
Chapter 1
El día estaba llegando a su fin, el calor era tan intenso que había llevado a que gran parte de los habitantes de Privet Drive se resguardarán dentro de sus hogares y los que en algún momento fueron brillantes jardines hacía tiempo que se habían reducido a un paisaje desolado cubierto de hojas amarillentas carentes de vida, una suave brisa movía las pocas hojas que aún colgaban de los árboles generando un ligero murmullo.
Harry se encontraba acostado detrás de una línea de arbustos, justo debajo de la ventana de la casa de sus tíos. Vestía ropa demasiado ancha para su cuerpo, misma que parecía haber perdido su color original hace bastante tiempo y que solo lograba destacar aún más su delgado cuerpo; la suela de sus zapatos había comenzado a despegarse en la parte delantera y su varita se encontraba en su bolsillo dándole una falsa sensación de seguridad. A simple vista su atuendo desencajaría con la "implacable" apariencia de sus tíos y su primo, un motivo más para que los vecinos decidieran que era alguna especie de delincuente, pensamientos que lejos de ser corregidos por su tía, eran alentados, inventando un sinfín de fechorías que solo lograrían que los vecinos lo miraran aún peor cuando lo encontraran por la calle o que alguno se atreviera a soltar algún desagradable comentario cuando pasaba a su lado, incluso a empujarlo disimuladamente por los hombros, cosa que normalmente no le importaría, sin embargo parecía que últimamente cada comentario o desprecio se quedaban grabados en su mente para que esta pudiera repetirlos una y otra vez.
Su mirada estaba perdida en el cielo y mientras su cuerpo agradecía un poco de descanso después de todas las tareas que había realizado durante el día, su mente parecía encontrar en ese tiempo la oportunidad para rememorar cada uno de los pensamientos desagradables que últimamente rondaban por su cabeza. Era como si pudiera sentir la desesperanza, que tan frecuentemente lo había acompañado durante ese verano, envolverlo y recordarle cada una de las cosas en que había fallado. A pesar del desastre que era su cerebro, intentaba concentrarse en el leve sonido de la televisión que escapaba por la ventana, atento a cualquier noticia que le diera un indicio, por pequeño que fuera, de que lo ocurrido en el mundo mágico estaba alcanzando al mundo muggle, cualquier cosa que le confirmara que lo ocurrido a final del curso no había sido un simple juego de su mente.
No le emocionaba la idea de escuchar la desaparición de alguien o algún inusual accidente, pero necesitaba algo que le dijera que no se estaba volviendo loco, algo en que centrarse y aferrarse; los sucesos después de el final de el torneo de los 3 magos habían pasado en una rápida sucesión que ahora parecía algo tan lejano y borroso que por momentos se dejaba creer que solo había sido una especie de sueño.
Al inicio había intentado hablar con Ron y Hermione, pero no importaba cuantas cartas enviara a sus amigos, simplemente le responderían brevemente desviando el tema y sin prestar la mayor atención, casi era como si no hubiera ocurrido nada, como si todas las demás personas tuvieran razón y el estuviera inventando todo, incluso estaba comenzando a creer que estaba exagerando sobre la forma en que se sentía con todo lo ocurrido, al final, el no se había llevado la peor parte, no debería tener derecho a sentirse mal, ojalá pudiera evitarlo.
También había mandado un par de cartas a su padrino, pensando egoístamente que obtendría un poco más apoyo, sin embargo quedó muy claro que se había equivocado cuando la respuesta a su segunda carta fue que solo debería de tener paciencia, que la situación era demasiado complicada en este momento y que Dumbledore estaba asignando a todos tareas bastante importantes, era claro que su padrino tendría cosas más importantes que hacer que hablar con él, se sintió bastante estúpido de no haberlo notado antes y aún más egoísta al ver que mientras el no podía controlar un par de pesadillas y un poco de nerviosismo, las demás personas estaban lidiando con las consecuencias de haber permitido que Voldemort volviera.
Después de ello había dejado de enviar cartas por iniciativa propia, limitándose a responder a aquellas que le preguntaban cómo estaba, inicialmente su respuesta seria mencionar que todo estaba bien junto con un par de líneas más de cualquier cosa insignificante que se le ocurriera para que no notaran ningún cambio, pero después de un tiempo se había limitado a un simple "bien" o " todo tranquilo", simplemente ya no encontraba la motivación para aparentar; si alguien había notado algo raro en sus respuestas, nunca lo mencionaron. Últimamente se planteaba sin tan siquiera valía la pena escribir una respuesta.
