Black: De amor y otros vínculos

Harry Potter - J. K. Rowling
F/F
F/M
M/M
G
Black: De amor y otros vínculos
Summary
¿Y si tanto Regulus como Sirius hubieran salido juntos de Grimmauld Place? Los hermanos Black van a tener que lidiar con cambios bruscos en sus vidas y los vínculos que daban por sentado (o que ni siquiera creían tener) se van a volver cada vez más complejos de entender.
Note
Advertencia: Abuso infantil (expresado a través de la magia)Referencia a adicción de sustancias (expresada a través de pociones)
All Chapters Forward

Capitulo 7

CAPÍTULO VII



«Son demasiadas las personas que se sienten infelices y que no toman la iniciativa de cambiar su situación porque se las ha condicionado para que acepten una vida basada en la estabilidad, las convenciones y el conformismo.» Hacia rutas salvajes



Regulus

 

No era ninguna novedad pero  a Regulus le gustaba reivindicarse como cobarde a cada oportunidad que se le daba. 

Luego de la conversación que tuvo con William en la biblioteca, hizo lo que mejor sabía hacer: evitarlo. 

Al punto que no volvió a ir a la biblioteca los siguientes tres días por miedo a ser interceptado por él. Por momentos se preguntaba si Remus estaría confundido o preocupado por su ausencia pero lo más probable era que no le importara. Con eso último en mente, decidió que no lo buscaría para darle explicaciones.

Era estúpido, sabía que no tenía razones para huir de Liam pero simplemente sentía miedo de volver a enfrentarlo, era muy pronto.

Terminó por ocultarse en la torre de astronomía, era casi mediodía  y solo se había cruzado a una pareja de sexto que se veían acalorados, no tardaron en irse apenados. Regulus no le dio mucha importancia y se acomodó en el suelo, había buena iluminación y creyó que podría tratar de dibujar pero a su mente solo venían las cosas que estaba evitando.

Su hermano (A quien quería lejos,lejos y cerca), su ex mejor amigo ( su miedo a que viera el tipo de persona que era, su miedo a decepcionar a otra persona), las expectativas de su madre (También su locura y el cómo probablemente se estaba desgastando cada día más, el terror que le generaba pensar en lo que ella podría hacer cuando volviera), sus compañeros en Slytherin (Particularmente el desprecio que le tenían algunos de ellos). Había tanto para evitar, tantas cosas en las que no quería pensar.

Si fuera posible huir de uno mismo, ya lo habría hecho hace mucho tiempo.

Toda su vida envidio a Sirius por saber luchar,  por esa voluntad de pelear contra todo lo que se le pusiera enfrente,  como si no temiera perder nada.

Cuando había un obstáculo en su camino, Regulus lo saltaba o ni siquiera eso, se rendía y buscaba una alternativa que no lo obligara a tener que ver lo que estaba estorbando. 

Era un absoluto cobarde.

No servía para nada. 

 

Suspiro pesadamente renunciando a la idea de dibujar. Como siempre, era más sencillo buscar otra cosa para hacer antes que pensar en todo lo que estaba haciendo mal.

Estaba sacando su tarea de Encantamientos cuando escucho que la puerta se abría con fuerza, luego hubo unos pasos pesados y un fuerte sonido que solo podía ser descrito como frustración.

Al levantar la mirada, se encontró con James Potter quien claramente estaba muy alterado, al punto que no reparó en él por los siguientes cinco minutos, en donde Regulus lo observó consternado. El chico caminaba de un lado al otro, como si fuera un animal enjaulado y murmuraba por lo bajo palabras inaudibles a la vez que restregaba sus manos por su cabello que de por sí ya estaba alborotado. Cuando sus miradas se encontraron,  James soltó un suspiro y se acostó en el suelo, dramáticamente. 

Regulus estaba muy confundido, no sabía si debía levantarse y huir o esperar a que el otro chico se dignara a decir algo sobre lo que le sucedía. 

Tenía suficiente con sus propios problemas como para tratar de descifrar los de Potter.

