Traducción: "Day Says" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
G
Traducción: "Day Says" de GallaPlacidia
Summary
Scorpius, de once años, comienza a escribirle a Harry. Harry comienza a enamorarse de Draco a través de su interpretación en las cartas de su hijo.Con un Draco extremadamente arrepentido que vive con muggles y trabaja en una librería de segunda mano, un Harry aislado y un Scorpius que teme ir a Hogwarts porque sabe que será intimidado allí.
Note
La presente en una traducción del fanfic de GallaPlacidia "Dad says". Quien publicó que eliminaría su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo.El fanart agregado pertenece a Swymsuyt y ha sido compartido con su permiso.Toda la historia publicada no me pertenece solamente hice la traducción y la correspondiente edición.Disfruten de esta maravillosa historia.
All Chapters Forward

Capítulo 1

Capítulo 1

 

   —¡Aquí no atendemos a la escoria de Mortífagos! —escupió el tendero, cerrando la puerta. Harry se giró ante el sonido y su corazón se comprimió extrañamente. Draco Malfoy se alejó limpiamente de la puerta cerrada, tenía un niño pequeño agarrando su mano.

 

   —Lo siento, cariño —dijo Malfoy al niño.

 

   —No me importa. —dijo el niño, rápidamente. Malfoy lo atrajo a un abrazo.

 

   —¿Qué hice para merecerte? —preguntó.

 

Harry no podía apartar los ojos de él.

 

Malfoy siempre había sido guapo, pero Harry había olvidado lo contundente que era su buena apariencia, como si le hubieran dado un golpe en la cabeza con esteticismo. Malfoy hacia que todo pareciera fácil, incluso ser insultado. Su cabello rubio helado estaba en ondas alrededor de sus orejas. Llevaba túnicas viejas, pero de alguna manera lo hacían parecer más a la moda y arreglado que toda la ropa costosa que Harry poseía podría haberlo hecho.

 

El pequeño era delicado y rubio también. Cerró los ojos cuando Malfoy lo abrazó. No se retorció para alejarse, aunque parecía tener la edad en que los niños comienzan a resistirse al afecto de sus padres. En todo caso, trató de acercar más a Malfoy.

 

   —Será mejor que vayas solo a Ollivander, cariño —dijo Malfoy.

 

   —Oh —dijo el niño, sonando decepcionado.

 

   —Lo siento —dijo Malfoy.

 

   —No, no, está bien.

 

   —Pequeño mentiroso. Toma, toma algo de oro. Y después, veremos si podemos conseguir un poco de helado.

 

   —¿De Florean?

 

   —Si nos lo vende, cariño. Pero si no, encontraremos algún lugar, lo prometo.

 

   —Está bien —dijo el niño, cuadrando sus hombros, y entrando en Ollivander solo. Las manos de Malfoy se crisparon a los costados y pareció obligarse a no seguirlo. Se apoyo contra la fachada de la tienda para esperar.

 

   —Malfoy —dijo Harry.

 

La cabeza de Malfoy se levantó de golpe.

 

   —Potter —dijo. Era frío e impenetrable, donde antes había sido expresivo por la emoción.

 

   —¿Cómo estás? —preguntó Harry.

 

   —Bien, gracias. ¿Y tú?

 

Harry frunció el ceño. No sabía muy bien cómo responder a un Malfoy cortés. De hecho, ni siquiera estaba seguro de por qué se le había acercado. Malfoy parecía estar preguntándose lo mismo.

 

   —¿Ese es tu hijo? —preguntó Harry. Malfoy miró por el escaparate, pero las pilas de varitas les impedían ver el interior. Harry sabía que era un momento significativo, cuando los niños compraban sus varitas. El tipo de cosas que los padres fotografiaban y ponían en álbumes. Captó la rápida expresión de dolor que cruzó el rostro de Malfoy.

 

   —Sí —dijo Malfoy— Scorpius. Va a empezar en Hogwarts en septiembre.

 

   —Cristo, lo tuviste joven.

 

Malfoy se rió.

 

   —A los diecisiete. No fue exactamente planeado.

 

   —Él es lindo.

 

Malfoy parecía bastante soñador.

 

   —Él es como su madre, afortunadamente.

 

Su madre. La esposa de Malfoy. Tenía una, ¿no? Harry recordó que alguien lo mencionó. «Bueno, eso facilita las cosas», pensó Harry, antes de preguntarse inmediatamente por qué debería importarle de una forma u otra si Malfoy estaba casado.

