
Capítulo 2
Petunia se volcó el resto del verano en su preparación para Hogwarts.
Sus libros habían sido apilados en su pequeña habitación, pero los textos escolares se quedaron sin ser abiertos, se enfocó más en los tres libros que la señorita Black le había indicado.
El estudio de las Vías Antiguas
Las tradiciones mágicas
Los modales necesarios.
Petunia cuando supo la importancia del cabello de una bruja, le dijo a su madre que desde ese día jamas debería cortarle el cabello a ella o a Lily.
—Aquí dice que las brujas no se deben cortar el cabello— dijo Petunia señalándole la información a sus padres— Así que no más tijeras. También tengo que usar guantes fuera de casa.
—Entonces— sonrió mamá— Debemos ponernos manos a la obra. Lo que quede del verano te enseñare algunos peinados. Y también hare algunos guantes, creo que tengo algo de seda.
Petunia asintió contenta con la cabeza. Cada nueva cosa que aprendía o le interesaba le contaba a Lily, quien la miraba con ojos brillosos.
Cada día que se acercaba al primero de Septiembre, cada día Petunia trataba de estar lista.
Una cosa era leer la teoría, o más difícil seria ponerlo en practica.
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1 de septiembre llegó y con ello el día mas importante para Petunia. Ella apenas pudo dormir la noche anterior, reorganizó como tres veces su baúl.
En la mañana se esmeró en su imagen. Puede que sonará mal, pero sus padres decidieron invertir en la apariencia de Petunia, le proporcionaron un gasto para telas para vestidos, faldas y guantes.
Mostrar una imagen impecable abriría puertas en el futuro.
—Para las vacaciones de invierno deberíamos tener un leño de Yule— dijo Petunia mientras viajaban en el auto hacia King Cross.
—Entonces cuando regreses a casa iremos al bosque por el leño mas robusto— sonrió papá.
Petunia acaricio el cabello de Lily, su pequeña hermanita estaba dormida con su cabeza acurrada con su peluchito de conejo.
Al llegar a la estación, Lily se despertó desorientada. Petunia arregló el listón azul de su cabello mientras su hermanita bostezaba. Papá fue a buscar un carrito para poder poner su baúl, era uno sencillo de color café claro, pero este tenia muchas enredaderas y algunas Petunias y Lirios pintados por Lily.
A pesar de tener siete años, Lily era buena pintando.
Los cuatro caminaron hacia los andenes 9 y 10, Petunia se detuvo y miró hacia su familia, Lily tenia los ojos llorosos, y tenia su pulgar entre los labios. Su pequeña hermana a veces todavía tenia ese habito.
—Bueno— dijo su padre exhalando— Llegó el momento
Su padre le dio un beso en la frente y mamá la abrazó fuertemente. Lily estaba sollozando, Petunia la abrazó mientas le acariciaba el cabello.
—Llévate a copito— le extendió Lily su peluche— Para que te haga compañía. Peter te extrañará mucho y yo igual.
Cierto, Petunia se olvidaba de su conejo.
—Yo también te extrañaré mucho Lily— dijo Petunia colocando el peluche en su mochila, que ella mismo tejió a mano.
—Me escribes por favor. Quiero saber de Hogwarts.
—Lo prometo— contestó Petunia— Y por favor Lily, no te metas en problemas con Tauper.
—Trataré— se cruzó de brazos.
—Los veré en invierno— se despidió Petunia con una ligera sonrisa. Petunia se enderezó y condujo su carrito entre los andenes 9 y 10.
Tomando impulso atravesó el anden. Cuando estuvo al otro lado deslumbro un majestuoso tren color escarlata que echaba vapor. Petunia recorrió entre las personas, rápidamente noto que muchos eran familias mágicas antiguas, los señores vestían sus túnicas elegantes y damas con su cabello pulcramente recogidos y guantes sofisticados.
Ella se detuvo y arregló sus guantes y nuevamente se puso en marcha para encontrar un vagón desocupado. Petunia miró su baúl, era pesado.
—Hola— dijeron dos voces atrás suyo. Petunia se giró mirando a dos pelirrojos y pecosos sonreírles.
—Buenos días— saludo Petunia.
—Vimos que tienes problemas con tu baúl— dijo el pelirrojo con los un discreto lunar cerca del ojo derecho— Que mala educación. Soy el heredero Fabián Prewett y el de aquí— señaló a su gemelos, con ojos ligeramente más claro que los de él— Es mi gemelo Gideon.
—¿O tu eres Gideon y yo Fabián?— preguntó su gemelo.
—Puede ser, puede ser— concordó, ambos la miraron y Petunia arrugó la nariz— Nah, yo soy Fabián y él es Gideon.
Ambos agarraron por los lados el baúl y lo subieron al primer compartimento libre.
—Y no nos dijiste tu nombre— dijo Gideon
—Mi nombre es Petunia Evans— contestó Petunia dejando su mochila en el asiento.
—¡Ah como la flor!— dijeron los gemelos al mismo tiempo.
—Si, como la flor— respondió Petunia seria.
—Bueno, nos tenemos que ir— dijo Fabian
—¡Adiós señorita Flor!— agregó Gideon y ambos se fueron dejando sola a Petunia.
Ella resopló sentadose junto a la ventana y sacando la guía de Lady Slytherin, luego de su baúl sacó esa almohada especial para cuello.
—Al fin. Paz— dijo Petunia abriendo su libro.
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Claro que su paz no duro mucho hasta que la puerta de su compartimento fue abierto por una niña, tal vez de la misma edad que ella.
—Disculpa— dijo ella mirándola— ¿Puedo viajar contigo? Los demás compartimentos están ocupados.
Petunia examino rápidamente a la chica, cabello ondulado pelirrojo y con lentes. Petunia notó sus llamativos aretes de rodajas de naranja.
Como ella nacida de muggles. Tenia el cabello suelto y no tenia guantes.
—Adelante— dijo sin importancia.
La chica se sentó frente a ella, también tenia una mochila, pero esta era de mezclilla con muchos parches de distintos lugares del mundo. La niña sacó unas papitas y un jugo de cajita.
—¿Quieres?— preguntó extendiéndole la bolsita. Petunia negó con la cabeza.— Soy Judith Marrow.
—Petunia Evans
Ambas se miraron y no hablaron el resto del viaje.