
Wendigo
Después de una semana investigando en Stanford, para hallar alguna pista de lo que mato a Jess, los Winchester emprendieron el viaje a las coordenadas que les había dejado su padre. Sam llevaba noches en las que no podía dormir a causa de las pesadillas, preocupando a sus hermanos, en especial a Altaira ya que no había logrado hacer que su hermano hablase, de lo que le había pasado o de sus pesadillas; cuando en la familia era él, el que siempre insistía en hablar de las cosas. Dean para mostrar su preocupación le ofreció manejar un rato, en otras circunstancias la menor de los Winchester habría ardido en celos y discutido por la injusticia, por tal ofrecimiento realizado por el mayor de los tres, ya que cuando le enseño a manejar ni siquiera usaron el impala, sino que iniciaron sus clases de manejo, con un curso rápido de robo de autos.
Tanto Altair como Dean estaban convencidos de que la desaparición de su padre y que la muerte de Jess a manos de la cosa, que había matado a la madre de los Winchester mayores, no era una desafortunada coincidencia y que su padre (en opinión de Dean) tendría las respuestas que necesitaban.
– Es extraño hermano – comento Sam revisando el mapa – las coordenadas que dejo… ese Blackwater Ride.
– Que hay con ellas.
– No hay nada ahí. Solos bosques.
– ¿Para qué enviarnos a la mitad de la nada? – Preguntó la menor, dejando el libro que leía de lado. La pregunta quedo en el aire, no volvieron a hablar hasta que llegaron al parque nacional, unos pocos kilómetros después.
Altaira estaba viendo un mapa con relieve que tenían en la cabaña del guardia forestal, le había tomado unos segundos hasta encontrar Blackwater Ride, era literalmente en medio de la nada, un lugar para campistas que se quieren alejar del mundo; Altaira ya podía anticipar el dolor de cabeza cuando Sam se enterase, de que muy posiblemente, las coordenadas no eran para encontrar a su padre sino para trabajar en un caso, estaba por buscar al mayor para ver qué hacer, cuando el hermano que quería evitar, momentáneamente, se paró a su lado mirando el mapa, sin quedarle de otra Altaira le señala el lugar.
– Está muy lejos.
– Está rodeado de cañones, terreno difícil, densos bosques, minas de plata y oro abandonadas por todas partas.
– Lugar ideal para acampar –comento sarcástica la menor, si bien no tenía problemas con la idea de acampar, prefería dormir en una cama (aunque esta fuese una barata de motel)
– Ya viste el tamaño de ese maldito oso –comento el mayor que se encontraba entretenido mirando las fotografías que había en el lugar.
– Y una docena o más de Grizzly por la zona – termino de enunciar el alto mientras se acercaba a ver la foto – no será un paseo es seguro.
– Están pensando en ir a Blackwater Ride de casualidad – comento un guardabosque, demasiado mayor para el puesto, que acababa de llegar con una tasa de café en la mano.
Después de una terrible mentira dicha por el mayor, sobre ser unos estudiantes ambientalistas de la universidad, el guardabosques les reprocho ser amigos de Hiele una chica que afirmaba que su hermano había desaparecido por esa zona, pero como dicho hermano había firmado unos papeles diciendo que no volvería hasta el día 24, no se lo podía considerar como una persona perdida. Los mayores se retiraron del lugar con una copia del permiso, luego de que se “descubrieron” como amigos de la chica, sin embargo, Altaira, que no había sido vista junto con sus hermanos por el guardabosques, aprovecho la oportunidad para juntar un poco más de información sobre el caso que tenían, porque estaba más que segura de que su padre no estaría ni remotamente cerca del lugar. Haciéndose pasar por una escritora amateur de misterio, interrogo al oficial antes de regresar con sus hermanos, que ya la estaban esperando en el auto, dónde Sam volvió a insistir con ir directamente a las coordenadas, mientras que Dean insistía con ir a hablar con la chica. Como si de una pesadilla se tratase, ambos hermanos, se voltearon en una incómoda sincronía hacia el asiento posterior, para meter a su hermana en la discusión y que decida “de qué lado esta”.
– Hay que ir a Blackwater Ride – comenzó a decir haciendo que el mayor la mirase traicionada y el otro viese al primero con satisfacción – sin embargo, hay que hablar primero con la chica – se apresuró a agregar, causando que las miradas de sus hermanos se invirtiesen.
– Así que estas de su lado – resintió Sam.
– No hay lados – comento fastidiada, odiaba cuando sus hermanos se peleaban de esa forma tan infantil – lo más posible es que… – al ver a sus hermanos no les pudo decir que creía, que John no se encontraría en el lugar – papá este en medio de una cacería, lo más prudente es investigar un poco, para estar preparados antes de internarnos en las profundidades del bosque.
Con lo dicho pareció llegar a un acuerdo silencioso en los mayores y se dispusieron a ir a la dirección de la chica, fingiendo ser guardianes de parques nacionales, mientras que Altaira esperaba en el auto, por su evidente juventud para tal mentira. Al parecer, Tomy, la supuestamente se reportaba todos los días con sus hermanos, con fotos y videos, y en caso de no tener señal llevaba un teléfono satelital, así que no había duda, el chico estaba desaparecido. En los videos que obtuvieron, se podía ver pasar una sombra de algo extremadamente rápido, además de que gracias a la anticipada investigación de la menor, junto con la posterior investigación de Sam, descubrieron de desapariciones de varios campistas en ese tiempo y años anteriores, mas precisamente cada 23 años, y en todas las ocasiones las autoridades declararon que se debía a ataques de osos. Mientras los mayores fueron a entrevistar a un campista, que había sobrevivido a uno de los ataques anteriores, cuando era un niño, Altaira, fue a buscar donde pasar la noche, aprovechando la ausencia de sus hermanos, para investigar si su padre estuvo en la zona o simplemente los mando a un caso, confirmando las sospechas que tenía.