Por fortuna, no tuvo que consolar al chico ya que alguien se presentó al rescate del chico maravilla.

 

"Ahí estás, Jamie". Dijo Pettigrew quien acababa de entrar al lugar notoriamente agitado, parecía que había corrido. Regulus se lo imaginaba, corriendo tras su amigo y pidiéndole que aligerara el paso.

 

"Ahora no ..." murmuró James tapándose la cara, sonaba irritado.

 

"Lo sé, haz tu berrinche tranquilo. Oh, Regulus, ¿Qué tal?"

 

Regulus lo miró sin demostrar su obvia incomodidad y asintió a su saludo pero no lo llegó a contestar ya que James volvió a hablar. 

 

"Yo no hago berrinches". Pettigrew lo miró condescendiente, lo que fue una gran sorpresa para Regulus. Todos decían que el chico seguía a Potter como un tonto, que jamás le plantaba cara y que hacía todo para quedar bien frente suyo. En resumen: medio Hogwarts lo consideraba un perrito faldero.

 

"¿Que se supone que estás haciendo ahora mismo?" Potter gruñó por lo bajo sin mirarlo y Pettigrew negó con desaprobación pero su gesto era gentil a pesar de que su amigo no podía verlo. "Esta bien sentirse frustrado pero es tonto el reaccionar de esta manera por cosas que no puedes controlar."

 

James se quedó en silencio y rodó sobre su cuerpo, quedando de costado y dándole la espalda a ambos, ignorando a su amigo. Peter negó con la cabeza nuevamente antes de sentarse junto a Regulus que trataba de fingir que era invisible, no entendía nada de lo que pasaba pero se sentía curioso por lo que pregunto por lo bajo que estaba pasando y Peter no dudó en responder. 

 

"James no sabe lidiar con el rechazo."

 

"No me rechazaron". Dijo el susodicho quien estaba al tanto de lo que decían pero se negaba a dar la cara." Bueno, hoy no me rechazaron."

 

"Esta bien, no lo hicieron. Pero se enteró que la chica por la que está loco estuvo enamorada de otras personas, lo cual no debería molestarle porque ella no le debe nada." Explicó Pedro.

 

"¡No es eso!" James se exaltó y finalmente se sentó, mirando a su amigo. "Yo sé que Evans no me debe nada, por más que me duela ella tiene todo el derecho a sentir lo que sea por otras personas pero simplemente... yo no sé cómo lidiar con eso. Pensar en ella queriendo a alguien más me mata, duele mucho y es porque yo había asumido que si ella se enamoraba de alguien, de una persona increíble y maravillosa, capaz de hacerla sentir eso que yo siento por ella, lo aceptaría. Por ella, por su felicidad pero internamente siempre creí que no habría nadie que la pudiera hacer feliz de la manera en la que yo estoy dispuesto a hacerlo. Y ahora me doy cuenta que no podría aceptarlo como pensaba porque yo se que Remus es increíble, sé que si el sintiera lo mismo por Evans, la haría absolutamente feliz pero yo soy egoísta y no quiero. No quiero que nadie más que yo lo haga, quiero ser yo quien la haga sonreír cada día de su maravillosa vida, quiero ver sus ojos brillar de felicidad y estar a su lado cada día, acompañarla en todo lo que ella decida hacer... ¡Por Merlin, estoy tan !" Se tapó el rostro sonrosado mientras tomaba aire lentamente, el discurso lo había agitado.

 

Regulus estaba disfrutando del espectáculo, no podía negarlo. Peter a pesar de tener los ojos abiertos un poco más de lo normal, sonreía satisfecho, como si hubiera anticipado que su amigo explotaría y posiblemente había sido eso lo que pasó,  porque no mucho después el chico frente a ellos se relajó notablemente, como si hubiera drenado todo lo que lo atormentaba.

 

"¿Ahora te sientes mejor?"

 

"Si, un poco". Miró a su amigo y le dedicó una pequeña sonrisa que no dejaba de ser sincera. "Gracias, cola de gusano".

