La tercera Winchester

Harry Potter - J. K. Rowling Marvel Cinematic Universe Supernatural (TV 2005)
Gen
G
La tercera Winchester
Summary
Altaira Winchester es la media hermana de los icónicos Sam y Dean Winchester, uniéndose a la pequeña familia con 3 años.Ya con 16, y una gran experiencia como cazadora, acompañará a su hermano mayor, Dean, en la búsqueda de su padre, que desapareció tras una cacería en solitario, para eso irán primero con Sam, el hermano faltante, y tratarán de persuadirlo para que se una en su búsqueda.
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La Mujer de Blanco

Mientras un impala negro del 67 se estacionaba frente a un complejo de apartamentos, una joven castaña de 16 años se despertaba sobresaltada en el asiento del copiloto.
– ¿Pesadilla? – pregunto su hermano mayor mientras apagaba el motor del auto.
– Cuarto rojo – respondió Altaira con voz áspera, mientras intentaba recomponerse e intentar reconocer el lugar en donde estaba.
– Creí que ya no tenías esa pesadilla.
– Es que la extrañaba, por eso le pedí a mi cerebro que lo reprodujera, ya sabes para no perder la costumbre – contesto de forma agresiva dejando sorprendido a su hermano.
– Solo porque tuviste ESA pesadilla pasaré por alto tu contestación - le reprocho seriamente el mayor – ya llegamos.
La adolescente tomo unos momentos para tranquilizarse antes de bajar. Su hermano no tenía la culpa de sus traumas y el mal humor que genera estar horas sentada en un auto, se bajó del auto y camino con la cabeza gacha hasta donde la esperaba su hermano.
– Lo siento.
– No importa – el mayor la atajo en un abrazo – vamos por él.
Altaira decidió que era prudente observa la hora, resultando ser una decisión sabia, al notar que eran las 3 de la madrugada, esa era una hora demasiado impía para hacer cualquier cosa, incluso para los monstruos que acostumbraban cazar.
– ¿Qué ocurre?
– Son las 3 AM.
– Si – contesta después de ver su reloj - ¿Y?
– Que son horas impías para ir tocando a las puertas – respondió con cansancio la menor.
– Lo sé, por eso no tocaremos la puerta – contesta el mayor con un destello de diversión en sus ojos, antes el silencio de su hermana prosiguió – usaremos la ventana – termina feliz y comienza a caminar con mayor rapidez y ansioso.
Altaira solo pudo suspirar resignada mientras caminaba siguiendo a su hermano, a un paso más lento, en otras ocasiones hubiera ido a su par e igual de ansiosa por hacer una travesura, pero ahora estaba demasiado cansada para pensar en otra cosa que no fuese dormir.
– Se va a enojar – comenta al aire.

 

 

 

 

