No nos prohibirán amarnos

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
G
No nos prohibirán amarnos
Summary
Ron y Blaise tienen una relación a escondidas de sus amigos y familias, a pesar de este ocultamiento ambos son felices amándose, pero que pasara si al amarse no se protegieron lo suficiente… En el mundo mágico un niño/a que nace fuera del matrimonio y la unión mágica entre sus padres es considero un hijo bastardo o ilegitimo, teniendo un futuro lleno de repudio y rechazo por el mundo mágico.Parejas:• Principal: Blaise y Ron.• Secundaria: Draco y Harry.
Note
¡Hola lector!:Esta es mi primera historia, hace tiempo llevo queriendo escribir sobre mi pareja favorita Blaise y Ron, ya que hay muy poco contenido de ellos, ojalá aun queden personas que les gusta esta pareja tanto como a mí; también, podrán encontrar en esta historia mi poderosísima pareja Draco y Harry y la mención de otras más.Aclaraciones iniciales- Es un fanfic, habrá cosas del libro, pero mayormente serán de mi imaginación.- En esta historia Voldemort murió junto con los padres de Harry, por lo que no hay señor oscuro.- La historia se sitúa en el último año.- Los Slytherin y los Gryffindor siguen sin llevarse bien.Gracias por darle una oportunidad a mi historia <3.
All Chapters Forward

Chapter 8

IMAGE DESCRIPTION

 

Durante el recorrido en tren, el trío de Slytherin había estado buscando a su amigo desaparecido desde el abordaje, temiendo que este se hubiera quedado en la estación, o que simplemente se hubiese subido a otro vagón distinto al de ellos sin darse cuenta; a consecuencia de, habían estado revisando todos los compartimentos. Cuando se trasladaron a revisar otro de los vagones, se toparon con el compartimento de los tres Gryffindor: Harry, Hermione y Neville.

—Está claro que ustedes los Slytherin no saben el significado de tocar una puerta —reclama Hermione al percatarse de la intromisión de su «casa enemiga».

—Uyuyuy estamos gruñonas, pelirroja bonita. —responde Pansy a la vez que guiña un ojo a la otra chica. Hermione hace un gesto de molestia y rueda los ojos, luego vuelve a abrir el libro que estaba leyendo ignorando al trío.

Por otro lado, desde la entrada de los Slytherin, Draco y Neville intentaban rehuir las miradas de sus respectivas parejas, cada uno por situaciones distintas: Draco porque aún seguía enojado con Harry y ninguno había intentado hablar con el otro desde aquella discusión, y Neville para evitar ponerse nervioso ante la mirada de su futuro esposo.

Neville y Theo habían sido comprometidos por sus respectivas familias desde pequeños, ninguno se había enterado de tal compromiso hasta hace pocos meses; aunque han estado en una relación de pareja desde quinto curso, el enterarse de aquel compromiso hizo un poco de mellas en su relación en un principio, pero con el tiempo los dos han sabido manejar la situación olvidándose de la decisión de sus familias y siendo estos los de la última palabra a tomar. Todo el castillo sabía de este compromiso, por lo que su relación no era un secreto; pero, Neville no podía evitar avergonzarse y ruborizarse cada vez que se encontraba con su pareja cuando ellos estaban en compañía de otras personas.

—Hola, bonito —saludo Nott a su novio al mismo tiempo que empezaba a acercarse a él.

Neville deja de rehuir su mirada y le sonríe —Hola ¿Qué haces aquí?

—Estábamos buscando a un chico de más o menos 1,90 m, piel marrón y con una cara de casanova empedernido ¿No lo habrás visto por casualidad?

Neville Ríe —la estatura y el color me cuadran, pero no andaba con una cara de casanova, si no con una de acosador maniático. El dúo de Slytherin hace un gesto de molestia hacia Neville por lo dicho «solo ellos se podían hacer bromas pesadas o hablar mal entre sí», mientras que Nott arqueaba una ceja y se acercaba a su pareja.

