
Capítulo 1
CAPÍTULO 1
*POV Harry Potter*
Spoiler cap 11 y 12 de Harry Potter y la Cámara Secreta
“Spoiler Cap. 30 de Harry Potter y el Cáliz de Fuego”
“Spoiler cap 25 Harry Potter y el Príncipe Mestizo”
“Spoiler cap 6 Harry Potter y el Prisionero de Azkabán”
“Spoiler cap 37 Harry Potter y La Orden del Fénix.”
Hoy el día no inició bien, sólo era otro día de mierda, no importa a donde fuera, todos me miran como si estuviera a punto de petrificarlos. Aunque en éste momento no podría culparlos, realmente me gustaría poder hacerlo sólo para ya no tener que ver sus miradas de acusación injustificada. Si pudiera petrificarlos, al menos tendrían una razón válida para culparme. Pero no, no hay ninguna razón, sólo porque puedo hablar pársel no significa que vaya por ahí petrificando a cualquiera que se me cruce en el camino.
Fui a la biblioteca para buscar a Justin y explicarle que no quería hacer que la serpiente lo ataque, pero en lugar de eso me encontré con un grupo de idiotas que no hacían nada más que hablar para mí y sacar conjeturas acerca de como yo tenía que ser el heredero de Slytherin y cómo odiaba a los muggles sólo porque no me agradaba mi familia. Malditos imbéciles, todos ellos, me gustaría que pasaran un solo día con los Dursley y luego vengan y me vuelvan a insinuar que no debería odiarlos.
No son más que un grupo de niñitos mimados que nunca han tenido que sufrir lo que yo he sufrido, nunca han pasado hambre, frío, soportado golpes, insultos, ofensas, amenazas. ¿Tienen miedo de que los petrifique? Puff, ellos no saben lo que es tener miedo de tu propia vida porque tu estúpida familia te golpea y luego te tiran a un armario y se niegan a llevarte a un médico para que te cure porque para ellos eres demasiado poca cosa como para gastar su precioso dinero en ti. Especialmente después de que fueron ellos mismos los que se esforzaron en lastimarte para empezar.
Pero aún así no soy tan estúpido como para decirles eso, mi estupidez e ingenuidad murió junto con Quirrell, desde que me di cuenta que Voldemort había regresado supe que no tendría paz. Desde que conocí a Hagrid lo supe, pero pensé que como ya estaba muerto, no habría problema, sólo tenía que llevar una vida tranquila y no llamar mucho la atención, y entonces poco a poco se les olvidaría esa estupidez del “Niño-Que-Vivió”, pero ahora sé que eso no pasará. Ellos esperan que yo los salve, aunque por qué creen que un niño de 12 años lo hará, no tengo ni idea, pero si incluso un hombre como Dumbledore lo cree, ¿Por qué los demás no lo creerían?
Pero está bien, no hay problema, sólo tengo que mantener un perfil bajo hasta que cumpla los 17 y me quiten el rastro, luego me marcharé y no dejaré que me encuentren. Tal vez me cambie el nombre, y me vaya a vivir al mundo muggle, incluso podría irme a América, dicen que es la tierra de las oportunidades, después de todo.
Pensado en esto salgo de la biblioteca y me alejo sin siquiera fijarme por dónde voy hasta que choqué de frente con Hagrid y nos pusimos a charlar, al parecer le han estado matando sus gallos, y ahora tiene que buscar a Dumbledore para que le autorice a colocar algunos hechizos en el gallinero, jjajajjaa realmente podría hacerle una broma de doble sentido sobre gallos y necesitar la ayuda de Dumbledore, pero entonces mi momentáneo buen humor desaparece cuando comienza a preguntarme cómo estoy, y es que parecen disco rayado, unos me acusan de hacer algo que no hice y otros se la pasan preguntándome si estoy bien a cada rato.
Así que mejor me despido con la excusa de que me toca ir a buscar mis materiales para Transformaciones.
Sigo pensando una y otra vez en cómo todos los que me rodean no son más que un enorme grupo de imbéciles, tal vez debería haberme negado a venir a Hogwarts para empezar, tal vez Dobby tenía razón y no debería haber venido este año, podría haberme escapado, al mundo muggle, pero todavía tengo este instinto de conservación Slytherin en mí, y sé que el mundo muggle es un lugar peligroso para los niños que viven en la calle. Lo menos peor que te puede pasar es que tengas que vivir en las calles, comiendo mal, pasando frío, y teniendo que robar para sobrevivir, pero eso es lo menos peor, de ahí puedes terminar siendo asesino, drogradicto, niño juguete, secuestrado por tus órganos, y tantas otras cosas que el tío Vernon y la tía Petunia suelen advertirle a Dudley desde la primera vez que salió solo de la casa. No, es mejor quedarse aquí y soportar 6 años más y luego podré hacer mi propia vida.
Una vez más me encerré tanto en mis lúgubres pensamientos que no me di cuenta cuando entré en un pasillo cuyas antorchas habían sido apagadas por el viento que ingresaba por un cristal flojo de la ventana, y claro, como estaba oscuro no podía ver el camino y tropecé con algo. Sólo que esta vez no hubo nada que me sostenga y caí sobre aquello con lo que había tropezado.
Ajusto mi visión para poder ver aquello con lo que tropecé y siento que el alma se me sale del cuerpo, estoy acabado. Justin Finch-Fletchley está petrificado justo frente a mí, si me atrapan aquí tendré suerte si sólo me expulsan y no me tiran a una celda en la prisión y luego arrojan la llave. Muevo mi vista pensando por un segundo en escapar, pero me quedo paralizado al ver que no solo Justin ha sido petrificado, sino también Nick Casi Decapitado, quien ahora tiene un color negro nebuloso en lugar de blanco perlado. Está justo ahí, frente a mí, flotando totalmente quieto y con una expresión de horror idéntica a la de Justin.
Me pongo de pie y miro a mi alrededor pensando en escapar, no pueden verme aquí, no pueden, tengo que salir, pero ya, justo ahora, pero tan inoportuno como siempre, la puerta a mi derecha se abre y sale Peeves a toda velocidad, me ve y empieza a molestarme con sus ridículas cancioncillas que sólo él se cree que son geniales pero que no hacen más que causar dolor de cabeza. Lamentablemente no me encuentro en una buena posición en este momento, así que solo puedo quedarme de pie aterrorizado mientras en una de sus volteretas Peeves se da cuenta de los cuerpos de Justin y Nick petrificados y empieza a gritar causando un alboroto que causa que todas las aulas a mi alrededor de abran y salgan profesores y alumnos por igual.
Como desearía realmente saber cómo petrificar en este momento, entonces podría petrificar a Peeves y hacer que se calle, pero claro, no puedo, por el contrario, el paralizado soy yo, pero de miedo.
Estoy rodeado y todos se creen que son Aurores, al parecer, porque ya me han acorralado y no tengo hacia donde ir. Entonces llega McGonagall seguida por Ernie MacMillan, quien al ver a Justin y Nick empieza gritar que me atraparon con las manos en la masa, un imbécil completo, quiero decir, ¿No tiene miedo de que, si realmente soy yo, lo petrifique por abrir la boca?
McGonagall lo calla, pero eso no me ayuda en nada, sigo escuchando los cuchicheos, las burlas de Peeves, esa sonrisita asquerosa que tiene, veo los cuerpos de Justin y Nick, juro que siento que me voy a desmayar del pánico. Quiero salir de aquí, un poco más y creo que no podré respirar, hay demasiadas personas y no hay suficiente aire para todos. Veo a la profesora McGonagall aparecer un enorme abanico y se lo entrega a Ernie, no se que le dice, solo veo que Ernie lo toma y abanica a Nick haciendo que avance, ya no me importa qué esté pasando, realmente estoy a un paso de desmayarme.
