Memorias de Harrison
Cuando Harry abrió los ojos, todo era oscuridad. Estaba de pie, y no importaba para que lado mirara, simplemente no iba a encontrar nada.
Suspiró, ¿ahora había muerto de verdad y lo antes vivido sólo era una cruel jugada de la muerte? Esperaba que no. Él, en serio, deseaba vivir esa vida.
Caminó por unos segundos, hasta que finalmente algo aparece entre tanto negro.
—¿Una puerta?
Harry intentó ver detrás de la puerta, no había nada. Abrió y cerró sus manos, intentado mantenerse calmado, no podía ser la entrada al más allá, ¿o sí?
Duró algunos minutos en ese estado, pensando en las miles de cosas que podría encontrarse al abrir y adentrarse en ella, hasta que finalmente lo hizo.
Giró el pomo de aquella puerta, entonces sucedió algo que nunca pasó por su mente.
Recuerdos.
Se presentaban cuadros con las memorias de Harrison, Harry quiso llorar al verles. Abrazos, palabras llenas de cariño, risas, llanto, vergüenzas, enojos, y oh, lo más destacable y hermoso, momentos familiares.
Harry se abrazó a sí mismo ante el recuerdo de un Harrison de seis años con un Sirius en uniforme de Auror robándole unas galletas a Snape.
Ante esas memorias supo que no sólo su padre y Tom habían tenido una vida totalmente distinta. El pequeño cuadro con un recuerdo de su padrino llenado la cara de Snape de besos mientras el estaba siendo cargado por este último fue una de las confirmaciones.
Luego estuvieron los cumpleaños, tantos niños y padres, tanta gente.
Empezó a separarles por familias, viendo cada memoria no fue difícil, tuvo que procesar y digerir ciertas cosas que, para él, no era común. No en su mundo, no en su antigua vida.
Cuando el recuerdo del día en que el accidente pasó se proyectó frente a él, sonrió y obtuvo una respuesta a las tantas dudas que tenía.
Su familia había pasado unos días en Egipto con Eloise, todos ellos volvieron excepto Dexter, quien quería pasar más tiempo con su abuela. El día del accidente en el que, el verdadero, Harrison murió, su hermano finalmente regresaba a casa.
Harrison estaba tan emocionado por su llegada y en su euforia pensó preparar una poción de un antiguo libro que había tomado "prestado" de la biblioteca de su padre Tom para mostrale a su hermano el avance que estaba haciendo en aquel campo.
Harry reconoció que todos ellos eran una perfecta combinación de James y Tom, empezando por Dexter; ojos azules, en una tonalidad un poco oscura, cabello castaño claro totalmente indomable, podía notar ligeras ondas y en un wolfcut, - en esos momentos Harry agradeció a su hijo James por haber probado tantos estilos de cabello, aunque seguía sin entender el nombre del corte- tez blanca, parecía alto. Algunos aretes - piercings, en su antigua vida, su hijo Albus había estado obsesionado con esas cositas- en la nariz, y ambas orejas parecían llenas de ellos.
Charlus por otro lado, su color de ojos era avellana, cabello negro con ondas más definidas, parecía tener el cabello largo hasta encima de los hombros, su flequillo parecía estar al nivel de su nariz y en todas las memorias lo vio amarrado en una coleta y rara vez suelto, de tez suavemente canela. Él también tenía de esos aretitos, uno en la nariz y solo unos cuantos en las orejas.
Sayre tenía los ojos verdes, una herencia de Caius Mistfond, cabello castaño oscuro sus ondas sólo eran casi al final de este, lo tenía corto, no pasaba de su barbilla. Tenía el flequillo corto, de tez blanca y tenía unos lindos pendientes en forma de serpiente, no usaba más de aquellos aretitos como Charlus y Dexter.