 

La puerta se abrió y Scorpius salió disparado.

 

   —¡Papá! ¡Papá! ¡Mira! —blandió su varita—. ¡Espino y pluma de fénix!


   —¡Eso es brillante, cariño! ¡Y tan rápido!

 

   —Me tomó horas encontrar mi varita —dijo Harry. Scorpius se congeló y lo miró con miedo.

 

   —Scorpius, este es Harry Potter. Potter, este es mi hijo, Scorpius.

 

Scorpius estrechó su mano solemnemente, murmurando —¿Cómo está?

 

   —Encantado de conocerte, Scorpius —dijo Harry.

 

Scorpius respiró hondo, juntó las manos y miró a Harry con seriedad.

 

   —Gracias por salvar la vida de mi padre —dijo formalmente. Harry trató de no reírse.

 

   —Eso es amable. También me salvó la vida.

 

   —¿En serio? ¡Yo no sabía eso! —. Los ojos de Scorpius se agrandaron y se iluminaron, y de repente Harry se preguntó si alguna vez había oído algo bueno sobre su padre. No pareció muy sorprendido de escuchar que se refirieran a él como "escoria de mortífago".

 

   —Sí, fue muy valiente —dijo Harry.

 

   —Potter, por favor no lo hagas. Te creerá —dijo Malfoy, con la mandíbula apretada.

 

Scorpius pareció desmoronarse.

 

   —Oh —dijo, miserablemente —Estaba bromeando.


   —No —dijo Harry, frunciendo el ceño a Malfoy —Me salvaste la vida.

 

   —Esa es una interpretación generosa de los hechos.

 

   —No me parece.

 

Malfoy no respondió. Miró a lo lejos, una pequeña arruga apareció entre sus pálidas cejas.

 

   —Papá —dijo Scorpius, tirando de su mano —Estás en el Callejón Diagon. Soy yo, Scorpius. Papá. Papá.

 

Malfoy negó con la cabeza abruptamente y le sonrió a Scorpius. Parecía cansado. ¿Cómo se las arreglaba para que el cansancio se viera tan bien?

 

   —Lo siento, cariño —dijo.

 

   —Papá se pierde dentro de su cabeza, a veces —explicó Scorpius.

 

   —Oh —dijo Harry, pero antes de que pudiera decir algo, una joven bruja se le acercó y le pidió un autógrafo.

 

   —Vamos, Scorpius, no molestemos más al Señor Potter —dijo Malfoy.

 

   —Adiós —dijo Scorpius.

 

   —Espera, Malfoy...

 

Pero Malfoy tomó a Scorpius de la mano y se alejó. Harry estaba distraído por la joven bruja, que tenía mucho que decir sobre un artículo que había leído sobre él en Corazón de Bruja. Cuando finalmente se fue, Scorpius estaba de regreso, jadeando.

 

   —Señor Potter —dijo.

 

   —Puedes llamarme Harry —. Harry miro a su alrededor en busca de Malfoy, pero no pudo verlo.

 

   —¿Podría escribirte una carta?, No quiero molestarte. No tendrías que responder. ¿Puedo, por favor?

 

   —Uh —dijo Harry, desconcertado —¿Por qué quieres escribirme una carta?

 

   —Para agradecerte, por supuesto —dijo Scorpius, como si Harry estuviera siendo deliberadamente tonto.

 

   —¿Por salvar a Mal.… la vida de tu padre?

 

   —No, por… por hoy.

 

   —No entiendo —dijo Harry.

 

Scorpius miró ansiosamente por encima del hombro, hacia donde Malfoy salía corriendo de una librería, examinando a la multitud.

 

   —Por favor, di que puedo escribirte, por favor. No te molestaré, lo prometo, no tendrás que responder.

 

   —Yo… aquí —dijo Harry, encontrando un trozo de pergamino y una pluma. Scorpius parecía que iba a llorar si decía que no. Harry anotó su dirección y se la dio a Scorpius.

 

   —Gracias —dijo Scorpius, fervientemente.

 

   —¡Scorpius! —Malfoy puso una mano en el hombro de Scorpius —. Potter, te pido disculpas. Scorpius, explícate.

 

   —Yo... yo quería un autógrafo —mintió Scorpius.

 

   —¡Cómo te atreves a molestar a Potter de esa manera!

 

   —No fue una molestia —dijo Harry.

 

Scorpius lanzó sus brazos alrededor del cuello de Harry.

 

   —Eres tal como Papá dijo que eras —le susurró al oído.

 

   —¿Qué quieres decir? —preguntó Harry.