Entonces McGonagall voltea hacia mi y me indica que lo siga, miro a mi alrededor y me doy cuenta que ya no hay nadie más, solo estamos nosotros dos, la sigo al tiempo que intento explicarle que yo no lo hice, necesito explicarle, pero ella dice “Eso se escapa de mi competencia, Potter”, con su vocecita toda fría y cortante.
Maldita perra, lo juro, esto es igual al primer año, cuando Hermione, Ron y yo intentamos contarle sobre la Piedra Filosofal y ella ni siquiera nos escuchó adecuadamente. Vaya mierda de Profesora que ni siquiera sabe que su deber es escuchar lo que los alumnos tienen que decir, aunque sean una completa estupidez, porque tal vez, podría descubrir no somos solo un grupo de retardados. Aunque bueno, con la tropa de retardados a los que está acostumbrada, tal vez lo que le falta es práctica de enseñar a alumnos que realmente tienen algo inteligente que decir.
Me callo y la sigo, no sirve de nada hablar con ella, está demasiado metida en su papel de Reina mirando a sus lacayos ignorantes como para molestarse en lo que tengo que decir, así que mejor me ahorro el esfuerzo.
La sigo hasta que llegamos frente a una horrible y enorme estatua de gárgola, la profesora McGonagall mira a la estatua y dice “Sorbete de Limón” haciendo que la estatua cobre vida y se mueva hacia un lado, al tiempo que la pared se abre en dos dejando espacio hacia una escalera en forma de caracol. Vaya, eso sí que fue sorprendente.
Subimos a la escalera y esta empieza a moverse sola, como si fuera una escalera eléctrica y la pared detrás de nosotros se cierra, cuando ya siento que me estoy mareando de tantos giros que ha dado la escalera llegamos justo frente a una puerta de roble con una aldaba de gryfo, ese animal mitológico con cuerpo de león y cabeza de águila. Creo que ya se donde estamos, estaba debe ser la oficina de Dumbledore.
La profesora McGonagall tocó la puerta y aunque nadie respondió, la puerta se abrió y ella me indicó que entre y espere. Luego dio la vuelta y se marchó.
Cuando ella cierra la puerta y se marcha, miro a mi alrededor y quedo asombrado, realmente Dumbledore sabe como ser extravagante, si no fuera porque está tan empeñado en meterse en mi vida, y aun así nunca ayudarme cuando lo necesito, hasta podría llevarme bien con él. Realmente tiene cosas geniales.
La oficina era una sala circular, grande y hermosa, podía escuchar una multitud de leves y curiosos sonidos. Sobre las mesas de patas largas y finísimas había objetos muy extraños que hacían ruiditos y echaban pequeñas bocanadas de humo. Las paredes aparecían cubiertas de retratos de antiguos directores, hombres y mujeres, que dormían en sus marcos. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él, en un estante, un sombrero de mago ajado y roto: era el Sombrero Seleccionador.
Por un momento me sentí tentado de ponérmelo nuevamente, sólo para ver si seguía pensando que debí ir a Slytherin, pero no, yo sé que sí debí ir a Slytherin, y aunque en ese momento estaba demasiado asustado de estar en la misma casa que Malfoy ahora me arrepiento de no haber estado ahí, pero ya no hay nada que pueda hacer. Y es mejor así, si realmente fuera a Slytherin, dudo mucho que llegaría vivo a fin de año, y no por los Slytherins, sino por las otras casas.
Ellos ven en mí a su héroe, tal vez si hubiera sido seleccionado desde el principio en Slytherin no les habría gustado, pero se habrían terminado acostumbrando, pero en este momento, sólo serviría para que confirmen sus sospechas de yo siendo el heredero de Slytherin.
Desvío mi mirada del Sombrero hacia un pequeño sonido de arcadas que atrae mi atención.
Sobre una percha dorada detrás de la puerta, había un pájaro de aspecto decrépito que parecía un pavo medio desplumado. Lo miro a los ojos y el pájaro me devuelve una mirada torva, emitiendo de nuevo su particular ruido. Parece muy enfermo. Tiene los ojos apagados y continúan cayendo las pocas plumas que tiene en la cola.
“Lo único que me faltaría es que este pajarraco se muera justo frente a mí”, pensé y justo en ese momento el maldito pájaro emitió un chillido y empezó a arder hasta que no quedaron más que cenizas. Lanzo un grito de horror mientras retrocedo hacia el escritorio. El pájaro solo se quemó, así nada más, como si fuera una ocurrencia de cada día.
Luego de que el fuego termina de arder me acerco hacia los restos de las cenizas que dejó el ave luego de quemarse, no se por qué lo estoy haciendo, lo único que quiero es salir corriendo y no regresar, sin embargo, siento el impulso de acercarme y entonces lo veo, un pequeño polluelo está ahí, justo en medio de las cenizas, siento que mi corazón se estruja de la ternura, es tan pequeñito y arrugado.
Extiendo mi mano y lo recojo con cuidado, trato de no lastimarlo, pero le doy calor, no tiene ni una sola pluma y el clima está un poco frío. Lo llevo hacia mi pecho mientras lo acaricio y le digo lo bonito y tierno que es, de pronto siento un calor extenderse por todo mi cuerpo, al tiempo que escucho una hermosa canción en el fondo de mi mente. Es realmente hermoso.
Me quedo así por un rato, hasta que todas las emociones tumultuosas desaparecen de mi mente, ya no me siento tan preocupado, ahora sólo siento una profunda calma.
Miro a mi alrededor, pero no hay señales de Dumbledore. Me acerco a su escritorio sigo observando la oficina y los montones de papeles apilados que parece tener Dumbledore, entonces veo una carta sobre su escritorio, justo frente a su silla, como si la hubiera estado leyendo antes de marcharse.
Me acerco y la leo, sé que no debería hacer eso, pero la curiosidad me gana, así que la leo y descubro por qué Dumbledore no está aquí, al parecer hubo una emergencia con la ICW. Según la carta tendrá que quedarse allí por lo menos 3 días, tal vez realmente era algo serio y no tuvo tiempo de avisarle a McGonagall, por lo que ella me trajo aquí sin saber que Dumbledore ya no estaba en el colegio.
Supongo que debería irme, pero no quiero alejarme de este hermoso pajarito. Es tan bello, y Dumbledore no estará aquí por tres días por lo menos, así que no habrá quien lo cuide, tal vez lo elfos domésticos podrían cuidarlo, pero aun así no quiero alejarme de él.
Doy vueltas por la oficina mientras continúo acariciando a la pequeña ave que parece haberse dormido, hasta que veo un pequeño rayo de luz saliendo de un armario al otro lado de la oficina. Me acerco con cuidado para ver qué es lo que causa ese brillo y luego de abrir la puerta del armario me encuentro con una hermosa vasija de piedra poco profunda y a su alrededor tenía una runas y símbolos tallados que nunca había visto antes.
Sin embargo, lo que más atrajo mi atención no fue la vasija en sí, sino su contenido. La luz plateada que había llamado mi atención provenía de lo que sea que Dumbledore hubiera colocado dentro de la vasija, jamás había visto algo igual, no sé si es líquido o gas, pero tiene un color blanco brillante y plateado, realmente espectacular, además, la superficie continúa agitándose como el agua bajo el viento, para luego separarse formando nubecillas que se arremolinaban. Dando la sensación de ser luz licuada, o viento solidificado.
