
Capítulo 5.
Capítulo 5.
No es lo que te pasa lo que determina lo lejos que llegarás en la vida; es la forma de manejar lo que te pasa.
Zig Ziglar
Esa noche en Privet Drive n.° 4, Little Whinging, el niño fue recibido por la expresión de su tío Vernon muy contento, escuchaba hablar de festejar y comer en un restaurante con su tía Petunia y su primo Dudley, incluso lo dejo comer comida para la cena a pesar que solo fue pan duro y queso, lo cual fue una sorpresa ya que no pudo terminar de limpiar el sótano de la casa, su tío ultima mente había estado actuando raro, mirando al niño pensativo paro luego gritar y empujarlo en su armario. El niño en ese momento sintió una aprensión en su pecho, mas no se quejó, pues su estómago se llenó por primera vez en mucho tiempo, es más logro agarra y esconder un segundo pan que con suerte no se pondría mohoso tan fácilmente, temiendo que su tío y su tía cambiaran de opinión el chico corrió rápido y se encerró en su habitación, la pequeña alacena estaba oscura y rodeada de telarañas, pero el niño no le importaba, hacía mucho tiempo que este lugar se había convertido en su lugar seguro lejos de sus tíos y primo.
El pequeño trato de escuchar la posible razón de porque su tío estaba tan feliz, sin embargo este solo seguía insistiendo que era una sorpresa para su tía Petunia, y que pronto todo lo que habían deseado se haria realidad, que había logrado cerrar un gran trato, y le prometía a Dudley que lo llevaría a la heladería la próxima semana, al final decidió irse a dormir con suerte su tío seguiría de buen humor para mañana y podría desayunar.
A la mañana siguiente el niño se despertó por los gritos de su tía Petunia, se levantó cuidando de no golpearse y no ensuciarse con la botella de orine que estaba al lado de la cama, su tía se negaba a dejar que monstruos como él caminaran por la noche ensuciando toda su casa, con una mueca salió del armario y camino directamente al baño de la planta de arriba de la casa.
- Diez minutos en el baño, no más- gruño tía petunia, el chico suspiro y aprovecho rápidamente la oportunidad cuando vio que su tía salía, lo primero que hizo fue vaciar la botella de orina en el inodoro, el olor era insoportable y si la seguía dejando en su habitación era probable que no tuviera donde orinar si se despertaba, luego de vaciarla procedió a lavarla tomando un poco del champú, ya que monstruos como él no se le permitía lavar incluso su ropa, razón por la cual las personas siempre lo veían con asco, luego de ello se bañó con agua fría lo más rápido que pudo, mientras escuchaba gritar el desperdicio de espacio que era y que saliera.
- Voy tía petunia- dijo cuándo, su tía abrió la puerta del baño y lo saco a empujones, tratando de no golpearse con ninguna pared, fue directo a su habitación y se puso la vieja ropa de su primo y luego comenzó a ir a ayudar a su tía a hacer el desayuno.
- Hoy harás el jardín y luego limpiaras toda la casa- empezó a decir tía Petunia.
- Si tía- dijo el niño con voz apagada
-Lo siento querida pero necesito el monstruo para hoy, debo llevarlo para ya sabes- dice el tío Vernon mientras miraba con disgusto apenas velado al niño.
-Por supuesto querido, lo había olvidado- dice con voz melosa la tía petunia, el niño trago saliva preocupado porque lo quería el tío Vernon, pero supuso que era otra de esas visitas donde le ponían la mejor ropa de Dudley y lo llevaban a hablar con los amables señores que trabajan en banco, siempre le gustaba ir porque le daban esos caramelos dulces.
A pesar de lo que muchos dirían Tony no era estúpido, tomar la custodia de un niño sería muy difícil si no tuviera los contactos o en tal caso, si el niño en cuestión fuera por lo menos deseado, o estuvieran con personas decentes, Harry James Potter no era un niño deseado y no estaba con personas decentes, el tío del niño era un gordo con bigote parecido a una morsa que odiaba al niño.
Cerrar el trato fue lo más fácil de su vida, una llamada una reunión y la firma de papeles y él era el nuevo tutor de un tal Harry James Potter, su tío estaba demasiado emocionado por recibir el dinero y deshacer del niño, ni siquiera le importo comprobar si la historia de que era amigo de la madre del niño era verdad, al principio estallo gritando sobre monstruos, pero luego de confirmar que no era como ellos, el idiota firmo y prometió traer el niño el siguiente día, junto con la firma de su tía, ni siquiera pregunto porque se presentó como el Sr Thompson cuando el documento decía que quien lo adoptaba era Anthony Edward Stark, quiso bufar, no sabía cómo podía existir personas tan repugnantes.
