
Rubatosis
Rubatosis,
La inquietante conciencia de sentir nuestro propio latido del corazón.
Se levantó más tarde de lo habitual, no había conseguido dormir bien esa noche, no fueron sus pesadillas, no, directamente no podía conciliar el sueño, por más que rodase en su cama no lograba encontrar la posición correcta y cuando por fin se encontraba algo adormilado los acontecimientos del día volvían a él como si de una película se tratase, era horrible, al menos pudo reflexionar sobre ello, claro, no tenía nada mejor que hacer de todos modos.
Tenía que admitir que ya no estaba tan enfadado, al menos no con las palabras de Potter, el problema era su orgullo, eso sí estaba herido, no estaba acostumbrado a que le leyeran tan bien, siempre fue bueno ocultando sus motivos ocultos desde que era un niño, le habían criado especialmente para eso.
Con un suspiro revisó la hora una vez más, ya debería levantarse, pero su cuerpo le rogaba que no se levantarse, aunque no pudiese dormir, resignado y decidido se levantó como pudo y fue al baño a lavarse la cara, ahí vio su rostro demacrado, tenía más ojeras que lo habitual y parecía estar muerto en vida, soltando una maldición por lo bajo se peinó para estar un poco decente, puede que esté en la mierda, pero no por eso debe perecer que lo está.
Cuando terminó de arreglarse fue a la cocina y abrió las cortinas, estaba lloviendo bastante, se frotó los ojos y se molestó consigo mismo, estaba tan cansado que ni siquiera escuchó como llovía.
Resignado se preparó un café, necesitaba recuperarse lo más pronto posible.
Con café en mano salió de su casa y bajó sus escaleras hacia la tienda, ya era tarde y, aunque no viniese mucha gente a estas horas, le gustaba ser puntual, le demostraba a si mismo que era capaz de hacer las cosas bien.
Encendió las luces de la tienda con un movimiento de su mano mientras tomaba un sorbo del café y arrugó su cara, estaba amargo, odiaba lo amargo, siempre fue una persona más de dulces.
Quizás fue su reciente desagrado por el sabor, o quizás fue que aún estaba cansado que no notó la sombra detrás de la puerta de la tienda cuando giró el pequeño letrero donde ponía "Open", fue solo después de girarse que sintió que algo no andaba bien, miró a la puerta una vez más y fue en ese momento en que se percató de la gran figura que había.
-Pero qué...-aun sin estar en sus cinco sentidos abrió la puerta pensando que esa era la mejor opción.
Fue algo estúpido de su parte, no sabía quién era y porque estaba en su puerta bajo la lluvia sin hacer nada, podría ser cualquier tipo de criminal y él no lo sabría.
Pero quien estaba ahí no era cualquier persona, aunque en cierto modo si podría considerarse un criminal.
- ¿Potter? - se preguntó más a si mismo, todavía tenía sueño y no confiaba al cien por cien en su propia mente, ya tuvo visiones del niño que vivió como producto de su imaginación, aunque nunca sus ilusiones estuvieron tan cerca de él
El posible Potter imaginario levantó su mano y la movió un poco a modo de saludo.
Draco se le quedó viendo aun manteniendo una mano en la puerta, algunas gotas le estaban salpicando y entrando a la tienda, pero ese era el menor de sus problemas, ahora mismo tenía que descifrar que estaba pasando en realidad y la cafeína aún no hacía efecto.
Harry imaginario Potter carraspeó un poco su garganta y miró hacia el cielo lleno de nubes tormentosas, en ese momento su modo anfitrión salió a la luz tomando cargo de él y abriendo la puerta para que pasase, viejas costumbres.
El posible producto de su imaginación pasó y se quedó a un lado no muy lejos del propio Draco, tenía la mirada baja y se aferraba a una gabardina vieja
-Vaya, hace más frío de lo que pensé -comentó en voz baja mientras pasaba una mano por sus mechones mojados.
Fue en ese momento, en el que escuchó su voz, que se dio cuenta que no era tan imaginario como pensaba.
-Qué...-las palabras no le salían-tu...-miró de Potter a la puerta y viceversa asimilando que es lo que estaba pasando-tu... ¡Tu! -cerró la puerta de un portazo- ¿se puede saber qué haces aquí? ¿a estas horas? Y encima empapado, ¡estás manchando el suelo! – medio gritó todo son dejar tiempo a responder.
-En realidad te estaba esperando para...-intentó explicar, pero le interrumpieron.
- ¿Esperándome? ¿bajo la luvia? Espera un momento, ¿Cuánto tiempo llevas ahí? -preguntó algo escandalizado- ¿Has estado por horas ahí como un puto acosador? -se alteró mientras decía lo último.
-No, claro que no...-miró a otro lado.
