Traducción: "Day Says" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Day Says" de GallaPlacidia
Summary
Scorpius, de once años, comienza a escribirle a Harry. Harry comienza a enamorarse de Draco a través de su interpretación en las cartas de su hijo.Con un Draco extremadamente arrepentido que vive con muggles y trabaja en una librería de segunda mano, un Harry aislado y un Scorpius que teme ir a Hogwarts porque sabe que será intimidado allí.
Note
La presente en una traducción del fanfic de GallaPlacidia "Dad says". Quien publicó que eliminaría su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo.El fanart agregado pertenece a Swymsuyt y ha sido compartido con su permiso.Toda la historia publicada no me pertenece solamente hice la traducción y la correspondiente edición.Disfruten de esta maravillosa historia.
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Capítulo 3

Capítulo 3

 

Cuando Harry regresó a Grimmauld Place, se molestó al descubrir que había jarrones de flores de cristal enormes, pero de buen gusto, en cada habitación. Las cortinas también habían cambiado. Ahora eran uniformemente de seda «seda gruesa y rica, en diferentes colores». Un amarillo dorado en la sala de estar, seda verde en la biblioteca, un rojo intenso en el comedor. Harry paseó por su casa a luz de las velas, admirándola.

 

Al día siguiente, recibió una carta de Malfoy. Fue entregado por Hogarth, en lugar de por flu, como habían sido sus cartas hasta ahora. Harry se sintió un poco aprensivo cuando lo abrió, seguro de que lo reprendería por lo que había sucedido en la cocina, pero no mencionó eso.

 

***

 

Potter

 

Gracias por venir anoche, alegraste la semana de Scorpius. Otra vez.

 

Tu casa debería tener una bodega si lo pides amablemente. A ver si te da una botella de Chateau Perrault11 para la fiesta de Eve, a ella le encantaría. Detalles para el viernes al dorso. No sientas que tienes que venir si no quieres.

 

Con gratitud

D. Malfoy

***

 

De hecho, su casa tenía una bodega de vinos, y Harry eligió una botella de Chateau Perrault como Malfoy había sugerido.

 

Estaba claramente nervioso antes de la fiesta de vino y queso de Eve, aunque sabía que los amigos de Malfoy no eran elegante. Pero había ido a la noche de cine por Scorpius, ¿No? Este era solo él pasando el rato con Malfoy y sus amigos. De buena gana.

 

Sin embargo, ni siquiera se le pasó por la cabeza no ir. En parte esto se debía a que Eve lo intimidaba genuinamente, pero principalmente era que no había hablado con nadie desde la noche de cine. Había deambulado12 por el callejón Diagon en su capa, sintiéndose un poco inútil, y deprimido en su casa cada vez más hermosa, y volado un poco por la tarde. Por lo general, eso era suficiente para cansarlo, pero el viernes descubrió que tenía muchas ganas de hablar con la gente.

 

Ayudó, por supuesto, que los amigos de Malfoy no pensaran en él como el Elegido.

 

El departamento de Eve era mucho más grande que el de Malfoy y estaba lleno de gente. Ella lo dejó entrar con un chillido y se llenó de éxtasis con el vino que él había traído. Resultó que ella coleccionaba botellas con etiquetas inusuales, y el Chateau Perrault, con su intrincado patrón de cuento de hadas, ciertamente calificaba.

 

Eve lo dejó caer al lado de Nick y se fue a recorrer alrededor de su fiesta.

 

   —¿Dónde está Flora? —preguntó Harry.

 

Está en casa con los niños. Scorpius también —dijo Nick.

 

   —De acuerdo.

 

Realmente vamos a extrañar a Scorpius. No falta mucho para que se vaya, ¿Verdad?

 

   —No —dijo Harry— Agosto estaba llegando a su fin y Scorpius pronto abordaría el Expreso de Hogwarts.

 

   —Todos estamos muy preocupados por él.

 

   —Él hará amigos —dijo Harry, tranquilizándolo.

 

   —No es Scorpius. Draco.

