Black: De amor y otros vínculos

Harry Potter - J. K. Rowling
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Black: De amor y otros vínculos
Summary
¿Y si tanto Regulus como Sirius hubieran salido juntos de Grimmauld Place? Los hermanos Black van a tener que lidiar con cambios bruscos en sus vidas y los vínculos que daban por sentado (o que ni siquiera creían tener) se van a volver cada vez más complejos de entender.
Note
Advertencia: Abuso infantil (expresado a través de la magia)Referencia a adicción de sustancias (expresada a través de pociones)
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Capitulo 12 parte 1

CAPÍTULO XII parte I

 

«Quién lo diría, los débiles de veras nunca se rinden.» —Mario Benedetti.

 

Regulus



Había momentos en los que quería desaparecer entre sus sábanas y olvidar cada uno de sus problemas. Pero para su disgusto, estos siempre parecían cernirse sobre él, amenazadores. 

 

Sus malas noches nunca se habían solucionado como tal, sin embargo, las pesadillas habían menguado un poco este último tiempo. Pero ahora no podía cerrar los ojos cómodamente, aterrado de que su mente lo vuelva a traicionar como lo hizo en aquel armario de escobas.

 

No  podía dormir siendo consciente de su propia debilidad.

 

Para ser sincero,  lo que volvía inestable a sus pensamientos era la carta que había recibido de su madre. Solo que no quería centrarse en eso ya que era algo que escapaba de su control. Walburga Black era un asunto sin solución que solo lo frustraba, ella era inestable e incontrolable. No había nada en su poder que hiciera que los problemas que tenía con su madre se resolvieran. 

 

Pero podía concentrarse en lo que s í podía hacer, en personas que sí estaban a su alcance, quienes no eran inalcanzables y que habían osado ir en contra de él.

 

Iba a abandonar aquel vergonzoso papel de presa, quitarse la cruz marcada en su espalda  y convertirse en el depredador.

 

La venganza era algo revitalizador y una actividad que lo mantenía enfocado. 

 

Regulus no tenía pensado dejar en el olvido la agresión que había sufrido, ya había pasado poco más de una semana y sin embargo aún habían algunos hematomas en sus costados. Pero estaban bastante bien en comparación a la primera vez que se había roto las costillas, aquella vez había conseguido este tono apagado tras unas cuantas semanas de hielo. Ahora con las pociones y una crema hecha a base de dictamoque le había dado Madam Pomfrey— se estaba recuperando rápidamente. De hecho, se sentía bastante curioso por las cualidades regenerativas de algunas plantas mágicas e incluso se había estado interesando por la botánica muggle. Su diario de dibujo estaba lleno de todo tipo de plantas, era bastante agradable el investigar sobre ellas. Liam no estaba de acuerdo pero él jamás había sido la persona más dedicada a la herbología ni tampoco había estado planeando una venganza por lo que su opinión no era tenida en cuenta, no en esta situación.

 

"Sigo sin entender qué planeas hacer." 

 

"Eso es porque no te lo he dicho." siseó Regulus.

 

"Podría ayudarte, si me dijeras." 

 

"Prefiero mantener tus manos limpias en este asunto."

 

"Mi deber como mejor amigo es ensuciar mis manos junto a ti, somos un equipo." Insistió mientras jugaba con algunos lápices de Regulus, quien se tenía que estirar cada tanto para tomar los que necesitaba y que curiosamente siempre eran los que su inquieto amigo elegía tomar. Podía ser bastante molesto.

 

"Prefiero resolverlo por mi cuenta."

 

"Vamos, Kitty. No tienes porque hacer todo tú sólo, puedes pedir ayuda."

 

"¿Sabes que ayudaría mucho? El silencio, cosa maravillosa que no estaría teniendo en este preciso momento." Liam resopló en respuesta pero acato al pedido de Regulus y siguió jugando sin hacer ruido pero ambos sabían que eso no dudaría mucho.

 

Por otro lado, ya que se había mencionado el hecho de pedir ayuda, había cierta cosa que Regulus debería sacar a colación. Algo así como aquella amenaza de muerte en formato de carta. 

 

Bueno, tal vez estaba dramatizando un poco pero su madre dijo que quería que hicieran una revisión de su educación y eso era el equivalente a un correctivo repleto de pequeñas torturas. Debería decir algo al respecto, al menos mencionar lo asustado que estaba. La carta aún permanecía en el bolsillo de su túnica hace días y era un pesado recordatorio de las consecuencias que lo aguardaban en un futuro no tan lejano.   No quería pensar en eso ahora. Pero también sabía que nunca habría un mejor momento y el tiempo avanzaría rápidamente, mientras que él se quedaría sin plan de respaldo.