Con disgusto Tony bajo del auto y observo de manera poco impresionado el centro comercial, donde se reunirían con el Señor Dursley, hacerlo de esta manera no era lo más ético, pero siempre se consideró una persona pragmática y si no quería llamar la atención tendría primero que tomar el niño luego enterrar toda la información que pudiera, y después con suerte hacer imposible poder quitarle la custodia.
- Escucha chico- masticó las palabras como si se contuviera de gritar- este respetado señor a pagado.. digo ha venido por ti, lo escucharas y te iras estamos claros- dijo Vernon Dursley, mientras le sonreía a Tony quien caminaba hacia donde ellos se encontraba.
- Hola pequeño soy el señor Thompson- me presente y trate de mantener la voz más amable que pude mientras transmitía evaluación, podía entender porque la muerte decía que no debía matarlos, el niño obviamente estaba aterrado y no lo culpaba, si fuera un asqueroso que le gustaban los niños, Vernon no le hubiera importado menos, solo que le pagaran, no sabía cómo había sacado al niño no creía que su tía incluso por el dinero lo hubiera permitido o por lo menos eso quería creer, las mujeres siempre han tenido ese sentido de madre, o es un monstro como la morsa, pero esto es mejor, más fácil para mí.
- Hola- dijo apenas mientras miraba al suelo, los atuendos que tenía apenas se podría considerar ropa, era tela grande y vieja, pero no importaba por suerte Tony era lo suficientemente rico para comprar ropas y juguetes.
- Fue un placer hacer negocios con usted señor Thompson- dijo con voz meloso Vernon, obviamente muy apurada con irse, por supuesto no quería que Tony se arrepintiera del trato, con una sonrisa la morsa hizo entrega de los documentos de custodia.
Tony se obligó a sonreír mientras respondía-igual- y observo partir al hombre, y en cuestión de segundos el pequeño empezó a llorar en silencio, para gran sorpresa de Tony este no grito, lo que habla mucho de la relación que tenía con el hombre.
- Vamos Harry ¿Qué pasa tienes hambre? ¿sueño?- pregunto Tony tratando de obviar el hecho que probablemente esta aterrado por el- vamos no soy tan malo, no te lastimare lo prometo- dijo mientras se ponía de puntillas frente a él, no quería que nadie sospechara nada.
- ¿Quién es Harry?- pregunto entre sollozos alzando su cabeza para encontrarse con la mirada preocupada de Tony.
- Tú, tu nombre es Harry James Potter pronto Stark cuando termine los papeles de adopción - dijo Tony temiendo que alguien lo escuchara, si bien aún su apellido no es tan conocido como en el futuro aún tenía algo de peso.
- Yo tengo un nombre- su incredulidad hizo que la sangre en Tony hirviera, solo su promesa y que podía poner en peligro a Harry evitaba que destrozara a los Dursley.
- Si y pronto tendrás un nuevo apellido- dijo tratando de esconder su rabia.
- ¿otro?- ladeo la cabeza por suerte ya no lloraba.
- Si Harry James Potter-Stark, serás mi hijo- dijo Tony divirtiéndose, en la forma en que los ojos del niño se abrían con ilusión y sorpresa.
- ¿tu? Quieres ser mi papa- su voz temblaba, por la incredulidad, lo que solo reforzó la creencia de Tony de que el niño había sido maltratado.
- Si, y tú vas a ser mi hijo y mi heredero, así que Harry ya sé que es algo tarde pero que te parece si vamos a desayunar- invito Tony ofreciéndole la mano, Harry miro con nerviosismo el gesto, pero con la promesa de comida no se arriesgó y acepto la mano del extraño, quien lo agarro con suma delicadeza, para sorpresa del niño.
A pasos lentos camino con el pequeño niño hasta un pequeño restaurante, sabía que lo que debería hacer es salir rápido de allí, pero lo primero siempre debería ser Harry y si no lo calmaba podría querer huir, así que demostrar que no tenía malas intenciones era el primer paso, que mejor manera que con comida.
- ¿Qué quieres ojos verdes?- pregunto Tony mientras tomaba la carta, el niño lo miro con incredulidad en sus pequeño rostro, jugando con su camisa demasiado grande, claro signo de nerviosismo, Tony no pudo evitar suspirar, dándose cuenta de que a Harry no se había sentado como él lo hizo, así que lo tomo en brazos escuchando chillar con sorpresa, y luego lo coloco a su lado en la silla de la mesa.
