Black: De amor y otros vínculos

Harry Potter - J. K. Rowling
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Black: De amor y otros vínculos
Summary
¿Y si tanto Regulus como Sirius hubieran salido juntos de Grimmauld Place? Los hermanos Black van a tener que lidiar con cambios bruscos en sus vidas y los vínculos que daban por sentado (o que ni siquiera creían tener) se van a volver cada vez más complejos de entender.
Note
Advertencia: Abuso infantil (expresado a través de la magia)Referencia a adicción de sustancias (expresada a través de pociones)
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Chapter 3

CAPÍTULO III

«La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y que gracias a ese artilugio logramos sobrellevar el pasado.» El amor en los tiempos del cólera - Gabriel García Márquez

Sirius

"Me siento tan inútil." Dijo finalmente a James cuando ambos se tiraron en la cama. Había pasado ya bastante tiempo desde que Regulus se había ido a buscar sus cosas en compañía del padre de su amigo. Ambos no querían pasar ni un minuto más en la sala por lo que se escabulleron al cuarto en el que solía quedarse Sirius, aunque ahora se podría considerar oficialmente como su habitación. Todo era tan antinatural.

"¿Cómo es que pasó todo esto? Ese chico que me habló ahí abajo no es el hermano con el que crecí pero tampoco es la persona que..." Suspiró sin saber cómo terminar la frase.

Regulus no era el imbécil que él creía, pero tampoco era el niño con el que se crió. Se veía tan maduro, tan triste. Tan solo tenía catorce años y se veía absolutamente roto.

¿Era su culpa? Se sentía como si fuera su responsabilidad.

Y lo es. Lo dejaste.

La voz resonaba en su mente, recordando cómo descuidó a Reggie.

"Pads. La verdad que todo lo que pasó es una mierda pero al menos se tienen, ahora están juntos y estaría bueno de que pudieran tratar de hablar."

"No quiere hablar conmigo." Bufó.

"Tal vez es muy pronto, puede que no esté listo. "

"¿Estar listo? Casi muero en esa casa y él regresó como si nada. Cada minuto que no está aquí pienso diferentes escenarios en donde es él a quien torturan.

"Padfoot..."

"Lo peor es que tal vez ya pasó, puede que él ya haya sido herido en algún momento y yo no estaba ahí. Me siento tan jodidamente egoísta por eso. Se suponía que yo debía protegerlo, lo intenté desde que nació." Se refregó la cara con sus manos. "Se que ella lo lastimó, no me dijo cuánto pero sé que lo hizo y yo no estaba. Le fallé, Prongs."

Suspiró quedamente antes de agregar:
"Regulus ya no confía en mí y no lo juzgo, lo decepcioné."

"Compañero, entiendo que te sientes responsable por todo pero tienes que entender que ambos son víctimas de la víbora de tu madre y por mucho que te cueste entenderlo, lo que sea que le haya pasado a Regulus no es tu culpa, ambos eran niños." Hizo una pausa y frunció el ceño.  "¡Godric, aún son unos niños! Ninguno de los dos es responsable de nada de lo que pasó. Tienen que tratar de apoyarse y salir de esta."

"No creo que él quiera que sea su apoyo. Siendo sincero, dudo que espere algo de mi."

"Entonces no esperes a que el espere algo, se su apoyo sin que te lo pida." Indicó James.

"Eso fue casi un trabalenguas."

"El punto es que no tienes que esperar a que él dé el primer paso, si ambos orbitan alrededor del otro sin hacer nada van a seguir igual que en todos estos años." Se acomodó el desastroso cabello inútilmente antes de mirarlo fijamente. " Dudo que quieras eso."

"En realidad, quiero ser más como...un buen hermano para él. "

"Lo serás." Sonrío, orgulloso.

Sirius no pudo evitar mirarlo y pensar que realmente amaba a ese bastardo, pero le avergonzaba admitirlo en voz alta. Bueno, en realidad temía por el ya muy inflado ego de su amigo y en lo asfixiante que sería si le daba rienda suelta, debía mantenerlo a raya.

"Prongs, deberías mostrar esta parte de ti más seguido. Eso seguramente hará que Evans te deteste menos."

"Ella me adora."

"Si, cuando te tiene lejos." James trató de ahogarlo con una almohada, haciendo que Sirius soltara un alarido de dolor cuando el chico presionó bruscamente su cuerpo. "Carajo, que aún estoy herido. "

"Al menos de lengua no estás paralítico."

"La mitad de mi cuerpo está destrozado, eres despiadado." Se quejó.

"¿Realmente te duele?" Cambió a un tono más preocupado y Sirius movió los hombros con simpleza.