—Acosador... ¿Cómo es eso?

—¡Pues que tu insoportable amigo ha venido como un jodido maniático a llevarse a Ron hacia donde sabe quién! —dice una enojada Hermione mientras tiraba el libro hacia un lado del asiento, se ponía de pie y encaraba a los Slytherin.

Casi todos se sorprendieron por el exclamo de la chica, menos Pansy, la cual la miraba con una gran sonrisa.

—Dónde escondías ese carácter, cosita linda —verbaliza la castaña a la par que intenta acariciar el rostro de la pelirroja. Hermione se aleja de aquel intento de caricia, devolviéndole un gruñido y volviéndose a sentarse de mala gana.

—¿Van a durar mucho aquí? No ven que ese chico no está.

—Hermione cálmate, no es nece- —intenta decir Harry.

—¿Qué me calme? Ese estúpido obligó a Ron a irse con él, cómo me pides que me calme.

—Bueno, no lo obligó... —susurra Neville. La pelirroja lo oyó y le dio una mirada de enojo, que hizo que Neville bajara la cabeza intimidado por la chica.

—¡No lo mires así! —reclamó Nott a la par que levantaba, de manera suave, la cabeza de su chico. —No bajamos la cabeza ante nadie ¿Recuerdas? No permitas que los demás te hagan sentir mal, sí —el contrario asiente. No era un misterio para nadie, que aunque Neville era muy valiente, también era muy fácil de intimidar.

—Lo siento Nev, no debería haberte... Solo estoy un poco preocupada por Ron.

—Está bien amiga, no debería haber dicho aquello.

—No has dicho nada malo, cuando dejaras de hacer eso —replica Theo.

Draco cansado de aquella discusión, los interrumpe —Ya sabemos que subió al tren y que de seguro se está tirando a la comadreja, así que volvamos —los tres Slytherin ríen, Draco y Pansy salen rápido del vagón para evitar la furia de los Gryffindor y Nott se acerca rápido a su chico dándole un fugaz beso en los labios, provocando el sonrojo del contrario.

—¡Idiotas! —gritó Hermione asomando la cabeza por la puerta —Por qué no dijiste nada a esos... a esa gente, Harry. No los soporto, y mucho menos aquella chica ¡la fresca intento tocarme! grr.

—Mión, es cierto que el Slytherin entró a nuestro compartimento haciendo el mejor papel de estúpido, pero el que decidió irse con él fue Ron, el chico no le obligó a irse con él —aclara Harry mientras hace comillas con sus dedos. Hermione no emitió palabra alguna, sabía que su amigo tenía razón.

—De verdad creen que Blaise se está acostando con el Gryffindor —preguntó Nott mientras el trío iba caminando por los pasillos del tren.

—Acaso lo dudas. Ese seguro ya se lo comió —verbaliza Pansy con un tono divertido.

—No sé lo que tiene en la cabeza últimamente Blaise, pero sé que algo nos está escondiendo y todos sabemos que él no tiene secretos con nosotros —conjetura Draco.

—Tiene que ser algo muy importante —dice Nott.

—Y algo que no es fácil para él de contar ¿Investigamos? —culmina Pansy

Los tres se miran, asienten y luego suspiran de frustración, iban a tener que involucrarse en la vida privada de su compañero para saber que les ocultaba.

Antes de la llegada del tren a la estación, Blaise despertó a Ron para que pudiese espabilarse antes de bajar y volver a sus respectivos compartimentos con sus amigos y él con los suyos.

—Te veo a las 14:40 en la salida del pueblo —Ron asiente mientras procede acercarse al moreno, para luego inclinarse hacia él y besarlo con suavidad. Blaise se deja llevar por aquel beso, a la par que deposita sus manos en la cintura del pelirrojo y lo acerca más a él. Sus labios, en un principio, se rozaban suavemente y con ternura, pero luego pasó a ser un beso más necesitado en el que sus lenguas danzaban entre sí mientras sus labios se acariciaban. Ambos se separan por la falta de aire y juntan sus frentes para recuperar el aliento. Unos pocos segundos después, Blaise deposita un beso en la frente de su chico, después le mira y le sonríe, para luego al unísono separarse, salir del compartimento y tomar caminos distintos.

