Black: De amor y otros vínculos

Harry Potter - J. K. Rowling
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Black: De amor y otros vínculos
Summary
¿Y si tanto Regulus como Sirius hubieran salido juntos de Grimmauld Place? Los hermanos Black van a tener que lidiar con cambios bruscos en sus vidas y los vínculos que daban por sentado (o que ni siquiera creían tener) se van a volver cada vez más complejos de entender.
Note
Advertencia: Abuso infantil (expresado a través de la magia)Referencia a adicción de sustancias (expresada a través de pociones)
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Chapter 2

CAPÍTULO II

Ningún hombre puede pensar claramente cuando sus puños están cerrados. -George Jean Nathan

 

 

Sirius

Cuando abrió los ojos se estremeció con el dolor de su cuerpo, recordaba todo. Cada golpe, corte y tortura se sentía vivido sobre su carne.

Se vio ahí, parado frente a su madre, escucho su voz en su cabeza.

La recordaba hurgando en sus recuerdos. El rastro del tacto psíquico le daba náuseas, sentía que quería salir de su piel, de su mente.

Quería arrancarse el alma e insertar lo poco que quedaba de él en otro cuerpo.

Si no hubiera estado tan agotado se hubiera transformado en perro, tal vez eso ayudaría con el asco de sentirse humano.

Asquerosidad. Eres un enfermo e impuro.

Repetía una voz que a veces se parecía a la de Walburga. Otras veces sonaba como él mismo, como Orión o como...

No. se dijo a sí mismo, tratando de evitar que sus pensamientos lo llevaran a donde más temía y donde más dolía. Volvió a enterrar los recuerdos que su madre había sacado a la fuerza, los oculto donde ni el mismo los podría encontrar y deseo que jamás volvieran a salir a la luz.

Depravado. Una desgracia. Asqueroso. Volvió a sisear la voz de su madre en sus recuerdos, pero solo era su voz y podía lidiar con el tono chillón de la decepción producido por Walburga Black.

"Querido, al fin despertaste." Para cuando pudo enfocar su visión no pudo evitar sentirse confundido al notar a Euphemia Potter a su costado, mirándolo con ojos maternales.

No estaba seguro de cómo había llegado ahí, estaba semi consciente cuando su madre lo dejó en un charco de su propia sangre, su espalda había sido desgarrada por el viento cortante de sus hechizos y se había arrastrado contra una pared porque los pies le ardían.

Ella no paraba, golpe tras golpe que lo hacían estremecer.

Al principio se había mordido el labio con tanta fuerza que se lo había lastimado, pero no quería darle el placer de verse débil, intentó luchar con el dolor pero en algún punto se había quebrado. No había podido evitar soltar gritos de agonía, quería que el dolor parara.

Se avergonzaba recordar que en cierto punto hasta la muerte parecía más placentera y sencilla que seguir desangrándose en aquel piso. En ese momento de desesperación, creyó que morir sería más digno que rogar por ayuda. En la casa Black, las súplicas eran mancillar su buen nombre e identidad. Una gran falta de orgullo y honor.

De igual forma, había pasado tanto tiempo con el cuerpo entumecido que solo el sufrimiento le recordaban que seguía con vida.

En algún momento comenzó a oír una discusión detrás de él pero estaba demasiado cansado como para comprender lo que decían, solo recordaba escuchar a Walburga usar uno de los hechizos imperdonables pero no lo había sentido, tal vez ella había fallado.

Pero ella nunca fallaba.

Entonces, se estremeció al recordar una mirada gris completamente angustiada, la mata de cabello negros cayendo descuidados por la frente sudorosa y su pequeño cuerpo temblando en clara señales de estar aterrado.

Algo hizo click en su cabeza y automáticamente se puso rígido.

"¿Dónde está Regulus?" La voz casi se atora en su garganta pero salió al final, áspera.