"Molesta un poco pero no es nada." Sentía la fatiga de su cuerpo presionando contra él, por segundos parecía que el dolor iba a regresar con más fuerza pero adjuntaba eso a la paranoia aunque claramente las heridas no habían desaparecido del todo. Sirius sintió que no tenía derecho a sentirse adolorido, había muchos que la tenían peor. Se puso a pensar en que Remus se enfrentaba a la luna llena desde los cinco años y el dolor disminuyó significativamente. Su amigo era tan increíble que aún sin estar presente sentía como le pasaba de esa valentía y fuerza interior que tanto lo caracterizaba. Sus pensamientos comenzaron a desviarse hacia el joven y no pudo evitar preguntar por él. "¿Sabes algo de Monny?"

"Fuimos a visitarlo la semana pasada con Pete, para ver cómo estaba por la luna. Estaba un poco magullado pero bien."

"Si, ya me lo habías dicho."

"Bueno, es lo único que sé. Tu eres el que no me dejó contarle lo que pasó, sino ya tendríamos a Moons con nosotros. "

"No quiero preocuparlo." Resopló.

"Se enojará cuando se entere, seguro vendrá en unos días y no podrás escapar de sus garras." Sirius sintió un escalofrío al pensar en su amigo enojado.

"Espero poder usar la carta de perro herido para evitar su furia."

"Lo más probable es que vaya a aplazar su enojo y luego te dedique esa mirada."

"Ay, esa mirada no." Soltó un gemido de horror. "Monny enojado es peor que el lobo."

"Creo que hay un poco del lobo cuando Remus se enoja, esas miradas son salvajes. Me ponen los pelos de puntas."

"Jamie, tú siempre tienes los pelos de puntas." El chico volvió a ceñirse sobre él con la almohada alzada en un gesto claramente amenazante. "No pienso retractarme, es completamente cierto."

"Y yo no pienso que asfixiarte sea algo malo en estos momentos o tal vez debería hacerte tragar las plumas." Algo pareció brillar en los ojos de James, quien se alejó de su amigo y le dio una mirada cómplice. "Tengo una idea."

Sirius le dedicó una sonrisa merodeadora, de esas que se daban antes de inmiscuirse en la planeación de una broma. Pasaron un largo rato hablando de lo que harían una vez llegaran a la escuela, estaban muy emocionados por contárselo a sus amigos, Remus seguramente traería información innovadora sobre encantamientos desconocidos y muy eficaces que llevaría todo a otro nivel, Peter estaría fascinado y expectante, el chico amaba ser parte de la preparación de las bromas. Posiblemente disfrutará más crearlas que el resultado final. Extrañaba a sus amigos.

Se escuchó un pequeño golpe en la puerta, luego de ser autorizado, el elfo se asomó e indicó que ya tenían las cosas de Sirius, con un chasquido hizo aparecer su baúl, varita y un bolso entre otras cosas.

"¿Y Regulus?" Preguntó, inquieto.

"El joven Regulus acaba de llegar, está hablando con la señora en la cocina."

"Gracias, Frinky." llegó a decir antes de salir de la habitación, Euphemia odiaba que bajaran las escaleras corriendo pero jamás dijo nada de los pasillos. Potter Manor era enorme, poseía una cantidad innecesaria de cuartos y nunca sabía con certeza lo que podría haber detrás de una puerta hasta que esta fuera abierta. Un depósito de arte, una gran biblioteca o un boticario, tal vez una habitación en la que solo había espejos. Al igual que en toda casa de sangre puras, había reliquias de gran valor y algunos retratos de sus antepasados. A pesar de ser un lugar tan grande, se sentía cálido y hogareño. Sirius dobló en una esquina y se enfrentó a la enorme escalera, casi tropieza con sus pies pero llegó a recuperar el equilibrio antes de sufrir una dolorosa caída.

"Eso fue tan peligroso y descuidado." Dijo una voz fría y clara que reconoció antes de levantar la cabeza.

Regulus estaba a mitad de la escalera y lo miraba con reproche. Sirius aprovechó su posición para estudiarlo con cuidado, no aparentaba tener alguna herida nueva. Estaba perfectamente con su porte elegante y cabello bien peinado, ahora que vestía sus propias ropas estaba mucho más acorde. El problema era que se veía demasiado Black para el gusto de Sirius, quien se había acostumbrado a ver al chico vistiendo prendas mucho más cómodas y no tan acendradas en los últimos días.

"¿Qué dijo ella?" Su hermano continuó subiendo las escaleras tranquilamente.