 

"No hay de que, Prongs"

 

"Hablo en serio, siempre estás ahí para ayudarnos a salir de nuestras burbujas autocompasivas."

 

"Bueno, alguien tiene que hacerlo." Se encogió de hombros, restándole importancia.

 

"No es tu obligación".

 

“Lo sé.” Asintió con la cabeza y se acomodó el flequillo distraídamente."Pero me gusta ser útil.”

 

Eso último hizo fruncir el ceño de James quien se apresuró a decir de manera solemne.

 

“No tienes por qué ser útil. Eres necesario, Peter.” El rubio lo miró dudoso, como si no creyera del todo lo que le decía. “Los merodeadores no estaríamos completos sin ti.”

 

Había tanta sinceridad en sus palabras y expresión que ya no cabía lugar para las dudas, finalmente terminaron por sonreír el uno al otro con verdadero  afecto. Se sintió un poco mal el pensar en Peter como un lamebotas cuando claramente había una conexión real entre ambos.

 

Ellos estaban teniendo un momento y Regulus podría comportarse como un fantasma y no acotar nada para no romper el ambiente pero, como aun no estaba hecho de plasma, decidió intervenir con sutileza.

 

“¿Debería aplaudirles? Porque esa fue una gran función.”

 

Los Gryffindors, ahora conscientes de su espectador, compartieron una mirada y rompieron en risas contagiosas que le sacaron una sonrisa.

 

Eso que acababa de presenciar era amistad en su estado más puro y ante sentimientos tan poco conocidos ( casi olvidados), sintió envidia. También un gran anhelo por compartir una conexión como esa.

 

Tal vez debía dejar de huir de Liam e intentarlo. 

 

Si, el chico saldría perdiendo en ese vínculo, porque Regulus no creía poder ofrecerle nada especialmente bueno, todo era un movimiento bastante egoísta. Él no aspiraba a ser importante ni necesario como decía James, ni siquiera buscaba ser útil. Solo quería ser recordado, que alguien supiera de su existencia y si por un corto tiempo se divertían fingiendo que su amistad tenía futuro, era suficiente. Iba a procurar no encariñarse, no nuevamente. Disfrutaría la compañía de Liam hasta que este se diera cuenta del tipo de persona que era, con suerte tardaría en abrir los ojos lo suficiente como para que Regulus pudiera saborear el sentimiento de la felicidad que proporcionaba una amistad.

 

“Oye, Reggie. Sirius mencionó que no te vio en la biblioteca estos días.” Comentó Potter, interrumpiendo sus pensamientos.

 

“¿Desde cuándo va mi hermano a la biblioteca?” Dijo, en un intento de sonar despectivo pero su voz salió divertida. 

 

Estaba al tanto de que Sirius solía espiarlos a Remus y a él cuando estudiaban juntos, no solía acercarse pero les echaba un vistazo desde lejos mientras fruncía el ceño. Tenía sus propias sospechas sobre el asunto pero no estaba muy interesado en ahondar en los verdaderos sentimientos que su hermano tenía por el otro Gryffindor.

 

“Bueno, fue ayer con Remus, quien después le mencionó que no habías ido el día anterior.” explicó Potter mientras lo analizaba con sus ojos marrones teñidos de preocupación. Esa expresión le recordaba a Ehuphemia Potter, le incomodaba un poco, lo hacía sentir expuesto. “¿Pasó algo?”

 

“No, solo estuve un poco ocupado.” mintió. No le apetecía explicar que hasta hace unos momentos había estado evitando toparse con William Stone. Una cosa era admitir para sus adentros su cobardía y otra completamente distinta era exponerse como tal.

 

“¿Seguro?” Insistió y Regulus puso sus ojos en blanco.

 

“¿Me estás interrogando, Potter?” El moreno levantó las manos en señal de rendición.

 

“Esta bien, te creo. Solo que Remus estaba un poco preocupado, ha de estar pensando que te hizo enojar o algo de eso, puede ser un tanto fatalista.” 

 

Eso lo hizo preocuparse, Remus le agradaba y no le gustaría que el chico la estuviera pasando mal por un simple malentendido.