Altaira estaba pensando la forma de decirle a sus hermanos que esto es solo un caso más, que los mando a hacer su padre, y que lo más probable es que nunca haya estado ahí, en especial a Sam, desde la muerte de Jess ha estado muy irritable y no se está comportando como normalmente lo haría, ni siquiera quería hablar con ella, a no ser que fuese referido a la búsqueda. Mientras cavilaba la opción de decírselo primero a Dean, para que la ayudase con el Winchester restante, ambos hermanos entran a la habitación trayendo consigo un ambiente pesado e incómodo, con pocas palabras por parte del mayor, le informaron que irán al bosque junto con la chica, de la cual Altaira no se molestó en recordar su nombre, su participación en la búsqueda le parecía una mala idea, ya que la exponían innecesariamente al peligro, pero tampoco lo impediría. Seguramente ella tomaría la misma postura estando en su situación, intercambiando un par de miradas con sus hermanos, le quedo más que claro a la menor, que el mejor curso de acción seria no decir nada al respecto y mucho menos compartir su teoría del caso con ellos por el momento, las cosas cambiaron, hay un monstruo suelto y gente muriendo, eso era más que suficiente para la menor y reestablecer las prioridades, su padre podía esperar.
– Tienen espacio para tres más – fue lo único que dijo Dean como saludo, mientras se acercaba a la hermana de la posible víctima.
– ¿Qué? ¿Quieren venir con nosotros? – comento la chica, con una mescla de asombro y molestia.
– ¿Quiénes son? – Altaira observo al supuesto guía, tendría unos 50 años, rubio y delgado, por lo demás tenía la apariencia de un cazador, claro de animales solamente, y se notaba más que fastidiados por la situación.
– Al parecer, son todo lo que parques nacionales pudo enviar para el rescate.
– ¿Son guardianes?
– Así es – contesto el mayor mientras Sam pasaba de todos ellos, cargando un bolso con armas.
– ¿Y van a ir con esas botas y jeans? – pregunto altanera la chica desconfiando.
– Si, yo no uso shorts – comento sarcástico el mayor, referenciando la forma en la que ella estaba vestida, para después seguir a su hermano.
– ¿Creen que es gracioso? Son bosques peligrosos, su hermano podría estar herido – era evidente que no le agradaba nada la presencia de los “guardianes”.
– Créame que se lo peligroso que puede ser – contesto Dean luego de intercambia, con su hermano, una mirada de “ellos son los que no saben” – solo queremos encontrar a su hermano es todo.
– ¿Y ella quién es? –pregunto el guía, notando por primera vez la presencia de la menor, haciendo que los mayores se pusieran en alerta, pensando en una mentira rápida y plausible.
– Solo soy Altaira, una simple escritora que los amenazo con seguirlos por detrás si no me llevaban – respondió con una tranquilidad sorprendente la menor, siguiendo con la mentira que había usado anteriormente – no los miren mal – defendió al ver la postura que indicaba una futura confrontación – digan lo que digan iré, ellos prefirieron convertirse en mis nanas.
– Acaso te parece un juego – comento molesto el chico más joven, de aproximadamente de la misma edad que la menor de los Winchester, el otro hermano de la víctima por lo que sabía – mi hermano se perdió y tu andas escribiendo sobre eso.
– Es lo que vende y la universidad no será barata – contesto sádicamente Altaira siguiendo a sus hermanos, mientras se acomodaba su mochica, aprovechando que no la pueden regañar como querían por su actitud.
El guía, Roy parecía querer dispararle a la joven, mientras intentaba tragar la molestia que ya estaban ocasionando las nuevas incorporaciones al grupo, esto sería un viaje muy largo para el pobre hombre. Los hermanos Winchester regañaban con la mirada a su hermanita, por la actitud mostrada recientemente sin embargo la menor simplemente se dedicaba a ignorar las miradas de reproche, sabía que había estado mal e insensible con la situación, pero si dejaba que ellos se “encargaran” seguramente dirían algo que los delataría inmediatamente y complicaría las cosas, ya encontraría la oportunidad de disculparse con los chicos.
Ya llevaban caminando por un rato, en el cual Dean había molestado a Roy, y este último evito que pisara una trampa de osos, claro estaba que más que salvar la pierna del supuesto guardián, el hombre lo hiso para humillarlo. Sam seguía al grupo desde atrás en una actitud indiferente hacia todo y todos que no fuera llegar a las coordenadas, se estaba obsesionado con encontrar a su padre, en busca de respuestas; Altaira vigilaba a este último, preocupada de como reaccionaria al llegar a Blackwater Ride y encontrarse con la ausencia de su padre, sin embargo seguía atenta a su entorno intentando recordar el camino por cualquier eventualidad, mientras escuchaba como interrogaban a su otro hermano, al parecer la chica era más lista de lo que creían los Winchester. Tanto ella como Sam les dieron un asentimiento al mayor, cuando este los interrogo con la mirada preguntándoles si decirle o no, mientras que Sam se adelantó restándole importancia al asunto (una actitud que en opinión de su hermana lo terminaría matando), Altaira prefirió seguir a Sam, unos pasos más atrás atenta a la conversación que ocurría atrás, por si necesitaba intervenir. Era algo que no podía evitar, siempre estaba recolectando información de donde sea que fuese y clasificándola, para ver si era útil o no, y en situaciones como esta, para asegurar la paz en el grupo.
– Sam, Altaira y yo somos hermanos, y buscamos a nuestro padre. Podría estar aquí, no sabemos. Así que creo que tú y yo estamos en el mismo barco.
– ¿Por qué no dijeron eso antes? – pregunto, cambiando completamente su actitud a una mucho más comprensiva y amable.
– Estoy diciéndolo ahora. Además nunca he sido tan honesto con una mujer, que no fuese mi hermana. Jamás ¿Estamos bien?
– Sí, está bien – contesto luego de unos segundos meditación.