- Yo, Sr Tompson- Harry parecía luchar con las palabras, como si pensara que esto era una especie de gran prueba, que esperaba fallar, Tony no pudo evitar reconocer esa mirada era una de las tantas que vio en la televisión en sí mismo cuando Howard lo obligaba a pararse en frente de la prensa, así que Tony pidió por los dos.
- Quiero dos huevos revueltos con bacon, champiñones, tomates y tostadas- pidió al camarero- o y dos jugos de naranja- solicito Tony, para luego volver su atención a Harry.
- Primero llámame Tony, ojos verdes- dijo con incomodidad Tony, mientras veía al pequeño- Esto es muy incómodo, no sé qué decir para que…
- ¿Conociste a mis padres?- soltó Harry para luego taparse la boca con rapidez, parecía aterrado como si hubiera cometido un error imperdonable.
- No directamente, pero se quiénes eran, James Potter y Lily Potter- dijo con cuidado la mentira salió fácil o bueno una media mentira.
- ¿Porque vienes a mí?- dijo dudoso como si temiera ser castigado por algo, pero muy curioso.
- Alguien me pidió que te cuidara, yo prometí que haria así que..
- ¡pero no estabas!- grito llamando un poco la atención
- Harry yo no sabía de ti hasta hace poco, es, no quiero mentirte- más de lo que ya ha hecho pensó Tony- las cosas son complicadas, no sé cómo explicar las razones por la que no tuve tu custodia o porque te estoy adoptando ahora, solo te pido que me des una oportunidad, si- dijo Tony mientras miraba al niño, como decirle que la muerte le pidió que lo protegiera, el aún no lo creía.
- Yo ¿es porque eres un borracho?, como mi padre- pregunto Harry de manera inocente, y Tony no pudo evitar tragar saliva, mientras pensaba en su pasado o mejor dicho su yo actual.
- Si bebo, pero te juro que lo deje- dijo con voz temblorosa- si no volver a beber es lo que necesito para tener tu custodia, con gusto nunca volveré hacerlo- prometió Tony ya lo había hecho una vez por Morgan, podía hacerlo por Harry.
- Bien- dijo – no puede ser peor que los Dursley- su voz era un susurro lo que le provocó un escalofrió a Tony, cuando llego la comida comenzó a comer con Harry, quien almorzaba con placer en su rostro, Tony sabía que esta conversación no había acabado, que necesitaba un psicólogo para el niño, era demasiado maduro, y quien acepta tan fácil a un adulto pero desconfía de todo lo demás, Tony sabía que lo más probable es que el niño estuviera acostumbrado a sobrellevar las cosas por sí mismo, sería difícil pero Tony tenía Tiempo.
En alguna parte oscura del universo donde la realidad se divide, expande y se compone, el Destino soltó un chillido con furia observando como su telar se destruía. En ese momento la Madre Magia se rio encantada, sintiéndose más fuerte a medida que los hilos que se habían cortados se unían, el futuro estaba cambiando muy lentamente.
El Tiempo suspiro divertido mientras observa a los diferentes seres reunidos, con un destello se escondió del desastre que estaba por suceder él no iba a ser culpado por esto pensó, la Muerte vibró con anticipación, pronto todos los jugadores estarían en sus posiciones, pronto muy pronto se dijo así mismo el ser, sus ojos encontrándose con Caos, quien adquirió una mirada sedienta, lleno de malicia, sus expectativas habían estado en Asgard, donde siempre el príncipe menor era arrastrado por el mayor a su próxima aventura desatando caos a cada paso, sin embargo esto se había vuelto muy repetitivo, lo que lo hacía aburrido, tal vez era hora de que él también interviniera, los mortales estaban mostrando ser más entretenido que los mismos dioses, quizás debería elegir una nueva representación de caos, pensó mientras su mirada se posaba en una de las prisiones más protegidas del mundo mágico, ASKABAN.
-Él lo hará- comento Muerte a Caos, mientras su mano se posaba sobre su hombro, un susurro de promesas oscuras, en un baile para destruir a sus enemigos, un baile para eliminar aquellos que los han subestimado, jugando y metiéndose con sus dominios, un baile para desatar Muerte y Caos contra un titán y el Destino.
Año 1984
Tony Stark 24 años
Harry Potter 4 años