De este modo, Ron vuelve a su respectivo lugar. Al entrar a la estancia sus amigos lo reciben con miradas de curiosidad, pero el pelirrojo ignora dichas miradas, procediendo a sentarse en uno de los asientos y a reclinar su cabeza en la ventana —Después les cuento, ya casi llegamos al pueblo —dice. Ninguno protestó, solo se miraron entre sí.

Al mismo tiempo, Blaise buscaba por todo el tren a sus amigos, encontrándolos en una de las estancias del segundo vagón. Al entrar, sus amigos le reciben con miradas curiosas y lascivas acompañadas de sonrisas de medio lado —Dejarlo así, será lo mejor —replica el mayor. El moreno tenía claro que por el momento no contaría nada de su relación. Después de las palabras dichas por Blaise, los tres amigos se quedaron mirándole intensamente, a la vez que Pansy movía sus dedos a lo largo de su boca realizando la acción de cerrar una cremallera, todos procedieron a reírse.

El Expreso de Hogwarts arribó a la estación de Hogsmeade al mediodía. A su llegada, los alumnos pueden visualizar, desde las ventanas de sus compartimentos, la entrada al bullicioso y transitado Pueblo de Hogsmeade.

Así mismo, dada la luz verde, todos los alumnos empezaron a bajarse del tren, cada uno con sus grupos de amigos. Transcurridos unos minutos del arribo, y con todos los alumnos fuera del tren, los profesores encargados de la seguridad de los estudiantes proceden a dar una pequeña charla sobre comportamiento, responsabilidad y educación a sus alumnos. Luego de dicha charla, pasaron a proporcionarles la ubicación del lugar donde se hospedarían el fin de semana y la hora a la que debían estar allí; como estaban en último año y todos contaban con el permiso de sus respectivos tutores, se les permitía recorrer el pueblo por sí solos.

Cada uno de los grupos de alumnos de Hogwarts toma rutas distintas al entrar al pueblo: algunos fueron a la Tienda de té de Madame Tudipié, mientras que otros prefirieron ir a la Tienda de artículos de broma Zonko; Sin embargo, el trío de oro, más específicamente Hermione, habían planeado un itinerario para realizar durante la estancia: primero caminaran un poco por todo el pueblo, luego pasarán por La Casa de las Plumas (Hermione necesitaba una nueva), después harán una parada en Honeydukes, para que Ron se abastezca de dulces, y por último, se detendrán a descansar en Las Tres Escobas.

—Bueno, pues a empezar el recorrido —comentó una emocionada Hermione a la par que empezaba a caminar. Los demás simplemente se ríen por lo bajo y empiezan a seguirla.

Durante la caminata las cosas no estaban saliendo muy bien para Ron, la humedad típica otoñal, más todos los olores de comidas, perfumes y objetos estaban haciendo que se sofocara, mareara y tuviera arcadas de vez en cuando.

—Eh chicos, necesito ir al baño. Ir sin mí, luego los alcanzo.

—Yo también tengo que ir, si quieres te acompaño —verbaliza rápidamente la pelirroja.

—¡No! — la chica dio un respingo por el tono usado por el pelirrojo —No creo que debas ir conmigo, luego la gente pensara cosas... mejor voy solo y... eh... tú también —expresó Ron, saliendo apresuradamente de la vista de sus compañeros.

—Eso... ha sido un rechazo, ¿verdad? —dice la chica más para sí misma que para los demás.

—Mión, yo...

—Esta bien Harry, solo pensé que si dejaba entrever mejor mis sentimientos este aceptaría, pero me equivoque, no — empieza reír mientras las lágrimas se van acumulando en sus marrones ojos, para luego derramarse por su tierno rostro mientras acariciaban sus mejillas.