"Potter, deberías decirle a Sirius que no corra tan descuidadamente. Tu santa madre sufriría un infarto si el inepto de mi hermano cae de esta altura."

"Bueno, si él quiere romperse el cráneo es su problema." Su amigo, el cual no sabía en qué momento lo había alcanzado, se encogió de hombros quitándole importancia.

"Regulus. Dime que te dijo." El mencionado ya estaba junto a ambos y los miró imperturbable antes de responder.

"Nada. Ella no estaba."

"¿No estaba? Ella casi nunca sale de la casa, no entiendo que la impulsó a mover su huesudo trasero de su santuario de magia oscura."

"Fue a Francia." Regulus lo miró con obviedad. "Son las fechas, va cuando se acerca su aniversario."

"¿Aniversario? Papá falleció a principios de diciembre"

"De bodas." Se rió secamente. "por mucho que nos sorprenda a ambos, ella si fue capaz de amar en algún momento de su vida. Solo que no fue a nosotros."

"¿Sus padres se casaron en Francia?" James se unió a la conversación, genuinamente curioso.

"Bueno, prácticamente crecieron ahí. Amaban ese lugar tanto que nos obligaron a aprender el idioma desde los cinco años pero no estoy seguro de sí se casaron ahí"

"¿Pueden hablar Francés?"

"Prongs, yo vivo el francés. No soportarías la elegancia de oírme hablar el lenguaje del amor."

"Más bien, el lenguaje de la tortura." Murmuró Regulus con frustración.

"Solo estás celoso porque yo lo hablo mucho mejor que tú."

"Ni me lo recuerdes, aún tengo pesadillas por culpa de no pronunciar bien las palabras..." Dijo distraídamente y Sirius se estremeció.

Cuando eran pequeños su madre solía hacer una prueba semanal sobre cómo habían ido sus estudios básicos y si no estaban en el nivel que ella consideraba aceptable los castigaba. Regulus era más pequeño que los niños de su edad. Más tímido y torpe que cualquiera de sus primos. Lo único que tenía a su favor era su cerebro y facilidad para seguir órdenes. Pero cuando tenía siete años no podía pronunciar bien las palabras, se comía las "r" y cuando estaba nervioso tartamudeaba. Walburga lo castigaba seriamente por ello, luego lo encerraba en el ático por horas. Sirius solía subir a escondidas porque sabía que a su hermano le daba miedo estar solo.

...

Unos días después Remus hizo acto de presencia en la casa de los Potter. Lo curioso era que no se presentó a través de la Red Flu, apareció a las afueras de los terrenos con un gran bolso que colgaba de su espalda y cuando lo recibieron dio una respuesta completamente ambigua.

"¿Cómo diablos llegaste hasta aquí sin magia? Tú casa está demasiado lejos."

"Estaba con unos amigos que se mudaron no muy lejos, camine hasta aquí." Respondió sin decir nada, evitar preguntas era el deporte favorito de Remus.

"¿Y tú padre sabe que te fuiste tan lejos?" El chico se encogió de hombros.

"En tanto pase la luna en casa no le importa donde esté después, me invitaron a acampar y luego fui a visitar la nueva casa."

"Eso suena divertido, algún día deberíamos ir a acampar. " comentó James.

"Suena como toda una aventura. " concordó.

"Solo es dormir al aire libre pero si, estuvo bien. Creo que la pasé mejor en los bosques que en la casa de ellos, tuve que compartir habitación con una chica muy ruidosa. "

"¿Compartiste habitación con una chica?"

"Si, una experiencia un tanto traumática. Pero sus amigos eran divertidos, la pasamos bien." Dijo pensativo mientras ahuecaba su barbilla en su mano, sus ojos brillaban con diversión como si estuviera recordando algún buen momento.

"Algún día deberías presentarnos a tus amigos muggles." Sirius lo miró fijamente, aún sentado se notaba lo alto que era. "Nunca nos cuentas mucho de ellos pero te arrastran de un lugar a otro como si nada. Siempre todo es tan impredecible cuando se trata de ellos." Trato de sonar desinteresado pero estaba un poco molesto por no saber qué hacía o con quien pasaba Remus el verano.

Todos sabían que había tenido una crianza prácticamente muggle, hasta que llegó a Hogwarts, no parecía un mestizo pero no lo podía culpar teniendo en cuenta que la única figura mágica de su casa fuera quien literalmente hacía todo para evitar estar cerca de él.

" Lo mismo va para ti, Pads. ¿Cómo lograste escapar esta vez?" Cambio el tema, aunque a uno peor sin darse cuenta.

Hubo un silencio incómodo en el que James y Sirius compartieron unas miradas asustadas, había llegado el momento que tanto temían.