 

"Iré a la biblioteca para hablar con él." Respondió mientras se levantaba del suelo pero Pettigrew le dijo distraídamente que se encontraba en la enfermería. "¿Qué?"

 

"Eh." Movió la cabeza y su expresión se vio ligeramente alarmada pero trato de ocultarlo con una sonrisa. "Se había estado sintiendo mal estos días y fue a que le dieran algo pero seguro está bien.

 

Recordaba que Remus se veía mal la última vez que se habían visto pero por cómo había reaccionado el chico, no pudo evitar deducir que había algo más.

 

"Bueno, podría ir ahí y de paso ver como se encuentra."

 

"no, ve mañana a estudiar con él. Ahora debe estar durmiendo, si es que Sirius no lo está molestando." Dijo James, con un aire despreocupado que contrastaba demasiado con la reacción que había tenido su amigo. Era casi creíble.

 

"Está bien, supongo que haré eso." Comentó como si no se hubiera dado cuenta de nada y vislumbro como ambos chicos se relajaban de manera casi imperceptible.

 

Regulus no era de los que se involucra pero era bastante atento y aquel intercambio se instaló en lo profundo de su mente.

 

Bueno, tampoco era como si estuvieran ocultando algo peligroso. 





...



A mediados de octubre de su primer año Regulus había encontrado un lugar cerca de los invernaderos que era perfecto para leer o dibujar, era tranquilo. Algunos chicos mayores iban a fumar ahí pero se alejaban cuando lo veían. Era un lugar un poco frío pero nada que un hechizo calentador no pudiera solucionar. 

 

Fue un buen lugar para estar solo, hasta que ya no fue solo suyo.

 

William Stone hizo su aparición.

Un pequeño rubio que también estaba en primer año, era un Hufflepuff muy entrometido e inteligente pero absolutamente desastroso. Demasiado sentimental, soñador y decía cosas sin sentido que lo hacían reír. Era amable y divertido, como una chispa cálida que contrastaba con la personalidad tímida de Regulus. Se hicieron amigos rápidamente, amigos secretos.

 

Solían encontrarse detrás del invernadero,  hasta que un día hizo tanto frío que tuvieron que cambiar  de lugar. Empezaron a verse en la parte más oscura de la biblioteca, ambos compartían un gran interés por las criaturas mágicas, solo que de maneras diferentes. A uno le interesaba su anatomía y propiedades mágicas, el otro sentía curiosidad por conocerlas o por enfrentarlas. Se sentaban a leer juntos por mucho tiempo y en ocasiones se ayudaban con sus materias, debido a la divergencia de sus cualidades. 

 

Liam era increíble en encantamientos o transformaciones, pero luchaba para que le fuera bien en herbología y simplemente apestaba en pociones. Regulus trataba de ayudarlo en esta última, ya que esa era la materia que mejor se le daba.

 

Ellos se llevaban realmente bien, Sirius no pasaba nada de tiempo con Reg y además de Evan, él no se llevaba muy bien con sus compañeros de casa. William era el primer amigo que había hecho en Hogwarts,  lo adoraba. 

 

Pero había un problema, uno muy pequeño, al que trató de no darle importancia. Trató de olvidarse de eso, de omitir de su mente hasta que ya no pudo fingir que ese detalle no existía.

 

Debió regresar a Grimmauld Place para navidad y eso arruinó todo.

 

Regulus le había prometido a Liam que se verían después de las vacaciones de navidad en la biblioteca, en la mesa de siempre. 

 

Para desgracia de ambos,  esa promesa no pudo ser cumplida. 

 

Cuando volvió a la escuela, Regulus no había vuelto a la biblioteca ni se había acercado a los invernaderos.

 

En esas semanas, Walburga había hurgado en su mente y había descubierto que William Stone era un mestizo.

 

Y ella no estaba dispuesta a permitir que su hijo menor siguiera los pasos del mayor. 

 

Lo castigó más duramente que nunca, Sirius se había quedado a pasar las fiestas en Hogwarts, volvía a estar solo en Grimmauld  Place y más indefenso que nunca. Sus heridas sanaron solo porque su elfo doméstico se encargó de atenderlo con total fervor mientras lloraba silenciosamente sobre su joven amo. 

