
Capitulo 9
CAPÍTULO IX
«¿Por qué nos incomoda tanto el silencio? ¿Por qué encontramos alivio en tanto ruido?» Martes con mi viejo profesor – Mitch Albom
Sirio
Estaba aterrado. Por las noches apenas podía dormir y la única salida que había encontrado a sus pensamientos intrusivos había sido el ruido. Sirius siempre había odiado el silencio pero ahora era diferente, no podía soportar el estar en su propia cabeza. Buscaba maniaticamente cosas que hacer, bombas de estiércol que explotar, ventanas que pintar , cuadros que molestar, soltar criaturas molestas por el castillo y más, más, más. Había querido festejar su cumpleaños a lo grande pero decidió festejarlo unos días después, en la noche del primer partido del año que definitivamente iban a ganar. Se enfrentaban a los Ravenclaw y si bien era un equipo muy fuerte, Sirius tenía plena confianza en su equipo, la victoria estaba garantizada. Además, estaba realmente motivado con la idea de embriagarse hasta el olvido.
Había tanto que quería sacar de su mente, sentía que se estaba ahogando en sus propios sentimientos. Necesitaba hablar con alguien, decir cómo se sentía pero el poner en palabras lo que pasaba por su mente lo volveríareal. Sirius no estaba listo para lidiar con eso, con preguntas que requieren respuestas. No quería pensar en las verdades que mantenía ocultas y él se sentía... Últimamente se sentía como una gran mentira andante.
Su madre lo había llamado traidor de sangre más de una vez y tal vez si le habían dolido un poquito esas palabras, después de todo, era su madre. Pero ahora si que se sentía como un traidor. Porque los traidores mienten y engañan, usan máscaras, artimañas. Los traidores se camuflan y confabulan con una sonrisa bien puesta en su rostro. Sirius estaba traicionando a Mary y a sí mismo. Eso dolía más que ser un traidor de sangre, porque estaba aferrándose a una persona que lo quería y aprovechándose de sus sentimientos para poder huir de los propios. Era tan cruel y despreciable.
"Dime qué es lo que te pasa, Black". Dijo ella el día de su cumpleaños, se habían escapado a su habitación por la tarde, sabía que ninguno de los chicos estaría, se habían asegurado de tener la habitación libre para los dos. Era la segunda vez que tenían intimidad y ella se veía radiante. Sirius no era la primera experiencia sexual de Mary pero ella no se burló de su inexperiencia, por el contrario, aprendieron juntos a conocer el cuerpo del otro.
Ella lo guiaba, él se lo permitía.
"¿Que te hace creer que me pasa algo?"
"Bueno, tienes esa expresión complicada en tu rostro que realmente baja un poco el estado de ánimo, si me entiendes." Levantó las cejas sugestivamente y Sirius sonrió, porque Mary era divertida. Siempre lograba sacarle una sonrisa, eso era algo que adoraba de ella. "Es broma pero si hay algo que te molesta podrías decirlo, no necesariamente a mi pero tal vez a alguno de los chicos. Tragarse las palabras no nos hace ningún bien."
"Vaya, quien diría que el sexo te pondria tan habladora." Desvió el tema y ella lo noto pero no dijo nada al respecto, solo sonrió de lado y lo dejó ser. "Sería lindo que me dijeras otro tipo de cosas."
"Solo para darle gusto al cumpleañero, diré todo lo que él quiera." Se inclinó para volverlo a besar y Sirius no la rechazó pero se sintió culpable, porque ella era tan hermosa e increíble. Era suave, tan suave. Pero mientras ella lo besaba, mientras él la correspondía; No podía dejar de pensar que disfrutaba más de ella cuando tan sólo hablaban, cuando simplemente se tomaban de las manos o se abrazaban. Los besos estaban bien, su cuerpo también reaccionaba cuando ella lo estimulaba y cuando se hundía en ella de manera intermitente podía sentir las pequeñas oleadas de placer, llegaba inevitablemente al orgasmo y se esforzaba el doble para que Mary la pasara bien. Porque ella merecía cosas buenas, ella merecía el mundo entero. Él intentaba, realmente trataba de que su cuerpo la deseara, que su corazón se sacudiera cuando ella estaba cerca y que su mente pensara en su nombre (y solo en su nombre,).
Simplemente no funcionaba. Sirius estaba roto, la quería a ella pero se daba cuenta que no lo hacía de la forma en la que debía. No como James quería a Evans, no de esa manera. Pero si la asombrosa Mary Macdonald no era capaz de enamorarlo, ¿Que otra mujer lo haría? Ella fue la primera chica que realmente le había parecido interesante pero simplemente... Él no Podía. Era frustrante, no sabía qué era lo que le pasaba.
