
Comienza
Lucius se quedó mirando la entrada de Hogwarts con una pequeña sonrisa en el rostro. Podía ver a Severus y Gatito volviendo del Bosque Prohibido y al parecer se habían divertido.
—Lucius, tenemos un problema. Los aurores vienen en camino a registrar el castillo —Minerva se unió a Lucius en la entrada.
—¿Y ahora por qué? —Lucius vio a Severus y Gatito caminando hacia ellos.
—Supuestamente estamos escondiendo a Harry y están determinados a llevarlo al ministerio —Minerva suspiró—. ¿Por qué no pueden dejarnos en paz?
—No lo sé. Son tan insistentes como ellos —Lucius la miró—. ¿En cuánto llegan?
Habían pasado casi siete años desde que Dumbledore fue asesinado y cinco desde que Harry mató a Voldemort.
—Van a aparecer en cualquier minuto. Supongo que volverán a revisar todas las habitaciones.
Lucius escuchó la molestia en su voz.
—Se lo diré a Severus y Harry —comenzó a caminar hacia Gatito y Severus—. No te preocupes, está protegido.
Lucius no se tuvo que girar para saber que Minerva se relajó ante sus palabras.
—Pensé que nos encontraríamos en nuestros aposentos.
Severus sabía que Lucius odiaba ir al Bosque Prohibido. Gatito y él habían estado recogiendo ingredientes para pociones.
—Los aurores vienen en camino para buscar a Harry.
Trataron de no sonreír ante el pequeño gruñido que soltó el león que caminaba a un lado de Severus.
—Gatito, ¿no te gustaría asustar a algunos de ellos?
Gatito —el león— se lamió los labios.
—Si sabes que uno de esos idiotas tratará de maldecirlo, ¿no? —Severus sacó una de sus bolsas—. Toma —le dio a Gatito carne seca.
—Jamás entenderé porque insistes en darle eso cuando vienen. Sé que le pones hierba gatera —Lucius pasó sus manos por la melena de Gatito—. Lo cepillaré más tarde —acarició al león negro de ojos amarillos—. Vamos a ver qué los trae aquí ahora.
Caminaron a ambos lados del león hasta que vieron aparecer a los aurores. Gatito gruñó y comenzó a correr hacia ellos.
—¿No deberíamos de advertirles?
Lucius disfrutaba ver al león —que casi saltaba de emoción— persiguiendo a los aurores. Por lo general, perseguía a los estudiantes, pero no era tan divertido como perseguir a los aurores ya que los estudiantes sabían que no los lastimaría.
—No, es divertido verlos correr. La hierba gatera lo anima. Sabes que disfruta perseguirlos.
—Sí. Ojalá entendieran y dejaran de venir.
Lucius sonrió cuando vio a Gatito persiguiendo a algunos aurores en círculo. Parecía estar jugando a las atrapadas ya que derribó a uno por uno. Se abalanzó sobre algunos antes de que por fin recordaran que tenían varitas y trataran de hechizarlo, pero no funcionó.
—Nunca pasa de moda. Creo que la próxima vez deberíamos de ver si puede taclear a dos o más al mismo tiempo —Severus sonrió.
Comenzaron a caminar con lentitud hacia Hogwarts.
—No corran. Solo quiere jugar.
Escucharon a Draco gritarle a los hombres que corrían.
—No los lastimará —Ron gritó para coincidir con Draco, su compañero auror.
Unos aurores —que ya habían pasado por lo mismo— se estaban riendo de sus camaradas.
Al fin llegaron a la entrada de Hogwarts.
—Gatito, ven, sabes que los reclutas y los aprendices te dan indigestión.
Severus sabía que los aurores estaban casi sin aliento.
Gatito miró con tristeza a su presa que corría, pero se dirigió hacia Severus y Lucius. Los aprendices que habían estado corriendo miraron a Gatito.
—¿Ese es Gatito? —el más grande señaló a Gatito—. Pensé que se referían a un gato, no a un maldito león.
