuerte que Vi casi piensa que va a desmayarse, no sería una experiencia nueva. Casi espera que Caitlyn golpeé su puerta de nuevo, pero no lo hace.

Suspirando, apoya la cabeza en la puerta, pensando en todo lo que le hubiera gustado decir, pero que nunca podría hacerlo.

Su cabeza duele aún más que antes, y no tiene ningún tipo de alcohol para poder olvidar todo eso. Joder, necesita ahora más que nunca el dinero.

Cierra los ojos, respirando con dificultad. Ver a Caitlyn de nuevo le ha trastocado toda la cabeza, no esperaba que fuera así. Esperaba verse mucho más estable y bien cuando la viera de nuevo. No este desastre que es ahora.

¿Estará decepcionada de Vi también? Bueno, ya lo estaba de antes, pero seguro que ahora se alegra de no tenerla más en su vida.

Sólo de pensar en ello le duele el corazón. Odia que todo se haya vuelto tan complicado, odia que nada le pueda salir bien.

Ojalá pudiera volver a momentos antes de la pelea, decirle a Caitlyn que no estaba lista para acabar con Jinx, que nunca lo estaría. No importa lo mal que esté o las cosas que haga, sigue siendo su hermana.

Pero, con un suspiro fuerte, ya no tiene sentido pensar en cambiar las cosas. Ya está todo dicho, no hay vuelta atrás.

Tiene que aprender a lidiar con su nueva normalidad. Su vida de mierda ganando algo de dinero en el foso y estando lejos de toda la gente que le importa, es lo que le queda ahora.

Esa noche, sueña con Caitlyn, con todas esas cosas que hubiera deseado que pasarán. Si solo puede tener eso, al menos lo disfrutará.

— —

Espera que la mujer no vuelva nunca. Espera que vuelva pronto.

No lo sabe, sus sentimientos siguen a flor de piel. La extraña, tanto que duele. Volvió por ella, eso tiene que significar algo.

Pero no, recuerda, vino para pedirle algo. Nunca hubiera bajado hasta esas calles olvidadas sólo por Vi, nadie lo haría.

Pero quiere que lo haga, quiere que vuelva por ella. Quiere saber que también significó algo para ella.

Va al foso al día siguiente, sintiéndose con más energía y furia que antes. ¿Cómo se atreve a volver y dejarla sola de nuevo?

Sus sentimientos son confusos y están por todos lados, nada se aclara y necesita más alcohol, pero ni siquiera tiene dinero para poder comprarlo.

Ya tiene a un oponente listo cuando llega, un hombre que es mucho más grande que ella. Está segura de que los organizadores piensan que va a perder de nuevo, no ha tenido una buena racha, y solo la ponen con gente enorme para dar más espectáculo.

Vi se cruje los dedos, pensando en alguna táctica para acabar con el hombre rápido. Quiere sentir que todo volverá a estar bien, necesita ganar esta pelea.

Cuando entra en el foso, lo hace con más energía que nunca antes. Además, está totalmente sobria, y eso le da aún más fuerza. Tiene que ganar.

Por un lado, aún que Vi prefiere no admitirlo, espera que Caitlyn esté ahí, que la vea lucha. Que sepa que esto es todo lo que queda de Vi. La lucha y el dolor, nada más.

Esquiva el primer golpe, oyendo los ánimos del público. Resulta que, contra todo pronóstico, aún tiene algún fanático ahí, por la forma en que empiezan a gritar cuando Vi sigue esquivando golpes.

Quiere dar un espectáculo, hacer que está gente no la olvide.

Golpea con fuerza en la cabeza a su contrincante cuando tiene la oportunidad, satisfecha cuando el hombre se tambalea hacia atrás. Esto es para lo que está hecha, para la violencia.

Esquiva de nuevo, jugando con su oponente hasta que le vuelve a dar otro golpe fuerte en la cabeza. Sabe que, con la fuerza que le da, con otro golpe debería estar en el suelo. Pero Vi aún no quiere que acabe, necesita más.

Da vueltas por el foso, riéndose un poco cuando el hombre intenta golpearla sin éxito. El público se vuelve loco, y puede ver como empiezan a apostar más por ella, levantando ese papel rojo. Eso es lo que quería, tener la atención y la aprobación de alguien, incluso si son extraños que no le importan. Al menos así no se siente como un estorbo.