Recordaba a su hermano, gritándole a su madre que parara. Tomándola del brazo, luchando con ella. Después de eso todo era muy borroso pero recordaba, lo había sentido tomar sus brazos para levantarlo del suelo, arrastrarlo de un lugar a otro. Curando sus heridas y murmurando muy bajo, palabras que casi eran sollozos.

No podía dejarlo ahí.

A veces sentía que odiaba a su hermano, pero no podía dejarlo con ese monstruo.

No quería abandonarlo.

"Tengo que buscarlo." Se movió bruscamente lo que le envió punzadas de dolor a todo su cuerpo. Ahogó un gemido de dolor y siguió moviéndose.

"Tranquilo, tranquilo. Aún tienes que recuperarte, tus heridas pueden abrirse. "

"No, no hay tiempo. Ella puede matarlo." Sintió cómo su cuerpo se estremecía, él prácticamente estaba desgarrando su garganta para poder seguir hablando.

La madre de su amigo trató de acercarse a él, pero no quería ser tocado. Tenía miedo, estaba asustado.

Tan asustado que no podía dejar entrar el aire.

Se estaba ahogando.

Hubo un poco de movimiento en la puerta y pudo escuchar unas voces hablando, pero él no podía saber qué decían porque no podía respirar. No estaba seguro de cómo pero se había caído de la cama y ahora estaba con la espalda contra la pared, James se había puesto a su altura y había dejado un vaso con agua a su lado. Le decía que tenía que inhalar y exhalar, le pedía que se concentrará en su voz.

Lo hizo.  Se centró en la voz suave y amistosa, empezó a recordar como hacer entrar al aire.

Finalmente se tranquilizó lo suficiente como para beber agua, luego miró a su amigo a los ojos y dijo con lo que él creía que era firmeza: "Tengo que ir." La voz se rompió un poco.

"Tengo que ir a buscarlo." Repitió con más firmeza pero se sentía vulnerable y muy pequeño.

Era como volver a ser un niño con miedo a la oscuridad.

"Esta bien, Sirius." Él negó con la cabeza, no estaba bien, tenía que ir. Tenía miedo, estaba aterrado. Pero tenía que ir.

"Típico Gryffindor con complejo de salvador. No deberías lanzarte heroicamente sin pensar."

Se congeló momentáneamente al oír la voz, luego levantó su mirada en dirección a la puerta. Ahí estaba, ojos grises enmarcados por ojeras, cabello negro un poco ondulado y la piel pálida, como si no hubiera recibido luz del sol en semanas. Había unas marcas en sus mejillas, como si le hubieran clavado uñas y si bajaba la mirada podía ver una cicatriz rosada no muy grande que descendía por su cuello.

"Reggie" murmuró.

"Hermano." Rostro imperturbable, casi ensayado. A excepción de sus ojos en donde se podía ver algo similar al alivió.

"¿Estás bien?" Preguntó consternado por la presencia de su hermano menor. Regulus río secamente.

"Tu eres el que estaba al borde de la muerte, yo apenas tengo un rasguño. Nada fuera de lo normal." Dijo desdeñoso.

"No mientas, yo la oí. Ella lanzó un hechizo, era para mí pero tú lo recibiste." Comenzó a sentir la ira crecer en su pecho y se intensificó cuando el otro chico trató de callarlo.

"Sirius." Su nombre salió como un regaño, era una advertencia pero no le importó.

"Usó Crucio." Escupió la última palabra y sintió como la habitación quedaba en silencio antes de que Euphemia soltara un grito ahogado de consternación.

"¡Cómo pudo!" Su boca se volvió en una mueca de sorpresa e indignación, el cabello canoso se había despeinado un poco cuando ella pasó las manos por su cabeza." Son solo niños, por Merlin ... a sus propios hijos"

"Mamá, creo que deberíamos dejar que Sirius y Regulus hablen un momento, ¿Si?" Dijo amablemente pero se veía igual de impactado que su madre.

Luego de ayudar a Sirius a levantarse del suelo y acomodarlo en la cama nuevamente, James se retiró en compañía de la mujer mayor que parecía no quería dejar el lugar hasta verificar que la almohada estuviera perfecta, que no sintieran frío (a pesar de estar en verano) y dejarles en claro de que les enviaría comida en la brevedad. Antes de salir, le dedico a Regulus una mirada tan cálida que pareció agobiar al muchacho.

