
¿Heramana?
Lunes 18 de septiembre de 1972
Regulus llevaba poco más de una semana en Hogwarts. Su habitación ya había sido decorada. Había colgado posters de sus equipos de quidditch favoritos, y una banderita de Slytherin. También había colocado su ropa cuidadosamente en los armarios como si estuviera en su propia casa, por miedo a ser gritado por su madre, Regulus tardó unos días en acostumbrarse a no tener posibles gritos constantes al acecho, había más paz en Hogwarts.
De los tres chicos, él era el más ordenado. Barty había conseguido desperdigar absolutamente cada una de sus prendas de ropa por un rincón diferente de la habitación. Evan era organizado, solía ordenar su ropa por colores y mantener su parte de la habitación recogida, pero había colgado innumerables posters y tenía una constante pila de libros al lado de su cama , los que no habían cabido en la estantería, que Barty tiraba todas las mañanas al ir medio dormido al baño. Todas las mañanas, sin excepción.
En el poco tiempo que llevaban en Hogwarts habían adquirido una buena dinámica. Por las mañanas, Regulus siempre era el primero en levantarse. Mientras usaba el baño, Evan solía ser el segundo en despertar. Cuando iban a bajar a desayunar, aprovechaban y despertaban a Barty, el cual se levantaba de mala gana y tiraba la pila de libros de Evan. Durante el día, pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Barty solía ser el que más detenciones se llevaba, en clase se aburría y hablaba con aquel que tuviera cerca, por suerte para Regulus, a él lo habían sentado en otro sitio y evitó verse arrastrado por su amigo. Evan no tuvo tanta suerte y acabó en numerosas detenciones con Barty. En esas ocasiones, Regulus aprovechaba para ir a la biblioteca y leer. Había descubierto muchos libros muggles que le gustaban.
Regulus apreciaba el tiempo que estaba solo en Hogwarts. No era como en casa. Aquí no se sentía solo. Retomó algunas de las cosas que hacía en su casa cuando no tenía nadie con quien hablar, escribir en una libreta. Tenía un pequeño cuaderno con las tapas de cuero, alguien se lo había regalado, no se acordaba de quién, a decir verdad, había sido el típico regalo de navidad que con siete años no le había hecho ninguna gracia y simplemente había quedado olvidado en algún cajón. Fue poco antes de irse a Hogwarts cuando lo encontró, lleno de polvo, sin estrenar. Regulus tenía la costumbre de llevar una libreta en el bolsillo para poder escribir sus pensamientos en cualquier momento, cuando vio el cuaderno, pensó que era ideal para empezarlo en el colegio.
Cuando Barty y Evan estaban en detención era cuando más aprovechaba a escribir Regulus. Cualquier cosa en realidad, el cuaderno actuaba principalmente de diario, pero Regulus escribía anotaciones, pequeñas composiciones de piano que le venían a la mente, comportamientos en la gente que le habían sorprendido, notas mentales, descripciones de cosas nuevas que probaba, incluso apuntes de clase en ocasiones.
Él no quería que sus amigos supieran que escribía un diario, pensó que se reirían, así que lo ocultó como un pequeño tesoro. Fue un día a mitades de septiembre cuando alguien descubrió por primera vez el secreto de Regulus.
Estaba en la biblioteca, solo, escribiendo tranquilamente en su cuaderno cuando una voz que le sonó familiar le habló.
— ¿Qué escribes? — Regulus levantó la mirada y vio a Dorcas. Cerró su cuaderno de manera casi automática. —
— ¡Nada!
— ¿Por qué lo cierras? ¿acaso escondes algo Regulus Black?
La respuesta sincera habría sido: sí, escondo muchas cosas. Escondo las cicatrices que mi madre me hace desde pequeño, escondo los celos que siento por los amigos de Sirius y escondo prácticamente toda mi personalidad porque así me han enseñado a ser, escondo cosas y por eso cierro el cuaderno, ahora vete. Eso es lo que a Regulus le habría gustado decir, pero no lo hizo. Dorcas había sido bastante simpática con Regulus desde el primer momento y él llevaba desde que entró queriendo hacer algún otro amigo. No era una persona muy sociable, prefería tener solo dos buenos amigos a llevarse bien con medio castillo, pero si envidiaba a veces a sus amigos, Evan conocía a unos Hufflepuffs y parecía juntarse mucho con un grupo de Ravenclaws también y Barty había hecho migas con otros chicos de primero y segundo, la mayoría Slytherins, Regulus no tenía más. En Slytherin prácticamente todo el mundo fingía ser su amigo por eso de ser un Black, pero Regulus sabía que nada más allá de lo superficial. Sirius y él apenas habían hablado correctamente desde la ceremonia de las casas y Narcissa y Lucius eran muy mayores para juntarse con él en la escuela, así estaba solo él. Dorcas parecía una de las únicas personas en Slytherin a las que realmente les importaban una mierda los apellidos o las casas nobles y simplemente disfrutaba hablar con él, así que lo intentó.
