
La selección de casas
And when the broken hearted people living in the world agree
There will be an answer, let it be
For though they may be parted, there is still a chance that they will see
There will be an answer, let it be
Let it be, let it be, let it be, let it be
There will be an answer, let it be
Regulus no buscó a su hermano cuando el tren se paró y anunció la llegada a Hogwarts, en su lugar, bajó junto a Barty y Evan, hablando sobre la ceremonia de selección de casas.
Los tres chicos estaban emocionados. Regulus se había animado al pensar que al menos si entraba en Slytherin tendría dos amigos ya hechos. Se habían pasado todo el camino hablando de un millón de cosas, equipos de quidditch favoritos, mascotas de la infancia, lugares de vacaciones, dulces… Barty y Regulus habían hablado largo y tendido de equipos y partidos de quidditch, a Evan no parecía entusiasmarle el deporte, había confesado que ni siquiera haría las pruebas para el equipo cuando llegara el momento, por el contrario, Evan había hablado con Regulus sobre libros, una pasión que Barty no compartía. Evan le había recomendado algunos de sus libros favoritos, literatura muggle. Regulus solo había leído un libro muggle en su vida, Andrómeda Black se lo había enviado a Sirius, pero Sirius no era un lector empedernido que se dijera así que Regulus simplemente lo había tomado. En la biblioteca de su casa no había literatura muggle no era “Tojours purs” según su padre. Sirius tenía algún otro libro muggle de su tío Alphard pero Regulus tampoco había hecho mucho empeño de leerlos antes.
Los tres chicos quedaron mudos cuando entraron en el gigantesco comedor decorado. Alumnos de todos los cursos se habían sentado en las mesas de sus correspondientes casas para ser espectadores de la ceremonia de selección de los de primer año.
Regulus sintió como se mareaba. Primero miró la mesa de Slytherin. Narcissa y Lucius lo saludaron con la mano y dijeron algo que claramente Regulus no oyó.
— ¿Familia? — preguntó Evan mirando a Narcissa también —
— Mi prima y su novio. Ambos Slytherins. —contestó Regulus nervioso —
Giró su mirada a la mesa de Gryffindor. No tardó mucho en localizar a su hermano y sus amigos. James y él se reían a carcajadas cuando Remus Lupin captó la mirada de Regulus y avisó a Sirius. Su hermano mayor se puso en pie y saludó alegre a Reggie.
Regulus no estaba seguro de entender lo que su hermano decía, oírlo era imposible entre el jaleo y le daba demasiada vergüenza acercarse a la mesa, le pareció entender algo así como “buena suerte” o “suerte Reggie” Regulus sonrió tímidamente. James Potter le mandó un pulgar hacia arriba y una amplia sonrisa y por último Peter Pettigrew, que hasta ese momento no se había dado cuenta de que Regulus estaba ahí, le saludó y sonrió también. Parecían buena gente, Regulus se alegró de que su hermano tuviera buenos amigos.
Las manos de Regulus empezaron a sudar. Los nervios le estaban consumiendo.
— Eh, chicos, mirad que gracioso ese huffle- ¡Tío Regulus! ¡Estás blanco! ¿Todo bien colega? —Barty dijo preocupado —
— ¿Es por la selección? — Se unió Evan —
A Regulus le sorprendió. Sabía que se ponía aún más pálido de lo que ya era cuando estaba nervioso, pero hasta ese momento nadie se había preocupado por ello. Incapaz de contestar solo asintió con la cabeza.
Barty le pasó el brazo por los hombros.
— ¿Ves esa mesa amigo? — señaló a donde su prima y Lucius estaban sentados. Regulus asintió de nuevo — ¿Sí? Pues ahí ¡ahí! Vamos a estar nosotros tres sentados en a penas unas horas. — pasó su otro brazo por los hombros de Evan quedando los tres unidos — Juntos amigos. Vamos a pasar los siete mejores años de nuestras vidas aquí juntos. Los tres vamos a entrar en Slytherin.
— ¿Cómo estás tan seguro? — preguntó por fin Reg —
Barty lo miró sonriendo.
— Porque lo digo yo. Determinación. Slytherin. Lo sé, tú lo sabes, Evan lo sabe. Ahí vamos a estar.
Regulus supo desde ese mismo instante que Barty era su James Potter. Nunca se lo diría a Sirius así, pero así lo sintió.