Cuando la puerta se cerró, todo en la habitación se sentía antinatural.

"¿Lo ha hecho antes?" Fue lo que preguntó cuando finalmente quedaron solos, no fue necesario aclarar.

"Fue la primera vez que usó esa maldición conmigo. " esquivó la pregunta.

"Significa que ha usado otras."

"Sigo vivo y en mejor condición que tú. Eso debe contar como algo."

"Cuenta como que ella es muy buena ocultando sus torturas o tú simplemente la cubres." Río sin gracia, el enojo brotaba de su pecho y sabía que no debía descargarse con su hermano pero antes de poder pensar, las palabras salían de su boca." Siempre sumiso y cobarde. El hijo perfecto. "

"No tienes derecho a decir esto. Al menos yo si estaba, alguien tenía que lidiar con los arrebatos de ella." Se sintió atacado pero el hecho de que Reg admitiera que tuvo que convertirse en el muñeco antiestrés de su madre lo hizo sentir enfermo.

"Lo siento, no debí hablarte de esa manera." Se disculpó pero el otro chico seguía tenso y por como se movía claramente se sentía incómodo.

"¿Qué tan malo fue?" No se atrevió a bajar la mirada mientras esperaba a que su hermano respondiera.

"Nunca me dejó en un charco de sangre, si es lo que te preguntas." Se encogió ligeramente de hombros para restarle importancia pero Sirius había vivido con Regulus durante mucho tiempo y sabía que el chico era hábil ocultando sus sentimientos.

Suspiró quedamente al saber que sacarle otra cosa en estos momentos sería imposible, además, aún se sentía muy cansado.

"¿Cómo lograste que pudiéramos escapar?"

"No lo hice."

"¿Qué?" Lo miró confundido.

"Ella lo permitió."

Claro. Regulus jamás haría algo tan rebelde como escaparse de la casa y aún si quisiera, sería poco probable salir sin la autorización de su madre. Especialmente si debía arrastrar a un Sirius moribundo. Estaba agradecido pero un poco decepcionado. Si ella no lo hubiera permitido, ¿Lo habría ayudado?¿Hasta que punto se hubiera arriesgado?

Recibió un imperdonable por ti. Se recordó. Egoísta, nada es suficiente para ti.

Y a pesar de que sabia eso, aún se sentía inseguro.

No volvieron a hablar hasta que llegó la comida. Todo lo que no se dijo quedó flotando entre ellos.

...

 

La madre de James era una medimaga muy hábil y Sirius estaba prácticamente recuperado al tercer día de haber sido salvado de desangrarse, las heridas aún dolían y debía tomar una que otra cosa pero estaba fuera de peligro, sanando cada día y según él, volviéndose jodidamente fuerte.

Euphemia lo regañó cuando lo encontró tratando de escabullirse para salir a afuera, cuando se suponía que debía seguir haciendo reposo. Al menos se le permitió salir de la habitación y eso tranquilizo un poco al chico que era demasiado hiperactivo para su propio bien.

Habían pasado casi cinco días desde que los hermanos habían llegado a la casa de James, cuando Walburga decidió contactar con los Potter.

Sirius se deshacía en nervios mientras esperaba a que los padres de su amigo regresaran a la casa.

¿Y si les hacía algo? ¿Si exigía que regresaran a la casa? Visualizo a su madre en su mente, alta y demacrada con el cabello negro desordenado, mirada desquiciada pero absolutamente poderosa. Era imposible luchar contra su legilimancia o maldiciones, incluso su padre había mencionado una vez que no era rival contra el poder de la bruja.

El orgulloso Orión Black había admitido que su propia magia palidecía en comparación a la de su esposa, el hombre sabía lo asquerosamente fuerte que era su mujer.

