Shared Scars (Español)

Harry Potter - J. K. Rowling
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Shared Scars (Español)
Summary
Los hermanos Black crecieron en una casa llena de gritos, violencia y falta de amor. Con el paso del tiempo, ambos comenzaron a alejarse y olvidaron lo que una vez fue una de las cosas más importantes para ambos, estar juntos. Sirius Black, el traidor de sangre, el diferente, la decepción de la familia. Regulus Black el chico bueno, el chico tranquilo, el obediente, el sensible. Regulus Black creció extrañando a su hermano mayor, odiándose a sí mismo por nunca defenderlo ante sus padres cuando eran más jóvenes, "tal vez eso hubiera hecho que Sirius se quedara..."
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Remus Lupin and the Spiders from Mars

Thought you'd hate me, but instead you called
And said, "I miss you", I caught it

 

El curso avanzaba y Regulus iba acostumbrándose poco a poco a su nueva vida en Hogwarts.


Sus asignaturas favoritas ya estaban establecidas: astronomía e historia de la magia. Vuelo también le gustaba, él ya sabía volar, era bastante bueno, y en ocasiones las clases se le hacían aburridas o repetitivas, pero el saber manejar la escoba mejor que el resto le daba cierta libertad.


Con respecto a amigos, Barty, Evan y él se habían vuelto inseparables. Evan pasaba tiempo con su hermana y los Ravenclaw muy a menudo y eso hizo que Barty y Regulus se conocieran incluso más. Es cierto que eran muy opuestos en muchas cosas, Barty era extrovertido, carismático, agresivo en ocasiones y muy energético (excepto para levantarse de la cama), Regulus, por el contrario, introvertido, renegado a los grupos grandes, calmado, le gustaba el silencio y para desgracia de Barty era madrugador, aun así, todas esas diferencias eran en parte lo que hacía su amistad más completa.


Dorcas se había incorporado al grupo bastante bien, su carácter encajaba muy bien con los tres. Barty y ella se parecían mucho en cuanto a sentido del humor, Evan tenía a Pandora como lazo común y por tanto pasaba bastante tiempo con Dorcas y Regulus la había tomado como una más.


En general, su primer año estaba yendo de maravilla, buenas notas, ninguna detención, amigos, una reputación debido a su apellido, respeto de los profesores… Solo había una cosa que hacía que Regulus no durmiera por las noches. Sirius.


Sirius y Regulus no habían tenido una conversación decente desde que habían entrado en Hogwarts. Regulus repetía las palabras de James en su cabeza “se le pasará” y esperaba y esperaba… nada, Sirius no se había acercado a su hermano pequeño desde que la casa de Slytherin se había interpuesto. Habían intercambiado saludos rápidos en los pasillos, Regulus había sonreído a Sirius, siempre sin respuesta, solamente recibiendo miradas de compasión de Remus, James y Peter.


Regulus echaba de menos hablar con su hermano mayor.

 

Miércoles 11de octubre de 1972


Regulus estaba sentado en la biblioteca, terminando una redacción para herbología sobre los peligros de no hacer las cosas en orden en un invernadero. Ese día estaba solo.


Regulus se cansó de escribir, le dolía la mano cuando escribía demasiado rápido y eso le recordaba a las clases de caligrafía de su madre. Dejó la pluma sobre la mesa y se apoyó contra el respaldo de su silla, frotándose los ojos para descansar la vista un rato.


Miró a su alrededor. No conocía a muchas de las personas que estaban ahí. Reconoció a Marlene McKinnon, una Gryffindor del curso de Sirius, compañera de Dorcas en Pociones. Marlene estaba en la esquina riéndose con otra Gryffindor de piel morena y largo pelo marrón. Regulus recordó algo que Sirius había dicho en verano, las Ms, una rubia y una morena, que siempre iban juntas y solían reírse por las esquinas. Se preguntó si serían ellas de las que su hermano hablaba. En otra mesa, Dirk Cresswell, un Ravenclaw del que Evan había hablado alguna vez, Regulus no le prestó mucha atención. Cerca, un corrillo de Hufflepuffs de tercero, no conocía a ninguno así que también los ignoró. Solo hubo una persona en la sala que cazó el ojo del Slytherin: Remus Lupin. Estaba sentado en su sitio de siempre, haciendo lo que Regulus supuso que sería pasar notas. Remus subió la mirada y sus ojos avellana se encontraron con los de Regulus. Regulus quiso apartar la mirada, pero Remus ya le había visto y habría quedado extremadamente mal. Pensó durante unos instantes si debía levantarse e intentar entablar una conversación con él, decidió que no, luego pensó que podría ayudarle a saber algo sobre Sirius, al fin y al cabo, Remus era su mejor amigo.