— Es solo un cuaderno — Regulus hizo el amago de reírse sin mucho éxito —
— ¿De clase? — Dorcas no parecía darse por vencida —
— No exactamente
— Ah ¿un diario entonces? —dijo con toda normalidad. A Regulus se le heló la sangre por un momento, aterrorizado de lo que podría pasar a continuación.— Sí, yo también tengo uno aunque siempre se me olvida escribir en él y acabo con días sueltos y muchas páginas en blanco. ¿no te pasa?
— Ehm… no, escribo… escribo un poco de todo, pero no obligatoriamente todos los días, así, así no pasa nada si un día se me olvida o no tengo tiempo. — no levantó la mirada, aunque se moría de ganas por saber qué cara estaba poniendo Dorcas —
— ¡Brillante! No lo había pensado nunca, supongo que la palabra diario me había hecho creer que es necesario, pero en realidad le quita la presión hacerlo como tú. ¿Puedo leer algo de lo que hayas escrito? —Regulus palideció y por fin encontró su mirada, horrorizado. — perdón, perdón, es muy personal, lo entiendo y lo respeto.
— Gracias — se sintió tremendamente aliviado —
— Oye, ¿cómo es que estás solo? ¿Dónde están Crouch y …?
— Evan
— ¡Eso! ¡Evan! Siempre se me olvida su nombre, no me lo habrá repetido veces ni nada Pandora.
— ¿Pandora? — Regulus preguntó extrañado —
— Su hermana, Pandora Rosier.
— Su ¡¿qué?! — Abrió tanto los ojos que le tiraron los nervios y le dolió la cabeza lo que quedó de día. —
— Su hermana. Está en primer curso, Ravenclaw. ¿no lo sabias?
— ¡No! ¡El muy imbécil no ha dicho nada de tener una hermana! ¿cómo es posible?
— Ella es muy simpática, ahora que lo pienso, os llevaríais bien, ella también tiene un diario ¿sabes? — Dorcas miró el cuaderno de Regulus, con las tapas negras y una serpiente dibujada en la tapa frontal — bueno, el suyo es mucho más… colorido, pero sí, es la misma idea. — se rió —
Regulus permaneció callado pensando a toda velocidad. ¡Claro! ¡Estaba claro! ¡Lo teníamos ahí delante! Empezó a reconstruir escenas en su mente: la chica que saludó a Evan el día de la selección, ella había ido a Ravenclaw, el grupo de amigos de Evan en la otra casa, la chica de la estación con el collar de cristal, ¡el mismo cristal que llevaba Evan en su anillo verde! ¿Cómo se le podía haber pasado? ¡Eran los típicos detalles en lo que Regulus se fijaba!
— ¿Regulus? — el chico volvió en sí viendo la mano de Dorcas agitarse en su cara —
— Perdona, solo me ha… sorprendido.
— Me parece raro que no os haya dicho nada, parece que se llevan bien, Pandora habla mucho de él.
— Sí, tendré que preguntarle en la cena.
— Pues ya me contarás qué tal te va la conversación. Tengo que irme, prometí a mi compañera de pociones que revisaría nuestro trabajo.
— Ajá, sí, te cuento.
— ¿Vas a estar mañana por aquí? — dijo Dorcas mientras se levantaba —
— Probablemente
— ¡Genial! Nos vemos mañana y me informas.
— ¡Suerte con la poción! — dijo Regulus en tono alto mientras ella se alejaba —
— ¡Intentaré que no explote o McKinnon me matará!
Regulus bajó a cenar agitado, se moría de curiosidad, ¿por qué Evan no había mencionado que tenía una hermana? ¿¡Tendría Barty hermanos secretos también?! ¿Era él el único que había hablado de su hermano? ¿Acaso había hablado demasiado sobre Sirius?
Llegó al comedor solo, sus amigos ya estaban sentados, probablemente habrían ido directos tras terminar el castigo de Slughorn.
Barty y Evan vieron a Regulus entrar y saludaron con la mano. Regulus empezó a caminar deprisa hacia la mesa mientras señalaba con el brazo extendido a Evan. Barty miró a su lado, Evan tenía claramente la misma idea que él de por qué Regulus lo señalaba.
— ¿Qué pasa Reg? ¿tengo una mancha? — dijo Evan con preocupación en la voz mientras Regulus se sentaba todavía señalándolo — ¿dónde?