Para poder ver mejor el contenido me saco mi túnica y la pongo a un lado del escritorio donde coloco a la pequeña mascota de Dumbledore para asegurarme que no pase frío y luego vuelvo mi atención al extraño contenido de la vasija, es tan incomprensible, me gustaría tocarlo, averiguar qué tacto tiene, acerco un poco mi mano pero rápidamente la alejo con miedo de que sea algo peligroso, después de todo, podría ser una poción venenosa o algo así, por lo que en su lugar tomo mi varita, miro nerviosamente alrededor de la oficina esperando ver si hay alguien, respiro aliviado al ver que no hay nadie y que los retratos continúan durmiendo.
Vuelvo mi atención al contenido de la vasija y la toco con mi varita. De pronto, la superficie de aquella sustancia comenzó a girar muy rápido, y sentí el impulso de inclinarme más hacia aquella cosa plateada al tiempo que giraba cada vez más rápido, volviéndose cada vez más transparente, ahora parece como si fuera cristal, inclino un poco más la cabeza para ver el fondo de la vasija, pero en lugar de eso, veo una habitación bastante andrajosa, hay una mesa pequeña, dos sillas a cada lado de la mesa y dos personas sentadas una en cada sillas, me acerco un poco más al líquido para ver a las personas que están ahí y entonces mi nariz toca el líquido.
De pronto sentí que el despacho de Dumbledore se sacudía terriblemente y fui empujado de cabeza a la sustancia de la vasija, estaba totalmente aterrado, quería sujetarme de algo pero no había nada de lo que sujetarme y de pronto, ya no estaba cayendo, estaba de pie en la habitación que había visto a través del líquido, miro a las personas en la habitación veo que son Dumbledore y una mujer muy extraña, sumamente delgada, sus grandes gafas aumentan varias veces el tamaño de sus ojos y lleva puesto un chal de gasa con lentejuelas. De su cuello largo y delgado colgaban innumerables collares de cuentas, y tenía las manos llenas de anillos y los brazos de pulseras.
Rápidamente me disculpo con el director, pero no parece darse cuenta que estoy aquí, sigue sentado mientras parece comer algo, supongo que está comiendo uno de sus caramelos de limón, me acerco más y deslizo mi mano frente a sus ojos, pero no parece reaccionar, me doy la vuelta para mirar a la mujer y me noto que tiene los ojos ligeramente desenfocados, como si estuviera mirando a Dumbledore, pero a la vez no.
Esto es tan raro. Intento agarrar la silla donde está sentada la mujer, pero mi mano la atraviesa y retrocedo un poco sorprendido, no entiendo qué es lo que está pasando, así que miro con más cuidado alrededor de la habitación, pero no hay nada realmente llamativo, regreso mi atención nuevamente a Dumbledore y la mujer, pero no hacen nada, excepto esperar, tal vez estén esperando a que alguien más venga.
Me acerco a la puerta e intento abrirla pero no lo consigo, intento atravesar la puerta, casi con temor de realmente poder hacerlo, pero tampoco lo consigo, es bastante raro, no puedo avanzar, pero no parece que haya nada realmente sólido que me esté deteniendo.
Frustrado doy la vuelta y regreso hacia el escritorio, pero nada ha cambiado, me acerco más hacia Dumbledore y doy la vuelta a la mesa por detrás de Dumbledore, y entonces lo veo, Dumbledore tiene su varita sujeta por debajo de la mesa apuntándole a la mujer que está frente a él, y no, no me refiero a esa varita, sino a la varita de madera, jeje.
Rayos, creo que realmente se me pasó el miedo si estoy teniendo estos pensamientos estúpidos en un momento como este. Mejor me concentro, ¿Por qué no me di cuenta antes? Miro nuevamente a Dumbledore y doy vuelta al escritorio, vuelvo a mirarlo, y noto que no se puede ver porque la mujer está sentada justo entre la puerta y Dumbledore, además, ese chal que lleva la mujer es bastante largo, por lo que no deja que se vea por debajo de la mesa.
¿Qué es lo que pretende Dumbledore hechizando a esa mujer? ¿Será que intentó hacer algo malo, tal vez sea una prisionera y la hechizó para que se mantenga tranquila hasta que lleguen los Aurores?
Una vez más doy vuelta al escritorio y me detengo tras Dumbledore, espero un momento más y de pronto lo veo mover la varita y la mujer empieza a hablar como si llevaran bastante tiempo hablando, habla acerca de conseguir el puesto de profesora de Adivinación en el Colegio, casi pareciera que están en una entrevista de trabajo, si no fuera porque estoy justo frente a ella y continúa con los ojos desenfocados, casi podría creerme que esto es real, entonces la voz de la mujer cambia una vez más, haciéndose más profunda, más misteriosa, casi como sacada de esas películas de terror y misterio que suele mirar Dudley. Hasta los vellitos de mis brazos se pararon del miedo que me dio sólo por el sonido de su voz.
Ella dijo:
“El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca…Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes… y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce… y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida… El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes…”
Eso me dejó totalmente helado, tanto, que casi me pierdo el alboroto que se había formado en algún momento fuera de la habitación, el ruido de la puerta abriéndose me trajo de nuevo a la realidad aunque sólo un poco, vi un hombre extremadamente parecido a Dumbledore, casi como si fueran la misma persona, solo que este se veía más joven, no tenía la nariz rota y su ropa no era de tan buena calidad, también se veía un poco sucia.
Jalaba a lo que parecía un joven Severus Snape, el hombre parecido a Dumbledore dijo que lo había encontrado espiando, pero Severus dijo que no, que se había equivocado de habitación, el barman resopló, pero al final después de que Dumbledore le dijera al hombre “Aberforth”, que estaba bien, que no había ningún problema, Aberforth solo bufó y sacó a Snape a rastras. Se podía escuchar el ruido de pasos bajando las escaleras.
Yo estaba tan conmocionado, no podía creer lo que estaba pasando, Dumbledore había hechizado a esa mujer para decir algo que sonaba como una profecía, y por lo que parecía, lo hizo exclusivamente para que Snape lo escuchara.
Sentía que mis piernas se volvían de gelatina, a juzgar por todo lo que escuché, suena como si yo fuera el elegido para terminar con Voldemort, pero claramente todo es una farsa, ¿Por qué tomarse tantas molestias para inventar una profecía? No tiene sentido.
Miró a Dumbledore como si de pronto le hubiera salido otra cabeza, luego de un momento, cuando finalmente dejaron de sonar los pasos bajando las escaleras, Dumbledore movió su varita sobre la mesa y entonces hizo una serie de movimientos bastante complicados hasta que de la nada apareció una pequeña esfera de vidrio transparente sobre la mesa, con lo que parecía niebla dentro de ella.
Miré hacia la mujer, pero ella seguía tan imperturbable como al principio, casi como si no hubiera habido ningún altercado en la habitación.
Dumbledore tocó con su varita la pequeña esfera de cristal y de ella salió la figura de la mujer que estaba frente a él y volvió a repetir la falsa profecía, sólo que esta vez sonó mucho más real, la voz sonaba áspera y dura a la vez que misteriosa.
Tengo ganas de vomitar, mi mente me está gritando algo que todavía no estoy seguro de estar listo para aceptar, creo que si lo acepto mataré a Dumbledore.
