Interludio
Advertencias: Dolor emocional, Regulus, llanto, manipulación mental pasada, discusiones de abuso infantil pasado.
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Sin Denebola causando caos o siendo el centro de atención la mansión Black se ha vuelto sepulcralmente silenciosa, en especial cuando dos de sus integrantes se evitan como si el contrario fuera la peste bubónica.
-Tu hermano me odia -Murmura Barty tirado en la cama de uno de los cuartos de invitados mientras hace pucheros.
-Siri no te odia, él solo... está siendo protector conmigo -El pelinegro cambia mágicamente el color de las paredes tratando de encontrar un tono adecuado para no alterar el frágil estado mental de su amigo- Tiene miedo de que me lastimen.
-Pfff, ojalá hubiera pensado igual cuando te dejó solo en esa casa del demonio -El rubio sabe inmediatamente que la cagó cuando el contrario le manda una mirada dura.
-Sabes perfectamente que nunca lo culpé por hacer lo necesario para sobrevivir, él no es yo, y entre nosotros dos no soy yo quien hubiera muerto al quedarse. Tomé mi decisión, sabía a lo que me enfrentaba cuando entré a esa cueva y muy dentro de mí también era consciente de que no saldría vivo, mi hermano no es el culpable de eso -Regulus se levanta del sillón que estaba ocupando y sale por la puerta antes de soltar alguna palabra cruel de la que no se pueda retractar.
-¡Mierda! -Exclama Crouch Jr. mientras golpea la cabeza contra la pared.
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El par de Slytherins no hablaron por el resto del día ni durante el desayuno de la mañana siguiente. El menor arrastró a su hermano a la oficina de Lord Black para estudiar sus próximos movimientos políticos y el mayor se quedó sentado en la cocina ignorando la presencia del hombre lobo junto a él.
-¿Pasó algo entre Reg y tú? -Remus alza una ceja ante el resoplido del ex mortífago- Tomaré eso como un sí.
-Solo dije algo que le molestó y ahora me está ignorando, eso es todo. Se le pasará tarde o temprano -Aclara el rubio jugueteando con la cuchara de su café.
-En mi experiencia lidiando con la sensibilidad Black te puedo asegurar de que el enojo se irá pero el problema se quedará rondando su cabeza hasta que el más mínimo detalle lo saque a luz otra vez -Lupin sonríe suavemente antes de continuar- Amar a un Black no es una tarea fácil.
-No, pero no lo cambiaría en absoluto -Murmura Barty mirando la puerta con nostalgia.
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-¿Por qué estás Ignorando a tu noviecito? -Sirius ignora el papeleo frente a él encontrando la idea de interrogar a su hermano mucho más interesante.
-Ni siquiera lo intentes, no nos moveremos de esta oficina hasta que todos esos documentos estén revisado y firmados por tí -El menor se asegura de hacer incapié en el último punto ignorando la frustración que emana el joven Lord.
-No contestaste mi pregunta -Señala el animago.
-No es mi deber hacerlo -Replica el ex mortífago.
-Reg, no seas terco, sé que algo pasó entre ustedes dos y debo saberlo para poder asesinarlo -Sirius se agacha justo a tiempo para esquivar un lápiz que se clava en la pared detrás de él- Eso fue grosero.
-Tu cara es grosera -Murmura el Slytherin.
-Está bien, si no me vas a decir entonces simplemente le preguntaré a Crouch Jr -El Gryffindor se levanta e intenta caminar hacia la puerta solo para que el más bajo se cruce en su camino.
-Deja a Barts fuera de esto -El par se mira fijamente antes de sentir un suave golpe en la puerta seguido de la voz de Remus pidiendo entrar.
-Adelante –Dice Sirius sin despegar la mirada de su hermano.
-Ustedes no pueden mantenerse sin pelear aunque sea un día, ¿no es así? –Murmura el hombre lobo con resignación- Barty quiere hablar contigo, Reg, y le dije que un buen lugar sería aquí en la oficina.
-¿Y se supone que tengo que aceptar dejarlos a solas? –El animago canino respola con fastidio ante la expresión que le da su pareja- Bien, pero si escucho a alguien llorar echaré la puerta abajo.
-Solo vamos de una vez, cariño –Lupin toma suavemente la mano del joven lord y lo tira suavemente hacia la puerta dándole al dúo de serpientes la privacidad que necesitan.
-Tu cuñado es una fuerza a tener en cuenta –Murmura el rubio después de un largo rato de silencio.
-Se necesita alguien como Moony para lidiar con mi hermano todos los días las veinticuatro horas de la semana –Regulus se cruza de brazos mientras apoya la cadera contra el escritorio.
El silencio vuelve a caer pesadamente sobre el par antes de que el joven Crouch lo rompa de nuevo.
-Lamento haber dicho eso sobre tu hermano –Se acerca al pelinegro para estar hombro con hombro- Sé lo importante que es para ti y lo difícil que fue cuando se marchó, no debí haber soltado algo tan mezquino solo por mi enojo.
-Te perdono... No debí irme de esa manera, no solucionó nada y sé que te hice sentir mal –El Black recuesta la cabeza en el hombro de su ex pareja- Todo esto es tan extraño, el mundo siguió avanzando pero yo me quedé años en el pasado... ahora ya no sé quién soy ni cuál es mi lugar.
-Lo entiendo –Susurra el mayor riendo ante la ceja incrédula que le alza el otro Slytherin- Después de que mi donante de espera me sacara de Azkaban me puso bajo el hechizo de imperio, todo ese tiempo pasó en mi mente como si fuera algún tipo de marioneta sin voluntad siendo controlado a placer del titiritero. Mi cuerpo ha envejecido pero mi mente realmente sigue estancada en el momento en que fui puesto bajo ese maldito hechizo –Mira a su amado con tristeza- ¿Crees que podríamos hacerlo funcionar de nuevo?
-No lo sé Barts, simplemente no estoy seguro de que ambos sigamos siendo lo que fuimos –Murmura el ojigris tomando las manos del contrario entre las suyas- Pero me gustaría intentar conocernos de nuevo, individualmente y en pareja también.
-Me encantaría eso, Regluglu –El rubio se agacha entre carcajada cuando el pelinegro intenta darle un zape en la cabeza- Vamos, deberíamos salir antes de que tu hermano piense que estoy corrompiendo tu inocencia.
-Pfff, no es como que quede mucha inocencia que corromper –Contesta el Black caminando hacia la puerta sin soltar la mano de su ex pareja y disfrutando con placer el grito de horror que lanza Sirius cuando les ve llegar con los dedos dulcemente entrelazados.
-Fin del interludio-