
Campanas de boda
Sábado 15 de julio de 1972
Toda la familia Black estaba reunida en un enorme salón de actos tradicionalmente usado para las bodas de la noble casa. Las paredes estaban decoradas de ese característico color verde Slytherin que ponía los pelos de Sirius de punta. Al final de cada banco, un ramo de rosas teñidas mediante un conjuro de este mismo verde, de las ventanas caían telas negras, la alfombra que marcaba el paso al altar era de un color plateado brillante y por toda la sala resonaba música clásica. Todos los miembros de la familia estaban tomando asientos. Un enorme tapiz de linaje estaba expuesto detrás de donde la unión estaba a punto de ser celebrada. El nombre de Rodolphus Lestrange ya había sido añadido a la tela, junto a su futura esposa, Bellatrix.
Regulus y Sirius vestían a juego, trajes negros, sus padres, Walburga y Orion, vestían de plateado. Narcissa Black y las otras damas de honor lucían vestidos blancos con flores verdes y los acompañantes del novio, trajes a juego, blancos y verdes.
Regulus y Sirius tomaron asientos y esperaron pacientemente a que la boda comenzara. No intercambiaron ni miradas ni palabras ya que los ojos de su madre se les clavaban en el cuello. Ella vigilaba cada movimiento que hacían, sobre todo pendiente de Sirius.
Una vez que toda la familia estaba sentada, la música cambió, un enorme órgano apareció a lo alto de la sala y comenzó a tocar a un volumen demasiado alto una melodía que dio ganas de llorar a Regulus.
Las puertas de atrás se abrieron de golpe y una risa inconfundible sonó. Todos se giraron sabiendo exactamente de quien era. Regulus miró a su hermano por primera vez desde que habían llegado, Sirius le devolvió la mirada con una sonrisa pícara en la boca, hizo un gesto señalando a su prima y empezó a reírse. Regulus miró para arriba y vio a su prima en efecto vestida de verde. Intentó aguantarlo, pero una carcajada resonó por toda la sala, en seguida se arrepintió pero no podía evitarlo, era realmente desternillante, ¡Bellatrix prima se estaba casando de maldito verde! Ambos hermanos intentabas ocultar la risa sin éxito. A Regulus le pareció por un momento ver a Narcissa reírse también. Walburga no lo encontró tan gracioso, les dio a ambos una mirada fulminante.
— Más os vale dejar de reíros si no queréis dejar de poder hablar por una semana entera. — Walburga podía comunicarse telepáticamente, a los hermanos se les olvidaba a veces —
Ninguno se rio más.
Una vez la boda hubo acabado, la fiesta comenzó. Regulus descubrió con los años que ser el pequeño en celebraciones como estas era una verdadera maldición, dio gracias a tener a su hermano ahí por una vez.
Regulus a penas interactuaba con la familia, todos le aterrorizaban. Se había acercado a felicitar a su prima por orden de su padre.