 

Levantó la barbilla hacia un rincón de la habitación, donde Malfoy le sonreía cortésmente a un hombre alegre con una chaqueta de mezclilla. El hombre parecía completamente encantado con Malfoy, quien lucía exquisitamente guapo con una camisa blanca con los puños remangados, su cabello suelto alrededor de su rostro. El moretón en su pómulo de alguna manera solo se sumó a su buena apariencia.

 

   —Oh —dijo Harry.

 

Nick era un tipo grande, pero tenía ojos amables, que dirigió a Harry.

 

   —Escucha… lo conocías antes…

 

   —Parece que ya te ha dicho todo lo que hay que saber —dijo Harry con firmeza. No iba a cometer el mismo error dos veces— Si quieres saber sobre las cosas que hizo, tendrás que preguntarle.

 

 —No, yo sé. Solo… estas personas siguen atacándolo… ¿Sabes quiénes son? Siempre insiste en que no podemos decírselo a la policía, pero después de la primavera pasada…

 

 —Lo dieron por muerto. Escondió a Scorpius en un armario o algo así, no estoy seguro de cómo no lo encontraron, porque todo el piso estaba destrozado. Pero si Scorpius no hubiera estado ahí para llamar a la ambulancia cuando se fueron…

 

Al otro lado de la habitación, el hombre de la chaqueta de mezclilla tocó la Marca Tenebrosa de Malfoy con una mirada inquisitiva. Malfoy le respondió, y el rostro del joven se volvió sombrío.

 

   —Eso está jodido —dijo Harry.

 

   —Es aterrador —dijo Nick— Solo pensé que podrías saber más al respecto.

 

Harry sabía más al respecto, pero apenas hacia una diferencia. Había todo un mundo de personas que pensaban que Malfoy se había salido con la suya a fácilmente, y cualquiera de ellos podría haber irrumpido en su apartamento para asegurarse de que recibiera el castigo que se merecía.

 

   —No lo sé —dijo Harry— Desearía saber.

 

   —Bueno, fue solo una idea —Nick suspiró— Joder, estaría tan enojado si supiera que te estoy hablando de esto. Estaba realmente nervioso porque que te conociéramos.

 

   —¿En verdad? ¿Por qué?

 

Nick se encogió de hombros.

 

   —La culpa lo jode, ¿Sabes? Quiere hacer las paces, pero no quiere el perdón. O parece creer que no merece el perdón. Personalmente, creo que todo es una tontería.

 

Harry pensó en Lupin y Tonks yaciendo inmóviles en el Gran Comedor, y en lo forzado que se sentía alrededor de Teddy. Cuántas veces se mordía la lengua, seguro de que Teddy estaba resentido con él por sus muertes.

 

   —Sí, la culpa es rara —dijo.

 

   —Hey, yo… Voy a tomar un trago. ¿Quieres uno?

 

   —Estoy bien —dijo Harry.

 

Malfoy había terminado de explicar sobre su Marca Tenebrosa «Harry se preguntaba qué tan detallada sería su historia de tapadera muggle» y el hombre de chaqueta de mezclilla se acercó para tocar el moretón en su rostro. Malfoy se quedó muy quieto, y luego el hombre se puso de pie, dirigiéndose a la cocina.

 

Harry se abrió paso hacia Malfoy a través de la multitud de personas y se apoyó contra la mesa cerca de él.

 

   —Oh, gracias a Dios —dijo Malfoy— Ese hombre era tan serio que pensé que moriría.

 

   —¿No es tu tipo?

 

Malfoy se estremeció.

 

   —Me dijo que podía ver en mis ojos que había sufrido —dijo, con una mueca. Harry no comentó que era cierto, había algo herido en los ojos de Malfoy— Eve realmente está raspando el fondo del barril.

 

   —Es guapo, al menos.

 

   —¡Oh Dios!, él va a volver…

 

El hombre volvió con dos copas de vino. Le entregó uno a Malfoy con una mirada de lástima repugnante.

 

   —Creo que fue muy valiente de tu parte ofrecer esa información —le dijo a Malfoy. Malfoy parecía como si estuviera considerando seriamente golpear algo.

 

   —Se siente deshonesto no mencionarlo —dijo entre dientes.