Sirius lo había vivido en carne propia y por eso temía que los Potter podrían estar corriendo peligro en estos momentos. Mientras que ellos esperaban en la sala de estar en Potter Manor, demasiados ansiosos como para hacer cualquier otra cosa que no fuera rondar por la entrada con la inquietud de unos cachorros que aguardaban la llegada de sus amos.

El elfo doméstico de James les ofrecía algo que comer cada quince minutos y parecía que iba a estallar si le rechazaban los bocadillos por tercera vez. Fue más por su bien que decidieron aceptar.

"Gracias, Frinky" su hermano sonrió levemente antes de tomar una galleta que parecía tener jalea de durazno, esas eran sus favoritas cuando tenía seis años.

Las cosas eran raras con Reg, todo era muy tenso pero luego, por momentos se miraban y de la nada se sentía como que eran niños que no habían pasado por... bueno, una madre psicótica, un padre negligente (actualmente muerto) y tantos desacuerdos por no poder hacer algo tan sencillo como hablar.

La verdad era que no habían tenido una conversación real desde aquella que tuvieron cuando recién había recuperado la conciencia.

Pero claro, los hermanos Black no tenían a los mejores referentes en comunicación. No al menos en su núcleo familiar.

"¿Crees que tarden mucho más?" Se giró para ver a su amigo quien estaba jugando con una especie de mariposa de papel que volaba sobre él.

"Amigo, ya has preguntado eso cuatro veces."

"Y tan solo ha pasado una hora." Señaló Reg quien aún comía su aperitivo.

"Se siente como mucho tiempo. " arrugó la nariz en señal de molestia.

Parecía que iban a decir algo pero eso quedó en la nada cuando escucharon el ruido de una aparición, segundos más tardes entró la madre de James por la puerta y les dedicó una sonrisa que no llegaba a sus mejillas.

"Bueno muchachos, tengo que hablar con ustedes." Les indicó a los hermanos.

"¿Dónde está papá?" James miraba la puerta, expectante.

"Vendrá en unos momentos, primero debe terminar de llenar algunos papeles importantes. "

"¿Qué sucedió?" Preguntó nervioso.

"James, ¿Por qué no vas a ayudar a Frinky con el té?" El mencionado frunció la frente con molestia pero obedeció a su madre, se oyó un resoplido de frustración proveniente del pasillo.

Claramente el elfo no necesitaba ayuda sin embargo ninguno lo mencionó. Cuando ya no hubo más sonidos, la mujer volvió a hablar.

"Tengo que contarles algunas cosas que hablamos con su madre, ¿si?"

Regulus estaba sentado en el sillón individual frente a Sirius, quien estaba en el sofá. Euphemia le hizo una seña al chico que de alguna manera entendió perfectamente y se levantó de su lugar para sentarse junto a su hermano, a una distancia prudente. La madre de su amigo se sentó en el lugar que acababan de dejar libre.

"En primer lugar, hace ya un tiempo que con Fleamont estuvimos solicitando que nos dieran tu custodia y planeamos ir a juicio teniendo en cuenta lo que sucedió hace unos días." Soltó la bomba sin más, mirando a Sirius quien saltó en su lugar, claramente asombrado. "Creíamos que no íbamos a conseguir tu tutela sin pelear pero tú madre finalmente accedió. Hoy comenzamos con todo el papeleo. "

"Vaya." Estaba sin palabras, feliz. Claro que estaba contento con esta nueva información pero estaba tratando de procesar esto y...

De repente se giró para ver a Reg, el chico se veía extrañamente aliviado, aunque con los hombros ligeramente tensos.

"Regulus, nosotros tratamos de extender la solicitud para ti pero es un poco más complicado." Trató de calmarlo a la vez que le dedicaba una mirada de disculpa, pero el chico no se veía particularmente decepcionado, era como si hubiera sabido desde un principio que eso era imposible.

"Está bien, ¿Ella les solicitó que regresara inmediatamente?"

No. No puede volver.

Sirius lo miró, aterrado.

