Segundas oportunidades

Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. La posición neutral ayuda siempre al opresor nunca a la víctima. El silencio estimula al verdugo, no al que sufre.

Elie Wielsen

-Nuevo día, nuevos planes- se queja Tony mientras abre los ojos, la vergüenza lo cubre mientras recuerda como ha estado encerrado en su habitación por tres días enteros luego de la charla con JARVIS, tal vez algo cambio realmente cuando volvió a la vida, ya que nunca había podido quedarse quieto o lejos del laboratorio por mucho tiempo.

- Buenos días Señor, quiero informarle que tiene una llamada perdida de la Sr Potts, además que le he reservado un vuelo para ir a Inglaterra, le recomiendo leer la información que solicito sobre el joven Señor- informo de manera práctica J.

Tony se queda un momento en blanco, mientras varios sentimientos se arremolina dentro de su interior, por un momento considera hablar con Pepper, la joven y hermosa Pepper pero cuando más lo piensa, más se siente amargo por saber cómo termino su relación, ella le dijo que descansara y él lo hizo, y al final sus hijos sufrieron por ello, sabe que no es culpa de ella, que es suya por no ser más fuerte, pero a pesar de ello no puede evitar cuestionar su relación donde ella solo se resintió por quien era, no pensaba hacerlo esta vez, con suerte sería una amiga, o tal vez una gran compañera de trabajo, pero nunca más una pareja.

-pásame los datos del pequeño- digo mientras me dirijo al laboratorio, Dum-E lo recibe emocionado, y Tony no puede evitar sonreír por ello por un momento piensa si está listo para esto, pero él lo prometió y si hay algo que hacia Tony Stark es siempre tratar de cumplir sus promesas.

Ya en el laboratorio, se sienta y observa en la pantalla, donde  sale los datos recaudados por Jarvis y no puede evitar que su sangre se enfrié, Harry Potter es extremadamente pequeño y flaco si no fuera por la fecha que decía que tiene 4 años jamás lo creería, el niño parece de 3 o 2 años, aunque tal vez sus padres eran pequeños, si no fuera por su ropa más grande y esa mirada que posee, esa misma mirada que tenía él cuándo Howard llegaba borracho a casa y entraba a su habitación, no pensaría que hay nada mal con el niño.

Se detuve y considero sus propios pensamientos, era eso o era su propia paranoia hablando, pero recuerda lo que dijo la muerte “No los mates hasta que Harry cumpla once años” tragando saliva se llevó las manos a la cara y se quedó pensativo, antes de levantarse y tomar una decisión, había considerado atrasar un poco más las cosas tal vez después de comprar y amueblar la habitación del niño, pero todo en el gritaba que fuera por él, el padre en Tony simplemente sabía que había algo mal, que debía apurarse, que su hijo lo necesitaba, aun no conocía a Harry pero ya sabía que era suyo y como todo lo que le pertenece lo protegería.

-Para cuando planeaste el vuelo J- dijo Tony mientras se movía rápidamente para regresar a su habitación y vestirse.

-Puede salir ahora si lo desea Señor, aparte el avión solo para usted- informa la IA, sin entender del todo la agitación de su creador, por un momento reconsidero las cosas, aún no había instalado el reactor de arco, aún faltaba tantas cosas por hacer, no había tratado con Stane, el hombre podría ser peligroso, pero si Harry estaba en peligro si él estaba siendo maltratado, bueno no podía esperar más.

-Tenemos una propiedad en Inglaterra J- pregunto Tony mientras pensaba en el papeleo para arreglar las cosas, lo mejor sería adoptar al niño en suelo Europeo y luego conseguir la nacionalidad EEUU de esa manera estaría más protegido y cuándo empezará a modernizar Stark industria con vanguardia para Tecnología para el hogar, energía sustentable, instrumentos médicos con suerte nano-tecnológicos y de protección, los países Europeos estarán encantados de proteger sus intereses.

-Si señor lo compre cuando menciono que el joven señor se encontraba Privet Drive n.° 4, Little Whinging- Dijo la IA con descaro, sacando una sonrisa de su creador.

-Llama a Happy y dile…

-El señor Hogan se encuentra actualmente en el estacionamiento señor- dice Jarvis con voz petulante.

