
Liberosis
Liberosis,
el deseo de que las cosas y situaciones nos importen menos
No podía apartar la mirada de el, aun sin sus características gafas le reconoció fácilmente, ya no era un niño, la grasa de su cara desapareció dejando paso a una mandíbula marcada, sus extremidades largas y torpes se convirtieron en unas fuertes concordando con su altura, había crecido, parecía ser más alto que él, y con todo esto lo que más destacaba era su mirada, ya no estaba enmarcada en ojeras y bolsas como en todas las fotos que sacaban de el en el profeta en sus últimos años en Hogwarts y después de la guerra, habían recuperado su brillo característico, aquel que recordaba de sus primeros años y echó en falta en los siguientes, estaban llenos de vida, determinación y algo más que no podía descifrar, lo único que no había cambiado fue su matojo de pelos.
El niño que solía molestar ya no estaba, ahora era un hombre.
-Ha pasado un tiempo-rompió el silencio que se había formado, su voz era grave, más de lo que recordaba.
-Sí-fue su estúpida respuesta, en ese momento no podía pensar con claridad-No estás muerto.
Parcia esperar esa respuesta, sin cambiar de expresión bajo la mirada y se contempló solo para segundos después levantarla-Parece ser que no
Draco levantó su ceja ante eso, ¿esto era una broma para él?
-Pareces decepcionado-comentó dando unos pasos hacia el mostrador donde estaba des forma despreocupada mirando los alrededores
-Y parece que sigues siendo un idiota-no pudo evitar insultarle, parece ser que las viejas costumbras nunca mueren- ¿Qué haces aquí?
Se detuvo y le miró directamente a los ojos
-¿Eso es todo lo que quieres saber?
-No me interesa saber nada más de ti al menos que me incumba-contestó secamente sin apartar la mirada
Juraría que por un segundo Potter pareció herido, pero se recompuso sin que pudiera estar seguro
-Bueno, ¿no en obvio? -contesto relajado con una pizca de gracia retomando su caminata hacia el mostrador
Se negó a dar un paso atrás cuando apoyó sus manos en el mostrador y recargó su peso en ellos.
-Necesito una poción-dijo sin más
Y él no contestó, se le quedo mirando durante unos segundos
-Una poción-repitió tontamente, y se arrepintió cuando vio un atisbo de sonrisa en el rostro de Potter
-Sí, esto es una tienda de pociones, ¿no? Deberías tener algunas, y parecías estar a punto de atenderme hace unos momentos así que...-sonrió sin acabar la frase, no hacía falta
-¿Cuál necesitas?- jura que intentó no sonar tan cortante, no funcionó
-Una para el resfriado, por favor-no quitó su absurda sonrisa y añadió un tono alegre
En ese momento decidió romper el contacto visual y verle completamente, no parecía enfermo, por el contrario, se veía bastante bien
-No pareces enfermo-se le escaparon las palabras antes de que pudiera pensarlas mejor
-Oh, es que no es para mí-no dijo nada más, solo le siguió mirando
Esperó un poco para ver si seguía hablando, no pasó
- ¿Entonces para quién es? -no pudo evitar preguntar, desaparece de la mira de todo el mundo mágico y ¿ahora viene a comprar una poción que no es para él? ¿alguien más sabía que estaba vivo?
-Vaya, pensé que solo te interesaba lo que tenía que ver contigo-inocentemente pestañeo un par de veces hacia el
Contuvo sus ganas de tirarle cualquier poción que tuviese a manos y ver qué pasaba
-Voy por ella-salió de detrás del mostrado y fue a uno de los primeros estantes
Mientras tomaba un vial y revisaba que atuviese en buen estado, aunque siempre se aseguraba de que todas lo estuviesen, pudo sentir como Potter lo seguía con su mirada.
Con poción en mano se colocó detrás del mostrador de nuevo.
-Serán dos galeones
Vio como metió una mano de su bolsillo y la sacó para luego extenderla hacia el
-Aquí tiene-mantuvo su sonrisa con el puño en alto
No esperaba que lo tomase en mano, ¿verdad?
Tras uso segundo y una mueca de su parte, levantó su mano hacia la del moreno, este depositó el dinero en su mano provocando que se rozasen.
Pudo sentir una pequeña descarga cuando se tocaron, miró sus manos un poco sorprendidos, pero sin dejar que se notase, luego al levantar su mirada de nuevo y encontrarse con los mismos ojos verdes notó como una emoción pasaba por estos.
Intentó descifrar lo que era pero el chico se apartó demasiado rápido dando dos pasos atrás y observándolo de nuevo, pero había algo diferente, ya no le miraba como antes, ¿perecía asustado, sorprendido? No, era algo más, parecía que miraba un peligro que tenía que confrontar, una nueva amenaza que superar de la cual no sabía su existencia y tenía que armar un plan para lograrlo.