"De hecho... Ella insinuó que podrías pasar el resto de las vacaciones con nosotros pero dijo que deberías volver para navidad. "

"Oh, bueno." Se veía genuinamente sorprendido. "Si no les molesta recibirme...."

"Oh, Cariño. No es ninguna molestia." Dijo sinceramente. Sirius no pudo evitar admirar a la mujer, completamente agradecido por lo que estaba haciendo por ellos. "Amo tener una casa ruidosa, puedes quedarte todo el tiempo que quieras."

El pelinegro asintió, sin saber qué decir. Sirius entendía ese sentimiento de no saber qué hacer con la amabilidad desinteresada, le había costado adaptarse al cariño que solían ofrecer en esta casa.

Crack

Se escuchó en la puerta y unos segundos después el señor Potter entró a la casa.

"¿Cómo fue?" Preguntó la mujer.

"Bastante bien, tendremos que hacer una o dos cosas más en la semana hasta que sea completamente legal."

En ese momento, apareció James con una bandeja con té. Su rostro se iluminó en cuanto vio a su padre.

"¡Papá!" Cual niño de cinco años, se apresuró a acercarse. Hizo una pequeña pausa para dejar la bandeja en la mesa y luego continuó. "¿Qué pasó? Mamá me sacó de la habitación y Frinky no me dijo absolutamente nada."

"Esos modales..."

Fleamont movió la cabeza con cariño y le explicó brevemente que Sirius ahora viviría con ellos.

"¿Vivir por un tiempo o como para siempre?"

"Bueno, al menos deberá soportarnos hasta ser mayor de edad y luego el ya decidirá que hacer." Comentó con una sonrisa burlona que lo hacía ver más joven.

Sirius nunca había visto a su amigo tan rebosante de felicidad, ni siquiera aquella vez que Lily le había dado un abrazo por error. Parecía que se le iban a romper las mejillas de tanto sonreír y él se sentía contagiado de esa calidez.

"¡Maravilloso! Absolutamente increíble, esto es sin duda..." continuó expresando su alegría hasta que se calmó y miró a Regulus, quien se enderezó en el lugar. "Va a ser genial tenerlos a los dos aquí, la casa es demasiado grande para mí solo."

Cualquiera hubiera creído que lo decía por cortesía, teniendo en cuenta que James rara vez se había relacionado con Reggie. Pero Sirius sabía que esas palabras eran genuinas, no conocía a nadie más que tuviera esa inagotable cantidad de amabilidad.

Regulus se veía  perdido por la atención recibida.

"Eh, no. Yo me quedaré el resto de las vacaciones nada más. " Sintió frío al pensar que su hermano debería volver en algún momento.

"Oh, qué lástima." Respondió frunciendo su nariz. "Sería genial que todos pudieran vivir aquí." Soltó distraído, Reg volvió a mirarlo como si estuviera demente y luego se giró a mirar a los demás.

"Señores Potter" Dijo centrándose en los anfitriones mientras se levantaba del sofá y se paraba rectamente. "Quería saber si podrían habilitar la Red Flú para mi."

"Creo que no habrá problemas." Respondió la mujer mientras acercaba la taza de té a sus labios. "¿A dónde necesitas ir?"

"Grimmauld Place. " Sirius vio negro y sin pensarlo se levantó de su lugar en cuanto escuchó a su hermano decir el nombre de ese lugar. Lo alteraba el pensar en ese edificio, en lo que había tenido que pasar. Todo se sentía tan lejano cuando aún no había pasado ni una semana.

"Espera, no puedes volver. ¿Qué pasa si se arrepiente y te obliga a quedarte por el resto del verano?"

"Tengo que ir, nuestras cosas están ahí. Ni siquiera tengo mi varita conmigo, además me gustaría ver como está Kreacher... ella suele desquitarse un poco con él. " hizo una mueca pero Sirius no entendía cómo era que le preocupaba ese elfo cascarrabias pero no tenía la capacidad de preservarse a sí mismo.