— ¡¿Tienes una hermana?! — bajó por fin el brazo mientras la comida aparecía delante de él —
Barty, que normalmente se lo tomaba todo a broma y siempre tenía algún chiste para cada ocasión, solo se giró a mirar a Evan, esperando su respuesta. Si Regulus lo decía, probablemente era verdad.
— Sí —Evan dijo tranquilo —
— Espera, ¿¡CÓMO?! — Barty dijo más alto de lo que pretendía. Varios alumnos de Slytherin se giraron a mirar a los tres chicos. — ¡OH, METEOS EN VUESTROS ASUNTOS! — las miradas se retiraron —
— Así que Dorcas no mentía…
— ¿Dorcas? ¿Meadowes? Regulus ¿de qué mierdas estás hablando? Evan ¡¿tienes una maldita hermana?!
— He estado en la biblioteca antes, mientras estabais en detención. Dorcas se ha sentado a hablar conmigo y ha mencionado algo de la hermana de Rosier, ehm… ¿cómo ha dicho que se llamaba?
— Pandora — terminó Evan, llevándose a la boca una cucharada de sopa —
— ¡Eso! ¡Pandora! Barty, ¿recuerdas a la chica que saludó a Evan en la selección de casas?
— ¡Oh! Lo había olvidado, ¿era ella? — Barty parecía más calmado, pero aún confuso —
— Aja — Evan seguía tranquilamente comiendo —
— Espera, entonces tu hermana estudia en…
— Sip, somos mellizos, Barty. Ella está en Ravenclaw.— Evan se giró y señaló a la mesa de Ravenclaw, en concreto, a una chica rubia que llevaba el pelo recogido en dos moños laterales, atados con unas cintas de colores. — esa es mi hermana, la de las cintas de colores.
— ¿por qué no nos la has presentado? Está en nuestro año —Regulus preguntó, todavía sin haber tocado su comida —
— Me lo pidió ella.
— ¿¡CÓMO?! — Barty se indignó —
— Sí, digamos que mi hermana es… bueno, ella no es muy… ¿convencional? Me pidió que no le presentara a mis amigos, dice que, si está dispuesto a pasar, que seáis amigos, pasará. No sé, quiere conoceros por su cuenta, no le gusta que le den las cosas hechas. — Evan se encogió de hombros como si lo que acabara de decir fuera lo más habitual del mundo. Regulus y Barty se miraron entre ellos, atónitos. —
No hablaron más del tema, siguieron cenando y pasaron a hablar de una redacción para la clase de transfiguración que tenían que entregar al día siguiente.
Antes de irse del comedor Regulus echó un último vistazo a la mesa de Ravenclaw. En cuanto llegó a la habitación, Regulus se encerró un momento en el baño para escribir en su cuaderno:
(18/09/1972)
Pandora Rosier: ¿Destinado a pasar?
Cintas de colores.
Martes 19 de septiembre de 1972
Al día siguiente, Regulus volvió a la biblioteca a la misma hora.
Sacó su diario y releyó lo que había escrito en la cena. Hacía eso muy a menudo, releer páginas antiguas de su diario. Pasó algunas hojas y leyó otros días:
(07/09/1972)
Severus Snape: prepotente, pelo sucio, corbata mal atada, olor a humedad. Narcissa tenía razón, parece un imbécil.
Apodo de Sirius: Snivellus.
(10/09/1972)
Merodeadores: llevamos a penas una semana y Sirius ya ha atacado la mesa de los Slytherin en el comedor. Ha cambiado la gelatina del postre por una con sabor a vómito. Evan y Barty han tenido que lavarse los dientes seis veces. La mía era normal, a lo mejor no está enfadado conmigo después de todo.
No he hablado con él desde la selección de casas.
(14/09/1972)
Remus Lupin: habitual de biblioteca. Escondite encima de una estantería de la esquina derecha del fondo. Tranquilo, callado.
Cicatrices.
(16/09/1972)
Irónico que haya hablado más con James Potter, Peter Pettigrew y Lupin que con mi hermano desde que entré a Hogwarts.
Palabras de James: “se le pasará, tranquilo”
Expresión facial de Peter: “si tú lo dices…”
Remus Lupin: *risa sarcástica*
Respuesta de James: *golpe suave en el brazo* “¡Remus!”
Lupin: *golpe visiblemente doloroso de vuelta* ¡Oye!
James se los llevó antes de que pudiera sentirme peor. De nuevo ese ardor en el estómago. Mr. Perfecto, el conocedor de la verdad sobre por qué mi propio hermano no me ha hablado desde que entramos.
Regulus cerró el cuaderno con agresividad, de repente enfadado.
— Wow, cuidado amigo, ese cuaderno parece de los caros.
— ¡Dorcas! — Regulus subió la mirada para verla sentada en la misma silla que el día anterior — ¿Quemaste la poción?