 

Tras esa brutal reprimenda llegó a la conclusión que debía hacer todo lo que le pidieran.

 

Por eso aceptó alejarse de William. 

 

Regulus no era tan valiente como para desobedecer a su madre, no era fuerte. Además, dentro de él había creído que era lo mejor. Liam conseguiría a otro amigo, uno que valiera la pena y que no fuera un cobarde. 

 

Cuando volvió a Hogwarts, comenzó a juntarse con algunos chicos de Slytherin, solo que no con los mejores. 

 

Crouch le había dado dos opciones: ser víctima o victimario.

 

Él eligió la más fácil, la que lo mantendría a salvo. Fingió que le hacía gracia todo lo que decían o hacían, a veces molestaba a alguien por pedido de sus compañeros,  se volvió aún más retraído.

 

Sonreía menos, sentía menos.

 

Nunca supo si Liam había ido a la biblioteca o al invernadero, pero el chico simplemente no trató de acercarse y Regulus no lo podía culpar. 

 

Si estuviera en su lugar, también se habría ido lejos.

 

Hasta ahora, casi cuatro años más tarde comenzaba a replantearse en todo lo que había perdido porque antes de esas navidades, había sido verdaderamente feliz.

 

No podía evitar pensar en cómo hubiera sido si  hubiera tomado otras decisiones, si su yo de once años hubiera ido en contra de los dictámenes de su familia. Después de todo,  ¿no hubiera tenido más sentido ser castigado por algo que sí valía la pena? 

 

Tantas reprimendas a lo largo de su vida y ninguna que realmente hubiera tenido sentido.

 

Pero ya era tarde para arrepentirse de cosas que ya no se podían cambiar. 

El pasado era inmutable pero aún les quedaba el presente.

 

Con esos pensamientos en mente, Regulus estaba rondando por los invernaderos como un idiota esperando a toparse con Liam por casualidad, ya que no tenía el suficiente coraje como para buscarlo a la salida de alguna de sus clases ni mucho menos se animaba a preguntarle a alguno de sus compañeros de casa sobre su paradero y es que no tenía escusas. Lo había repelido como si de una plaga se tratase los últimos días, huyendo de su presencia para ahora querer aceptar su propuesta de empezar de cero. Tal vez Regulus no estuviera de acuerdo con varios rasgos de su familia pero no podía negar que era tan orgulloso como cualquier otro Black.

 

"¿Reggie?"

 

Bueno, al parecer con tan solo pensar en su familia podía invocar a un miembro de ésta. Sirius estaba recostado en una de las paredes exteriores del castillo, sus cabellos tan oscuros como el suyo estaban recogidos en un moño descuidado, sus pupilas estaban tan dilatadas que casi no se veía su iris plateado. Esto último lo asociaba al olor que desprendía aquel cigarrillo que definitivamente no era uno de los normales. 

 

"Estás drogado." Afirmó, provocando que su hermanos soltara un sonido de frustración como si se hubiera sentido juzgado.

 

"Vaya, quién diría que tuvieras el don de la adivinación. Otro logro para la casa más prestigiosa de magos, ¿no?" 

 

Diría que le sorprendía el tono despectivo y a la defensiva con el que le había hablado pero no lo hacía.  Este intercambio era de lo más normal hasta este verano. De hecho, era hasta un alivio que lo tratara de esa manera porque le recordaba que ellos estaban muy lejos de estar bien el uno con el otro.

 

"Recién estamos a mitad de semana, al menos hubieras esperado a que hubiera oscurecido un poco para quedar en este estado."

 

"Vamos,  todos vienen aquí a hacer exactamente esto." Se justificó.

 

"Yo solo te veo a ti."

 

"Eso es porque es la hora del té, tendrías que ver este lugar en media hora. Se reúne un rebaño de almas descarriadas mientras que los Hufflepuff de sexto y séptimo llenan sus bolsillos de galeones."