O tal vez sí sabía.
Calla. Calla. Calla.
Sirius odiaba el silencio pero ahora mismo solo quería eliminar el sonido de sus pensamientos.
...
El partido que jugaron aquel viernes contra Ravenclaw terminó como Sirius lo habría predicho, Gryffindor terminó arrasando en la cancha. Para cuando Marlene McKinnon atrapó la Snitch, ya había una gran franja de puntos a favor de su equipo. James se había lucido a lo grande metiendo la Quaffle en el aro repetidas veces y se pavoneaba con cada punto ganado, Sirius golpeó Bludgers activamente, posiblemente la mitad del equipo contrario le tuviera resentimiento por un largo tiempo pero poco le importaba, el deporte lo ayudaba a despejarse y aún más si eso incluía lanzarle cosas a las personas. La profesora Hooch lo retuvo después del partido, lo elogió por su buen desempeño como golpeador y lo regañó brevemente por brutalidad innecesaria. Bueno, si no querían que hiciera daño a sus contrincantes no deberían haberlo instado a tomar el rol más violento del juego (en el que era naturalmente bueno).
Los leones tenían mucho por lo que festejar y lo hicieron, a lo grande.
Antes de regresar a la torre Gryffindor, estallaron fuegos artificiales y juegos de luz que brillaban en hermosos tonos dorados y rojos. Era magia perfectamente ejecutada, no tuvo que ver para saber que Remus estaba en algún lado de las gradas, medio oculto con una sonrisa imperceptible queriendo formarse en su rostro, seguramente Peter estaría a su lado ejecutando los hechizos mientras formaba pucheros y arrugada la frente, esforzándose fieramente en estar a la par.
Todo ese ruido y luz alivió un poco su frustración interna, se había envuelto en la euforia que proporcionaba la
victoria, deseaba que el sentimiento durará toda la noche.
"Hey, estuvieron genial ahí arriba." Felicitó William quien se había acercado junto con Regulus, ya que claramente era imposible verlos lejos uno del otro.
"Buen juego". Dijo el más pequeño, algo reticente como si le costara hacer el cumplido. Regulus formaba parte del equipo de Quidditch de Slytherin y era posiblemente el mejor jugador de su casa, era hábil y veloz. Sirius creía que podría llegar a ser un buscador profesional sin problemas. Pero ante todo, Regulus poseía un fuerte orgullo y a Sirius le sorprendía enormemente que siquiera se hubiera acercado a todos ellos para decir aquello. Era una pequeña pero significativa muestra de afecto de parte de su hermano. Eso logró que Sirius pudiera sonreír sinceramente en días.
"Gracias, Kitty". Respondió y el apodo no fue particularmente apreciado.
"Retiro lo dicho, todo fue una absoluta aberración para la vista y tus golpes fueron increíblemente imprecisos." Comenzó a decir Regulus mientras trataba de mantener una expresión facial neutral pero tenía un pequeño tic en su ojo que lo hacía verse un poco chistoso.
"¡Mini–Negro!" Gritó una rubia acercándose a ellos. "¿Nos viste? Deberías comenzar a entrenar más, este año no te te vas a escapar. "
Marlene había perdido la snitch contra Regulus el año anterior, debido a eso hubo una gran diferencia de puntos y finalmente perdieron la copa de Quidditch ese año.
"No estés tan segura McKinnon". Confronta su hermano con seguridad, había una chispa de emoción en sus ojos. Jamás se los diría a ninguno de los dos pero James y Regulus eran alarmantemente similares con la devoción que proyectaban sobre aquel deporte. Inevitablemente, también eran competitivos. Sirius no se quedaba atrás en lo de orgullosos y competitivos pero admitía que veía el Quidditch más como una cosa para distraerse y pasar tiempo con su mejor amigo. Le gustaba pero hasta cierto punto.
Eso no significaba que no estuviera obsesionado con la idea de ganar la copa este año, simplemente para demostrar que él era el mejor. Ya lo dijo: orgulloso y competitivo.
"Ya lo veremos, niño". Desafío Marls con una sonrisa divertida que pocas veces daba, ya que últimamente se perdía en su nube de pensamientos. James se involucró en la charla en ese momento, había estado tratando de llamar la atención de Lily pero ella fingía que no se daba cuenta.
"Asumo que se unirán al festejo de esta noche. " Dijo el chico que tenía el cabello tan alborotado como siempre.
"¿Por qué haríamos algo como eso? Que ganasen no estaba entre mis deseos del día de hoy. " Gruñó el Slytherin. Nadie pareció tomarse su comentario en serio.