 

Que absoluta.



"De todas formas, creo que alguien ya se encargó de esos tres." Liam volvió a interrumpir sus pensamientos. 

 

"¿Tres?"  Regulus levantó la mirada de su cuaderno para mirar a su amigo. "Solo fueron Mulciber y Avery."

 

Luego de un sondeo de unos días y soltar pequeñas preguntas inofensivas a las personas correctas, Regulus pudo dar con los dos responsables. Sabía que probablemente alguien había hecho guardia mientras lo atacaban pero no tenía muchas ganas de invertir su tiempo en castigar a una persona extra.

 

"Snape también estaba como ellos". Liam se encogió de hombros. " Él desayuno fue todo un espectáculo."

 

Bueno, esa era culpa de Regulus por mencionarlo entre sus sospechosos y sabiendo la clara rivalidad de su hermano con el otro Slytherin. No descartaba que Snape estuviera involucrado pero estaba seguro que Sirius y su pandilla no necesitaban muchas más razones para jugarle una broma. 

 

"Innecesario, les dije que yo me encargaría."

 

"Oh, entonces sabes quienes fueron los perpetradores." Él rubio lo miró divertido. 

 

"Como si toda la escuela no lo supiera."

 

"Debes admitir que se lucieron esta vez." 

 

"No lo sé,  me prometieron otra cosa." Regulus tarareo mientras anotaba más información sobre otra planta en los márgenes de su libreta. "Pero en parte prefiero esas ronchas a que unas pobres babosas sean defecadas por esos imbéciles."



La cosa era que si bien Sirius había dicho que haría que los responsables tuvieran serios problemas intestinales con babosas,  terminó por cambiar de idea o alguno de sus amigos lo dirigió por otro camino. Por la mañana, los responsables por el ataque a Regulus habían amanecido cubiertos de ronchas aceitosas. Eso estaba prácticamente vivo, cada tanto las ronchas crean  pequeñas burbujas que estallaban es pus grumosa y asquerosa. Algunos decían que al hacer erupción, el ruido podia confundirse fácilmente con la palabra dumbly. Claro, si esta fuera pronunciada por los eructos de un ogro. 

 

Admiraba la creatividad de los merodeadores pero Regulus insistía en que ese era su asunto. Ya tenía planeado que debía de hacer, solo debía encontrar el momento adecuado y terminar por solucionar un par de detalles.

 

 No quería hacer que se hirieran de gravedad, no era tan cruel. Solo buscaba que se asustarán lo suficiente como para que no creyeran óptimo el volver a meterse con él, ni con nadie. Una pequeña cuchara de su propio veneno o algo de eso, Remus a veces decía ese tipo de cosas. Debía ser algo muggle.

 

“Bueno, debería irme. Delia quería hacerme oír una nueva melodía que aprendió a tocar, le pasare tus saludos.”

 

“No pedí que hicieras.”

 

“Deberías ser amable con ella. Le agradas.”

 

“Está bien, Mamá. Lo que tú digas.” Puso los ojos en blanco mientras Liam hacía una mueca.

 

“Agradecería que no me llames como la mujer que todo el mundo odia.”

 

“Ya vete, hermano canguro.” Lo despidió con un movimiento de mano y Liam sacudió la cabeza con cariño antes de irse del invernadero. 

 

Regulus le había solicitado a la profesora Sprout para una supuesta investigación privada que estaba llevando a cabo y  para darle tutorías a William, lo que no era del todo mentira. 

 

Su amigo realmente necesitaba ayuda en cosas muy básicas. A Regulus le gustaba el invernadero, había muchas plantas interesantes y disfrutaba de dibujarlas, también había tomado libros de la biblioteca e incluso Sprout le había permitido tomar algunos de su colección, al parecer no habían muchos alumnos de cuarto año tan interesados en aprender las propiedades de las plantas mágicas, la mujer estaba muy feliz de darle un espacio para que Regulus investigara todo lo que quisiera. 

 

Una mujer muy buena y amable. Probablemente se mortificaria un poco al enterarse que la investigación de Regulus no era tan inocente. Pero siendo sincero, fue bastante divertido. Regulus siempre había preferido seguir instrucciones, por eso era el mejor en pociones en su año. Sabía seguir las reglas al pie de la letra y sus resultados nunca eran menos que fantásticos, pero había cierta emoción en la investigación, en crear sus propias reglas y experimentar más allá de una receta. Ahora no estaba siguiendo un guión, lo estaba creando y era maravilloso.

