Realize

Harry Potter - J. K. Rowling
Gen
G
Realize
Summary
Cuando algo parece estar mal con el heredero Malfoy, Harry va a hablar con uno de los pocos adultos en que cree poder confiar.Tal parecer eso desencadena una serie de cambios también en su vida, la cual, con el paso del tiempo, mejorará, o eso esperaba.Una familia conformadas por personas que de alguna manera están rotas. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Note
¡Buenas! Nuevo fic, y otro Severitus más con la increíble participación de la futura relación de hermanos de Harry y Draco. Aunque todo a su debido tiempo.No piensen adorar mucho a Lucius aquí, y creo que no hace falta advertir de los Dursley.Alguna que otra referencia a los shipps canon: Romione, Hinny y Drastoria de forma secundaria.Publiqué esto hace unos días, y lo tuve que enviar a borrador por motivos de corrección, pero ya está de regreso. Siento las molestias.
All Chapters Forward

Un poco de paz

El año está por finalizar. Que nos den algo de tranquilidad antes de la misión.


— ¿Me podrías explicar de una vez por qué te encontré la otra mañana durmiendo en el suelo de mi habitación?— Si era sincero, Harry ya perdió la cuenta de cuántas veces había hecho esa pregunta en los últimos días, y para su mala suerte, aún no ha obtenido respuesta. Por parte de Draco, este parecía algo divertido al ver la confusión y esa leve irritación en su nuevo amigo.

Un par de días ya han pasado desde los últimos acontecimientos, y hoy, 31 de diciembre, los tres regresarán a Hogwarts por petición del director, quien aseguró que el castillo ya era seguro, además de decir algo sobre querer celebrar el comienzo de año nuevo juntos. (Harry debía admitir que no prestó mucha atención a esa parte.)

— Admiro tu insistencia, Har, pero me temo que aún no lo sabrás.— El más joven gruñó por lo bajo, frustrado.— Poco a poco estás cogiendo comportamientos de Sev, y mira que no llevas mucho tiempo aquí— Draco no pudo evitar reír, contagiando a los pocos segundos al otro chico— ¡Imagínate! Sería noticia: "¡El-Niño-Dorado se está convirtiendo en el temible maestro de pociones! ¡Que alguien haga algo antes de que sea demasiado tarde!"— Harry dejó a un lado su misión de empacar sus cosas tras oír esa frase. Imaginarse esa situación le causaba algo de gracia, que sumado con las carcajadas de su compañero se convirtió en un ataque de risa que lo hizo deslizarse por la pared hasta tocar el suelo.— Oh Merlín, ni con los chistes de Blaise me había reído yo tanto.— Con una mano Draco se limpió el pequeño rastro de lágrimas provocado por ese momento de felicidad, acción que fue repetida por el otro chico.

Una vez por fin la normalidad regresó Harry terminó de empacar sus cosas mientras Draco avisaba a su tío de que ya estaban listos.

No mucho tiempo después los tres se encontraban enfrente de la chimenea, dispuestos a acabar en el despacho del director. Como ya era normal, el león fue el primero en pasar.


Lo primero que sintió Harry al llegar fue el impacto de su cuerpo contra el frío suelo, y los rastro de polvo que siempre dejaba.

—¿Estás bien, mi muchacho?— La voz sonaba preocupada y algo cansada, pero la natural serenidad no estaba ausente.

Intentó hablar para asegurarle de que estaba bien, pero una tos le interrumpió, dejando que una pequeña cantidad de polvo saliera por su boca. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Ni idea, pero esperaba que no volviera a suceder.

Albus no pudo evitar reírse al ver tal escena, igual que le pasó a Severus y a Draco, quienes habían llegado no hace mucho.

— Nunca me acostumbraré a esto…— Se quejó el joven sacando una mayor carcajada a los tres, (una leve por parte del pocionista.) Mentiría si dijera que no fue extraño ver a Snape sonriendo de tal manera.

Ambos adultos mantuvieron una conversación mientras que los dos jóvenes deambulaban por el despacho, Draco observando cada detalle de algún objeto extraño que captaba su atención y Harry ocupado con el familiar del anciano. Con delicadeza lo acarició, relajándose ante el leve calor que transmitía el ser.

Por el rabillo del ojo Albus observó con brevedad la escena, dejando que una sonrisa apareciera en su rostro. Sin duda, la familiaridad de ese chico con las aves era admirable y encantadora de ver.

— ¿Necesitas algo más, Albus?— Le preguntó su empleado, obteniendo nuevamente completa atención.

— No, mi muchacho, aunque creo que Poppy quería hablar contigo sobre algo, no estoy seguro.— Severus asintió, sin hacer mucho esfuerzo más para continuar con la charla.

Tras una breve despedida con el director los tres marcharon a los aposentos del maestro, donde pasarían los días restantes antes del comienzo de las clases.

Aunque Harry esperó más que sea algo relacionado con murciélagos y vampiros, sus ilusiones fueron rotas nuevamente al ver que el lugar era parecido a la Mansión Prince. Que pena que el mito de que Snape durmiera en un ataúd fuera mentira…

— ¿Harry?— La voz de su profesor llamándolo le sacó de sus divagaciones, al parecer se estaba quedando atrás en el pequeño tour que Snape le estaba dando. Aceleró el paso y puso su mayor esfuerzo para concentrarse en lo que el adulto estaba diciendo, aunque por algún motivo le estaba costando. Pareciera como si su ojos se cerraran automáticamente tras unos minutos de concentración. Dichas señales no pasaron desapercibidas por Severus, quien le aseguró que podría tomar una siesta antes de almorzar.

Harry no se lo pensó dos veces, y cuando todo el recorrido terminó, fue directo a la habitación que Snape le había asignado. Ni siquiera tuvo ganas de colocar sus pertenencias antes de caer rendido.

