CAPÍTULO 9

Dumbledore estaba furioso, real y verdaderamente furioso. Lo habían citado para una reunión de urgencia con la ICW debido a una posible revuelta con los Vampiros y tuvo que viajar de hasta Italia para que pudieran llegar a un acuerdo con los con líderes Vampiros, ni siquiera le dio tiempo de avisar a Minerva. Al principio todo estaba bien, pero de pronto, en algún momento, algo se sintió muy raro para Albus.

Él no había llegado a la edad que había llegado, y obtenido todos sus títulos siendo estúpido y fácil de engañar. Es así que en algún momento de la madrugada, algo ocurrió y una vez más citaron a una reunión de emergencia.

Esto lo molestó muchísimo, eran apenas las 4 de la mañana y tuvo que levantarse y asistir a esta reunión, a puerta cerrada. Lo que significaba que no tendría tiempo para recibir su correspondencia a menos que la reunión terminara antes de las 7 de la mañana y si no la recibía, todo su trabajo se retrasaría por días. Aun así, no le quedó otra opción que ir a la dichosa reunión.

Pero aquí es donde Albus se empezó a sentir raro, porque empezaron a hablar de un tema que ya había quedado zanjado en reuniones anteriores, aunque el resultado no hubiera sido satisfactorio para sí mismo. los Vampiros tenían prohibido beber sangre de Muggles o magos a menos que pudieran controlarse y tuvieran el consentimiento de la persona, lo que a él le parecía una estupidez, los muggles eran seres inocentes que debían ser protegidos, no tenían la capacidad para aceptar algo sí, seguramente si estuvieran en sus cinco sentidos no aceptarían alimentar a una criatura tan oscura como esa.

Sin embargo en esta reunión empezaron a discutir sobre ese tema, queriendo que la ley se anule, tachándola de excesivamente restrictiva. Y no dejaron de discutir por tres horas, tres largas y desesperantes horas.

Como no se podía llegar a un acuerdo con ese tema, decidieron pasar al siguiente. El tema de convertir a lo que ellos llamaban, sus compañeros. Albus no estaba de acuerdo con eso, de ningún modo, ya eran demasiados, y continuamente estaban convirtiendo a más personas. Pero ellos alegaban que se trataba de sus compañeros y que deberían tener derecho de convertir a sus compañeros si ellos estaban de acuerdo. Algo que él, Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore no estaba dispuesto a aceptar. No señor, por ningún motivo.

Por eso había contactado con algunos conocidos suyos y consiguió que aprobaran una ley para prohibir de manera categórica que conviertan a más personas en vampiros, esto, por supuesto, bajo pena de muerte para el infractor. Él estaba seguro que después de aprobar esta ley sería muy fácil mover sus hilos y finalmente exterminar a todos los vampiros.

Entonces ¿Qué tan estúpido tenía que ser para aceptarlo ahora, cuando le costó tanto lograr que aprobaran la ley, para empezar? Así que entre discusiones se fueron otras dos horas. Albus estaba a punto de arrancarse la barba de la desesperación.

Ahora, ustedes se preguntarán ¿Qué es lo raro de todo esto? Bueno, lo raro no eran los temas de la discusión, lo raro era el fuego, esa chispa que se enciende cuando dos bandos enemigos discuten por un tema en el que no están de acuerdo, en la reunión de ayer y hasta que se dio por terminada la reunión y se fueron a dormir, esa chispa estaba ahí. Incluso llegó a temer que en algún momento alguien atacara al bando contrario de pura desesperación. Sin embargo, en esta nueva reunión esa chispa no estaba, se gritaban, insultaban pero nada. Simplemente no había ni rastro de esa tensión que él llamaba “la chispa”, incluso cuando lo insultaban a él parecía tan falso, tan fingido.

Esto activó sus alarmas y discretamente empezó a lanzar cada hechizo que se le ocurrió para verificar que sus compañeros no estuvieran hechizados, drogados o peor, que hubieran sido secuestrados y sustituidos por impostores. Pero al final, nada pasó, todo estaba bien, y nadie había sido ni drogado y hechizado ni sustituido.