"Vamos Reggie, tu sombra de luz quiere ir." James señalando a William, quien efectivamente estaba detrás de Regulus brillando en un silencio expectante. Les sonreía como si ese fuera su estado natural y no pudiera poner otra expresión en su pecosa cara, Regulus era todo lo contrario. Miró fríamente a su amigo y fue como si tuvieran una conversación de miradas, tal vez habían aprendido a ser ligeramentes. Sirius reprimió un escalofrío ante el pensamiento, realmente esperaba que no pudieran leer la mente, ya su madre le había dejado varios traumas al respecto.
"Mira, no solo es por el juego. Vamos a celebrar el cumpleaños de Sirius. " agregó James y estaba seguro que la sonrisa de William sería más grande de ser físicamente posible.
Regulus le dirigió una mirada gélida pero finalmente soltó algo similar a un suspiro antes de decir que tendría en cuenta la invitación, no había accedido a ir pero el gesto triunfal en el rostro del rubio les dejo a todos en claro que había altas probabilidades de verlos a ambos esa noche.
...
La fiesta de triunfo era muy ruidosa, Sirius sabía que McGonagall estaba haciendo la vista gorda, pero era una tradición y la mujer amaba el Quidditch lo suficiente como para ablandarse un poco.
La música se expandía por la sala común mientras todos bailaban, algunos chicos de sexto habían podido contrabandear bastante alcohol de dudosa calidad, Peter se escabulló en las cocinas por insistencia de Sirius y James unos cuantos días antes, pudo traer unas cuantas botellas de hidromiel y whisky de fuego. Remus incluso consiguió algo de alcohol muggle. Los mejores licores los guardaron para cuando ganarán la copa de Quidditch o tal vez, para una emergencia emocional.
Los elfos hicieron aparecer varios bocadillos en la sala común por pedido de James e incluso incluyeron un gran pastel de cumpleaños. Tuvieron que cantar tres veces porque resultó que Sirius no era el único que había cumplido años en esa semana.
"¡Que buen cumpleaños!" Mary se acercó a él para besarlo, junto a ella estaban Evans y Mckinnon. Evidentemente las tres habían bebido lo suficiente como para verse risueñas.
"¿Disfrutando el doble festejo, Black?" Preguntó Evans. Ellos no se llevaban mal pero debía admitir que la chica parecía que toleraba a James y Sirius solo por Remus, por lo que no solían hablar mucho.
"Obviamente. " le respondió levantando su botella para que Lily pudiera verla, como si la bebida fuera por sí sola una confirmación de su buen estado de ánimo. Luego señaló el trago que ella tenía entre sus manos." Y parece que tu también, señorita Prefecta."
"Los Prefectos también tenemos derecho a divertirnos." Dijo la pelirroja tratando de encogerse de hombros.
"Bien por ti, Evans." Brindaron sonrientes.
Sirius vio a su hermano sentado en uno de los sillones junto con William y Remus, los tres estaban hablando relajadamente. Su hermano casi sonreía. Probablemente no se había dado cuenta. Él y las chicas se acercaron a ellos.
"Que apuesto estas, Mini-Black." Comentó Mary mientras despeinaba el cabello de Regulus, quien la miró con molestia.
"No me llames así. "
"¿Debería decirte cuñado? ¿Reggie?" Consultó ella con su característica sonrisa felina. "Oh, cierto. Había olvidado que ahora eres nuestro minino."
Regulus se vio espantado. "No lo diga-"
"Gatito ". Interrumpió ella. Regulus suspiro frustrado. Todos comenzaron a reír por lo bajo.
"Eres insoportable, Macdonald." Le dijo Regulus y luego miró al resto. "Todos ustedes lo son."
"¿Nosotros también?" Preguntó James quien se había acercado junto con Peter.
"No hay duda alguna de eso, Potter." Luego miró a Peter. "Pettigrew no, puedo hablar con él sin que se despierten mis instintos asesinos."
"Qué decepción, creí que yo era tu Gryffindor favorito." Dijo Remus.
"Si, eso fue porque me engañaste. Me hiciste creer que no eras un imbécil pero puedes ser muy frustrante. " le dijo petulante pero Remus sonrió de todas formas. Era inevitable no darse cuenta de que la amistad de ambos era tan fuerte que ni los insultos más rebuscados podrían ocultar el cariño que se tenían. Sirius todavía sentía un poco de envidia por ello pero a la vez le gustaba que ambos muchachos se llevaran bien. Eran las personas que más amaba, su familia.
"¿Y yo?" Preguntó William. "¿También te parezco molesto?" Regulus miró al chico de cabello rubio y rizado con frustración.
"Liam, tú eres el peor." El Hufflepuff abrió la boca fingiendo que se había ofendido pero luego soltó una pequeña risa.
"Bueno, tienes razón." Dijo." Si no fuéramos intensos contigo; nos hubieras ignorado."
