Traducción: "Lessons in Grace and Decorum" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Lessons in Grace and Decorum" de GallaPlacidia
Summary
En Azkaban, Narcissa Malfoy le da lecciones a Draco sobre cómo manipular a las personas para que lo amen. Cuando Draco es liberado con la condición de que esté unido a Harry como su prisionero, finalmente tiene la oportunidad de poner en práctica sus nuevas habilidades.Inspirado en una excelente historia llamada Unexpected Consequences de Lauren3210
Note
IMPORTANTE:La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “LESSONS IN GRACE AND DECORUM”. Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo.
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CAPÍTULO 4

Capítulo 4

 

En las últimas semanas antes de Hogwarts, Harry se dio cuenta de que Malfoy era un buen conversador. Entonces, se dio cuenta de que era un excelente conversador. Más allá de todo lo que Harry había encontrado, en realidad. Al principio, Harry se dijo a sí mismo que se abstendría de salir a clubes todas las noches porque necesitaba asegurarse de que Malfoy no estuviera tramando nada, pero en una semana supo que eso era solo una parte. Quedarse en casa y hablar con Malfoy hizo que se activaran partes del cerebro de Harry que había pensado que estaban perdidas.

 

Por un lago, Harry nunca había sido capaz de hablar con nadie sobre quidditch de la forma en que podía hacerlo con Malfoy. Hablar con él sobre quidditch era como hablar con Hermione sobre libros. Malfoy parecía saber todo lo que había que saber sobre el tema. Nunca se había perdido un Mundial. Había estudiado libros de jugadas. Sabía los nombres de todos los movimientos, incluidos los que Harry solía hacer naturalmente en la escuela, sin saber que tenían nombres.

 

   —Todavía recuerdo el “Giro de Fairfax” que hiciste en el partido contra Ravenclaw en tercer año. Eso fue jodidamente asombroso.

 

   —Entonces, ¿Pudiste ver a través del disfraz de Dementor?

 

   —¿Aún juegas? —preguntó Malfoy, ignorando sutilmente la pregunta de Harry.

 

   —Con Ron, a veces.

 

   —Sabes que podrías convertirte en profesional.

 

   —Solo porque sería una buena publicidad para cualquier equipo que me tuviera.

 

   —No seas grosero. Porque ya podías hacer el Giro de Fairfax cuando tenías trece años.

 

   —Ni siquiera recuerdo ese infame giro.

 

Malfoy lo describió en detalle, contándole la historia del movimiento, usando bocetos para ilustrarlo. Cuando Malfoy explicó el quidditch, se sintió como si le estuviera enseñando a leer… las formas sin sentido de repente se convirtieron en patrones que podían entenderse.

 

Sin embargo, nunca volaron juntos. Ron venía a buscarlo para un juego amistoso con los Weasley un par de veces a la semana, y Harry no se atrevía a preguntar si Malfoy podía unirse. Ni siquiera era porque fuera un Malfoy: era porque los partidos se sentían como parte del proceso de duelo de los Weasley, y solo pertenecía a la familia. Dado el hecho de que Harry y Ginny no habían funcionado, se sintió afortunado de que todavía lo incluyeran en eso. Harry pensó en explicarle esto a Malfoy, pero sospechaba que Malfoy se cerraría, como siempre hacía con cualquier cosa que tuviera que ver con su pasado.

 

Malfoy no mencionó el hecho de que Harry jugaba al quidditch sin él, Actuaba como si volar fuera la última cosa en su mente, cada vez que Harry se iba con su escoba. Le había dado por pasar tiempo con Kreacher. Harry regresaba del quidditch con los Weasley para encontrar a Malfoy riéndose en voz baja de Kreacher, ayudándolo a limpiar alguna parte de la casa o, cada vez más, a hornear. Malfoy, trascendió, era muy bueno para hornear. Era más que extraño volver a casa en Grimmauld Place y escuchar charlas provenientes de la cocina, y deliciosos olores extendiéndose por toda la casa.

 

Al principio, a Harry le había molestado la relación de Malfoy con Kreacher. Le recordó cómo Kreacher y Narcissa Malfoy habían conspirado contra Sirius en quinto año. Pero rápidamente se dio cuenta de que Malfoy había conocido a Kreacher toda su vida, y era obvio que el viejo elfo marchito realmente lo amaba. Probablemente no quedaban muchas personas de las que se pudiera decir eso. Harry dejó de sentirse molesto por lo bien que se llevaban y, en cambio, comenzó a sentirse triste.

 

Malfoy no solo era bueno hablando de quidditch. Eran sus preguntas, en realidad, las que hacían que hablar con él fuera tan fácil. Harry se dio cuenta de esto después de descubrir que acababa de monologar durante casi una hora sobre lo que Hogwarts significaba para él. No había tenido la intención de profundizar en eso en absoluto. Habían estado hablando casualmente sobre el octavo año, y Harry dijo que lo esperaba con ansias. Malfoy aprovechó eso.

