
Pétalos Caídos
La Chica del Cabello Pelirrojo Capitulo
2: Pétalos Caídos
Sintió una oleada de frío abrazándolo y su cuerpo entrado en un temblor convulsivo.
Después de tantas cosas. Después de ser secuestrada por el recuerdo dueño de un basilisco y una adolescencia atropellada por una guerra, Ginny no podía morir en algo tan común como un accidente de avión.
Ella se llevaría la parte rota de él que aún quedaba, y aunque no se hubiera atrevido nunca a decírselo, ella era su única esperanza.
- ¡Aspecto patronum! – murmuró moviendo la varita y sorprendiéndose con el sonido de su propia voz – disculpa la hora Percy, pero necesito que le preguntes a Audrey por la lista de pasajeros del avión y revísala, es importante
El ciervo corrió hasta desvanecerse en la oscuridad de la noche dejando a su dueño sin saber qué hacer.
- ¡Accio teléfono celular! - ¿Cómo no se le había ocurrido el bendito hechizo convocador antes? El móvil fue directo a su mano.
Tres llamadas perdidas y un mensaje de voz: Ginny.
Presionó el botón de llamada y esperó, pero fue directo a la contestadora, colgó con una maldición y buscó el mensaje de voz
- ¡Por Merlín Harry! ¿Se puede saber dónde estás? – dijo la voz de Ginny en un tono falso regañón - ¡se supone que nunca haces nada en sábado! Llámame Harry por favor, estoy esperando que salga el vuelo y espero por tu bien que cuando encienda el celular tenga un mensaje tuyo ¡me estoy convirtiendo en la latosa hermana menor de tu mejor amigo! – finalizo con una risita.
- ¡Tienes que estar jodiendo! – exclamó lanzando el teléfono contra la cama y corriendo a recuperarlo cuando este sonó
- ¿Harry?
- Hola Percy – murmuró sin poder ocultar la decepción en el tono de su voz
- Yo… Harry… Ginny está en la lista, Harry ¿Por qué Ginny está en la lista? – el teléfono se deslizó de su mano hasta estrellarse en el piso, el pelinegro estaba estático, quieto con la mirada fija en el vacío, el nudo que tenía en el pecho haciéndose más estrecho y doloroso.
Búscame Harry, ¡Vamos!
Siguiendo un impulso desapareció.
1.
En aquella montaña hace un frío que cala hasta los huesos, eran alrededor de las 12:30 de la madrugada, pero la actividad no cesaba, lo que antes había sido un majestuoso avión ahora era una pelota de metal llena de barro y nieve, el espacio despejado de los árboles que la aeronave había arrancado de raíz dejaba ver el cielo oscuro que seguía amenazando con una tormenta.
Las voces y gritos de policías y paramédicos se mezclaban con las sirenas de las unidades que habían podido llegar hasta allí, las luces de linternas se movían de un lado a otro buscando las víctimas del aparatoso accidente, sin embargo, algo en lo más profundo de su ser le dijo que Ginny aún seguía por allí en alguna parte. Harry se hundió más en su abrigo tratando de despejar su mente para pensar con claridad iluminando la nieve blanca con la punta encendida de su varita.
Ginny no estaba muerta, se negaba a considerarlo, pero tenía que aceptar que estaba herida,
- ¡A la mierda! ¡Especto Patronum! – el ciervo plateado apareció frente al brillante iluminando levemente a su alrededor - ¡Ron, trae tu trasero aquí! – el patronus no se fue de inmediato, sino que avanzó lentamente. Harry un poco perturbado siguió al animal que lo guiaba en la oscuridad con la cabeza en alto caminando imponente sobre la arenilla plateada que lo envolvía dando un aspecto místico, poco a poco fue dejando atrás el caos del rescate adentrándose entre los árboles, su respiración se hacía agitada en momentos sintiéndose cada vez más cansado y débil por el gasto de energía y magia que el patronus representaba, con un movimiento de varita hizo que el ciervo giraba a mirarlo – busca a Ron y tráelo aquí – murmuró con el vaho ocasionado por el frío saliendo de su boca, el animal pareció asentir mientras se evaporaba.
Ginny tenía que estar cerca en algún lugar entre los árboles, camino con cuidado entre la nieve suelta, pero eso no fue suficiente un paso en falso y cayó al suelo, su cabeza se golpeó sobre una roca haciéndole perder el conocimiento.
"… La chica del cabello pelirrojo estaba allí en aquel lugar tan oscuro que reconoció sin problemas. La cámara de los secretos. Ella estaba de espaldas al frente al enorme esqueleto de basilisco. Tenía un sencillo vestido blanco que llegaba a sus rodillas, sus pies estaban descalzos y los envolvía el silencio. Se acercó con cuidado tratando de no hacer ruido, pero ella al parecer no estaba interesada en huir esta vez, acarició su hombro contando cada una de las pecas que lo invadían e inhalando el delicioso aroma floral que emanaba de su cabello.
- Me encontraste una vez Harry ¿Lo recuerdas? Justo en este lugar- dijo ella sin hacer ningún movimiento, con el rostro hacia el frente sin que él pudiera verle - ¿Lo harás otra vez? ¿Me encontraras? - giró con rapidez, su cabello ondeó como una llamadada antes de que sus labios dulces rozaran castamente los de él.
Harry abrió los ojos con rapidez obteniendo solo el destello de unos hermosos ojos color chocolate antes de que todo se oscureciera, pero aun así escuchó su voz, como un eco lejano
- Búscame amor…”
La sangre recorría lentamente su sien y mejilla antes de perderse en el abrigo, pero no le dio importancia ni siquiera al dolor que aquejaba su cabeza. La chica del cabello pelirrojo aún seguía en sus pensamientos mientras se incorporaba, las pecas que había admirado de lejos durante tantos años, el aroma a flores que prefería a cualquier cosa, la voz suave y la risa cantarina, el hermoso cabello fuego y esos brillantes ojos achocolatados solo podían pertenecer a una persona.
Era tan obvio que no entendía como no se había dado cuenta antes.
- ¡Lumus! – susurró y el punto de luz iluminó levemente la densa oscuridad que lo envolvía, caminó durante mucho tiempo y en muchas direcciones, cerca y lejos del accidente hasta por fin encontrar algo:un pedazo de tela color marrón enredada en una maraña de ramas secas y la mancha de una mano de sangre en un árbol cercano - ¡Ginny! – exclamó echando a correr en esa dirección, entonces la encontró tendida en el suelo e inconsciente, el cabello pelirrojo esparcido en la nieve parecía miles de pétalos caídos de rosas rojas, sus labios blancos y su piel aún más pálida hacia resaltar la sangre seca que había en su rostro y ropa.
Se arrodillo a su lado colocando su mano en la frente de la chica que estaba helada, sin pensarlo dos veces se quitó su propio abrigo y con cuidado la envolvió en el abriendo también su camisa y haciendo lo mismo con el abrigo y la blusa de ella, en otro momento estaría entrando en un ataque nervioso al ver su sujetador marrón pero ahora su único pensamiento era salvarle la vida, él la atrajo hacía su cuerpo en un abrazo para transmitirle su calor. No podian aparecerse con Ginny en ese estado, la lastimaria mas.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que era mucho hasta que él también cayo inconsciente, con el ultimo pensamiento de que su amigo lo encontraría.