– ¿Y quién dice que no empaque provisiones? – comento divertido, sacando del bolsillo de su campera una bolsa grande de m&m “y tenías que cagarla” pensó Altaira, notando que no era la única que escuchaba la conversación.
El chico, Ben, si mal no recordaba Altaira se acercó a ella al verse descubierto.
– ¿Es verdad?
– ¿Qué considera a los m&m como una provisión fundamental? Si – comento con fingida seriedad, ganándose una pequeña risa por parte del chico – Lo siento, por lo que dije, sobre el extravío de tu hermano, sé que fui muy insensible pero fue lo primero que se me ocurrió. No paso como un guardián.
– No te preocupes. Aunque si hubiesen dicho la verdad desde el principio, los habríamos ayudado igual.
– Era algo que no podíamos saber.
Con el ambiente más relajado entre los dos comenzaron a caminar, teniendo una conversación más amena. Pese a su actitud indiferente, Sam, no pudo evitar que todo su instinto sobreprotector de hermano mayor, se activara cuando vio a SU pequeña hermanita con una actitud más cercana a Ben, sin embargo no tuvo que hacer nada ya que, Dean, se había encargado de intervenir, pasado por entre medio de los jóvenes y arrastrando, con él, a su hermana bajo la aprobatoria mirada de Sam. Ambos hermanos no perdieron el tiempo y le lanzaron una clara adventicia con la mirada a Ben, causando una gran molestia en la menor, molestia que quedo olvidada, cuando sintió un cosquilleo recorriendo por la base de su nuca, Altaira sabía que ese cosquilleo significaba una sola cosa.
– Aquí estamos, Blackwater Ride – comento Roy.
– ¿Cuáles son las coordenadas? – pregunto seriamente el más alto de los hermanos olvidándose, momentáneamente, de Ben.
– 35 menos 1 11 – respondió luego de confirmarlo en su GPS.
– ¿Oyen eso? – pregunto el mayor de los hermanos, cuando se separaron un poco del grupo.
– Sí, ni siquiera hay grillos.
– Estamos siendo asechados – comento la menor, alterando a los hermanos, que sabían perfectamente del “don” de la menor.
– Echaré un vistazo – comento Roy.
– No deberías hacerlo solo – comento Sam.
– Ja!, que tierno. No se preocupen – comento altanero, mientras pasaba por entre los hermanos mayores acomodando su rifle.
– Muy bien manténganse juntos –comento Dean al resto del grupo – no tan juntos – comento al ver a Ben al lado de su hermanita – andando.
Luego de caminar unos metros encontraron un campamento destrozado, Roy, había dicho lo “evidente” que parecía un ataque de un oso, pero en el suelo no había ni una sola huella de oso, cosa que solo parecieron notar los hermanos Winchester, mientras Hiele comenzó a gritar desesperada por su hermano “Tommy”, para la suerte de la chica, Sam, la detuvo antes de que se internara en el bosque, como cliché de película, aunque Altaira podía comprender a la chica, consideraba que gritar como loca era inútil, y en este caso contraproducente, tenía a sus sentidos de cazadora gritándole que estaban en peligro, por eso no dejo su mochila en el destrozado campamento, al igual que hicieron el resto. El mayor de los tres, había encontrado signos de que alguien había sido arrastrado, terminando de eliminar completamente la teoría del ataque de oso, lo más extraño era que las huellas desaparecían, la menor estaba intentando procesar a toda velocidad la información obtenida hasta ahora, para intentar saber contra que monstruo se enfrentaban, ya les había dicho a sus hermanos, que adentrarse al bosque sin saber que era lo que cazaban, era una estupidez, pero ellos tenían razón que el tiempo apremiaba; sin embargo la imagen de la criatura que se estaba formando en la cabeza de Altaira no era agradable, y tampoco tenía sentido por la zona en la que se encontraban.
– No es espectro ni perro negro – comento el mayor a Sam, eliminando las teorías que ellos tenían y trayendo nuevamente a la realidad a la menor.
Todo el grupo se puso en alerta, cuando escucharon los llamados de auxilio de alguien e instintivamente corrieron, a donde creían que provenía el llamado, se alejaron unos metros hasta que se dieron cuenta de que ya nadie pedía ayuda. Sam los hiso volver al campamento, donde encontraron que sus provisiones ya no estaban, salvo las pocas que aun cargaba Altaira en su mochila, pero ella no tenía ni GPS ni un teléfono satelital, que ni tenia Roy en su, ahora desaparecida, mochila.
– ¿Qué está ocurriendo?
– Es hábil. Eso solo quería dejarnos incomunicado.
– Querrás decir él, un demente fue el que nos robó las cosas.
– Tengo que hablar con ustedes – comento Sam a sus hermanos – en privado – dijo para solo marcharse – Dean, dame el diario – pidió una vez que considero que estaban lo suficientemente lejos.
– No es necesario – Altaira llamo la atención de sus hermanos – si es lo que piensas. Es lo único que tiene sentido.
– Pueden compartir con el resto de la clase – comento sarcástico el mayor, al verse no solo excluido de la conversación, sino también el único que no sabía que ocurría, y eso le molestaba mucho.
– Wendigo –comentaron en simultaneo los Winchester menores.
– Por favor. Los Wendigos están en Minnesota o al norte de Michigan, jamás he oído de uno en esta área.
– Piénsalo Dean – interrumpió el más alto – las garras, la forma en la que imita la voz humana.
– Genial. Esto es inútil – comento el mayor refiriéndose a la pistola – y aunque tuviésemos nuestra bolsa con armas, no teníamos nada que nos pudiese servir.
– Yo tengo un desodorante y aún tenemos tu encendedor – comento la menor, ganándose las miradas confundidas de sus hermanos – ¿Qué? No digo que sea la solución, solo lo mencione para una posible opción en caso de emergencia.
– Trajiste tu desodorante – pregunto burlón el mayor.