 

"Y tú matas tus neuronas, parece un intercambio bastante digno de un Gryffindor."

 

Lo que se podía traducir como que consideraba a  su hermano como un total estúpido e inconsciente pero el chico estaba tan ido que no notó el verdadero significado de sus palabras o tal vez no quería discutir tan rápido. Regulus podía darse media vuelta e irse pero sentía que eso sería una mala idea. Algo le decía que Sirius estaba teniendo una de sus luchas internas y que las estaba combatiendo de la peor forma posible. 

 

"¿Es la primera vez que fumas eso?"

 

"No, pero por alguna razón este armado es mucho más fuerte que otros." Miró el pitillo que ya casi se estaba acabando antes de darle una profunda calada y luego apagarlo."Es tan horrible como el primero que probé."

 

"Deberías dejarlo si no te gusta." 

 

"Prefiero los comunes pero cada tanto estos me ayudan a pensar o más bien, evitan que piense de más."

 

"¿De qué estás huyendo, Sirius?" 

 

Esa pregunta detonó el abatimiento en su hermano, los ojos vidriosos se perdieron en un punto lejano y respondió casi en un susurro con divagaciones que eran propias de su inconsciencia.

 

"No lo sé. Tal vez ambos huimos de la luna." Farfulló pensativo.

 

"¿Quienes?" Sirius pareció despertarse un poco al oírlo, como si no se hubiera dado cuenta de que respondió en voz alta. Se veía arrepentido, avergonzado e incluso asustado. 

 

"Nada."

 

"A mi me parece que eso no es nada." Vio a su hermano tan decaído que trató de adivinar sus razones,  parecía estar acomplejado por algo. Tal vez había discutido con alguno de sus amigos. "¿Has peleado con alguien?"

 

"No. Más bien, me han dado un consejo que se me hace contradictorio. "

 

"¿Y tú pediste el consejo?" Sirius negó con la cabeza. "Entonces no deberías darle importancia a algo que no pediste."

 

"Tal vez no lo pedí pero es muy probable que lo necesitaba sin saberlo."

 

Regulus se quedó en silencio un momento, pensando en la situación. Sabía que muchas veces uno necesitaba cosas que no creía importantes  con anterioridad o que simplemente ignoraba y que una palabra podía influir mucho en las decisiones que tomaba uno con respecto a estas. Por ejemplo, si Regulus no hubiera oído la conversación de James y Peter no hubiera notado lo mucho que añoraba una amistad  ni se hubiera propuesto al intentar forjar una nuevamente.  Si el consejo que Sirius había recibido era sincero y bien intencionado, tal vez valía la pena seguirlo.

 

"¿Confías en la persona que te dio el consejo?" Los ojos de su hermano ardieron cálidos antes de responder con sinceridad. 

 

"Claro que confío en él." Sonrió distraídamente. "Es de las personas más fieles e inteligentes que conozco, le confiaría mi vida."

 

"Entonces, su opinión tal vez sea lo bastante acertada." Concluyó Regulus sospechando de quien estaban hablando.

 

"Lo sé. Probablemente tiene razón, no quiero tener a las personas orbitando a mi alrededor sin que sepan cual es su lugar, eso no sería justo." Volvió a divagar y a pesar de que no entendía muy bien de lo que hablaba, asintió en su dirección. "Creo que ya sé que debo hacer."

 

Apretó el hombro de Regulus para despedirse. Sirius se alejó con paso firme y mirada turbulenta.

 

Y Regulus se preguntó para sus adentros si sus palabras habían hecho más mal que bien, realmente esperaba que fuera lo segundo. 













"¿Que Sirius hizo qué?" Soltó genuinamente sorprendido. 

 

"Bueno, ya se había tardado." Dijo Peter mientras hacía que su caballo destrozara a su alfil. Remus se encontraba no muy lejos de ellos, aparentemente leyendo pero se había quedado sospechosamente quieto en cuanto el otro muchacho le comentó a Regulus que ahora tenía una nueva cuñada.

 

"Eso… es inesperado."