"¿Y eso que importa? Deberíamos estar pensando formas para que no tengas que volver pero tú quieres ir directamente ahí por voluntad propia. " Se exaltó. "Tendremos que llevar esto a juicio de ser necesario, demostrar que no es apta para ser tu tutora... no sé, mostrarles nuestras cicatrices." Vio a su hermano estremecerse.

"Es nuestra madre." dijo finalmente y eso... se sintió como un golpe en el rostro. Después de todo lo que les hizo,

¿Él realmente iba a defenderla?

"¿Crees que eso la justifica?" La ira creciendo en su cuerpo, el recuerdo de las torturas intactas.

"No me refiero a eso." Suspiró cansado, de repente, parecía mucho mayor." Cuando digo que es nuestra madre no lo digo con sentimentalismo, me refiero a que es Walburga Black.

>>Actual matriarca de una de las casas de sangre pura más antiguas. Está respaldada por toda la familia y sus conexiones políticas, ¿Crees que servirá de algo mostrar nuestras cicatrices? El ministerio lo tratará como un problema doméstico, dirán que es simple disciplina. No servirá de nada. Ellos jamás estarían dispuestos a enfrentar a la casa Black por nosotros, tienen mucho que perder y no hay nada que le podamos ofrecer que equivalga tal riesgo."

La casa se quedó en silencio, sus hombros se sintieron pesados al oír lo que decía el pelinegro. Quería discutir, pelear pero no había palabras porque simplemente tenía razón. De los dos, su hermano siempre había sido quien más consciente estaba de su posición y estaba seguro de que en todo este tiempo había visto lo que su familia estaba dispuesta a hacer para proteger su honor.

Regulus sabía los métodos para esquivar el escrutinio familiar, lo más probable era que se habría sumergido cual pez en el mar con tal de adaptarse. Sirius solo sabía de consecuencias y las finas líneas de su cuerpo eran prueba de ello.

"Iré contigo. " Fue lo que salió al final. Todo lo que podía hacer era acompañarlo, a pesar de que deseaba no volver a pisar esa casa nunca más en su vida.

Regulus lo miró con pánico antes de responder frío y conciso.

"No."

"¿Cómo qué no?" Se sentía abrumado por el firme rechazo.

"No puedes, tienes que mantenerte completamente alejado de esa casa y de ella."

Eso era lo que quería, mantenerse lejos pero...

"Tú también."

No podía dejar que su hermano se enfrentara a ese infierno solo.

"¡No fue a mi a quien casi mata!" El chico se acomodó el cuello de la camisa en un gesto nervioso.

"Reggie..."

"No. Tienes que entender que yo no corro el mismo peligro que tú, no se puede dar el lujo de matar a sus dos hijos. Necesita un heredero, eso limita el daño que me pueda hacer pero contigo es diferente." Sirius se sentía tonto por la manera en la que era regañado y a pesar de sentirse un poco enojado, la preocupación pesaba mucho más.

No quería que Regulus se arriesgara, no podía permitir que se adentrara en ese lugar sin nadie a su lado. Pero luego recordaba que el chico estuvo ahí por años y a diferencia de Sirius no conocía otra cosa. Saber eso no lo aliviaba ni un poco, solo lo hacía sentir aún más inquieto.

"No puedes ir solo."

"Yo iré con él. " dijo Fleamont de repente, hasta el momento los Potter se habían quedado al margen de la conversación por los que Sirius dio otro salto en su lugar al darse cuenta que habían dado algún tipo de espectáculo.

"Le agradezco, Señor Potter." Contestó Regulus, aparentemente avergonzado. "Pero dudo de que eso sea una buena idea."

"Puedes decirme Fleamont, hijo. No pienso enviarte a ese lugar solo, sería completamente negligente de mi parte." El chico asintió, resignado. "Aparecer será más sencillo, ya que no estoy seguro de que podamos ir por la Red Flú. Lo más probable es que ya nos hayan desconectado."

"Claro, me parece bien." Miró a Sirius un momento antes de acercarse al hombre mayor y agarrarse firmemente de su brazo. Después, ambos fueron lanzados al espacio.

 

 

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