 

“Vaya, no creí que en serio estarías aquí.” La voz de Barty lo sobresaltó lo suficiente para que hiciera un trazo bastante grueso en su ilustración del lazo espinilla, la imagen la había sacado de uno de sus libros porque la planta solo emergía de unas semillas que daban brote a finales de invierno. Era una planta curiosa y manejable, solo que había que tener guantes de buena calidad para evitar el contacto, no eran peligrosas pero causaban una comezón insaciable al toque. A veces generaba rosácea duradera cuando se exponía demasiado a la piel pero en lo general eran una planta muy inofensiva y  resistente, el lazo se podía utilizar para sostener cosas pesadas y su savia tenía algunas propiedades curativas.

 

“¿Quien te lo dijo?” Preguntó Regulus mientras cerraba su libreta, no quería que su compañero husmeara.

 

“El Huffle, me lo cruce hace unos momentos. Me dijo que podía encontrarte aquí, al principio creía que trataba de venderme algo.”

 

“¿Vender?”

 

“Los Hufflepuff tienen muy buena reputación con las plantas, ya sabes. Crean maravillas.”

 

“Liam no, él realmente es un desastre en esas cosas.”

 

“No creo que sea muy difícil enrollar un porro pero no juzgo.” Barty se encogió de hombros. Oh, se refería a eso. Regulus se preguntó si no estaba muy normalizado el uso de sustancias en el colegio, no era como si le importara lo que sus compañeros hicieran, pero era un poco preocupante desde un aspecto administrativo.

 

“¿Qué haces aquí?”

 

“Solo estaba de paso.”

 

 “Es raro que no estés con tus amigos del equipo.”  

 

Los cuales también eran compañeros de Regulus pero nunca había tenido una relación tan estrecha con ellos y había reducido el contacto el último tiempo. Interactuaba con ellos solo lo estrictamente necesario.

 

“No, ya no me junto con ellos.” el castaño hizo una mueca extraña.“Insisten en que me siga metiendo con los de primero y ya sabes, toda esa mierda.”

 

“Si, lo sé.”  Regulus sabía de lo que hablaba, los chicos mayores de Slytherin eran así y ellos dos se habían visto envueltos con ellos debido al Quidditch. A Regulus nunca le importo mucho ellos, ni nada en particular pero para Barty era importante que la gente lo note y alabe, siempre hacia lo que los muchachos le dijeran que hiciera. Insultar, hechizar e intimidar era algo así como un rito de iniciación por el que debían pasar. Era algo tan absurdo, Regulus había odiado todo eso mientras que Barty parecía disfrutarlo un poco. No importaba, ambos habían sido igual de culpables y sin embargo, no pudo evitar atacar: “No parecía que te importara antes”

 

Barty tarareo por lo bajo pero no respondió tampoco se veía enojado por el comentario mordaz de Regulus. 

 

“¿Qué cambio?” Preguntó, más amable. 

 

“Se siente mal, supongo.” El chico desvió la mirada un momento, se veía reflexivo. Regulus pensó en puentes, en errores y cambios. Pensó en ellos, en sí mismo.

 

“Bueno, lo es.” Asintió, siendo muy consciente de la culpa que siempre parecía ahogarlo.

 

“Además, si llegara a molestar a otro sangre–” Barty se aclaró la garganta un momento, su semblante se agravio un poco. Se veía avergonzado, incluso. “Digo, Evan no me lo perdonaría si llego a meterme con otro nacido de muggles. No es solo por él pero…” 

 

La voz de Barty se fue desvaneciendo un poco, Regulus no quiso insistir para que continuara. 

 

“No creí que te importara tanto su opinión.” Dijo en cambio y Barty resopló con diversión ante eso.

 

“Es mi mejor amigo, Reg. Me importa mucho lo que él piense.”

 

“Nunca creí que te oiría decir algo tan sincero.” quería sonreír un poco por eso, pero se conformó con elevar otro tanto su ceja.

 

“Si, bueno. Estamos intentando algo sobre sinceridad o una mierda como esa.” Se rasco la nuca en un gesto distraído. “Está bastante obsesionado con algo llamado psicología, es algo muggle que descubrió hace poco.”

 

“Él siempre fue distinto a nosotros.” dijo pensativamente y Barty asintió de acuerdo.

 

Evan siempre había sido especial. Venía de una familia sangre pura bastante antigua como la de Regulus pero no eran tradicionalistas extremos, claro que tenían miles de prejuicios como todos. Pero su padre se había ablandado un poco con el fallecimiento de la madre de Evan, la mujer era un ser muy afable. Era hermosa, sabia y pacífica según les había explicado su amigo.  Sin embargo, siempre había sido enfermiza. 

