Traducción: "Lessons in Grace and Decorum" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Lessons in Grace and Decorum" de GallaPlacidia
Summary
En Azkaban, Narcissa Malfoy le da lecciones a Draco sobre cómo manipular a las personas para que lo amen. Cuando Draco es liberado con la condición de que esté unido a Harry como su prisionero, finalmente tiene la oportunidad de poner en práctica sus nuevas habilidades.Inspirado en una excelente historia llamada Unexpected Consequences de Lauren3210
Note
IMPORTANTE:La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “LESSONS IN GRACE AND DECORUM”. Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo.
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CAPÍTULO 14

Capítulo 14

 

Harry llamó a su puerta a la mañana siguiente.

 

   —Adelante —dijo Draco. Ya no estaba enojado, al menos, no más enojado de lo que siempre estaba, por todo.

 

Harry entró.

 

   —¿Una taza de té no solicitada? —dijo, extendiendo la taza. El corazón de Draco se aceleró.

 

   —La acepto —dijo. Harry sonrió y se lo dio— Creo que también te debes una.

 

   —Lo aceptaré —dijo Harry.

 

   —¿Podemos no hablar más de eso?

 

Harry se mordió el labio.

 

   —Tendremos que hacerlo eventualmente.

 

   —Por favor, Harry.

 

Harry extendió la mano y tocó el cabello de Draco. Siempre se veía un poco mal cuando se despertaba.

 

   —Te ves bien así —dijo— Todo somnoliento y sin pulir.

 

Draco prácticamente vibró de placer. Sabía que la sonrisa en su rostro probablemente era engreída como una mierda.

 

   —Hmmm, pero ¿Cuándo no me veo bien? —él dijo.

 

   —Justo —se rio Harry— Totalmente justo. Incluso parecías estar en forma en tu juicio, ¿Lo sabias?

 

   —No lo parecía.

 

   —Lo hiciste. Fue muy molesto.

 

   —¿Es por eso que aceptaste llevarme? —preguntó Draco, tratando de sonar casual. Pero Harry vio a través de él.

 

   —Draco… no —dijo con seriedad— No, acepté… por muchas razones. Parecía como si apenas fueras parte de la ecuación.

 

Draco levantó las cejas.

 

   —Pero era parte de la ecuación.

 

Harry se frotó la nuca.

 

   —Sí, bueno, ¿No es por eso que accediste a venir conmigo? ¿Por qué soy tan tortuosamente guapo?

 

Draco se rio, pero luego se concentró en Harry y borró la sonrisa de su rostro.

 

   —No —dijo— No, eso solo ha sido una ventaja.

 

Harry tosió y se levantó.

 

   —Bien, bueno, será mejor que… um… vayamos a desayunar.

 

   —Gracias. Por el té. Mi madre solía decir: «No estés con alguien demasiado orgulloso para disculparse primero».

 

Harry lo miró y Draco se dio cuenta de lo que acababa de decir.

 

   —Quiero decir, obviamente, no estamos… juntos —agregó, pateándose a sí mismo.

 

   —Normalmente no hablas de tu madre en tiempo pasado —dijo Harry.

 

   —Sí, bueno, ella no diría algo así, ahora —dijo Draco sombríamente. Harry parecía querer preguntar más, así que Draco le dedicó una sonrisa tensa y salió de la cama— Retírate, quiero cambiarme.

 


 

   —Así que no encontraste nada —dijo Steven.

 

   —No. Y me descubrió. No puedo volver a entrar, sospechará.

 

Steven frunció el ceño.

 

   —No puedes mentirme —dijo.

 

   —Sé que no puedo —dijo Draco, irritado— Te estoy diciendo la verdad. De todos modos, realmente no hay suciedad sobre él. Está absolutamente limpio. Confía en mí, me molesto descubrir eso, yo mismo.

 

   —Hmm —dijo Steven, golpeando con los dedos el borde del fregadero. Todavía no había lastimado a Draco, lo que los hizo a ambos cautelosos— Todavía…

 

Se giro hacia Draco.

 

   —Dime: ¿Hay algo de lo que se avergüence?

 

Las palabras brotaron de Draco, como si le hubieran inyectado Veritaserum:

 

   —Quiere acostarse conmigo.

 

   —¿Qué?

 

   —Se siente atraído por mí. Es lo único de lo que tiene que avergonzarse.

 

   —Espera, espera…. estás enamorado de él y él se siente atraído por ti, ¿Pero no se han acostado juntos?

 

   —Él no lo hará —dijo Draco— Él nunca se acostaría conmigo, Soy un mortífago, ¿Recuerdas?

 

Steven ladeó la cabeza.

 

   —¿Es doloroso para ti? ¿El hecho de que le desagradas?

 

   —Sí —dijo Draco con los dientes apretados.

 

   —No te ves muy bien estos días. ¿Cómo esta tu vista?

 

   —Fallando.

 

   —¿Regulación de la temperatura?

 

   —Tengo frío todo el tiempo.

 

   —Sucede más rápido de lo que pensaba —reflexionó Steven— Bueno, como regalo por tu ayuda, no voy a lastimarte hoy. Di gracias.

 

   —Gracias —dijo Draco. Apenas había cedido a la compulsión. Estaba sinceramente agradecido. Era cada vez más difícil tolerar la maldición Cruciatus, porque todo su cuerpo estaba muy sensible.

 

   —Mantente atento a El Profeta en los próximos días, Draco. Habrá una pequeña noticia muy desagradable de ustedes dos.

 

Draco pensó en la lista de Harry y escribió el siguiente número en su cabeza: «69. Me vendió a El Profeta, OTRA VEZ».