 

   —Hola, soy Harry —dijo Harry, extendiendo una mano.

 

   —Jed —dijo el hombre, estrechándolo rápidamente y volviendo su mirada suavizada hacia Malfoy.

 

   —Debes sentirte vulnerable en este momento —dijo. Habló como si Malfoy fuera un niño pequeño.

 

   —Te aseguro que estoy bastante bien —dijo Malfoy.

 

   —Tan valiente —murmuró Jed.

 

Harry realmente no tenía tiempo para pensar. Él solo hizo lo que se sentía bien.

 

Tomó la mano de Malfoy, entrelazó sus dedos y besó sus nudillos.

 

   —Eres valiente, cariño —dijo.

 

Malfoy, para su crédito, dominó su expresión casi de inmediato.

 

   —Gracias, mi amor —dijo, intencionalmente.

 

   —Oh, ustedes dos… —dijo Jed.

 

   —Está bien —dijo Harry.

 

   —Yo… mm… creo que veré a mi amigo —dijo Jed, y se alejó rápidamente.

 

   —Sabía que tenías algo por salvar a la gente, pero no pensé que fingieras ser gay para venir a rescatarme —dijo Malfoy a la ligera, soltándose del agarre de Harry.

 

   —Vaya. Bueno. Realmente no estaba fingiendo.

 

   —¿Qué quieres decir? —preguntó Malfoy, su voz repentinamente aguda.

 

   —Soy un poco gay. Pienso. Quiero decir, definitivamente soy bastante gay.

 

   —No pareces muy seguro.

 

   —No he tenido muchas oportunidades de experimentar. Es un poco difícil, con la prensa.

 

   —Hmm… —dijo Malfoy, mirándolo pensativamente— El virginal Harry Potter. Haces un buen sacrificio.

 

   —¡Yo no soy virgen!

 

   —Lo había olvidado. Ginebra. Pero los hombres son tan diferentes, ya sabes que si no has estado con uno…

 

   —¿Recuerdas a Justin Finch-Fletchley?

 

Malfoy levantó las cejas.

 

   —¿Es gay?

 

   —Sí. De todos modos, mi punto es que no soy virgen, en ningún sentido de la palabra.

 

   —Entendido… —dijo Malfoy, sonriendo satisfecho en su copa de vino. Luego se tapó la cara con la mano y se hecho a reír.

 

   —¿Qué?

 

   —Acabo de recordar que Finch-Fletchley trato de besarme una vez. En segundo año, después de que le lanzaste esa gran serpiente.

 

   —¡No le lance una serpiente!

 

   —Oh, sí, lo hiciste —dijo Malfoy con picardía— Eventualmente.

 

Harry sintió que se sonrojaba.

 

   —¿Tú qué tal? ¿Alguna vez lo hiciste con alguien en Hogwarts?

 

Los ojos de Malfoy se apagaron.

 

   —Sí.

 

   —¿Quién?

 

   —Blaise Zabini.

 

   —¡Blaise! Me cruzo con él de vez en cuando. Es muy guapo, ¿Verdad?

 

Malfoy no dijo nada.

 

   —¿Fue… serio? —preguntó Harry.

 

   —No para él —dijo Malfoy, golpeando ligeramente con sus dedos sobre la mesa.

 

   —Vaya. Lo siento.

 

   —Cristo, esta fiesta es tediosa. Escucha, ¿Quieres echar un polvo? Puedo arreglarlo.

 

Algo en el cerebro de Harry se erizo.

 

   —¿Yo qué?

 

   —Hay un buen club gay cerca de aquí. Muggles. Nadie que vaya corriendo a Rita Skeeter ya que resulta que tu pene esta desviado, Elegido.

 

   —Vaya. Er… realmente no estoy vestido para ir a un club.

 

   —Si esa es tu única preocupación, vamos. Somos magos, Potter.