 

Regulus la había podido ver en un baile de invierno, él era muy pequeño por lo que solo  la había saludado por un momento. Walburga decía que era una mujer endeble, no le tenía aprecio. Aunque era muy querida por la comunidad en general y siendo el Señor Rosier un pariente lejano, el cual respetaba las tradiciones, Walburga se tuvo que abstener de hacer comentarios. Pero no permitió que sus hijos visitaran la mansión Rosier, los niños se reunían en territorios de la familia Black, ya fuera Grimauld Place o alguna de las casas de campo. Por eso, a pesar de conocer a Evan hace tiempo, nunca estuvo muy al tanto del tipo de crianza que había recibido. No hasta mucho después. 

 

Madam Rosier  había fallecido antes de que Evan ingresara a Hogwarts pero el chico la mantenía en su corazón con aprecio y fue toda una sorpresa cuando, tras navidad de su tercer año, Evan apareciera con libros infantiles muggles que aparentemente habían pertenecido a su madre. Al parecer habían estado organizando sus cosas en su antigua habitación de lectura y se encontraron los cuentos bajo un glamour. También encontraron manuscritos de ella que dejaban entrever su interés por una cultura que desconocía pero que la maravillaba.

 

En ese momento, la familia Rosier seguía siendo una familia sangrepura estereotipica, con la narrativa tradicional de pureza de sangre y todo eso. Sin embargo, este sorpresivo acercamiento al mundo muggle había tenido una gran repercusión en la perspectiva del Señor Rosier, quien se lamentó por no haber conocido esa parte del amor de su vida.  

 

Se aferró a todo el rastro que quedó de ella.

 

Entonces , compró varios libros muggles o de mestizos, los leía y les enviaba los más interesantes a su hijo. Eso parecía mantenerlos unidos y en contactos con el recuerdo de ella. 

 

Claro que nada de esto era de conocimiento público pero obviamente que Regulus y Barty lo sabían,  uno no puede simplemente ignorar a Evan cuando está interesado en algo, sin mencionar el desfile de lechuzas que aterrizaron más de una vez sobre sus desayunos, llevando obstinadamente los obsequios del Señor Rosier a su único hijo.

 

Regulus se había sentido un poco envidioso cuando veía llegar las cartas y paquetes. Él jamás podría tener ese tipo de relación con su padre y el que estuviera muerto no era la única razón. En principio, su padre se hubiera cortado la mano antes de mostrar una pizca de interés por sus hijos. No recordaba haber tenido una conversación real con él.  

 

De hecho, Sirius fue más una figura paterna que Orion. Lo que es totalmente inocuo teniendo en cuenta que apenas es un año mayor que Regulus y que se desvaneció de su vida por un largo tiempo. 

 

Tenía serios problemas con todos los miembros de su familia.

 

Pero volviendo a Evan. Desde que había iniciado este nuevo año escolar, no se había detenido ni un momento a ocultar sus opiniones sobre el estado de sangre. Regulus creía que su novia influyó en que él pudiera exteriorizar sus pensamientos. Era más fácil salir de la zona confort cuando se tiene una red de apoyo y aparentemente su padre no lo juzgaría, por lo que ya tenía media batalla ganada.

 

Eso le dio muchas más ventajas y libertades que a otros para indagar tanto como quisiera en información que muchos otros no pensaron siquiera en mirar más de una vez.

 

Esta sed de conocimiento le dio un cambio de tuerca a la perspectiva de vida de Evan y, a la vez, había influenciado a las personas de a su alrededor, como podía ver con Barty o el mismo.  Regulus sabía que su opinión sobre el mundo muggle había comenzado a cambiar antes de huir de casa, eso había sido no solo por lo que oía de Sirius o por lo poco que le había contado Liam cuando eran más jóvenes. 

 

Ese cambio había sido, en gran parte, gracias al entusiasmo de Evan.

 

Aunque confesaba que Regulus nunca había tenido mucho interés en el tema, simplemente respetaba la opinión de su amigo y existía a su alrededor.  Inevitablemente,  terminó por absorber uno o dos cosas que lo habían ayudado a deconstruir algunos prejuicios y sentir vergüenza de su propio comportamiento.

 

"Sabes, aun no hemos hablado." La voz de Barty lo sacó de sus pensamientos. La gente hacía eso mucho últimamente o tal vez Regulus se distraía con facilidad.

 

"¿Y qué se supone que estamos haciendo en este momento?"

 

"No estamos hablando, estamos Evando."

 

"Esa ni siquiera es una palabra."