Con eso en mente llevo su mano inconscientemente hacía su varita, pero antes de agarrarla se detuvo al ver un nuevo cambio.
Parece que terminó de procesar lo que sea que estaba pensando y se llenó de determinación.
-Fue un placer hacer negocios contigo-lo acompañó con aun asentimiento de reconocimiento solo para darse la vuelta y empezar a caminar hacia la salida-puedes quedarte el cambio-soltó de la nada mientras tomaba el pomo de la puerta.
Draco bajó su mirada hacia su mano donde aún descansaba el dinero que le dejó el otro, cuatro galeones, iba a protestar, pero tan pronto levanto la vista Potter ya no estaba, buscó tras las ventanas, pero ni rastro de él, solo se veía la lluvia.
Y ahí estaba de nuevo, solo él y el sonido de gotas chocando con el cristal, guardo los galeones y entró de nuevo a su taller, aun con una mirada impasible en su rostro, y en la pared más cercana se apoyó y se dejó caer hasta llegar al suelo.
Había intentado mantenerse tranquilo, que ninguna emoción le atravesara, y ahora todas venían de golpe hacia el sin poder detenerlas.
Mil preguntas se empezaron a formar en su cabeza, ¿Potter estaba vivo? ¿alguien más sabe que está vivo? ¿Por qué desapareció así de la nada? ¿Por qué vino a su tienda? ¿Por qué al verle ni si quiera pareció sorprendido? ¿en todo este tiempo aprendió a ocultar tan bien sus reacciones? No, eso no era posible, hace un momento fue fácil de leer, entonces ¿ya sabía que él era el dueño de la tienda? Pero si lo sabía ¿Por qué había decidido venir? ¿no temía que fuera contarle al profeta que? ¿tal vez no pensó que nadie le creería? Era eso, ¿cierto? Nadie creería a un antiguo mortífago, probablemente solo vino aquí a burlarse, quizás su intención era esa, que se comiera la cabeza y se frustrara por no poder demostrar que Potter estaba vivo, pero no iba a darle ese gusto.
Con esa nueva mentalidad se levantó, se sacudió el polvo de su túnica y levantó la mirada, solo para después seguir con su trabajo, no iba a permitir que después de todos estos años que el maldito Harry Potter le estropeara su día, pasó muchos años solo pensando en él, no iba a continuar así.
El único problema es que no era tan fácil.
Lo intentó, jura que lo intentó, pero cuando al fin pensaba que lo había dejado de lado ahí volvían, esos pensamientos intrusivos que no le dejaban por más de diez minutos, ¿Por qué desapareció de repente? Lo tenía todo, acababa de salvar el mundo mágico, todos comían de la palma de su mano, podía hacer literalmente cualquier cosa y nadie le reprocharía por eso, ¿acaso no fue decisión suya? Quizás se vio obligado a desaparecer, pero no podía pensar en una razón para eso ¿una amenaza tal vez? No, el no habría huido, él se habría enfrentado al problema antes que ceder, ¿peor entonces el qué?
Por Merlín, ya estaba harto, no podía quitárselo de la cabeza, ¿tanto le costaba ignorar lo que pasó? Aparentemente sí.
Debería fingir que nada de eso pasó, que solo fue un sueño o una absurda alucinación, sería mucho más fácil afrontarlo, ya tenía muchas cosas en la conciencia como para tener una nueva ¿no era suficiente cargar con la culpa de todo lo que hizo en el pasado, sino que ahora tenía que soportar saber que el salvador está vivo y no poder hacer nada para confirmarlo? Tal vez se lo merecía, sabe que se merece lo peor después de todo, pero pensó que con suerte su condena sería su propio odio y el de los demás a su persona, evidentemente se equivocaba.
Y así siguió todo el día, pensando una y otra vez en lo que había pasado y los motivos ocultos que podría haber, ni siquiera fue a la cafetería ese día, no estaba de humor, en su lugar se preparó una manzanilla para intentar calmarse.
Pasó todo el día en su casa después de acabar su trabajo, revisó sus apuntes de nuevas opciones para intentar calmarse, pero resultó en vano, y no podía seguir con sus investigaciones en ese estado, la última vez que experimentó en un estado similar las cosas no salieron bien, su padrino estaría decepcionado si lo hubiese visto, parecía que lo había hecho Longbottom y no él.
Cuando terminó el día se sintió muy decepcionado de si mismo, había desperdiciado un día totalmente productivo solo por pensar en Potter, ¿volvía a ser un estúpido adolescente o qué?
Debería poder ser capaz de no darle más importancia de la que se debe, y aun así no lo pudo evitar, desearía poder olvidarse de lo que había pasado, desearía que no le importase tanto.