Traducción: "The Bucket List" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "The Bucket List" de GallaPlacidia
Summary
Draco morirá en seis meses si no logra que Harry Potter se enamore de él. Dado que eso no va a suceder, bien podría pasar sus últimos días trabajando en su lista de deseos. ¿Clases de tap? ¿Escalar una montaña? ¿Escribir poesía? ¿Tríos? ¿Cocaína? ¿Conocer a su adorable sobrino, Teddy Lupin? ¡Draco lo hará todo!Con un Draco alegremente pesimista, la perra reina devota Pansy Parkinson y un Harry que no puede evitar notar que algo parece DIFERENTE en Draco, en estos días.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “THE BUCKET LIST” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: Inspirado en una hermosa historia de Khasael llamada “Somebody To Love”. También estoy en deuda con “You’ve Got The Antidote For Me” de Kandakicksass y “IDK My BFF Hermione” de Lettered.¡Hice un Podfic de esto! https://archiveofourown.org/works/25642150 Si te apetece escuchar lo elegante que creo que suena Draco: (Pista: Mucho). Además, ¡Únete a mi boletín de newsletter.gallapod! Notas de la traductora: El enlace original del Podfic fue eliminado de la cuenta en AO3 de Gallaplacidia, los únicos enlaces disponibles son: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod que encuentras en el enlace anterior.En mi perfil podrán encontrar enlaces donde podrán descargar los fanfics de GallaPlacidia en su versión en inglés (descargados de AO3), así como los Podfics que GallaPlacidia hizo.
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¿Esa gente no tiene libros? ¿Sus imaginaciones están defectuosas?

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CAPÍTULO 4

#134. Ver una película: ¿Esa gente no tiene libros? ¿Sus imaginaciones están defectuosas?

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Potter llegó a casa de Andrómeda justo cuando Draco se preparaba para irse.

 

   —¿A dónde vas ahora? —preguntó Potter, como siempre lo hacía.

 

   —Al cinoma.

 

   —Cine —dijo Potter.

 

   —Eso es lo que dije.

 

   —¿Qué película vas a ver?

 

   —No sé. ¿La película que esté pasando?

 

   —Malfoy… Hay muchas películas diferentes.

 

   —¿Hay alguna diferencia?

 

   —Cristo. Bueno. Dame un segundo, iré contigo.

 

   —¿Disculpa?

 

Potter se rio de él y se despidió de Andrómeda. Cuando regresó, agarró el codo de Draco y los Apareció cerca de sala de cine, toda iluminada. Potter charló con un hombre en una caja de cristal durante unos minutos, compró dos entradas y llevó a Draco adentro.

 

   —Hay una película de acción decente —dijo.

 

   —¿No son todas las películas “películas de acción”?

 

   —No, es… ya verás. Vamos a comprar palomitas de maíz.

 

   —¿Qué son palomitas de maíz?

 

   —Es parte de la experiencia.

 

A Draco le gustaba sentarse junto a Potter en la oscuridad, y le gustaba el escalofrío de emoción que sintió cuando sus manos rozaron las de Potter mientras buscaba las palomitas de maíz. Incluso le gustaban las palomitas de maíz.

 

Pero no le gustó la película, en lo más mínimo.

 

En unos quince minutos, se hizo evidente que podía salir y tener un poco de pánico, o quedarse y tener uno grande. Así que salió.

 

Ya no podía llorar en los baños, no desde sexto año, lo cual era un inconveniente. Salió del cine y se quedó afuera. Estaba temblando, luchando por respirar. La pantalla había sido enorme. Las voces, los gritos, las explosiones, habían sido tan fuertes, y Draco no podía silenciarlos, y estaba oscuro, y él estaba atrapado, y…

 

   —Inhala —dijo una voz. Draco trató de obedecer— Así es. Ahora afuera.

 

La voz continúo hablando con Draco a través de sus respiraciones. Era una voz áspera, rasposa. Cuando Draco estuvo seguro de que podía hablar, abrió los ojos. Un vagabundo lo miraba con evidente simpatía.

 

   —¿Mejor? —preguntó. Draco asintió— ¿Quieres hablar de eso?

 

   —No tanto.

 

El vagabundo asintió y sacó un cigarrillo.

 

   —¿Puedes darme uno? —preguntó Draco «#91. Fumar un cigarrillo o como se diga». El hombre le dio uno y lo encendió cuando los dedos de Draco temblaban demasiado para prender el encendedor.

 

Draco inhaló y luego tosió hasta sacar los pulmones.

 

   —Maldita sea —dijo el hombre— ¿Es este el primero?

 

Draco asintió.

 

   —Solo… toma una inhalación más pequeña, la próxima vez.

 

   —¿Cuál es tu nombre? —preguntó Draco.

 

   —Seven.

 

   —Era un nombre bastante común entre los sangre pura, bueno, lo era Septimus. Para el séptimo hijo.

 

   —Soy Draco.

 

Seven no parecía más sorprendido por su nombre que Draco por el de Seven.

 

   —Los ataques de pánico son una mierda —dijo Seven.

 

   —Me estoy muriendo —dijo Draco sin rodeos.

 

   —Sí, siempre se siente así, ¿Verdad?

 

   —No, quiero decir, en realidad me estoy muriendo. Me quedan cinco meses.

 

   —Bueno, que mierda —dijo Seven.

 

Draco tomó otra inhalación de su cigarrillo. Esta vez tuvo mucho más éxito. Empezaba a sentirse agradablemente mareado.

 

   —¿Te sentirás ofendido si te doy dinero? —preguntó.

 

   —No.

 

Draco sacó su billetera. Tenía un billete de cincuenta libras y un billete de veinte libras. Se los dio a Seven, quien sonrió.

