Traducción: "The Bucket List" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
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Traducción: "The Bucket List" de GallaPlacidia
Summary
Draco morirá en seis meses si no logra que Harry Potter se enamore de él. Dado que eso no va a suceder, bien podría pasar sus últimos días trabajando en su lista de deseos. ¿Clases de tap? ¿Escalar una montaña? ¿Escribir poesía? ¿Tríos? ¿Cocaína? ¿Conocer a su adorable sobrino, Teddy Lupin? ¡Draco lo hará todo!Con un Draco alegremente pesimista, la perra reina devota Pansy Parkinson y un Harry que no puede evitar notar que algo parece DIFERENTE en Draco, en estos días.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “THE BUCKET LIST” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: Inspirado en una hermosa historia de Khasael llamada “Somebody To Love”. También estoy en deuda con “You’ve Got The Antidote For Me” de Kandakicksass y “IDK My BFF Hermione” de Lettered.¡Hice un Podfic de esto! https://archiveofourown.org/works/25642150 Si te apetece escuchar lo elegante que creo que suena Draco: (Pista: Mucho). Además, ¡Únete a mi boletín de newsletter.gallapod! Notas de la traductora: El enlace original del Podfic fue eliminado de la cuenta en AO3 de Gallaplacidia, los únicos enlaces disponibles son: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod que encuentras en el enlace anterior.En mi perfil podrán encontrar enlaces donde podrán descargar los fanfics de GallaPlacidia en su versión en inglés (descargados de AO3), así como los Podfics que GallaPlacidia hizo.
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#20. Visitar El Tesoro en Petra. ¡El Tesoro! ¡Dónde guardaban el tesoro!

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CAPÍTULO 11

#20. Visitar el Tesoro en Petra. ¡El Tesoro! ¡Dónde guardaban el tesoro!

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Draco se veía mejor que en mucho tiempo. Caminó alrededor de los edificios de color rosa pálido tallados en piedra con ojos brillantes, tirando con frecuencia de la manga de Harry para darle fragmentos de información.

 

   —Ese es Al-Khazneh16 —dijo emocionado— ¡El Tesoro! Es más grande de lo que pensaba —dijo— No hay nada como esto en Gran Bretaña, nada en absoluto.

 

Las vistas eran impresionantes, pero Harry miraba a Draco más que cualquier otra cosa. Draco voló por la ciudad antigua con una alegría feroz que hizo que Harry fuera más consciente que nunca de su propia apatía.

 

Pero después de unas horas, Draco comenzó a decaer.

 

   —¿Quieres descansar un poco? —preguntó Harry.

 

   —No —dijo Draco malhumorado— Pero creo que tendré que hacerlo.

 

Encontraron un pequeño edificio solitario y se alzaron sobre un saliente de piedra. Harry había traído sándwiches. Draco desmonto el suyo y comió el jamón muy, muy lentamente.

 

   —No tengo mucho apetito —explicó.

 

   —¿Quieres mi jamón? —ofreció Harry. Draco sonrió lascivamente.

 

   —¿Es así como lo llaman los chicos en estos días?

 

Harry se rio.

 

   —Sabes, siempre supuse que eras popular en la escuela porque eras rico y la gente le tenía miedo a tu padre. Nunca se me ocurrió que en realidad podrías ser gracioso.

 

Draco lo observó por un largo momento.

 

   —Era popular porque era rico y la gente le tenía miedo a mi padre. En realidad, nadie me quería en ese entonces, excepto los pobres Vince y Greg.

 

   —Pero eso ha cambiado —dijo Harry.

 

   —Bueno, a Greg ciertamente ya no le agrado —dijo Draco secamente.

 

   —Siempre estás en aventuras con tus amigos de Slytherin. Parece que les agradas mucho.

 

Draco masticó un poco de jamón con una mirada pensativa.

 

   —He tenido una buena racha —dijo— Estaba seguro de que moriría cuando tenía dieciséis años. En cambio, obtuve todos estos años adicionales y ahora estoy aquí en Petra.

 

Harry sonrió.

 

   —Esa es una forma encantadora de pensar en ello.

 

   —Soy famoso por ser encantador —pronunció Draco.