— Felicidades Bellatrix — a penas susurró el pequeño Reggie —
— ¡Regulus! ¡Querido, este es mi primo Regulus Arcturus Black, del que te hablé, creo que quiere decirnos algo! — se giró a hablar a su esposo —
— Oh, hola Arcturus, tu prima habla mucho de ti y de como serás el próximo heredero de la casa Black
— Ehm… — Regulus se sintió enfermo al oír eso — ese, ese es mi hermano, Sirius…
— NO SEAS TONTO PRIMO, SIRIUS NO ES DIGNO DEL LINAJE. CORRE EN TU SANGRE LA SERPIENTE Y EN LA SUYA EL LEÓN, VERDE EN TUS OJOS, AZUL EN LOS SUYOS — otra carcajada — ¿NO CREERAS DE VERDAD QUE ÉL SERÁ EL PRÓDIGO VERDAD? — Regulus se quedó petrificado, ni siquiera se dio cuenta cuando Bellatrix le agarró el brazo por el mismo sitio donde en navidad había dejado una herida — ¿QUÉ OCURRE PRIMITO? ¿NO ESTÁS ASUSATDO? NO NO NO, ¡MALO! ¡CHICO MALO! MALO MALO MALO, NO SEÑOR, NO NO — Regulus había dejado de entender lo que Bellatrix decía hacía un rato ya, a veces pasaba, se le iba la poca cordura que le quedaba — MALO MALANDRÍN, NIÑO ASUSTADO, SERPIENTE BEBÉ-
— ¡Bella! Llevo siglos buscándote, no me ha dado tiempo a felicitarte por abandonar el nombre de Black antes. Me alegro tanto por ti, ¡oye! A lo mejor ahora que estás casada tu marido te paga ese psiquiátrico que tus padres/tíos se negaron a pagarte —
Sirius apareció en el mejor momento, salando a su hermano pequeño de su ataque de ansiedad entrante —
— SIRIUS BLACK, RIE RIE LO QUE QUIERAS, SIRIUS SIRIUS SIRIUS, TU NOMBRE SUENA VACIO PARA MÍ, PEQUEÑO SANGRE ROJA
— Bella… ¿has bebido tanto que tu sangre ha dejado de ser roja? — Sirius fingió una preocupación sarcástica —
— AHHH, NIÑATO MOCOSO — Bellatrix tomó el brazo de su marido dejando el de Regulus y empujó a Rodolphus alejándose ambos del sitio donde ahora Sirius rodeaba a su hermano por los hombros —
— ADIOS BELLA, SIEMPRE ES UN PLACER HABLAR CONTIGO… —Sirius gritó mientras ella se alejaba—
Regulus sintió como si le acabaran de quitar un saco de arena de la espalda. Miró a su hermano y ambos se rieron.
— Reggie, Reggie… vas a tener que andar con más cuidado, hay muchos abusones por ahí sueltos, menos mal que tienes un maravilloso y carismático hermano mayor que te va a proteger en Hogwarts. — Sirius bromeó —
Ambos hermanos caminaron riendo hacia la mesa de la comida.
Regulus nunca admitiría en voz alta que aquella broma de su hermano hizo que entrara en Hogwarts mucho más seguro. Le dio como un aire de familiaridad que pocas veces en su vida experimentaría. Tenía un hermano que le protegería. Se juró a sí mismo que algún día sería igual de valiente que Sirius y podría protegerle él también.
La noche fue muy larga, a pesar de los esfuerzos por no interactuar de Regulus le tocó hablar con por lo menos dos docenas de miembro de la casa de los Black por “cortesía y etiqueta” así lo llamaba Walburga.
Cuando no estaba empleando sus clases de vocabulario para presentarse a familiares estaba con Sirius. Regulus lo pasó lo mejor que pudo con él. Hicieron una competición para ver cuantas decoraciones en forma de serpiente podían encontrar, ganó Regulus por supuesto, siempre había sido mucho más observador que Sirius. Bailaron unos cuantos bailes de salón, bebieron mucho ponche y comieron muchas ranas de chocolate.
A pesar del miedo que tenía Regulus por prácticamente toda su familia, Narcissa Black siempre había sido su prima favorita, le aterrorizaba, por supuesto, pero era la única que de vez en cuando se sentaba a simplemente hablar y observar con él y por lo menos era la única que no se dirigía a él únicamente para advertirle de su durísimo futuro como heredero de la Noble Casa de Black.
Narcissa y Regulus estaban sentados en unas sillas, apartados de la pista de baile. Eran las 5:17 de la mañana, ambos estaban cansados y solamente miraban a los familiares que aún bailaban. Bellatrix y Rodolphus por supuesto, Druella y Cygnus, los padres de Cissy y tíos de Reggie, Sirius que estaba intentando enfadar a su madre una vez más, Orion que estaba borracho y algún que otro tío de ambos jóvenes que estaban demasiado cansados para enfocar. Ninguno de los dos había dicho nada en un largo rato que llevaban ahí sentados juntos, fue Narcissa la que por fin rompió el silencio.
