La serpiente de dos cabezas

Harry Potter - J. K. Rowling
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La serpiente de dos cabezas
Summary
Lily Joy Evans no era la única bruja de la familia EvansCuatro años antes Petunia Vivianne Evans recibió su carta de Hogwarts en sorpresa y alegría para sus padres, una prueba que tenia magia.Petunia desde el primer momento estudio y panorama, sabiendo que debía poder involucrase por completo dentro de la sociedad y tradiciones de las Vías Antiguas,a demás, debía estar preparada para guiar a Lily cuando ella llegará a Hogwarts.(Prácticamente este es un What if...? si Petunia también hubiese sido una bruja)
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Capítulo 19

Bellatrix sonrió cuando vio a Judith caminar hasta él jardín, con una maceta negra, que tenia un listón dorado y un tulipán blanco.

Su amiga tenía el cabello recogido apretado y usaba un pequeño tocado con encaje azul que combinaba con su vestido y guantes.

—Oh Bella — Judith y ella se saludaron de lado con un beso en la mejilla — Lamento la demora. Tuve un asunto familiar que resolver.

Por el tono de voz presentía que era una nueva pelea entre sus padres divorciados, otra vez.

—Con tu voz adivino todo — contestó Bellatrix — ¿Y eso?

—Un regalo para la feliz pareja — sonrió Judith — Gregory, el novio florista de mi mami me sugirió que una flor sería un gran regalo. ¿Y los tórtolos de azúcar?

Bellatrix torció la mirada y miró directo hacia una de las mesas donde Andy y Ted estaban tomados de las manos y hablando con Lord Malfoy.

—¿Y nuestra Kelly? — preguntó. Bella aun no entendía porque Judith siempre se refería a Petunia como esta Kelly.

¿Era modelo o actriz?

Bellatrix señaló hasta cerca de la fuente. Petunia estaba sentada al borde la fuente con una copa de limonada y mirando a los presentes. Corriendo alrededor como pequeños revoltosos estaban Lily y Sirius mientras el heredero Prince estaba junto a Petunia y Narcissa.

Las dos caminaron hasta donde estaban la joven pareja y Lord Malfoy. Judith inclinó su cabeza hacia el señor de la casa Malfoy, en un saludo cortés, el señor Abraxas regresó con su esposa e hijo.

—Muchas felicidades — Judith sonrió a Andy y Ted, luego extendió la maceta con la flor a Andrómeda — Traje un pequeño presente.

—Un tulipán — sonrió Andrómeda.

—Amor eterno — dijo Ted con una ligera sonrisa — Gracias por el obsequio, señorita Marrow.

—Oh, pensé que eras amigos, lo suficiente para tutearnos — contestó Judith — Después de todo, tu y Andrómeda jugaron a las casitas conmigo y las chicas como sus hijas de práctica en su tiempo en Hogwarts.

Bellatrix se cruzó y se rio levemente del sonrojo de su hermana y Ted. Judith también rio levemente, Andy le pido a uno de los elfos que llevaran el tulipán a su habitación mientras otro elfo se acercó con una charola con limonada.

—¿Y como has estado, Judith? — preguntó Andy

—Bien, haciendo tareas, ayudando a mi madre con su tienda de postres — contestó Judith — Nada nuevo la verdad.

—Este año son sus TIMOS — dijo Ted. Bellatrix hizo una mueca ante la mención de exámenes, ella odiaba leer, sobre todo porque las estúpidas palabras parecían querer saltar de la página.

Era su más profundo secreto, que ni sus padres sabían. Sus padres no podían quejarse de ella, tenía notas dignas de una señorita de cuna sangre pura como ella, Bellatrix se esforzaba el doble para igualar a Petunia y Judith.

Así que prefería sentarse cerca de los Ravenclaw para poder aprender, ya que a ellos les gustaba discutir entre ellos para ver quien tiene la razón absoluta.

Petunia se acercó a ellos y saludó con un beso en la mejilla a Judith.

—¿Y tus lentes? — Petunia frunció el ceño.

—Oh eso — Judith alzó su mano y tocó la sensación fantasmal de sus lentes — Los magos pueden decir de lo que sea de los muggles, pero sus avances en medicina ayudan mucho. Solo diré, que tengo tener mucho más cuidado que cuando tenía mis lentes.

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Walburga miró con una ligera sonrisa ver a la señorita Lily sentada junto a Sirius, los dos tenían extendidos Cromos de Ranas de chocolate, sabía que Bella, que la señorita Evans suele enviar cada semana dulces a su pequeña hermana.

Sentados juntos a ellos dos estaban Narcissa y Severus.

—Se ven que se llevan muy bien — dijo Eileen a su lado. Alphard asintió con la cabeza ante el comentario de Eileen.

—No dudes que cuando sean enviados a Slytherin seguirán siendo amigos — contestó Walburga — Un pequeño grupo que serán guiados por las delicadas y competentes manos de la señorita Evans y Bellatrix.

Era obvio que su hijo, el heredero de los Black, seguiría las tradiciones de la familia e irá a Slytherin como todos los Black desde el inicio de Hogwarts.

Walburga sintió la presencia de su esposo detrás de ella, Orión se inclinó levemente hacia ella, cualquier persona que no los conocería dirían que le daría un beso en la mejilla como un matrimonio afectuoso, pero ellos no eran afectuosos.

—Tom quiere vernos en el estudio, a Eileen también — le susurró Orión.

—¿Te dijo por qué?

—Sobre las Evans.

—No es necesario que vaya Eileen — Walburga empezó a caminar hacia el estudio.

Atravesó el jardín lleno de invitados y vio como Cygnus también se alejaba con dirección hacia el interior de Black Manor. Ella frunció el ceño preguntando porque Tom Riddle pedía su presencia en media fiesta de compromiso de Andrómeda.

La puerta fue abierta y entró antes que Cygnus y Orión, Riddle estaba sentado en un sillón con vista hacia la ventana que daba al jardín donde se daba la fiesta.

—Mi señor — Walburga inclinó su cabeza ante el Señor Oscuro, acción repetida por su esposo y hermano.

—¿Qué sabes de las señoritas Evans? — preguntó.

—Ambas son hijas de muggles, mi señor — contestó Orión — La señorita Evans y la señorita Marrow son pupilas de la casa Black. Y la señorita Lily, será pupila una vez que entre a Hogwarts.

—¿La mayor ha tenido avances?

—La mejor en su generación y ha sido nombrada prefecta debido a que Maryssa Burke se ha traslado a Beauxbatons — contestó Cygnus — Slughorn la incitado al club de la eminencias y si las lectura de las estrellas de Eileen Prince son correctas, se convirtió en una New Blood muy pronto.

Walburga asintió con la cabeza, Eileen era buena leyendo estrellas y manos, así como el té. Anunciaba una buena fortuna en el futuro de Petunia.

—¿Y los padres en las dos?

—El señor Evans trabaja en una fábrica y la señora Evans es ama de casa y costura a la vez — contestó Walburga — Mi señor… ¿Puedo tener el atrevimiento de preguntar por qué el interés en ambas niñas?

El señor Oscuro la miró directamente.

—La pelirroja, me recuerda a alguien de hace mucho tiempo — frunció el ceño — ¿Cómo se llama la madre?

—Aurora Evans — contestó Walburga — Nunca me ha dicho su nombre de soltera.

El señor Oscuro tarareo mientras tocaba el anillo que siempre llevaba en su mano.

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