De pronto siento que todo se mueve nuevamente, pero esta vez ya no estoy en esa habitación, estoy en una oficina, y una mujer, Madame Cole, le cuenta a un Dumbledore mucho más joven todo sobre Tom Riddle, maldita bruja, cada palabra que sale de su boca me recuerda a mi tía Petunia diciendo mentiras sobre mí en el vecindario, para que nunca pudiera tener amigos, para que nadie me ayudara.
Dumbledore al principio no parece hacerle mucho caso, pero eso cambia cuando conoce al niño, hay algo que hace que le disguste a primera vista, y va aumentando a cada momento hasta el punto de llegar a intimidar al niño al quemarle su armario y amenazándolo con su ingreso a Hogwarts. Está bien, es cierto que no debería robar, pero qué sabe Dumbledore de nada, cuando no tienes padres que te cuiden, cuando no tienes personas que se preocupen por ti, significa que no tienes nadie que te de nada de manera desinteresada, todo lo que tienes parece limosna que debes pagar de algún modo, así que coleccionas todo lo que puedes, aunque no tengan valor económico, son tus pequeños trofeos. Ya sea que lo hubieras encontrado o se lo hubieras quitado a alguien que te lastimó, sientes que es tuyo porque te lo ganaste. Conceptos como propiedad, no es algo que entiendas cuando no tienes personas que te lo enseñen, no lastimar a otros es algo que tampoco aprendes cuando estás solo y no tienes quien te defienda.
Y por último, el pársel, por Merlín, éste niño habla pársel!!!, y Dumbledore odia a éste niño porque puede hablar pársel, porque desde que entró debió haber visto algo en su mirada, o sentir la magia del niño y no le gustó, eso es todo. Dumbledore odia todo lo que tiene que ver con Slytherin, no lo demuestra abiertamente, pero se puede ver en las pequeñas charlas y como aprovecha cada oportunidad que se le presenta para humillar a los Slytherins.
Estoy tan asombrado, pero no de buena forma, esto está tan mal. Si a este niño lo odió sólo porque puede hablar pársel, entonces, ¿También me odia a mí?
¿Y por qué este niño habla pársel? ¿Quién es realmente Tom Riddle?
Estoy tan perdido que no me doy cuenta que ya no estoy en la habitación de Tom Riddle hasta que veo a mis padres, ¡Oh por las barbas de Merlín! Son mis padres!!!!!!
Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en la enfermería de Hogwarts, mis padres se ven tal cual están en las fotos que Hagrid me regaló, tan jóvenes, vibrantes de energía y felicidad.
Veo a mi madre con un bebé en brazos, me acerco, miro al bebé y me doy cuenta que soy yo. No puedo creer esto, soy yo recién nacido, mi piel está tan arrugada y soy tan pequeñito.
Siento que me voy a desmayar, realmente me voy a desmayar.
Me siento en el suelo al tiempo que trato de tranquilizarme mientras observo lo que está sucediendo.
Mi padre está al lado de mi madre mientras ambos me miran con mucho amor en sus ojos, como si yo fuera el mundo entero para ellos. Por primera vez en mi vida puedo ver cuanto me amaban, en este momento mis padres dejaron de ser esa imagen borrosa de lo que podría haber tenido, y cambiaron a algo real, tangible.
Miro un poco más a las personas que están en la habitación y veo a 3 hombres que nunca antes había visto y a Madame Pomfrey.
Dumbledore se acerca más a mis padres y a regañadientes alejo mi atención de mis padres para centrarla en él.
Algo en lo profundo de mi estómago me hace desear arrancarle el cuello a Dumbledore para que se aleje de mi familia, se siente tan equivocado que esté cerca de ellos, sin embargo no hay nada que pueda hacer, ahora me doy cuenta de que estoy en un recuerdo, no sé cómo, pero eso es lo que es, todos estos son recuerdos de Dumbledore.
- Poppy, querida, ¿Podrías dejarnos a solas, por favor? -Le pide/ordena a Madame Pomfrey Dumbledore, bastardo.
- Claro Albus, pero no te tardes mucho, Lily necesita descansar -Advierte Madame Pomfrey con una mirada seria.
- Claro querida, no tardaré mucho -Le dice con una de esas sonrisas empalagosas y con ese brillo raro en sus ojos.
Realmente no sé cómo es que antes no me había dado cuenta de la doble cara de Dumbledore, tal vez es que no quería darme cuenta, después de todo Hagrid habla tan bien de él y Hagrid fue el que me sacó de los Dursley.
- Lily, querida, ¿Me permitirías hacerle a Harry un escaneo mágico, por favor? Sólo para verificar y que este viejo se quede tranquilo. Después de todo, los aprecio tanto que este pequeño es casi como un nieto para mí -Dice Dumbledore con su eterna cara de abuelo que está empezando a enfermarme.
- Oh Albus, claro que sí, no hay ningún problema. ¿Verdad James? -Dice mi madre, totalmente inocente, sin darse cuenta de las malas intenciones de Dumbledore.
- Claro que no hay problema Albus, tu siempre has sido como un padre para nosotros, y ahora que mis padres han muerto estoy más feliz aún de ver que te preocupas tanto por nosotros -Dice mi padre, aunque se puede notar la tristeza al hablar de la muerte de sus padres.
- No te preocupes mi muchacho, tus padres están bien y estoy seguro que están muy orgullosos de ti. Además, no olvides que, para una mente bien organizada, la muerte es sólo la siguiente gran aventura -Dice Dumbledore, ahhhhh si no fuera porque esto obviamente es un recuerdo, me le lanzaría al cuello por usar ese tonito con mis padres, como descartando los sentimientos de mi padre.
Dumbledore levanta su varita apuntando a mi yo más joven y lanza un hechizo, un momento después aparece un pergamino frente a él.
Me pongo en pie y me acerco hasta donde está Dumbledore para poder ver lo que dice el pergamino.
Nivel Mágico: 215
Nivel IQ: 150
Núcleo Mágico: Gris
Habilidades hereditarias:
- Lengua Pársel.
- Magia Pársel.
- Habilidades de sanación
- Facilidad para magia sin varita.
- Metamorfomago leve.
- Memoria eidética leve.
- Portador
Alma Gemela: Tom Marvolo Riddle
Umm no tengo idea de los niveles de magia, pero voy a tener que averiguar, supongo. Pero ese 150 de IQ está genial, el promedio es de 85 a 115, 150 quiere decir que soy más inteligente que el promedio, ¿Verdad? Pero, eso es raro, si soy tan inteligente, ¿Por qué me cuesta tanto aprender cosas? No es que sea estúpido, claro, siempre he sido inteligente, pero eso no quiere decir que no me cueste aprender. Ohhh y eso de núcleo mágico Gris, también voy a tener que averiguarlo, se supone que mis padres eran magos de la luz, y yo nunca he hecho magia oscura, y más aún si se supone que acabo de nacer. Ummm definitivamente tengo que averiguar y más con todas esas habilidades que supuestamente tengo.
Un momento… ¿Alma Gemela? ¿Tom Marvolo Riddle es mi alma gemela? ¿El niño que vi en el recuerdo anterior?
Distraído leyendo el contenido del pergamino, casi me pierdo la cara de Dumbledore, pero al levantar la cara y ver su rostro me doy cuenta que esto no le gusta nada, creo que si no fuera porque estoy tan cerca de él no me habría dado cuenta, hay algo en su mirada, y la forma en que presionó ligeramente más fuerte el pergamino.
Ohhh no, esto es malo, realmente está molesto, por un momento siento miedo, me recuerda a mi tío Vernon, casi puedo sentir como si estuviera de vuelta en Privet Drive con un muy molesto Vernon en lugar de en un recuerdo de Dumbledore, empiezo a hiperventilar, no puedo evitarlo, más aún cuando lo veo levantar su varita, hace un movimiento rápido y de pronto todos están dormidos, mis padres, los 3 hombres en la habitación y mi yo bebé. Todos dormidos.