— ¿Nervioso? — no se giró para mirarle, solamente lo dijo sabiendo que el pequeño era inteligente y sabría que le hablaba a él —
— ¿nervioso? — preguntó Regulus confundido —
— Por tu entrada a Hogwarts.
— Ah, eso. Ehm… sí, supongo que sí.
— Él te ha puesto la entrada difícil ¿eh? — una vez más asumió que él seguiría el hilo y una vez más acertó —
— ¿Tú crees? — Regulus miró a Sirius que aún bailaba haciendo muecas — A dejado mucha huella ¿no es así?
— Aja — ella asintió — los merodeadores ¿te lo ha contado?
— Parte. Un grupo de amigos. Me ha contado quienes son y alguna de las bromas que han hecho.
— Potter, Lupin, Pettigrew y él. Creo que han llevado más detenciones que el resto del colegio junto. ¿te ha contado la primera que hicieron?
— Hm… —Regulus pensó por un momento, pero no se lo ocurrió cual podía haber sido — no creo.
— Pusieron unas malditas flores en todas nuestras sábanas. Tuvimos picaduras durante cuatro días. Un pobre primer año, como se llamaba… ehm… ¡Ah sí! Snape, era alérgico, estuvo tres días en la enfermería. No te digo que no se lo mereciera, el tío es un imbécil, pero fue un caos. Atacaron a la casa entera. Lucius y yo pensamos en vengarnos, pero no se nos ocurrió nada que no nos llevara directos a semanas de detención. A saber, cómo lo hicieron.
— ¿Cómo sabes que fueron ellos? ¿Les pillaron?
— Nah, no esa vez. Al principio no se supo, luego empezaron a atacar más veces y todos supusimos que eran ellos.
Hubo un silencio durante unos minutos. Regulus pensó seriamente si debía preguntar o no. Al final decidió aprovechar que su prima estaba de buen humor.
— ¿Narcissa?
— Hmm — preguntó ella todavía mirando al frente —
— Voy a entrar a Slytherin ¿verdad? — Regulus ahora la miraba a ella y al oír la pregunta, Narcissa se volvió para míralo también —
— No te preocupes por eso Reg, pues claro que entrarás a Slytherin, tu hermano… bueno él es… ya sabes, diferente, me recuerda mucho a Ands a veces.
Nadie hablaba nunca de Andrómeda, nadie a parte de Sirius claro, oír a Narcissa hablar de su hermana mayor hizo a Regulus estremecerse ligeramente.
— Hasta ella entró en Slytherin ¿no es así?
— Bueno… ella… sí, ella estuvo en Slytherin, pero Sirius…
— No te preocupes por él Reg, de verdad, lo llevas en la sangre y tú lo deseas, entrarás sin problema. — Narcissa sonrió a Regulus y le dio una palmada solemne en la cabeza, acto seguido se levantó y se fue a hablar con Bellatrix y Rodolphus —
“lo llevas en la sangre y tú lo deseas..” ese era el problema, Regulus no estaba seguro de desearlo. Por una parte, no quería decepcionar a su familia, quería ser un Black, de Slytherin, le gustaba el color verde y las serpientes y le daba un miedo horrible defraudar a su madre. Por otro estaba Sirius, Regulus sabía cuanto odiaba la casa de su familia ¿y si lo odiaba a él también al entrar en Slytherin? Le abrumaban tantos pensamientos…
¿Podría encajar en Slytherin?, sí, al fin y al cabo, era tradición. Definitivamente no sería un Gryffindor, Regulus nunca se consideró a sí mismo valiente, o por lo menos no hasta años más tarde, ¿Ravenclaw? sí, podría ser, siempre le habían dicho que era un niño muy inteligente y reflexivo, y Hufflepuff, en realidad también sonaba bien en la cabeza de Regulus. Le aterraba pensar en ello.