Se dio cuenta de forma rápida que era el único con heterocromia en la familia. También entre tanto recuerdo, entre tantas parejas y personas adultas, que en su otra vida nunca se hubiesen mirado, encontró demasiados misterios y secretos.
Iniciando con el hecho de que sólo estaba Lyall Abraxas Malfoy Lupin, y no había más que fotos de Lucius y Remus. El chico era un constante en la vida de su Familia.
'Bueno, es hijo de Remus y Lucius, supongo que Lucius es amigo de Tom aquí. ʼ
Se alegró de saber que los merodeadores seguían unidos, incluso Peter Pettigrew estaba en muchas memorias, junto a sus hijos y, para su sorpresa, su esposo Bartemius Crouch Jr.
También estaba el hecho, de que, la última vista de Lucius y Remus, el primero estaba embarazado.
¿Dónde estaba el bebé? No podía ser una foto del embarazo de Lyall, porque en esa foto estaban todos, además de un James con dos bebés, claramente eran él y su hermana.
Aparte de eso, la cicatriz que atravesaba su ojo derecho. En un solo recuerdo pudo ver a un pequeño Harrison preguntando por ella, recibiendo una respuesta que pudo dejarlo satisfecho, pero ahora él, sentía que James intentaba darle esa respuesta sólo para que no preguntara más sobre eso.
"—Querías probarle a Dexter, Lyall, Alphard, Fred, George, Nairobi, Charlie, Artemius y Dimitri que eras un niño grande y valiente. Te subiste a un árbol, pero resbalaste y caíste, en la caída una rama irió tu ojo, cielo. Supongo que no lo recuerdas por el golpe de la caída, el trauma debió bloquearlo. Ahora estas bien, y estoy tan feliz de ello."
Era raro, la cicatriz no parecía una que te haces a los cinco años, ni siquiera parecía que hubiese sido hecha por la rama de un árbol. Esta cicatriz le recordaba aquellas que eran hechas por un diffindo lleno de magia oscura. Fue testigo de uno en su segunda semana como Auror, luchaban contra un grupo de Mortifagos, Ron había sido quien recibió el hechizo.
Harry estuvo cuando empezaron a curarlo, vió todos los hechizos y posiones que utilizaron los sanadores en San Mungo para ello, al final, solo pudieron cerrar la herida, la cicatriz nunca se fue.
Aquella cicatriz de Ron, era igual a la de Harrison.
'Que Tom se vuelva Voldemort si me equivoco. ʼ
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Esa tarde, porque se despertó faltando un cuarto para las cinco, Harry tomó la bandeja que estaba al lado de su cama, en aquella mesita, y fue al cuarto oculto. Encontró un lugar en un rincón, lleno de cojines y una manta.
Comió en silencio mientras separaba a todos por familia. Inició por las familias de los Merodeadores.
Sirius y Severus tienen dos hijos; Alphard Arcturus el mayor, y Orión Alessander el menor.
Ambos de ojos grises, Alphard es de tez pálida, mientras Orión tenía la piel un poco más oscura. Los dos de cabellos negros, excepto que Alphard lo tenía hasta la altura de los hombros, lacio de ondas definidas, en cambio, Orión lo tenía corto no pasaba de sus ojos y liso, siempre bien peinados; cuando los vió, Harry pensó que eran gemelos, pero luego notó las diferencias, además de la edad. Compartían el primer piercing en su oreja derecha, Alphard tenía uno en la ceja izquierda y uno en la mitad del labio inferior. Orión sólo tenía unos cuantos en la oreja izquierda.
Lucius y Remus, al parecer, tenían dos hijos, aunque sólo sabía y había visto a uno. Lyall Abraxas, llevaba el apellido Malfoy, a pesar de que este era el padre gestante.
No es que Harry tuviera algún problema, pero suponía que Abraxas, el padre de Lucius tuvo algo que ver en ello. No dudaba tampoco de que haya puesto alguna demanda en la relación de Lucius y Remus.