—Hey, ven aquí —Harry tira suavemente de su amiga y la abraza fuertemente —Todo estará bien, sí. —El moreno no sabía qué más decir, ambos son sus amigos; además, no era como si Ron hubiera hecho cosas que dieran entender a Hermione que este sintiera algo por ella, su amiga se había enamorado sola y él ya se lo había advertido. Pero eso no se lo diría, él muy bien sabía lo que era amar a alguien y que ese alguien ya no quisiera estar contigo «Ella tiene suerte, aunque no lo crea. Es mejor perderlo ahora y no después de haber sentido sus caricias recorrer todo su cuerpo; su calor durante las noches frías; sus sonrisas y miradas dedicadas únicamente a ti; o sus palabras de amor, susurradas al oído. Perder eso... dolía bastante» —pensó un triste Harry recordando los problemas que estaba atravesando su relación. Extrañaba demasiado a su pareja.

—Ya, ya. Sigamos con el recorrido, vamos, vamos —comunica Hermione a la par que se separa de Harry, se limpia el rostro con sus manos y empieza a caminar. Neville y Harry intercambiaron miradas, sabían que la chica se estaba haciendo la fuerte; pero, si eso era lo que ella quería, ellos estarían ahí para sostenerla cuando ya no pudiese aparentar más.

Al mismo tiempo que pasaba la acción anterior, Ron se apresuraba a encontrar un sitio donde poder vomitar y descansar; cuando llegó a los baños, se encontró con una fila enorme, por lo que decidió mejor salir del pueblo e ir al bosque «Será lo mejor, no creo que Blaise tarde en venir, y así nadie me verá en este estado» —cavila.

El Slytherin salió apresurado hacia las afueras, intentando que ninguna persona de Hogwarts lo viese. Una vez entró al bosque no pudo aguantar más las ganas y dejó salir todo lo que contenía su estómago. El pelirrojo estaba tan mal que no se había percatado de que había alguien más en aquel sitio.

—¿Estás bien chico?

Ron se asusta —¿Quién eres tú? ¿Por qué me has seguido?

—Jajaja, cómo te voy a seguir, si yo ya estaba cuando tú llegaste.

—Eso no es cierto —saca su varita y apunta al extraño —¿Quién eres?

—¿Crees que tienes oportunidad? me parece que no.

—Ah, ¿sí? por qué no probamos.

—¿Ron? Qué estás... —Intenta preguntar Blaise al llegar al bosque —Qué le hiciste, idiota —dirige hacia la otra persona.

—¿Por qué soy yo el culpable, mon chéri? Él es el que anda acusando a la gente.

—Vuelve a llamarlo así y ¡te desaparezco! —Ron no era muy fluido en francés, pero esas palabras eran muy básicas para no saber el significado (cariño/ querido) y darse cuenta de las intenciones de aquel chico.

—A ver, intenta hacerlo pelirrojo —Ron se apresura a empuñar su varita hacia el contrario, pero Blaise es más rápido y detiene la acción colocándose delante del pelirrojo.

—Ron, amor. ¡Hey! precioso ¿Qué pasó?

—Qué ¿Qué pasó? que este invec-

—¿Me vas a seguir echando la culpa, eh niño? yo no te he hecho nada. Si al que casi se le sale la vida por la boca fue a ti —dice el chico mientras reía.

Ron se apresura a confrontar al tipo, pero Blaise lo detiene y dice —Vuelves a decir algo de él y te quedas sin cara. Y tú —señala a Ron mientras que el nombrado frunce el ceño —Vamos, quiero que me cuentes que pasa —agarra a Ron de la mano y se alejan.

—No tardes, mon amour —vocifera el susodicho.

Ron se da la vuelta enojado, escapa de las manos de Blaise y sale corriendo hacia donde aquel chico.