Estoy muy asustado, no puedo hacer nada, sólo puedo verlo mientras se acerca a mis padres y a mí, entonces levanta su varita y me apunta, empieza a cantar en latín y hacer unos movimientos complicados. Trato de prestarle atención, ver qué es lo que me está haciendo, tal vez en este momento no sepa que es, pero en cuanto salga de aquí tengo que averiguarlo. Necesito saber qué es lo que me hizo.
Realmente no me siento muy bien, pero cuando Dumbledore termina, veo que aparece nuevamente otro pergamino, me levanto para ver de qué se trata ¿En qué momento caí de rodilla? En cuanto lo leo me estremezco. Ha bloqueado todo, todas mis habilidades, el vínculo con mi alma gemela, todo bloqueado.
Mis niveles mágicos e IQ también se han reducido, me dejó con un 80 de nivel mágico y un 85 de IQ. ¡Maldito malnacido! Eso es muy por debajo incluso del promedio!!!! ¿Cómo es que he logrado aprender algo en todo este tiempo?
Necesito tranquilizarme, pero entonces Dumbledore hace aparecer otros documentos, entonces despierta a mis padres, pero estos tienen la vista perdida, igual que la mujer del primer recuerdo, mirando sin ver.
Siento un profundo escalofrío recorrer todo mi cuerpo, porque me doy cuenta que está a punto de hacerles hacer algo y ellos no lo sabrán.
- James, mi muchacho, mírame por favor -Dice Dumbledore y los ojos de mi padre lo miran, pero todavía están perdidos-. Estos son los documentos que me pediste que consiguiera por ti, hablé con un amigo mío y los redactó según tus especificaciones. Puedes leerlos y firmarlos -Dice Dumbledore sin quitar los ojos de mi padre.
- Claro Albus, gracias, ahora lo firmo -Dice mi padre, su voz es casi robótica y sin vida, siento las lágrimas correr con mi rostro por la impotencia de no poder hacer nada, Dumbledore está lastimando a mi familia justo en frente de mí, y no puedo hacer nada para protegerlos. Además, está hablado de hacerle firmar su testamento a mi padre, eso significa que está planeando que mueran. Lloro sin poder evitarlo, porque es lo único que puedo hacer en este momento, mis padres han muerto, y todo es culpa de Dumbledore, no de Voldemort, sino de Dumbledore, él lo planeo todo.
Dumbledore voltea hacia mi madre y le extiende otro pergamino.
- Lily, querida, este es tu testamento, fírmalo por favor. También lo hice redactar según lo que tu misma me pediste -Dice Dumbledore con una voz suave y convincente mientras mira a mi madre a los ojos.
- Muchas gracias Albus, ahora mismo lo firmo -Dice mi madre.
Me acerco a mis padres mientras ellos leen los documentos, parece un documento oficial de Gringotts, puedo ver que habla de nombrarlo a él mi tutor mágico, y a los Dursley mis tutores muggles, cómo toda la fortuna familiar se le entregará a Dumbledore para financiar la guerra contra Voldemort, ya ni siquiera puedo molestarme, mi mente se está quedando en blanco conforme pasa más el tiempo, y me voy dando cuenta de la magnitud de la situación.
Mis padres toman las plumas que Dumbledore les está entregando y firman, pero algo ocurre, los documentos parecen brillar por un momento, pero luego estallan en llamas justo frente a mí.
Dumbledore está furioso, camina por todos lados y luego de un rato se para y entonces hace aparecer otros documentos, por lo que puedo ver también son testamentos, tienen el mismo contenido, pero el escudo y las marcas de agua no son de Gringotts, sino del Ministerio, se los entrega a mis padres y ellos firman, los documentos empiezan a brillar, Dumbledore los mira fijamente pero poco a poco la luz desaparece y los pergaminos siguen intactos. Satisfecho, Dumbledore toma una pluma y firma ambos documentos. Los pergaminos vuelven a brillar y luego desaparecen.
Por un momento me emociono, tal vez no funcionó, pero al ver el rostro de satisfacción de Dumbledore siento que la esperanza se esfuma.
Entonces, Dumbledore se dirige hacia los hombres dormidos y con una floritura de su varita los tres hombres abren los ojos, pero tienen la mirada desenfocada. Entonces mira al hombre que tiene el pelo negro hasta los hombros y le dice:
- Sirius, recuerdo que James y Lily querían que fueras el padrino de su hijo, estuve pensando que tal vez sería mejor si hicieran una adopción por sangre. Ya sabes, en caso que algo les suceda a James y Lily, como su tercer padre, tu podrías tener más posibilidades y derechos ante cualquier otro reclamo -Le dijo Dumbledore al hombre llamado Sirius, me pregunto si hablar así también es parte del hechizo o sólo es su costumbre hablarle de ese modo a todo el mundo.
- Eso es cierto Albus, James y yo acordamos que cuando su hijo naciera lo adoptaría por sangre, después de todo James es mi hermano en todo menos en sangre así que sería genial si mi pequeño ahijado también fuera mi hijo -Dijo Sirius.
- Maravilloso mi muchacho, me alegro que ambos estén de acuerdo, ¿Qué les parece entonces si lo realizamos ahora mismo? -Instó Dumbledore ligeramente.
- Es una excelente idea Albus -Dijo mi padre-, hagámoslo ahora.
Dumbledore una vez más hizo aparecer unos pergaminos con las rúbricas de Gringotts y realizó todo el ritual, incluso me hicieron beber una poción con un poco de sangre, esta vez, el pergamino brilló, pero en lugar de quemarse desapareció.
Luego Dumbledore hizo lo mismo con los testamentos, intentó que Sirius firmara el testamento con la rúbrica de Gringotts, pero estalló en llamas. Dumbledore una vez más estaba muy enojado, pero aún así le hizo firmar los documentos del Ministerio y luego de firmarlos los documentos desaparecieron.
Una vez terminado eso, volvió a hacer dormir a mis padres y a Sirius, luego se acercó a Sirius y le susurró al oído que Voldemort estaba detrás de Harry, porque se había hecho una profecía de que yo era el único que podría vencerlo, así que Voldemort me perseguiría a todas partes, y que era muy necesario ocultar a mi familia y a mi con el encantamiento Fidelius, pero que era muy mala idea que él fuera el guardián, porque todos sabía de la gran amistad de mis padres con Sirius y sería el primero al que buscaría, por eso, era mejor que escogieran a Peter, nadie dudaría de Peter.
Sirius estuvo completamente de acuerdo con eso, dijo que esa era una gran idea y que tenía que convencer a mi padre.
Una vez más tengo los ojos llenos de lágrimas, no hay nada que decir, no hay nada que pensar, sólo puedo mirar sabiendo que no puedo salvarlos.
Luego Dumbledore se acerca al otro hombre, Remus, como lo llama Dumbledore, y lo convence de que es un peligro para mí, que si algo les llegara a pasar a mis padres o a Sirius, él no debería intentar reclamar mi custodia, porque eso sólo me causaría daño.
Y ese hombre, Remus, acepta. Dice que es muy cierto, que jamás quería lastimar a su cachorro, se ve muy triste pero resignado, como si no hubiera más verdad que esa.