 

Al decir verdad, el colegio había estado bastante alterado ese día. Tras saber lo que había ocurrido en la torre de Gryffindor la noche anterior, empezó a comprender un poco todo el exalto colectivo. Tal vez lo hubiera sabido antes de no ser porque finalmente había podido hablar con Liam y arreglado para ir a estudiar al lado del lago. Estaba tan asustado como emocionado con aquel acontecimiento que había omitido todo el escándalo que había en Hogwarts. Lo que, sinceramente,le parecía una exageración. 

 

¿Por qué había tanto alboroto en torno a un noviazgo?

 

Jamás se había visto interesado en ese tipo de cosas y creía que inevitablemente aparecería el interés en todo eso con el tiempo pero a sus catorce años aún no había pasado. De igual forma no era como si le importara mucho, sabía que en algún momento de su vida debería casarse, especialmente ahora que sería el siguiente cabecilla de la familia pero asumió que sería un matrimonio arreglado, prefabricado como toda su vida. Pero más allá de esos pensamientos,  jamás se había sentido ni más remotamente atraído por la idea de romance. Ni siquiera se había puesto a pensar en ello. Le era particularmente notorio ahora que oía los susurros por los pasillos, las exclamaciones celosas y las risillas que compartían sus compañeras. Aparentemente todo su curso comenzaba a sentirse interesado por este tipo de cuestiones que a Regulus no le parecían ni remotamente importantes. Eso sí, le generaba curiosidad todo el revuelo que se armaba ya que le parecía ligeramente entretenido verlo desde afuera. 

 

"¿Tú crees? Para mi lo verdaderamente sorprendente sería que James se echará novia o aún más imposible: que Lily Evans le aceptara una cita, aunque fuera por simple cortesía. Jaque." Dijo Peter y con un movimiento acorraló al rey de Regulus,  esa partida ya estaba perdida.

 

"Siendo sincero, no sé qué creer. En tanto se gusten." Comentó imparcial, prefería no opinar sobre las decisiones que tomaba su hermano, las cuales encontraba contradictorias en su mayoría. "Bueno, ya no hay manera de que salve esta partida. "

 

"Podemos jugar otra vez." Regulus lo miró dudoso, le gustaría una revancha pero luego de hacer un hechizo tempus decidió descartar la oferta, ya tenía un compromiso al cual asistir. 

 

"En otra ocasión, debo irme."

 

"Te acompaño." Remus se levantó del sillón en el que se había instalado para leer mientras ellos jugaban. Peter decidió jugar otra partida con una chica de Ravenclaw. Hacia una hora que se habían encontrado en la sala de recreación, había algunos Hufflepuff de tercero jugando a chasquidos explosivos no muy lejos de ellos y estaba bastante seguro de que los había visto quemar la alfombra de la estancia. Ambos salieron del lugar en silencio, por suerte había podido hablar con Remus sobre su ausencia aquellos días en la biblioteca y le explicó sin muchos detalles que quería recuperar la amistad con William. El Gryffindor lo molestó con el asunto un poco pero lo escucho comprensivo, era muy fácil hablar con él. Cuando estaban por llegar al pasillo exterior,  Regulus lo miró con curiosidad.  Se veía mejor que hace unos días, sus ojeras no eran tan profundas y su piel no estaba de un pálido enfermizo pero aún permanecía un semblante tenso en su rostro.

 

"Veo que te encuentras mejor pero pareces abatido." Soltó directamente, a él no le iban las sutilezas. "¿Ha pasado algo?"

 

"Estoy bien, tal vez un poco cansado." Trató de responder desinteresado y cuando notó que Regulus no le había creído, suspiró. "Para ser alguien que nunca habla de lo que siente si que no dejas pasar nada."

 

"Solo presto atención. " respondió.

 

"Lo noté." Le dedico una sonrisa amistosa que no llegó a sus ojos. "Yo… Bueno, es solo que hoy todo está muy ruidoso. Eso me estresa un poco."

 

Regulus se quedó pensativo. 