"William tiene razón." Dijo James.
"Vamos, Kitty. Admite que nos adoras." Mary pasó un brazo por los hombros de Regulus y el chico se vio confundido por el gesto pero no lo rechazó.
"Antes me comería los apestosos calcetines de Sirius. " Respondió.
"Hey, yo no te había atacado". Le dijo Sirius." Además, mis calcetines no apestan."
"Si lo hacen." Dijeron James y Peter al unísono. Remus asintió en confirmación.
Traidores.
"Tal vez un poco pero al menos yo si lavo mi ropa interior, no como otros." Contraatacó mirando fijamente a James. "Tú higiene personal apesta, Prongs."
"Eres una pequeña mierdecilla, Black." Dijo su mejor amigo entrecerrando sus ojos en su dirección.
"Pero tiene razón." Dijo Peter sonriendo y soltando risitas. "Bueno, Reg también. Ambos apestan, chicos." Guardó silencio por un momento y luego los miró como si le ocurrido hubiese una idea increíble. "Deberíamos usar su ropa en lugar de bombas de estiércol para nuestra próxima broma. Solo que no creo que nadie en el castillo sobreviva a semejante ataque."
Todos rieron ante las ocurrencias de Peter.
Pero Sirius y James compartieron una mirada antes de lanzarse sobre el chico para torturarlo en venganza por haberse burlado de la higiene de ambos.
"¡Moony!" Suplico el rubio mientras trataba de soltarse del agarre de sus amigos. "¿Un poco de ayuda?"
Remus suspiró pero se levantó de su asiento y trató de alejar a Sirius de Peter, ya que el pelinegro tenía maliciosas intenciones de hacerle cosquillas con una pluma que acababa de embrujar. James trató de retener a Remus pero el chico era más alto y fuerte (aunque no lo aparentaba), se lo sacó de encima con un poco de dificultad. Pero tropezó cuando Peter se cayó al suelo y trató de agarrar el brazo de Sirius para estabilizarse, lo que no funcionó. Lo terminó arrastrando al piso consigo. James vio a sus tres amigos, uno sobre el otro y en lugar de tratar de levantarlos, decidió unirse a ellos. Sirius gimió cuando sintió el peso de James sobre su espalda. Hubo otra tanda de risas escandalosas.
"Me he estado preguntando, cómo sería si estos cuatro se emparejan entre sí." Marls entrecerró los ojos en dirección a los merodeadores.
Sirius asumió que esa debía de ser una imagen entretenida. Cuatro muchachos de quince y dieciséis años (bastante borrachos) enredados entre sí en el suelo de la sala común y todo eso mientras la fiesta estaba en pleno apogeo. Muy pintoresco.
Le sorprendió que nadie más se hubiera caído sobre ellos, pero lo agradecía ya que apenas podía respirar ahí abajo.
"Eso es fácil, obviamente Sirius sería mi esposa. " dijo James saliendo por fin de su espalda, se alivió cuando el peso extra desapareció.
"Y los cuernos si que te quedarían, Prongs. " dijo Peter que estaba demasiado ebrio como para darse cuenta de que había expuesto a su amigo como un animago frente a todos con aquel chiste. Pero estaban demasiados ebrios como para ponerse a analizar lo dicho, nadie le prestó atención al comentario.
"Entonces eso dejaría a Remus con Peter." Dijo Lily risueña.
"No me convence, son muy parecidos. Sus personalidades deberían contrastar." Comentó Marls.
"Chicas, es obvio." Dijo Mary. "Quien mejor pegaría con Remus es James.
"Si, eso suena bien." Marlene Concordó. " Hasta química tienen. "
"Y se besaron." Recordó Lily soltando una risilla.
"¿Como que Moony con James?" Sirius no pudo evitar intervenir mientras se ponía de pie. Estaba absolutamente indignado. "Mi personalidad contrasta mucho mejor con la de Remus."
"No te pongas celoso, Black". Dijo James con arrogancia. "Ellas saben que soy un mejor partido para Remus que tú."
"No, no lo eres." Sonó más a la defensiva de lo que quería por lo que se apuró en agregar. "¡Yo soy el presidente de su club de fans!"
"Me alegro por ti, Pads." Respondió condescendiente el pelinegro mientras lo empujaba con diversión.
Todos miraron el intercambio con expresiones entretenidas cubriendo sus rostros. Marlene se dirigió a sus amigas pero todos pudieron escucharla a la perfección.
"¿Cómo te hace sentir que Sirius probablemente prefiera ser el presidente del club de fans de otra persona antes que tu novio?" Dijo divertida la rubia a lo que Mary respondió sin dudar.