 

   —Morí, ya sabes. Durante la guerra.

 

   —¿Cómo?

 

Harry explicó sobre el bosque, la estación de tren, Dumbledore. Draco parecía particularmente interesado en el concepto de “Continuar”.

 

   —¿Por qué elegiste volver? —preguntó.

 

   —Porque tenía cosas que quería hacer —dijo Harry, y Draco se quedó en silencio.

 

Draco tenía tantas cosas que quería hacer. Harry sabía que no podría hacer más de la mitad de su Lista.

 

   —No es tu culpa —dijo Draco— Que fuera maldecido.

 

   —Lo sé —dijo Harry, sorprendido.

 

   —No habría hecho una diferencia, si hubieras hecho más.

 

   —Podría haberlo hecho —dijo Harry— Podría haberte respaldado públicamente, o algo así.

 

   —Lo hiciste. Hablaste en mi juicio.

 

   —Correcto, pero… socialmente.

 

   —Ha sido un viaje algo largo para recudir a un nivel aceptable la estupidez —dijo Draco— Justo después de la guerra estaba un poco mejor, pero seguía siendo un imbécil —él frunció el ceño— Lamento lo de mi carta de disculpa. Debí haberla hecho… fui sincero, ¿Sabes? Pero es difícil para mí… decir lo que quiero decir, a veces…

 

Parecía haber perdido las palabras.

 

   —Luna dijo que no confundiera tu humor con insensibilidad —dijo Harry.

 

   —¿Dijo eso? —preguntó Draco, sonando complacido— Bueno, me temo que la insensibilidad es uno de mis defectos. Pero si quise decir mi disculpa. Es decir… me refiero a lamentarlo —se miró las manos— Lo siento.

 

   —Sabes que no estaba tratando de matarte en sexto año, ¿Verdad?

 

Draco se quedó muy quieto.

 

   —Me di cuenta de eso recientemente —dijo.

 

   —Lo siento —dijo Harry— Quedaron cicatrices, ¿No?

 

Draco asintió.

 

   —Han comenzado a reabrirse, porque mi vida es una pesadilla.

 

   —¡Oh Dios!

 

   —Sí —dijo Draco, sombríamente— ¿Excitante no?

 

Harry se rio.

 

   —Por poco. Cuéntame más acerca de cómo mis errores te han perseguido durante años y te han causado un dolor indescriptible, y probablemente me corra.

 

Draco se mordió el labio y gimió sexualmente. Un turista estadounidense que pasaba se detuvo para mirarlo. Draco le guiño el ojo y el turista salió corriendo, escandalizado. Harry y Draco se miraron a los ojos y se rieron.

 

   —Gracias por hacer esto —Draco hizo un gesto a su alrededor hacia el edificio de piedra.

 

   —Sí, por supuesto —dijo Harry— Traté de hacer que acortaran tu libertad condicional, pero…

 

   —¿Por qué me ayudas? ¿Es por Teddy?

 

   —No, es… —Harry se estancó— No sé; Quería.

 

Draco lo miró fijamente y luego, lentamente, con determinación, se subió las mangas. La Marca Tenebrosa tatuada en su antebrazo. Provocó una reacción visceral en Harry, como ver gusanos surgiendo de un cadáver. Se estremeció y miró hacia otro lado.

 

Junto a él, Draco bajo sus mangas, asintiendo para sí mismo como si acabara de ganar una discusión.

 

   —No tienes que… —dijo Harry— Hace calor, puedes mantener tus mangas arremangadas. Sé que está allí.

 

   —No deberías tener que mirarla. Mató a tus padres.

 

Harry no sabía cómo responder a eso, así que buscó algo más que decir.

 

   —¿Por qué querías tener una cita conmigo, de todos modos?

 

   —Para que te enamoraras locamente de mí, por supuesto —dijo Draco a la ligera— ¿Está funcionando?

 

Miró rápidamente a Harry, y de repente Harry supo, Había visto esa mirada muchas veces antes: en los ojos de una chica con la que había sido compañero en el entrenamiento de Auror, en una Sanadora con la que había estado durante unos años, en una chica con la que había salido durante casi seis meses cuando tenía veinte años. Era la mirada que tenía Ginny, cuando le dijo que tenían que separarse para que pudiera cazar Horrocruxes.