– Tienes algo que te ayude contra un Wendigo – contrataco con el mismo tono.
– Te gano – comento Sam divertido, ganándose la desaprobación plasmada en todo el rosto de Dean – hay que poner a esta gente a salvo – sentencio regresando a la seriedad.
De vuelta en el destruido campamento, el más alto de los hermanos Winchester intento hacer que todos se fuesen del lugar, pero termino en una pelea entre él y Roy, que comprensiblemente lo consideraba como un loco, Altaira intento mediar en la discusión, terminando con empeorar la situación cuando Roy la empujo molesto, ella era perfectamente capaz de defenderse pero considero que era contraproducente hacerlo, cuando era evidente que la testosterona era la que había tomado el control del guía, no solo de él sino también de sus hermanos mayores, que saltaron de inmediato. Por suerte entre las dos mujeres del grupo lograron calmar la situación, o por lo menos lograron que se separen lo suficiente para no morderse.
– Escuchen, Tommy podría estar con vida y no me iré de aquí sin él.
– Se hace tarde – hablo el mayor de los Winchester – esa cosa es un gran cazador de día y un increíble cazador de noche. No lo venceremos en la noche. Hay que instalarnos y protegernos – sentencio zanjando cualquier otra cuestión.
Los hermanos Winchester se encargaron de dibujar, en la tierra, símbolos de protección para que el Wendigo no pase, protegiendo el campamento donde pasarían la noche, aunque destruido, les daba a todos más sensación de seguridad que en cualquier otro lugar. Altaira y Sam se aseguraron de encender un fuego, lo suficientemente grande como para que no se apague en toda la noche, justo en medio del campamento, no solo para no pasar frio sino como otra medida de seguridad más, ya que es la única debilidad del Wendigo.
– No nos gustan los listos Roy – comento el mayor al escuchar como este se reía.
– Dean – Altaira lo llamo antes de que se peleen de nuevo, cuando capto su atención, le indico con un movimiento de cabeza el lugar donde se encontraba Sam, sentado en completa oscuridad.
Junto con su hermana se sentaron con su hermano, el mayor se sentó en el tronco al lado de su hermano, mientras que la menor prefirió sentarse en el suelo en frente de ellos.
– ¿Quieres contarnos lo que estás pensando? – pregunto la menor, al ver la actitud indiferente Sam a su presencia.
– Yo…
– No, no estás bien – le interrumpió el mayor, adivinando lo que les contestaría – eres como un barril de pólvora hermano.
– Si – secundo la menor – se supone que Dean es el conflictivo.
– Hey! – protesto indignado el mayor, pero se detuvo de inmediato a ver la expresión de su hermana para que se callara.
– Papá no está aquí – habló Sam después de un rato en silencio – a menos de eso estamos seguros. Nos habría dejado un mensaje. Una señal ¿Verdad?
El temor de Altaira comenzaba a formarse lentamente frente a sus ojos, Sam estaba comenzado a comprender de que solo estaban en una cacería más, que su padre les mando una tarea, que él no se encontraba por la zona y que muy posiblemente nunca hubiese estado ahí.
– Si. Probablemente – le confirmo el mayor – la verdad no creo que papá haya estado por aquí.
– Llevemos a esta gente al pueblo y larguémonos. Hay que buscarle ¿Por qué estamos todavía aquí?
– Por esto – le respondió el mayor mostrando el diario de su padre – este diario es la posesión más valiosa de papá, todo lo que sabe sobre monstruos está aquí y nos lo ha dejado a nosotros. Creo que sigamos donde él lo dejo. Salvando personas, cazando cosas. El negocio familiar.
– No tiene sentido – Sam comento frustrado pasando sus manos por su rostro – ¿Por qué no nos llama? ¿Por qué no nos dice lo que quiere y donde esta? – se notaba que el menor de los varones Winchester, intentaba mantener la compostura para no gritar frustrado a sus hermanos.
– No lo sé – respondió el mayor luego de unos segundos de silencio – a mi modo de ver, nos ha encomendado una misión y yo quiero cumplirla.
– Dean… no. Debo encontrar a papá y encontrar lo que mato a Jess. Es lo único en lo que puedo pensar.
– De acuerdo, los encontraremos. Te lo prometo. Escúchame, tienes que estar preparado porque la búsqueda será larga y si toda esa ira – comento pegándole en el hombro para reafirmar sus palabras – sigue hirviendo en tu interior acabara contigo. Debes ter paciencia.
– Como lo hacen, como lo hace papá.
– Por gente como ellos – intervino Altaira por primera vez en la conversación, mirando hacia donde se encontraban los hermanos de la víctima – aunque nuestra familia este destrozada, podemos ayudar a otros. Eso lo hace más soportable – volvió a mirar a sus hermanos que aún se encontraban mirando a los hermanos.
– Y te diré algo que ayuda – comento el mayor captando nuevamente la atención de sus hermanos – Matar a todos los hijos de puta malvados que puedas.
– Tenías que arruinar el momento – le acuso burlona la menor, causando una pequeña risa a sus hermanos, menos en la menor por el repentino cosquilleo que le recorrió por la nuca - ¡Mierda!
– ¡¡¡AYUDENMEN!!! – Se escuchó la voz de un hombre gritar poniendo en alerta a todos – ¡POR FAVOR! SOCORRO.
– Intenta atraernos – comento la menor de los Winchester.
– Tranquilos, no se muevan – ordeno Dean.
– Movernos del círculo mágico – comento molesto Roy.
– ¡¡SOCORRO!! AYUDENMEN.
Todos estaban mirando a los alrededores, intentando encontrar de donde provenían los gritos de auxilio, el miedo era palpable en el ambiente cuando de repente se escucha el sonido de algún animal cesando los gritos.
– Eso no es un oso – hablo Roy, más para sí mismo que para los demás.
– Tranquilo, todo irá bien – Hiele intentaba tranquilizar a su hermano, mientras lo acercaba a ella.