"Es Remus, hasta yo dejo en segundo plano mi relación por nuestro chico." Respondió la morena sin dudarlo.
"Cada día me sorprende un poquito más la devoción que este grupo proclama por Lupin." Comentó William por lo bajo, Regulus aún estaba a su lado y miraba toda la escena en silencio pero sin perder detalle.
Sirius se preguntaba porque era que su hermano lo miraba como si estuviera resignado.
No mucho después todos comenzaron a dispersarse por la sala, la fiesta no parecía acabar pronto pero su hermano se acercó para despedirse, las fiestas no eran el lugar favorito de Regulus.
"Diez". Empujó una especie de libreta envuelta en sus manos. Sirius tardó un minuto en entender que era un regalo. "Feliz cumpleaños".
"Gracias." Sirius había estado dando sonrisas de borracho toda la noche pero esta era brillante y muy sincera. Su hermano se quedó completamente serio pero pudo ver ese titubeo que hacían sus labios cuando se forzaba a ocultar una sonrisa.
"Sirius, sin mares tonto". Le dijo y no parecía un apodo o un insulto, era una observación. Realmente le estaba diciendo que no fuera estúpido.
"¿En qué?" Preguntó confundido.
"En esto, en todo esto." Mientras decía esto, Regulus miró a Mary que bailaba con sus amigas y luego a Remus quien se había apoyado en una pared. El chico tenía una sonrisa perezosa en el rostro y bebía plácidamente una botella de alguna bebida muggle. Parecía estar perdido en sus pensamientos mientras observaba a las personas de la sala. En un momento, sus miradas se encontraron brevemente antes de que la desviara para volver a ver a Regulus. Lo que fue peor, el menor lo miraba como si hubiera confirmado algún tipo de sospecha.
Algo se apretó dentro de Sirius, un pánico comenzó a crecer mientras palabras como asqueroso o repugnante acudían cruelmente a su memoria. La voz de su madre era un eco en su cabeza que se reproducía en un tortuoso bucle lleno de desprecio.
No podía dejar de preguntarse si era tan obvio, si tanto se notaba, quería pedirle a Regulus que le dijera que podía hacer para que dejara de ser notorio, para que todo esto desapareciera.
"No sé de qué hablas." Dijo en cambio, a la defensiva y su hermano lo miró con seriedad pero no volvió a decir nada al respecto.
"Buenas noches, Sirius. " se despidió. En cuanto lo vio desaparecer por la puerta decidió escabullirse a su habitación, necesitaba fumar algo. Estar ebrio no era suficiente y sentía que si no se movía rápido expondría su pánico en frente de todos los que aún estaban en la fiesta. Lo habían descubierto, alguien se había dado cuenta y no cualquier persona: su hermano.
¿Y si lo odiaba por ello? No podría soportar ser despreciado por Regulus. Sabía que lo que sentía estaba mal, por eso no quería que nadie lo viera. Si su hermanito comenzaba a verlo con repugnancia, no sabría qué hacer.
El aire empezó a faltarle, no podía mantener firme su respiración. No era la primera vez que le pasaba, no era tan fuerte como el último ataque que había tenido en la casa de James. Trato de contar cosas pero lo único que había en cantidad eran libros que le recordaban a Remus y eso lo empeoraba. Miró entre sus manos, aún tenía el regalo. Lo abrió con manos temblorosas, era una especie de libreta de cuero con sus iniciales. Cuando vio dentro de ella, su respiración agitada se reguló lentamente, volviendo a la normalidad poco a poco. Se quedó fascinado.
Era un dibujo mágico que se proyectaba en el aire; había un cielo estrellado en donde se podían distinguir perfectamente dos constelaciones y una luna creciente. Se podía ver la figura de dos personas montadas sobre unas escobas. El dibujo era de distintos tonos de azules brillantes o oscuros pero era obvio que el boceto había sido negro inicialmente. Era hermoso.
Sirius no pudo evitar derramar un par de lágrimas.
"Es increíble. " dijo una voz detrás de él. Remus miraba la proyección maravillado, sus mejillas estaban encendidas por el alcohol y se podía ver el reflejo azul del dibujo en sus ojos vidriosos. No sabía en qué momento había entrado a la habitación pero ahora estaba ahí, junto a Sirius quien se había sentado en el suelo, apoyando su espalda contra la cama de su amigo. Remus se sentó a su lado y no preguntó por sus lágrimas. Sirius no era una persona que llorará con frecuencia pero últimamente sentía que lloraba por todo. Le avergonzaba un poco que lo vieran en este estado pero con Moony podía permitirse ser vulnerable. Él era muy confortable. Tan cálido.
Era fácil abrirse con él a pesar de que Remus fuera tan reservado con sus sentimientos.