 


 

Las cosas mejoraron entre ellos durante los siguientes días. Draco todavía le gritaba varias veces, pero lo que le había dicho sobre siempre lamentarlo después, lo hacía más fácil de tolerar. Aunque Harry sabía que no debería tener que hacerlo. Esa vieja ira todavía estaba en él, esa sensación de que había sacrificado toda su infancia para salvar al puto mundo y que merecía algo a cambio. ¿Era realmente demasiado pedirle a Draco que fuera amable con él?

 

Pero luego, Draco le traía una taza de té no solicitada «el té había adquirido un significado bastante importante en sus habitaciones, ahora que podía significar como una disculpa implícita» y a Harry le resultaba difícil permanecer enojado.

 

También era difícil no darse cuenta de que algo andaba muy mal con las manos de Draco. Temblaban tanto cuando le traía a Harry sus tés de disculpa que la mitad de las veces, Draco terminó derramándose el líquido hirviendo sobre sí mismo, dejando caer la taza y teniendo que empezar de nuevo. Pero cuando Harry sugirió que fuera con la señora Pomfrey, Draco gruño: «¿Por qué?, ¿Preocupado de que no te haga una paja decente si tengo temblores? Vete a la mierda», y Harry lo dejo pasar.

 

Fue a ver a la señora Pomfrey y le describió los síntomas: las manos temblorosas, la forma en que Draco había comenzado a golpear torpemente las cosas, la disminución de apetito.

 

   —Es difícil decirlo sin verlo, por supuesto, pero suena como daño de maldiciones —le dijo— Haz que venga a mí.

 

Harry no quería que Draco hiciera nada, pero el daño por maldiciones era serio. ¿Y si fuera por el vínculo? Era magia relativamente nueva. Decidió que, si no podía convencer a Draco de que fuera por su propia voluntad en la próxima semana, se lo ordenaría.

 

 Unos días después de que Draco encontrara la lista, Steven Hodges lo estaba esperando cuando Harry fue a buscarlo después de Aritmancia.

 

   —Hola —dijo Steven— ¿Te importa si tengo a Draco para el período libre?

 

Harry miró a Draco. Había algo en la forma en que Steven preguntó si podía «tenerlo» que hizo hervir su sangre, pero Draco parecía tranquilo.

 

   —Eso depende de él —dijo Harry secamente— Draco. ¿Quieres ir con él?

 

   —Si —dijo Draco— Su voz era mesurada pero segura.

 

   —Bueno… bien, entonces.

 

   —Gracias Harry, eres buen amigo —dijo Steven— Vamos Draco.

 

   —Espera —dijo Harry. Steven y Draco lo miraron— ¿Qué está pasando con ustedes dos? ¿Están saliendo o…?

 

   —Oh, por el amor de Dios, Potter —dijo Draco, inmediatamente, pero Steven lo interrumpió.

 

   —Se cortés Draco.

 

Y… Draco lo obedeció. Jodidamente solo… murmuró «lo siento» y cerró la boca. Steven chasqueó la lengua.

 

   —¿No le has dicho? —le preguntó a Draco.

 

   —No —dijo Draco.

 

   —¿Decirme que?

 

   —Continua, Draco —dijo Steven.

 

   —Que estoy enamorado de él —dijo Draco con calma— Estoy enamorado de Steven.

 

   —Oh —dijo Harry.

 

 

—¿Puedes darnos un minuto? —Steven le preguntó a Draco. Draco se giró rígidamente y caminó un poco por el pasillo. Steven bajó la voz.

 

—Mira, es complicado —dijo— Sentí pena por él, ¿Sabes?

 

—Entonces, ¿Qué, lo estás follando por lástima?

 

—Él sabe que no siento lo mismo. A él no le importa. Puedes preguntarle. Está absolutamente ansioso por eso.

 

Harry miro a Steven.

 

—Te estás aprovechando de él. Lo estás engañando.

 

—¿Cuál es tu problema? ¿Estás celosos, o algo así? Porque si lo quieres, me retiraré.

 

Harry podía sentir el calor subiendo su rostro.

 

—¡Él no es un maldito… objeto para compartir, asqueroso! Merlín, ¿Qué ve Draco en ti?

 

Steven parecía preocupado.

 

—Hablo en serio, Harry. Si lo quieres, puedes tenerlo.

 

—¡No lo quiero! —gritó Harry. Draco miró hacia arriba. Sus ojos se encontraron, y luego la mirada de Draco se deslizó suavemente para mirar el suelo. Harry dio un paso hacia él, luego se detuvo. Draco estaba enamorado de Steven, después de todo. No tenía derecho a ofenderse si a Harry no le gustaba, cuando no le gustaba Harry.

 

—Solo quise decir —dijo, tratando de mantener su temperamento bajo control— Que no puedo tomar ese tipo de decisiones por él. Si quiere estar contigo, es un maldito idiota, pero está en su derecho.

 

Steven se rio.

 

—Bien entonces. Bueno, lo quiere. Entonces, si no te importa, prometió hacerme cosas extremadamente sucias con su boca, y yo…

 

La varita de Harry estuvo en la garganta de Steven en un instante.

 

—Intentas avergonzarlo. Maldita sea, hazlo de nuevo y te mataré.

 

La nuez de Adán de Steven se balanceó.

 

—¿Me entiendes? —dijo Harry. Steven asintió con la cabeza, su arrogancia engreída se había ido. Harry bajó su varita— Si le haces algo, tendrás que responder ante mí. Ahora vete a la mierda. Y trátalo con respeto, maldita sea.

 

Se alejó de Steven y vio a Draco observándolo. Tenía una mirada extraña y oscura en sus ojos. Pero antes de que Harry pudiera darse cuenta, se dio la vuelta.

 

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