Los nombres de los alumnos eran gritados en alto y todo el mundo guardaba silencio hasta que su casa era anunciada. Para aliviar sus nervios, Regulus buscó a los alumnos que había visto en la estación y escucho para ver si había acertado sus casas. No acertó muchas. El chico moreno de la mochila había ido a Gryffindor, una chica de pelo negro que él había pensado como una Slytherin había acabado en Hufflepuff, y así sucesivamente. Regulus hablaba con Barty cuando fue el turno de la chica rubia con el collar de cristal, no oyó su nombre. Ella fue seleccionada para Ravenclaw, Barty y Regulus la miraron cuando se dieron cuenta de que la chica saludaba a Evan. Fueron a preguntar, pero Evan fue el siguiente en ser llamado y la cosa se olvidó.
— EVAN ROSIER —se oyó en alto —
— Deseadme suerte — Evan se levantó y se dirigió al sombrero seleccionador —
Evan se sentó y el sombrero empezó a hablar en alto como con los demás. Regulus y Barty no habían prestado mucha atención en otros casos, pero este les interesaba así que se callaron y miraron a Evan fijamente.
— HMMM VEAMOS, SI, LO VEO. TIENES MUCHAS COSAS DIFERENTES EN LA MENTE PEQUEÑO. SÍ, ES COMPLICADO. ESTÁ BIEN, LO TENGO. ¡SLYTHERIN!
Evan se levantó y se dirigió a la mesa de los Slytherin sonriendo.
— ¡Lo ha conseguido! — Gritó Barty —
Al rato llamaron a Barty y Regulus se quedó solo.
— ERES INTELIGENTE MUCHACHO, SERÍAS UN EXCELENTE RAVENCLAW, UNA PENA QUE TENGAS LAS COSAS TAN CLARAS. ¡SLYTHERIN!
Todos aplaudieron. Barty miró a Regulus y le giñó un ojo. Solo faltaba él.
Regulus fue de los últimos en salir.
— REGULUS ARCTURUS BLACK
Se hizo un silencio completo el comedor. Todas las miradas atentas a qué pasaría con el siguiente Black. Sin embargo, a Regulus solo le importaban ciertas miradas, la de preocupación de su hermano Sirius, y las de esperanza de Narcissa y sus nuevos amigos. Su estómago se cerró.
— HOMBRE, OTRO BLACK. HMMM VEAMOS QUÉ TENEMOS AQUÍ. QUE CABEZA TAN CURIOSA PEQUEÑO. ERES UN JOVEN MUY INTELIGENTE Y DEFINITIVAMENTE VALIENTE — ¿valiente? Regulus se extrañó al oír eso, él se habría considerado muchas cosas, pero ¿valiente? Ese era su hermano — TE VEO TRABAJADOR, SIEMPRE DISPUESTO A DAR LO MEJOR DE TI, SÍ, LUCHAS POR LO QUE QUIERES. NO SE HABLE MÁS ¡SLYTHERIN!
Un enorme peso desapareció de repente de sus hombros. No pudo evitar sonreír con alivio. Mientras se ponía en pie todos aplaudieron. Todo se volvió muy borroso. Regulus solo recordaría una cosa de su ceremonia de selección en el futuro, su cara. Sirius fue a la primera persona que Regulus miró tras haber oído su casa. Se le borró la sonrisa en cuanto vio su cara. Sirius tenía los ojos cristalizados, azul oscuro. No necesitó más que ver el color de los ojos de su hermano para darse cuenta de que su relación estaba a punto de cambiar drásticamente.
No fue hasta años más tarde que el pequeño Regulus comprendió que daba igual lo que hubiera pasado ese día, de todas las posibles maneras habría decepcionado a alguien. Si no hubiera sido un Slytherin, a sus amigos y familia. Siéndolo, a su hermano. No había opción correcta, todas hubieran generado desacuerdo en alguien.
Después de la cena, un Slytherin mayor acompañó a los de primer año hasta la sala común de su casa. Regulus estaba sumido en sus pensamientos y Evan y Barty, demasiado ilusionados por su selección, no hicieron mucho ademán de sacarlo de su cabeza.
Llegaron frente a una pared de ladrillos donde se les informó de la contraseña de ese momento: esmeralda cristalina. La sala común de Slytherin estaba situada en las mazmorras y casi siempre hacía frío por ahí abajo. A Regulus le gustaba el frío, le encantaba llevar jerséis y camisas de manga larga, era más fácil disimular sus cicatrices con ellas. Su madre era una persona muy meticulosa y por ello casi ninguna de sus cicatrices o de las de Sirius eran fácilmente visibles. Solían ser en los tobillos o un poco más arriba. Las de las muñecas eran por ello, los peores castigos, cuando más habían enfadado a Walburga y ella había sido menos perfeccionista. El corte seguía siendo limpio y delicado, por supuesto, solo más difícil de ocultar.
