Todo Comienza Por La Confianza
¿Es normal hablar con serpientes allí, de dónde tú vienes?"
"¿Quieres la verdad o la mentira, niño?" preguntó.
"Creí que había aclarado que siempre prefiero la verdad, aunque duela."
"Bien, pues eso depende." dijo. "No sé cómo tú puedes hablar mi idioma, pero por lo poco que conozco, no todo el mundo lo habla." escupió, si es que podía.
Tom asintió y su mirada lució perdida.
"Soy un chico raro aún allí, ¿verdad?" murmuró y la serpiente lo miró con intensidad.
"No eres raro. Eres... ¿cómo se dice? eres inteligente y astuto. Los niños de tu edad a penas y caminan." murmuró. "Me dan asco los de tu edad, excepto tú." concedió.
"Pues... Gracias." dijo Tom con cuidado y sonrió. "¿Cuál es tu nombre, que no lo recuerdo?" preguntó.
"No tengo nombre." dijo y capturó a un sapo.
"Entonces te llamaras Tom." dijo y la serpiente lo miró.
"¿Por qué Tom?" preguntó.
"Porque así me llamo yo." dijo y miró a otro lado. "Si tú te llamas igual, tendré garantizado no olvidarlo y no sentirme solo por aquí." dijo y la serpiente, Tom, asintió.
"Bien." dijo y capturó a una mosca. "Debo ir a dormir, niño. Adiós." dijo y Tom asintió viendo a la serpiente irse.
"Adiós, Tom." murmuró y sonrió tristemente.
"Tom. ¡Tom!" una voz lo despertó y sintió que algo caía a él. Abrió sus ojos ante la plena oscuridad y aquella voz la reconoció como la de Evans.
"¿Evans?" preguntó con su vista limitada.
"Estabas..." parecía, nervioso. "Estabas llorando." murmuró. Tom, avergonzado lo empujó lejos de él.
"¿Qué... Cómo me escuchaste? ¿Por qué no desperté a los demás?" preguntó.
"Tienen silenciadas sus camas... Yo... Acababa de llegar y tú bueno, estabas llorando y murmurando cosas extrañas. Supuse que tenías una pesadilla, por lo que me debatí entre despertarte o no y en fin... Lo siento, te dejaré dormir." dijo y Tom al ver a Harry casi salir, y debatirse en segundos la estúpida idea que se le había ocurrido, habló.
"No." dijo y Harry lo miró con intriga. "No, quiero decir, no te vayas..." dijo y hubo un 'por favor' tácito. Harry abrió sus ojos y pestañeo varias veces.
"Oh... Oh..." dijo Harry y asintió para sí mismo.
"No estás obligado. En realidad, mejor..." Harry lo interrumpió.
"Tom." dijo y este lo miró. "No pensaba negarme..." suspiró y se acostó, cerrando la cortina y Tom, con cuidado y silenciosamente, lanzó un hechizo silenciador. "Tu hiciste lo mismo por mí, no puedo más que compensartelo." explicó y Tom asintió. Ambos se acostaron uno al lado del otro.
Por un rato hubo un gran silencio. Cuando Tom lo quebró.
"Me gustaría hacer el trabajo de Transformaciones contigo." dijo y Harry soltó una risa incrédula.
"¿Surgió de un momento a otro aquella idea?" preguntó.
"No, sólo... Te va bien en la materia y Dumbledore jamás aprobaría algo que yo haga." suspiró. "Eres inteligente, aunque no más que yo, y eso es un beneficio. Porque entonces, puedo ayudarte a superarte y tú podrías ayudarme a aprobar esa materia." dijo y Harry lo miró con una sonrisa extraña.
"Bien." dijo y suspiró. "Seamos compañeros." dijo y Tom sonrió, sintiendo cómo su corazón se derretía ante la sonrisa de Harry que sólo podía ver él y que, por lo tanto, era él la causa y efecto.
Entonces, Tom cerró sus ojos, lo que posibilitó que Harry lo pueda mirar y admirar todo lo que quisiera.
Se resistió a suspirar o a acariciar aquella pálida piel que tenía Tom, por el simple hecho que este estaba en pleno sueño y no quería hacerlo enfurecer.
Se quedó así, mirándolo y en un momento, cerró sus ojos y sin darse cuenta, cayó dormido sin saber exactamente cuando.
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Ambos, al día siguiente, se despertaron sorprendidos el uno por el otro. Estaban acurrucados, juntos y muy cómodos.
