Inmortal She [H.P] [HoTD]

House of the Dragon (TV) Harry Potter - J. K. Rowling
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Inmortal She [H.P] [HoTD]
Summary
En el año 129 D.C la princesa Lucenys Velaryon moría en Dragonstone con catorce años. La versión que el reino conoció fue que el Extraño la reclamo luego de luchar contra una terrible fiebre provocada por la mordedura de una serpiente. La verdadera razón, la princesa había acabado con su vida luego de que al hombre que le entrego su corazón le pusiera un bastardo en el vientre y se negara a casarse con ella.El 1 de agosto de 1980, en el mundo mágico nacía la heredera Lucenys Adhara Black, bruja sangre pura de la Noble y Ancestral Casa de los Black.
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Capitulo 3

Lucenys maldecía a Merlín, a Morgana y a cualquier figura mágica. Menos a la Madre Magia, jamas podría decir ningún insulto a ella.

Lucenys sintió un cosquilleo en su mente. La sensación de alguien queriendo entrar en su mente. Ella giró su cabeza hacia la mujer de rojo apuntando su varita.

—¡¿Con qué derecho te atreves a hacer Legeremancia?! — Lucenys avanzó hacia la mujer de rojo.

—Es inaudito conocer a magos de mi mundo — contestó la bruja, para luego inclinar su cabeza en forma de respeto — Lamento esta falta de cortesía, Heredera Black.

—¿Eres de nuestro mundo? ¿Cual es tu familia? — preguntó Harry con cautela y tacto.

“Es una sangre sucia o no” pensó Lucenys.

—Mi nombre es Proserpina Gaunt— la bruja miró a ambos. Harry y ella se miraron mutuamente y en sus miradas pensaron en una cosa : “Demonios, una Gaunt”

—¿No es nuestra Lucenys? — preguntó un hombre de aspecto imponente. Con la piel oscura y rastras plateadas

—El alma es la misma, pero ella….— trató de explicar la Gaunt.

—Su Lucenys murió el día en que abrió las muñecas en esa bañera hasta desangrarse— contestó Lucenys. La mujer de lindo cabello plateado y ojos violetas empezó a sollozar, recogiendo sus faldas salió del salón hecha un mar de lágrimas.

El hombre de aspecto rudo a quien Lucenys mordió la mano fue tras de ella llamándola: “Rhaenyra espera”

Lucenys miró el lugar. en lo alto había una especie de trono hecho con muchas espadas, el aroma a magia de dragón.

—Ella murió de fiebre — dijo un chico de cabello castaño. Alto y con la mirada seria.

—¿Enserio? — Lucenys le sonrió cruelmente — Porque algo interesante de las que tenemos un alma es que solo nos permitimos recordar los últimos momentos de vida.

—Cállate— le advirtió el chico

—Su pobre Lucenys sollozando mientras la sangre salía de sus muñecas.

—Cállate— siguió advirtiéndole.

—Sintiéndose una mancha en su familia. — continuó diciendo Lucenys — Ella era una chica estúpida. Un par de palabras y creyó en el amor eterno. Y un imbécil le puso un bebé.

Lucenys miró a su alrededor. La mujer de vestido verde parecía a punto de llorar. El señor de piel oscura bajo la mirada con una expresión de dolor al igual que el hombre de aspecto miserable.

Las chicas de piel oscura y plateado tenían la mirada baja, al igual que muchos, excepto por el chico del parche que amenazó a Harry. Él la veía intensamente Lucenys trató de deslizarse por su mente, pero sorprendente mente el chico tenía escudos mentales resistentes.

—Lucy — dijo Harry tomándola de la mano y todo el caos dentro de la mente de Lucenys se dispersó ante el tacto de Harry, incluso llevando sus recatados guantes grises escolares, el solo toque de su prometido la estabilizó.

Lucenys lo miró. Sus anteojos estaban con un cristal roto y la montura torcida. Lucenys alzó su varita y con un hechizo no verbal los dejó como nuevos.

—¿Cómo hiciste eso? — preguntó el mismo chico que la estaba mandando a callar.

—Soy una bruja. — se llevó una mano encima de su pecho, justo donde estaba el escudo de Slytherin — Él es un mago. Y ella también es una bruja de nuestro mundo — señaló a Proserpina Gaunt — ¿Aún no se como una Gaunt llegó a este mundo?

—Una larga historia — contestó la bruja Gaunt.

—¿Bueno, nos vas a devolver o qué? — preguntó Lucenys — Estábamos en media fogata de Samhain hasta que nos arrastraron aquí.

—Bueno… no se como volverlos a la Gran Bretaña mágica — contestó Gaunt— Sólo conozco conjuros de invocación.

—Además se le pagó para que te trajeran de vuelta — dijo el chico del parche — Tú eres una princesa y perteneces a Westeros.

—¿Con qué autoridad vienes a decir eso? — Harry se mostró molesto colocándose frente a Lucenys — Le estás hablando a una bruja sangre pura, una de las sagradas veintiocho.

—Soy un príncipe y ella es una princesa — contestó el muchacho.