Claramente el apellido Malfoy, ancestral y antiguo no iba a desaparecer sólo porque el único heredero era un gestante.
Aunque Harry no sabía su historia, tal vez Remus quiso tomar el apellido de Lucius por voluntad o quién sabe.
En fin, Lyall tenía la edad de Dexter, catorce años, de cabello rubio beige - su hija Lily se había pintado el cabello de ese tono cuando estaba en tercer año - , ojos grises con pigmentos azules, piel blanca, algunas pecas ligeramente visibles en su rostro. A Harry no le sorprendió que también tuviera de aquellos piercings, parecía algo que todos tenían. Incluso él tenía algunos.
Lo que le sorprendía eran las edades, Harrison sólo tenía diez, en dos días once, si el calendario en la pared de su cuarto no se equivocaba.
Negó, haciendo su plato a un lado y limpiandose la boca con la servilleta en la bandeja. No le asombró de lo natural que estaba siendo, ya tenía las memorias y todo de Harrison.
Siguió con las familias, Harry pensó que realmente eran un grupo de amigos grande, con muchos hijos. Le alegraba.
Peter y Bartemius tenían tres hijos Artemius, el mayor, Timotheé, el del medio y Jeremione, el menor.
Artemius y Timotheé eran de cabello corto, castaño claro, en cambio el de Jeremione era rojizo oscuro, casi negro, los tres tenían el mismo color de ojos, ámbar. De tez blanca. También tenían piercings, en las orejas y solo Artemius tenía uno en la ceja izquierda. Artemius tenía el flequillo largo y la parte de atrás corta. Timotheé, por otro lado, tenía un mullet discreto y Jeremione lo llevaba corto escalonado.
Ahora, Arthur e Ethan Nott, tenían, para sorpresa de Harry, solo cuatro hijos; Charlie, Percy y los mellizos Ronald y Theodore.
Charlie y Percy se veían casi igual que en su antigua vida, a excepción de que Percy tenía el cabello castaño oscuro y los ojos verde miel. Ron y Theodore eran otra cosa.
Ron su cabello era pelirrojo largo, hasta la cintura, ondas definidas al final, piel blanca, tenía una gran cantidad de pecas, incluso en sus hombros. Usaba vestidos, faldas, lindos pendientes de mariposas, de flores, de espadas y animales.
Seguía siendo un niño, no le molestaba, su amigo se veía feliz y cómodo, y ¿quién era él? Por sus memorias, Ron y él son mejores amigos, hacen travesuras juntos, molestan a sus hermanos mayores, se contaban secretos. El es Harry Potter, en la vida de Harrison Gaunt, este Ron va a tener todo el apoyo y amor de él.
Theodore tenía casi la misma cantidad de pecas que Ron, piel blanca pálida, ojos verde miel, melena corta desfilada. Tenía piercings, solo tres o cuatro en la oreja derecha y un solo arete en la izquierda.
Harry río. Cuando estaba viendo las memorias de Harrison y veía a los Nott Weasley, se preguntó por Bill, grande fue su sorpresa cuando, sólo dos recuerdos después, pudo verlo.
William "Bill" Weasley junto a su esposo Regulus Black, y eso no era todo.
Ellos son los padres de Fred, George y Cygnus.
Fred y George no cambiaban, excepto por sus ojos grises, claramente heredados por tener sangre Black, sus estilos de cabello seguían siendo desordenados.
Cygnus por otra parte, era de cabello azabache, ojos azules, piel blanca y pecas en su rostro.
Los tres tenían piercings en casi los mismos lugares, incluso compartían el diseño del que tenían en la nariz. Una serpiente.
Luego seguía, algo que nunca pasó por su mente, ni en sus más locos sueños.
Frank Longbottom y Rabastan Lestrange.
Harry no podía creerlo, es decir, un Lestrange y el padre de Neville. Era como una broma, si alguien le hubiese dicho que existía la posibilidad de que Frank y Rabastan estuvieran juntos y felices, se hubiese reído, pero ahí estaban.