Con un movimiento rápido, saltando más de lo que debería para dar un buen espectáculo, acaba dándole un fuerte golpe al hombre a un lado. El hombre se tambalea hacia atrás, viéndose perdido, y pronto cae al suelo con un ruido sordo.

La gente se vuelve loca, Vi puede oír los gritos y se siente viva de nuevo. Levanta un brazo en señal de victoria, viendo a la gente. Buscando a alguien que sabe que no va a estar.

Sale del foso sintiéndose mejor que antes, aún más cuando recibe un fajo de billetes por el trabajo de hoy. Dinero para pagar a la casera y, Vi no puede resistirse a eso, un poco más de alcohol.

Se está volviendo más resistente al alcohol, por lo que necesita aún más para emborracharse. Y realmente lo necesita hoy.

Camina entre la gente, metiéndose el dinero en el bolsillo de la chaqueta. Debería ir al apartamento primero para guardarlo, es más cantidad de la que solía recibir y no quiere arriesgarse a perderlo. No cuando no sabe cuándo volverá a ganar.

Hoy ha sido solo un golpe de suerte, su furia con Caitlyn debe haber ayudado a sus puños o algo así.

Saluda a un par de personas mientras pasa hacia la salida, incluida una mujer pelirroja con la que se besó un par de veces. Tal vez puedan llegar a más esta noche. Debe olvidar a Caitlyn de una vez, la mujer no está ahí.

El frío de la calle la golpea con fuerza, y Vi tiene que reprimir un sonido de angustia mientras se estremece. Siempre está borracha cuando sale, por lo que ese calor evita que sienta el frío de Zaun.

Mientras camina, no puede evitar sentirse decepcionada de que Caitlyn no haya estado ahí. Sabe que no debería, pero quería verla de nuevo.

Patético, Jinx se estaría riendo de ella hasta la muerte si pudiera verla ahora, triste por una jodida ejecutora. Incluso se volvió una por ella, traicionando todo lo que conocía. De verdad que el amor te vuelve ciego.

—¿A esto te dedicas ahora? —dice una voz por detrás de ella, y Vi se tensa cuando la reconoce.

Hablando de la mujer, ahí está.

—¿Tienes algún problema con ello? —pregunta Vi, girándose al momento.

Caitlyn está ahí, mirándola de nuevo. Ahora que Vi puede verla bien, sin los efectos del alcohol, puede decir que la mujer no se ve bien. Tiene grandes ojeras debajo de los ojos, se ve más pálida, incluso Vi puede decir que está más delgada.

Pero nada de eso importa. Como si Caitlyn se ve horrible, está segura de que ella se ve mucho peor.

—No deberías...

—Sí, no vayamos por ahí —interrumpe Vi, sin querer escuchar sus consejos o lo que sea.

—Vi, te necesito —dice la mujer, y Vi odia como su corazón se acelera con esas palabras.

—No, no lo haces.

Va a girarse para seguir su camino, ignorando el tirón de su corazón que le pide que se quede y la escuche, cuando una mano la agarra con fuerza de la muñeca.

—Vi... —vuelve a decir, esta vez con un tono triste—. Eres la única en quien puedo confiar con esto.

Decir cosas así es cruel, demasiado cruel.

—¿Ahora confías en mí? —responde ella, con rabia.

—Estaba mal en ese momento, la muerte de mi madre y...

—Mis padres murieron por ejecutores, Cait. Con el mismo uniforme que tú llevas —dice Vi, mordiéndose la lengua cuando quiere decir que ella misma llevó el uniforme para ayudarla, para estar ahí para ella.

Le hubiera dado todo lo que hubiera pedido sin discutir. Pero le pidió la única cosa que realmente Vi no podía darle, y aún así no la entendió.

—Lo sé, lo sé —murmura Caitlyn, y Vi puede ver como cierra los ojos por un segundo para respirar con fuerza.

—Entonces no entiendo qué haces aquí.

—No es solo Jayce —dice Caitlyn, abriendo los ojos y mirando fijamente a Vi—. Ekko y Heimerdinger no aparecen por ningún lado. Sé que no te importan los demás, pero Ekko...

—¿Qué quieres decir con desaparecido? —pregunta Vi, ahora más alerta.

Ha estado tan perdida en su propio dolor que ni siquiera sé ha molestado en comprobar que los demás estuvieran bien. Ekko parecía bien la última vez que lo vio, creó toda una especie de comuna segura ahí abajo él solo, no necesitaba a Vi ahí para fastidiarlo todo.

Aún así, si Ekko está en peligro, Vi quiere ayudarlo.