Permaneció un rato más acostado, escuchando una noticia tras otra, ninguna especialmente llamativa, algunos problemas de abastecimiento de agua, un par de reportes sobre algún fraude en alguna empresa y el nuevo nacimiento de un elefante en un zoológico; mientras daban el reporte meteorológico un fuerte estruendo se escuchó al otro lado de la calle, su reacción fue inmediata, ni siquiera se detuvo a pensar que estaba en el jardín de un barrió muggle, aquel sonido pareció activar algo en su cerebro y por un instante fue como volver a estar en el cementerio, buscando frenéticamente algo que pudiera serle de utilidad, manteniendo su varita en mano fuertemente agarrada a pesar de estar temblando de pies a cabeza, sin previo aviso algo sujeto su cuello, la presión era firme y lo suficientemente fuerte para llegar a ser dolorosa, se volvió a sentir atrapado por aquella estatua, sintiendo como el aire no llegaba suficientemente bien a sus pulmones, intentó patear y retirar aquello que sostenía su cuello con sus manos, desesperado por salir de ahí, si embargo un dolor agudo en la parte posterior de la cabeza fue capaz de regresar un poco de claridad a su mente.
Su visión estaba acaparada por el rostro de su tío Vernon, su mano derecha sujetaba su cuello, sus gordos dedos parecían clavarse cada vez con más fuerza, mientras que con su otra mano jalaba el cabello de la parte posterior de su cabeza, abrió la boca intentando meter más aire pero parecía que nada daba resultado y a la par que pequeños puntos negros parecían invadir su campo visual las imágenes de su tío y el cementerio alternaban rápidamente, haciendo que se sintiera aún más confundido cuando el pánico comenzó a extenderse por su cuerpo, haciendo más notorios sus temblores y sintiendo como su corazón golpeaba fuertemente contra su caja torácica.
Incluso cuando logró enfocar adecuadamente la imagen frente a él, no lograba entender lo que estaba diciendo su tío, solo podía ver parcialmente el movimiento de su boca, y como su rostro parecía haber cambiado totalmente de color.
El hombre mayor dio un nuevo jalón a su cabello mientras lo sacudía perdiendo con ello un poco de intensidad en su agarre, inmediatamente inspiró obteniendo un poco de aire, al parecer aquello había permitido aclarar su mente por qué fue capaz de recordar donde se encontraba, estaba en el jardín, a la vista de los vecinos, su tío podría dar un par de golpes, pero nada comparable con lo que podría hacer si se hubieran encontrado en el interior de la casa. El pensamiento resultó más reconfortante de lo que debería de haber sido.
- ... dire de nuevo, guarda eso antes de que alguien lo vea, ¡ inmediatamente ! - gritó su tío
- Su-suéltame - pidió, de nuevo intentando zafarse del fuerte agarre, sabía que no debería de poner resistencia, siempre que lo hacía las cosas solían empeorar, pero no pudo evitarlo. Para su suerte, a lo lejos escucho como se abría una puerta, probablemente algún vecino que se asomaba para ver lo que había ocurrido, inmediatamente su tío había soltado el agarre en su cuello para posar su gran mano en su hombro, gesto que a pesar de verse menos amenazador a lo lejos, resultaba igual de doloroso al estar enterrando sus enormes dedos en un intento por que no escapara. Escucho como su tío lanzaba un breve saludo manteniendo una sonrisa falsa hasta que la puerta volvió a cerrarse, haciendo que la atención se centrara nuevamente en él.
- ¿Qué demonios estabas haciendo aquí chico? - pregunto mientras su tía Petunia se situaba a un lado de Vernon
- Nada
- ¿Qué estabas haciendo? No lo repetiré nuevamente chico
- Na-nada - dijo, odiando como temblaba su voz, sin embargo su voluntad pareció evaporarse cuando el agarre sobre su hombro se volvió aún más fuerte, siéndole imposible soltar un pequeño sonido de dolor - solo estaba escuchando las noticias
- ¡ Noticias ! Claro, ¿ A caso nos estás tomando el pelo ? Sabemos bien que esos horribles pájaros se encargan de traerte noticias - por primera vez en bastante tiempo podría responder con la verdad, sin embargo el dolor que se extendió por su pecho lo hizo titubear antes de responder con la voz más monótona que le fue posible
- Las lechuzas no me traen noticias
- Como si te creyéramos - exclamo Petunia para ser respaldada por Vernon, quien continuó hablando.
- Algo estás planeando, esos raros amigos tuyos deben de estar enviándote información como lo hacen cada verano, incapaces de mantener sus rarezas lejos de aquí - ese comentario no hizo más que recordarle la forma en que parecía que lo habían dejado de lado, haciendo que el dolor y enojo se mezclaran en una extraña combinación haciéndolo actuar impulsivamente
- ¡ No me importa si me crees ! - exclamo mientras se impulsaba hacia atrás logrando soltarse de su tío, sabía que lo que había hecho traería consecuencias, sin lugar a dudas, pero en ese momento lo único que quería hacer era huir, así que sin detenerse se dio la vuelta y se hecho a correr por la calle, escuchando a lo lejos los gritos de sus tíos.