Sirius nunca había visto a su amigo llorar, tal vez sí al borde de las lágrimas o sollozando cuando tenía una transformación particularmente mala. Pero Remus no lloraba, no frente a él.
Tal vez era su instinto de hombre lobo alfa que no le permitía ser vulnerable con los otros, con los muchachos creían que Remus había adquirido algunas características del lobo en su día a día. Se podía ver en su mirada feroz cuando se enfadaba o en lo protector que podía volverse con algunas cosas.
Le gustaba cuando Remus se ponía protector con ellos, era como si parte de él admitiera que los merodeadores le pertenecían. Y Sirius estaba gustoso de pertenecer a Remus.
"¿Es un regalo?" Preguntó el castaño, Sirius asintió mientras se limpiaba las lágrimas con el torso de la mano. "¿Quién?"
"Regulus. " contestó. Remus sonrió con orgullo.
"Lo hizo realmente bien." Dijo y luego señaló a las figuras que volaban. "¿Son ustedes?"
"Si, eso creo." Trató de no apartar la mirada de la libreta. "Volamos juntos en la casa de James durante el verano."
"Eso es bueno."
"Se sintió bien, difícil pero correcto." Dijo." Como si en ese momento hubiéramos vuelto a ser niños, hermanos."
"Aún son hermanos, Sirius. "
"A veces se siente como si no lo fuéramos, como si no pudiéramos llegar el uno al otro." Parpadeo mientras miraba las estrellas, brillantes y nostálgicas. "Pero luego hace cosas como estas y siento que… Merlín, siento que no hago nada para merecerlo."
"Sirius…"
"No, no lo digas." Dijo mientras cerraba la libreta y la dejaba a un lado. "Fui un hermano de mierda antes y ahora. Lo abandoné una vez, a veces siento que lo sigo abandonando."
"Oye, Pads." Remus atrajo la cabeza de Sirius hasta su pecho en una especie de abrazo que le sorprendió. "No lo abandonaste, solo eras un niño e hiciste lo mejor que pudiste."
"Pero se supone que ya he crecido."
"Aún somos jóvenes." Sintió que el castaño acariciaba su cabello distraídamente. "Tenemos tiempo."
"No quiero volver a decepcionarlo." Confesó. "Me da miedo perderlo."
"Está bien tener miedo a perder a las personas que amas, es algo humano." Dijo Remus y Sirius se alejó de su pecho lo suficiente como para poder ver sus ojos que brillaban pero inevitablemente desvió la mirada a sus labios por un segundo.
"¿Tú también le temes?" Preguntó cuando notó lo que había hecho.
"¿Qué cosa?" Remus parecía repentinamente confundido.
"Perder a alguien que amas." Aclaró Sirius. "¿También te asusta?"
Remus lo miró fijamente, logrando que Sirius se sintiera nervioso. Sus labios se volvieron una línea fina pero finalmente respondió.
"Todo el tiempo. " Su voz era rasposa y el sonido salió un poco más bajo de lo normal. Nunca dejó de mirar a Sirius a los ojos. El pelinegro sintió a su corazón golpear con fuerza contra su caja torácica.
Al final se alejó de su amigo, temiendo que este pudiera oír sus ruidosos latidos.
"¿Por qué subiste?" Preguntó Remus.
"Cigarrillos." Respondió. No pensaba decirle que quería evitar tener un ataque de pánico en medio de la sala común. Además, ese había sido su objetivo inicial. "¿Y tú?"
"Te perdí de vista." Dijo Remus. "Supongo que vine a estar contigo."
Cálido. Tan cálido que podría quemarlo. Sirius sabía que posiblemente el chico estaba lo suficientemente borracho como para no darse cuenta que lo que decía estaba teniendo otro tipo de impacto en él. Se estaba sintiendo tan querido.
Entonces, como si las palabras no hubieran sido suficientes, Remus se había inclinado sobre él y acomodó su cabello con suavidad detrás de su oreja. Sintió el toque frío de sus dedos en su piel por unos segundos pero fue suficiente para hacerlo estremecer. El chico pareció notarlo porque lo miró divertido sin apartar su mano.
"Tienes las manos heladas." Se explicó avergonzado y su amigo soltó una risa divertida que adornaba con una sonrisa. Se puso a pensar que era una sonrisa muy linda.
Últimamente Remus no sonreía mucho, al menos no tan sinceramente como ahora. A veces, parecía que el chico se esforzaba por aparentar estar bien.
Embelesado por la sonrisa que le dedicaba, Sirius se dio cuenta que extrañaba verlo feliz. ¿Hace cuánto que Remus no le daba una sonrisa tan hermosa?