Luego va donde mis padres y les dice que no deben intentar refugiarse en la mansión Potter, que ya revisó las barreras y que desde la muerte de mis abuelos se han debilitado mucho, que James no es lo suficientemente poderoso como para levantar las protecciones adecuadas. Es mejor ir a una cabaña, más pequeña y más fácil de proteger. Que él mismo ayudará a realizar el Fidelius necesario para proteger la casa.
Y una vez más, mis padres le dan toda la razón, y no hay nada más que decir. Dumbledore lo ha decidido y eso es todo lo que importa.
El tiempo pasa, y los recuerdos pasan uno tras otro, recuerdos mesclados de Tom Riddle, quien ahora sé que es Voldemort, como lo incitó poco a poco a crear esas cosas, Horcruxes, no se muy bien que son, pero lo averiguaré.
Como hizo que mis padres se casaran sin estar realmente enamorados, mi madre amaba a Snape, pero Dumbledore hizo que mi padre se obsesionara con mi madre y le hiciera la vida un infierno a Snape y como haría que los amigos de mi madre le hablaran mal de Snape hasta que mi madre se enojó porque Snape dijo algo que no debería en un momento de rabia y humillación, cómo de pronto mi madre se enamoró de mi padre, pero nadie se preguntó por qué se había enamorado tan de repente. Nadie dudó, ni preguntó nada. Sólo lo aceptaron.
Cómo acorraló a Snape y a tantos otros Slytherins como las hermanas Black, los hermanos Lestrange, Malfoy, Rosier, entre otros, movió todo de modo que el único camino que pudieron seguir fue unirse a Voldemort.
No es que sus familias no estuvieran a favor, claro, como el caso de los Malfoy, Abraxas era un Mortífago, y quería que su hijo también lo fuera, pero los Black sólo eran simpatizantes, y Voldemort no había obligado a los padres a unirse, así que los hijos tampoco tenía la obligación de unirse, pero Dumbledore le dio ideas con un rumor aquí, otro cuento por allá, y Régulus estaba colocándose la marca sin siquiera haberlo pensado bien, sólo con la esperanza de que su hermano regresara con ellos cuando supiera que el lado oscuro no estaba equivocado como Sirius pensaba.
Y lo peor, ninguno de ellos se dio cuenta nunca que Dumbledore era quien les había arruinado sus vidas, el destruyó tanto las vidas de los que estaban del lado de Voldemort, como de miembros de su propia Orden del Fénix, y nadie, nunca se dio cuenta que habían sido engañados.
Porque para ser sinceros, sólo hubo dos familias a las que el maldito se atrevió a hechizar, mis padres y los padres de Neville. Supongo que eso es porque lo que nos ha hecho era demasiado como para que sus “sugerencias” funcionaran.
Pero lo peor, lo realmente peor, no son todos esos recuerdos del pasado, sino las horas y horas de recuerdos sobre sus planes para mi vida o mejor dicho, para mi muerte.
Lo intentó todo, intentó que mis padres le cedieran el control de las cuentas, pero no funcionó, con Sirius tampoco funcionó, entonces lo intentó con Gringotts, pero casi termina sin cabeza cuando intentó obligarlos a ceder el control de las cuentas presentando los testamentos que hizo firmar a mis padres.
Pero los Goblins no aceptaron nada de eso, le dijeron que en Gringotts sólo se trabajaba con formularios y documentos aprobados por Gringotts.
Después de eso, se alió con los Weasley, no todos, claro, pero si con la Sra Weasley, Ron y Ginny, me gustaría decir que fueron engañados, pero no, no fueron engañados, Dumbledore consideró bien pagarles con el dinero de mi bóveda de confianza, maldito infeliz. Y no son los únicos a los que les ha pagado con dinero de mi cuenta, no, también les ha pagado a los Dursley, los mismos malditos Dursley que siempre dijeron que debía pagar lo que me daban por la bondad de sus corazones, a pesar de que era mi dinero el que gastaban.
Arabella Figg la supuesta niñera que sabía que era maltratado pero que nunca se atrevió a avisar a nadie, Mundungus Fletcher ese maldito ladrón bueno para nada, incluso esa chica, Tonks, al parecer es hija de Andrómeda Black, la prima de Sirius.
De todos los que están recibiendo mi dinero, los peores son los Weasley porque me están engañando, haciéndome creer que tengo una familia para que yo vaya y muera feliz por ellos, y Tonks porque aceptó seducir a este hombre, Remus, cuando Voldemort regrese y la Orden del Fénix se vuelva a formar. Aparentemente Remus es un hombre lobo, pero eso no les importa, ya que el plan es hacer que yo conozca a Remus y me encariñe con él, para que cuando él tenga un hijo con Nymphadora yo sea nombrado padrino y así lo nombre heredero de toda mi fortuna.
Y claro, después de eso, si yo estoy muerto, y él bebé también muere misteriosamente, bueno, a quién le importa, ¿Verdad? Nymphadora, como la madre del niño tendría derecho a todo.
Y claro, también está el brillante plan de respaldo, Ginny Weasley, al parecer es ella quien está petrificando a los alumnos. Dumbledore descubrió en el momento en que el baúl de Ginny ingresó al colegio que había un objeto muy oscuro, por lo que luego de una revisión “discreta” al baúl de Ginny descubrió que era el diario de Tom Riddle, mi alma gemela, o mejor conocido como Voldemort.
Jajajajajajjjajja Por las bolas de Merlín, esto es realmente de locos. Voldemort es quien mató a mis padres, pero también es mi alma gemela, un alma gemela bastante loco y que quiere verme muerto.
Ohhhh pero volviendo al tema anterior, el punto es que a Dumbledore le vale un comino que Voldemort sea mi alma gemela porque lo único que le interesa es mi dinero y mis títulos, entonces tendrá dinero para hacer todo lo que le de la gana y suficientes títulos para aprobar cualquier ley que quiera sin que nadie se lo impida.
Y como su plan A es Nymphadora, la cual, por cierto, también va a morir después de que Dumbledore encuentre la manera de obtener el derecho al dinero, su plan B es Ginny Weasley, la pequeña zorra que es, sé que es sólo una niña de 11 años, pero rayos, su madre la ha convertido en toda una putita, esa mocosa sólo piensa en chicos, en dinero, mi dinero para ser precisos, títulos, fama, viajes, amantes. Puff ni siquiera sé si entiende exactamente lo que significa tener un amante, yo mismo no lo sé más allá de una vaga idea general de escuchar a mi tía insultar a las chicas del vecindario, pero ella quiere parecer tan de mundo, tan mayor, y no es más que una niña inmadura.
Pero lo peor de todo es que incluso sabiéndolo, no hay nada que pueda hacer, Dumbledore ha colocado tantos hechizos sobre mí. Todos eso artilugios que zumban en su oficina son cosas que ha colocado sobre mí. Las supuestas protecciones sobre la casa de los Dursley y que no son más que barreras y maldiciones que me hacen débil, tonto y sumiso a los maltratos. Podrían matarme y yo no levantaría un dedo para defenderme y tampoco intentaría escapar, pero incluso si lo intentara no podría, las barreras me lo impedirían. Y si me fuera, me encontraría, es tan desquiciante, realmente siento que voy a enloquecer.
Porque entre los recuerdos de Dumbledore, había dos de dos ocasiones en las que intenté escapar. Salí de la escuela, corrí al tren y me subí. No me importaba a donde fuera, sólo quería irme. Estos no eran recuerdos de Dumbledore, sino de otro hombre, Dedalus Diggle, quien me había estado vigilando al igual que Arabella Figg. Ese hombre me siguió, pero me perdió, ambas veces, pero entonces llamó a Dumbledore y Dumbledore me encontró y me trajo de regreso con los Dursley, luego me dejó inconsciente y me borró la memoria.