– Manténganse cerca del fuego – les ordeno Altaira y los hermanos no tardaron en obedecer.
Los rugidos se comenzaron a escuchar demasiado cerca del campamento, prácticamente en frente de los cazadores. Roy apuntaba inútilmente su rifle, mientras Altaira le pasaba a Dean su desodorante, no sería mucha ayuda pero mantendría al Wendigo a raya. La estupidez humana se manifestó en su máximo esplendor, cuando Roy comenzó a disparar y por desgracia dar de casualidad al Wendigo, salió del círculo de protección tras su “presa”, pese a las protestas de los Winchester. Sam y Dean fueron tras Roy, mientras Altaira tomaba de la fogata unas maderas, para usar de antorcha, pasándole una a los hermanos teniendo así una forma de defenderse, porque como siempre sus hermanos la dejaron de niñera, el empezar a cobrarles se le paso por la mente a la menor, como siempre que se estaba por entrar el pánico, comenzaba a pensar cosas absurdas que no venían al caso, le ayudaba para desconectarse, unos momentos, del caos de la situación y calmarse lo suficiente para saber que hacer a continuación. Al poco tiempo regresaron sus hermanos pero sin Roy, nadie dijo nada en toda la noche, solo se dedicaron a esperar al amanecer.
– Yo… no… – comenzó a hablar la chica, una vez que la tranquilidad de la mañana llego al campamento – se supone que este tipo de cosas no son reales.
– Lo siento, pero es verdad – comento Dean que estaba revisando unas marcas que dejó el Wendigo.
– ¿Cómo sabemos que no está observándonos?
– No sabemos – respondió rápido, causando que su hermana lo mirase mal porque si sabían eso, o por lo menos ella sí, pero la mirada de “ahora no” del mayor evito que comentase cualquier cosa – pero estamos a salvo ahora.
– ¿Cómo saben de estas cosas?
– Nos viene de familia – respondió Altaira algo cansada del interrogatorio.
– Hola – saludo el orto Winchester, llegando de su “salida por aire fresco” – tenemos más posibilidades en el día. Y al menor yo quiero matar a ese monstruo.
– Pues cuenta conmigo – comento el mayor sorprendido por el cambio de actitud por parte de Sam.
– Yo siempre estoy atrás de ustedes – comento Altaira, cuando sus hermanos la voltearon a ver – tengo que cubrirle las espaldas o de lo contrario habrían muerto hace tiempo.
Los hermanos se rieron, pero la afirmación de la menor era muy cierta, al crecer en una familia de impulsivos con fuertes tendencias suicidas, por andar haciéndose los héroes, Altaira tuvo que desarrollar una mente crítica y rápida, creando planes en segundos para evitar que los maten cuando todo sale mal. Antes de hacer cualquier cosa, la menor de los Winchester, dejo en claro que hay que explicarle a los hermanos a lo que nos estábamos enfrentando.
– Wendigo es una palabra india que significa el "mal que devora" – Sam comenzó a explicar, mostrando lo que tenían sobre el tema en el diario de su padre.
– Tienen cientos de años – intervino el mayor – cada uno fue antes un hombre, a veces un indio, otras veces un montañés o minero o cazador – enumero.
– ¿Cómo se convierte un hombre en esa cosa?
– Siempre es lo mismo, durante algún invierno alguien se encuentra hambriento, lejos de la comida y ayuda. Se vuelve caníbal para sobrevivir, se come a otros miembros de su tribu o campamento.
– Como el grupo Doner – ejemplifico Ben, recibiendo un asentimiento por parte de Altaira, que le pasaba una pequeña garraba de gas, que había encontrado entre las cosas del campamento, a Dean.
– Cultura de todo el mundo, creen que la carne humana le da a las personas ciertas habilidades. Velocidad, fuerza, inmortalidad.
– Si comes mucha, con los años te convierten en una cosa infrahumana. Siempre tienes hambre.
– Si eso es cierto ¿Cómo puede seguir Tommy con vida?
– No te gustara.
– Dime.
– Más que nadie un Wendigo conoce los largos inviernos sin comida. Inverna durante años a la vez, cuando está despierto mantiene vivas a sus víctimas… las almacenas para comer cuando quiere. Si tu hermano está vivo, lo mantiene en un lugar oscuro, escondido y a salvo, vamos a tener que rastrearlo.
– ¿Y luego como lo matamos?
– Bueno, los cuchillos no sirven ni los rifes. Básicamente hay que freírlo – termino mostrando la garrafa que su hermana encontró, una botella de alcohol y un trapo.
La moral de los hermanos estaba por los suelos, comprensible luego de enterarse que existe lo sobrenatural y no fue precisamente con un fantasma, estaban asustados pero si en algo se parecían a los Winchester, es que abandonarían a su hermano por más que estuviesen aterrados.
– Si vamos hacia al Este encontraremos una mina abandona, podríamos empezar por ahí.
– ¿Cómo sabes eso?– pregunto Sam, sabía que su hermana tenía una buena orientación pero tampoco era para saber información tan detalla, de un lugar en el que no llevan más de dos días.
– Porque tengo un mapa – contesto con obviedad mostrado el objeto – lo encontré en el campamento, uno de los campistas era ordenado. No solo marco todo el trayecto que hicieron y donde acamparon, sino que también marco donde planeaban ir.
– Déjame verlo –pidió Ben acercándose a ella – es de Tommy, es su letra.
– Pues tu hermano nos está facilitando el salvarlo.
– Cómo puedes estar segura – pregunto la chica.
– El Wendigo en un cazador, como todo animal de caza, tiene un territorio para buscar su comida y que no suele estar apartado de donde habita. La mina que mencioné antes, es la más cercana a al campamento.