 

   —Maravilloso —dijo Scorpius, mientras Malfoy tiraba de él —Maravilloso.

 

 Scorpius despidiéndose de Harry mientras Draco toma su mano.

Arte por Swymsuyt

 

   —Lo siento, Potter —dijo Malfoy —realmente lo siento. Vamos Scorpius, nos vamos a casa.

 

   —¡Pero dijiste que comeríamos helado!

 

   —¡Si crees que vas a comer helado después de eso…!

 

Y luego desaparecieron, perdidos entre la multitud.

 


Realmente no podía explicar por qué siguió pensando en Malfoy y Scorpius toda la tarde. Probablemente era porque no se encontraba a menudo con mortífagos. Habían pasado más de diez años desde la guerra, y la mayoría de ellos se habían desvanecido, estaban muertos, en Azkaban o en el extranjero. Probablemente a Harry no le gustaba que le recordaran a Voldemort y Lucius y… sí, eso era todo. Si su mente seguía regresando a la vista de Malfoy acercando a su hijo y preguntándole «¿Qué hice para merecerte?» era solo porque le recordaba a Lucius Malfoy.

 

Excepto, por supuesto, que no fue así. Lucius siempre le había comprado a Malfoy todo lo que quería, pero Harry no recordaba que alguna vez le mostrara ese tipo de afecto.

 

Pensó en la forma en que los ojos de Scorpius se iluminaron cuando llamó valiente a Malfoy, como si hubiera dicho algo mágico.

 

Harry deseaba tener hijos, desesperadamente. Tan mal que incluso le había sugerido a Ginny, cuando ella rompió con él, que solo tuvieran un matrimonio de conveniencia y formaran una familia. La sugerencia no había ido bien.

 

¿Harry estaba celoso de Malfoy?, No podía negar que Scorpius era adorable. Y Harry quería a alguien a quien prodigar con afecto, de la forma en que Malfoy claramente lo hizo con Scorpius.

 

Sin embargo, también había tenido la sensación de que Scorpius cuidaba de Malfoy tanto como Malfoy cuidaba de él. Harry había visto lo decepcionados que habían estado ambos de que Malfoy no pudiera ir con él a buscar la varita de Scorpius «Porque Malfoy mantuvo a Ollivander encerrado en una mazmorra por meses, se recordó a sí mismo», pero Scorpius había tratado de ocultar sus sentimientos. Y fue Scorpius quien llamó a Malfoy de vuelta a sí mismo, cuando desapareció detrás de los ojos.

 

Todo era muy confuso, y Harry se sintió aliviado cuando llegó la carta de Scorpius en medio de la noche.

 

***

 

Estimado Sr. Potter, es decir Harry:

 

Papá dice que solo dijiste esas cosas sobre él siendo valiente y salvando tu vida para ser amable conmigo. Creo que eres el mago más agradable que he conocido, a excepción de papá, por supuesto. Sé que papá fue malvado en la guerra y que era un mortífago e hizo cosas malas y por eso la gente no puede perdonarlo. Me lo ha contado todo, todo lo malo, pero no te lo diré por si no lo sabes. Aunque todo el mundo parece saberlo.

 

De todos modos, debido a todas las cosas malas que nunca se pueden perdonar, la gente es muy desagradable con nosotros. No me importa tanto, excepto cuando me dicen cosas, porque eso pone a Papá más triste que cualquier otra cosa. Él Dice que «Los Pecados De Los Padres Recaen En El Hijo» y lo lamenta. Pero fuiste tan amable con nosotros a pesar de que eres Harry Potter y nos odias. Bueno, creo que ser amable con la gente que odias es maravilloso y noble. E incluso si pensabas que estabas mintiendo, en realidad estabas diciendo la verdad, porque mi Papá es más valiente que nadie, y nunca deja que los hombres enojados me encuentren cuando vienen, aunque a veces lo lastiman mucho.

 

Sé que no responderás, pero solo quería darte las gracias. Realmente eres valiente y bueno, tal como Papá dice.

 

Saludos sinseros1

Scorpius Malfoy

***

 


Harry respondió de inmediato, a pesar de que era la mitad de la noche.

 

***

 

 

Estimado Scorpius:

 

Gracias por tu hermosa carta. Por supuesto que no te odio. Tu padre realmente me salvó la vida, aunque es cierto que también hizo muchas cosas malas. Pero la gente puede cambiar, y yo lo perdoné hace mucho tiempo.

 

¿Podría contarme más sobre los hombres enojados?