-EL descaro J, bien- dice Tony mientras se dirige hacia donde sabe que estará Happy, este eleva una ceja ante su ropa un traje Zara, que lo hacía ver menos como un playboy payaso, la ropa de los 80 no era algo que le gustaba o bueno ahora no le gustaba, saber cómo se viste en el futuro y ver lo que vestía en el pasado, bueno basta decir que a Tony le da demasiada vergüenza, por suerte gracias a cualquier deidad que Happy no pregunto por ello, después de todo a esta edad siempre prefería la ropa bulliciosa solo para tratar de dar una apariencia de fiestero y divertida.

-A ¿Dónde señor?- dice rígidamente Happy y es en ese momento que recuerdo que lo vomite probablemente cuando me trajo a casa, el tic en el ojo me dice que espera que le pide que me lleve a uno de mis jates para una fiesta o una mansión de mis “amigos”

-Al aeropuerto Happy- digo y me distraigo en el teléfono que parece más a un bloque de hierro que un teléfono, no puede ser y me recuerdo que estoy en la edad de piedra, maldita sea en vez de deprimirse, Tony admite por lo menos para a sí mismo, que tal vez debió gastar el tiempo en mejorar la tecnología amenos la del, después de conseguir a Harry definitivamente necesitara hacer un atracón en el laboratorio.

-Y tal vez conseguir una niñera- dejo escapar mientras suspiraba, hizo una señal a Happy para que siguiera conduciendo, quien lo miro raro por un momento y luego volvió a concentrarse en el camino.

El chico limpiaba el jardín de su tía Petunia, su estómago sonaba ruidosamente pero se negaba a llorar, los monstruos como él no tenían ese derecho, el chico como era llamado, tenía cuatro años y vivía en el armario debajo de las escaleras, él se consideraba un niño inteligente ya que podía aprender muy rápido hacer los deberes del hogar, y se las había ingeniado para poder tomar comida cuando su tío Vernon no veía, lo cual era un gran logro en sí mismo, ya que su tío era gordo y nunca dejaba nada cuando comía.

El pequeño era un alborotador para los vecinos, un delincuente si les preguntabas a sus tíos, pero la verdad, era que el niño era tranquilo y muy propenso a los accidentes, culpa de sus tíos y primo, el chico siempre se sentía solo y triste, simplemente deseaba que un familiar o alguien lo sacara de los horribles Dursley, su primo Dudley era el peor este era un matón para todos, un niño gordo y malcriado que detestaba al niño que vivía con él, tal vez por la actitud de sus padres, este siempre hacia que el pequeño trabajara hasta altas horas de la noche, ya que el venia y destrozaba el arduo trabajo que hacía o simplemente lloraba y mentía sobre el chico, un ejemplo de eso fue esa soleada mañana, cuando el mocoso malcriado observo al niño más joven remover las hierbas.

- El monstruo no está limpiando- chillo su primo con voz burlona, la mentira salío del niño mientras señalaba al pequeño, la mujer con el cuello como un caballo resoplo ruidosamente por la casa, mientras caminaba con decisión al jardín.

- Pequeño monstruo mal agradecido, mira todo lo que hacemos por ti y no haces nada bien, te quedaras sin almuerzo y si veo que estas vagueando tampoco tendrás cena- gruño la mujer – vamos Dudu que tal una merienda- dijo con voz cariñosa a su hijo mientras ignoraba al chico más pequeño, aun cuando sabía que su hijo los más probable estuviera mintiendo.

El chico sofoco un pequeño sollozo, de nada servía llorar solo haría que lo castigaran más, con esos en mente se puso trabajar con más fuerza, mientras negaba los pensamientos de tener una familia, él ya era grande, él no lo necesitaba, se dijo así mismo el niño, mientras jalaba la mala yerba del jardín, sus manos estaban llenas de tierra y el sol lo golpeaba con fuerza, pequeñas gotitas de sudor se resbalaron de su frente pero eso no lo detuvo de completar el trabajo que tenía por hacer, solo cuando estuvo a punto de terminar se permitió dar un respiro, un escalofrió le recorrió la espalda, una risa divertida sonó en su oído, el niño pequeño curioso se levantó y miro a su alrededor pero no había nadie, el niño se sintió expectante algo sucedería pronto, pensó, mas no sabía si era bueno o no.

   Año 1984

Tony Stark 24 años

El chico  4 años