 

Draco Malfoy estaba enamorado de él.

 

Harry estaba lleno de lástima y… decepción. Draco no lo conocía lo suficientemente bien como para enamorarse de él. La gente se enamoraba de Harry todo el tiempo, porque él había salvado al mundo, pero nunca se le había ocurrido que Draco podría ser víctima de eso. Por otra parte, Draco siempre se había sentido atraído por los poderosos. Tal vez no era sorprendente que quisiera lo que Harry simbolizaba.

 

   —Aún no funciona, no —dijo Harry amablemente.

 

   —Ohm bueno, dale tiempo —dijo Draco— Si seguimos teniendo citas por algunos años más, probablemente te vuelvas loco por mí.

 

   —¿Vamos a echar otro vistazo por la ciudad? —preguntó Harry.

 

Draco asintió, pero cuando se levantó soló un grito de dolor y sus manos volaron a su cabeza.

 

   —Oh —dijo, y sonó, brevemente, como si fuera a llorar— ¡Ay, duele!

 

   —Debe haber alguna poción para el dolor aquí —dijo Harry, mirando frenéticamente a través del estuche de pociones de Draco.

 

   —Lo tomé todo —dijo Draco— ¡Ay, me duele!

 

Se clavó las manos en los ojos.

 

   —Draco —dijo Harry, asustado— ¿Qué quieres? ¿Qué puede hacer?

 

   —¡Oh Dios, duele! —dijo Draco de nuevo.

 

   —¿Quieres… quieres agua? Siéntate. ¿Estás bien?

 

Pero Draco se quedó allí, llevándose las muñecas a los ojos y diciendo— ¡Duele, oh, duele! —hasta que Harry pensó que se volvería loco de impotencia.

 

   —Déjame llevarte a casa —dijo Harry, y esto pareció hacer reaccionar a Draco.

 

   —Pero no hemos visto ni la mitad —dijo, con la voz tensa por el dolor— ¡Nunca tendré otra oportunidad, y no hemos visto ni la mitad!

 

   —No sé qué hacer —dijo Harry salvajemente.

 

Draco tomó varias respiraciones profundas y temblorosas y lentamente bajó las manos de su rostro.

 

   —Vamos a casa —dijo.

 

   —¿Estás… estás seguro?

 

Los ojos de Draco parpadearon desesperadamente a su alrededor, como si estuviera tratando de fijar la belleza de la ciudad de piedra en su cabeza, y asintió.

 

   —¿Cómo está el dolor?

 

   —Viene en oleadas —dijo Draco— Simplemente se fue un poco, pero volverá peor.

 

   —De acuerdo. Entonces te llevaré a casa —Harry empezó a sacar el traslador de su bolsillo, pero luego se detuvo— ¿Te gustaría que te besara?

 

Draco pareció pelearse consigo mismo durante unos segundos (y Harry bien podía imaginar que su orgullo estaba batallando con su enamoramiento) antes de asentir.

 

   —Está bien —dijo Harry. Puso sus manos en la cintura de Draco, inclinó su cabeza y lo besó.

 

Fue un beso mucho mejor de lo que esperaba. Draco era bueno en esto, se dio cuenta. Se sentía familiar, cómodo. Draco se alejó primero.

 

   —Está empezando a doler de nuevo —dijo, sin mirar a Harry a los ojos— Deberíamos irnos.

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«——————————HP——————————»

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«——————————DM——————————»

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Estaba muy claro que alguien había calculado mal cuánto tiempo le quedaba a Draco. Pasó los siguientes días en agonía, agarrándose la cabeza y deseando que terminara. Finalmente, Blaise y Millicent le dieron opio. El dolor persistía, pero muy lejos, como si estuviera al otro lado de un largo túnel. Fue suficiente alivio para que Pansy y su madre lo llevaran a San Mungo.

 

   —Le deberían quedar más de dos meses —le dijo Pansy al Sanador.