"Moony, ¿Estás bien?" La risa se cortó y una mirada miel cayó rápidamente sobre la suya antes de alejar su mano, cortando con el contacto. Sirius quería quejarse por ello.
"¿Por qué no lo estaría?" Evitó. Otra vez, tratando de desviar las preguntas.
Sirius lo miró expectante, deseoso de que compartiera algo, cualquier cosa. Siempre era de esa manera con Remus, rogar por migajas de su atención. No importaba que se conocieran hace tanto tiempo, a veces se sentía que los separaban firmes muros de concreto.
"No te ves muy bien estos días, creo que algo te preocupa. " Eso hizo suspirar a su amigo quien luego le dedicó el intento de una sonrisa.
"Reg me dijo algo parecido hace unas semanas." Sirius frunció el ceño de forma automática. Le molestaba que su hermanito lo hubiera notado antes que él. Remus había sido su amigo por mucho más tiempo, él debería ser quien notara ese tipo de cosas de inmediato.
"Entonces, algo si te preocupa. "
"Tal vez. "
"¿Puedo hacer algo para ayudar?" Preguntó y Remus lo miró significativamente.
"No lo creo, Sirius." Respondió, casi con tristeza.
"Lo siento." Dijo.
"¿Por qué?" Preguntó Remus.
"Por no poder hacer nada por ti, por tardar en darme cuenta de que no estabas bien."
"Sirius, tú haces mucho por mí. "
"¿Sí?"
"Claro que sí, Pulgoso. Eres… importante para mí."
"Tú también importas mucho, Moons." Dijo Sirius. “Y no solo para mí, en general tú... importas. Eres especial, muy especial.” Balbuceo lo último porque quería decir mil cosas que estarían fuera de lugar, cosas que nunca se permitiría decir.
"Es bueno saberlo." Soltó una pequeña risa y se miraron. Las manos de Sirius picaban por la ansiedad de tocar la piel de su amigo, quería acercarse. Quería que Remus volviera a tocarlo con sus manos frías. Movió sus manos un poco, casi nada y rozó el dedo meñique de su compañero, a quien sintió tensarse pero no se alejó. En cambió, colocó el dedo sobre la mano de Sirius y trazó una línea en el torso de esta, una caricia que subió lentamente hasta la muñeca del pelinegro causando escalofríos. Sirius contuvo el aliento cuando la mano de Remus se envolvió en esa zona, atrapando su muñeca sin hacer mucha presión. Lo dejó estar unos segundos pero entonces notó que ahora estaba expuesto, porque Remus podía sentir su pulso y eso significaba que era consciente de los acelerados latidos de su corazón. Sirius levantó la mirada rápidamente mientras rompía el contacto, no quería que Remus lo supiera. No podía enterarse de lo mucho que le podía afectar su presencia, su piel. Él.
Pero el problema era que Remus parecía ya saberlo, su boca tenía una mueca de incredulidad y sus ojos estaban abiertos pero… sus pupilas.
Su iris era una franja de dorado que estaba siendo absorbida por un pozo negro. Sirius sintió que se le cortaba la respiración mientras era consciente de lo cerca, de lo absurdamente cerca que estaban uno del otro. No pudo evitar mirar aquellos labios rosados y sintió un calor en la boca del estómago que comenzaba a expandirse por el resto de su cuerpo. Estaban a centímetros de distancia, el aliento de Remus chocaba en su rostro y era caliente, como si hubiera bebido whisky de fuego. Sirius se preguntó si a eso sabría su boca, si sus labios serían suaves o ásperos. Entonces empezó a pensar que probablemente Remus no estaría de acuerdo con eso. Se dijo que debería alejarse, que no hiciera algo estúpido.
Pero entonces, ¿Porque estaba tan cerca? ¿Porque Monny no lo empujaba lejos? No, esto estaba mal.
"¿Moons?" Su voz salió como un suspiro pero fue suficiente para llamar la atención de su amigo que carraspeó mientras tomaba distancia nuevamente. Ahí estaba, Remus se alejó en cuanto recuperó la consciencia porque lo que sea que estaba por hacer no era algo que hiciera con sus sentidos funcionando correctamente. "Creo que deberíamos volver a la fiesta…" dijo Sirius, porque sentía que debía llenar el silencio de alguna manera.
"Si, yo… bajaré en unos momentos." Dijo Remus mientras se levantaba del suelo y buscaba en su cajón. Sirius también se puso de pie, no sin antes tomar el dibujo que le habían regalado.
"De acuerdo." Le dijo.
Remus no dijo nada mientras veía a Sirius dejar su nueva libreta entre los libros del estante y tomar una caja de cigarrillos de un cajón. El silencio nunca antes había sido tan vibrante entre los dos.