 

Cuando estuvieron afuera, Malfoy lanzó algunos hechizos sobre sí mismo, haciendo que sus jeans fueran más ajustados y oscuros. Se desabrochó la camisa y se sacudió el pelo. Harry lo miro compulsivamente. «Escucha, ¿Quieres echar un polvo? Puedo arreglarlo». Mierda. Le gustaba Draco Malfoy. Realmente, realmente le gustaba Draco Malfoy.

 

Malfoy también lanzó algunos hechizos sobre Harry y luego suspiró.

 

   —Es un delito tener dinero y vestirse como tú —dijo.

 

   —No soy muy bueno para ir de compras —admitió Harry.

 

   —No, puedo ver eso —dijo Malfoy— Vamos.

 

Y los apareció a ambos directamente en medio de una pista de baile.

 

Harry habría estado preocupado por el Estatuto del Secreto, excepto que Malfoy claramente había juzgado con precisión el nivel de embriaguez de los clientes del club. Nadie parpadeó ante su repentina aparición.

 

   —¿Quieres una bebida? —gritó Malfoy por encima de la música a todo volumen. Harry había estado en clubes gay antes, pero nunca en uno donde la clientela fuera tan uniformemente hermosa. Se sentía extremadamente fuera de lugar. Malfoy, sin embargo, estaba en su elemento. Sonrió encantadoramente al cantinero y consiguió una serie de tragos.

 

   —Relájate —le grito a Harry, y cada uno tomó tres. Malfoy se inclinó hacia adelante, y por un loco segundo Harry pensó que iba a besarlo. Pero solo se estaba inclinando hacia el oído de Harry— Feliz caza —dijo, y desapareció entre la multitud.

 

Harry fue a la pista de baile y saltó sin rumbo fijo. No era bueno en esto. Sabía que parecía un idiota cuando bailaba. No podía negar que la idea de irse a casa con alguien «con Malfoy, su cerebro sugirió inútilmente», era atractiva, pero no tenía idea de cómo hacerlo.

 

Después de unos quince minutos, vio a Malfoy. Estaba presionado contra una pared, una pierna larga y delgada envuelta alrededor de las caderas de un hombre, con ojos cerrados mientras el hombre chupaba su cuello.

 

Bueno, esa era una imagen que Harry nunca dejaría de ver. El hombre estaba apretando a Malfoy, que parecía delirante de placer, y Harry decidió que necesitaba calmarse. Fue al baño, que estaba vacío y agradablemente silencioso.

 

   —Joder —le dijo a su reflejo. Se inclinó sobre el fregadero y se echó agua fría en la cara— Esto es estúpido —se dijo a sí mismo— Estoy borracho. En realidad, no me gusta. Quiero decir, más que nadie. Probablemente a todo el mundo le gusta un poco.

 

La puerta se abrió y entro el propio Malfoy, con las pupilas dilatadas y los labios rosados.

 

   —¿Tuviste suerte? —preguntó.

 

   —Esta no es realmente mi ambiente —dijo Harry.

 

Malfoy puso los ojos en blanco.

 

   —Estás sin esperanzas. Te ayudare.

 

Agarró los bíceps de Harry y lo llevó hacia la puerta.

 

   —Vas a señalar al chico más guapo que veas, y lo voy a conseguir para ti. ¿De acuerdo?

 

«Eres el chico más sexy que veo», pensó Harry.

 

   —¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó, en cambio.

 

El rostro de Malfoy se torció.

 

   —Potter te debo un millón de años de favores. Lo menos que puedo hacer es encontrarte a alguien a quien follar.

 

   —Eso es…un poco siniestro, Malfoy.

 

   —Sí, bueno, ese soy yo. El siniestro Draco Malfoy, siempre tramando nada bueno —dijo Malfoy con gravedad— Ahora ven. ¿Cuál es tu tipo?

 

   —Rubio —dijo Harry, sin pensar. Malfoy se rio.

 

   —Nos divertimos más. Está bien. Sígueme, Potter. Voy a encontrarte un chico rubio bonito.

 

Y lo hizo. Él los condujo atreves de la multitud hasta un apuesto hombre rubio, le susurro algo al oído y le hizo un gesto a Harry. El hombre subió sonrió con avidez y asintió. Al minuto siguiente estaba bailando con Harry, sus manos en la cintura de Harry, su boca en la oreja de Harry.