Los tres chicos iluminaron la mirada cuando entraron en la sala común. Una enorme habitación, iluminada con lámparas de color verde, sillones de cuero negro y una gigantesca alfombra. Había montones de muebles de madera antigua, a Regulus le encantaba el olor a madera antigua. La temperatura de la sala era más caliente que la del exterior, pero aun tirando a fría. La sala en sí irradiaba sentimiento de frialdad, cosa que Regulus trató de ignorar. Cada superficie estaba cubierta con manteles perfectamente bordados con serpientes y flores verdes y negras. Todo era... bueno, todo era muy Black, Regulus sintió casi como si siguiera en su antigua casa, pero al menos aquí podría salir de la sala común siempre que se sintiera abrumado por ella, cosa que en su casa estaba prohibido, y lo más importante, tenía amigos. Regulus sonrío y miró hacia donde Evan y Barty estaban inspeccionando cada rincón de la sala común.
Evan tenía un brillo único en sus ojos grises. Había encontrado un tablero de ajedrez antiguo y estaba mirando con detalle cada una de las piezas como si nunca antes hubiera visto uno.
Barty miraba hacia arriba, una lámpara flotaba exactamente sobre su cabeza iluminándolo de verde.
— Eh, chicos — Regulus llamó la atención de ambos, que se giraron a mirarlo — ¿Por qué no subimos a ver nuestro cuarto? Nuestras maletas deberían estar ya allí.
— ¡Sí!
Evan dejó de prestar atención al tablero y salió disparado hacia Regulus sin mirar a su alrededor chocando de bruces con una chica que parecía tan solo un año mayor que ellos. La chica de pelo negro y piel oscura no pareció molesta por el golpe, solo ligeramente aturdida. Barty no pudo contenerse y explotó en carcajadas al ver a Evan caer redondo al suelo después de haber rebotado ella. Regulus y él se acercaron para ayudarlo. Reg hizo un esfuerzo y no se rio a pesar de estar muriéndose por ello. Sabía que, de haber sido él el que se hubiera chocado, ver a sus amigos reírse le habría sentado realmente mal.
Antes de que Regulus pudiera ayudar a Evan, la chica extendió la mano y le ayudó a levantarse.
— Perdona, no te había visto. — dijo tímidamente Evan mientras Regulus y Barty se colocaban a su lado ahora viendo los tres a la chica de frente —
— No te preocupes, la emoción del primer día, lo entiendo. — La chica sonrió —
— Nah, es que es su primer día y ya va borracho — bromeó Barty ahora llorando de risa —
— ¡Barty! — Evan le pegó un codazo en el costado —
— ¡Eh! ¡Que bruto!
La chica se rio al ver a Evan y Barty pelearse y extendió la mano a Regulus, el único que había mantenido la compostura (al menos por fuera).
— Dorcas Meadowes, segundo año.
— Regulus Black — sacudió su mano —
— Ah ¿Black? Fui con tu hermano el año pasado a pociones.
— Sirius, sí, ese mismo
Evan y Barty se recompusieron al ver a Regulus mantener una conversación, ninguno de los dos queriendo parecer antisocial el primer día. Dorcas vio que se unían y preguntó.
— ¿Y vosotros sois? — Levantó una ceja —
— Crouch, Barty Crouch Jr. Un placer señorita Meadowes
— ¿y tú?
— Evan, Evan Rosier. Lo siento una vez más por chocarme.
— Olvidado, no te preocupes. Bueno, Regulus, Evan, Crouch Barty Crouch Jr., ha sido un placer conoceros. Nos veremos por aquí. — Dorcas se marchó riéndose —
— ¡Eh espera! Mi nombre es Barty no-
— Ya no te oye amigo — dijo Regulus riéndose libre ahora que ella no estaba delante. —
Evan apenas podía contener las lágrimas de risa.
— Serás estúpido. Ahora se cree que te llamas, jajaja, Crouch, Barty Crouch Jr., es genial, jajaja
La risa de Evan era realmente contagiosa y en cuestión de segundos los tres estaban sumidos en un ataque de risa, incluso Barty.
(Let it be – The Beatles)