 

   —¿Qué es lo que ansias más?

 

Eso era algo más: las preguntas de Malfoy a menudo hacían que Harry pensara positivamente. Preguntaba cosas como «¿Qué es lo que más te gusta del verano?» O «¿Alguna vez tuviste una gran Navidad?»

 

   —No lo sé —respondió Harry ahora— Sera agradable. Siempre me he sentido ahí como estar en un hogar.

 

Malfoy lo miró como si acabara de decir algo muy interesante.

 

   —¿Qué quieres decir? —preguntó.

 

Y así lo explicó Harry. No había previsto que la respuesta sería tan larga. Pero a Malfoy no parecía importarle: de hecho, cada vez que Harry pensaba que seguramente lo había aburrido hasta las lágrimas hacía otra pregunta.

 

Malfoy nunca parecía cansarse de que Harry hablara. Harry sabía que Ron y Hermione estarían horrorizados de escucharlo tener estas conversaciones, no con ellos, sino con Draco Malfoy, y tal vez tenían razón. Pero habían estado tan cerca de todo. Draco sabía lo suficiente para saber qué preguntar, pero no tanto como para saber las respuestas. Le permitió a Harry hablar las cosas con claridad.

 

Pero después de un tiempo, Harry se sintió incómodo con el hecho de que todavía sabía tan poco sobre Malfoy. Le recordó un poco la experiencia de Ginny con el diario de Tom Riddle. Ginny se había entregado a sí misma y no había recibido nada a cambio. Harry respondió las preguntas de Malfoy, pero Malfoy se distanciaba cuando Harry le preguntaba algo.

 

Estaban en la sala de estar. Malfoy estaba releyendo “Perseguidores de Buscadores”. Harry acababa de terminar el octavo libro de la serie y aún no tenía ganas de empezar el siguiente.

 

   —Malfoy —dijo.

 

   —Mhm —dijo Malfoy, sin levantar la vista de su libro.

 

   —¿Quién era tu mejor amigo en Slytherin?

 

Malfoy giró la cabeza lentamente para mirarlo.

 

   —¿Mi mejor amigo?

 

   —Sí. Quiero decir siempre asumí que era una especie de Crabbe y Goyle por igual. Pero claro, tú y Pansy Parkinson también eran amigos, ¿Verdad? ¿Con quién eras más cercano?

 

Malfoy lo miró finalmente durante mucho tiempo antes de responder.

 

   —Cambio —dijo, lo que no era una respuesta en absoluto.

 

   —¿Cómo cambió?

 

Malfoy se encogió de hombros.

 

   —¿Echas de menos a Crabbe y Goyle? —preguntó Harry imprudentemente.

 

Malfoy parecía estar calculando cuál sería la mejor respuesta. Aparentemente, no pudo llegar a una conclusión.

 

   —Dejé algo en la otra habitación —dijo y se fue.

 

Bueno, no era sorprendente que Malfoy no quisiera hablar de nada que tuviera que ver con la guerra. Especialmente no con Harry. Harry decidió intentar con algo más fácil.

 

A la mañana siguiente, Harry se sentó en el mostrador mientras Malfoy horneaba. Las manos de Malfoy eran rápidas y hábiles. Se las arregló para hacer que sus túnicas gastadas y de segunda mano se vieran elegantes, porque era muy elegante.

 

Le entregó a Harry una cuchara de madera cubierta con una espesa crema batida.

 

A veces, Harry se sorprendía a sí mismo preguntándose si así sería salir con Draco. Luego se recordó a sí mismo las cosas horribles que Malfoy había hecho y el espejismo terminó.

 

   —¿Cuál es tu color favorito? —preguntó Harry.

 

Malfoy estaba de espaldas a él, pero Harry aún podía verlo tenso.

 

   —¿Tenemos seis, Potter?

 

   —¿Es el verde?

 

   —No. ¿Cuál es tu color favorito?

 

   —Me gusta bastante el verde, en realidad.

 

   —¿En verdad? ¿Por qué verde?

 

Pero Harry no estaba cayendo en eso.

 

   —Vamos, te dije el mío, ¿Cuál es el tuyo?

 

   —¿Mi qué?

 

   —Color favorito.

 

   —Vaya.

 

Malfoy le entregó el pastel terminado. Se veía increíble.

 

   —Espero que te guste el caramelo —dijo— ¿Puedes ponerlo en estasis y lanzar un hechizo refrescante? Necesita reposar durante dos horas.

 

Harry lanzó los hechizos.