 

Tu amigo,

Harry Potter

***


Scorpius no respondió. Al día siguiente llegó una carta de Malfoy. Fue en papel formal y llegó a su dirección del ministerio, la que estaba a disposición del público. Claramente, aunque Malfoy tenía la dirección de su casa, no había considerado apropiado usarla.

 

***

 

Potter:

 

Siento mucho que mi hijo te haya estado molestando. Fue amable de tu parte escribir una respuesta. Le he dicho que te deje en paz. Me temo que está bastante embelesado de ti.

 

También me gustaría darte las gracias por tu amabilidad en el Callejón Diagon. Fue generoso de tu parte no avergonzarme frente a Scorpius.

 

Con gratitud,

D. Malfoy

***

 

Harry no sabía qué hacer con esta carta. Tanto Malfoy como Scorpius parecían alérgicos a la idea de molestarlo, lo que le parecía extraño dado que no le había molestado en absoluto. De hecho, le había agradado mucho Scorpius, que le recordaba menos al Malfoy de once años al propio Harry. Había sido agradable recibir su carta y responderle. Harry realmente no tenía mucha gente a quien escribir. Le escribía cartas a Teddy en Hogwarts, pero Teddy era muy popular y estaba ocupado y rara vez encontraba tiempo para responder.

 

***

 

Malfoy:

 

Me gustaría escribirle a Scorpius. Él es divertido. Por favor, dile que me encantaría saber de él en cualquier momento.

 

Harry

***

 

 

***

 

Estimado Sr. Potter:

 

Papá acaba de decir que podía escribirte. Dijo que solo estás siendo educado, pero no me importa. ¿Es cierto que robaste un dragón de Gringotts?, ¿De verdad tienes una capa de invisibilidad mágica? Voy a ir a Hogwarts en septiembre y estoy muy nervioso. Papá dice que podría ser difícil al principio porque soy un Malfoy. Desearía no ser un Malfoy a veces, pero no le digas eso a Papá porque nos quedamos solos los dos y creo que lo entristecería y trato de no entristecerlo.

 

Creo que si me voy lo entristecerá.

 

Papá dice que tus padres murieron cuando eras un bebé y que solía burlarse de ti por eso. Es difícil creer que hizo eso.

 

Extraño mucho a mi mamá. ¿Solías extrañar a tu mamá? Me pregunto si fue diferente porque no la conocías. Mi madre murió cuando yo tenía cinco años. Se quitó la vida, dice Papá. Ojalá no lo hubiera hecho.

 

Mañanas tenemos noche de cine. La noche de cine es la mejor noche de toda la semana porque vienen mis amigos Andy y Fran y los amigos de Papá Eve, Nick y Flora también vienen y beben vino y se burlan de él y luego vemos una película y gritamos a la pantalla.

 

Papá dice que los magos en realidad no ven películas. Le pregunté si podía ir a una escuela muggle en lugar de Hogwarts, pero dijo que no. Los muggles son mucho más amables que los magos. Papá dice «que las personas son personas», pero no es así como me parece.

 

Saludos sinseros1,

Scorpius.

***

 

***

 

Estimado Scorpius:

 

Tengo miedo de decir que es verdad, tanto sobre la capa de invisibilidad como sobre irrumpir en Gringotts, aunque prometo que tenía una muy buena razón. Estoy seguro de que pasarás un tiempo maravilloso en Hogwarts, aunque te puede llevar un tiempo acostumbrarte. ¿Quieres que le pida a tu primo Teddy que cuide de ti? Estará un año delante de ti y podría mostrarte como funciona todo.

 

También echo de menos a mi madre todo el tiempo. Lamento que hayas perdido la tuya. La noche de cine suena muy divertida. Mis amigos ya no tienen mucho tiempo para pasar el rato todos juntos, ¡así que estoy bastante celoso!

 

Todavía no me has hablado de esos hombres enojados que mencionaste.

 

Tu amigo,

Harry.

***

 

***

 

Estimado Sr. Potter:

 

Papá dice que no importa si tienes una buena razón para hacer cosas malas «El mal no se puede deshacer» él dice. Pero no sé si irrumpir en Gringotts es malo. Tal vez lo hubiera sido si papá lo hubiera hecho.

 

No quiero que Teddy piense que soy un bebé. Apuesto a que es muy popular. Probablemente no querrá quedarse conmigo. Papá dice «Que es importante no molestar a los magos. Con los muggles está bien porque no nos odian» Papá dice que «Eso es irónico».