— Nah, mi compañera es buena en pociones, lo había dejado todo prácticamente acabado. ¿qué tal fue la conversación con tu amigo?
— Tiene una hermana
— Sí. lo sé, Pandora, te lo dije yo ¿recuerdas?
— Sí, sí… es solo que… — Regulus pensó por unos instantes, a Dorcas no parecía importarle esperar — nos dijo que había sido ella quien le había pedido que no nos presentaran.
— Ah, sí, recuerdo que lo mencionó.
— ¿lo de que si debía pasar pasaría?
— Aja. Oye, no te lo tomes como algo personal, Pands es así, le gusta que las cosas pasen, no que sean forzadas a pasar. Es un poco… bueno, digamos que se sale de lo normal, sin embargo, es probablemente de mis mejores amigas. Buena gente. Créeme Reg, si Evan es como ella, has hecho un buen amigo.
— Eso creo — respondió él sonriendo —
Hubo unos minutos de silencio, Dorcas había traído sus libros ese día y ambos procedieron a pasar apuntes a limpio y hacer deberes. El silencio no incomodaba a ninguno de los dos.
Dorcas se parecía a Regulus en muchas cosas. Ambos eran más bien reservados y disfrutaban tanto de una buena conversación como del silencio. Los dos eran buenos observadores.
— Sabes, deberías venirte algún día con nosotros, creo que Barty y Evan te caerían bien. — Regulus decidió romper el silencio después de un rato, inspirado por la idea de presentar a las únicas tres personas que consideraba amigos en ese momento. —
— Sí, parecen simpáticos.
— ¿Sabes que Barty sigue convencido de que crees que su nombre es Crouch Barty Crouch Jr?
Dorcas empezó a reírse tan alto que les echaron a ambos de la biblioteca y tuvieron que ponerse rumbo a la sala común de Slytherin.
— ¿De verdad lo cree?
— Evan le toma mucho el pelo con ello.
— ¡Genial! ¡Tenemos la primera broma interna!
Dorcas dijo aquello riéndose. Probablemente a la media hora no se acordaría de haber dicho nada semejante, pero para Regulus, ese preciso comentario significó mucho. Primera broma interna. Solo se tenían bromas internas con amigos ¿verdad?
Siguieron caminando hasta llegar a la sala común. Dorcas pronunció la contraseña y la puerta se abrió. Barty y Evan estaban sentados en el suelo en una esquina riéndose. Regulus les saludó con la mano y Dorcas y él caminaron hacia ellos.
— Pensaba que teníais detención toda la semana. — dijo sentándose y dejando hueco a Dorcas —
— Nah, nos la han levantado por no sé que de una invasión de pompas de jabón.
Sirius. Fue lo único que pensó Regulus al oír eso.
— Hola Dorcas — dijo Evan sonriéndola —
— Mi segundo Rosier favorito — bromeó ella — y tú… ¡Ah sí! Crouch Barty Crouch Jr, debo admitir que tienes el nombre más largo que he oído colega, que desafortunado. — Evan y Regulus empezaron a reír desconsoladamente mientras Barty se volvía completamente rojo —
— Es Barty, solo Barty. Crouch Jr es mi apellido — Barty corrigió sin reírse —
— Lo sé amigo, me estoy quedando contigo.
— ¡Me cae bien! — anunció Evan riéndose apoyado en el hombre de Regulus —
Los cuatro estuvieron prácticamente toda la tarde riéndose. Evan les enseñó los avances que había hecho en transfiguración y convirtió una de las lámparas de la sala común en un pato verde con botas rosas, Barty, para asombro de todos, tardó unos segundos en arreglarlo.
Regulus no tardó mucho en notar como Dorcas relajaba los hombros a medida que la conversación avanzaba, como si poco a poco su cerebro le dijese que todo estaba bien y que estos eran sus posibles amigos. Evan parecía realmente encantado de incorporar otra amiga, Regulus pensó que el hecho de que Dorcas además fuese amiga de Pandora podía ayudar. En cuanto a Barty, Barty era un extrovertido puro, Regulus nunca le había visto sudar por interacciones sociales, o quedarse sin saber que decir, o poner una excusa tonta para levantarse de una conversación, nunca le había visto hacer ninguna de las cosas que él haría.
Regulus salió un instante de la conversación y observo. Hacía eso a veces. Desenfocar el fondo y centrar una pequeña escena que tenía delante como si la viera a través de una pantalla. Sonrió. El pelo negro y rizado de Dorcas rebotaba contra sus hombros cuando ella se reía. Los ojos grises de Evan adquirían un brillo azulado cuando estaba feliz. Barty hablaba muy rápido si estaba a gusto con las personas. Pequeños detalles que Regulus ya había detectado en sus amigos y guardaba como tesoros.