—¡Hoy te mueres idiota! —gritó el pelirrojo mientras se acerca al chico y saca su varita —¡Alarte ascendere! —el otro esquiva el hechizo, y sin perder el tiempo saca su varita para defenderse. Ron vuelve a lanzar otro hechizo —¡Desmaius! —pero el otro chico es más ágil y lo vuelve a esquivar.

—Ustedes dos, parar de una jodida vez.

Ninguno de los dos escucha a Blaise. El chico sigue esquivando los hechizos del pelirrojo a la vez que se burlaba de Ron y su falta de puntería —¿Acertarás alguno, niño? —se burla. Esto provocó que el pelirrojo se enojara más y empezara a lanzar hechizos a diestra y siniestra.

—¡Detente Ron! —intenta intervenir Blaise.

El extraño cansado de aquel juego se detiene y lanza un «Aqua eructo duo» en dirección a Ron. En ese mismo instante Blaise hace una aparición delante del pelirrojo recibiendo el impacto del chorro de agua.

—¡Blay! ¿Dónde te dio? —Ron se acerca y revisa nervioso el cuerpo del moreno — ¿Por aquí? no, aquí...

—¡Déjalo, joder! —gritó el moreno mientras intentaba levantarse del suelo —Qué se te pasa por la cabeza, eh. Como te pones a pelear con este imbécil, ¿Te olvidaste de tu estado? —Ron baja la cabeza avergonzado, se había olvidado de ese pequeño gran detalle. Una vez de pie, Blaise se acerca al chico, se detiene a mirarle y le propina un puñetazo.

—Qué coño haces man.

—Óyeme bien Aramis. Vuelves siquiera a intentar hacerle algo de nuevo y no la cuentas —Ambos chicos se miran de manera desafiante.

—Oh, no puede ser, el gran Blaise Zabini se ha enamorado —Aramis sonríe —Hombre, esto no sucede todos los días.

—Quita la sonrisa, idiota.

—Uy chocolatito no me hables así —Ron le lanza un pequeño palo que encontró por el suelo a Aramis golpeándolo en la cabeza —Auch. Tú, pequeña rat-

—¡Ya está bien! deja de intentar molestarlo con los sobrenombres, Aramis. Y tú Ron... ya habíamos hablado de esto, ¿no?

Ron tenía las hormonas en pleno apogeo le importaba un comino lo que él y Blaise hablaron, él no permitiría que aquel chico siguiera con aquel jueguito solo para molestarlo.

—Me vuelvo —dice el pelirrojo mientras se encamina de vuelta al pueblo.

—¿Qué? Ron, no hagas esto... ¡Ronald! —Ron se detiene de repente.

—No me llames así —advierte el pelirrojo.

Blaise deja salir una pequeña risa, sabe que Ron odia que le llame así.

—Te crees muy gracioso, eh Zabini.

—No, yo solo...

—Sigue haciendo el payaso —indica Ron con un tono de enojo a la par que empieza a caminar hacia el pueblo. Blaise no pierde el tiempo y rápidamente detiene el avance del pelirrojo agarrando una de sus manos, Ron intenta deshacerse de aquel agarre, pero Blaise no lo permite.

—Suéltame.

—No. Ron... No te has dado cuenta que hemos estado peleando más en estas últimas semanas que casi el año y medio que llevamos de relación —Ron desvía la mirada —Dime ¿Qué estoy haciendo mal?

—Tú no est-

—Sí que lo hago porque no paras de enojarte conmigo. Antes te reías de mis tonterías, ahora te molestan; ya no me cuentas cuando estas mal, lo tengo que adivinar yo, siempre nos hemos contado todo. Te has empecinado en soportarlo todo tú solo y yo... no sé qué hacer para que te apoyes más en mí —aún después de estas palabras Ron no miró a Blaise, simplemente agacho la cabeza.

—Ni siquiera yo sé que me pasa —suspira —simplemente ahora estoy de buen humor y de repente no soportó a nadie, ni quiero hablar con nadie —el moreno suspira, tira de su pareja hacia él y procede a acurrucarlo entre sus brazos.