Luego de la explicación y revisar por última vez el destrozado campamento, en busca de otra cosa útil, partieron hacia la mina con Dean a la cabeza y una molotov en la mano, seguido por Hiele. Ben y Altaira iban por detrás, siendo Sam el que cerraba el grupo, aunque si él dependiese mandaría a Ben por detrás, no le gusta lo cerca que estaba de su hermanita pero por desgracia para él tenía el suficiente raciocinio, como para saber que ese no era el momento de actuar como hermano mayor sobreprotector y celoso, debía de actuar como un cazador.
– ¿Estas bien? –pregunto Altaira a Ben que estaba preocupantemente pálido.
– No, no realmente ¿Cómo… – se interrumpió negando con la cabeza.
– Está bien. Pregunta lo que quieras, te responderé con toda la honestidad posible.
– ¿Cómo puedes vivir así? Es horrendo – al terminar la pregunta el arrepentimiento pinto su rostro.
– Sí, lo es – le respondió tranquila, sin sentirse ofendida de ninguna manera – no es como si yo hubiese elegido ser cazadora, simplemente es el negocio familiar.
– Pero no te da miedo.
– Todo el tiempo – respondió sorprendiendo a Ben y a su hermano, que escuchaba la conversación "discretamente", aunque su hermana ya sabía que estaba de chismoso – lo sobrenatural da miedo, mucho miedo pero supongo que me adapte – medito unos segundo para poder explicarse mejor – estoy en esto desde pequeña, tuve tiempo de asimilar la realidad y aceptarla, aunque el miedo nunca se va, solo aprendes a lidiar con el.
– ¿Desde qué edad cazas Wendigos?
– Bueno, la verdad este es mi primer Wendigo – al ver como Ben la miraba confundido prosiguió a explicarle – el “mundo” sobrenatural es muy amplio. Creo que me entere de todo esto como a los seis o quizás antes, no recuerdo bien.
– Antes– interrumpió su hermana sonriendo algo nervioso a su hermanan, pero esta le hiso un gesto como si no importara – tenías casi cuatro, lo recuerdo bien papá nos dio el mayor reto de mi vida.
– ¿Por qué?
– Se supone que no te diríamos nada, hasta que fueses mayor pero te enseñe a leer y siempre fuiste muy lista – sonrió para si por la nostalgia del recuerdo – papá se había ido de cacería y para distraerte te enseñe a leer, ya sabias algunas letras, te enseñe las que te faltaba y algunas palabras. Después de eso no tardaste en leer oraciones completas, siempre que no fuesen muy largas, no entendías todo pero entendiste lo suficiente cuando en un descuido, por mi parte, tomaste el diario de papá.
– Así que básicamente creciste en esto – retomo la conversación Ben.
– Si. La primera vez que case fue a los 13.
– ¿¡Que!? Porque no sabía de eso.
– Fue por accidente – se apresuró a aclarar la menor, al ver el enojo de su hermano, se había olvidado que él no sabía del incidente.
– ¿Cómo se casa por accidente? – pregunto Ben dando más leña al fuego, sin pretenderlo.
– Si. Ali ¿Cómo se casa por accidente?
– Es una historia larga, para otro momento – “o para nunca” pensó la menor, buscando como salir de esa incómoda situación, era la última vez que Altaira ofrecería responder honestamente sobre cosas del mundo sobrenatural, mirando al cielo buscando la salvación a su problema se dio cuenta de algo.
Ignorando a su hermano, que la miraba insistentemente para que respondiera, no era algo que iba a dejar pasar (se suponía que Altaira no sería mantendría realmente en la cacería), la menor saco el mapa de su mochila y una pequeña brújula.
– ¡Dean! –Lo llamo mientras se acercaba a él – nos estamos desviando.
– No, las marcas indican que es por acá.
– Pero estamos yendo al sudeste, nos estamos alejando de la mina.
– Oye – Sam se acercó a sus hermanos– creo que esas marcas tan claras y notorias son muy fáciles de seguir.
– Está aquí – alerto la menor de los tres y al instante los rugidos comenzaron a surgir rodeando a los cinco jóvenes.
Todos comenzaron a mirar a los alrededores, las plantas se movían alertando de la presencia del Wendigo, está jugando con ellos, los Winchester mayores procuraron, de forma instintiva, el poner a Altaira entre ellos. El grito de Hiele los puso en alerta, de un segundo para otro estaba en el suela habiendo esquivado por poco el cuerpo sin vida de Roy; en pánico y con la bestia tan cerca salieron corriendo pero por desgracia el grupo de dividió en tres: Sam y Ben por un lado, Dean y Hiele por el otro, quedando Altaira sola, corriendo sin dirección alguna, solo esperaba alejarse lo suficiente para que la sensación de cosquilleo dejara de golpearle la nuca. Para su desgracia el Wendigo era extremadamente rápido, sin esfuerzo se posiciono en frente de ella y la lanzo contra un árbol dejándola completamente inconsciente.
Fue gracias al dolor que Altaira recupero la conciencia, todo el cuerpo le dolía pero principalmente los hombros, tardo unos momentos en enfocar la vista y procesar lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Se encontraba atada del techo, el lugar era frio, húmedo y oscuro apenas se filtraba la luz, la joven logro deducir que sea donde sea que se encontrase, no era un lugar subterráneo o por el contrario estaban cerca de la superficie y el mal estado del lugar permitiese la escasa luz. Escucho unos quejidos que la desconcentraron un poco, estaba lo suficientemente adolorido como para saber si los quejidos provinieron de ella o no, contuvo la respiración intentando escuchar mejor cuando los quejidos volvieron a aparecer, no eran los de ella… por el momento, sentía que si permanecía más tiempo colgada se les dislocarían los brazos.
– ¿Quién es? – pregunto dificultosamente la fuente de los quejidos.
– Soy Altaira. ¿Eres Tommy?
– Solo mis hermanos me dicen así – logro responder Tommy con mucha dificultad, no estaba del todo seguro si había alguien más con él o solo se encontraba alucinando – ¿eres real?