—Cuando volví de... —hace una pausa, como si no quisiera mencionarlo—. Jayce no estaba por ningún lado, ni tampoco Heimerdinger, pensé que estaría haciendo algo y no le di importancia. Y luego, cuando bajé en una búsqueda, vi a los Firelights, pero Ekko no estaba con ellos.

—Puede estar en el árbol —dice Vi, sin querer pensar en lo peor.

—No, uno de ellos lo dijo. Nos insultó por llevarnos a Ekko, ellos creen que está con nosotros.

—¿Y no lo tenéis?

Caitlyn la mira con los ojos bien abiertos, cómo si no pudiera creer lo que acaba de sugerir Vi. Pero, vamos, ya no sabe qué esperar de la mujer.

—Claro que no.

—En resumen, estos tres han desaparecido y quieres que te ayude a encontrarlos.

Caitlyn asiente, mirando a Vi fijamente. Tiene que hacer un esfuerzo muy grande para no apartar la mirada de la mujer, se siente demasiado vista.

—Creo que sé dónde están.

—¿Y vas a decirlo o prefieres que me quede con la intriga?

Rueda los ojos, intentando verse lo más despreocupada posible. Pero está preocupada. Ekko no desaparecería sin un buen motivo, no dejaría solos al resto de Firelights. Ha pasado años construyendo ese sitio, protegiendo a la gente.

—El centro de las puertas Hextech. En, bueno, la pelea, nuestras armas estaban fallando todo el tiempo. Creo que hicieron algo ahí abajo.

Vi asiente, recuerda el momento en que sus guantes se movían solos y se negaban a cooperar.

—¿Y quieres que vayamos?

—Sí, sé que es peligroso pero...

Vi lo piensa por un momento, ignorando su corazón. Si fuera por eso, habría dicho que sí hace mucho. Pero no puede dejar que sus sentimientos por Caitlyn dicten su vida ahora.

Aún así, no puede dejar tirado a Ekko, le debe mucho. Si tiene la más mínima posibilidad de ayudarlo, debería hacerlo. Por todo lo que Vi no hizo en un pasado.

Joder, tendrá que guardar sus sentimientos y pensamientos bajo llave, pero irá a ese centro de lo que sea. Por Ekko. No solo por su necesidad de ayudar a Caitlyn con lo que sea que necesite.

Por Ekko, se recuerda a sí misma, cuando tiene a la mujer delante. No es solo porqué aún siga enamorada como una tonta y quiera que todo esté bien para Caitlyn, incluso cuando se ha convertido en un símbolo de todo lo que siempre ha odiado.

—Está bien, vayamos entonces —dice Vi, dando un paso hacia delante.

Caitlyn la mira sin saber que decir, parpadeando como si no hubiera escuchado bien a Vi.

—¿Vas a venir?

—Ekko está desaparecido —responde ella, para que quede claro el motivo por el que ha decidido esto—. Ayudaré, sólo miremos primero.

Y, no va a decirlo en voz alta, pero se siente bien que Caitlyn haya ido a buscarla dos veces, incluso si es solo para eso.

—¿Tienes que ir a buscar algo? —pregunta Caitlyn, aún sonando confusa.

Vi niega con la cabeza, no es que tenga mucha cosa de valor en su apartamento.

—No, no tengo mucho.

—¿Y los guantes?

Oh sí, debería ir a por ellos.

—Entonces sí, espera aquí mientras voy a por ellos —dice Vi, sintiéndose como una tonta de nuevo.

¿Cómo ha podido olvidarse de los guantes? Los ha dejado en una esquina del apartamento durante todo el tiempo que lleva ahí, como recordatorio de todo lo que perdió allí arriba.

—Puedo ir y...

—No —protesta Vi, al segundo—. Volveré.

Después de decir eso, se da la vuelta y camina con más rapidez hasta el apartamento. Aún se siente avergonzada por él, y quiere mantener a Caitlyn lo más lejos posible. Da igual que ya haya tenido un pequeño vistazo de ello, Vi va a fingir como si no hubiera pasado.

Por Janna, sigue siendo la misma tonta enamorada de siempre. Hubiera ido con Caitlyn incluso sin Ekko, lo tiene muy claro.

Tiene que olvidar todos esos pensamientos, nada va a cambiar. Caitlyn sólo la necesita para su investigación, una vez que los tres estén a salvo en su casa, Caitlyn la volverá a dejar fuera.

Vi tiene que grabarse eso en la mente.

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