«De verdad quiere a ese chico. Cómo has madurado amigo» —piensa Aramis mientras mira aquella escena —¡Hey! ustedes — se acerca a la pareja, haciendo que Ron se ponga alerta y le dé una mirada de advertencia a la par que abraza posesivamente a Blaise —lo siento, no fue mi intención que esto acabara así, pero deberías controlar mejor tu temperamento. Yo solo quería ayudarte porque vi lo mal que estabas.

Ron lo mira y suspira, sabía que solo estaba haciendo una rabieta de niño mimado. Pero no podía evitarlo, por más que lo intentara. —También lo siento, no debí reaccionar así, ok.

—Entonces... ¿Paz?

—Paz.

—Ya que han dejado de ser unos niños malcriados vamos a buscar un lugar donde poder hablar tranquilamente —expresa el moreno.

los tres chicos procedieron a adentrarse más al bosque en busca de un espacio tranquilo y alejado del pueblo. Inmediatamente después de encontrar el lugar adecuado, proceden a sentarse en unas rocas.

—Bueno, me vas a contar eso de querer ser medimago.

—Simplemente me apetece.

—¿Tengo que creerte?

—¿No lo harás?

—¿Debería? —Ambos chicos ríen.

—Pensé que vendrías con Ángela. Hace tiempo que no sé nada de ella.

La sonrisa que Aramis tenía había desaparecido de repente después de aquellas palabras —Ángela... Lleva muerta cuatro años —Ron y Blaise no pudieron ocultar la sorpresa en sus rostros, el chico mencionó a la chica en aquella carta como si estuviera viva.

—¿Qué pasó? ¿Cómo...? —intenta preguntar un desconcertado Blaise.

—Nuestras familias la mataron —el chico se levanta dando unos pasos alrededor, aun le costaba hablar de lo sucedido —Me sorprendió que tú madre dejara que me escribieras, pensé que te habías enterado de lo sucedido y que por ello no me habías hablado mal amigo.

—No, yo no sabía nada, te envié algunas cartas desde casa, pero no obtuve respuesta. Pero, sus familias... cómo ellos.

—Típico de tu madre, vieja bruja —Blaise no discutió aquello, si sus cartas no llegaron a su amigo sabía quién había sido la culpable de aquello. En Hogwarts ella no podía controlar el correo por eso esta vez la carta si llegó —Ella... —toma aire —Salió embarazada cuando teníamos 18 años, a mí me faltaban cinco meses para cumplir la mayoría de edad y a ella tres meses; Pero, nuestras familias no consintieron la relación, y simplemente nos repudiaron e intentaron obligarla a abortar. Nosotros no... no íbamos a permitir aquello y nos escapamos, pero éramos muy jóvenes e ilusos y nuestras familias eran demasiado poderosas. Ya sabes, ambas de sangre pura, las cueles no permitirían la mancha en el apellido. Esos Bastardos nos encontraron a las afueras de Londres, en una ciudad muggles, a ella se la llevaron y a mí me encerraron... No supe de ella hasta un mes después, en el que mis propios padres me llevaron hacia su cadáver culpándome de su muerte y repudiándome por traición —Durante estas duras declaraciones Ron había estaba abrazando su barriga y Blaise había acercado el cuerpo de su pareja más hacia él.

—Aramis...

—Está bien, no nos pongamos tristes. El universo sabe hacer bien su función, o yo... —ríe —esos asesinos a día de hoy están en agonía, postrados en una cama por alguna extraña enfermedad que nadie sabe cómo la obtuvieron...

—Extraña, eh.

—Oh sí, muy extraña. No estoy culminando mi carrera como medimago por obra del destino —el chico ríe —Sé que Ángela y nuestro bebé ya están descansando —Aramis se aproxima a la pareja, había estado observando el comportamiento de la misma mientras este relataba lo sucedido —Por qué me has enviado esa carta Blaise, y no mientas.