 

   —Eso fue una estimación —dijo el Sanador, lanzando hechizos de diagnóstico. Draco estaba alegre y con los ojos vidriosos, entrando y saliendo de la realidad— Le daría un mes como máximo. Se está deteriorando rápidamente.

 

El Sanador le dio frascos de analgésicos de alta potencia, pero advirtió a Pansy y a su madre (Draco no estaba en condiciones de tomarse las advertencias en serio) que tendría eficacia decreciente.

 

Lo tomó esa tarde, cuando se le pasó el efecto del opio.

 

Fue un milagro mientras que el opio nubló sus sentidos, el analgésico mágico lo dejó sintiéndose… no del todo completo, pero al menos tan bien como dos meses antes. Podía volver a pensar con claridad y, con la cordura recuperada, sabía lo que tenía que hacer a continuación.

 

No tenía forma de contactar a Harry como Lamorak, así que fue a ver a Luna. Tomó el metro y le envió un mensaje de texto a Jack cuando tenía señal para pasar el tiempo. (Los libros estaban más allá de él. Había leído veinte de su lista de cincuenta. Trató de no pensar en ello).

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«D—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—H»

 

Draco: he estado enfermo.

 

Jack: m817 eso apesta.

 

Draco: si.

 

Jack: 1 vez arroje hasta las ideas18 a mi papá.

 

Draco: que ideas

 

Jack: jajaja.

«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

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Luna estaba feliz de velo. Él había estado demasiado enfermo para asistir al último evento, y ella le contó mientras le preparaba un vaso de agua caliente y limón. Miró alrededor de su cómoda cocina, preguntándose si alguna vez volvería a verla. Había pasado tantas horas agradables allí en los últimos meses, planeando fiestas.

 

   —Pareces mejor —dijo ella.

 

   —Estoy peor —dijo Draco con franqueza— No podré hacer más eventos.

 

   —Quería discutir lo que sucederá… después.

 

   —Sí, por supuesto.

 

   —Quiero que los eventos continúen. Te sugiero que contrates a un organizador de fiestas. He hecho una lista de planificadores recomendados aquí. También he dejado algunas ideas para eventos, junto con las ubicaciones que podrías contratar, listas de invitados…

 

Él le entregó un cuaderno. Estaba lleno de fiestas a las que nunca podría asistir.

 

   —Gracias —dijo Luna— También te he hecho algo.

 

Ella le dio una bufanda realmente horrible hecha con tapas de botellas viejas. Lo sostuvo como una serpiente y trató de sonreír.

 

   —Gracias —dijo cortésmente, y se lo puso alrededor del cuello. “Es la intención lo que cuenta”, se recordó a sí mismo.

 

   —Les diré a todos lo maravilloso que has sido, Draco —dijo Luna— Podría empezar ahora, si quieres.

 

   —No —dijo Draco— No, espera hasta después. Gracias.

 

   —Harry te va a extrañar —dijo Luna en voz baja.

 

   —Extrañara a Lamorak —dijo Draco. Jugueteó con las tapas de botellas— Voy a decirle ahora.

 

   —Eso es muy valiente de tu parte.

 

   —Así que me conoces. Draco Malfoy El Valiente.

 

Luna asintió con seriedad.

 

   —Sí —dijo ella.

 

   —Pensé que podría ir a su casa por flu desde aquí.

 

   —¿No te causa dolor el flu?

 

   —Puedo soportarlo ahora mismo, creo.

 

Luna lo ayudó a transformarse en Lamorak. Sentía que su cuerpo se engrosaba y se llenaba. Lamorak no se había consumido por la enfermedad como lo había hecho Draco. El glamour le picaba.

 

   —¿Te veré de nuevo? —preguntó Luna.

 

   —Realmente no digo despedidas —dijo Draco.

 

Luna le dio un fuerte abrazo. Dolía. Pansy había vendado las cicatrices sangrantes de su pecho, pero aún le dolían.

 

   —Nos vemos, Draco —dijo Luna.

 

   —Mantente rara, Luna.

 

Ella le sonrió. Ella siempre sonreía. Era bueno; le hizo más fácil devolverle la sonrisa.

 

Entró en la chimenea y se armó de valor para la ola de dolor.

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 ...CONTINUARÁ...

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