Un joven alto de 22 años se encontraba durmiendo en su departamento, junto con su novia, cuando escuchó unos sonidos provenientes desde dentro de su departamento, se levantó con cuidado de no despertar a su acompañante e ir a investigar. Caminó a oscuras por su departamento, hasta la sala donde se escuchaban unos murmullos y el sonido de alguien tropezándose con algo; pese a su gran altura, Sam Winchester, se movía con mucho silencio y agilidad listo para confrontar a los intrusos. En la oscuridad se podían percibir dos figuras que tenían un pequeño enfrentamiento, cuerpo a cuerpo extrañamente silencioso, ademas de una tercera figura, mucho más pequeña que las dos primeras, que se deslizaba tranquilamente al sillón más cercano demasiado cansada para intervenir, quedándose dormida rápidamente.
Sam termino abruptamente en el suelo, completamente desconcertado, mientras que su atacante lo retenía desde arriba suyo riéndose.
– Estas fuera de estado Sammy.
– ¿Dean? – contestó el más alto con confusión palpable en su voz - ¿Qué haces aquí? – pregunto molesto mientras con una llave cambiaban de posición.
– Solo buscaba una cerveza – contesta el mayor levantándose.
Cualquier discusión que pudiese llegar a surgir fue detenida cuando la luz se encendió de repente, rebelando a una bella joven rubia con una pequeña remera con dos pitufos y unos short muy cortos.
– ¿Qué ocurre?
– Jess. Él es mi hermano Dean.
– Hola – saludo el mayor con su mejor sonrisa de “galán”, haciendo que el menor frunza su mandíbula preguntándose molesto porque su hermano tenía que intentar coquetear con su novia.
– Dean ella es MI NOVIA Jess – la presenta rápidamente.
– ¿Y ella? – pregunto aún más confundida la rubia al notar a una adolescente dormida en el sillón.
Ante el comentario ambos hermanos se voltearon hacia su hermana menor, quien sorprendentemente se encontraba profundamente dormida, para diversión del mayor y asombro del menor.
– ¿Al?
– Al. Vamos peque, despierta – se acerca Dean con clara diversión en su voz – Al, vamos- la sacude un poco del hombro provocando que la Winchester menor se queje.
– No… - contesta semi consiente mientras se acurrucaba sobre si misma para seguir durmiendo, como si fuese un gato.
Dicha acción provocó una pequeña risa nostálgica del más alto en la sala, mientras la rubia miraba toda la escena desde la entrada de la sala, cuestionándose si todavía estaba dormida o no.
– Creo que mejor me iré a cambiar.
El comentario provocó que ambos hermanos recordaran dónde y con quién estaban, y sobre todo las circunstancias de dicha reunión.
– ¿Dean que hacen aquí? ¿Y porque irrumpieron en mi casa? – comentó el alto acercando a su novia, rodeándola con su brazo.
– Tenemos que hablar – comento seriamente el mayor – a solas.
– No – respondió el menor de los varones, impidiendo que su novia se fuese, ya que estaba por retirarse para dejar a los hermanos solos – lo que tengas que decir, lo puedes decir en frente a ella – comento firme sin apartar la mirada de su hermano.
– Papá no ha vuelto en varios días – comento con una sonrisa forzada.
– Seguramente ha trabajado horas extras, pero tendrá que volver tarde o temprano no es de extrañar que se vaya por días.
– Estaba de cacería y no han vuelto en varios días - volvió a insistir el mayor pero con mayor seriedad en sus palabra.
– Jess discúlpanos – comento serio el menor, sin apartar la mirada de su hermano – tenemos que salir.

 