Y aunque seguía sin sentirse bien, como no había ningún engaño, siguieron con las reuniones, pero las exigencias de los vampiros se estaban volviendo cada vez más exigentes, ahora estaban exigiendo abrir bares donde alimentarse y bancos de sangre, lo que provocó que las peleas iniciaran (sin la chispa) y se calmaban solas. Finalmente Albus no pudo más y a las 11 de la mañana se retiró de la reunión incluso cuando trataron de detenerlo por todos los medios, lo que claramente le indicó que debía salir con mucha más fuerza.

Y eso hizo, se marchó.

Al salir fue directo a su habitación y encontró en la mesa de la habitación su correspondencia y el periódico matutino. Preocupado revisó toda su correspondencia una por una, pensando que algo había ocurrido y querían ocultárselo, pero todo parecía normal. Respiró un poco más aliviado hasta que vio el periódico sobre la mesa, casi se había olvidado del periódico por revisar su correspondencia, es así que a las 12 del medio día finalmente abrió el periódico.

Temblando de miedo por lo que podrían haber publicado, Albus tomó el periódico y miró la primera plana, sintiendo en ese mismo momento un sudor frío recorrerlo de pies a cabeza, su cabeza se sintió mucho más ligera y borrosa, casi como si estuviera a punto de desmayarse, y de hecho, sí, se desvaneció.

Sin poder controlarlo, terminó acostado en el piso sin ningún control sobre sus extremidades y así se quedó por al menos media hora, hasta que poco a poco su mente salió de esa especie de limbo en el que se encontraba y el frío del piso ayudó a que su cuerpo recuperara la estabilidad, cuando por fin lo consiguió, se puso en pie todavía sintiendo una extraña calma que no parecía ser suya, ya que su mente todavía se negaba a concentrarse en el contenido del periódico.

Una vez en pie, se apoyó en la mesa esperando que su mente recuperara el funcionamiento correcto y que sus cuerpos no se sintieran tan entumecidos. Solo cuando eso sucedió, se movió para sentarse en una silla, debería haberse sentado desde el principio, pero estaba tan preocupado por su correspondencia, que simplemente entró a la habitación y empezó a revisarlo sin siquiera considerar la opción de sentarse primero.

Entonces agarró el periódico nuevamente y lo miró. En la portada se podía ver una foto panorámica de su oficina, todos los objetos que utilizaba para anclar los hechizos de Harry Potter, los retratos, Severus, y tantos otros que sabían secretos suyos, estaban ausentes. No había ni uno solo. Al fondo podía ver el armario donde solía guardar sus recuerdos, pero no había nada en la foto, ni los recuerdos en el pensadero, ni los frascos con todos sus recuerdos. En la habitación estaban los Jefes de Casa, la Srta Granger, y los dos Weasleys menores frente a los cuadros de los antiguos directores. En la foto se veía a Phineas Nigellus Black gritándoles a las personas frente a él, mientras los retratos asentían continuamente a lo que él estuviera diciendo. Y el titular decía:

Las mentiras y traiciones de Albus Dumbledore

Los antiguos Directores rompen el silencio

Esto no podía estar pasando, no había manera de que algo como esto pasara. Minerva era una estúpida, ¿Cómo se le ocurría dejar a Harry solo en su oficina? ¿Qué mierda tenía en la cabeza? Por su culpa ahora todo estaba arruinado, todos sus recuerdos desaparecidos, todos sus artilugios mágicos destruidos, esto no podía estar pasando, no podía.

Una vez más empezó a hiperventilar pero se obligó a calmarse, este no era momento para enfermarse, tenía que arreglar todo, inventar algo para que todos dejen de lado lo sucedido y vuelvan a confiar en él. Sí, eso será fácil. Sólo necesita calmarse y pensar.

Pero entonces escuchó un batir de alas y miró hacia la ventana, sólo para que el alma se le vuelva a caer a los pies al ver una de las lechuzas de El Profeta. Eso significa que debe ser alguna edición especial, y sólo se publicaban cuando algo importante ocurría.