Regulus recogió sus cosas y se cambió de mesa, quedando justo en frente de Remus.


— ¿Puedo? — Preguntó tímidamente —


— Ehm… s-sí, claro… — Al ojo de Regulus, Lupin era igual de bueno socializando que él —


— ¿Pasando notas a limpio? — Regulus miró la letra de Remus y trató de no reírse de su pésima caligrafía—


— Deberes de Encantamientos, son de… son de Sirius, de hecho.


— Oh. — Regulus no había esperado oír el nombre de su hermano tan rápido — ¿le haces los deberes a Sirius?


— ¡No! — dijo Remus sonando indignado — Es solo que… bueno, está en detención por mi culpa así que supongo que en este caso sí, tenía que hacérselos yo.


— ¿Qué hiciste?


— Se me cayó el libro en su pie y gritó. — Regulus no pudo evitar reírse y Remus sonrió — Siempre tan dramático él.


Se hizo el silencio durante casi un minuto entero, ambos miraban hacia abajo, sabiendo exactamente de lo que hablar, pero no sabiendo cómo hablarlo.


— Potter dijo que se le pasaría —Regulus dijo sin levantar la mirada —


Remus sí lo hizo, levantó su cabeza para mirar directamente a Regulus. Remus Lupin no era una persona a la que hablar de sentimientos le resultara fácil y mucho menos, de hermanos, él era hijo único, había pasado su infancia en un hogar para niños, pero ninguno de sus compañeros le había importado tanto para considerarlos hermanos, de hecho, Remus había aprendido que lo mejor era evitarlos en la mayor medida.


— Él… bueno, ya sabes como es Sirius… — Regulus no respondió. Eso no le servía. — Escucha, ¿por qué no hablas con él?


— Lo he intentado. ¡Lo has visto! Siempre que me ve por los pasillos sale huyendo y da gracias al día que saluda. — Hubo otro silencio, Remus no sabía qué decir, James era mucho mejor para esas cosas que él — ¿me odia?


Remus se sorprendió al oír eso. No se le había ocurrido pensar en eso. Sirius no odiaba a su hermano…¿verdad?


— ¿Qué? No… ¡No! Sirius es tu hermano, Regulus, claro que no te odia. Él solo… solo está siendo un poco niñato.


— Ya. Bueno, gracias Lupin. — Regulus subió la mirada y vio la incertidumbre en los ojos de Remus. Su propio amigo se planteaba la posibilidad de que Sirius lo odiara. — Será mejor que me vaya ya. Ehm…. Hasta otra.


— Adiós Reggie


Regulus paró un segundo. Reggie. Su hermano lo llamaba así. ¿Había hablado Sirius sobre él hacía poco?

 



Remus Lupin se quedó con una sensación muy extraña viendo a Regulus marcharse de la biblioteca. Sintió lástima por él. Era curioso, Remus odiaba cuando la gente sentía lástima por él cuando se enteraban de que era un hombre lobo. Odiaba el brillo azulado que salía en los ojos de la gente y la curvatura en sus bocas, y ese horrible tono de voz que usaba todo el mundo, como si se fuera a romper en cualquier momento. Lo odiaba, y, sin embargo, él acababa de hacer lo mismo con el hermano de su mejor amigo.


Puede que fuera precisamente esa empatía lo que le hizo decidirse a hablar con Sirius para que hiciera algo.


Remus empezó a recoger sus cosas poco después de que Regulus saliera. Mientras se iba, saludó alegremente a Mary y Marlene que estaban sentadas en la esquina, hacía poco que había descubierto que las Ms eran más agradables de lo que Sirius y él habían estimado.


Aceleró su paso para llegar a la sala común de Gryffindor y subir a su habitación.


Se alegró de encontrar a sus tres amigos en ella. James y Peter leían una revista de quidditch encima de la cama de Pete mientas Sirius escuchaba un vinilo en su tocadiscos, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars, Remus adoraba David Bowie y dio gracias a que el disco estuviera terminando de sonar, de esa manera no tenía que interrumpirlo. Dejo que sonara Rock n’ roll suicide y antes de que Sirius pudiera darle la vuelta al vinilo para que empezara de nuevo, lo soltó.