 

"Quiero decir,  que otra vez estamos fluyendo en torno a él… como siempre y no es como si me molestara que Evan sea quien nos une pero eso no resuelve todo lo demás." Barty lo mira fijamente. "Creo que ambos nos debemos una disculpa."

 

"¿Ambos?" Regulus alzó una ceja en su dirección. 

 

"Dijiste que era un caso triste de un niño problemático  con problemas paternales que solo buscaba llamar la atención ." Expone, mientras se cruza de brazos. "Todo de un tirón, casi sin respirar y estábamos en un vagón repleto de Slytherins. Fue un poco humillante."

 

Si, bueno. No era algo que no hubiera creído cierto en aquel momento pero no debió haberlo dicho, no de esa manera ni en ese lugar.

 

"Estaba enojado." Dice, no se justifica. Sólo explica. "Yo… ya me habían estado insistiendo para que moleste a unos Ravenclaw  y yo no quise, luego tú comenzaste a insistir sobre Sirius y sus amigos. Me llamaste cobarde, simplemente estallé. Entonces volqué toda mi frustración en ti. "

 

"Estuve mal." Farfulló Barty. "Yo tampoco estaba del todo feliz en ese momento, acababa de discutir con… bueno.  Es irónico que ambos dijéramos justo lo que más nos haría daño."

 

"No quería herirte." Dijo Regulus,  pero se sintió como una mentira. "Mierda, creo que si quería y eso es jodido."

 

"Esta bien."

 

"No lo está, Barty. No se supone que nos hagamos daño el uno al otro."

 

"Ahora lo sé." Suspiró. "Lo siento,  por lo que dije antes y por todo más allá de eso. Lamento haberte arrastrado en toda esa mierda, en parte tenías razón. Mucho de lo que estuve haciendo hasta ahora era simple capricho, estuvo mal."

 

"Rosier si que te está domando, ¿Eh?" Regulus hizo una mueca que se asemejaba a una sonrisa y Barty empujó su hombro de manera  amigable mientras susurraba un cállate que carecía de emoción. "Yo también lo siento,  no debí decirlo de esa manera ni ignorarlo todo este tiempo."

 

"Yo tampoco busqué acercarme."

 

Hubo un silencio calmado mientras que ambos absorben las palabras que habían sido derramadas hace tan solo unos momentos, siendo plenamente conscientes de tanto que faltaba por decir. 

 

Siempre queda algo más y también,  siempre habrá más momentos. Ellos tenían tiempo.



"Confieso que por un momento había olvidado porque habíamos peleado." Admite Regulus mientras sus mejillas se calentaban levemente. El castaño jadeo dramáticamente antes de comenzar a parlotear.

 

“Eso hiere mis sentimientos, Reg. Somos compañeros de cuarto hace años. Digo, creí que al menos significaba algo para ti.” Barty hizo un puchero exagerado mientras fingía sollozar.

 

“No empieces.” se mordió el labio inferior,  un poco avergonzado. “Pero si pensé en ti, un poco.”

 

“Me alegra  ser tenido en cuenta.” Barty resopló divertido mientras que le dedicaba una mirada brillante. Tenía bonitos ojos. “Lastima que no lo suficiente como para que recuerdes el por qué no me hablabas.”

 

“En mi defensa, estuve lidiando con varias cosas en este último tiempo.” Expresó Regulus mientras desviaba su mirada.

 

“Deberías ponerme al día.” 

 

Y Regulus así lo hizo. 

 

No todo, ni con tanto detalle. Pero habló de su huida con Sirius, de la estadía en Potter Manor, en como Evan había sido un gran apoyo a principios de año. Barty hizo una mueca al recordar como él no hizo nada al respecto pero no volvió a disculparse, Regulus agradeció eso. Las palabras no siempre eran suficientes.  Le habló de Liam y Barty le mencionó que sabía de la amistad que ellos habían tenido. Al parecer, a los once años, no eran tan buenos para escabullirse como habían pensado. 

 

Regulus habló mientras que su compañero escuchaba, interrumpiendo de a ratos para hacer preguntas o lanzar comentarios que  lo divirtieron.  

 

Evan siempre había sido genial pero Barty tenía un humor un poco más pesado que Regulus disfrutaba. Después de estar rodeado de personas con tanta luz, necesitaba a alguien con matices. 

 

Barty era eso. Podía hablar con él sin miedo a decepcionar, porque sabía que al otro muchacho realmente no le importaría si Regulus se convirtiera en un mago oscuro o en un loco asesino. Simplemente le quitaria importancia con un movimiento de hombros, aceptando todo. Era alguien fácilmente influenciable y abiertamente desinteresado. 