La lechuza dejó caer el periódico y se fue. Y él sólo pudo quedarse mirando el nuevo periódico completamente aterrado ante la sola idea de abrirlo. Sin embargo, 15 minutos después de sólo mirar el periódico no pudo hacer otra cosa que extender la mano y abrirlo.

Su cuerpo ya al borde del colapso simplemente reaccionó con apatía, como si su cuerpo todavía no pudiera ponerse al día con su cerebro, por lo que su cuerpo no tuvo ninguna reacción especial ante la imagen en la primera plana, pero su cerebro se sintió como si le hubieran lanzado un bombarda, pues la imagen era una foto panorámica de la cámara de los secretos.

La imagen mostrada a muchos elfos domésticos, todos con trajes de mayordomos impecables, cada uno con 5 escudos de familias prominentes (familias que él sabía eran representadas por Harry Potter), mientras limpiaban alrededor y un elfo al que no había visto anteriormente abría la boca de una estatua y salía un enorme basilisco milenario. Mientras un grupo de magos observaban aterrados, entre los cuales estaban sus jefes de casa, alumnos de Hogwarts, la jefa del DMLE, y varios Aurores con vestimenta diseñada para enfrentar criaturas mágicas. Entonces cambiaba a otra foto del mismo lugar, las mismas personas, pero se veía como el elfo abría un baúl por donde el enorme basilisco entraba voluntariamente y el elfo cerraba el baúl bloqueándolo con su magia.

Luego cambiaba a otra foto de Floffy en la habitación del tercer piso, saltando hacia las personas que estaban frente a él, justo antes de que la puerta se cerrara de golpe y se viera los rostros de varios niños Hufflepuff con caras de horror alejarse de la puerta, incluso se podía ver la leve vibración de la puerta debido a los golpes de floffy desde adentro.

Luego cambiaba a otra imagen, una de la hondonada de Aragog, con Hagrid siendo sometido mágicamente mientras intentaba proteger a las acromántulas que eran atacadas y sometidas por decenas de Aurores altamente calificados, a juzgar con sus armaduras.

CRIATURAS MÁGICAS EXTREMADAMENTE PELIGROSAS EN HOGWARTS

SE ABRE LA CÁMARA DE LOS SECRETOS DE SALAZAR SLYTHERIN

Mis queridos lectores, como prometí, estoy siguiendo esta ola de descubrimientos que se han suscitado en Hogwarts a raíz de las explosivas declaraciones dadas por los antiguos directores de Hogwarts, y no van a creer lo que descubrí el día de hoy.

Una vez más me presenté en Hogwarts para averiguar si habían podido encontrar al joven Potter, sin embargo, una vez más, me encontré con más situaciones terroríficas de las que podría haber imaginado jamás, haciendo recordar el dicho muggle de que muchas veces la realidad supera a la ficción.

He de confesar mis queridos lectores, que he sido ingenua hasta ahora al pensar que tal cosa no podría ser posible, ya que hoy he confirmado que no sólo es posible, sino que Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore es el ser más perverso que haya pisado nuestra comunidad, pues él se ha empeñado en hacer que nuestra realidad sea mil veces más terrorífica de lo que habría sido sin él.

¿Por qué estoy escribiéndoles esto? Porque hoy mis queridos lectores cuando me presenté en Hogwarts, me encontré con un grupo de niños que no habían dormido en toda la noche buscando a su compañero de clase, un compañero que salió huyendo luego de descubrir la capacidad de daño que es capaz de causar Albus Dumbledore.