"Te veré abajo." Se despidió tratando de evitar la mirada de Remus. Cuando salió de la habitación, se apoyó contra la madera de la puerta y respiró profundamente. Porque a pesar de que quería justificar a Remus diciendo que todo se trataba de un error, no podía sacarse de la cabeza sus pupilas dilatadas.
¿Qué había sido todo eso?
...
Unos días después, Sirius seguía dándoles vueltas al asunto. Porque no era lo suficientemente estúpido como para no notar que Remus y él casi se habían besado.
Bueno, estaban borrachos... posiblemente sus pensamientos estuvieran demasiados nublados y además habían estado compartiendo sentimientos, esas cosas blandas que probablemente los hubiera confundido un poco a ambos.
No, Sirius sabía que el alcohol solo había confundido a Remus porque si fuera por él... si fuera por Sirius, lo hubiera besado sin tomar una sola gota de alcohol.
Y jodidamente se odiaba por ello.
Quería arrancarse las hebras de su cabello, gritar y llorar. Quería un giratiempo para volver a aquella noche y no hablar, no separarse y ver que pasaba. Necesitaba saber qué hubiera pasado, que estaba dispuesto a hacer Remus.
Ahogó un sonido de frustración contra su almohada, su mejor amigo lo ignoró. James había tratado de lidiar con el extraño humor de Sirius los primeros días, pero después de una semana se cansó de que le dijeran:"Estoy bien"o"Ya te dije que no me pasa nada, Potter. " y cosas suaves como:"Deja de ser un maldito entrometido."
Por lo que dejó de preguntar y se abocó a tratar de distraer a su amigo sin encender su mechero de irritación. Sirius estaba bastante agradecido por eso, amaba y confiaba en James pero aún no se sentía listo para darle explicaciones de sus emociones. Al menos no sobre estos sentimientos que estaba teniendo. Que lo estaban consumiendo.
Ni siquiera había hablado con su hermano sobre el asunto, Regulus no lo había mencionado. Tampoco es como si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo ya que Sirius no estaba exactamente buscando encontrarse con el chico. No quería evitarlo pero temía lo que pudiera decirle, estaba aterrorizado de que Regulus le dijera que era un asqueroso enfermo, una decepción o alguna de esas cosas hirientes que le había dicho Walburga.
Ante esos pensamientos, volvió a gemir dolorosamente como un perro pateado.
James estaba revisando el mapa del merodeador, explorando el terreno para ver cuándo sería el mejor momento para gastar una pequeña broma cuando de la nada soltó una exclamación que sonaba como un:"¡Ajá!" Sirius alejó su cara de la almohada para poder ver a su amigo, quien alzó la cejas de forma sugestiva en su dirección mientras una sonrisa ladina se extendía por su rostro.
"¿Qué pasa?" preguntó Sirius, acercándose curioso y ansioso por cualquier cosa que pudiera distraerlo de sus pensamientos.
"Mira aquí". Señaló un punto y lo siguió con la mirada, era un cuarto de escobas del segundo piso. "¿Estará esperando a alguien?"
Sirius se sorprendió, no estaba al tanto de que su hermano estuviera viéndose con alguien pero él era bastante discreto por lo que era una posibilidad. Pero había algo extraño en la situación, Regulus no era el tipo de chico que se encerraba solo en un lugar oscuro y mucho menos en un espacio tan pequeño.
"James, ¿hace cuánto que está ahí?"
"No sabría decirte, lo acabo de encontrar hace unos momentos." Le dio una mirada insegura antes de preguntar. "¿Qué pasa?"
"No creo que sea nada pero..." sacudió la cabeza.
"¿Pero...?" Insistió James.
"No sé, me parece raro."
"¿Un mal presentimiento?"
"Tal vez." Dijo inseguro y su amigo asintió.
"¿Quieres que vayamos a ver?"
"Esperamos unos minutos para ver si alguien se acerca." Respondió. Deseando que su hermano estuviera teniendo algún tipo de romance y que no fuera necesario ir a ver porque estaba encerrado en un cuarto de escobas.
"Está bien, seguro alguien aparecerá en menos de diez minutos."
Y esperaron.
Cuando el tiempo pactado transcurrió, Sirius le dedicó una mirada preocupada a su amigo, quien lo miró un poco confundido pero no dudó en levantarse de su lugar y acompañarlo a buscar a su hermano. Estaban bastante lejos del lugar, por lo que durante el camino siguieron consultando al mapa, esperando que alguien se acercara pero Regulus seguía en la misma posición.
"¿Crees que pasó algo malo?"
"Espero que no." Sirius tenía una sensación horrible en su pecho.
Por favor, que esté bien. Se dijo a sí mismo mientras apuraba el paso. Necesitaba llegar con Regulus lo antes posible.