Así que ahora sé toda la verdad, pero no tengo ningún lugar a donde ir, si no quiero hacer algo él me obligará, si me quiero ir me traerá de vuelta. No tengo salida, incluso si quiere matarme no puedo hacer nada para evitarlo.
De pronto, salgo de mis lúgubres pensamientos cuando por fin la vasija me expulsa de vuelta a la oficina de Dumbledore.
Ahí está la mascota de Dumbledore, miro a mi alrededor, pero sigue tan vacío como cuando llegué, no hay señal de que hubiera venido Dumbledore o McGonagall. Miro hacia los retratos, pero la mayoría se han ido, sólo queda uno, Phineas Nigellus Black. Él me mira fijamente, no puedo interpretar esa mirada, no se si es molestia, o lástima, sólo me mira fijamente.
Entonces suspira y dice:
- Así que lo viste todo, me alegro, al final del día eres un Black. No te preocupes por los otros retratos, no te vieron cuando llegaste, Dumbledore los durmió porque estaba viendo sus recuerdos cuando llegó esa carta de la ICW, yo estaba convenientemente ausente, así que cuando volví y lo vi con sus recuerdos, fingí dormir, cuando llegó la carta olvidó despertarlos.
- Entonces, ¿Cómo es que ya no están? -Le pregunto, no sé cómo sentirme con todo esto, creo que estoy más en piloto automático que realmente pensando en algo.
- Eso es porque vino McGonagall y quitó el hechizo, preguntó por ti, pero le dije que habías esperado a Dumbledore mucho tiempo y que como no vino habías ido a hacer tus tareas -Dijo el director Black. Se nota que no les cae bien ni Dumbledore ni McGonagall. No es que pueda culparlo, a mí tampoco me gustan, ahora menos que nunca.
- Te recomiendo que pienses en lo que quieres hacer y te lleves esos recuerdos y a Fawkes, el fénix ahora es tuyo. Tienes que marcharte antes de que Dumbledore regrese. En cuanto él sepa que estuviste aquí, te buscará y te borrará los recuerdos otra vez.
- No tengo como escapar -Le digo, las lágrimas parece que quieren salir de mis ojos nuevamente, pero lo evito-. Ha puesto hechizos sobre mí y los ha atado a cada una de esas baratijas -Le aviso, señalando a la mesa donde están zumbando las chucherías.
- Entonces te sugiero que las metas en una bolsa y te los lleves a un lugar donde puedas destruirlos sin llamar la atención -Me dije Phineas Black, mirándome como si fuera idiota. Tal vez realmente lo sea, porque a pesar de saber que los hechizos están atados a esas chucherías, no se me había ocurrido destruirlos.
- Gracias, lo haré -Le digo, entonces me acerco a mi mochila, la abro y meto todos los objetos dentro de mi mochila. Luego me dirijo al armario y le pregunto al director cómo debo guardar los recuerdos, luego de que me indica lo que debo hacer, lanzo el hechizo y todos los recuerdos de la vasija regresan a sus respectivos frascos, los cuales ahora puedo ver que estaban alineados en la división sobre donde se encontraba la vasija. Al terminar de guardar los frascos de recuerdos en mi mochila tomé a Fawkes, como lo llamó el director Black e intento irme, sin embargo, el antiguo director vuelve a hablarme.
- Una última cosa. Necesitarás ayuda, así que te aconsejo que llames a Kreacher, es un elfo doméstico de la familia Black, está un poco loco, pero te ayudará porque eres un Black. Tiene la obligación de responder a tu llamada y ayudarte con lo que le pidas.
Lo miro por un momento, sinceramente mi mente ya no está aquí, por lo que no sé qué más puedo decirle. Así que sólo asiento con la cabeza y salgo de la oficina. Esta vez nadie me detiene.
Apenas pongo un pie sobre la escalera de caracol esta empieza a moverse, llevándome nuevamente a la entrada custodiada por la gárgola. No necesito hacer nada esta vez ya que la pared se abre lentamente al tiempo que la gárgola se mueve a un lado para dejarme salir.
Una vez afuera empiezo a caminar por los pasillos, pero cuando veo el tapiz de Barnabas el chiflado intentando hacer bailar balet a los trolls, me doy cuenta que realmente no sé a dónde ir, estoy parado justo frente al ridículo tapiz mientras miro a Fawkes, un fénix dijo el director, lo acaricio lentamente pero estoy tan perdido que ni siquiera puedo moverme. Entonces, decido llamar a Kreacher, tal vez él pueda ayudarme.
- Kreacher -Llamo y espero. unos segundos después aparece un elfo doméstico bastante viejo, murmura cosas sobre sangres sucias y mestizos ensuciando el noble nombre de su maravillosa familia Black. Supongo que el Director Black tenía razón después de todo en su apreciación de que el elfo estaba un poco loco, en fin, tampoco tengo mucho que pueda hacer en este momento, así que decido arriesgarme y pedirle ayuda-. Kreacher, soy Harry Potter Black, hijo por adopción de sangre de Sirius Black, el director Phineas Black dijo que tú podrías ayudarme. Dime, ¿Puedes hacerlo?
Kreacher me mira fijamente, como considerando si le estoy diciendo la verdad, al final, pregunta:
- ¿El Maestro Phineas Black le dijo que yo podría ayudarlo? -Pregunta, como si todavía no pudiera creerlo.
- Sí -Le digo-. Acabo de conocer a su retrato, el que está en la oficina de Dumbledore, dijo que te llamara si necesito ayuda y que tú me ayudarás.
- Kreacher puede hacerlo, ¿En qué necesita el pequeño heredero Black que lo ayude? -Dice Kreacher, ahora sí convencido de no le estoy mintiendo.
- Voy a tener que escapar del colegio, pero en este momento no tengo muy claro lo que tengo que hacer, o cómo debería hacerlo. Por el momento, necesito que lleves estos frascos a un lugar seguro, donde nadie más que tu y yo podamos acceder a ellos -Le digo mirándolo directamente a los ojos, para que pueda ver que lo estoy diciendo en serio, y comprenda lo importante que es eso-. También necesito que lleves a Fawkes contigo y lo cuides. Si necesitas dinero puedes tomar dinero de mi bóveda de confianza. ¿Dónde vives? -Le pregunto, porque no sé si se estará quedando con los Malfoy o con alguien más.
- Vivo en la casa de mi ama, Lady Black -Responde Kreacker, como si fuera lo más obvio.
- ¿Ella no se enojará de que me obedezcas? -Le pregunto, después de todo, no se qué habrá sido de los padres de Sirius todavía.
- Ella no se molestará si le digo que el maestro Phineas Black le avisó a usted -Me dice Kreacher, luego parece darse cuenta de algo, porque dice-. Ella falleció hace 6 años, pero su retrato está colgado de la casa de la familia Black.
Lo pienso y le pregunto:
- ¿Vives solo en una casa sólo acompañado por el retrato de tu antigua Ama? -Estoy realmente sorprendido de que no se quede con los Malfoy, por lo que le pregunto-. ¿Por qué no vives con los Malfoy? ¿Quién se encarga de tus gastos, o los gastos de la casa?
- Kreacher se encarga de todo -Dice, sonando ofendido, así que mejor cambio en enfoque.