 

   —Debería ayudar a morir a los niños elegantes con más frecuencia —dijo.

 

   —¿Crees en la magia? —preguntó Draco con curiosidad. A menudo se había preguntado cuanto adivinaban los muggles sobre el mundo mágico, pero no se atrevía a preguntarle nada a Jack porque no quería tener que desmemorizarlo.

 

Seven asintió.

 

   —Absolutamente. El gobierno nos lo está ocultando.

 

   —Extraordinario —dijo Draco, impresionado.

 

   —¿Cómo vas a morir, entonces?

 

   —¿Por corazón roto? ¿Algo así, cómo? Dolorosamente, de todos modos —pateó la colilla— He tenido una buena vida —agregó.

 

   —Todos iremos algún día —dijo Seven.

 

   —Sí, exactamente. Al menos todavía me veré bien en mi ataúd.

 

   —Sin embargo, es un poco mierda, siendo tan joven y todo eso.

 

   —Mi madre… —Draco se detuvo.

 

   —Inhala —dijo Seven— Buen hombre. Ahora déjalo salir.

 

Draco logró respirar, con cierta dificultad.

 

   —Lo siento —dijo.

 

   —Eso está bien.

 

   —Escucha, cuando salga el chico con el que estoy, ¿Te vas a la mierda? Pensará que solo estoy hablando contigo para impresionarlo, o algo así.

 

   —Suena como un verdadero imbécil.

 

Draco se rio.

 

   —Lo es.

 

   —¿Eres gay, entonces?

 

   —Mucho —Draco inclinó la cabeza— ¿Es eso un problema?

 

   —A cada quien lo suyo —se encogió de hombros Seven.

 

   —Aunque no lo es. El tipo con el que estoy.

 

   —Entonces, ¿Por qué está en una cita contigo?

 

   —No es una cita. Solo vemos una película. Tal vez vayamos a cenar después.

 

Seven se rio.

 

   —Cena y película. Esa es una cita.

 

   —¿Lo es? —preguntó Draco, pensativo. Sacudió la cabeza— ¿Puedo fumar otro cigarrillo?

 

   —Te sentirás enfermo.

 

   —No me importa.

 

Seven encendió otro cigarrillo para él.

 

   —Tuve un ataque al corazón una vez —dijo Seven.

 

   —¿De verdad? ¿Cómo fue?

 

   —Doloroso como la mierda.

 

   —Tengo miedo del dolor —dijo Draco— Soy un terrible cobarde.

 

   —¿Dolerá? ¿Lo que sea que tengas?

 

Draco asintió con tristeza.

 

   —Bueno, ya estás aquí, eso es lo importante —dijo Seven.

 

   —Pareces viejo y sabio —dijo Draco— Cuéntame una historia, mientras espero a mi compañía idiota.

 

Así que Seven se embarcó en una larga y serpenteante historia sobre la vez que hizo un autostop hasta Edimburgo. Draco tuvo que preguntar qué era hacer autostop y mentalmente lo agregó a su lista de deseos. Fumó cuatro cigarrillos más mientras Seven hablaba.

 

La puerta se abrió. Draco abrió muchos los ojos a Seven, quien rápidamente se encogió en un callejón cercano.

 

Potter vino a pararse a su lado. Parecía enojado.

 

   —Te fuiste —dijo— Pensé que solo habías ido al baño, al principio.

 

   —No me gustó la película.

 

Los ojos de Potter estaban fríos.

 

   —No, por supuesto que no. Todos esos muggles.

 

Draco apagó su cigarrillo. Seven tenía razón, se sentía mal, como si tuviera un incendio forestal en la parte posterior de su garganta.

 

   —Vámonos —murmuró.

 

   —Dios lo bendiga, señor —dijo Seven en voz alta— ¡Por su generosidad!

 

Draco le sonrió y Seven le devolvió el guiño. Potter solo parecía desconcertado.

 

   —¿Le diste dinero?

 

   —Merlín, sólo unas pocas libras. No esperaba que te pusieras como Dickens9 conmigo.

 

   —¿Dickens?

 

   —¿Cuento de Navidad? ¿David Copperfield? ¿Algo de eso te suena?

 

   —Es un autor muggle —dijo Potter.

 

Draco estaba tan cansado. Su dolor de cabeza había estado aumentando durante horas.

 

   —¿Por qué saliste de la película? —preguntó Potter, y Draco se dio cuenta de que estaba en modo Auror, y no lo dejaría pasar.

 

   —Era demasiado fuerte, ¿De acuerdo? Era ruidoso y… ¡Oh, Dios ahora no…! —tomó algunas respiraciones— Simplemente no me gustó, ¿De acuerdo?

 

   —Está bien —dijo Potter en voz baja.

 

   —Potter… ¿Era esto una cita?

 

La dulce expresión en el rostro de Potter desapareció.

 

   —Por el amor de dios. Malfoy, si alguna vez quiero salir contigo, cosa que no haré, lo sabrás, ¿De acuerdo?

 

   —Cena y película —dijo Draco obstinadamente. Seven había dicho que cenar y ver una película era una cita— Suena como una cita.

 

   —No hemos cenado. En serio, Malfoy, ¿Puedes dejar de ser raro? Estoy tratando de llevarme bien contigo por el bien de Teddy, y lo estás haciendo malditamente difícil.

 

Draco torció la boca.

 

   —Bien. Cenaré con Pansy.

 

Se alejó, doblando una esquina para poder desaparecer de la vista. No cenó con Pansy. Cayó en la cama, con la cabeza palpitante, y no pudo salir durante dieciséis horas.

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...CONTINUARÁ...

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