SISTEMA DE CACA, CACA

—Anfitrión 00009000. T3. G2. Bienvenido. Calculando…. Un momento. Conectando sistema…..—

—¡ERROR! —¡ERROR!  —¡ERROR! —¡ERROR!  —

—¡CÁLLATE! — Gojo se dio unos golpecitos en la cabeza, como si de esa manera pudiera alejar los molestos sonidos robóticos y fríos, no funcionó pero al menos lo intentó.

Ignoró el llamado de advertencia y se incorporó. Vio a su alrededor y era como siempre, su viejo apartamento. No, Gojo le dio una nueva mirada, no era su apartamento. Las cosas ancestrales y costumbristas no eran lo suyo, no. Nunca volvería usar un Yukata ni esas cosas tediosas, no.

Recuerda claramente que la última vez que estuvo en su apartamento, todo eran de color grises, negro y blancos, con algún toque de color de vez en cuando. Sin embargo, esas maravillosas y exquisitas cortinas tan antiguas como esos viejos canosos de la hechicería, no eran un gusto particularmente suyo, claro que no. Gojo paseó alrededor, viendo ese aspecto de casa tradicional que parecía tener su habitación. Rayos, le recorrió un escalofrío. ¿Qué sucedía? Ese maldito ser lo había golpeado, parecía que también habían sellado los seis ojos, Gojo se preguntó que más podrían haber sellado. Por un momento se perturbó, ¿qué pasaría si sus poderes no estaban en él?

Gojo se calmó e intentó usar sus poderes. No había problema alguno, eso lo confundió, ¿por qué? Tal vez, sus poderes no tenían tanto alcance en ese lugar, si no mal recordaba, fue absorbido por uno de los libros, talvez sería una clase de portal.

Tocaron la puerta y no pudo seguir en sus cavilaciones. Extrañamente aquel ruido también se había ido.

—Adelante—  Pensó que sería Ijichi, pero no, parecía un señor mayor de al menos unos cuarenta años, se preguntó dónde estaría su fiel sirviente. El pobre Ijichi nunca fue un sirviente en sí, pero Gojo lo consideró a veces como uno.

—Gojo-sama, buen día. Disculpe por interrumpir su precioso tiempo. Es hora de elegir a los nuevos candidatos. —

—¿Qué candidatos? ¿De qué hablas? — Tan pronto como habló, recibió una descarga eléctrica por todo su cuerpo, sintió como sus nervios eran cocidos de adentro hacia afuera. Gojo no gritó de dolor, no, sería una vergüenza, pero no entendía que pasó. ¿Tal vez un ataque enemigo?

El anciano lo miró en silencio un momento, luego habló. — Gojo-sama no se encuentra en buen estado talvez, no recuerda que hoy se eligen nuevos estudiantes para la cumbre Gojo. — Gojo estaba por negar cuando sintió otra picazón, el mismo dolor, probó una idea y asintió.

—Claro. Guía el camino. — Recibió otra descarga. El anciano lo miró un segundo más, la sospecha y algo de temor se notaba.

—Adelante señoritas. —

“¿Señoritas?” Repitió en su mente. Pronto, entraron varias mujeres hermosas, cada una con unos ojos encantadores y enamorados. Gojo tuvo un pánico repentino por tanta gente desconocida más porque empezaron a desvestirlo mientras lo guiaban a un baño. Intentó negarse, pero la parálisis de lengua que apareció repentinamente no le dejaba hablar y para colmo seguía esa corriente eléctrica muy molesta.

Las manos traviesas tocaron de mas en algunas partes, pero no podía negarse ni quejarse, su cuerpo se paralizaba y no entendía por qué volvía a recibir ese dolor de nuevo, estaba harto.

Cuando terminó la tortura, al fin pudo alejarse. El anciano lo había esperado y lo siguió a la selección.

—Error solucionado. Operando cambio de sistema—

La repentina voz casi lo asusta. Menos mal guardó la compostura.

—Cambio de sistema completado. Operando sistema de castigo a sujeto 009000. T3. G2. —

Gojo miró a la nada con molestia. “¿Cómo que un castigo? ¡No había hecho nada!” Se quejó internamente, porque cuando lo quiso hacer presente, otra vez sintió las descargas eléctricas por su cuerpo.

—Sistema FU5FSCA-0000000151403 a su servicio. — Gojo rodó los ojos y sintió como unas agujas se clavaban en su lengua. Solo le quedó quejarse en su corazón y no expresar nada más.

— El anfitrión recibió castigo por comportamiento OOC del inmortal Gojo Satoru. —

Gojo preguntó en su mente “¿a qué te refieres con inmortal Gojo Satoru? ¿Qué eres?”

—El anfitrión se encuentra en castigo, no se le administrará información En otras palabras. ¡Hágalo usted mismo o muera! — La voz intentó ser animada al final, solo hizo que Gojo casi volviera a ser castigado, tuvo que tragarse el maldito coraje. No obtuvo información valiosa más que lo que ya venía suponiendo.

Apretó los labios con firmeza, al parecer no podía comportarse como siempre o recibiría castigos, no sabía que desataban los malditos castigos.

Finalmente llegaron a un lugar, ¿Qué era? A Gojo no le importaba, siguió al viejo que lo guiaba hasta un determinado lugar y se sentó pacientemente a esperar.