-No puede ser, por Merlín, pensé que lo de sexto fue una etapa, pero ya veo que no, solo era una faceta más de ti
-Eso no es...-intentó excusarse
-Oh, quien pudiera verlo, tu, el gran Harry Potter, es un acosador, el salvador del mundo mágico, el elegido...-un ruido le interrumpió
¿Eso fue un gruñido?
Draco se quedó inmóvil sin saber que acababa de pasar, confundido miró al otro hombre junto a él.
Potter le miraba intensamente con el ceño fruncido y respirando de manera irregular, parecía estar intentando calmarse.
-No...-su voz salió grave, inhaló y exhaló-no vuelvas a llamarme así, lo odio-su voz ya era normal
Pero Draco seguía pensando en otra cosa
- ¿Qué fue...? -no le dejaron seguir
-He venido a disculparme como es debido-ignoró lo que iba a decir el otro-no lo dije del modo en qué debí haberlo dicho, tampoco debí suponer nada de ti, lo siento por ello
Draco lo miró atentamente, ya no parecía enfadado, su disculpa parecía genuina, aunque eso le dejó más dudas.
-Pero, quiero que sepas que, si lo que dije fue cierto-vio con cuidado como Draco se puso tenso-pienso que es algo muy honrable de tu parte, no cualquiera haría lo mismo.
-Estás muy equivocado si piensas que me importa lo más mínimo lo que piensas de mi-respondió cortante y mordaz.
-Lo sé-sonrió un poco-solo pensé que merecías saber, nada más
Intentó buscar algún rastro de burla, pero al no encontrar nada se calmó un poco
-Si eso es todo-con semblante serio, señaló con su mano la puerta dando como finalizado el encuentro
-En realidad...
Draco suspiró exasperado
- ¿Se puede saber que más quieres? Ya no hay nada más que discutir-dijo algo irritado
Era demasiado temprano para todo esto
-Solo pensé que, ya que hemos solucionado nuestros asuntos-parecía estar tanteando el terreno, moviendo sus manos como si estuviera dando un discurso, Draco solo levantó una ceja mientras esperaba-podría comprar lo que te pedí ayer, ya sabes, realmente lo necesito.
-Por Merlín-se masajeó el puente de la nariz-bien, sígueme-giró y caminó hacia el mostrador-y sécate, no quiero tener que limpiar todo después
Siguió caminando hasta que recordó que Potter no tenía varita.
-Mierda-maldijo por lo bajo mientras tomaba su propia varita-espera...-se giró para lanzarle el mismo el hechizo, pero lo encontró totalmente seco-pensé que...-le miró de arriba abajo confundido, el charco de antes tampoco estaba
-Parece que aún recuerdo algún que otro hechizo-respondía la duda de Draco mientras se encogía de hombros y su rostro era adornado con una sonrisa de suficiencia
Draco permaneció en silencio por un rato mientras le miraba, se negaba a admitir que le había impresionado, solo un poco.
-Ya veo-respondió sin ningún atisbo de emoción, giró y fue a su mostrador-espera aquí-entró a su taller sin comprobar si Potter le hacía caso.
Ahí dentro tomó dos frascos, luego salió y a una de las estanterías pasando junto a Potter, al igual que la ultima vez pudo sentir la mirada de este clavada en su nuca.
Tomó lo último que necesitaba y volvió al mostrador, ahí dejo todo.
-Pasta para quemaduras, limpia-heridas y doxycida-dijo cada nombre señalando su frasco correspondiente-espero que el nombre esté lo suficientemente grande escrito para alguien con tu condición-intentó burlarse, pero no pareció afectar a Potter.
-Tienes buena memoria-murmuró viendo cada poción-y ya no necesito gafas, no desde hace tiempo.
- ¿Vaya? ¿Al fin decidiste tratar tus problemas de visión? Ya me extrañaba no verte con esas gafas -deseó haber sonado menos curioso.
-Podría decirse que sí, algo como eso-eso confundió a Draco- ¿Por qué preguntas? ¿te gustaba como me quedaban las gafas? -bromeó mientras revisaba y tomaba entre sus manos uno de los botes.
-Era algo característico de ti, sin duda, se las echará en falta-no pensó mucho en su respuesta, grave error.
Potter levanto su cabeza, de manera un poco brusca, hacia él y le miró directamente a los ojos.
Por un pequeño momento Draco se congeló por la intensidad de esa mirada, sintió a su propio corazón detenerse por un momento, solo podía ver esos dos círculos de un verde intenso, hasta que reaccionó.
-No lo decía en ese sentido, jamás diría algo para aumentar tu ego- se defendió con demasiada urgencia, por su propio bien decidió ignorar el leve calor que sentía en su cara.