Harry, rojo de la vergüenza, se propuso el distanciarse pero Tom, quién parecía perdido en sus pensamientos (los cuales eran acerca de lo tierno que se veía Harry sonrojado) no lo dejó alejarse.
"Uh... Tom, necesito... Ir al baño." murmuró Harry y Tom lo miró y notó que estaban realmente cerca el uno del otro y asintió con lentitud, tratando de entender las palabras que Harry había dicho.
"Si, si, claro. Tú... Sí." sus murmullos eran inentendibles y Harry sólo se dedicó a ir al baño a ducharse y sacarse toda la vergüenza de su alma y cuerpo.
Tom en cambio, se quedó allí, pensando. Era la primera vez en toda su vida, que se quedaba unos minutos más en la cama luego de despertarse. Pensó en Harry, en lo extraño que él era y, sobretodo, en que tanto él como Harry habían dormido plácida y cómodamente juntos.
Aquello, dió que pensar en Tom. ¿Era aquello una muestra de confianza total? ¿Era una muestra de amistad? ¿O no era ninguna y Harry sólo estaba allí cuando todo sucedió?
Mientras aquellas dudas rondaban su cabeza, Harry salió del baño casi que atemorizado. Tom lo vió con intensidad, sin disimular en nada.
Harry parecía evitar su mirada, por alguna extraña razón.
"¿Qué hora es, Harry?" preguntó Tom un poco ronco.
"Uh..." pareció dudar antes de hablar, lo que Tom creyó que catalogaba aquello como un avance, ya que no estaba hablando sin pensar, pero le molestaba que fuera con él que de todas las personas, haya decidido ser más cauto y restringido. "Las siete de la mañana." murmuró y Tom abrió sus ojos con sorpresa.
Se levantó de su cama con apuro y corrió al baño, se lavó, peinó y vistió rápidamente sabiendo que estaba llegando tarde.
"No puedo creer que sea tan estúpido de quedarme d..." Harry lo interrumpió.
"Tom, cálmate por Merlín." dijo y Tom lo miró y comenzó a acercarse a Harry.
"¿Calmarme?" preguntó. "No puedo, Evans. ¡Son las siete de la mañana! Se supone que debo estar en clase ahora mismo." dijo con frustración. "Mi primer falta en todos mis años de escolaridad, no puedo creerlo..." suspiró profundamente irritado.
"Tom, me refería a que debes calmarte porque hoy es sábado." suspiró Harry con duda de si decirlo no sería peor.
"¿Qué?" preguntó Tom y Harry sonrió nervioso. "¿Es sábado?". Harry asintió.
"Es sábado, Tom, sábado." suspiró.
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Harry podía admitir para sí mismo que Tom Riddle era bastante atractivo en el momento en que dormía. Era extraño decirlo, tal como era extraño aceptar que había dormido muchísimo mejor que antes en toda su vida. Había soñado algo... Algo que, aunque cueste admitir, fue encantador.
Le daba vergüenza hasta pensar en aquél sueño, de tan solo acordarse que lo único a qué se dedicaba el Harry de aquel sueño era a compartir saliva con Riddle, era suficiente para ponerlo de los nervios.
Cuando Tom terminó de tranquilizarse, Harry lo animó a salir de la habitación y que fueran a hacer aquella tarea pendiente de Transformaciones. Aquello parecía haberlo convencido lo suficiente como para no quejarse y seguirlo hasta la biblioteca.
Al llegar allí, se encontraron con la biblioteca casi vacía, a excepción de cuatro personas que estaban estudiando Pociones avanzadas. Demasiado avanzadas.
"Odio Pociones." dijo Harry de un momento a otro. Tom lo miró con curiosidad.
"¿Por qué?" preguntó.
"No hay una razón." no una que entiendas. Respondió.
"Yo odio Transformaciones." dijo y un gruñido le siguió a su confesión. Harry se rió.
"¿Por qué?" preguntó inocentemente.
"¿Por qué crees?" preguntó y sonrió al ver la reacción de Harry. "Dumbledore no lo hace fácil en lo absoluto, me odia y por consecuente, lo odio también." explicó sin dar ningún contexto. Aunque Harry ya lo supiera.
"Creo que deberías darle una oportunidad a la materia. No es tan mala o difícil." dijo y sonrió.
"Lo mismo podría decirte con Pociones. No es difícil en lo absoluto, a menos que tengas un problema con quién te enseñe, ya sea porque no explica bien o porque no explica." mencionó Tom y Harry asintió.