– Hasta donde sé. Puede que no te alivie mucho esto pero en realidad vine a buscarte – espero una respuesta obviamente sarcástica pero el silencio fue el que le respondió, no podía ver más que algunos contornos en la oscuridad, imaginaba el que bulto negro a unos pocos metros era Tommy, sabia por los quejidos y la dificultad para hablar que no se encontraba muy bien – ¿Seguís con vida? – Silencio – ¿Tommy? – esta vez solo obtuvo quejidos de respuesta y eso fue más que suficiente para Altaira.
Trabajando mejor bajo presión la joven Winchester desterró el dolor a las profundidades de su mente y se concentró en salir de ahí.
– Primero lo primero – hablo en voz alta, en un intento ordenar las ideas – desatarme – con las manos intento tocar sus ataduras para ver que podía hacer – me romperé la muñeca si sigo así – se auto advirtió cundo el movimiento de las mismas apretaban las ataduras – atada y después colgada – relato los hechos – gancho abierto. Eso es bueno, es bueno – se alentó, mientras comenzaba a balancear sus piernas y hacia fuerza con los brazos para subir – necesito hacer más flexiones – se reprochó luego del primer intento fallido, tres intentos más de “saltar” y Altaira cayó al suelo – genial, ahora solo atada.
Estaba tirada en el suelo intento recuperar el aliento al mismo tiempo que intentaba desterrar nuevamente el dolor al fondo de su mente, el dolor no le servía ahora necesitaba enfocarse en lo siguiente, recuperar el aire y desatarse. De una forma lenta se retorció hasta poder alcanzar el cuchillo, que escondía en sus botas de combate, cuando de pronto el cosquilleo regreso, acompañado del sonido de unos pasos y algo siendo arrastrado, paralizada por el miedo intentando que su respiración se regule para no hiperventilar y cerró los ojos con fuerza, típica actitud infantil de “si no lo veo no me ve”.
El Wendigo llego a “su almacén” arrastrando a un inconsciente Dean, colgándolo al otro extremo del lugar, después de haber colgado a la chica. Para suerte de Altair el Wendigo tenía que ir por sus otras presas, por lo que no reviso las que ya tenía, una vez que no fue capaz de escuchar los pasos del monstruo, Altaira, abrió los ojos, aunque no hiciesen mucha diferencia, y volvió a concentrarse en el cuchillo, una vez que dejo de sentir el cosquilleo en su nuca.
– Primero te desatas y luego revisas – se ordenó mientras corta sus ataduras, se levantó con dificultad y apoyándose contra la pared, que tenía cerca, camino hasta lo que creía que era Tommy. En efecto lo era, al momento de tocarlo reacciono – estas vivo, eso es un alivio – solo obtuvo otro quejido como respuesta y después silencio – resiste, ya veré como sacarte – regreso a la pared y camino a donde el Wendigo había estado, encontrándose con el hueco de una entrada donde se filtraba un poco más de luz, colocándose de espalda a este, espero a que sus ojos se adaptarse un poco, pudo identificar dos bultos que supuso que era más comida. Se acercó al más cercano reconociéndolo al instante – Dean – lo toco – Dean – palmeo un poco su cuello y mentón porque era hasta donde llegaba – Despierta ¡Dean!
– Ali –respondió regresando a la conciencia para alivio de la menor – ¿Dónde está Sammy?
– Espero que bien – ante el silencio pudo adivinar que su hermano está poniendo cara de desconcierto – nos separamos, quede sola. Fui la primera en ser capturada.
– ¿Estas bien?
– Si. Me dejo inconsciente y después me dejo colgada del techo – comento caminando despacio hasta al otro bulto, dándose cuenta que es la chica – si no estás muy herido podes descolgarte solo, los ganchos son abiertos.
Altaira escucho a su hermano gruñir, el sonido de movimientos bruscos y después algo cayendo al suelto “la ventaja de la altura”, pensó con envidia la joven al descubrir que a su hermano solo le tomo un intento. Camino hasta la pared que estaba detrás de la chica, que ahora se encontraba consiente, cuando se tropezó con algo, al principio pensó que era alguna piedra de gran tamaño, pero al sentir lo blando del objeto dudo y comenzó a tantearlo con sus manos.
– Son los bolsos – a oscuras encontró una linterna – son nuestras cosas– dijo apuntando la linterna a Dean, que se encontraba bajando a la chica – y de otras víctimas – ayuda a Tommy – le ordeno cuando escucho que se acercaba, alumbrando a la dirección de él puedo ver por primera vez, el pésimo estado en el que se encontraba pero por lo menos aún seguía con vida.
Revisando las mochilas encontró la suya donde tenía un pequeño botiquín y se lo paso a su hermano, junto con otra linterna que encontró, mientras él se encargaba de atender algunas de las heridas de Tommy, Altaira siguió revidando los bolsos, encontrando dos botiquines más, tres linternas con pilas, una botella de agua y otra de ron. Le alcanzo las cosas a su hermano, para ayudarlo a curar más rápido, no lo dejaría ni al 50% pero lo emparcharían lo suficiente para salir de ahí. De pronto escuchan un gran estruendo, como a madera rompiéndose y algo pesado cayendo.
– Oye. Tranquilo, tranquilo – Los hermanos Winchester se aliviaron al escuchar la voz de su otro hermano.
– Sam –hablo Altaira sin dejar de atender a Tommy – me alegra saber que estas bien.
– Ali, Dean – Sam rápidamente se acercó a sus hermanos, mientras que Ben hacía lo propio con los suyos – ¿Están bien?
– Sí, pero él no mucho – contesto Dean refiriéndose a Tom – tenemos que sacarlo de aquí ahora, necesita un hospital.
– Encontré unos bolsos en por ahí atrás – le indico la menor – revísalos a ver si encontrar más cosas de utilidad – destapo la botella de agua y se la dio de beber a herido – despacio – le advirtió.
– Miren esto. Bengalas – comento Sam mientras se la mostraba a sus hermanos.