 

Regresamos al Callejón Diagon mañana, a buscar mi túnica. Estoy nervioso. Ojalá pudiera ir a una escuela muggle, donde la gente es agradable.

 

Los hombres enojados vienen cuando nos encuentran. Usan máscaras, entran y lastiman a Papá y luego, cuando se van, tenemos que mudarnos. Papá dice que no debería odiarlos «No puedes vengarte de la venganza» dice «Simplemente están enojados por la guerra, y eso es comprensible» dice.

 

Trato de no odiarlos. Es difícil.

 

Saludos sinseros1

Scorpius

***

 

Las manos de Harry temblaron mientras leía la carta. «Usan máscaras y entran y lastiman a Papá». ¡Y maldito Draco Malfoy diciéndole a su hijo que eso era comprensible! ¿Qué clase de padre era? ¿Cómo se atrevía a dejar que Scorpius creyera que eso era justo? ¿Qué Scorpius merecía vivir con miedo de que su padre fuera asesinado en su casa?

 

Era tan extraño leer las cartas de Scorpius y aprender sobre Malfoy a través de él. Scorpius evidentemente admiraba a su padre tanto como Malfoy había reverenciado al suyo. ¿Qué pasaba con los Malfoy y la familia? Malfoy se había convertido literalmente en un mortífago para complacer a su padre, ¿no podía ver que Scorpius se tragaba todo lo que decía como la verdad del evangelio?

 

Sin embargo…una pequeña parte de Harry no podía evitar compadecerse de Malfoy y admirar a regañadientes su remordimiento. Era insoportablemente doloroso, le había dicho Dumbledore una vez. Tan agonizante que Voldemort nunca lo habría sufrido. Ni siquiera para reparar su alma. Sin embargo, Draco Malfoy estaba arrepentido. Draco Malfoy aceptó el odio del Mundo Mágico con estoicismo y paciencia, creyendo que era justa retribución por los errores que había cometido a los dieciséis años.

 

 

Harry no se cuestionó demasiado al día siguiente, cuando fue al callejón Diagon. Solo iba a ver cómo estaba George, eso era todo. No hay otra razón.

 

   —¡Harry! ¿Cómo te ha ido? —. Preguntó George.

 

   —Bien, sí, bien —dijo Harry—¿Has estado recibiendo nuestras lechuzas?

 

   —Oh, eh, sí.

 

   —Han pasado meses, amigo. Hemos estado muy preocupados por ti.

 

   —He estado ocupado —mintió Harry, y comenzó a preguntar sobre la nueva línea de productos Anti-Vergüenza (¡Colorete anti-rubor! ¡Para invitar a salir a la chica, sin parecer una chica!). Afortunadamente, esto distrajo a George de hacer más preguntas sobre la inexistente vida personal de Harry, y Harry pudo mantener un ojo fijo en la ventana, buscando… no estaba seguro de qué.

 

Hasta que lo vio, eso es. Un mechón de pelo rubio. Dos mechones de pelo rubio, y una multitud reunida a su alrededor, y Harry salió de la tienda a media frase —Harry, espera, no te vayas… —dijo George, pero Harry lo ignoró.

 

Un hombre golpeó a Malfoy cuando Harry abrió la puerta de la tienda.

 

   —¡Deja a mi Papá en paz! —gritó Scorpius estridentemente.

 

   —Scorpius —dijo Malfoy.

 

   —¡Callate, mocoso! Tu padre torturó gente, ¿lo sabías? Deberías avergonzarte de él —el hombre se inclinó para mirar a Scorpius más de cerca y Malfoy se interpuso entre ellos.

 

   —No tiene nada que ver con él —dijo— él ni siquiera había nacido.

 

Harry se apresuró hacia adelante, pero no fue lo suficientemente rápido.

 

   —¡Diffindo! —dijo el hombre. Una gran y profunda herida se abrió en el rostro de Malfoy.

 

   —¡Papá! —. Gritó Scorpius.

 

La multitud se separó cuando Harry la atravesó. Malfoy había soltado la mano de Scorpius para agarrarse la cara, la sangre brotaba de sus dedos.

 

   —¡Harry Potter! —dijo el hombre que había lastimado a Malfoy— ¡Es un gran honor conocerte!

 

   —¡Vete a la mierda! —dijo Harry. Agarro a Scorpius con una mano y el codo de Malfoy con la otra y los apareció de regreso a Grimmauld Place. Malfoy se hundió en una silla de la cocina, todavía sosteniéndose la cara.