Luego, llegaron miembros de la junta de padres en Hogwarts, quienes después de interrogar a los maestros descubrieron que el año pasado se ordenó que se colocara un cerverus en el tercer piso del colegio, un lugar al que muchos niños fueron, creyendo que se trataba de algún juego de ingenio, inteligencia y valentía implementado por sus profesores, jamás se les pasó por la mente que se tratara de algo realmente peligroso. Después de entrevistar a algunos niños que habían visto a dicho cerverus y solicitar permiso a sus padres, uno de los alumnos cuyo nombre no vamos a mencionar por su seguridad, nos prestó sus recuerdos de la ocasión en que habían ido para ver de qué se trataba el juego que habían implementado sus profesores. (Para leer este caso más en detalle ir a las páginas 5 a 6)

Pero eso no es lo peor, mis queridos lectores, no, ni de cerca lo peor. También descubrieron que hace 50 años, Albus Dumbledore, el entonces Sub-Director del Colegio Hogwarts de Magia y hechicería, había permitido que uno de los estudiantes llevara a una Acromántula altamente venenosa y peligrosa a vivir en el Bosque Prohibido que rodea el Colegio, pero dicho alumno, quien ahora es el guardabosques de Hogwarts, consideró que era “triste” que Aragog, como nombró a la Acromántula, estuviera solo, así que consiguió una acromántula hembra para hacerle “compañía”. Lo que ahora ha dado lugar a una enorme hondonada llena de acromántulas venenosas que han estado diezmando la población de centauros en el bosque prohibido, criaturas que debemos recordar, son tan sintientes como los magos, ya que son mitad humanos. Sin embargo, a pesar de las constantes quejas de los líderes de los Centauros, Albus Dumbledore se negó a hacer nada, dejándolos con el enemigo en sus puertas y en las puertas de nuestros hijos. (Para leer este caso más en detalle ir a las páginas 11 a 12)

Si están horrorizados hasta ese momento mis queridos lectores, es porque aún no saben qué es lo siguiente de lo que me enteré. Resulta que el 1ro de septiembre de este año, las barreras que protegen Hogwarts y alertan del ingreso de cualquier objeto oscuro o cualquier daño potencial para los residentes de Hogwarts, alertaron a Albus Dumbledore de un objeto muy peligroso en el baúl de uno de los estudiantes. El Director fue a la habitación de la niña, revisó su baúl, y encontró un diario hechizado para poseer a la persona que escribe en él y forzarla a abrir la cámara de los secretos de Salazar Slytherin para liberar al basilisco que allí habita, con el objeto de limpiar la escuela de todos los estudiantes hijos de muggles.

Sí, no están leyendo mal mis queridos lectores, un basilisco milenario estaba oculto en Hogwarts, y una niña de primer año fue poseída por un objeto oscuro, bajo el conocimiento del Director Albus Dumbledore, quien no hizo nada para evitarlo. Y no solo no hizo nada para evitar cada caso de petrificación ocurrido (el caso fue publicado en nuestra edición matutina) sino que permitió y fomentó que Harry Potter fuera acusado de algo que no había hecho.

La niña en cuestión ha sido internada por daños a su mente y su núcleo mágico en el hospital San Mungo. Los sanadores han informado que el daño se podrá curar con el tratamiento adecuado ya que no tuvo una exposición excesivamente prolongada, pero, que si esto hubiera continuado hasta fin de año, el daño habría sido irreversible, causando inestabilidad mental en esta niña de apenas 11 años. (Para leer este caso más en detalle ir a las páginas 12 a 13)

Debemos agradecer que nuestro héroe, el joven Harry Potter haya descubierto todo esto, porque gracias a él es que ahora podemos decir que Hogwarts es un poco más segura, gracias a que sus elfos domésticos fueron quienes limpiaron la Cámara de los Secretos, sellando cada posible grieta por donde se pueda colar alguna otra criatura peligrosa y encerrando al basilisco en un baúl mágicamente protegido.

Sin embargo, me deja con la pregunta ¿Dónde está nuestro héroe? De lo poco que pude descubrir respecto al señor Potter, se encuentra enfermo y recibiendo atención médica debido a fuertes bloqueos que le habían sido colocados a su magia, por Albus Dumbledore. Sin embargo, a pesar de haber hecho este descubrimiento y encontrarse en medio de una severa crisis nerviosa, su primer pensamiento antes de escapar de Hogwarts fue llamar a sus elfos y darles instrucciones muy específicas para garantizar su bienestar y seguridad. (Para leer este caso más en detalle ir a las páginas 7 a 9)

Y así mis queridos lectores, me despido de ustedes dejándoles la frase que le dijo el Jefe de elfos del señor Potter a la niña que había sido poseída por el libro cuando ella negó ser la culpable.