—Aemond— le advirtió una chica de cabello rubio, ondulado y peinado en una corona de trenzas, tenía un aura soñadora.

—Mi príncipe, es mejor no hacerla enojar — dijo Gaunt — Todos los Black son conocidos en el Mundo Mágico por ser crueles, sanguinarios y locos.

—De locos es exagerar, no somos todos — corrigió Lucenys— Y lo sanguinarios es un rumor que viene desde la caza de niños mágicos. Es verdad, torturaron unos cuantos muggles hace miles de años, pero fue para salvar a niños pequeños.

Lucenys miró a los demás, rápidamente notó que la mujer de vestido verde tenía su bolso escolar en sus manos, con un Accio no verbal, el bolso regresó a sus manos. Parecía ser una mujer de alto rango por la corona y su vestido exquisitamente hermoso.

Le gustaba ese tono de verde.

La mujer se sobresaltó ante la mesa de magia. Lucenys rápidamente miro que todo estaba intacto. Sus libros, la revista de Corazón de Bruja, su walkman, la cajita musical encantada con la había estado practicando ballet en la tarde en el salón de Menesteres

El espejo doble.

Lucenys dejó caer su bolso sosteniendo el espejo.

—Puedo comunicarme con mi padre — sonrió Lucenys a Harry — Sirius.

El espejo empezó a nublarse y enseguida mostró el rostro preocupado de su padre. Parecía ojeroso y despeinado.

—¡Cachorra! — dijo su padre. Harry se colocó a su lado — ¡Mini Cornamenta! ¡¿Dónde están?! Llevan dos días desaparecidos.

—¿Dos? Solo llevamos ni una hora aquí— contestó Lucenys a su padre

—No importa. ¿Dónde estás?

Lucenys miró de nuevo a los demás, asombrados de poder escuchar la voz de Canuto.

—Viaje entre mundos. Por magia de sangre — contestó Harry.

—¡¿Quién fue?! ¡¿Quién fue que secuestró a mi cachorra y ahijado?! — gritó fuertemente.

—Una bruja de nuestro mundo que se establece aquí— contestó Harry — Lo siento. Estamos confundidos. Como se llama este país, porque por la carga mágica sabemos que es otro mundo.

—Westeros — contestó el hombre de aspecto miserable que le falta un brazo.

—Escúcheme. Lucy, Harry — pidió papá— Díganle a esa bruja que busque la forma de devolverlos. Nos atrincheramos en Black Manor para estudiar los textos de viajes entre mundo y magia de sangre. El santuario único ha de funcionar.

—Papi— dijo Lucenys para luego decir en Italiano— Ho paura. Ho bisogno di te (Tengo miedo. Te necesito)

—No te preocupes, la mia stella (mi estrella) — contestó papá.— Buscaré la forma de traerlos de vuelta. Harry, cuida a mi hija.

El espejo se apagó y Lucenys miró a los extraños.

—Estamos varados — dijo Lucenys suspirando, le picaba la cabeza a punto de darle una migraña — Y no sabemos por cuánto tiempo.

—Son bienvenidos en la corte — dijo el hombre de un brazo — Están bajo la hospitalidad de la familia Targaryen y serán tratados con la cortesía correspondiente.

—¿Son reyes, verdad? — preguntó Harry.

—Así es. La familia Targaryen — contestó el hombre — Soy Viserys I Targaryen. Rey de Westeros.

Lucenys guardó su varita en su bolsillo, y haciendo gala de sus buenos modales enseñados por su abuela, juntó las manos colocándolas frente a ella e inclinó su cabeza. Harry a su lado también se reverencio ante el rey.

—Agradecemos su gentileza, majestad — dijo Harry — Yo Lord Harry Potter. Jefe de la casa noble Casa de los Potter estaré agradecido por su amabilidad de aceptarnos en su palacio a mi prometida y a mi. A pesar de que esta situación es incómoda y algo confusa.

—Es una persona generosa, su majestad— agregó Lucenys. El rey la veía con una expresión de cariño que le dolía a Lucenys.

Él pensaba en su nieta que murió, pero ella no era esa Lucenys.

La que parecía ser la reina se acercó a ella y le sonrió levemente.

—¿Por qué no te llevamos a que te cambies a algo más cómodo? — veía de manera juzgadora su uniforme. — Puedo llamar a criadas de confianza para que te sirva. Ambos deben estar cansados.

No la culpa, la moda aquí era muy modesta y algo mojigata viendo bien a la mujer. Así que siendo educada sonrió a la reina.

—Es muy amable, mi reina— dijo Lucenys — Ha sido momentos para estresantes. Y mi prometido y yo estamos agotados.

—Quisiéramos charlar con la señorita Gaunt después. Tenemos muchas cosas de que hablar — finalizó Harry mirando a Proserpina Gaunt.

Lucenys y Harry se miraron.

Estaba en un mundo desconocido solo con sus varitas y el contenido del bolso de Lucenys.

Debían ser pacientes hasta encontrar un modo de regresar a casa y a sus vidas.

Y Lucenys esperaban no caer en la Locura Black en el proceso. 

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