Mientras los Winchester mayores bajaban las escaleras discutiendo, en el departamento, la menor de los hermanos comenzaba a despertar muy desorientada, buscando con la mirada a los mayores, cuando identifico a la joven rubia que estaba ingresando nuevamente a la sala.
– ¿Y mis hermanos?
– Acaban de salir.
Altaira se quedó unos instantes contemplando hacia la nada, mientras procesaba lo que acaba de decir la novia de su hermano.
– Bastardos, se olvidaron de mi – gruño mientras se levantaba del sillón y se estiba.
– Tranquila, solo salieron a hablar. Sé que Sam nunca te dejaría olvidada y estoy muy segura de que Dean tampoco lo haría ¿Quieres un café?
– ¿Te han dicho que eres un amor?
– A veces – contesto riendo – tu hermano principalmente, me alegra por fin conocerte en persona.
– A mí también – sonrió la menor – tienen galletas o Sam ya te corrompió con la comida sana ante todo – pregunto la menor causando que la rubia se riera.
– Las escondo. Aunque son comprada, nada en comparación a las tuyas – comento alegre mientras se dirigían a la cocina.
– Las de chispas de chocolate siempre son buenas. Me alegro que te hayan gustado, por poco y solo reciben las del supermercado – comento sentándose en la mesa de la cocina – mi padre y hermano son unos glotones.
– Me imagino, Sam casi se atraganta intentando comérselas todas – contó divertida pesándole una taza de café a la menor, y sentándose en otra silla cercana.
– Supongo que la costumbre le gano, siempre que me da por cocinar algo, los hombres de mi familia olvidan que supuestamente son seres civilizados.
Las risas surgieron en la pequeña cocina, mientras las mujeres disfrutaban de la amena charla entro un muy serio Sam. El cambio de ambiente fue notorio y a diferencia de Jess, Altaira no tenía ninguna pregunta en su mirada, ella ya sabía lo que iba a pasar y como buena hermana actuó en consecuencia.
Después de terminar de un trago su café y huir sigilosamente del departamento, se dirigió hacia donde sabía que estaría su otro hermano. Lo encontró en su auto, sentado en el asiento del conductor esperando a sus hermanos con una visible tensión en sus hombros.
– ¿Y Sammy? – pregunto el mayor, una vez que su hermana se sentó en la parte de atrás, nunca lo admitiría pero en ese momento la presencia de su hermanita lo calmaba mucho, aunque hasta que no llegase Sam la incertidumbre aun lo atormentaba.
– Seguramente planeando como matarte mientras intenta explicarle a su novia , el por qué se va en medio de la noche y esperando que no se enoje – le respondió divertida mientras le pasaba unas galletas a su hermano, causando que este se ría y liberase un poco más la tensión de sus hombros.
– Lo tendremos que regresar el lunes – comento molesto mientras comía la galleta.
– ¿Por?
– Al parecer tiene una entrevista o algo así – no pudo evitar que un deje de celos se deslizara en su comentario.
– Que bueno, seguro que es para su beca – reflexiono mientras en su interior se formaba una mezcla de sentimientos: alegría, orgullo, tristeza y una incómoda sensación de abandono.
– Si. Fabuloso – comento secamente – si tenemos suerte la cacería lo haga recapacitar – susurro con optimismo, ganándose un golpe en la cabeza de parte de su hermana - ¿Y eso porque fue?
– Por idiota. No lo presiones ni lo molestes, el lunes estará de regreso.
– ¿No te molesta? ¿Acaso no quieres con nosotros de vuelta? La familia unida otra ves.
– Sí, claro que sí. Pero si lo presionas solo harás que se aleje – al ver a su hermano comenzando a protestar se apresuró a continuar – a él no le gusta la caza, quiere una vida normal. Por eso se fue en primer lugar, si quieres que vuelva no lo presiones, tiene que ser poco a poco, como cuando éramos niños; papá solo nos dejaba cazar con él los fines de semana en un principio – al notar que Dean no conseguía entender su plan explico – tienes que darle la opción de volver, tentarlo de apoco con cacerías fáciles, cercanas a la universidad y esporádicas en tiempo, para que pueda salir con Jess y dar sus exámenes; después con el correr del tiempo invitándolo a mas cacerías, más largas y lejanas cada vez. Te garantizo que así no querrá volver más.
Termino de explicar, satisfecha con su plan aunque dudase conseguirlo, no por la turqués de Sam (al fin de cuentas es un Winchester y no hay nada, ni nadie que los detenga cuando algo se les mete a la cabeza) sino por la impulsividad de Dean, pese a sus años de cacería, la paciencia es una virtud que nunca desarrollo. Mientras la menor seguía en sus cavilaciones sobre la impulsividad de su hermano, el susodicho la miraba anonadado.
– ¿Desde cuando eres tan manipuladora? – preguntó con asombro y un deje de espanto en su voz.
– Desde que comencé la pubertad atrapada entre un padre y dos hermanos mayores excesivamente sobreprotectores – contesto la menor sonriendo con inocencia.
Antes de que Dean pudiese contestar o contradecir, o siquiera terminar de procesar lo dicho por su hermanita, Sam entro en el auto sentándose en el lado del copiloto, con un desgastado bolso en su regazo.
– ¿Ocurrió algo? – interrogo al ver la extraña actitud de sus hermanos.
– Nada – contestaron simultáneamente.
Dean con la alegría renovada, por estar con sus hermanos nuevamente, arrancó el impala dirigiéndose a su siguiente destino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de una pequeña parada en una gasolinera, donde Sam se quejó de las tarjetas de crédito falsas y de la música “anticuada” de su hermano, lo que casi provocó una pelea si no fuese por la intervención de la menor, llegaron a su destino (Jericó, California) escuchando Metallica a todo volumen o por lo menos hasta que Sam lo bajo, para poder llamar por celular a hospitales y morgues del área preguntando por su padre, cosa que molesto un poco a la menor porque ella ya lo había revisado, pero por el bien del viaje decidió callar y escuchar, tal y como hacía siempre que los mayores decidían olvidar y/o ignorar su trabajo.

Detuvieron el auto a unos pocos metros de un puente, llamándoles la atención la presencia de múltiples patrulleros que se encontraban en el lugar.
– No usen las del FBI – advirtió la menor.
– ¿Por qué no? – Cuestionó el mayor de todos – son las nuevas, confío plenamente en que las hayas actualizado correctamente. Además necesitamos de los federales o no nos hablaran.
– No es por eso genio, es porque es un puente.
– Sí, lo se. Puedo verlo – respondió sin prestar mucha atención a su hermana y salió del auto.
– Idiota. Sam cuando lo alcances, dile que los delitos cometidos en puentes son de jurisdicción federal y por lo tanto pueden llegar federales de verdad.
– No vas a bajar – pregunto entre curioso y preocupado – siempre te quejabas cuando te dejábamos en el auto.
– Y sigo haciéndolo – confirmo causando que el mayor sonriera – pero también tengo instinto de auto-preservación, además alguien tendrá que pagarles la fianza cuando los arresten
– Y yo que creía que era el optimista – comento saliendo del auto.