 

Tal vez era peligroso que Barty no tuviera la capacidad de medir los límites y que su moral fuera tan escasa pero en situaciones como éstas, cuando Regulus estaba aterrado de cometer errores, le aliviaba saber que tenía alguien que jamás lo juzgaría por ellos o más bien, que no le importaría. 

 

Errores, miedos y traumas eran solo cosas banales con las que lidiar para Barty, sin importar el nivel de relevancia.

 

Si, tal vez se burlaria y diría cosas inapropiadas como:

 

"Pensar que ambos tenemos solo a uno de nuestros padres vivos y la mejor solución a nuestros problemas sería quedar huérfanos." 

 

Pero eso era justo lo que Regulus necesitaba en ese momento. 

 

Entonces se empapó de sus comentarios y luego  la charla fue cambiando de dirección. Se encontró preguntando cosas a Barty que respondía sin dudar ni un segundo. Se puso al día con las cosas que habían estado pasando en ese tiempo, Barty le comentó como había peleado de manera unilateral con su padre nuevamente, ya que el hombre no discutía con su hijo. Por qué eso significa verlo como un igual y eso era algo que nunca pasaría. 

 

Barty también le habló de unas personas con las que había estado saliendo (nunca nada muy serio) y de cómo le desagrada la actual ex de Evan.

 

"No tiene nada que ver con que sea mestiza o una de esas mierdas de pureza de sangre, lo juro. Solo que ella simplemente no me gusta. Pero cuando le dije que 'no me gustaba ni un poco su noviecita porque era una acaparadora', no me habló por una semana. Creo que exageró en eso y ahora ni siquiera están juntos pero si digo algo incorrecto sobre la perfecta Cecil se cierra al instante,” Barty soltó una risa sin humor. “¿Crees que eso tiene sentido?" 

 

“Creo que tal vez deberías darle un respiro, al chico lo acaban de dejar.”

 

“Bueno, no estaría pasando por esto si no hubiera salido con ella en primer lugar.”

 

“Uno no debería dejar de hacer cosas por miedo a cómo termine, créeme. Solo pierdes tiempo.”

 

Barty lo miró curioso.

 

“Has cambiado, Reg.”

 

“¿Qué?”

 

“Antes no habrías dudado en ir por el camino más fácil, lo menos complicado e indoloro posible. Pero ahora pareces dispuesto a arriesgarte.”

 

Eso era cierto. No era más valiente por arriesgarse pero ya estaba bastante cansado de vivir como un cobarde. Seguía asustado del mundo, de las consecuencias pero antes no estaba viviendo, no realmente. 

 

Simplemente existía.

 

“¿Es un error?” Le preguntó a su amigo, su voz casi un susurro. “Tal vez estoy siendo muy imprudente.”

 

“Si, puede ser.” Sus ojos negros lo escaneaban y una sonrisa curva se extendia por su rostro. “Pero me gustas mas asi.”

 

El estómago de Regulus se encogió de manera extraña, parpadeo confundido en su dirección. “¿Por qué?

 

“Te ves feliz.” Le pinchó una de sus mejillas con su dedo índice. “Eso es bueno, creo que vale la pena arriesgarse si eso te hace sentir vivo.”

 

Regulus contuvo el aliento. Aquella cadena fonética hizo que su corazón latiera con una maravillosa resolución que parecía querer incrustarse en su pecho.

 

Arriesgarse para vivir era muy diferente a no hacerlo para sobrevivir. Había una gran diferencia y le sorprendió darse cuenta de que le gustaba más la primer opción.









“¿No planeabas decir nada sobre esto?”



Regulus había sido acorralado en la sala común de Gryffindor, Sirius estaba frente a el con sus amigos flaqueándolo de una manera casi estratégica. Remus tenía un surco entre sus cejas que era un claro índice se incomodidad, Peter no era muy diferente, solo que movía sus manos una sobre la otra y parecía que su pierna quería romper la llamativa línea que habían creado al levantarse todos juntos. Mientras que James miraba de Sirius a Regulus con preocupación.

 

Al parecer los tres estaban odiando la tensión que estaba creciendo en el lugar.

 

Regulus también la odiaba y creía que era quien tenía más derecho a estar inconforme con todo esto, especialmente porque sólo había ido ahí luego de que Liam le insistiera diciendo que Sirius  tenía algún tipo de problema.Todo había sido tan frenético que no pensó demasiado en lo extraño que era todo esto. Fue su culpa el no haberlo sospechado. 

 

Regulus deslizó su mano por la túnica para encontrar el bolsillo vacío. Claro, la condenada carta de su madre estaba ahora en manos de su hermano.