El castillo había estado bastante ruidoso por la reciente pareja y si lo pensaba bien, ¿podría ser que eso era lo que lo molestaba? Aún no se le olvidaba la charla que había tenido con Sirius,  posiblemente había sido Remus quien lo había incitado a iniciar una relación con Macdonald con aquel consejo que tanto había agobiado a su hermano. 

 

¿Que tan complicada era la relación entre ambos?

 

La ambigüedad entre Sirius y Remus lo descolocaban bastante. Por momentos parecía que sus sentimientos eran mucho más complejos que lo que estaban dispuestos a exteriorizar a todos pero luego actuaban con ligereza y la naturalidad de dos camaradas . Además, no le pasaba desapercibido la manera en la que ambos chicos se miraban. Lo que realmente no entendía era como el resto del mundo no lo notaba. El solo había pasado unas semanas cerca de ellos y no pudo evitar verlo. 

No lo terminaba de entender pero claramente había algo muy fuerte entre ellos.

 

"¿Esto tiene que ver con Macdonald y Sirius?" Cuestionó abruptamente, desestabilizando a Remus por unos segundos, quien lo miró entre sorprendido y disgustado.

 

"¿De qué hablas?" Refutó a la defensiva el castaño, ganándose una mirada inquisitiva a ceja alzada."Está bien, tal vez si me preocupe un poco. Digo, si los muchachos comienzan a emparejarse tal vez ya no tengamos suficiente tiempo para pasar juntos. " dijo finalmente tras aclararse la garganta con incomodidad disimulada. Si, ¿cómo era que nadie notaba estas actitudes? No consideraba que fuera necesario exponer que notaba claramente que la respuesta que le había dado Remus era una verdad a medias, por lo tanto se limitó a responder como si ignorara las verdaderas razones de la incomodidad del Gryffindor. 

 

"Dudo que eso pase pero, si eso te preocupa, deberías tratar de hablar con ellos.

 

"No creo, es solo un pensamiento infantil."

 

"Si, tienes razón." Asintió con la cabeza y luego lo miró fijamente. "Pero que sea un pensamiento infantil no quiere decir que importe menos. "

 

"Nunca me deja de sorprender tu actitud, Reg." Dijo luego de asimilar sus palabras, Regulus espero que hubiera descifrado el mensaje detrás de ellas. 

 

Remus palmeó su hombro a modo de despedida antes de volver a hablar. "Diviértete estudiando con otro, pequeño traidor."

 

"No hay mares celoso, profesorLupin". Dijo divertido. Le habían comentado que algunas personas le decían de esa manera el año anterior cuando había realizado su grupo de estudio.

 

"Deja de molestar y ve a hacer amigos, niño ." Se quejó el mayor antes de irse. Regulus camino sin prisa hasta la orilla del lago pero noto un poco más lejos a una figura apoyada contra un árbol. Liam estaba usando su uniforme incorrectamente, su corbata ni siquiera estaba a la vista. En el suelo había una manta en donde habían varios libros, plumas y pergamino, ese era un día particularmente cálido teniendo en cuenta que estaban en otoño. Su espalda estaba apoyada contra la corteza y parecía muy concentrado en su libro, a esta distancia podía ver perfectamente su expresivo rostro reaccionando a su lectura. Le extrañaba que leyera parado teniendo la posibilidad de sentarse, no se veía muy cómodo.

 

Dudó un poco antes de acercarse, había varias personas en el lugar y sintió un ligero pánico de lo que sucedería cuando su madre se enterara de su desobediencia. 

 

Pero estaba cansado de reprimirse por miedo a lo que Walburga podría hacer. No quería seguir siendo el mismo niño cobarde y temeroso. Estaba harto de abandonar todo lo que le importaba. Se había propuesto cambiar,  intentar ser mejor y Liam era el tipo de persona que lo hacía sentirse capaz de ser alguien de quien estar orgulloso. Quería sentirse orgulloso de sí mismo. No más arrepentimientos. 

 

Además, no quería dejar pasar la oportunidad de volver a conocerlo.

 

Con eso en mente, dio el primer paso.

Forward
Sign in to leave a review.