Juntos, felices y con tres hijos.
Nairobi, la mayor, Neville el del medio y Reiner, que apenas tenía tres años.
Nairobi era castaña, de piel blanca, ojos negros tan oscuros, usaba pendientes semi-largos en forma de 8 y algunos piercings. En las memorias logró saber, que tenía uno en la lengua.
'Eso debió ser muy doloroso. ʼ
Neville seguía igual, con la diferencia que era más delgado, su porte digno de un sangrepura, su cabello tenía ondas más definidas y un peinado elegante sin quitarle el toque moderno, su flequillo por encima de las cejas, de color castaño claro, casi rubio. El color de sus ojos eran claros. Solo tenía un arete, en forma de espada y dos piercings en cada oreja.
Reiner tenía el cabello negro, corto, piel blanca y ojos de color miel y solía reírse con facilidad.
Otra pareja imposible, para él, eran Xenophilius Lovegood y Rodolphus Lestrange.
Tienen a Luna, Dimitri y un Xenophilius embarazado de unos cuatro meses.
Luna seguía igual, Harry dudaba que en algún mundo la apariencia de Luna cambiara, era como cambiar a Luna.
Lo destacable era su rubio cabello, que parecía indomable, estaba tan bien peinado, siempre con lindas trenzas adornadas con pequeñas flores.
Dimitri tiene el cabello desordenado, negro y medianamente largo, su flequillo aveces tapa un poco sus ojos, las ondas en el no estaban definidas. Sus iris de color avellana. Compartía un pendiente con Luna, tenía forma de margarita y era de color blanco con el centro amarillo. Llevaba piercings, como el resto.
Lo que llamaba su atención era la trenza en la parte del flequillo, delgada, tenía tres aritos plateados enganchados en esta y siempre usaba una flor a juego con las que Luna usaba en sus trenzas.
A Harry le pareció lindo aquello, ambos hermanos se veían unidos. Le hubiese gustado que sus hijos fueran así.
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Cuando Harry finalmente decidió salir, no sólo de aquella biblioteca oculta, si no también de su cuarto, ya era de noche. Caminó por el pasillo, observó las pinturas de paisajes colgadas en las paredes, bajo las escaleras y dirigió su andar hacía la sala donde estaba la chimenea principal de la casa.
No se había bañado desde que despertó ahí, lo único que comió fue lo que encontró cuando se levantó, ni siquiera se cepillo o peinó. Él quería verlos.
Había vagado, repetido y llorado con tantos recuerdos de esa familia, de su familia.
Cuando estuvo frente aquella gran puerta, su nerviosismo se disparo, entonces la falla de su valentía se presentó ante él.
¿Qué dirá si le preguntan cómo recuperó sus recuerdos?
Mordió con fuerza su labio inferior, deseando tener a aquella serpiente a su lado.
Empezó a pasearse de un lado a otro, su mirada fija en el suelo, pensando en miles de respuestas a aquellas preguntas.
—Oye, enano, vas a hacer un gran hoyo en el piso.
Harry se detuvo, una pequeña sonrisa posandose en sus labios. Reconocía la voz, estuvo presente en cada recuerdo.
Levantó su mirada y ahí, en la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa divertida estaba su hermano mayor. Detrás de él, sus padres y sus hermanos.
No lo pensó, simplemente corrió y saltó a los brazos de este, sintió un beso en la frente y escuchó un murmurando "te extrañé, renacuajo."
Se separaron luego de unos segundos, Harry se limpiaba las lágrimas que, sin darse cuenta, había derramado. Estaba feliz, ahí frente suyo estaba el calor familiar con el que siempre deseó crecer.
—Yo también te extrañé, Dex.
Harry supo que dijo las palabras correctas cuando vio las sonrisas de todos, y unas pequeñas lágrimas en sus padres.