 

“Creo que este no es el mejor lugar para hablar.” Miró desconfiado el resto de la sala, había varias personas que los miraban sin disimular. 

 

Si bien Regulus disfrutaba de un buen espectáculo, eso solo era divertido cuando eran otros los involucrados.  No era tan extraño que hubiera personas de otras casas en las salas comunes, lo que no era habitual era que uno de los chicos más llamativos de toda la escuela quisiera  hacerle un interrogatorio a su hermano menor.

 

Estaban llamando la atención innecesariamente y eso le irritaba.

 

Sirius asintió a regañadientes tras notar los ojos impertinentes de sus compañeros de casa que trataban de disimular que no les interesaba la charla.

 

Por otro lado, los amigos de Sirius  le dedicaron una mirada a ambos , especialmente a Regulus.  Una pregunta que él entendió al instante. 

 

“Pueden venir, no es como si planeara ocultar esto por más tiempo.” Farfulló. “Ni siquiera es tan importante.” 

 

Sirius quiso decir algo ahí mismo pero James le apoyó una mano en el hombro y negó con la cabeza, logrando hacer desistir a su amigo y luego comenzaron a avanzar. Los cuatro Gryffindor encabezaron el camino hacia la que suponía era su habitación, mientras que Regulus se quedó un poco atrás junto a Liam y le golpeó la nuca con fuerza.

 

“¡Hey! Eso me dolió.”

 

“Me vendiste a mi hermano.” Se quejó, le dio una mirada helada. Se sentía traicionado. “No puedo creer que le diste la carta.”

 

“Él ya la tenía, no sé cómo la consiguió.” Se explicó el rubio mientras se sobaba el área golpeada. Regulus había puesto toda su frustración y molestia en aquel golpe. Se sintió un poco culpable por eso, tal vez había exagerado. “Pero no me arrepiento de haberte arrastrado hasta aquí.”

 

Retira sus últimas palabras, Liam se merecía aquel golpe. Pequeño conspirador.

 

“Hiciste un complot contra mí.”

 

“No, hice lo necesario para que pudieras conseguir ayuda.” Sus ojos azules lo miraron con seriedad.  “Reg, no sé qué podemos hacer al respecto pero buscaremos la forma, haremos algo. Tal vez a ti no te importe pero a nosotros nos preocupa lo que pueda pasarte. Queremos ayudar.”

 

“Yo no lo pedí.”

 

“No tenías que.”

 

Los labios de Regulus se crisparon en contra de su voluntad. No le agradaba esta situación pero no podía negar que había algo reconfortante en que sus amigos se preocuparan por él. Cuando ambos llegaron al final del pasillo,  la puerta de la habitación estaba abierta y no se demoraron demasiado en ingresar, los otros muchachos ya estaban adentro.

 

Regulus le hecho un vistazo rápido al lugar. Era como se lo podría haber imaginado: rojo, dorado y muy desordenado. A excepción  de la biblioteca que se encontraba bastante prolija en comparación al desastre casi sistemático que podía observar. No pudo evitar alzar una ceja en dirección a una montaña de ropa que había sobre una de las camas, James noto su mirada y cerró las cortinas con un movimiento de varita, eso debía ser suyo.

 

“Lo siento, su alteza. No esperábamos visitas.” dijo el castaño y Regulus puso los ojos en blanco.

 

“No se que dice de ti que tengas que esperar visitas para realizar una limpieza.”

 

“Dice que soy una persona que está muy ocupada con asuntos más importantes.”

 

“Me causa conflicto que no consideres la higiene importante.” Se burló de James, quien resopló ante el comentario.

 

“Eso es lo que yo siempre digo…” Farfulló Remus desde su cama, que era la única hecha para sorpresa de nadie.

 

“No viniste a juzgar nuestro aseo personal.” Dijo Sirius.

 

“Aunque no estaría mal que se lo tomaran más en serio.”  

 

“Moony, concentrate.”

 

“Ah, si.” Remus le dedicó una mirada a Sirius quien se congeló por un momento antes de carraspear y volver a centrarse en el pedazo arrugado de papel que sostenía.

 

“Explicate.”

 

“No hay mucho que explicar, Sirius. Asumo que ya lo leiste.”

 

Regulus.”

 

“Esta bien.” Respiró profundamente antes de enfrentarse al escrutinio de los varios pares de ojos en la habitación. “Solo no quería pensar en eso, ¿Si? Estoy cansado de estar aterrado de lo que ella pueda hacer.”

 

“Aun así, deberias haber dicho algo.