-No tengo un gran ego-levantó un poco la comisura de sus labios, había algo en su mirada que no pudo descifrar a tiempo antes de que la bajase de nuevo a uno de los frascos-no la recordaba de este color-señaló una de las tres.
Internamente Draco agradeció el cambio de tema y miró la poción en cuestión.
-Es porque es mi propia receta de doxycida-explicó tomando el frasco y poniéndolo cerca de una vela para ver como la luz lo traspasaba-solo tiene algunos cambios a la que comúnmente se hace, como por ejemplo algún que otro nuevo ingrediente para incrementar su efectividad, pero sin subir su precio más de lo debido al ser solo unas cuantas hierbas, sin embargo para esta en específico lo más importante es su preparación, dándole un mayor tiempo de ebullición tras cada ingrediente y alternando los movimientos de varita, y, aunque es cierto que con todo eso la probabilidad de fallo es mayor, no me parece que su procedimiento sea tan complicado como para no cambiar la receta, siempre y cuando hagas cada paso al pie de la letra-dejó el frasco en la mesa-además, no es toxico para las niños pequeños, a no ser que se use de manera exagerada, obviamente-levantó su mirada y se encontró a Potter mirándolo atentamente, con la boca ligeramente abierta, luego se dio cuenta de la pequeña charla que acababa de dar y se sintió algo avergonzado, se aclaró la garganta-en fin, lo importante es que su funcionamiento y efectividad es el mismo y...
- ¿De verdad hiciste todo eso? -le interrumpió aun con la misma mirada
-Bueno, sí, casi todas las opciones de la tienda son mis propias recetas-respondió algo incomodo bajo esa mirada, no sabía lo que significaba, pero no estaba acostumbrado a ella.
- ¿Todas? -dijo más alto de lo normal abriendo un poco más los ojos.
-Casi todas-recalcó el casi-sigo trabajando en algunas.
-Vaya-murmuró por lo bajo volviendo a mirar las pociones, aun con la misma expresión.
Luego no dijo nada más por un rato, lo cual estresó a Draco, no sabía lo que eso podía significar.
- ¿Qué, acaso ya no las quieres o algo? -soltó a la defensiva sin pensarlo mucho.
Potter le vio bruscamente
- ¿Qué? No-miró a las pociones y a el de nuevo-no, no para nada-se apresuró a decir- solo estoy asombrado, sabía que se te daban bien las pociones pero no imaginé que tanto, es impresionante
Sus palabras parecían...sinceras.
-Bueno, supongo que para alguien como tu es algo impresionante, pero...-por tercera vez en el día no pudo acabar su frase.
-No, da igual que sea yo, lo que haces es impresionante-dijo con decisión- vamos, antes aceptabas toda clase de cumplidos, deja que uno sea mío.
Eso calló a Draco por completo, no sabía que decir, tampoco cómo reaccionar.
-Pues, gracias-dijo lo único que se le ocurrió después de esos segundos de silencio.
-De nada-contestó con una pequeña sonrisa de victoria, eso molestó a Draco y le recordó con quien estaba hablando- ¿Cuánto será? -señaló los frascos
-Diez galeones-contestó volviendo a su tono frío e indiferente
Potter metió una mano en el bolsillo de su gabardina y sacó el dinero, lo contó y luego extendió su mano en forma de puño en frente de Draco, igual que la última vez.
Draco miró su puño por unos segundos, al ver que no los soltaría volvió su mirada a Potter, y ahí lo vio, podía distinguir el desafío en esos ojos verdes, ese mismo sentimiento que vio cientos de veces antes en esos mismos ojos, se sentía tan familiar verlo de nuevo que no pudo evitar aceptar el reto silencioso y colocó su palma abierta debajo del puño del contrario, sin apartar ni un segundo la mirada de la del contrario mientras levantaba un poco la barbilla.
Potter bajó su puño y dejó en dinero en la mano del más pálido, pero, a diferencia de la última vez, no apartó su mano de inmediato, al contrario, dejó su mano ahí, en contacto con la del rubio sin apartar su vista, como si le estuviera retando a no alejarse.
Draco no lo hizo.
Fue tiempo después que Potter pareció estar satisfecho que levantó su mano, dando la sensación de una suave caricia en el proceso.
-Un placer hacer negocios contigo-dijo con esa estúpida sonrisa para después darse la vuelta e ir hacia la puerta.
Draco miró su mano, contó el dinero y como la última vez notó dos galeones extras
-No necesito tu propina-medio gritó cuando Potter ya estaba abriendo la puerta.
-Lo sé-contestó en voz alta con ese todo y expresión que tanto molestaban a Draco, luego solo salió de la tienda cerrando la puerta tras él.
Observó como el otro hombre se marchaba bajo la lluvia.
Por el resto del día, Draco ignoró la ligera aceleración que sufría su propio corazón.