“si usted ve un objeto, que piensa, habla y responde, como si tuviera un cerebro,

pero no puede ver dónde está dicho cerebro, entonces no debe tocarlo.

Lo que debe hacer en esa situación es ir donde sus padres, profesores

o en último caso a Gringotts y buscar ayuda para revisar ese objeto”

Rita Skeeter

Después de leer este artículo, Albus estaba fuera de sí, Harry había descubierto sobre los Horcruxes, no solo lo había descubierto, el niño estúpido había ido y lo contó a quién sabe quién, esperaba que hubiera sido algún mago, porque si fue a Gringotts está todo perdido, todos sus planes cuidadosamente realizados durante años arruinados en un día y medio por un mocoso que no conoce su lugar.

Completamente furioso Dumbledore se levantó de la silla tirando la mesa de rabia mientras respiraba como un búfalo rabioso, todas las cartas quedaron desperdigadas por el piso al igual que los periódicos.

Incapaz de tranquilizarse sacó su varita y empezó a destruir todo el contenido de la habitación, mientras en una sala de reuniones dos pisos más arriba, un grupo de vampiros se reían mientras escuchaban el ruido proveniente de la habitación de Dumbledore y leían el periódico acompañados del grupo de magos que conforman la ICW.

• Entonces -Dijo Louis de Pointe du Lac, sentado elegantemente en su silla, mientras miraba a su compañero Lestat de Lioncourt reír salvajemente mientras leía los periódicos que habían llegado por la mañana y hace un momento mientras se tomaba una copa de sangre-. ¿Qué les parece este trato? Ustedes nos harán unos brazaletes que minimicen la desesperación por beber sangre al momento de alimentarnos, sin trampas ni hechizos o maldiciones ocultas. Si lo hacen bien nuestra gente no tendrá ningún inconveniente en usarlo, entonces ya no habrá accidentes de gente muerta mientras nos alimentamos.

Nos darán la autorización para abrir un bar mágico donde las personas que vayan sepan de nuestros intereses y estén de acuerdo. Incluso podríamos aceptar que pongan algún hechizo en las puertas de acceso, para que cualquier persona que no sepa qué tipo de bar es, o no esté de acuerdo con permitir que nos alimentemos de ellos, no puedan ingresar.

No se opondrán a que instalemos un banco de sangre muggle de donación libre, ya que sabemos que los magos jamás dejarían su sangre, arriesgándose a que alguien les dé un mal uso.

Y finalmente nos permiten convertir a nuestros compañeros, después de haber comprobado que efectivamente son nuestros compañeros y que están de acuerdo en convertirse.

Creo que eso es algo justo y equitativo, nosotros obtenemos la sangre que necesitamos para vivir, protegemos nuestro derecho a compartir nuestras vidas con nuestros compañeros, y ustedes se aseguran que no lastimemos a nadie y que nadie nos alimente de manera involuntaria -Terminó, tomando un trago de sangre de su copa.

Los magos de la ICW analizaron el acuerdo propuesto por el príncipe vampiro y después de uno momento de debate detrás de barreras de privacidad, todos aceptaron el acuerdo y procedieron a redactar los documentos oficiales. No necesitaban que Dumbledore estuviera presente, pues desde que descubrieron lo que había ocurrido habían informado de lo sucedido a sus bases y Dumbledore había sido destituido de su cargo en una reunión de emergencia. Así que ahora el nuevo Jefe de la ICW se encargó de redactar y firmar todos los acuerdos necesarios con los vampiros y procedieron a despedirse amigablemente, por primera vez en años. Tal vez fue realmente bueno que Dumbledore no estuviera aquí, después de todo.