Poco después de que sus hermanos salieron del auto, Altaira escucho otro acercándose, al notar que eran federales de verdad, se recostó en el asiento para evitar que la vieran desde afuera. Contó hasta diez antes de levantarse, suspiró con alivio cuando sus hermanos se acercaban al auto, espero a que estuviesen lejos del centro para volver a hablar.
– Les dije que no usaran las del FBI.
– Tranquilízate, no pasó nada.
– Tenemos que ir al centro – intervino el alto, antes de que se iniciase una pelea, y por los gestos de la menor fue una buena idea – la novia de la víctima está ahí ahora, pegando panfletos, tal vez sepa algo.

 

Altaira observaba divertida mientras sus hermanos eran rechazados por la chica y por su amiga, antes de que el terco de su hermano, Dean, se pusiera cargoso y complicase las cosas, decidió intervenir. Con un gesto discreto, que les hizo antes de acercarse, consiguió que se vallan.
– Hola ¿se encuentran bien? – les preguntó a la chicas para hacerse notar.
– Sí, solo unos pesados – responde cortante y desconfiada la amiga.
– Sí, la familias a veces no pueden controlarse cuando uno desaparece – comentó con pesar, atrayendo así la atención de las chicas – por cierto, me llamo Sara.
– ¿A qué se refiere con lo de familia? Troy jamás hablo de ellos, soy Emily su novia – se presentó la chica.
– Ya hable con ellos. Pertenezco a un grupo de Internet que resuelve misterios o actualizan y buscan nuevos datos en casos que la policía no pudo resolver.
– Si, una vez escuche sobre eso – comento la amiga – en un caso de una mujer desaparecida, la hallaron en un hospital, era una desconocida en coma.
– Así es, somos civiles pero con muchas ganas de ayudar, por lo general es todo a través de computadoras, pero soy del pueblo vecino y cuando me entere de las desapariciones…
– Decidiste venir a ver – Altaira asintió – ¿Y crees que puedes encontrarlo?
– No puedo prometer nada porque no lo sé, pero me gustaría intentarlo. Si pudiera hacerles algunas preguntas.
– Sí, claro. Lo que sea que pueda ayudar a encontrarlo.

Luego de una conversación en un café cercano, Altaira se juntó con sus hermanos que la esperaban en el auto a unas pocas cuadras, les contó sobre la centennial, un mito hurbano que le habían contado Emily y su amiga, una mujer que secuestra hombres pidiéndoles un aventón.
– Como lo lograste – preguntó el mayor, mientras se dirigían a la biblioteca de la ciudad.
– ¿Cómo logre “que”?
– Ya sabes, que te hablaran. A nosotros nos echaron sin siquiera mirarnos.
– Bueno Dean. Para empezar, cuando me acerco a una mujer no intento verle los pechos –le reprochó.
– Yo no hago eso.
– Si lo haces – comento el alto – incluso lo hiciste con Jess.
– Y segundo, yo no intimido.
– Nosotros tampoco, bueno yo no intimido – se corrigió el alto, ganándose una mirada molesta de su hermano.
– Si lo hacen. Sam mides como dos metros, eso intimida a cualquiera.
– Y para que te contaran lo de la centennial.
– Solo les dije la verdad – ambos hermanos la voltearon a ver sorprendidos – ¿Qué? Les dije que pertenezco a un grupo de civiles, que nos dedicamos a ayudar con los casos que la policía no puede resolver.
– Ósea que les mentiste.
– No lo hice Dean, es parte de la verdad de lo que hacemos.

 

Los hermanos llegaron a la biblioteca, donde descubrieron a una mujer, Constan, que se suicidó saltando del puente luego de que sus hijos murieran ahogados, a Altaira la historia se le hacía familiar, como si la hubiese escuchado antes pero no estaba muy segura. Mientras los Winchester mayores fueron a investigar el puente, la menor decidió ir a buscar un motel dónde puedan quedarse, encontrándose que al primer lugar que fue, era el mismo dónde se había hospedado su padre. Tras mandarles la dirección a sus hermanos y forzar la cerradura de la habitación para entrar, se puso a investigar todo lo que en ella había, empezado por tirar la comida vieja que comenzaba a apestar.
Tras analizar el contenido de las paredes, se encontró con que su padre ya lo había resuelto, se trataba de una mujer de blanco, por eso la historia le resultaba familiar, Constan debió de ahogar a sus hijos después de enterarse que su marido la engañaba.
– La madre del año – comento sarcástica mientras iba a la pared dónde se encontraba la información de las víctimas – seguro que incitó a todos ellos, para que engañaran a su pareja con ella y así poder matarlos.