— He estado hablando con tu hermano en la biblioteca Sirius


Un silencio aplastó la sala y Remus deseó no haber esperado a que el disco acabara para que lago de sonido la llenara de nuevo. James y Peter alzaron sus miradas hacia Remus. Peter solo parecía desconcertado, pero James dirigió un retírate amigo, estás a tiempo que a Remus le congeló la sangre. Sirius solo lo miraba, callado, sus ojos oscuros de lo habitual.


Remus tragó saliva, esperando a que alguien dijera algo. Nadie lo hacía.


— Creo que estaba haciendo deberes. — Volvió a intentar —


— A Regulus siempre le ha gustado mucho leer. — La mirada de Sirius estaba fija en el hombro de Remus, no queriendo mirarlo a los ojos. No estaba enfocando la imagen, solo estaba contestando sin querer ver lo que ocurría a su alrededor —


— Ehm… sí, eso parece… lo veo mucho allí.


— Que bien. — Sirius no ponía de su parte y él se estaba empezando a enfadar. —


— Hemos hablado sobre ti. — El tono de Remus se volvió más serio, más duro, estaba perdiendo la paciencia. —


— Ah ¿sí? — Sirius subió la mirada y fijó sus ojos azul oscuro en los de Remus, aún sin enfocar la imagen —


— Sí.


Remus no daba crédito. Sirius ni siquiera ponía intención, era como si las palabras se le hubieran acabado. Los ojos de James no hacían más que oscilar de uno a otro pensando en cómo sacar bien a Remus de una pelea familiar entre Regulus y Sirius o a Sirius de una pelea con Remus que podía acabar igual de mal. Sirius mantuvo el silencio.


— ¡Venga Sirius! — Remus estalló —


— ¡¿Qué?! — sus ojos enfocaron la imagen por fin, viendo a Remus fruncir el ceño. Se alejó un poco ahora consciente del enfado de su amigo —


— ¡Puedes por favor dejar tu aislamiento familiar a parte un momento!


— ¿De qué narices hablas Remus? — Sirius parecía enfadado ahora también —


— ¡No has hablado con él desde la selección!


— Bueno ¿y? no he tenido tiempo, ¿vale? He estado… ocupado…. Además, él tampoco lo ha intentado.


— Sirius ¿no has hablado con él desde septiembre? — James que normalmente se ponía del lado de Sirius, se levantó y se sentó frente a él, al lado de Remus —


— Yo… no… — James era la fibra sensible de Sirius y Remus aprovechó ese momento para soltar algo que sabía que haría a Sirius actuar si lo decía en ese preciso instante —


— Cree que lo odias.


Todos miraron a Remus, atónitos. James se separó un poco de él y lo miró con los ojos brillantes.


— ¡Remus! — James regañó —


— ¿Qué? ¡James deja de protegerlo! Sabes que es verdad. — James miró a Sirius sin decir nada —


— Espera ¿qué? ¿James? — Sirius miró a todos lados, sus ojos se habían aclarado un poco, pero seguían oscuros — ¿Pete? — intentó sin respuesta —


— Escucha, siento tener que decírtelo así Sirius, pero mueve tu culo y ve a hablar con él. — La presencia de James había tranquilizado a Remus y estaba haciendo todo lo posible por no perder los estribos otra vez —


Sirius miró a James. Sus ojos estaban humedecidos y rojos, reprimiendo lágrimas.


— Remus tiene razón… — James bajó la mirada — tienes que hablar con él, Sirius.


— Yo…


Sirius se levantó y se encerró en el baño. Remus supo en seguida que estaba llorando, podía oler la sal de sus lágrimas a través de la puerta. Un pinchazo le atacó en el estómago, él no quería hacerle a Sirius las cosas más difíciles, era su mejor amigo.
James vio a Remus y le puso la mano en el hombro, apretándolo ligeramente.


— Bien hecho Remus. Alguien tenía que decírselo. Siento no haber sido yo. — Remus miró atónito a su amigo. Se vio en el reflejo de sus gafas, ahora él tenía ganas de llorar, pero el baño estaba ocupado y no pensaba dejar que le vieran hacerlo así que se contuvo.


— No es tu trabajo tampoco. — dijo a James —

 

(I miss you, I’m sorry – Gracie Abrams)

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