ENCONTRANDO LAGUNAS
Luego de dejar a Toji con las mejillas hinchadas como un hámster, asintió satisfecho con su resultado. Gojo había querido hacer eso con Toji desde que encontró al pequeño Megumi. El pobre niño estaba pasando penumbras junto a Tsumiki, cuando los encontró, estaban abandonados y a su suerte.
Gojo sujeto el cuerpo de Toji y lo sacó del estanque. Rápidamente llamó a sus sirvientes y les indicó que arreglasen el lugar y lo dejaran como antes.
Dejó el cuerpo de Toji en el suelo por donde pasaban todos sin tomarle la menor importancia al ex Zennin
Luego se dirigió a la clase, Gojo vio con solemnidad esas habitaciones, pensó que nunc las volvería a ver. Entró al aula justo a tiempo, aun así, recibió una descarga eléctrica. Tuvo que morderse la lengua par no recibir más castigos aún.
Fue una grata sorpresa encontrar más estudiantes de los que pensó. Por supuesto, ahí estaba Nobara, la cual lo veía con molestia. Su pequeña seguía tan orgullosa y recta como siempre.
Observó de un lado a otro entre los ocho niños, sin encontrar a Yuuji.
El albino preguntó discretamente por su niño. —Me parece que no están todos los que deberían. —
—¿Acaso Gojo sensei lo ha olvidado? — Nobara habló valientemente. A su lado, un choco intentaba detenerla.
Gojo enserio adoraba la valentía de la adorable Nobara de decir las cosas en la cara, aunque en ese momento de seguro recibiría un castigo por parte del sistema.
—Ilumina a este maestro, pequeña discípula. — Gojo tenía que estar en papel, así que habló prepotentemente haciendo enojar a la pequeña Nobara.
—Falta el niño con cara de papa. — Gojo sonrió para sus adentros. — Al que mandó a volar, sensei. — Sonrió de terror. Pensó “Pequeña Nobara no sigas, por favor. Tu maestro te quiere, pero quiere que te calles.”
—Empezaremos la clase. —Gojo ignoró la respuesta de Kugisaki, recibió dolor en las manos. El alvino suspiró. — Señorita… ¿Cuál es su nombre? —
Kugisaki miró nerviosamente a su maestro, pero no se dio vuelta atrás en su decisión. — Soy la linda y hermosa, Kugisaki Nobara, recuérdelo sensei. — Gojo no la olvidaría, sobre todo porque estaba seguro que esa jovencita lo metería sin querer en muchos, muchos castigos.
—Señorita Kugisaki, está castigada. Limpiará el aula al finalizar la clase. — Gojo pidió que Kugisaki no hablara más.
—¿Qué? ¿Por qué? ¡Eso no es justo! — Gojo se lamentó, no quería castigar a la pequeña Kugisaki, pero ella no cooperaba, ¡encima el maldito sistema la estaba dando puntos por los castigos! ¿Qué clase de sádico era el inmortal Gojo? Recibió un cólico en el vientre.
“¿Por qué es un cólico? Sistema responde”
- Dependiendo del género al que usted castigue, se dispone el castigo. Lo que experimentó ahora mismo es un cólico grado uno que sufren las mujeres normalmente. ¡Disfrute la experiencia! —
“¡Hija de pu- bip!
Gojo maldijo en su mente y tuvo que responder a la pequeña Nobara.
—Cinco días de limpieza. —
—¡¿Pero ¡¿qué?! —
—Y la limpieza de la cocina. ¿Alguna duda señorita Kugisaki? — La chica se mordió los labios y negó.
La clase dio comienzo.
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Le resultó incomodo terminar la clase, sobre todo porque tenía la lengua muy entumecida de tantos castigos y porque no era su forma de ser, así, tan hostil y fría. Fue una verdadera tarea, no podía pensar que tendría que hacerlo todo el tiempo.