—Les dijimos que le gusta jugar —Draco por fin dejó de reír—. Sabes, padre, creo que esta debe ser la prueba anual para los reclutas.
—Creo que Gatito lo disfrutaría. Entonces, ¿por qué están aquí?
—El ministerio está determinado en encontrar a Harry para el quinto aniversario de su derrota —Ron explicó.
—¿Están aquí solo para gastar tiempo, dinero y energía? —preguntó Severus—. Estoy seguro de qué los estudiantes los habrían informado si hubieran visto al señor Potter.
—Tenemos derecho a buscar, Severus —un aprendiz bajito y delgado de cabello rubio habló cuando avanzó para entrar en el espacio personal de Severus.
Lucius y Severus intercambiaron una mirada mientras que Gatito soltó un gruñido.
—Yo retrocedería, Christopher —Ron le dijo al aprendiz.
—Sí, señor Westin, lo recuerdo —Severus comentó y se giró hacia Lucius—. Tienes suerte de que él nunca tomó tu clase.
—Sí —Lucius le echó un vistazo al joven—. Se parece a su padre, ¿no?
—De hecho —Severus le dio unas palmaditas en la cabeza a Gatito después de que le empujara la mano con la cabeza—. Bueno, estoy seguro de que la directora está ansiosa por darles un tour.
Los aurores entraron al castillo excepto Draco y Ron.
—¿Cuál es la verdadera razón? —preguntó Lucius.
—Por desgracia, es esa —Draco meneó la cabeza—. Se están volviendo locos.
Entraron a Hogwarts. Draco y Ron siguieron a Lucius, Severus y Gatito. Cuando entraron a sus aposentos, Gatito fue y se acostó frente a la chimenea.
—Me pregunto quién será lo suficientemente valiente para buscar aquí —Ron miró alrededor y tomó una capa de la percha—. Gatito.
El león lo miró.
—Necesitamos ocultar esto. No creo que se atrevan a buscar debajo de ti.
Gatito se levantó y Ron puso la capa debajo de él. Gatito se volvió a acostar ahora sobre la capa.
—Estoy seguro de que alguien terminará haciéndolo.
Draco comenzó a mirar alrededor para asegurarse de que no hubiera nada que los delatara.
—¿Por qué vinieron ustedes? No pensé que les permitirían buscar —Lucius salió de una de las habitaciones—. Despejado.
—Para ver a Gatito perseguir a los reclutas. Nuestro turno se acaba en una hora. Nos enteramos de esto y tuvimos que venir a mirar. Severus, ¿dónde está la hierba gatera?
Ron amaba darle hierba gatera al león.
—No, no lo harás —Severus salió de su laboratorio de pociones—. Ya es muy noche.
—Le acabas de dar un poco de hierba gatera en la carne seca que siempre llevas contigo.
Lucius se preguntó por qué Gatito amaba la hierba gatera.
—Sí, pero fue una pequeña dosis para que se divirtiera. Ahorita está durmiendo —Severus señaló al león que ronroneaba—. La cocina está despejada.
—¿Se fue a tiempo? —Ron se agachó y acarició al león.
—Sí, Minerva nos advirtió —Severus se sentó en su silla favorita.
—Bueno, aunque fue divertido, le prometí a Hermione que estaría en casa para la cena. Ya debo de irme. ¿Puedo usar su flu? —Draco preguntó.
—Sí, dile que iremos el domingo.
Lucius esperaba que los aurores trataran de mover a Gatito.
—Mansión Malfoy —Draco desapareció entre las llamas.
—Será mejor que me vaya, le prometí a Luna y Neville que llegaría a casa a tiempo —Ron se paró—. ¿Puedo también usarlo?
—Sí, ¿el domingo también?
—Sí, como siempre —Ron se paró en las llamas—. Mansión Longbottom.
—Sabes, algún día debemos de decirles que Gatito es Harry —Lucius comentó.
Gatito negó con la cabeza.
—Bien, se los diremos cuando seas tú. Será mejor que no nos despierten para revisar —dijo Severus.