 

   —No sé por qué le estás dando tanta importancia a tu color favorito, Malfoy —dijo— Honestamente, actúas como si estuvieras escondiendo secretos de estado. Es muy dramático.

 

   —Azul —dijo Malfoy rápidamente— No estoy tratando de ser dramático.

 

   —¿Qué tipo de azul? —preguntó Harry, porque estaba decidido a descifrar a Malfoy incluso si tenía que hacerlo a través de preguntas tontas para romper el hielo.

 

   —Pálido. Cierto, será mejor que solo… —Malfoy no terminó su oración. Simplemente huyó.

 


 

   —Empezó a preguntar sobre mi —dijo Draco.

 

   —Lo estás haciendo muy bien, mi dulce niño —dijo su madre.

 

   —Yo no… es extraño, ¿No? ¿Nunca hablar de mí?

 

   —Hablas de ti todo el tiempo, Draco.

 

Draco se paseaba por su dormitorio.

 

   —¿Yo? —preguntó, vagamente. Sabía que eso solía ser cierto, cuando era más joven. Pero luego tomó la Marca, y su vida se volvió tan complicada y miserable que hablar de eso perdió su encanto.

 

Debería haber respondido a Potter cuando le preguntó sobre su maldito color favorito. Se había puesto en ridículo, evadiéndolo así. Solo era una pregunta tan inofensiva. No había manera de que la respuesta pusiera ser interesante. «Aunque era interesante que Potter hubiera dicho verde». Draco realmente quería preguntar más sobre eso. Lo había desconcertado, eso es todo, tal como lo había desconcertado cuando Potter le preguntó si extrañaba a Crabbe y Goyle. Draco había analizado las opciones.

 

  1. Sí, los extrañaba a los dos: «Imposible, intentaron matar a Harry, eso haría que odiara a Draco».
  2. No, no los extraño: «Imposible, lo haría sonar tan insensible, daría lugar a más preguntas, luego se haría evidente que Draco había mentido».
  3. Al final no éramos tan cercanos: «Imposible, Potter preguntaría con quién había sido cercano, y Draco tendría que explicarle que no lo había sido con nadie».
  4. No puedo extrañarlos porque estoy demasiado enojado: «Imposible, Potter preguntaría sobre qué, y Draco no podría explicarlo».
  5. No pienso en ellos: «Imposible, insensible, cruel…»

 

   —Draco —dijo su madre. Dejó de pasearse— No querrás hablar con él ¿Verdad?

 

   —YO…

 

A veces se sentía como si Harry… olvidara quién era Draco. A veces, Harry actuaba como si fueran amigos.

 

Además, estaría mintiendo si dijera que algunos de sus sentimientos de quinto año hacia Potter habían vuelto. Potter era más fuerte y sexy de lo que nunca había sido en la escuela, y conocerlo mejor solo estaba intensificando su atractivo.

 

   —Mi niño —dijo su madre, inclinando la cabeza, con los ojos muy abiertos por el dolor— ¿De verdad crees que le gustarás si llega a conocerte mejor?

 

Draco apoyo los antebrazos contra la pared y hundió la cabeza en ellos. Su madre no diría eso. Ella no lo haría ¿Podría ella? Ella acaba de hacerlo. Quién sabía si era magia o locura. No importaba. Ella tenía razón.

 

   —¿Me amas? —le preguntó a ella.

 

   —Mucho —dijo su madre— ¿Ya sientes remordimiento, Draco?

 

   —No.

 

   —¿Ni porque le rompiste la nariz? ¿Te burlaste de él por no tener padres? ¿Dejaste a los mortífagos entrar en el lugar que él considera su hogar?

 

Su madre le permitió tomar la Marca, pero él había sido horrible antes de eso. ¿Estaba lastimando a su familia? ¿Y qué se suponía que debía hacer? Marchar hacía Harry y decirle: «Escucha, mi vida depende de tu buena opinión de mí. Ah, por cierto, ¿Todas esas razones por las que me odias? ¡Lo siento por ellas, he cambiado, honestamente!»

 

Él no había cambiado, de todos modos. Dejaría que los mortífagos entraran a Hogwarts de nuevo. Se giro hacia su madre. Su cabello brillaba como plata pulida mientras lo miraba. Él tuvo que dejarlos entrar a Hogwarts, porque a diferencia de Potter, él había tenido un hogar y no podía permitir que una pequeña cosa como la moralidad se interpusiera en el camino para protegerlo.

 

Harry había dejado que ocurriera la Batalla de Hogwarts. Había dejado que la gente que amaba muriera por él. Había hecho lo que Draco no pudo: Sacrificar su hogar por lo que era correcto.

 

   —No puedo sentir remordimiento —dijo Draco.

 

   —Nadie te amará si no lo tienes —dijo su madre.

 

   —Lo sé —dijo Draco.

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