Llegó a su sala de profesor, a diferencia de la suya, esa tenía un ambiente muy tradicional con el tatami y las pantallas. A pesar de la evidente elegancia, no estaba cómodo en ese lugar, aun así, pudo librarse de más castigos innecesarios del maldito sistema.
El albino se recostó en el cómodo y lujoso sofá. Soltó un gemido, los músculos estaban adoloridos por tantas descargas eléctricas recibidas. El sol de las tardes calentó su rostro. Estaba atardeciendo, y no había sido llamado a una misión repentina.
—Hey, sistema. —
- Dígame anfitrión. —
—¿Por qué no hay misiones para mí? Quiero saber, no deberías poder negarme la información. Tiene que ver con mi papel de inmortal. — Dijo Gojo haciendo unas comillas en el aire con las manos.
- … Conectado …. En efecto, y en relación con su papel, se le puede brindar esa información para corregir el error. —
Gojo sonrió astutamente, al fin, empezaba a encontrar las lagunas dentro de todo lo que el sistema le decía o castigaba. El sistema no le daría información sobre sucesos o los demás. Pero para seguir su papel y corregir el error que según el sistema dice, puede hacerlo. Se aprovecharía de toda y cada falla y laguna para no lastimar a sus niños.
En especial, aprovecharías la laguna de que, al no ser visto, podrá ayudar a sus niños, sobre todo a Yuuji. Estaba preocupado por la sangre que brotaba de la cabeza del chico.
- Respondiendo a su pregunta, anfitrión. El inmortal Gojo es tan petulante que solo asiste a misiones realmente y altamente peligrosas. Debido a la cantidad de individuos y la información sobre la inmortalidad y la hechicería. Se ha creado un programa en las escuelas de todo el mundo acerca de controlar las emociones y sentimientos negativos para así disminuir la energía maldita, la culpable de crear a las maldiciones y demonios. Debido a la longevidad de la vida de hechiceros e inmortales, hay más personas capaces de combatir contra las maldiciones. Agregamos el hecho de que se capacitan y se realizan simulacros cuando aparece una maldición para las personas comunes. —
—Vaya, ¿tan bien le va a este lugar? —
- Usted puede averiguarlo en sus misiones, anfitrión. —
Gojo suspiró, no podía sacarle todo al sistema, tendría que buscarlo por su cuenta. Esperaba volver al dichoso lugar donde despertó y encontrar más información ahí. Tenía tantas preguntas.
—¿Qué era el lugar donde desperté? —
—Un lugar preparado para la estancia de los maestros inmortales en la cumbre
Gojo, se preparó una para cada maestro. —
—Hablo del lugar en donde me absorbió el libro. —
- Usted no está apto para recibir esa información. —
—¿Qué debo hacer para ser apto? —
- El anfitrión debe aceptar los castigos y cumplir con las misiones. Recuerde que los logros satisfactorios de las misiones traen consigo beneficios. —
Gojo contuvo una sonrisa, tal vez podría volver a ese lugar y estar con Geto, Yaga y los demás… Pero ellos también estaban ahí… Gojo sentía que no podían ser reales. Todo era tan diferente.
No se desanimó y con más ánimo, se dispuso a cumplir la primera misión.
Pero antes de eso, averiguó en internet si aún había servicio a domicilio. ¡Lo había! Llamó por un Kit de primeros auxilios, unas vitaminas y unos dulces para Yuuji. Claro, sin dar su nombre y manteniéndose anónimo.
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Yuuji se despertó en la enfermería, siendo rápidamente atendido por la doctora Shoko. Quien con cuidado le bridó ayuda y le comunicó sobre el obsequio que alguien le había enviado. Al abrirlo, encontró un set de primeros auxilios y unos dulces. Preguntó por el remitente. Shoko no lo sabía tampoco.
Yuuji miró los dulces con desconfianza, eso dulces le eran tan familiares. Aún con duda se metió no de ellos en la boca. Eran muy deliciosos, empalagosos.