Horas después un movimiento en su hombro lo hizo despertarse. Murmuró algo en modo de queja a la vez que se apartaba del toque, pero solo consiguió una risita y más insistencia.

— Vamos, cachorro, vas a llegar tarde para la fiesta de fin de año. Creo que Ron y Hermione ya están por allí.— ¿Fiesta? ¿De qué estaba hablando esa voz? Aunque ver a sus mejores amigos después de tanto tiempo sonaba bastante bien…

Con algo de pereza se fue despertando. Al principio se sintió algo desorientado, luego, cuando se puso las gafas, pudo ver a su profesor de DCAO a un costado de su cama.Uhh… ¿Qué hacía aquí? ¿No se supone que estaba en las habitaciones de Snape?

Al ver la cara de confusión en el chico, Remus procedió a dar una explicación:— Hoy es 31, Harry. ¿Recuerdas que el director habló sobre una celebración en el castillo?— Oh, sí, eso. Aunque aún no sabía por qué Remus se encontraba allí. ¿No era que él y Snape no se agradaban o algo parecido?— Severus tuvo que ir a ayudar a Poppy con algunas cosas, y creo que Draco ya está preparado, así que arriba contigo.— Fue levantado por el adulto, sorprendiéndole bastante.

— ¡Ya voy, ya voy!— Aseguró él, haciendo que Remus riera.


— ¡Por fin bajas!— Exclamó Draco cuando vio a los dos leones bajar. Con rapidez lo agarró del brazo, sorprendido a Harry, y lo llevó a rastras hasta la salida de las habitaciones. Remus, lenta y despreocupadamente, les seguía.

Draco hizo caso omiso a las peticiones de su amigo en bajar el ritmo, trotando para llegar al comedor. Mientras tanto, Harry, aún algo dormido, y con su visión más nublada de lo normal, hacía todo lo posible para evitar tropezarse con alguna baldosa. 

Un despiste hizo que se cayera justo en la entrada del comedor, y por efecto dominó, Draco cayó con él, ambos de frente.

— Niños, nunca aprenden…— Comentó Minerva rodando sus ojos a la vez que Remus le echaba una mano a los jóvenes para que se levantaran. De fondo se escucharon algunas carcajadas de los adultos ante la situación. Por parte de los dos jóvenes solo consiguieron dos risitas nerviosas.

Desde el fondo Albus observaba toda la escena. Ver como un león y una serpiente dejaban una rivalidad para crear una amistad era increíble. Esperaba por Merlín que eso siguiera así. Todo eso lo llevó hacia una serie de pensamientos sobre su maestro de pociones, quien en esos momentos hablaba con Poppy sobre la gran oportunidad que tenían para cortarle el poder a Lucius Malfoy.

Si bien por una parte se alegraba de tener esa opción, le entristecía saber que Severus no podría pasar el fin de año entre ellos.


— ¿Las heridas ya han cicatrizado?— Le preguntó la medibruja, a lo que él asintió.

— Ayer le empecé a aplicar la poción para reducir las cicatrices. No creo que todas vayan a desaparecer, pero al menos las más recientes sí.— Explicó el pocionista, dando otro sorbo a su taza de té.— Además, utilicé la poción más potente que pude crear.— La sonrisa que recién se agrandó en el rostro de la matrona lo desconcertó.— ¿Pasa algo?— Poppy negó mientras soltaba una leve risa.

— Es bastante curioso ver como cada vez te preocupas más por el chico que juraste odiar.— Severus rodó los ojos ante ese comentario. No tardó en asegurarle a la mujer que solo se imaginaba cosas, que solo lo hacía por obligación, algo que ambos sabían que no era verdad.— Oh, vamos, Severus. Te conozco desde que era un niño, ¿en serio crees que me creeré eso?— Poppy rió, sin poder contener ese sentimiento.— Solo los imbéciles te criticarán por hacerte cargo de Harry, pero creo que ya sabes que ese tipo de opiniones no deben ser escuchadas.— Molestar a su antiguo alumno y ver cómo hacía una leve mueca embarazosa era bastante divertido.

Sin duda, Poppy estaba en ese selecto grupo de personas que podían meterse con el pocionista y salir viva de ello.

— Dejemos de hablar de esto, por favor.— La mujer lo miró con falsa compasión, mas no se negó al pedido del más joven.— Gracias.

— No hay de que. Ahora, ¿estás seguro de que esa poción funcionará para lo que tu quieres?

— Sé que es una poción en fase beta, pero ya lo he probado con algunos mamíferos y los resultados son placenteros.— Aseguró Severus, pasando un pergamino con la nueva información a la medibruja, quien lo leyó algo asombrada.— Hice también un antídoto, por si las cosas salience de control e hiciera falta.

— Solo… ten cuidado cuando vayas a hacerlo, Severus.— Poppy estaba claramente preocupada, y eso el maestro lo sabía. Al fin y al cabo, estaba a punto de meterse en la boca del lobo.

— Lo tendré.— Aseguró él. Con las dos pociones metidas en uno de los bolsillos de su túnica, los papeles importantes en otro, y la invitación a la fiesta de los Malfoys en su mano, caminó a paso seguro hasta sus aposentos, donde utilizaría la chimenea para viajar a Malfoy Manor.

Con el pocionista fuera de su campo de visión, Poppy llamó a la elfina que trabajaba con ella.— Avisa cuando llegue Severus, Leixy.

— Sí, señora.— Satisfecha, la matrona salió de la enfermería. Tenía que llegar pronto a la celebración para evitar que los dos jóvenes que estaban bajo el cargo de Severus se enteraran de cómo iba la situación.

Forward
Sign in to leave a review.