—Qué pasaría si te dijera que nosotros... —Blaise aprieta más el agarre en Ron —Vamos a ser padres.

Aramis cierra los ojos y toma aire —¿Qué edad tienen ahora?

—Diecisiete.

—¿Cuánto tiempo de embarazo tienes?

—No lo sabemos.

—Blay, en que lio se han metido. Tu madre es peor que la mía, lo sabes, verdad —Ninguno de los chicos dice palabra —Ok, no es momento para reproches. Ahora mismo solo podemos saber cuánto tiempo tienes, es un hechizo muy sencillo, pero para saber cómo está el bebé necesito mi libro de medicina y mis utensilios. Necesito que te tumbes en algún lugar.

Rápidamente Blaise se levanta quitándose la chaqueta y colocándola en el suelo para que Ron se tumbe sobre ella —¿Eso valdrá?

—Es mejor que nada. Túmbate chico.

—Ron, me llamo Ron —dice el pelirrojo mientras se quita su propia chaqueta y también la deja caer al suelo para evitar ensuciarse cuando se tumbe.

—Bien. Voy a recitar varias palabras hacia su vientre. No se asusten, ok —Ambos chicos asienten, por ello Aramis procede a realizar los encantamientos sobre el vientre de Ron. Unos segundos después, detiene su varita y mira a ambos chicos —Tienes 4 meses.

—¿Qué? eso no es posible— replicó el pelirrojo.

—Si tuvieron sexo hace 4 meses, me parece que sí es posible —rebate el francés mientras sonríe.

La pareja se mira entre sí, analizando cuando pudo haber sido —Me parece que pudo haber sido-

—¡Calla! —gritó el pelirrojo hacia su chico a la vez que le tapa la boca con sus manos.

El moreno quita las manos suavemente de su boca mientras esboza una sonrisa —No lo iba a decir.

—Sí, ya. Pero, es que ni siquiera tengo la barriga un poco abultada.

—Eso es debido a que al sexo masculino se le abulta menos la barriga durante el embarazo. Veo que no han estado muy atentos a las clases de Educación Sexual —Ron se puso muy rojo, le resultaba muy extraño hablar de esos temas con personas que no fuesen Blaise o Harry —También, deberían haber disminuido las náuseas y mareos, cosa que me parece que no ha sucedido, verdad.

Ron niega —Todo lo contrario, los síntomas van a más.

—Umm me parece que tienes síntomas tardíos. Las náuseas, fatiga y cambios hormonales suelen suceder entre los dos y tres meses más o menos; pero, tampoco es nada raro, esto suele pasar, cada embarazo es diferente. Necesito revisarlos lo antes posible... —se detiene a mirar su reloj —bueno chicos, ha sido un placer, pero se está haciendo tarde y no puedo perder el tren. Iré el lunes como visitante a Hogwarts, llevaré mis utensilios, para así poder revisarlos a ambos.

—No vas a delatarnos, verdad —pregunta un dudoso Ron.

Aramis sonríe —Tengo que volver a contarte mi tragedia, chic- Ron. No les haría eso —mira a Blaise —Además, aun soy muy joven y guapo para morir.

—Qué bien que sepas mis intenciones... —insta el moreno.

—Uy que miedo, chocolatito.

—No lo llames así, idiota.

—Aramis... —advierte el moreno.

—Ok, ok —los tres chicos se ponen de pie, mientras Aramis ríe por los celos de Ron.

Blaise toma por el hombro al francés —Gracias por esto. No sé qué haríamos si no pudiéramos contar contigo.

—Hey pequeño, siempre puedes contar conmigo. Somos hermanos, ¿no? —Ambos se sonríen y se dan un abrazo.

—Gracias, Aramis —expresa Ron.

Aramis le sonríe de vuelta —Ya, ya, volvamos que se hace tarde —los tres chicos ponen rumbo de regreso al pueblo.

Forward
Sign in to leave a review.