 

   —¡Papá! —dijo Scorpius—. ¡Papá!

 

   —¿Estás bien? —. Preguntó Malfoy. Su voz estaba apagada.

 

   —Estoy bien, estoy bien, llamaré al 9992.

 

¿999? ¿Los Malfoy recibían atención médica muggle? Claramente era así, Scorpius sacó un teléfono móvil y marcó. No funcionó, por supuesto. Había demasiada magia en la casa.

 

   —Está bien —le dijo Harry— Puedo curarlo. ¡Accio Díctamo!

 

Pero esto no pareció tranquilizar a Scorpius en absoluto. Se arrojó sobre el regazo de Malfoy «los brazos de Malfoy lo rodearon instintivamente» y presionó su mejilla contra la de su padre. La sangre manchaba su cabello rubio blanco.

 

   —¡No te atrevas a tocarlo! ¡Lo lastimarás! ¡Quiero a Nick, Eve y Flora! ¡Solo quieres lastimarlo!

 

   —Cariño —dijo Malfoy débilmente— No me hará daño. No llores.

 

   —¿Cómo lo sabes? —gimió Scorpius.

 

   —Potter, el Díctamo, si no te importa, me preocupa que queden cicatrices, y no todos podemos tener una desfiguración facial...

 

   —¡Cierto! Lo siento —dijo Harry, y le entregó a Malfoy la botella y un paño de cocina limpio, las manos de Malfoy temblaban y claramente no podía ver bien con toda la sangre en sus ojos.

 

   —Toma, cariño —dijo, desenroscando la botella y vertiendo liquido en el paño de cocina— ¿Puedes frotar esto en el corte?

 

Scorpius olió la tela, mirando con desconfianza a Harry.

 

   —Es díctamo —él dijo, Malfoy sonrió.

 

   —¿Cómo puedes saberlo? —. Preguntó, como si estuviera probando a Scorpius. Scorpius presionó suavemente la tela contra la cabeza de su padre. Harry sabía cómo escuece el díctamo cuando tocaba una herida, pero Malfoy no emitió ningún sonido. Apenas se estremeció.

 

   —Por el olor amargo combinado con el color y la textura. Además, está funcionando.

 

   —Sí, correcto —dijo Malfoy— Diez puntos para tu casa, Señor Malfoy.

 

Harry notó que no dijo Slytherin.

 

Scorpius sonrió.

 

   —Es mi Hermione Granger interior —dijo.

 

Malfoy se aclaró la garganta incomodó.

 

   —Creo que lo tienes resuelto, cariño —dijo, apartando la tela. Se limpió la sangre de los ojos y lanzó un hechizo de limpieza rápida. Había un feo moretón formándose en su pómulo— Bien hecho. Fuiste muy valiente.

 

   —No quiero ir a Hogwarts —dijo Scorpius en voz baja.

 

   —Scorpius…

 

   —Lo sé —dijo Scorpius, miserablemente.

 

   —Me gustaría hablar a solas con tu padre, por favor —dijo Harry.

 

   —No le harás daño —dijo Scorpius inseguro, parecía que no podía hacer contacto visual con Harry.

 

Harry negó con la cabeza. Tenía un nudo en la garganta. Era extraño lo celoso que estaba de Malfoy. O tal vez de Scorpius. Realmente no podía decir a cuál de ellos envidiaba más.

 

   —Es importante saber cuándo confiar en la gente —le dijo Malfoy a Scorpius.

 

   —Sí —dijo Scorpius— Lo sé —Miro a Harry entonces, con grandes ojos grises— Confío en ti —Harry trató de decir algo, pero no pudo. Scorpius saltó del regazo de su padre y salió de la cocina.

 

Malfoy frunció el ceño a sus rodillas.

 

   —Potter —comenzó.

 

   —¿Té? —interrumpió Harry. Malfoy parpadeó.

 

   —Yo… sí. Gracias.

 

Ambos estaban en silencio mientras Harry se ocupaba de la tetera. Harry se dio cuenta de que sabía cómo Malfoy tomaba el té, o al menos, cómo lo había tomado en Hogwarts.

 

   —Fuerte, un chorrito de leche, sin azúcar —dijo— Como lo tomabas en la escuela.

 

   —Siempre supe que me mirabas —dijo Malfoy.

 

   —Tú también me observaste —dijo Harry a la defensiva.

 

   —Todo el mundo te miraba.