"¿Chicos?" Preguntó y en ese momento Regulus apareció en la habitación, acompañado del elfo doméstico. Saludó rápidamente antes de volver a desaparecer en dirección a la cocina. Remus los miró desconcertado y pareció oler en el aire que algo había pasado porque rápidamente se puso rígido. "Van a explicarme lo que pasó y lo van a hacer ahora."

Ambos chicos se estremecieron al oír la firme exigencia de su amigo pero asintieron antes de iniciar el relato. Remus se puso de todos los colores y la única razón por la cual no se rieron fue que temían que el hombre lobo los destrozara por no haber dicho nada antes.

"¿Cómo es que no me dijeron nada?" Se desplomó en su asiento y los miró herido. Sirius hizo una mueca, sabía que había dos opciones: el chico podría estar muy enojado o terriblemente triste. Ninguna opción le gustaba, especialmente no quería verlo decaído.

"Sirius no quería preocuparte. " dijo James rápidamente, prácticamente lavándose las manos del problema y entregando a Sirius en bandeja de oro para que se enfrentara al escrutinio de su otro amigo.

"Que buen compañero ..." murmuró ofendido.

"Sirius." Levantó la mirada y se enfrentó a los ojos de Remus que lo analizaban intensamente.

"Lo siento, se que debería haberte dicho. Si fueras tú me hubiera gustado saberlo pero realmente no quería preocuparte, todo fue tan... difícil. " se explicó rápidamente.

"Está bien, no estoy enojado contigo. Solo me siento impotente y" hizo una pausa para tomar aire. "Todo lo que pasaste fue una absoluta mierda, me gustaría poder hacer más por ti." Sus ojos eran tan comprensivos que Sirius quería hundirse en su pecho y llorar.

"Monny, no tienes que hacer nada." Él chico negó con la cabeza y se inclinó hacia adelante, apoyando los brazos sobre sus rodillas.

"Quiero que sepas que no tienes la obligación de hablar conmigo pero si en algún momento lo necesitas...me gustaría que pudieras confiar en mí."

"Claro que confío en ti." Miró a James. " Yo confío en ustedes, realmente lo hago. Lo que pasó no es responsabilidad de ustedes, ya no estamos ahí. Eso es lo que realmente importa."

"Me siento terriblemente en deuda con Regulus, le haría un altar en agradecimiento por sacarte de ahí. " dijo Remus cambiando de tema y aligerando el ambiente que se había vuelto bastante serio e incómodo para tres adolescentes.

"Yo igual, además es agradable. Se pasa la mayor parte del tiempo leyendo pero cuando logramos hacerlo hablar saca a relucir su buen sentido del humor."

"Debería sentarme a leer con él, seguramente si tiene comprensión sobre la importancia de una lectura silenciosa."

"Monny, son vacaciones. Danos un respiro."

"Ustedes nunca me dan un respiro."

"Hablando de Regulus, ¿Ya saben que va a pasar con él?"

"Va a tener que volver en algún momento pero estamos buscando alternativas." James se veía confiado.

"¿Hay algún plazo de tiempo?" Preguntó pensativo.

"Navidad. " murmuró Sirius. " Al parecer ella quiere que regrese para las fiestas. "

"Bueno, tenemos algo de tiempo para planear algo. Cuando estemos los cuatro tendremos una reunión merodeadora y trataremos de hacer un plan.

"Dos planes." Dijo James.

"¿Dos?"

"Si, uno va a ser el plan "salvar al hermanito" y el otro tiene que ver con la broma de inicio de semestre que estamos planeando con Padfoot.

"Vamos a necesitar muchas plumas, hechizos multiplicadores y maldiciones de cosquillas." Fue su explicación desordenada.

"Qué bueno que los Potter tienen una biblioteca enorme."

"No nos vas a hacer estudiar en verano." Canturreo Sirius.

"Las buenas bromas necesitan preparación. "

"Yo necesito volar."

"Prongs, eres brillante. Apoyo completamente esa idea."

"Yo realmente estoy planeando huir a la biblioteca, me da pánico verlos volar en esa especie de cancha que hay en el patio."

"¡Oye, mi mini-cancha-de-Quidditch es asombrosa!"

"Para mí la palabra mortal la define mucho mejor."

"No seas aguafiestas, Moons." Farfulló el chico, un tanto ofendido por cómo se había referido a su cancha.

"Ven, te vamos a mostrar las putas estrellas que somos." Dijo Sirius y a pesar de que Remus se quejó, no pudo ocultar la sonrisa que se había comenzado a formar en su rostro.

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