 

   —Oye —dijo— Eres muy lindo.

 

Fue al departamento del chico. Su nombre era Kevin. Él era bueno. Le preparó a Harry una taza de té después de tener sexo y le preguntó si quería quedarse a dormir.

 

   —Sera mejor que regresé —dijo Harry.

 

   —Como quieras —dijo Kevin.

 

Harry regresó a Grimmauld Place, que ahora parecía tener un amplio y perfectamente cuidado jardín delantero, y se fue a la cama, decidido a no pensar en el Jodido Draco Malfoy.

 

Harry pasó los siguientes días leyendo sombríamente cartas de su montón en la mesa del comedor. La casa los había organizado para él, y los dispuso en bandejas de plata que él no sabía que poseía.

 

***

Querido Harry: escribió Hermione

 

George dice que te vio el otro día, Estoy contenta de que hayas estado saliendo, aunque él dice que no dijiste mucho o te quedaste mucho tiempo. Te extraño terriblemente.

 

Lo siento si te puse en aprietos con mi última carta. Nos encantaría que fueras el padrino, pero, por supuesto, entendemos si eso parece demasiado.

 

No sé si los lees. ¿Sabes que no hemos hablado en cuatro meses?

 

Con amor

Hermione

***

 

Padrino, pensó Harry, rebuscando entre la pila de cartas, ¿Padrino? ¿Hermione estaba embarazada?

 

Lo estaba, como se hizo evidente cuando leyó sus últimas cartas.

 

«Soy un amigo de mierda», pensó. Tendría que escribir una carta realmente larga y adecuada para compensarlo. Pero él no tenía la fuerza. Así que simplemente lo pospuso.

 

Estaba fuera de sí13. Draco Malfoy estaba jugando con su cabeza. No importaba si Scorpius era adorable. No pasaría más tiempo con los Malfoy. Él no lo haría.

 

La siguiente carta de Scorpius llego al día siguiente.

 

***

Querido Harry:

 

Fue tan agradable tenerte en la noche de cine. Espero vengas al próximo, porque es el último antes de ir a Hogwarts. Elegí “Jules et Jim14”, que es una película francesa que le gustaba a mi madre. Hablo francés con fluidez ¿Sabes? Mi madre y yo vivíamos en París antes de ella muriera. No lo recuerdo mucho, pero me gusta ver películas francesas. Espero que vengas. Papá dice que probablemente estés demasiado ocupado y que no debo esperar cosas de ti.

 

Estaba enfermo esta mañana «Fue REPUGNANTE». Papá dice que es porque estoy nervioso por Hogwarts. Lo estoy, pero eso no es realmente todo. Tengo miedo de que le pase algo mientras no estoy. Tengo miedo de no volver a verlo.

 

Papá dice «Que quejarse es egoísta y aceptar es sabiduría. Si le pasa algo, tendré que aceptarlo».

 

Hogarth está mordisqueando mi papel, así que tengo que dejar de escribir. ¡Vaya! Nunca te agradecí por él. GRACIAS. Él es el mejor regalo que alguien me ha dado, ¡Y ni siquiera es mi cumpleaños!

Gracias, Gracias.

 

Sinseramente1,

Scorpius

***

 

Harry se quedó mirando la carta durante mucho tiempo, las lágrimas oscureciendo su visión. Finalmente se puso de pie y encontró su mejor capa. No estaba realmente seguro de lo que estaba haciendo; solo sabía que la ira lo impulsaba en alguna dirección, y la siguió ciegamente, siguió su ira hasta que se encontró en el Ministerio, y la gente se agolpaba a su alrededor, los reporteros le tomaban fotos, pero no se detuvo a hablar, a cualquiera de ellos. Se abrió paso entre secretarios y subsecretarios hasta que llegó a la oficina de Kingsley Shacklebolt.

 

   —Señor. ¡Potter! —exclamó el secretario— ¿Tienes una cita?

 

   —No. Es urgente.

 

Para su alivio, la secretaria le tomó la palabra y lo hizo pasar a la oficina de Kingsley.