Los anuncios de unas campanas indicaron la entrada. Entraron uno por uno, unos niños de unos 6 a 10 años aproximadamente. Gojo veía aburrido, pensó que debería escaparse de ese lugar y buscar a sus amigos, explicarles o hablarles de lo que paso. Recibió otra descarga y agujas en la lengua. Tubo que resistir los llantos. Escapar no era una opción al parecer.

—¿Hay alguno que te interese? — No pensó volver a escuchar la voz de su antiguo profesor, sonrió levemente para luego volver a su expresión calmada. Recibió otro castigo. “¡¿Acaso no puedo sonreír?!” Peguntó Gojo en su corazón a esa misteriosa cosa o voz que había en su cabeza, tal vez sea una maldición y él era un recipiente y nadie lo sabía.

• ¡Correcto! ¡Felicidades! ¡Felicidades! ¡Felicidades! ¡Las cosas buenas deben ser dichas tres veces! El anfitrión a descubierto una de las características sustanciales del inmortal Gojo Satoru. —

La voz robótica y animada al fin había sido de ayuda. Gojo intuyó que tal vez debía ir deduciendo como debía actuar para evitar los malditos castigos, al parecer tendría que hacerlo solo y con cuidado.

Gojo volteó la mirada. —No lo hay Yaga. —Dijo sin interés evitando la mirada de Yaga, no vio como el mayor suspiraba apenadamente.

—No deberías dejar que Geto te afecte, el ya hizo su elección, deberías elegir la tuya y seguir. ¿Te quedarás atrapado en esa etapa para siempre? — Yaga estaba hablando en doble sentido, Gojo por supuesto que no lo notó.

Gojo sabía que Geto ya había elegido su camino, y estaban por cambiar la cosas en el aeropuerto, pero despertó y míralo donde estaba y ni sabía que estaba haciendo. Gojo suspiró cansado repentinamente.

El sonido de los llantos de niños lo distrajo. Enfocó su mirada y notó que había niños corriendo, de entre ellos había un grupo destacado.

—¡Es Yuuji! — Gojo recibió una descarga demasiado mordaz, escupió sangre. Yaga lo miró preocupado y confundido.

—¿Quién es Yuuji? ¡Acaso conoces a uno de los ingresantes? — Yaga le pasó un pañuelo. Deberías ir con Shoko y que te revise. — agregó Yaga. Gojo negó y terminó de limpiar la sangre.

—No, no es nada, una confusión mía, me pareció ver una yerba. —Yaga negó y siguieron viendo a los niños corriendo. Uno a uno empezaron a caer los niños luego de más de 20 vueltas corriendo.

“Oye voz, ¿qué pasó? ¿A qué se debe el castigo?”

• Averígüelo anfitrión. —

Gojo estrujó el pañuelo en su mano enfadado.

Yaga dio dos palmadas, indicando a los que quedaron de pie, acercarse. Indicó a los sirvientes llevar a los demás fuera de la cumbre.

—Felicidades por resistir, elijan un maestro y cumbre, su elección será por el resto de sus estudios. —

Gojo se enfocó finalmente, no solo eran Yaga y él, a lo lejos se acercaron, Mei mei, Utahime, Kusakave, unos ancianos que no conocía, unos calvos, a Toji, una chica con máscara. Gojo vio bien, era Toji Fushiguro. “¿Qué hacía Toji allí? No estaba junto al clan Zennin, a lado de su asesino de una vida pasado podría decirse, estaba Megumi.

Gojo sintió mareos. Resistió el impulso de volver a aniquilar a Toji, solo porque Megumi estaba ahí y además estaba sonriendo junto a una mujer que nunca había visto antes. Pero Megumi se veía encantadora y realmente feliz, así que no hizo nada.

—¡Gojo! — La voz de Yaga lo sacó de trance.

—¿Qué? — Gojo maldijo internamente cuando recibió agujas en la lengua. — ¿Dígame maestro Yaga? — Yaga negó y suspiró, su alma parecía irse en cada suspiro.  Le señaló a los niños que estaban arrodillados delante suyo.

Uno de ellos habló.

—Disculpe mi interrupción joven maestro Gojo Satoru. Saludo al nuevo sol de la cumbre Gojo y desea su asunción al mundo de los inmortales. Ruego acepte a este humilde e ignorante mortal bajo su tutela a pesar de su edad. — La manera aduladora y respetuosa dio la percepción adecuada y captó el interés de otros maestros que veían al chico. Desgraciadamente, como el mismo chico lo dijo, era demasiado mayor para aprender sobre la inmortalidad. La mejor edad era de entre 4 a 8 años.

Gojo volvió a sonreír, aunque solo sea por un milésimo segundo antes de recibir otro castigo doloroso. Gojo no podía hablar cuando el chico levantó la cabeza y lo vio con la mirada serena. Sintió una sensación recorrerle el cuerpo y detenerse brevemente en su cuello, una sensación abrasadora tocando su garganta.

El bullicio estalló cuando los demás maestros notaron el rostro de aquel chico.

—¡Increíble! —

—¡El fruto no cae tan lejos! —

—Está marcado por el destino! —

—Desgraciado es Gojo Satoru. —

“¿Qué es esa reacción?” Gojo miró disimuladamente a los maestros haciendo que el cuchicheo se detuviera.

—Este maestro acepta tu humilde petición. —

El chico sonrió cálidamente. Gojo sintió como si hubiera pasado mucho tiempo desde que vio aquella sonrisa en Yuuji.

El bullicio de los demás empezó nuevamente.