- Sí, claro que tu te encargas, pero necesitas dinero para comprar comida, y necesitas comprar un uniforme que vaya acorde con el nombre de la familia Black. Quiero que te alimentes bien, y que uses ropa limpia, toma dinero de mi bóveda si lo necesitas -Le digo seriamente. Después de todo, todos parecen interesados en mi dinero, al menos debería gastarlo en aquellos que son importantes para mí, y mis elfos domésticos obviamente son importantes para mí. Pensando en esto último añado-. No tengo información sobre mis propiedades o derechos, pero quiero que vayas a Gringotts y averigües con los goblins cuantos elfos tengo ligados a mi familia si es que los tengo, claro y que tú te encargues de ellos. Puedo ver que eres un elfo doméstico bastante capaz y podrás ser el jefe de los elfos. Si no tengo elfos ligados a mi familia, entonces busca elfos domésticos que hayan sido liberados y que estén buscando familia. Estoy completamente seguro de que tu podrás encargarte de todo eso. Todos deberán tener lugares limpios y espaciosos para dormir, ropa limpia para vestir y suficiente comida para comer. No me opongo a que trabajen, pero también quiero que descansen bien, ¿De acuerdo? -Le digo mirándolo seriamente.
- Sí Maestro Harry Black, señor -Me dice, puedo ver que me tiene más respeto que hace unos momentos, y por alguna razón ya no está murmurando insultos.
- Bien, entonces ten, lleva a Fawkes contigo y cuídalo bien, por favor. En cuanto pueda te llamaré para avisarte a donde iré. Primero necesito resolver algunas cosas -Le comunico.
- Si Maestro Harry Black, señor. Esperaré hasta que me llame y cuidaré bien de su familiar -Dice tomando a Fawkes de mis manos y marchándose con los frascos de recuerdos y el pequeño Fénix.
Una vez que se ha marchado me doy la vuelta para ir hacia mi Sala Común, pero luego de unos pasos me detengo y regreso, porque realmente no quiero ir a la Sala Común, seguro todos ya sabrán lo que ocurrió con Justin y Nick Casi Decapitado, y además no quiero encontrarme con Ginny o Ron. Entonces decido ir a la biblioteca, pero inmediatamente recuerdo lo ocurrido con los Hufflepuff y frustrado me paso las manos por el pelo y me doy nuevamente la vuelta para ir a la Sala Común, iré y me dormiré en mi habitación.
Empiezo a alejarme, pero entonces ocurren dos cosas, la primera es que justo donde estaba el tapiz de Barnabas el Chiflado, ahora hay una puerta, estoy completamente seguro que no había una puerta ahí, pero ahora sí lo hay, y lo segundo es que choco de frente con Ginny Weasley, definitivamente hoy ha sido el peor día de mi vida, cada vez que choco con alguien algo pasa, quisiera que el día termine de una buena vez. Ginny deja caer sus libros al piso, me mira y se sonroja, siento que voy a vomitar, por milésima vez en el día, así que mejor alejo mi vista de la chica y me agacho a levantar los libros que dejó caer.
Entonces veo algo que me deja paralizado por un minuto, ahí, justo entre los libros de Ginny, hay un pequeño libro negro que se encuentra abierto, le ha caído tinta encima, pero la tinta parece estar absorbiéndose en sus propias páginas, sin dejar rastros de que en algún momento se haya manchado. Sin embargo, no es esto lo que me deja más sorprendido, sino el nombre que está en la primera página. Dice “T. M. Riddle”, ¡NO PUEDO CREERLO!
Escucho la chillona voz de Ginny decir “Gracias por ayudarme Harry, y disculpa, no fue mi intención chocar contigo”, sí claro, no fue su intención, como si me importara si fue o no su intención. Sólo la quiero bien lejos de mí, eso es todo lo que quiero. Sin embargo, discretamente dejo la pequeña libreta debajo de todos los libros de Ginny y finjo indiferencia, me levanto con los libros en mis manos y mientras sostengo con la izquierda la libreta negra, con la derecha sostengo los libros restantes y mirándola a los ojos para evitar que desvíe su mirada hacia mis manos, le digo “Claro Ginny, no hay problemas, ten, aquí tienes tus libros. Será mejor que regreses a la Sala Común”. Deslizo mi mano sutilmente hacia uno de mis costados, para que quede oculto de su visión debido a mi postura, sin tener que hacer algo obvio como llevar mi mano a mi espalda.
Ella me mira con sus ojos brillando de emoción, ajjjj juro que se me estremece la piel al ver la forma en que me mira, pero no digo nada. Ella toma sus libros, me agradece y se va hacia la Sala Común. Entonces, luego de verificar que no vaya a regresar me dirijo hacia la puerta que se acaba de materializar justo frente a mí, levanto mi varita, por si acaso, y con la otra abro la puerta, listo para hechizar al primero que se me cruce si alguien intenta atacarme. Pero me sorprendo al descubrir que lo que hay dentro es una habitación completamente vacía. Y quiero decir, reamente vacía, parece un aula abandonada.
Entro y cierro la puerta, la aseguro por dentro para evitar que alguien entre y luego me deslizo por la puerta hasta quedar sentado en el piso. Mi mochila choca con el suelo al asentarlo y vuelvo a ser consciente del ruido que hacen las baratijas de Dumbledore. Abro mi mochila y las miro, por un momento sólo las miro y entonces una furia profunda se abre espacio dentro de mí y empiezo a tomarlas una por una mientras las tiro, me pongo en pie nuevamente al tiempo que continúo sacando chuchería tras chuchería y tirándolas contra las paredes, cuando por fin se han acabado todas las chucherías tomo mi mochila y la golpeo una y otra vez contra las paredes, quiero sacar toda esta rabia e impotencia que tengo dentro de mí.
Ni siquiera me doy cuenta que estoy llorando y gritando a todo pulmón, no me doy cuenta hasta que me quedo sin fuerzas, mi mochila está completamente destrozada, los libros que tenía dentro también, no queda nada, todo destrozado, libros, plumas, pergaminos, las chucherías de Dumbledore, todo se ha ido, sólo queda un montón de cosas rotas en el piso.
Todavía sido llorando, ahora me doy cuenta que he estado llorando porque puedo sentir la humedad en mi rostro, y el dolor en mi garganta a causa de todos los gritos que he lanzado.
Estoy tan cansado, miro hacia el piso y veo que no todo está destruido, ahí está la libreta con el nombre T. M. Riddle, me agacho y la recojo, pero no tengo interés en revisarla realmente, entonces miro a mi alrededor y todas las cosas destrozadas han desaparecido, en su lugar hay una chimenea y un sillón frente a la misma. “Cómodo” escucho una voz que dice en mi cabeza.
Sin pensarlo camino lentamente hasta llegar al sillón, me siento, coloco el diario a mi lado en el sillón, abrazo mis piernas y me pongo a llorar mientras apoyo mi cabeza sobre mis rodillas dobladas.
Todos los recuerdos que vi en la vasija de Dumbledore giran una y otra vez en mi mente cansada, parece que mi mente ya no es capaz de razonar absolutamente nada, porque lo único que puedo hacer es llorar, mirar la chimenea y recordar una y otra vez todos esos recuerdos macabros. El tiempo va pasando y poco a poco mi mente se va adormeciendo, al igual que mi cuerpo y cuando el sillón se convierte en una cama mi mente ya está demasiado lejos para procesarlo, solo siento cómo mi cuerpo se desliza y luego la suavidad y calidez de las sábanas, siento que abrazo algo suave y cálido, al tiempo que siento el calor de las mantas cubrirme, no se porqué me siento así, pero no me importa. En lugar de eso siento la oscuridad del sueño atraerme a sus brazos y lo permito, dejo mis pensamientos vagar y la inconciencia por fin se apodera de mi mente.