 

   —Harry —dijo Kingsley— Que maravillosa sorpresa…

 

   —¿Por qué la gente ataca a los mortífagos?

 

   —¿Lo siento?

 

   —Draco Malfoy ha sido atacado repetidamente desde que salió de prisión.

 

   —Harry, toma asiento.

 

   —¡No! ¿Sabías sobre esto?

 

   —Hemos tenido algunos informes, sí. Me parece recordar uno del Señor Malfoy, hace cinco o seis años. Nada desde entonces.

 

   —¿Y? ¿Qué paso cuando lo denuncio? ¿Fueron atrapados sus agresores?

 

   —Harry…sabes cuán respaldado ha estado el Departamento de Seguridad Magica15 desde la reconstrucción. Estoy seguro de que llegaron a él tan pronto como pudieron, pero para entonces el rastro probablemente se había enfriado.

 

   —Así que nadie hizo nada.

 

   —Por favor siéntate.

 

   —Casi lo matan la primavera pasada ¡Su hijo tiene miedo de ir a Hogwarts, en caso de que Malfoy sea asesinado mientras él no está!

 

Kingsley lo observó por encima de la punta de sus dedos.

 

   —Pareces sorprendentemente interesado en el caso del Señor Malfoy, Harry.

 

   —¡Solo quiero que se haga justicia!

 

   —Algunos dirían que se está haciendo justicia. La gente tiene buenas razones para odiar a los mortífagos.

 

Harry lo fulminó con la mirada.

 

   —¿Es eso lo que piensas? ¿Se merece lo que recibe, porque cuando tenía dieciséis años se unió al mismo club que su padre?

 

Kingsley suspiró.

 

   —No, por supuesto que no, Harry. Sólo estoy tratando de envolver mi cabeza alrededor de esta visita. Llevo dos años intentando comunicarme contigo sin éxito. Hermione Granger dice que no ha sabido nada de ti en meses. Ignoras todas las lechuzas, rechazas todos los mensajes flu y ahora apareces enojado por… ¿Los derechos de los mortífagos? Tienes que admitir que es inesperado.

 

Harry se sentó.

 

   —No es justo —dijo Harry— La guerra se acabó. Se acabó…La gente no debería seguir matándose unos a otros.

 

   —El asesinato no se detiene cuando lo hacen las guerras, Harry. Y me temo que siempre habrá gente a la que le gustaría asesinar al Señor Malfoy.

 

   —Es una persona completamente diferente de lo que era entonces.

 

   —¿Has estado pasando tiempo con él?

 

   —Yo… algo.

 

Kingsley sonrió.

 

   —Voy a investigar los ataques a los mortífagos, Harry. Pero no puedo prometer nada.

 

   —Me gustaría que Malfoy tuviera protección del Ministerio.

 

Kingsley se rio.

 

   —Oh —dijo, viendo la expresión de Harry— Vas en serio.

 

   —¡Por supuesto que hablo en serio!

 

   —Harry, no puedo hacer eso. Por un lado, el Señor Malfoy no ha informado de un ataque en seis años. Si sucede algo más y lo informa, por supuesto que haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar.

 

   —¡Será demasiado tarde para entonces!

 

   —Es lo mejor que puedo hacer, Harry, lo siento.

 

 

«Lo mejor que podía hacer», pensó Harry con rebeldía, mientras paseaba por las nuevas habitaciones de Grimmauld Place. Ahora había una galería de retratos y algo que parecía un pequeño teatro de ópera privado. Nada de eso lo hizo sentir mejor, pero lo distrajo.

 

Estaba más nervioso que nunca cuando llegó la noche de cine. Le había enviado una respuesta rápida a Scorpius, asegurándole que estaría allí, y no recibió respuesta.

 

Seguía pensando en Malfoy, presionado contra la pared del club, su pierna envuelta alrededor de la cadera de algún tipo.

 

Entonces pensaba en la lamentable carta de Scorpius, en los hombres que habían dado por muerto a Malfoy la primavera pasada, y algo en su caja torácica se apretaba dolorosamente.

 

Todo era muy confuso.

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