Se encontraba leyendo uno de los libros de su padre, después de ducharse, cuando tocaron a la puerta, sacando su Glock 19x de su espalda, se acercó con cuidado de no romper la línea de sal que había puesto su padre. Abrió parcialmente la puerta encontrándose Dean, o mejor dicho con una montaña de mugre apestosa con la forma de de su hermano.
– ¿Qué te paso? Hueles terrible – comento mientras los dejaba pasar y volvía a guardar su arma.
– Muy graciosa. Constan casi nos…
No logro terminar de hablar, porque se quedó asombrado cuando vio el cuarto, Sam detrás de él también se quedó sorprendido y no era para menos, si ellos no fueran cazadores, seguramente hubieran pensado que se trataba del cuarto de un loco paranoico de la conspiración.
– Parece que papá estuvo ocupado, pero no en el caso – comento Altaira mientras cerraba la puerta.
– ¿Qué quieres decir? – cuestiono el mayo mientras observaba las paredes junto con su hermano.
– Bueno, la habitación está divida en dos. En realidad las paredes, en una de las partes esta todo lo relacionado al caso – les mostró a sus hermanos – que lo resolvió pero por alguna razón no lo termino.
– ¿Lo resolvió? – pregunto el alto.
– Si. Se trata de una mujer de blanco.
– ¿Y la otra parte?
– No estoy segura, aun la estoy descifrando pero tienen que ver con demonios, eso sí estoy segura. Tengo que ir a la biblioteca y tú – dirigiéndose al mayor – deberías bañarte.
– No vas a ir sola – la detuvo el mayor – Sammy te acompañara.
– Ya estoy grande para niñeras – le desafío – la biblioteca no está lejos.
– No irás sola. No después de lo que paso la última ves.
– ¿Qué paso? – interrogo Sam preocupado.
– Nada – respondió molesta – y eres un exagerado – se dirigió hacia la puerta yéndose de un portazo.
– No te preocupes, estará bien – se adelanta a decir Sam.
Dean lo miro molesto unos segundos, antes de mirar hacia la puerta y de nuevo a su hermano, para después voltearse para ir al baño, de verdad necesitaba ducharse. Al otro lado de la puerta se encontraba Altaira suspirando de alivio, al ver que su hermano no la siguió, Dean debía aprender a dejarla ir sola, aunque siendo justos con él, no es como si su actitud haya sido la más madura del mundo.

 

 