 

Harry puso las dos tazas sobre la mesa y se sentó frente a Malfoy. Incluso con el moretón floreciendo en su piel, era la cosa más hermosa que Harry había visto en su vida. Con razón Harry había pasado seis años obsesionado con él. Qué conveniente que Malfoy realmente hubiera resultado estar tramando algo; de lo contrario, Harry solo habría sido un acosador común y corriente, honesto con Dios.

 

   —Potter —comenzó Malfoy de nuevo, pero Harry no lo dejó continuar.

 

   —¿A qué diablos estás jugando, Malfoy, diciéndole a Scorpius que todo esto está bien y es normal? ¿Qué mereces que te traten así? Le estas creando un complejo, ¿Te das cuenta?

 

   —¿De qué estás hablando?

 

   —¡Esta asustado, Malfoy!

 

Malfoy golpeó la mesa con la mano.

 

   —¿Crees que no lo sé? ¿Crees que podrías hacerlo mejor en mis circunstancias?

 

De repente, una expresión cruzó el rostro de Malfoy que Harry reconoció. No había estado allí cuando fue atacado en el callejón Diagon, pero estaba allí ahora: terror, el mismo terror que Harry recordaba haber visto en el rostro de Malfoy en la Sala de los Menesteres, mientras el mundo ardía a su alrededor.

 

   —Oh, Dios… quieres alejarlo de mí, ¿No es así?

 

   —¿Qué?

 

   —Tú, el Ministerio me amenazó, cuando salí de Azkaban, pero no lo hice, por supuesto que no, si crees que alguna vez…

 

   —Malfoy, ¿De qué diablos estás hablando?

 

   —¡No lo estoy criando para que sea un Mortífago!

 

   —¿Qué? Por supuesto que no —dijo Harry, pero Malfoy no pareció escucharlo.

 

   —Yo… por favor no… yo… yo lo estoy haciendo lo mejor que puedo, Potter, y nunca le haría lo que mi padre me hizo a mí, nunca, por favor no te lo lleves

 

   —¡Malfoy! ¡Cristo! ¡No estoy tratando de quitarte a Scorpius!

 

Malfoy dejó de hablar. Sus ojos grises plateados se posaron en los de Harry.

 

   —Entonces, ¿De qué quieres hablar?

 

   —Yo solo… Joder. Le tiene miedo a Hogwarts ¿Sabes?

 

   —Estoy consciente —dijo Malfoy, rígidamente.

 

   —¿Compraste sus túnicas, finalmente?

 

Malfoy negó con la cabeza.

 

   —Las hare yo mismo. ¿Qué tan difícil puede ser?

 

Harry tuvo una imagen repentina y vivida de Scorpius siendo llamado al Sombrero Seleccionador, con su inconfundiblemente cabello rubio Malfoy3, con su apellido despreciado, su padre mortífago y túnicas hechas en casa de mala calidad para amarrar todo junto.

 

   —Lo llevaré al Callejón Diagon —dijo, con decisión.

 

Malfoy frunció el ceño.

 

   —¿Tú… tú harías eso?

 

Harry se sorprendió, había esperado que Malfoy le dijera que se fuera a la mierda. Pero evidentemente también se le había ocurrido que Scorpius sería objeto de burlas con túnicas hechas en casa.

 

   —Él es el primo de Teddy, ya sabes —dijo Harry— Teddy no querrá que su popularidad se desplome. Y lo siento, Malfoy, pero no creo que seas muy hábil cosiendo, incluso con magia.

 

   —Soy bueno en todo, Potter —dijo Malfoy, como si estuviera hablando de un guión. Tomó un sorbo de su té— Bueno, gracias. Me tranquilizaría, la verdad. Fui solo por todas sus otras cosas, pero él necesitaba estar allí por la túnica y la varita.

 

   —Lo llevare mañana.

 

Malfoy asintió. Parecía un poco más relajado ahora. Observó la cocina de Harry, y Harry de repente la vio a través de sus ojos.

 

Harry se había acostumbrado al agujero de mierda en el que vivía. Era su agujero de mierda, después de todo, y Sirius había crecido allí, y era significativo para él. No era culpa de la casa que nunca se pudiera limpiar el azulejo de la cocina, que no hubiera luz, que las ventanas vibraran, que estuviera fría, sucia y horrible. Pero cuando Malfoy lo miró, se dio cuenta de lo patético que era ser rico sin medida y, sin embargo, vivir en un lugar así. Estaba seguro de que dondequiera que viviera Malfoy «la mansión y toda la fortuna Malfoy habían sido incautadas por el ministerio después de la guerra», estaba limpia, ordenada y acogedora.