 

Había algo similar a la traición en la mirada de Sirius. Algo triste y agotado. Regulus quiso encogerse pero se obligó a pararse derecho. Conocía a su hermano, su imprudencia y pensamientos impulsivos. Regulus había aprendido en este último tiempo que disfrutaba siendo un niño pero con Sirius a veces debía actuar como un adulto y hacerle entender.

 

“No es como si hablarlo cambiara algo, sabiéndolo o no, igualmente debo de ir a casa para las navidades.” Trato de decirlo suavemente, casi como si no le importara. 

 

“Podemos buscar la forma.” Continuo tercamente. “Tal vez  puedas volver con nosotros a Potter Manor.”

 

“No, Sirius. No lo haré, sabes que ella es capaz de acusarlos de secuestro o algo.” Explicó rotundamente. No quería meter a los Potter en ningún tipo de problema legal.

 

 “O podemos quedarnos aquí y festejar navidad en Hogwarts” Opinó James. 

 

“Eso sería genial.” Sirius asintió casi felizmente y algo esperanzador comenzó a brillar en sus ojos. “Me encantaría que pudiéramos pasarlo con Effie y Monty pero estar aquí también es bueno.”

 

Se sintió horrible de tener que destruir sus esperanzas pero Regulus sabía que retrasar esto no resolvería nada. No así como estaban las cosas.

 

“No.” Dijo abruptamente y ganándose la mirada desconcertada de ambos. Probablemente porque su tono de voz había sido particularmente helado. “Quedarme tampoco lo resolverá, deberé volver en pascuas e incluso al finalizar el año. No ir ahora solo empeoraría las cosas más adelante."



"Maldita sea" , maldijo Remus en voz baja. Sirius seguía terco y con los brazos caídos, los puños cerrados a sus costados.

 

“Al menos nos daría un poco más de tiempo, Reg. Quédate ahora y ya después lo resolveremos.”

 

“El mundo no va a funcionar según tus deseos, Sirius.” Su hermano comenzaba a enojarse, podía ver como su cuello se tornaba rojo.

 

Estaba bien. Regulus sabía combatir fuego con hielo. 

 

“Madre no necesita que la escuela termine, tiene todo el derecho legal de sacarme de la escuela cuando lo desee. Incluso podría transferirme.”

 

“¿Transferirte?” dijo en un hilo de voz.

 

“No es como si no lo hubiera mencionado antes.” Dijo a la ligera. “Lo sugirió en mi primer año cuando no le gusto el tipo de compañía que mantenía.”

 

Liam se estremeció a su costado al sentirse aludido. Si, habían pasado muchas cosas que nunca le había mencionado a su mejor amigo.

 

“Ella no tiene el derecho de hacer eso.”

 

“Ese es el problema, hermano. Ella si lo tiene, es mi tutora.”

 

La habitación había bajado varios grados desde que habían comenzado a hablar, no sabía si era el invierno que se asomaba por la ventana o las emociones de todos que se habían vuelto frías y sombrías con la resolución final de Regulus.

 

Si, él tendía a arruinar el buen ambiente.

 

Fácilmente se convertía en una especie de dementor que absorbía la felicidad de quienes lo rodeaban, una habilidad heredada de Walburga.

 

“Debes ir.” Declaro Remus.  Regulus casi suspiró  cuando alguien en esa habitación demostró tener algo de sentido común. Solo que el chico volvió a hablar, no había vacilación en sus palabras cuando dijo: “Eso no significa que no podamos hacer algo para ayudarte mientras estás ahí.”

 

“Estoy seguro de que podemos planear algo.” Complemento Peter con una mirada clara que le había visto un par de veces mientras jugaban al ajedrez. 

 

"Merlín, ¿Son todos los Gryffindor unos tercos irremediables?"

 

"No tienes idea." James sonrió en su dirección, como si estuviera completamente orgulloso de sí mismo. Era exasperante.

 

Se giró para ver a Liam, necesitaba apoyo para detener a estos imbéciles. Claro que olvidó que su amigo era otro imbécil.

 

"Buscaremos la forma de mantenerte a salvo." Declaró como el tejón testarudo que era.

 

"Dudo si quiera el poder mandarles una lechuza para decirles que tan mal están las cosas."

 

"Hay otras formas en las que puedas contactarnos y estaremos preparados para sacarte al menor indicio de peligro." James se veía decidido, una media sonrisa arrogante cubría su rostro.

 

"¿Cómo planean hacer eso?"

 

"Ten un poco de fe en nosotros, Reggie." Su hermano lo miró fijamente, aún había furia emergiendo de él pero no parecía que estuviera dirigida a Regulus. "Un merodeador no se rinde fácilmente."

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