La menor de los Winchester estaba en la computadora de la biblioteca, intentando descifrar algunas de las anotaciones de su padre cuando fue sorprendida por su hermano mayor Sam. Luego de terminarle de contar lo sucedido y del arresto de Dean, ambos hermanos se dirigen a donde vivía el esposo de Constan, intentando hallar a su padre.
– Sí, un poco más viejo pero en definitiva era él –comento el hombre mientras le devolvía la foto, que Sam encontró en la habitación de su padre – dijo que era reportero, me hizo muchas preguntas sobre mi esposa.
– Así es, nuestro padre es reportero, pero hace unas semanas que no sabemos de él y nos preocupamos – Comenzó a decir la menor, bajo la mirada inquisidora de su hermano, no suelen hacer las cosas así – si no le molesta, nos puedes contar todo lo que le dijo.
– ¿Para qué?
– Bueno, tal vez encontremos alguna pista de donde fue luego de hablar con usted. Por favor, es lo más cerca que hemos estado de encontrarlo.
El hombre pareció dudarlo un momento, Sam estaba por intervenir cuando lo vio dudando, intentando encontrar una mentira que les pudiera servir, cuando el hombre comenzó a contarle todo lo que le había dicho su padre. Luego de unas interrogaciones más por parte de Altaira, el esposo termino confesando que si había engañado a Constan, antes de que esta se suicidara, los hermanos lo consolaron un poco antes de partir.
– ¿Cómo lo lograste? – cuestiono el mayor mientras conducía.
– Podrías ser más específico.
– Allá tras con el esposo y antes, en el centro, con la novia. No solemos hacer las cosas así
– Las medias verdades pueden hacer maravillas – contesto la menor sin dejar de ver un mapa de la ciudad, revisando los nombres de las calles – no se que quieres que te diga Sam. Puedo ser muy simpática y manipuladora cuando quiero, además tanto papá como Dean suelen ser muy bruscos al preguntar, y las mejores mentiras son las más sencillas.
– Sin duda no debió de ser así –susurro para sí el mayor luego de reflexionar unos segundos – debí haberte llevado conmigo.
– ¿Por qué lo dices?
– Al, tienes 16 años, deberías estar en la escuela, hacer amigas, salir con algún chico que odiemos… no deberías por qué ser tan buena mentirosa, ni una falsificadora ni siquiera deberías saber disparar.
– Sam esto es Estados Unidos, las armas de fuego vienen en las cajas granes de los cereales – su hermano la miro molesto por su burdo intento de cambiar de tema – mira. Tenes razón, pero es la vida que me toco y no me molesta del todo – suspiro – sí, hay veces en las que desearía haberme marchado contigo, pero al final del día, hubiera regresado a cazar. Crecí en esto Sam, es para lo único que se me educo, es lo único que sé.
– Yo también crecí así Al y pude salir – contesto triste su hermano, luego recordó la discusión que tuvo con Dean en el motel – En el motel Dean mencionó…
– Toda familia tiene una oveja negra, Sam–le interrumpió sin querer hablar del tema.
Aunque quería saber que le había pasado a su hermana lo dejo pasar, nada bueno saldría de presionarla, cuando ella quisiera contárselo lo haría y estaría ahí para escucharla. Ambos hermanos decidieron realizar unas llamadas falsas al 911 para darle a su hermano mayor la posibilidad de escapar, mientras discutían que hacer a continuación con el caso. Dean llamo al celular de Sam para contarles que su padre se había ido, y les había dejado su diario con unas coordenadas, mientras los mayores hablaban la menor se sumergió en sus pensamientos debido a la previa conversación con su hermano, hasta que este freno abruptamente el auto. No tuvo tiempo de quejarse cuando, Constan, se apareció en el asiento trasero del impala y saco a Altaira del auto para encerrar en este a Sam y llevárselo con ella.
– Maldita sea – se levantó con dificultad del suelo – para estar muerta tiene mucha fuerza.
Comenzó a caminar siguiendo la ruta con dirección a la casa abandonada, cuando escucho a un auto acercándose, se volteo llevando su brazo derecho hacia su espalda, agarrando el mango de su Glock. Cuando el auto se detuvo a su lado, se relajo al ver que era su hermano Dean y se subió.
– ¿Qué paso?
– Creo que no soy del gusto del fantasma–comento mientras Dean pisaba el acelerador– y me tiro del auto, creo que me siento ofendida ¿Qué tiene Sam que no tenga yo? – Dean rió un poco de las tonterías de su hermana, y en el fondo se lo agradecía, le quitaban un poco de tensión de encima.
Resulto que Constan temía reencontrarse con sus hijos y por eso no podía volver a su casa.

 

No tomaron tiempo para descansar, gracias al plan de la menor, no solo pudieron recuperar sus cosas, sino también las cosas que su padre había dejado atrás.
Ya lejos del pueblo, y principalmente lejos de la policía, Altaira se recostó en la parte de atrás del impala, mientras Sam revisaba donde era las coordenadas que su padre les había dejado. Para cuando se despertó ya estaban frente al edificio donde vivía Sam y su novia, se despidió de él con un poco de tristeza. Se paso al asiento delantero, junto con su otro hermano, como había estado haciendo desde que su padre los dejaba ir a cazar sin él.
– Sabes… no tenemos que partir en seguida, podemos esperar a que Sam tenga su entrevista, y ver si lo convencemos de venir con nosotros, total las clases aun no comienzan.
– ¿Y qué paso con tu gran plan? –comento con burla el mayor.
– Tengo un mal presentimiento.
– ¿Qué tan malo?– cuestiono serio, los presentimientos de su hermana nunca fallaban, y para su desgracia siempre eran malos.
– Mucho. ¿Podemos volver por Sam?
No tuvo que preguntarlo dos veces, ni siquiera intentar convencer a su hermano, cuando este último dio una muy ilegal vuelta en “U”, para regresar al departamento del Winchester faltante.

 

Esa noche, Dean, agradeció el obedecer a los instintos de su hermanita, cuando nuevamente tuvo que sacar a Sam de una casa en llamas. Pero también odio, por igual parte, que su hermana tuviera razón, porque lo que sea que mató a su madre había regresado y matado a la novia de Sam.

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