"Tienes razón y cuando tienes razón, tienes razón." concedió Harry. "En fin, siéntate que iré por unos libros y vuelvo." dijo y se alejó de Tom.
Estaba feliz, porque estaba logrando su cometido: hacer de cuenta que no sucede nada, y ser amigables.
Algún día, cuando vuelva a su vida corriente, sabrá que hubo razones por las que ciertas cosas sucedieron, y para entonces podrá enfrentarse a Voldemort sabiendo realmente, con quién está tratando.
Llegar al pasado, para Harry está comenzando a ser una oportunidad grandiosa. Porque, al llegar aquí y tener que convivir con Tom Riddle y los primeros Mortífagos, si bien al principio a Harry le parecía un castigo terrible, ahora había comenzado a notar que, quizás y solo quizás, este tiempo que pasase aquí en el pasado, le ayudaría a derrotar de una vez por todas a Voldemort en el futuro.
¿Qué mejor que utilizar esta estadía en el pasado a su favor, descubriendo e investigando lo mayor posible para lograr derrotar a Voldemort?
Bueno, para lograr conocer los detalles más mínimos de Voldemort y lograr derrotarlo, hace falta una cosa.
Miró a Tom quién estaba tranquilamente esperando a por él.
Que Voldemort confíe lo suficiente en él, como para mostrarse tal cual es.
Tom lo miro y alzó sus cejas en una pregunta tácita, ¿necesitas ayuda?. Harry sonrió y negó.
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"Lo básico lo sabes, lo cual es algo bueno." dijo Harry y Tom asintió. "Ahora, quiero que trates de convertir está piedra en una pluma." pidió.
Tom lo miró y asintió. Sostuvo con cuidado su varita y lanzó el hechizo. No sucedió nada.
"No lo estás pensando." dijo Harry. "Por eso no logras el cambio, tienes que imaginarte que vas a modificar el objeto o, en su caso, que el objeto ya está modificado." explicó. "Inténtalo de nuevo." dijo.
"Bien" suspiró y repitió la acción.
Ahora, no era una pluma, pero sí era un lápiz.
"Bueno, es un gran avance." dijo y sonrió divertido.
"No es gracioso, Evans." suspiró irritado Tom. "Odio Transformaciones." murmuró.
"Deja de pensar en esas tonterías. Concéntrate en transformar el objeto, no es cuánto odias la materia, o cuan estresante es." alentó Harry.
Tom no respondió, volvió a intentarlo y está vez, logró transformarlo en una pluma bastante fina.
"¿Era demasiado difícil, Tom?" preguntó y sonrió. "Te felicito. Ahora, podrás transformar lo que quieras en lo que desees." dijo y Tom lo miró.
"No, es muy simple transformar una roca en una pluma." dijo y se mostró muy a la defensiva. "Lo logran todos los de primer año."
"Tom, justamente es de los primeros ejercicios, porque aquellos que puedan lograrlo, tienen asegurado poder con los demás ejercicios." explicó con cuidado.
Tom lo miró curioso y su posición defensiva comenzó a desaparecer. Harry sonrió tratando de transmitir su seguridad y Tom suspiró.
"Bien, pasemos a Pociones." dijo y Harry asintió, sintiendo que había logrado derribar una barrera de desconfianza de Tom hacia él. Con esa idea, la clase que Tom le dió la tomo con mucha más armonía y tranquilidad que en otros momentos.
Tom, era un gran profesor y se podía ver qué le gustaba la materia de Pociones. Además de que explicaba excelentemente bien, Harry pudo notar que la hacía parecer interesante a la materia.
"¿Estás escuchando, Harry?" preguntó y lo miró con una ceja arqueada. Harry sonrió y asintió.
"Si, por supuesto." dijo.
"Bien, entonces trata de explicarme cuál es el método que resulta más eficiente para realizar la pócima de relajación." pidió y Harry asintió tratando de recordar qué había dicho Tom sobre eso. De cualquier forma, Tom pareció darse cuenta que no estaba prestando atención porque interrumpió su momento de pensar y suspiró. "Si vas a estar en las nubes, pensando en sabe Merlín en qué o quién, no me hagas sentir que pierdo el tiempo." dijo y Harry asintió.
"Lo siento, estaba pensando en lo bien que explicas a diferencia de mi ex profesor de Pociones." confesó y pareció sorprender a Tom porque sus ojos se abrieron y cerraron de repente.
"Oh" murmuró sorprendido. "gracias, supongo..." dijo y Harry sonrió.
Una barrera más había sido derribada, Harry sonrió aún más.