 

   —De acuerdo —dijo Malfoy— Voy a hacer algo, y te prometo que no estoy siendo un imbécil. Pero parecerá que estoy siendo un imbécil.

 

   —Eh —dijo Harry— De acuerdo. ¿Debería hacer que Scorpius vuelva aquí o no?

 

   —Déjalo está leyendo —dijo Malfoy, buscando algo en sus bolsillos.

 

   —¿Cómo lo sabes? ¿Tienes un rastreador sobre él o algo así?

 

   —¿Qué? No. Solo lo conozco. Él está leyendo. Ah, aquí —Encontró un trozo de pergamino y una pluma, levantó una ceja hacia Harry y comenzó a escribir.

 

***

 

Yo, Draco Lucius Malfoy de la Casa Black, por la presente legó el Número 12 de Grimmauld Place a Harry James Potter a cambio de salvarme la vida. Él es el propietario legítimo y renuncio a todos los derechos sobre la herencia Black.

 

Firma

Draco Lucius Malfoy

***

 

   —¿Qué diablos, Malfoy?

 

   —No estoy siendo un imbécil.

 

   —¡No puedes simplemente darme mi propia casa! ¡Es mi casa!

 

   —Y ahora.

 

Había algo diferente en la casa, se dio cuenta. Se sentía más cómodo. Había un cojín en su silla. La mesa ya no estaba picada. Las ventanas estaban limpias. La cocina era más grande.

 

   —¿Qué diablos hiciste?

 

   —La casa pensaba que me pertenecía. Lo sentí cuando llegué. ¿No se te ha estado resistiendo?

 

   —¿Qué quieres decir con resistirme?

 

   —Tú sabes. Quedarse sucio cuando lo limpias. Negarse a calentarse. Esa clase de cosas.

 

   —Vaya. Sí —Harry acababa de pensar que era porque era una casa de magia negra abominable.

 

   —Bueno, ahora que sabe que apruebo que lo tengas, es más probable que se comporte —Malfoy pareció casi disculparse— Te dije que parecería que estoy siendo un imbécil.

 

   —Todavía no puedo creer que no supiera que yo era el dueño.

 

   —Bueno, mi tío Sirius te lo dejó a ti, ¿No?

 

Mi tío Sirius. Esas palabras juntas hicieron que cosas extrañas se agitaran en Harry. La idea de que Malfoy estuviera conectado con las personas que Harry amaba. Era confuso.

 

   —Sí —dijo Harry.

 

   —La casa no aprobaba a Sirius. No después de que la tía abuela Walburga lo derribara del tapiz.

 

   —Como…

 

   —Solía venir aquí mucho cuando era niño. Era encantador, en ese entonces. Aparte de las cabezas de elfo. No los has guardado, ¿Verdad?

 

Harry negó con la cabeza. Malfoy se puso de pie, alisándose la túnica.

 

   —Es lo menos que puedo hacer —dijo— enviaré a Scorpius por flu mañana a las diez de la mañana. Tendrá que cambiar algo de dinero muggle en galeones. ¿Te dejan entrar en Gringotts, después de todo?

 

   —No les agrado, pero sí.

 

   —Típico —dijo Malfoy. Abrió la puerta de la cocina. Scorpius estaba sentado en las «repentinamente extremadamente limpias» escaleras, absorto en una gruesa novela— Scorpius, el Señor Potter te llevará mañana al Callejón Diagon. ¿No es muy amable de su parte?

 

Scorpius se puso de pie de un salto.

 

   —¿En verdad? —miró a su padre, su emoción desapareciendo— ¿Eso…cambiará eso las cosas?

 

   —Creo que sí —dijo Malfoy en voz baja— Creo que lo pasarás bien —El tácito «sin mi» flotaba pesadamente en el aire.

 

   —No quiero molestarlo, Señor Potter —dijo Scorpius.

 

   —Por favor, llámame Harry. Y honestamente, me gustaría. Conseguiremos tus túnicas e iremos a Florean.

 

   —¡Vaya! —dijo Scorpius— Oh, siempre quise ir allí, pero él nunca… —Scorpius cerró la boca bruscamente. Malfoy parecía bastante dolido.

 

   —Gracias de nuevo, Potter. Por el díctamo, y… todo. Ven, Scorpius.

 

Pasaron por la red flu, Malfoy dando la dirección que Harry no reconoció, Scorpius saludando alegremente mientras eran arrastrados por las llamas verdes.

 

La casa era muy grande y estaba muy vacía.

Forward
Sign in to leave a review.