– Eso servirá –comento con una sonrisa Dean.
Buscando la forma de salir, comenzaron a caminar por los tunes, una elección arriesgada porque la mina es un laberinto que los podía ir adentrando más en vez de salir. Hiele y Ben cargaban a su hermano, mientras que Sam los seguía por detrás y sus hermanos iban por delante encabezando el grupo.
– Dean – alerto Altaira.
– Oh! por favor. Solo cinco minutos – escucharon pisadas rápidas – parece que alguien viene a comer.
– No podremos ganarle –comenta rendida la chica.
– Tienen la misma idea que yo – pregunto Dean a sus hermanos.
– ¿Estúpida y suicida? Entonces creo que si – respondió la menor.
– Creo que si – secundo Sam.
– Bien escúchenme – el mayor se dirigió a los hermanos – quédense con Sam y Altaira los sacaran de aquí.
– ¿Qué vas a hacer? –pregunto asustada Hiele, el mayor no le contesto simplemente le guiño un ojo antes de salir gritándole al Wendigo.
– Estúpida y suicida – le comento la menor a Sam.
– Habrías hecho lo mismo.
– Si, pero no deja de ser estúpido y suicida.
El grupo comenzó a moverse por el camino opuesto por el que fue el Winchester mayor, ahora encabezados Sam mientras que Altaira se fue hasta atrás por si el Wendigo decidía ir a por ellos.
– Por ahí no – la voz de Altaira asusto al grupo, que se habían mantenido en silencio desde que se separaron de Dean, al ver la confusión en el rosto de su hermano aclaro – ese túnel está más oscuro que aquel – señalando con la cabeza la otra opción de la bifurcación – te apuesto que hasta más húmedo, lo más probable es que se dirija hacia la profundidad de la mina, que al exterior.
No se discutió mucho más y se tomó el camino dicho por Altaira, caminaron por más tiempo siguiendo la lógica de la joven para elegir caminos hasta que nuevamente esta volvió a advertir a su hermano, y confirmando su advertencia los gruñidos del Wendigo aparecieron, los hermanos Winchester estaban compartiendo en ese momento el mismo odio hacia la capacidad del monstruo, de parecer estar en todos lados pero en ninguno a la vez.
– Al, sácalos de aquí
– No – Altair no estaba dispuesto a dejarlo atrás, aunque sabía que tenían que sacar a los chicos de ahí – vos sácalos – antes de que su hermano proteste aclaro – Sam piénsalo un poco, yo siento cuando está cerca, tengo más oportunidad que vos – su hermano no estaba convencido pese a que sabía que ella tenía razón – ya no soy una niña Sam, estamos en peligro y necesito que confíes en mí y en mis capacidades. Salgan.
Reticente el mayor aceptó y guió a los hermanos por el camino que le indico Altaira, mientras que ella se quedaba atrás intentando sentir donde estaba el Wendigo, “yo y mis grandes ideas” pensó con miedo y se pegó a la pared esperando a que el monstro apareciera, por el camino que ella creía que estaba, para dispararle. Intento controlar su respiración y concentrarse en escuchar, sinceramente era el último lugar donde quería estar, pero le sacaría provecho al radar sobrenatural que tenía.
“Sin duda juega con nosotros. Este es su territorio, nos está dejando correr”
Escucho pasos acercándose pero estaba segura que no era el Wendigo, pese a que el cosquilleo nunca se fue, ella estaba segura que lo que se acercaba era Dean, conocía perfectamente la forma de andar de su familia.
– Dean – lo llamo antes de salir de su escondite, lo único que necesitaba era que le disparara con una bengala, su hermano la miro con una mescla de alivio y terror, que Altaira pudo comprender completamente, pero no llego a decirle nada cuando vio al Wendigo detrás de él –abajo – no necesito más que eso para que su hermano se tirase al suelo y ella le diese un tiro certero acabando con la criatura.
– Busquemos a Sammy
Los hermanos caminaron en silencio. De una forma que Dean no se molestó en preguntar, Altaira lo guiaba como si conociese el lugar, pocas veces la vio dudar pero aun así no dijo nada, confiaba ciegamente en su hermanita y en su intuición. A los pocos minutos se encontraron que el resto del grupo. El viaje de regreso hasta la cabaña del guardabosque, en la entrada de la reserva, fue silenciosa y tediosa, todos estaban cansados y heridos. Sam y Dean ayudaron a cargar a Tommy por el camino, dándoles un poco de descanso a sus hermanos, con el mapa y la brújula que Altaira rescato, llegaron entrada la noche. Al pobre guardabosque casi le causan un infarto, pero no tardo en llamar a emergencias, les atendieron sus heridas y se llevaron a Tommy en ambulancia con la compañía de sus hermanos, Sam ayudo a Ben a dar el reporte a la policía de forma que no parecieran unos desquiciados, decidiéndole echar la culpa a un oso exageradamente grande y que los oficiales, por alguna razón, no tuvieron reservas de creer. Después de dar su versión Altaira se despidió de Hiele y de Ben, este último le dio su número de teléfono, cosa que la joven acepto y se encargó de mantener dicha información oculta de sus hermanos.
– Odio los campamentos – comento Dean sentado junto con su hermano en el capot del impala, una vez que su hermana los alcanzo.
– También yo – comento Sam cansado.
– Son unos amargados – comento la menor con burla, aunque ella también tenía su porción de odio hacia los campamentos.
– Sabes que vamos hallar a papá, ¿no? – comento el mayor a su hermano.
– Sí, lo sé –contesto el más alto de los Winchester – pero mientras tanto yo conduzco.
– ¡No es justo! – se quejó la menor al ver como, Dean, entregaba las llaves fácilmente y se dirigía al asiento del copiloto.
Sus hermanos se rieron de su indignación e ignoraron el resto de su reclamo, se subieron al auto para ponerse nuevamente en marcha.
Para cazar en familia.